Hola :3

Como lo prometido es deuda les dejo el primer capi de mi nueva historia. Espero la disfruten. Intentaré actualizar tanto como pueda.

Saben que los personajes no son míos, yo solo juego con ellos, son de M. Kishimoto.

Para este primer capi me basé en el primer capítulo del libro "50 sombras de Grey" (super recomendado) pero quiero aclarar que el fic no es una adaptación del libro ni llevara la misma temática, obvio va a tener lemon, porque ¡todos aman el lemon! Pero no es como el libro anteriormente dicho.

Sin más que decir, espero sus comentarios, críticas, tomatazos y cualquier cosa, excepto insultos, serán bien recibidos.

- Ladywithmoustache :3

CAPÍTULO 1

Me miro en el espejo, me detallo un poco. Tengo el cabello hecho un lío y no es para menos si contamos que hace menos de cinco minutos, mi mejor amiga y compañera de apartamento, Ino Yamanaka, me ha despertado gritando como loca, gracias a ella estoy en estas condiciones.

- Maldición, justo hoy tenía que sucederme esto – habló con su voz narina, despertó con un resfriado. No uno de esos tontos que solo son una tos suavecita, sino con el resfriado agresivo, ese que te cambia la voz, hace que tu nariz gotee y te pone las mejillas rojas, como un tomate.

- ¿Tomaste algo ya? – dije y solo ahí por mi voz pude notar lo adormilada que estaba.

- No – dijo con su pañuelo en la mano - ¿Si puedes hacer esto por mí? – me pregunto haciendo su mejor cara de perrito regañado. No me pude negarme y antes de que me diera cuenta estaba afirmando con la cabeza.

- Iré a cambiarme y… a hacer algo con esto – señalé mi cabello.

- Te ayudo – se paró entusiasmada. Tan típico de ella.

Luego de un baño salí para encontrarme con un vestido de color violeta sobre mi cama, muy corto y muy descubierto, muy de Ino. Muy de acuerdo a la ocasión, pero para ser sincera no sabía si iba a caber en el diminuto vestido. Soy delgada, pero Dios me bendijo/maldijo con un par de… cosas que quizás no quepan en el vestido de mi amiga.

Se preguntarán que está pasando, bien, Ino es conductora del famoso programa "Un día con" también es la escritora de la revista "Today", hoy tenía una entrevista importante con Naruto Uzumaki, quien se autoproclama y según Ino en realidad es el magnate de negocios más joven del mundo, tiene todo un imperio a su nombre. Como Ino no puede asistir me ha pedido a mí, el favor de asistir en su lugar. Yo soy graduada en ciencias económicas como padre, pero también soy fotógrafa, artista como mi madre y de hecho me va muy bien, tengo talento, eso y ser la mejor amiga de una de las presentadoras más guapas de Konoha me ha hecho una gran imagen.

Entonces básicamente, el favor consiste en conducir al centro de la ciudad, reunirme con un hombre del cual no sé nada, robar su valioso tiempo en preguntas tontas y traer todo documentado para el nuevo artículo de Ino.

Ya envuelta en el vestido morado demasiado corto salgo con el cabello mojado al salón, Ino me espera con un cepillo y me dice que me siente frente a ella, empieza a cepillarme el cabello. Como cuando éramos niñas.

- Hinata, lo siento de verdad – dice mientras me cepilla – Si no se hace hoy no sé cuando más podré encontrar un lugar libre en su agenda – se pone frente a mí de rodillas y me toma las manos – Te lo compensaré, lo juro –

La observo y me parece increíble lo bien que luce aun estando enferma. Es realmente atractiva, su cabello es rubio, como si despidiera luz propia y tiene los ojos más azules que he visto, aunque ahora están llorosos por el resfriado. Su cara es una poesía, creo que la practica para que nadie pueda negársela y desgraciadamente está funcionando.

- Esta bien – le digo – Tu quédate en cama y trata de mejorarte rápido –

Una vez terminó de peinarme me entregó una pequeña libreta – Aquí tienes las preguntas, y toma – me pasó un pequeño dispositivo – Presionas aquí y todo quedará grabado, ya yo haré el resto –

- ¿No vas a hablarme de él? –

- No hay tiempo, corre o llegaras tarde – me dice dándome leves empujoncitos a la puerta.

- De acuerdo, me voy, me voy –

Me abraza y me susurra un – Te quiero – sin más me marcho.

