HOLAAAAAAAAAAAA... aqui estoy de nuevo, esta historia hace tiempo que ronda mi cabeza... si ya se, no termine mis otras dos historias, pero si no escribia esta no se me iba el tonto bloqueo XD... sin mas que decir... espero les guste.

kung fu panda no me pertenece y bla bla bla.

Capitulo 1. "una dicción importante"

La noche reinaba en el imperio de kenshi, el cielo estaba estrellado y los faroles encendidos. En sus extremos, se encontraba el palacio del emperador. Los habitantes del imperio estaban reunidos al pie del palacio, escuchando el discurso del nuevo emperador. En el balcón mas alto del palacio se encontraba el emperador, shiang, un tigre siberiano, de unos cincuenta años, ojos carmín. Traía puesto un kimono azul con bordes dorados. Estaba acompañado por sus dos hijos. Uno era tigre de bengala, de veintiocho años, de ojos color amarillos, estaba vestido con un pantalón holgado marrón y un chaleco negro, el cual siempre llevaba desabotonado. El otro era un tigre siberiano de veintisiete años de ojos amarillos y estaba vestido igual que su hermano, pero el pantalón era negro y el chaleco era verde, aunque este solo traía desprendidos los primeros dos botones.

-…me enorgullece ser su nuevo emperador y remplazar a mi hermano, sheng, que tanta desgracia trajo al imperio, solo tengo que decirles que prometo traer una nueva etapa prospera al imperio- termino su discurso y luego de despedirse de las personas (animales), les pidió a sus dos hijos que lo acompañaran a la biblioteca, que quería hablar de algo.

-¿de que quieres hablar padre?- pregunto shuo, el hijo mayor.

-hijos… hoy me eh enterado que me quedan pocos meses de vida- dijo con calma shiang. Sus dos hijos lo miraron con preocupación.

-padre… ¿no podemos hacer nada?- pregunto lee, el hijo mayor. Habían perdido a su madre antes de tiempo y no querían que pasara lo mismo con su padre.

-no hijos… pero tengo un favor que pedirles- les dijo, mientras sacaba una pintura de entre unos libros.

-¿Qué favor?- pregunto shuo. Su padre no contesto, y les paso la pintura a sus hijos.

-somos… ¿nosotros?- pregunto lee.

En la pintura se podía observar a una tigresa de bengala de ojos amarillos y con kimono rosa sentada en un sillón rojo con dos cachorros en brazos. Uno de los cachorros era un tigre siberiano de ojos amarillos, estaba vestido con un trajecito verde y tenia entre sus patitas una bola de estambre. El otro cachorro era una tigresa de bengala de ojos carmín, con trajecito rojo y parecía haber dejado caer la bola de estambre al suelo y estar retorciéndose en los brazos de su madre para alcanzar la espada que estaba enfundada en la cintura de un tigre siberiano de ojos carmín, que estaba parado a la derecha del sillón y tenia un pequeño tigre de bengala, de un año de ojos amarillos, vestido de azul, con un peluche entre sus patitas.

-si, esa pintura fue tomada antes del reinado de sheng- respondió shiang a sus hijos.

-¿Quién es ella?- pregunto lee, señalando a la pequeña cachorra que quería la espada.

-ella, hijos, es su hermana- les dijo shiang, que ya tenia unas lagrimas en los ojos –es tu gemela lee-.

-¿hermana? ¿Gemela?- preguntaron al unísono -¿desde cuando tengo una gemela?- pregunto esta ves lee.

-supongo que desde que naciste- dijo con burla shiang.

-¿y que era ese favor?- pregunto shuo.

-cuando sheng tomo el trono, saco una ley que prohibía tener hijas mujeres si eras de la realeza, por lo que tu madre y yo la apartamos de aquí, por su propia seguridad, prometiendo que, cuando sea seguro, la buscaríamos- dijo shiang, sus hijos lo miraban sin entender –que quiero que vallan a donde yo les diga y la convenzan de venir- dijo el padre.

-aaaaaa- dijeron al unísono –claro padre…- contesto shuo.

-pero… ¿adonde tenemos que ir?- pregunto shuo.

-mañana les diré, ahora vamos a dormir- dijo shiang. Los hijos saludaron a su padre con un "que descanses" y luego se quedaron solos en la biblioteca mirando la pintura.

-una hermana…- dijeron ambos.

DOS DÍAS DESPUES EN EL VALLE DE LA PAZ…

El sol asomaba por el horizonte, acariciando con sus calidos rayos al valle y dando comienzo a un nuevo día. El gong sonó, anunciando a hora de despertar.

