Hola, pues sí, lo han leído bien, es el final, ¿que? bueno como les dije cambie la historia, realmente el final del libro me gusto, fue bueno, pero creo que me hubiera gustado un poco más, así que esto es lo que pensé y heey lo adapte ese final para mi historia. Es un poco largo espero no se aburran. Nos vemos abajo.

Dicleimer, nada me pertenece, es solo una adaptación y los personajes son de Craig B. He dicho!


CAMINOS

Me detengo y meto el dinero en mi maleta antes de entrar, espero solo que mama tenga buen humor y pueda sentirse feliz de que regrese, me doy cuenta que olvide la bolsa de los regalos y miro hacia atrás como el auto de Arnold da vuelta en la esquina, mañana los recogeré pienso mientras escucho la voz de mi madre desde la sala.

- ¡Geraldine! ¿Eres tú?

Me congelo al escuchar su voz, el tono lo conozco, toda la vida escuchando llamarme así, sometiéndome y lastimándome, quiero huir, pero mis pies parecen no obedecer, en lugar de salir corriendo entró en la casa y la veo iluminada por la luz de la lámpara.

- ¿Dónde has estado? – exige terriblemente calmada.

- En Florida… ¿recuerdas? – veo brillar el recuerdo en sus ojos pero ella lo aparta.

- ¿Quién te dio permiso?

Ella me mira molesta, quiero decirle que fue ella, pero me he quedado sin palabras, la casa huele mal y puedo ver basura por todos lados, ella sigue el mismo recorrido que yo y sus ojos destellan de ira.

- ¿Ves este desastre? haces un desastre y luego te vas para unas vacaciones, dejando todo para que yo limpie.

Cuando pienso en todo esto y siento el dolor de lo que deje en Florida, me distraigo un momento, esto me hace no verla venir hacia mí con rapidez y fuerza, se levanta y trae un bate en la mano y lo balancea hacia mi cabeza, levanto mi brazo por puro instinto, no tengo la férula e intento protegerme el golpe me da de lleno y siento como mi brazo se hace de nuevo trisas.

Caigo al suelo e intento huir de ella, pero me golpea fuertemente en la espalda lo que hace que pierda la respiración y deje de ver por un segundo.

Estoy en el suelo de nuevo, y me golpea con los pies, yo no puedo ver ya que la sangre cubre mis ojos pero la escucho gritar desesperada, como un animal luchando contra algo, la oigo alejarse, los golpes no vienen y después la oigo llorando lejos.

Siento a alguien cerca, no distingo a mi madre, pero me alejo mientras intenta tocarme.

- Helga, soy yo, soy Arnold.

- ¿ Arnold? Pregunto asustada, realmente indignada porque esté aquí y me pongo a llorar mientras le miedo se apodera de mí, pero en ese momento me siento agradecida.

- Vamos te llevaré al hospital, dice mientras limpia mi rostro y veo dolor en su mirada mientras me levanta, yo grito de dolor y lo veo luchar por no tener que levantarme.

- Te dejaré aquí, llamaré a las ambulancias.

- No…yo… gracias - es lo último que puedo pensar, sé que estoy muriendo, siento como mi vida se esfuma de mi cuerpo, mi mente comienza a apagarse, dejo de escuchar la voz de Arnold, no tengo más palabras que decir, una oscuridad suave me envuelve y al final me entrego a ella.

PoV Arnold.

Me doy la vuelta al ver la bolsa de los obsequios de Helga en el asiento trasero, se que esta noche quería dárselos a sus padres, me estaciono afuera y los tomo, entro en el pequeño jardín donde imagino a una pequeña Helga corriendo entre los aspersores divirtiéndose a lo lindo, cuando voy a golpear un grito me hace detenerme y se que viene del interior.

Algo se quiebra y escucho más gritos y unos gruñidos guturales, sin pensarlo suelto los obsequios y se que se han quebrado, la puerta cede y veo a una mujer rubia con un bate en la mano, y en el suelo siendo golpeada con sus pies Helga yace sangrando.