Llegó rápidamente al gigante edificio con el letrero de "Uzumaki", gracias al cielo no había mucho tráfico. Me maravillo un momento por la presencia del lugar. Respiro hondo y camino hacia las puertas.

Una vez dentro miro alrededor maravillada por la pulcritud de todos y cada uno de los elementos del vestíbulo. Bonitas obras de arte, plantas y el piso más brillante que jamás haya visto, incluso creo que puedo reflejarme en el, lo que sería incómodo, después de todo uso un vestido, no me conviene caminar sobre algo que es como un espejo.

Me acerco lentamente a la chica de recepción. Ella me mira con una ceja levantada - ¿En qué puedo ayudarte? –

- Eh… Sí, yo… vengo a ver al Sr. Uzumaki. Soy Hinata Hyuga, vengo en representación de Ino Yamanaka –

- Claro, deme un momento Sra. Hyuga – ojea un libro de color negro y luego marca unos números en su teléfono, yo mientas espero tímida – Si, el Sr. Uzumaki podrá atenderla – se pone de pie – El ascensor está por allí – me señala – Piso 18 –

Afirmo a cada instrucción – Gracias – y me encamino. Encuentro los ascensores y abordo en uno. Voy totalmente sola, lo que me agrada ya que me da espacio para respirar, estoy demasiado nerviosa. Hablar con gente, y sobretodo chicos, no es mi fuerte. A mis 22 años solo he tenido un novio, mi mejor amigo, que de hecho sigue siendo mi mejor amigo actualmente. Su nombre es Kiba, fue un romance tonto, ya saben, una prueba entre dos amigos, hubieron besos pero nunca sexo, nunca lo quise ver desnudo, era mi mejor amigo.

Cuando voy por el piso 5 reviso la libreta de preguntas, me siento peor al saber que voy a hablar con un hombre famoso y que todo lo que sé de él es su nombre. Sé que es joven, pero… ¿Qué tanto? ¿Y si es solo un chico de 18 años? Ino pudo decirme más. Me empiezo a poner inquieta, me reviso en las puertas de espejo de los ascensores, acomodo mi flequillo un poco y cuando el ascensor se detiene indicando que estamos en el piso 18 mis piernas tiemblan.

- Contrólate – me animo – Respira -

En el piso 18 me recibe una chica de cabello castaño hasta la cintura – ¿Srita. Hyuga? – asiento con la cabeza – El Sr. Uzumaki la espera en su oficina, venga por aquí –

Salgo del ascensor y le sigo los pasos tratando de verme lo más segura posible.

Nos encontramos frente a una puerta, la chica de cabello castaño pasa primero, a los pocos minutos se asoma y me hace una seña con la mano para que pase.

Al entrar veo la oficina, muy bien decorada, con diplomas en toda una pared. Y luego la gran ventana de vidrio que permite ver todo el centro de la ciudad. En la mitad el escritorio, busco rápidamente al dueño de todo esto, pero está de espaldas y solo veo es espaldar de su silla.

- ¿Desea algo de tomar? – me pregunta la castaña.

- No, muchas gracias – respondo con una sonrisa y nos abandona. Al cerrarse la puerta, tomo el último respiro y camino hacia las sillas delante del escritorio, en todo el camino me preguntaba cómo sería, qué edad tendría, me detengo a unos pasos de la silla nerviosa y cuando quiero empezar a caminar de nuevo me tropiezo con mis propios pies y casi caigo, pero mis manos se apoyan en la silla y me detienen. Y entonces, dado el alboroto que arme por mi innata sorpresa, veo en cámara lenta cómo la silla gira y me presenta al hombre más guapo que he visto nunca.

- ¿Señorita Yamanaka? – me dice sonriendo y poniéndose de pie. Es alto, vestido con un impecable traje con corbata negra, un cabello rebelde de color rubio y… olviden lo que dije de los ojos de Ino, estos eran por mucho los ojos más azules que había visto y me observan tan fijamente que me siento congelada - ¿Está bien? –

Es ahí donde vuelvo a mí y recuerdo que sigo encorvada sobre una silla. Me enderezo y pongo un mechón de cabello tras mi oreja – Bueno… la verdad – hablo mirando al suelo – La Srta. Yamanaka está indispuesta, soy su reemplazo, espero que… no le importe –

- Ya veo – su voz es tan cálida, aunque supongo que debe estar desilusionado, por supuesto que quería ver a Ino Yamanaka – Y usted es… -

Lo miro de nuevo – Hinata Hyuga –

Me sonrié - ¿Quiere sentarse? –

Me siento totalmente estúpida, y con rapidez me ubico en el asiento frente a él.