-buenos días alumnos, buenos días hija- saludo shifu, como de costumbre, al principio del pasillo de las habitaciones.

-buenos días maestro- contestaron cuatro voces a coro.

-buenos días, padre- contesto tigresa. Hacia ya un año que shifu había hablado con tigresa y la había reconocido como a una hija. Al principio fue difícil, pues tigresa no lo había perdonado fácilmente y parecía que al hablar del tema había sacado todo el resentimiento oculto por años, pero al pasar un tiempo ella lo entendió y lo perdono.

Shifu dejo escapar un suspiro de resignación –que alguien despierte al panda y luego vallan a desayunar- ordeno shifu, para luego dirigirse al salón de los héroes.

-¿a quien le toca hoy?- pregunto víbora. Todos dirigieron sus miradas a mono.

-yo lo desperté ayer- se defendió el primate.

-¿no le tocaba a tigresa?- pregunto grulla.

-si creo que… ¡tigresa!- exclamo víbora al ver a su felina amiga tratar de escaparse.

-¿Qué?- pregunto la felina haciéndose la desentendida.

-te toca despertarlo- dijo mantis con una sonrisa.

-tigresa lo despertara y nosotros los esperamos en la cocina- dijo víbora, sacando prácticamente a rastras a los chicos de ahí.

-esperen yo…- intento replicar tigresa, pero no había nadie -… no dije que si- termino en un susurro. Se dirigió asta la habitación de po y entro.

Una traviesa sonrisa se formo en su rostro al ver al panda dormido bocabajo, con casi la mitad del cuerpo fuera de la cama y roncando. Se acerco y se arrodillo junto a la cama. Todavía no podía comprender como ese panda tonto, gordo y torpe la había enamorado. Si, la maestra tigresa, la mas furiosa de los cinco, la mas temida, la "radical" se había enamorado de un panda. Tonto y cursi, pero así era. Y pensar que tubo que creerlo muerto y luego verlo con vida para darse cuenta del sentimiento que su corazón de piedra estaba guardando tan recelosamente, bueno… eso y con muuuuucha ayuda de su amiga, víbora.

-po, despierta- dijo mientras sacudía el hombro del panda lo mas "delicadamente" que podía.

-no quiero- dijo po con voz adormilada. El panda se cubrió la cabeza entera con la sabana por lo que tigresa no vio la ancha sonrisa que se formo en el rostro del panda.

Con lo sucedido en gogmen, hacia ya dos años, no solo un nuevo sentimiento había nacido en el corazón de ambos, sino que su amistad había mejorado considerablemente. Po lograba sacar a la superficie a una tigresa juguetona, alegre, tierna, dulce y menos agresiva, bueno… lo de agresiva no se lo quita nadie. Era como si al estar con el, esa tigresa "radical" desaparecía, para luego actuar como una mascara delante de los demás.

-no me desafíes panda- amenazo tigresa, pero con un tono que sonó mas a burla.

-¡nadie podrá sacarme de aquí!- exclamo po, aun debajo de las sabanas.

-bien tu lo quisiste- dijo tigresa. Tomo a po de uno de sus regordetes brazos y lo jalo con la intención de tirarlo de la cama.

Forcejearon por unos minutos, tigresa quería tirar a po de la cama y po quería hacer caer a tigresa. Ella estaba a punto de ganar, pero piso en falso y callo sobre po.

-gane- dijo po con una sonrisa, recibiendo como respuesta un "suave" golpe en el hombro -¿y eso porque?-.

-eso por tirarme… ahora levántate- tigresa intento levantarse, pero po la tomo de la muñeca y la hizo caer de vuelta.

-¿y mis buenos días?- pregunto po con carita de cachorro abandonado. Tigresa sonrió y le dio un tierno beso en la frente.

-buenos días po- dijo con burla. Intento levantarse nuevamente, pero po se lo volvió a impedir, pero esta vez con cosquillas.

-no… jajaja… po… jajaja… ya… jajaja… vasta- decía entre carcajadas tigresa.

-eso es por el golpe…- dijo po, pero no dejaba de hacerle cosquillas.

EN LA COCINA…

Víbora y grulla, charlaban animadamente, mientras que po y mantis estabas de mal humor por el hambre, esperando a que cierto panda haga su aparición para hacer el desayuno.

-tomen nota, tigresa nunca mas despierta a po- dijo mantis de mal humor. Grulla y víbora rieron.

-¿y eso porque?- pregunto víbora.

-¡tenemos hambre!- exclamaron mono y mantis al unísono.

-hagamos lo siguiente… yo los iré a buscar si ustedes dejan de molestar- propuso víbora.

-mejor voy yo y les enseño a golpes que a esta hora no se "juega"- dijo mono, el mal humor y el hambre lo estaba venciendo.

