*Los personajes pertenecen a S. Meyer. La historia es mía.


No me gustan los guapos

Capítulo 1: ¿Más que la imagen?

Ocho cuarenta y ocho de la mañana. Llega al estacionamiento de su trabajo. Sale de su BMW plateado y entrega las llaves al valet parking (la conocen desde hace 7 años, así que no hace falta más que los "buenos días" de siempre). Camina hacia los ascensores llamando la atención de todos en el hall. Siempre lo hace. Su porte, su carisma, su belleza y su poder. Quienes suben con ella se sienten afortunados, es el momento que muchos esperan vivir por las mañanas para poder contarlo en la oficina. Ella les sonríe de manera natural a todos y también les da los buenos días. Huele delicioso y no sólo es su perfume, es un aroma que desprende su misma naturaleza. Debe ser así. Poco a poco el ascensor se va quedando vacío conforme sube los pisos. Piso 21. Las puertas del ascensor se abren. Ocho cincuenta y seis de la mañana. Siempre es muy puntual.

—¡Hola Angie!

—¡Muy buenos días jefa! —responde la recepcionista con bastante entusiasmo, una chica de unos 24 años, castaña, y de aspecto amable.

Ella sigue caminando. No es un pasillo muy largo, pero permite que el resto de las personas del piso se enteren de que ha llegado. Voltean para ver si es posible que hoy se vea aún mejor que el viernes. Y siempre parece que así es. Deslumbra. Cuando ella voltea y se topa con la mirada de alguno, sólo sonríe y asiente ligeramente con la cabeza a manera de saludo. Eso es suficiente para cualquiera. Parece mentira, pero cuando ella llega con esa sonrisa, su alegría y su tranquilidad, el día de oficina transcurre de igual manera. Contagia.

Gracias a Dios ella es la Directora General y no alguna de sus otras dos socias. No porque no las quieran, pero son un poco más caóticas e inestables. Si la oficina se contagiara de ellas, parecería más un piso de la Casa de Bolsa o un periódico cerrando la edición vespertina.

—¡Hola Kate! ¿Qué tal tu fin de semana? ¿Pudiste arreglar el problema que tenía tu mamá con el televisor?

—¡Buenos días, Bella!... ¡Pfff! No me recuerdes lo de mi mamá y su urgencia del viernes. Cancelé mi cita con Jeff y el domingo terminé comprándole un centro de entretenimiento para poder regresar temprano a mi apartamento… Pero fuera de eso, bien, gracias. ¿Qué tal el tuyo?

Bella rió ligeramente, su asistente siempre tenía problemas "raros" con su familia. Al parecer la Sra. Kate (sí, tenían el mismo nombre) era bastante absorbente con la chica, pero la quería mucho. Bella se divertía con sus anécdotas y tenía mucho aprecio por su asistente.

—Bien, gracias. Muy divertido e ilustrativo —respondió mientras la chica le entregaba la correspondencia, unas revistas de moda y caminaban hacia la oficina.

No se explayaba demasiado porque era consciente de que su vida era más glamorosa que la de sus empleados y, a pesar de saberse un poco superficial, no le gustaba presumir de eso con ellos. Lo disfrutaba mucho, pero no presumía.

Podía ser superficial, banal y snob con sus iguales. Y lo era. Bastante. Pero no con la gente que ella consideraba que también había contribuido a llegar hasta donde estaba y mantenerse ahí. No había necesidad. Los apreciaba. No era hipocresía, simplemente tomaba lo mejor de cada mundo. Era cómodo. La "buena vida" del mundo superficial y "la buena gente con su cariño" del mundo real. Lo demás prefería dejarlo de lado. Es decir, la parte difícil de ambos mundos (el real y el superficial) no le merecía ninguna inversión de tiempo. Le había costado convencerse de su filosofía actual, pero lo llevaba bastante bien de 5 años a la fecha. No necesitaba nada más.

—Hoy tienen reunión de Comité a las 11. Sam no podrá asistir porque tuvo que viajar a París para arreglar el desfile del jueves, me dijo que estaría por videoconferencia… —empezó a explicar Kate, mientras Bella se sentaba y comenzaba a revisar su correspondencia.

—Bien, por favor prepara los contratos que trajeron la semana pasada para presentarlos en la reunión. ¿Qué más?...

—Ben te envió hace unos minutos el nuevo portafolio de modelos para que den su visto bueno; les avisé a Alice y a Rosalie y ya está agendado para esta tarde. Y… Jacob volvió a mandarte flores, ya las mandé de regreso como me indicaste desde la primera vez, así que no creo que tarde la nota de respuesta, ¿aún no quieres que te muestre ninguna?

Bella le había pedido a Kate no ver, leer ni saber nada relacionado con Jacob, y eso incluía flores, notas, fotos, y hasta artículos o fotos en las revistas. Kate debía revisarlas antes y arrancar las hojas que lo mencionaran o donde apareciera. Todavía estaba muy molesta por todo lo que había pasado con él, a pesar de que habían terminado hace seis meses. Y en realidad, lo que más le molestaba era que él se hubiera aparecido a las semanas de lo que ella llamaba "el incidente" para pedirle que regresaran con una actitud por demás, cínica.

—Kate, te he dicho que NADA. Así que por favor quema esas notas si no quieres que me moleste contigo —dijo Bella en un tono bastante frío que no dejaba lugar a dudas de lo que su asistente debía hacer.

—Claro Bella. El resto de los asuntos está en la agenda. Y en todo vamos al día. —cambió de tema rápidamente, si Bella cambiaba de humor, no sólo sufriría por la actitud de su jefa, sino por toda la empresa (lo dicho, su humor contagiaba todo).

—Gracias Kate. Te encargo mi café y en veinte minutos me comunicas con Eleazar a Vancouver —dio instrucciones.