Mi vista se desvía un momento al gran ventanal tras él, en verdad es maravillosa la vista. Cuando desearía poder tener mi cámara.

- Maravilloso, ¿verdad? –

- Es fantástico, como ver todo desde una nube – respondo inconscientemente.

Oigo su risa y de nuevo lo miro, siento el calor en mi rostro y sé que me ruboricé. ¡Pero qué comentario más tonto! ¿Tengo 5 años?

Recuerdo fugazmente qué es lo que hago aquí y saco de mi bolso la libreta y la grabadora. La pongo sobre la mesa y el solo me mira sonriendo, creo que incluso internamente se está burlando de mí – Soy principiante – le digo.

- Mi tiempo es suyo ahora, Srta. Hyuga –

Me ruborizo, parpadeo rápido y fijo mi mirada en la grabadora - ¿Ino… digo, la Srta. Yamanaka le explico dónde aparecerá esta entrevista? –

- Sí –

- Bien – trago saliva – Tengo… algunas preguntas, Sr. Uzumaki –

- Sí, creo que eso se hace en una entrevista - ¡Perfecto! Está burlándose de mí ahora. Y en lugar de enojarme… me sonrojo, algo está mal conmigo. Me incorporo en mi sitio para verme más segura. Pulso el botón de la grabadora.

- Usted es muy joven para tener todo este imperio, ¿cómo lo hizo? –

Me mira y sonríe – Los negocios se basan en las relaciones de las personas, y sé cómo tratar a cada una, las analizo y descubro qué quieren y sé cómo convencerlas – me mira y de nuevo el azul me congela – Me guío por la lógica y los hechos. Si quieres éxito debes manipular un poco a las personas, mantener todo bajo control. Trabajo muy duro para conseguir que sea así. Total, lo primordial es contar con la gente adecuada –

- ¿Qué hay de la suerte? – digo saliéndome del libreto de Ino. Sus ojos reflejan sorpresa.

- No creo en la suerte, ni en las casualidades. Se trata de saber manejar todo con absoluto dominio –

- Maniático del control – pensé en voz alta.

- Bueno, de hecho sí – me contesta sin el menor rastro de sentido del humor.

Me vuelvo a acomodar el cabello tras la oreja, ni siquiera sé porqué lo hago. Noto que toca repetidamente su labio inferior y hago una rápida plegaria para que deje de hacerlo.

- ¿No debe rendirle cuentas a nadie? –

Me mira y sonríe, de nuevo mi corazón salta en su puesto – Soy el dueño, no debo responsabilidad a nadie –

Claro, lo sabría si hubiera tenido tiempo de leer su biografía, vuelvo la vista a la libreta – Aparte del trabajo, ¿qué otros intereses tiene? –

- Cosas diversas – sonríe, más para sí mismo, como recordando algo – Muy diversas –

Me mira de una manera que me hace sentir calor, ya no solo en mi rostro si no en todo el cuerpo.

- Pero si siempre está trabajando, ¿no hace algo para relajarse? –

- Para relajarme… - medita un poco – Me gusta la playa, viajar, escalar… - cambia de posición en su silla – Soy muy rico, srta. Hinata así que hago cosas caras y fascinantes –

Por un momento me parece el ser más arrogante, evito comentar cualquier cosa y sigo leyendo las preguntas de Ino - ¿Porqué invierte en la construcción? –

- Me gusta saber cómo funciona todo, como se arman y se desarman –

- Parece que habla su corazón, no la lógica y los hechos –

Frunce los labios y me observa de arriba abajo, internamente tiemblo.

- Es posible. Aunque muchos dirán que no tengo un corazón –

- ¿Por qué dirían algo así? –

- Porque me conocen bien –

- ¿Es fácil conocerlo? – lamento enseguida haber hablado, esta conversación no sigue para nada los patrones indicados por Ino.

- No hablo mucho de mi vida privada, srta. Hyuga. Incluso evito hacer entrevistas –

- ¿Y porqué aceptó esta? – lo más probable es que buscase algo con Ino.