-claro… y tigresa te muele a golpes- dijo grulla con una sonrisa en su rostro. Mono dio media vuelta y se volvió a sentar.

Víbora a provecho ese momento y salio de la cocina. "¿desde cuando mono usa el doble sentido? Y… aaaaaa (suspiro frustrada) si po y tigresa no se declaran pronto, voy a intervenir" pensaba víbora, mientras se dirigía a su cuarto. Cuando llego al pasillo de las habitaciones, pudo escuchar claramente las carcajadas de su amiga. Llego hasta la habitación del panda y los vio a amos en una guerra de cosquillas.

-ejem…- carraspeo, pero ni se percataron de su presencia –si no bajan en unos minutos, mono y mantis vendrán- dijo con una sonrisa víbora.

Po y tigresa se separaron lo más que pudieron al oír las palabras. Po quedo sentado en la cama, con la cara como un tomate y tigresa parada a unos metros de la cama, con las manos tras la espalda y con la punta de su pie derecho dibujaba círculos en el suelo.

-yo… yo…- balbuceaban ambos.

-tranquilos, no diré nada… pero bajen pronto- dijo víbora con una sonrisa para luego irse de ahí, cerrando la puerta a sus espaldas. Po y tigresa dejaron escapar un laaargo suspiro de alivio.

Un incomodo silencio se formo en el ambiente, tan incomodo que ambos empezaron a reír nerviosamente.

-bueno… yo, te espero en la cocina- dijo tigresa que estaba algo nerviosa.

-si… ya enseguida voy- dijo po, igual de nervioso que tigresa. la felina se fue, dejando al panda con una sonrisa boba en su rostro.

Tigresa se dirigía a la cocina con una sonrisa plasmada en su rostro, le encantaban esos momentos con el panda. Llego a la cocina y remplazo esa sonrisa por su típica expresión neutra antes de entrar. Al entrar fue y se sentó junto a víbora, que charlaba animadamente con grulla.

-¿Por qué tardaron tigresa?- pregunto mantis.

-ya saben que no es fácil despertar a po- dijo tigresa en un tono serio.

-si claro… despertar- el sarcasmo en la voz de mono era bastante notable.

-¿Qué estas queriendo decir?- pregunto tigresa en un tono amenazador. Mono estaba por contestar, pero en ese momento entro un alegre panda por la puerta.

-buenos días…- saludo po, con una enorme sonrisa, mientras se dirigid a preparar los fideos.

-po… ¿sabias que hay otro horarios para "jugar"… como la noche?- pregunto mantis con una sonrisita picara, pero po no entendió el doble sentido.

-vuelvo a escuchar otra frase con doble sentido y tendrán una extremidad menos y no serán precisamente los brazos o piernas- amenazo tigresa con un cuchillo entre sus patas "¿desde cuando usan el doble sentido? Pensó tigresa. Mono y mantis pusieron caras de dolor y se quedaron callados.

Al rato los fideos estuvieron listos. El desayuno paso lleno de charlas, bromas, risas, dobles sentido y amenazas de tigresa. Cuando terminaron los fideos y hubieron lavado los platos, todos se dirigieron al salón de entrenamiento.

-¿alguien quiere un combate?- pregunto tigresa con una sonrisa. Los cuatro furiosos negaron energéticamente, grulla se dirigió a la tortuga de jade, mono a los troncos con púas en péndulo, mantis a los guerreros de madera y víbora a los aros de serpientes.

-el que pierda le debe una con confesión al que gane- dijo po a espaldas de tigresa.

-¿confesión?- pregunto tigresa mientras se daba vuelta para encarar a po.

-si ya sabes… una verdad, un secreto, un deseo etcétera- dijo el panda con una sonrisa -¿te parece?-.

-emm…- tigresa fingió pensar, para luego esbozar una media sonrisa –vas a caer panda- dijo mientras se ponía en posición de pelea.

Po sonrió y se coloco en posición de pelea. Al otro lado del salón los cuatro furiosos restantes, ya estaban sentados uno al lado del otro, con un plato de dumplings. Los combates del panda con la felina, solían ser épicos y a todos les fascinaba

-¿apuestas?- pregunto mono en un susurro a los demás.

-tigresa gana…- dijo mantis, desde el sombrero de grulla.

-tigresa…- dijo simplemente víbora.

-empate…- dijo grulla, todos lo miraron extrañados, ya que todos sabían que tigresa no dejaba lugar a un empate.

-esta bien…- dijo mono mirando a grulla como un bicho raro –al ganador le doy cinco galletas de chocolate-.