La mañana pasó muy tranquila, había asistido a sus reuniones, revisado sus pendientes, presentado resultados y avances al Comité, realizado llamadas y había llegado la hora de comer.

Normalmente a Bella no le faltaban invitaciones a comer. Artistas, cantantes, modelos, agentes, empresarios, pretendientes, proveedores, muchos querían acercarse a ella, ya sea por los beneficios profesionales que les traía o bien, porque era una persona atractiva, con la que buscaban relacionarse en términos de amistad o de algo más.

Para ella, ese momento podría dividirse entre negocios y placer. Le era indistinto con quién comía, pero cuando se trataba de desayuno o cena, las cosas cambiaban. Pocas personas podían ser parte de eso porque para Bella implicaba compartir un momento previo o posterior, más íntimo y personal. El desayuno implicaba despertar con alguien o, por lo menos, ser la primera persona con quien iniciar un día más de vida. Y la cena era dar paso a la intimidad sexual, hacer el amor y dormir, abrazados, compartiendo sueños no dichos durante más de 5 horas. Ambos eran lujos que reservaba para sus amigos, su familia y su pareja.

Había tenido pocas parejas, en realidad, dos: Oliver y Jacob. Desde luego, había tenido encuentros sexuales con más chicos, pero era eso, sólo sexo. Nunca después de la cena, como regla general. Pero no le generaba conflicto pensar que tanto hombres y mujeres tenían todo el derecho a buscarlo si eran libres y se cuidaban. Conocía a muchos hombres por su trabajo así que nunca le faltaba oportunidad si lo necesitaba, incluso podía elegir.

Elegir. Precisamente eso es lo que debía hacer ahora con Alice y Rose. Sus amigas y socias.

A Rosalie Hale la conoce desde que ambas ingresaron a la universidad y aburridas de una fiesta de fraternidad decidieron ir a conocer el bar más famoso del centro de la ciudad. Tiempo después, Rose comenzó a salir con el primo de Bella, Emmett y, desde entonces, no se han separado.

A Alice la conoció al poco tiempo de arrancar el negocio con Rosalie. Ellas habían decidido iniciar un negocio de publicidad y relaciones públicas aprovechado los buenos contactos de los Hale. Con el éxito de los primeros años, el negocio comenzó a crecer y pensaron que sería buena idea buscar un socio. Consideraron a muchos, pero un día Emmett les presentó a su amiga Alice, una chica alocada apasionada de la moda y gran sentido del humor, e hicieron click desde el principio. La invitaron a conocer su trabajo y desde entonces son amigas y socias.

Esta tarde era "Tarde de Elección", era de los momentos que más disfrutaban de su trabajo. Una vez al mes, Ben S., subdirector de Talento, se encargaba de reunir información sobre nuevos modelos y actores para armar un portafolio de posibles adquisiciones para la Agencia. Armaba un portafolio con lo más relevante y se lo enviaba a las chicas para que hicieran su elección. Desde luego, era un portafolio mixto, pero las chicas se tomaban más tiempo para evaluar a los chicos. Cada mes, sumaban a su directorio, por lo menos a dos "nuevos talentos" por lo que su plantilla cada vez era más extensa. Hace tres años habían decidido, muy a su pesar, hacer esa junta una vez cada tres o cuatro meses si no querían hacer quebrar el negocio por tener más oferta que demanda. Así que era momento de recrearse la pupila.

Las oficinas de 2BAsociated contaban con una sala de juntas muy moderna. Además de una mesa amplia, sillones de piel, pantalla, proyector y demás detalles, tenía un anexo que funcionaba como un micro auditorio o sala de cine. Tenía 10 butacas, un pequeño escenario de madera al frente con todo y telón, en donde también se podía desplegar un pantalla tipo cine. Normalmente era un espacio en el que sólo las chicas y algunas personas del Comité pasaban a evaluar alguna campaña, algún montaje piloto o a revisar alguna propuesta para algún cliente, pero también funcionaba como el espacio ideal para la "Tarde de Elección".

—Bella.. Alice y Rosalie ya están en la sala de juntas. Te están esperando. —le avisó Kate por teléfono.

—Ya voy, ya voy… —Y tres segundos después salió corriendo de su oficina hacia la sala.

—¡Hey chicas! —gritó Bella al entrar a la sala.

—¡Bella! —respondieron al unísono. —¿Dónde diablos te metiste todo el fin de semana? —reprendió Rose— ¿Y esta mañana? —agregó Alice.

—Tranquilas, tranquilas… No vamos a empezar con reclamos, ¿o si? Por lo menos no ahora. Es "Tarde de Elección" y no vamos a perder el tiempo con esto. ¡Vamos! Ya saben que ahora, más que nunca, me interesa ver qué tenemos de nuevo —respondió en un tono divertido.

—Pero no te vas a librar, ¡eh!... Ven acá… Te queremos en medio para poder asesorarte. —Rosalie la sentó y las luces se apagaron.

Desde el otro lado, Alice se acercó a Bella y le susurró—: Sabes que tengo un primo muy lindo que podría salir contigo, ¿verdad?

Bella solo volteó, giró los ojos y negó ligeramente con la cabeza, para después tomar su mano y decir—: Gracias Alice.

Estuvieron toda la tarde revisando el portafolio. Como siempre, la parte de las chicas pasó rápido. Cuando llegaron a los chicos, como adolescentes estuvieron revisando todos sus datos, revisando los videos, las fotos y todos los datos que consideraban relevantes.

La tarde había sido divertida. Alice y Rose distrajeron lo suficiente a Bella para que no pensara demasiado, pero al llegar a su apartamento, todo era distinto.


Primer intento de un fic más largo. Agradeceré infinitamente cualquier comentario.

Gracias!