- Desgraciadamente soy noticia y no podía quitarme a la srta. Yamanaka de encima, un verdadero dolor de cabeza. Pero admiro su tenacidad –

Sé lo tenaz que puede ser Ino. Por eso estoy aquí sentada después de todo, incómoda, muerta de vergüenza frente a un hombre que me atraviesa con la mirada.

- También invierte en tecnología agrícola, ¿por qué le interesa? –

- Porque el dinero no es comida y hay demasiada gente que no tiene qué comer –

- Que… generoso – paso a la siguiente pregunta - ¿Tiene una filosofía? –

Se acomoda en su silla – No tengo una en especial, me agrada tener cosas y ser el dueño de ellas -

- Entonces, lo que realmente le gusta es tener cosas… Suena… Posesivo -

- No sabe cuánto me gustaría decir que merezco cada cosa que tengo, pero sí… en el fondo, soy posesivo –

- Consumidor compulsivo – de nuevo pensé el voz alta.

- Lo soy – sonríe. Trago saliva, o la temperatura de su oficina aumenta o yo estoy a punto de sufrir una combustión espontánea. Continúo con las preguntas de Ino.

- Creciste con la familia Uchiha, ¿qué tanto influyó en su vida? –

- No sé –

- ¿Por qué vivió con ellos? –

- Todo el mundo lo sabe, Srta. Hyuga – me contesta serio. Mierda, sí, claro, yo también lo sabría si hubiera tenido tiempo para al menos buscar su nombre en Google. Cambio el tema.

- Ha sacrificado mucho por su trabajo –

- Esa no es una pregunta – siento que se pone de mal humor.

- Lo siento – no puedo quedarme quieta - ¿Ha tenido que sacrificar mucho por su trabajo, no lo sé, familia, amigos? –

- Los Uchiha son mi familia – dice serio – Tengo dos hermanos y padres que me quieren. Pero no me interesa hablar de ellos –

- ¿Es usted gay? – respiro hondo. Me siento tan avergonzada. ¿Por qué leí la pregunta en voz alta antes de mirarla? Mi corazón se ha disparado y siento cómo me queman las mejillas. ¿Debería decirle que me limito a leer las preguntas? Maldita sea la curiosidad de Ino.

- No, Hinata, no soy gay – no parece contento.

- Lo siento… Yo, bueno… está aquí escrito –

Es la primera vez que me llama por mi nombre. Trato de calmarme acomodándome el cabello detrás de la oreja.

- ¿No son tus preguntas? –

- No, bueno Ino… la Srta. Yamanaka me pasó una lista –

- ¿Compañeras de trabajo? –

- Apartamento de hecho –

Se frota la barbilla y me mira fijamente – Te ofreciste a hacer esta entrevista en su lugar –

- Es un favor, ella… no se encuentra bien – digo en voz baja.

Tocan a la puerta, de nuevo la castaña – Sr. Uzumaki, su próxima reunión es dentro de cinco minutos –

- No he terminado – habla con autoridad – Reprográmala –

- Muy bien señor – murmura y se marcha.

- ¿En dónde estábamos Srta Hyuga? – vuelve a fijar su atención en mi. Pero volví a ser la "Srta. Hyuga"

- No quisiera alterar su horario –

- ¿No crees que es justo que ahora sea yo quien sepa algo de ti? – me sonríe, un brillo de curiosidad invade su mirada. ¿Qué demonios pretende?

- No hay mucho que saber –

- Sabes algo de lo que hago, yo no –

Me encojo de hombros – Soy fotógrafa –

- ¿Profesional? –

- No, es más como… una pasión –

- No has estudiado una carrera –

- Sí, soy… graduada en ciencias económicas –

- ¿Y no ejerces tu titulo? –

- No – no había querido hacerlo. Llevaba solo unos cuantos meses graduada, y por ahora la fotografía me ayuda a cubrir mis gastos – Pero pienso encontrar algún programa de practica –

- Aquí tenemos uno excelente – me dice en tono tranquilo.

Analizo sus palabras, ¿acaso me está ofreciendo que trabaje para él?

- Lo tendré en cuenta – miro alrededor – Aunque creo que no encajo muy bien – de nuevo… pensando en voz alta.

- ¿Por qué lo dice? –

- Es obvio, ¿no? – soy torpe, desaliñada, tímida y jamás tendré la convicción de despertar para llegar llena de maquillaje y con el cabello perfecto a un lugar.