Al otro lado del salón, po y tigresa se miraban atentamente, analizando los movimientos del otro y tratando de previsualizar el primer golpe. Po ataco primero, se abalanzo contra la felina y trato de parle una patada al estomago, pero ella lo tomo del pie y lo lanzo contra una pared.

-¿eso es todo panda?- pregunto con esa malicia que solo se conocía en ella en los combates.

-claro que no…- po se puso de pie a duras penas, para volver a batalla.

-esto va para rato…- dijo tigresa, antes de volver a atacar, esta vez con un golpe con las palmas de su mano.

EN EL SALON DE LOS HEROES…

Shifu meditaba en posición de loto junto al estanque de lágrimas sagradas, trataba de visualizar más de una visión que hace tiempo tenía. En ella solo se podía ver la silueta de tres felinos y el del medio tenía a uno mas pequeño en brazos, parecía estar sentados en tres pedestales y… nada más. "paz inte…paz in… paz" shifu trataban de seguir meditando, pero unas pisadas fuera del salón lo distarían. A los pocos segundos entro zeng, el ganso mensajero.

-maestro shifu…- saludo con una leve reverencia –alguien quiere verlo-.

-¿Quién?- pregunto shifu algo extrañado, no esperaban visitas.

-solo dicen que vienen del imperio de kenshi- anuncio zeng.

-bien… hazlos pasar- dijo shifu.

Zeng salio del salón, para entrar unos minutos después seguidos de las "visitas". Shifu se sorprendió al ver a dos tigres, ambos de la edad de tigresa aproximadamente. Uno de ellos era alto y corpulento, era un tigre de bengala, ojos amarillos, estaba vestido con un pantalón holgado marrón y un chaleco negro, el cual traía desabrochado. El otro era un tigre siberiano, de ojos amarillos, no era muy corpulento pero tenía los músculos ligeramente marcados, estaba vestido con un pantalón holgado negro y un chaleco verde, del cual solo tenía desabrochados los dos primeros botones.

-maestro shifu…- saludaron con respeto ambos tigres con una pequeña reverencia –mi nombre es shuo y el es mi hermano lee- el tigre de bengala los presento a ambos.

-un gusto…- shifu los saludo con un leve asentimiento de cabeza -¿Qué los trae por aquí?- pregunto.

-venimos del imperio de kenshi, nuestro padre es el emperador- dijo lee.

-tenemos entendido que una de sus alumnas es una tigresa… ¿verdad?- pregunto shuo.

-si, la maestra tigresa… pero ¿Qué tiene que ver ella en todo esto?- pregunto shifu algo extrañado.

-que… es con ella, con quien necesitamos hablar- dijo lee. Shifu los miro con desconfianza ¿de que querían hablar esos dos tigres con su hija?

-¿y de que quisieran hablar con mi hija?... si se podría saber- pregunto shifu, examinando los ojos de ambos en busca de la mentira. Ambos tigres se sorprendieron al escuchar al panda rojo llamar a tigresa hija.

-es algo… delicado…- dijo lee. Con una mano se sobaba la nuca algo nervioso.

-solo déjenos hablar con ella unos minutos, luego ella decidirá si contarles o no- dijo shuo, mas calmado que su hermano. Shifu los miro a los ojos, parecían decir la verdad.

-bien… síganme- dijo shifu dando media vuelta y saliendo del lugar, por lo que no vio las anchas sonrisas que esbozaron los tigres.

En el camino al salón de entrenamiento ambos tigresa le fueron contando sobre kenshi a shifu, costumbres, emperador, la caída de su tío. Cuando llegaron al salón, desde afuera se podían escuchar los ruidos de maderas al romperse y quejidos de dolor de alguien.

-¿podríamos hablar con ella en privado?- pregunto lee con una sonrisa nerviosa.

-claro…- shifu sonrió anchamente –bajo su propia seguridad- ningún tigre entendió esa frase asta que…

Shifu abrió de par en par la puerta del salón, justo a tiempo para ver como tigresa tomaba a po de un brazo y lo hacia girar en el aire para luego mandarlo a chocar con la pared. A ambos tigres casi se les cae la mandíbula. Los demás furiosos ni se percataron de su presencia, estaban muy atentos a la pelea.

-¿te rindes panda?- pregunto tigresa con una ancha sonrisa.

-para nada…- contesto el panda.

La felina y el oso volvieron a atacar al mismo tiempo, corrieron hacia el otro y a unos metros saltaron en el aire con la intención de acertar una patada, pero un carraspeo en la puerta los distrajo, provocando que chocaran de frente y cayeran al piso. Aunque a po le dolió mas, ya que tigresa callo sobre el.