Siento una ira sobrehumana en mi y me lanzo contra la mujer, que me imagino es su madre y le arranco el bate, ella lucha contra mí y me rasguña, pero yo soy mucho mas fuerte y la tome desprevenida.

- Déjame, sal de mi casa, maldito – grita mientras patalea, la empujo fuera de la casa y cierro con seguro, Helga esta inmóvil su brazo esta en una posición irreal y la sangre fluye de varias heridas en su rostro. No puedo hablar el dolor es demasiado, me inclino y la intento tocar y ella grita alejándose de mí.

- Helga, soy yo, soy Arnold.

- Arnold? Pregunta asustada y comienza a llorar. - ¿Qué haces aquí? – tomo mi teléfono y comienzo a marcar al 911, ella ha dejado de moverse y su respiración cada vez es mas lenta y yo ruego que llegue pronto la ayuda.

- Gracias - dice en un susurro. Siento mi corazón detenerse, la sostengo entre mis brazos con cuidado y buscó su pulso.

- Helga por favor, no me dejes, Helga por favor reacciona – las lágrimas corren por mis mejillas, no siento su pulso, no siento su respiración, no puedo perderle. La operadora me dice que llegaran en unos minutos pero se que eso puede ser muy tarde para ella. Marco el numero de mi madre quien contesta a los dos timbres.

- Arnold – dice mi madre riendo mientras contesta - ¿Por qué tardas tanto? creí que solo la dejarías en casa, ¿decidió venir a cenar? Estamos pensando en pedir pizza, ¿Qué quieres tu?

- Mamá – digo suspirando e intentando sonar lo mas fuerte que puedo, es imposible – Paso algo en casa de Helga, ¿puedes venir?

- ¿Qué sucedió? Ella esta bien?

- No mamá llamé al 911 y vienen para acá. – las sirenas no se hacen esperar y escucho como ella suspira y llama a mi padre – Estaremos allí en unos minutos.

Como en cámara lenta entran los policías y los paramédicos, me apartan del cuerpo quebrado de Helga aunque luchó con eso, un paramédico la coloca en el suelo y busca sus latidos, me retiro para dejarlos trabajar, veo que coloca una máscara en su rostro y la esperanza crece en mi pecho.

- Tenemos que llevarla al hospital – dice uno de ellos. La colocan en una camilla y salgo detrás de ellos, mi ropa esta llena de sangre pero no me importa, cuando la meten en la ambulancia mi padre está allí.

- ¿Es usted su familiar? – pregunta un médico.

- Si – digo sabiendo que con otra respuesta el me impediría viajar en la ambulancia. – Soy su prometido.

- Vamos tenemos que irnos.

- Te alcanzaremos allá. – dice mi padre y yo subo en la ambulancia.

Tratan de estabilizar a Helga, la conectan y puedo ver sus latidos, siento su corazón luchando por vivir. Tomo su mano y pido por que se salve. Y en ese momento un sonido desgarrador rompe mi vida. Su corazón dejo de latir, la máquina hacía un ruido que marcaba su falta de vida.

- Apártese – dice uno de los paramédicos y abren su blusa sin miramientos, veo heridas en su cuerpo, su rostro está ensangrentando, pero creo que logre detenerla a tiempo, aunque el sonido de las maquinas me hacen creer lo contrario, ellos encienden el desfibrilador y comienzan a darle descargas, para que su corazón comience a latir, 300, 400, 500 y en ese momento vuelve a trabajar mi corazón.

Cuando llegamos al hospital ellos bajan con ella y yo corro a su lado, pero me detienen pues solo puede pasar personal autorizado, me quedo mirando por la ventanilla como comienzan a trabajar con ella, los médicos y las enfermeras.

Me quedo mirando, cuando siento una mano en mi hombro y veo que es mi mejor amigo, que me mira preocupado.

- Estará bien.

- Tu lo sabías verdad. Sabías lo que pasaba con ella. -digo y siento una ira irracional en ese momento a causa del dolor que hay en mi corazón, su respuesta me desconcierta.

- Yo, bueno no creí que fuera tan grave. Además me enteré poco antes de día de Gracias.