- Para mí no – me mira fijamente. Siento de nuevo el calor en mi rostro. Aparto lo ojos de él y miro mis manos. ¿Qué demonios me está pasando? Tengo que irme de este lugar. Me inclino tomando la grabadora.

- ¿Quieres conocer el edificio? – me pregunta.

- No quiero quitarle más tiempo Sr. Uzumaki –

- ¿Vas en tu propio auto a tu casa o necesitas que te lleven? -

- Conduzco, gracias –

Unas nubes grises oscurecen el día, todo indica que va a llover – ¿Has preguntando todo lo que necesitas? –

- Sí – le contesto mientras me pongo de pie – Muchas gracias por la entrevista, Sr. Uzumaki –

- Ha sido un placer – me contesta educado.

Me tiende la mano – Hasta la próxima, Srta. Hinata – suena como una amenaza. Frunzo el ceño ¿acaso vamos a volver a vernos? Le estrecho la mano y siento un choque de electricidad. No me aparto y culpo a mis nervios.

- Sr. Uzumaki –

Me acompaña hasta la puerta y la abre para mi, cual caballero.

- Gracias – le digo. Evadiendo encontrarme con sus ojos.

Cuando empiezo a caminar se pone a mi lado, al parecer va a escoltarme hasta el ascensor y no es que me moleste la idea. Presiona el botón y en menos de 20 segundos las puertas se abren y entro a toda prisa, como desesperada por escapar. Tengo que irme, cuando me giro está apoyada con una mano sosteniendo la puerta del ascensor. Realmente es guapo, demasiado guapo.

- Hinata – dice a modo de despedida.

- Naruto – me atrevo a contestarle y afortunadamente las puertas se cierran.

Al llegar a casa…

- Hinata, ¡al fin llegaste! – Ino me recibe sentada en la sala rodeada de bolitas de pañuelos. Se levanta de un salto y corre a abrazarme – Y bien, ¿cómo estuvo? –

- Me alegra que haya terminado – digo, aunque no sé si soy sincera – Es muy… centrado, intenso y… joven, realmente joven –

Los ojos de Ino brillan con emoción.

- Me ha hecho sentir una idiota, ¡ni siquiera sabía su edad! –

- Ay – se da un golpecito en la cabeza – 27, lo siento, debí decirte, lo olvide por completo –

Suspiro – Es muy educado – busco la grabadora en mi bolso y se la entrego – Espero que tengas todo lo que necesitas –

- Te lo agradezco tanto, Hinata – me abraza de nuevo. Luego me un momento me toma de la mano y me arrastra al sofá – Y dime, ¿es tan guapo como se ve en las fotografías? – lo recuerdo recostado en el ascensor y siento calor en mi rostro, sé que me sonrojé por que Ino sonríe de oreja a oreja – El hijo de puta está bueno, ¿no es así? –

- Supongo –

- Por favor Hinata, ni siquiera tú puedes ser inmune a su atractivo –

Siento más calor en las mejillas y como siempre trato de desviar el tema – Tú habrías podido sacarle más información –

- Y eso en este momento importa un pepino – me dice tornándome los ojos – ¿De verdad crees que vas a salvarte de hablar de esto cambiándome el tema? No me conoces bien – sonríe – Vamos, suéltalo –

La miro esperando que decida darse por vencida, no funciona. Suspiro – Es muy tenaz, es arrogante, no tiene mucho sentido del humor, se ve tan seguro de sí mismo, entiendo que pueda resultar fascinante… -

- Un momento – me detiene – Hinata Hyuga fascinada por un hombre, bueno eso si es una novedad –

Recordé entonces el momento más vergonzoso de mi día - ¿Por qué querías saber si era gay? –

- No se le conoce ninguna novia, comprometida, esposa o novia de secundaria embarazada –

- ¡Ha sido tan vergonzoso! Espero no volver a verlo –

- Por favor, Hinata. Es imposible no adorarte, le habrás caído muy bien – me dejo caer en el sillón con los ojos cerrados – No has respondido –

La miro solo con el ojo derecho abierto - ¿Qué? –

- ¿Está bueno? –

Suspiro y cierro los ojos – Si Ino –

- ¿Te gustó? –

Me sincero – Sí –

Escuché una risilla boba de parte ella y allí quedó zanjado el tema.

Sí, me había gustado Naruto Uzumaki. No, no lo volvería a ver.

O al menos… eso pensaba.