-auch… mi espalda- se quejo po.

-me cabeza…- se quejo tigresa, mientras se reincorporaba.

-tu no caíste en el suelo…- le reclamo el panda, tigresa abrió los ojos como plato, recién caía en cuenta de que estaba sobre el panda. Con la cara como tomate se puso de pie y se fue formar junto con los demás furiosos, que ya se encontraban parados en fila frente a shifu.

-gracias por la ayuda…- protesto po, mientras se formaba junto con sus compañeros, pero solo consiguió una mirada de "perdón" de parte de tigresa.

Todos quedaron mas que sorprendidos al ver a los dos tigresa, en especial tigresa que no despegaba su mirada de ninguno, algo se le hacia familiar, en especial el tigre siberiano.

-alumnos… ellos son del imperio de kenshi- dijo shifu para sacar a sus alumnos del trance. Po tubo que darle un imperceptible codazo a tigresa para que reaccionara.

-¿eh?- los demás reprimieron una carcajada por la reacción de tigresa y shifu solo arqueo una ceja.

-hola…- saludo tímidamente lee y con una sonrisita nerviosa. Shuo negó con la cabeza.

-un gusto conocerlos maestros… yo soy shuo y el es mi hermano lee- dijo shuo con una leve reverencia

-el gusto es nuestro… ellos son los maestros mono, mantis, grulla y po, el guerrero dragón…- tigresa señalo a cada uno, ya había recuperado la compostura –y nosotras somos las maestras víbora y tigresa- termino de presentarlos tigresa.

-si claro… y yo soy tigre- se burlo lee, todos lo vieron con una ceja alzada, menos tigresa que solo emitió un leve gruñido, el cual le causo escalofríos a los tigres.

-tigresa, ellos vienen de kenshi para hablar contigo- dijo shifu al ver el ambiente tenso que se había formado.

-¿conmigo?- pregunto totalmente anonada tigresa.

-si maestra… y en privado si no le importa- dijo shuo. Tigresa los miro con desconfianza y luego a shifu.

-¿podrías acompañarlos al salón de los héroes, tigresa?- dijo shifu, dándole el permiso para que hablen en privado.

Tigresa miro a todos lados, no le inspiraban confianza ninguno de los dos, pero solo consiguió, miradas burlonas de mono, mantis y grulla, una mirada de "anda" de víbora y una mirada curiosa de po. Dejo escapar todo el aire que había acumulado en sus pulmones.

-bien…- contesto sin ninguna simpatía –síganme- sin nada mas que decir se dirigió asta el salón de los héroes seguida por ambos tigres.

En el salón de entrenamiento se quedaron los cuatro furiosos restante, po y shifu que se miraban entre si con miradas cómplices.

-bueno… voy a tomar aire- dijo mono, encaminándose afuera del salón.

-yo lo voy a acompañar…- dijo mantis –para que no se pierda- el dicho se subió al hombro de mono.

-yo voy a pintar un cuadro- dijo grulla y salio por el mismo camino que sus amigos.

-yo tengo hambre- dijo simplemente po, dejando a víbora y shifu solos.

-acompáñalos… después me dices que averiguaron- dijo shifu con una sonrisa.

-no desobedeceré a mi maestro- dijo una muy sonriente víbora y salio rumbo al salón de los héroes a buscar "información" como los demás.

EN EL SALON DE LOS HEROES…

Tigresa entro al salón, seguida de ambos tigresa y cerro las puertas a sus espaldas, por lo que novio a el mono, el insecto, el ave, la serpiente y el panda que los espiaba. Se sentó de espaldas al estanque de lágrimas sagradas y los otros dos tigres la imitaron.

-bien… ¿de que querían hablar?- pregunto tigresa con voz neutra.

-pues… nosotros… es algo… delicado- dijo lee mientras se rascaba la nuca.

-emmm… necesitamos que nos escuches y luego sacas tus conclusiones- dijo shuo, mas calmado que su hermano.

-los escucho… pero sean breves- dijo tigresa con semblante serio.

-bien…- shuo saco de uno de sus bolsillos una pintura vieja y se la entrego a tigresa.

–mírala con atención- dijo lee.

Tigresa tomo la pintura entre sus patas. Era la misma pintura que les había mostrado su padre en la biblioteca. Tigresa examinaba la pintura detenidamente, no encontraba nada extraño o curioso en ella.

-¿Qué tiene la pintura?- pregunto tigresa, sin entender nada.

-la tigresa de bengala que esta sentada en el sillón con cachorros en brazos, es nuestra madre, se llamaba kioko…- dijo lee. Tigresa seguía sin entender.