- ¿Por qué nunca me lo dijiste? Pude haber…

- ¿Qué? Rayos amigo, ni siquiera te dijo nada sobre Rhonda.

- ¿Rhonda? ¿que tiene que ver con esto?

- Vamos viejo, de algún modo ella incitaba a todos a hacerle bully a Helga.

- Debiste decirme - le digo quedándome en silencio y es la primera vez que veo todo desde otra perspectiva, con la correcta, la forma en que todo cuadra en un abuso del que yo mismo fui parte por ayudarle.

- Ella me lo pidió amigo, verás le dije varias veces que te lo dijera, pero si ella no quería decírtelo ¿Por qué lo haría yo? no hubieras hecho lo mismo.

- Pero ella esta allí, a punto de morir – digo molesto.

- Saldrá adelante, ella es mas fuerte de lo que crees.

- Entonces siempre era así en su casa y en la escuela.

- Si.

- ¿Y no hiciste nada? - digo molesto.

- ¿Qué podía hacer? Tu saliste de su vida. ella y yo no eramos muy amigos que digamos así que ella se alejo, cuando regresamos a la secundaria, Rhonda que era su mejor amiga la desprecio y desde entonces empezó todo esto, no te puedo decir mucho, no estuvimos en las mismas clases y siempre estaba ocupado con los entrenamientos.

- No te culpo. Esto es mi culpa.

- No amigo – dice el en tono conciliador.

Mi padre entra y me entrega un cambio de ropa.

- Arnold ve al baño a lavarte y a cambiarte.

- No me iré.

- Hijo estas lleno de su sangre, estaremos aquí, la operación tardará un poco.

- Bien – digo molesto dirigiéndome al baño para cambiarme de ropa.

Cinco horas están en la cirugía, siento que es una eternidad, mi padre y Gerald están aquí, un policía ha venido a pedirme mi declaración y solo he dicho lo que sé. Cierro los ojos y pienso en sus ojos y su sonrisa, no podría vivir sin ella, mi corazón moriría si ella lo hace.

- Familiares de la paciente Pataki.

- ¿Si? – digo de un brinco y me acerco al doctor.

- Ella esta estable – dice el doctor, pero veo algo en su mirada – Las lesiones que recibió fueron muy severas, uno de sus pulmones fue perforado por una costilla quebrada y el otro colapsó por que se le lleno de liquido, tendrá que estar internada mínimo un mes, si no más, depende su recuperación, sus piernas no tienen ningún hueso roto, por lo que no estará del todo inmovilizada.

- ¿Pero estará bien?

- Ella esta estable y a despertado, recibió un fuerte golpe en la cabeza, el hecho de que su corazón se detuvo, bueno pudo generar algún problema, pero la estaremos evaluando, ¿alguno de sus padres esta por aquí?

- No - dice mi padre - Pero intentaré localizarlo.

- Los oficiales les esperan para levantar la declaración de los hechos - dice el médico. Miro a mis padres que comienzan a charlar con la policía mientras hablan del incidente.

- Sr. usted reportó un incidente.

- Tengo que irme – digo a mis padres – iré a buscar a su padre. Y sin esperarlo me alejo dejando mi corazón malherido en un cuarto de hospital.

Después de dos horas buscando a su padre lo encuentro en un bar local y me doy cuenta que la vida de Helga es terrible y ahora entiendo porque no quería que conociera a sus padres y eso me duele, me duele que no confiara lo suficiente en mí. Su padre parece perder la borrachera cuando le digo que su mujer ha sido detenida y su hija esta en el hospital, me dice que me seguirá en su auto y no tengo el coraje de decirle que no lo haga.

Cuando entramos en el hospital, mi madre no está allí pero mi padre si, me acerco y aun no me ve y puedo escuchar un poco de su conversación ya que habla por teléfono.

- Te lo dije padre, te dije que esa mujer volvería a golpearla, ¿Qué tal si Arnold no regresa? pudo haberla matado. Cuando me lo dijo supe que debí hacer algo pero no pude saber cómo actuar ahora me siento muy consternado por esto.