-el tigre siberiano es nuestro padre, se llama shiang y es el emperador de kenshi- dijo shuo, esperando que tigresa captara algo de la idea.

-entiendo... ¿y el cachorro blanco eres tu…- señalo a lee -…y el tigrecito de bengala tu?- señalo a shuo.

-si…- dijeron ambos hermanos al unísono.

-disculpen… pero sigo sin entender, que me quieren mostrar con esto- dijo tigresa. Lee y shuo reprimieron la necesidad de golpearse la frente con la palma de su mano "digna hija de shiang…" pensó shuo.

-mire con atención la pintura… ¿Qué mas ve?- pregunto shuo.

Tigresa volvió a mirar la pintura. Estaba perdiendo la paciencia ¿acaso esos dos tigres le jugaban una broma?... repaso la foto con la mirada varias veces, hasta que su atención se concentro en la cachorra de tigresa de bengala de ojos carmín, que trataba de tomar la espada del padre.

-¿ella es su hermana?- pregunto tigresa, si no era eso lo que querían que pregunte… estaba decidida, los sacaría a patadas de ahí.

-¡si!- exclamaron ambos tigresa como si hubieran resuelto el acertijo mas difícil del mundo, pero la ceja arqueada de tigresa los hizo volver a la realidad –digo… es mi gemela- dijo lee.

-a ella la tuvieron que apartar de la familia de bebe, por problemas políticos, ya que, si eras parte de la familia real no podías tener hijas mujeres- explico shuo.

-que machista…- dijo tigresa con desagrado, ambos tigresa sonrieron, se parecía a su madre –digo… ¿Qué paso con ella?- pregunto, ya que ellos no hablaban, lo mas lógico le parecía preguntar sobre "la hermana perdida".

-nuestros padre la dejaron en un orfanato, el orfanato de bao gu…- dijo lee, sabia que eso le haría conectar ideas a tigresa.

-¿bao gu?... ¿hace cuando fue eso?- pregunto tigresa, estaba con la mirada fija al frente, las palabras "orfanato de bao gu" resonaban como eco en su cabeza.

-hace… veintisiete años- dijo shuo, esta vez miraba a la maestra con ternura al igual que lee.

-¿de esto me querían hablar?- pregunto tigresa, su voz sonó como un débil susurro, empezaba a entender lo que esos tigres le querían decir.

-¡si!- exclamaron ambos tigres, el la cabeza de ambos aparecían imágenes de ellos saltando con su puño levantado en señal de victoria, como si hubieran cumplido una meta imposible.

-no me estarán queriendo decir que yo…- tigresa no pudo terminar la frase, ya que lee la interrumpió.

-hermanita… - dijo lee con alegría en su voz.

-¡no!... de seguro se equivocan- tigresa se paro de golpe como si de un resorte se tratara y caminaba de un lado a otro.

-claro que no… tigresa, eres hija de shiang, emperador de kenshi, yo soy tu hermano mayor y lee es tu gemelo aunque menor que vos- trato de explicar shuo.

AFUERA DEL SALON…

-¡¿Qué?!- exclamaron todos al escuchar lo que había dicho el tigre, pero rápidamente se callaron para que no los descubrieron y siguieron espiando.

DENTRO DEL SALON…

Tigresa había escuchado las voces de los demás fuera del salón, pero no le dio importancia. Solo tenía cabeza para pensar lo que esos dos tigres le estaban diciendo. Debía ser una locura, una equivocación. "estos dos tigres locos me quieren jugar una broma… si eso debe ser, se debieron haber equivocado a algo… sino, me hubieran buscado antes… ¿no?"Pensaba tigresa, dejo escapar un largo suspiro.

-mira la pintura tigresa…- dijo shuo –mira a nuestra madre, eres idéntica, bueno excepto los ojos que son como lo de nuestro padre-.

-tigresa, tienes que creernos- prácticamente rogaba lee –yo soy tu hermano, el es tu hermano- decía mientras se señalaba a el ya shuo.

-hagamos como que les creo… respondan… ¿Por qué ahora me cuentan esto? Y ¿para que?- pregunto tigresa con una expresión neutra.

-te contamos esto recién ahora, porque si te buscábamos antes te hubieran matado- explico lee –hasta hace unos días, nuestro tío sheng era quien gobernaba, ahora el emperador es nuestro padre y el nos envió a buscarte-.

-y te buscamos por dos razones, una es que queríamos conocerte al igual que nuestro padre y la segunda…- shuo se detuvo y su semblante se volvió triste –a nuestro padre le queda poco tiempo de vida… y su ultimo deseo es conocerte-.

Tigresa se quedo pensativa, shuo parecía decir la verdad, sus ojos demostraban una profunda tristeza, no sabia que responder, no les podía decir que si así como así. Por una parte no podía dejar toda su vida de un día para el otro y por otra, tampoco podía ignorar a su padre, si es que era su padre, y dejarlo morir, por más que nunca lo haya visto.

-yo… no…- tartamudeaba tigresa, no sabia que contestar.

-tigresa, escucha…- shuo se levanto del lugar donde estaba y tomo a tigresa de los hombros –nuestro padre esta por morir y lo único que quiere es verte, conocerte y saber que eres feliz- dijo zarandeándola, quizás un poco fuerte, ero aflojo su agarre al ver que tigresa intentaba disimular una mueca de dolor.

-suéltame… si no quieres perder un brazo- amenazo tigresa, odiaba que la tocaran sin su permiso. Shuo la soltó y retrocedió unos pasos.

-piénsalo… hermana- pidió lee con una sonrisita.

-no prometo nada… pero lo pensare- dijo tigresa sin mostrar emoción alguna. Dio media vuelta y se dirigió asta la salida, pero a unos pasos de la puerta la detuvo la voz de shuo.

-puedes contarles a tus amigos si quieres… para que te ayuden a pensar- sugirió el tigre mayor.

-no será necesario comunicarles nada…- dijo tigresa sin voltear a verlos. Abrió la puerta y al instante cayeron a sus pies los cuatro furiosos restantes y po, que había estado escuchando todo –los tigresa se quedan en el palacio por hoy… yo, estaré meditando- dijo tigresa antes de salir corriendo del lugar a cuatro patas.

-¿ella siempre es así, con es actitud?- pregunto lee a los cuatro furiosos y a po, que ya estaban de pie.

-no…- respondió po.

-suele dar mas miedo…- respondió mono con una sonrisa.

-ya veo…- dijo shuo.

-¿Por qué no nos acompañan al salón de entrenamiento?- pregunto víbora a los tigres.

-si, de paso nos cuentan sobre kenshi- sugirió grulla.

-nunca entendí porque se llama así la ciudad- dijo mantis, desde el hombro de mono.

-nuestro tatara, tatara, tatara abuelo se llamaba kenshi y el fundo la ciudad… y, nos encantaría entrenar con ustedes- dijo lee con una sonrisa en su rostro.

-creo que te faltaron "tataras"- se burlo shuo.

Ambos tigresa siguieron a los demás hasta el salón de entrenamiento. Los demás furiosos y po se sorprendieron al ver que shuo y lee eran tan buenos como su hermana en las artes marciales, solo le faltaba esa fuerza sobrenatural de tigresa.

EN EL DURAZNO DE LA SABIDURIA CELESTIAL…

Tigresa estaba sentada en posición de loto. Dejaba que la suave brisa chocara contra su rostro, a la vez que hacia volara los pétalos de las flores de durazno a su alrededor. En ese lugar siempre se respiraba paz. Paz… justo lo que necesitaba para pensar, no había pasado ni la mitad del día y ya se sentía agotada mentalmente. Era mucha información la que le habían dado esos tigres y ahora esperaban que los acompañara a kenshi a conocer a un padre que nunca vio. El ruido de unos pasos la sacó de sus pensamientos.

-solo quiero pensar… no quiero hablar con nadie- se adelanto a decir tigresa con los ojos cerrados, sin siquiera abrirlos para ver quien andaba.

-¿Ni con tu padre?- pregunto shifu, mientras se sentaba frente a ella.

-papá… no es que no quiera hablar, sino que no tengo que decir- dijo tigresa con la cabeza gacha.

-siempre hay algo que decir… por mas mínimo que sea- dijo shifu, tigresa lo mira y sonrió –víbora me contó todo- dijo shifu.

-valla amiga…- dijo tigresa con sarcasmo pero algo divertida.

-si pero dime… ¿estas convencida de lo que te dijeron lee y shuo?- pregunto shifu con voz calmada.

-no lo se… parecen decir la verdad…- contesto simplemente tigresa.

-si… - shifu quedo algo pensativo -¿Qué piensas hacer?- pregunto shifu.

-no lo se… ellos dicen que mi padre biológico esta por morir y que quiere conocerme…- a cada palabra, la voz de tigresa iba disminuyendo. Shifu quedo algo pensativo, se coloco de pie y abrazo a su hija.

-sea cual sea tu decisión… siempre te apoyare- dijo shifu, escucho unos pasos y esbozo una sonrisa -… alguien mas quiere hablar con vos- dijo y en un abrir y cerrar de ojos el ya no estaba.

Tigresa no entendió eso, pero no le tomo importancia. Volvió a sentarse en posición de loto y siguió meditando, las palabras de los tigres resonaban como eco en su cabeza, y eso solo la desconcentraba más. Unos minutos después, unas pisadas, bastante ruidosas y una respiración agitada captó su atención, sonrió para sus adentros reconocía perfectamente al dueño de las pisadas.

-po…- dijo tigresa aun con los ojos cerrados.

-¿Cómo me escuchaste?- pregunto el panda, quería sorprender a tigresa, pero no le funciono.

-con el ruido que haces… te escucharía todo el valle- se burlo tigresa. Pero en su voz se notaba preocupada y algo triste.

Po no contesto, camino hasta tigresa y se sentó detrás de ella, para luego tomar sus manos entre las suyas y abrazarla por la cintura con las manos de ambos sobre su vientre. Tigresa se puso un poco tensa por la acción del panda, nunca la había abrazado así y odiaba la sensación cálida y protectora que le brindaba.

-¿quieres hablar?- pregunto po, con una sonrisa. Al abrazarla de esa forma se arriesgaba a que tigresa lo golpee pero… valía la pena el riesgo.

Tigresa miro para todos lados y afino su oído, para asegurarse que no haya monos a la costa, literalmente. Tras asegurarse de estar solos se relajo un poco y dejo decantar su cabeza en el pecho del panda, después de todo… nadie mas los iba a ver.

-la verdad… no- contesto tigresa, dejando escapar en un largo suspiro por sus pulmones.

-mientes…- la acuso el panda.

-claro que no… es que no se por donde empezar- se defendió tigresa.

-empieza por el principio… analiza la situación- le sugirió po, mientras la estrechaba un poco sobre sus brazos.

-¿analizar?... – pregunto tigresa, po asintió –por un lado, un par de tigresa me dicen que son mis hermanos, que mi padre biológico esta a poco tiempo de morir y quiere conocerme…- dijo tigresa en un susurro.

-¿y por otro lado?- la animo a seguir po.

-por otro lado… son unos hermanos que nunca vi, un padre que nunca conocí y una madre que jamás conoceré- a este punto, los ojos de tigresa estaban inundados en lagrimas que no se permitía soltar.

-¿y las opciones?- po noto las lagrimas retenidas de tigresa, así que acaricio su mano para calmarla.

-las opciones son dos… una es irme y dejar todo lo que me representa el templo, mi vida, mi arte, mis amigos…- "a ti…" pensó – la otra es quedarme… e ignorar la posibilidad de una supuesta familia que me extraña y un supuesto padre que me quiere conocer- tigresa dejo escapar unas imperceptibles lagrimas, las carisias del panda la relajaban.

-también están los peros…- tigresa se reincorporo de golpe y se quedo mirando a po –si te quedas puede ser que no conozcas nunca a tu familia biológica y tu pasado y si te vas… bueno, puedes irte solos un tiempo, nadie dijo que te vallas para siempre- dijo po.

-estoy empezando a creer que me quieres lejos…- dijo en burla tigresa. Po solo rió.

En la cara de tigresa se formo una sonrisa, el panda tenia razón, podía irse pero solo un tiempo. Se acero a po y lo beso con un tierno lengüetazo en la mejilla, lo que ocasiono que se pusiera mas colorado que nunca. Tigresa se paro y estiro una pata para ayudar a reincorporarse a po.

-¿Qué pasa?- pregunto po sin entender la situación.

-gracias po, ya tome una decisión- dijo tigresa con una sonrisa.

-¿ah si?... y… ¿Cuál es?- pregunto po, temiendo la respuesta de su amiga.

-vamos al salón de entrenamiento… se lo diré a todos juntos- dijo tigresa con una sonrisa.

Ambos emprendieron el camino al salón de entrenamiento en silencio. No sabían desde que momento, pero iban agarrados de las manos, agarre que deshicieron al estar a unos metros de las puertas de salón.

EN EL SALON DE ENTRENAMIENTO…

Hacia ya diez minutos que tigresa estaba parada enfrente de todos, que la miraban atentos a sus palabras, sobre todo lee, shuo, po y shifu. Tigresa esta nerviosa, no sabia como empezar así que decidió ir directamente al punto.

-bueno… yo… tome una decisión- dijo con voz neutra pero algo nerviosa.

-¿Cuál es tu decisión?- pregunto víbora a su amiga.

-yo… iré a kenshi…

bueno, hasta aqui el siguiente cap... ¿que pasara?... ¿que diran los demas? ¿echaran a patadas a tigresa?... bueno eso no XD... ¿se diran po y tigresa lo que sienten?... ya saben dejen reviews y me critican, comenta, o lo que sea... todo es bien benido.