- Ella me pidió que no dijera nada - dice mi padre cansado – No podía violar su confianza en mí. Arnold debe…

- Papá – digo interrumpiéndolo – El es Bob Pataki el padre de Helga.

- Un placer – dice mi padre.

- ¿Dónde esta mi hija?

- En la habitación, la trabajadora social esta con ella y mi esposa apenas nos dejaron pasar.

- Bien – dice el y toma asiento.

- ¿Papá tu sabías esto? – le pregunto y se que no me responderá - Realmente crees que ella debía… - me quedo callado al ver salir a una mujer en traje negro y entro en el cuarto, allí esta mi madre y parece a punto de quebrarse, el medico se quedo hablando con el padre de Helga y ella me mira con dolor.

- Llegaste – dice mirándome mamá y la veo y luce peor que la vez anterior y ella huye su mirada de mí.

- Lo siento, fui – dijo él – Fui con tu padre.

- ¿Con Bob? – pregunta sorprendida.

- Debía saberlo. Mamá mi padre te esta esperando.

- Gracias cariño – al darme un beso su perfume me invade los poros y poco a poco entiendo porque Helga parecía extrañarse por todos los detalles, por todo esto que es mi familia.

- Arnold yo.

- No me digas nada – y las palabras salen más duras de lo que esperaba – Realmente te valoras tan poco para no confiar en mí y pensar que yo…

- ¿Qué? - dice ella y luce asustada.

- Sabes que olvídalo. Yo necesito caminar.

Cuando regreso, ella está allí silenciosa y no me mira, el doctor nos dice que debemos marcharnos y su padre se quedará en la primera guardia, sin mirarla salgo de la habitación, realmente no estoy molesto, no con ella, sino con su madre, con el hombre que se dice su padre y que debe quedarse en mi lugar y sobre todo estoy molesto conmigo realmente fui tan ciego que no pude ver esto, ella de una u otra forma me lo daba a entender pero lo que me duele es el hecho de que no tuvo la confianza para decírmelo.

POV HELGA

Un ruido desesperante me hace querer abrir los ojos, es como un bip, bip, bip, constante pero no como una alarma, más bien como ese ruido que hacen las máquinas de los hospitales en la televisión. Comienzo a escuchar voces a mi alrededor y de pronto algo brilla en mi y abro los ojos asustada, recuerdo a mi madre, golpeándome, atacándome y abro los ojos con sorpresa.

- Bienvenida Helga - dice una mujer de blanco - No te muevas, estas en el hospital, ¿me puedes decir cual es tu nombre completo?

- Helga Geraldine Pataki - digo y miro entre las personas a mi alrededor, una mujer pelirroja esta al lado de la cama mirándome con preocupación.

- Stella - digo -¿que hace aquí? mi madre.

- Cariño, estas bien - dice ella sonriéndome - Todo estará bien. - Alguien se acerca y no la conozco una mujer con traje negro que me mira severamente.

- Ella - dice la enfermera - Es de trabajo social, La Srita. Robberts te hará algunas preguntas.

La mujer de negro me dice que es de trabajo social y que debe levantar un informe de lo sucedido, pero no puedo decir nada, siento mi mente hecha de gelatina no me duele nada, pero probablemente se debe a los medicamentos que corren por mis venas ¿mi madre quedará por siempre presa? no entiendo todo lo que me dice, pero se que ahora seré parte del sistema y eso me hace sentirme cada vez peor.

- Y mi padre?

- Le pregunte si sabia su padre de los abusos, ¿el es parte de esto?

- ¿Qué? No – digo enojada. – Usted no conoce a mi familia.

- No necesito mucho para saber como es.

- Realmente me siento mal – digo mirando al doctor.

- Por favor –dice mirándola el doctor – deje descansar a la paciente.

Pasan dos horas y Arnold no aparece, Stella me dice que tiene que hacer algo y es todo lo que sé de el, ella tiene mi maleta con la que llegue y pienso en como hace menos de doce horas me sentía feliz y ahora simplemente soy una huérfana más en el sistema del gobierno.

- Llegaste – dice mirando a su hijo que parece asustado cuando me mira yo aparto la mirada y el no hace nada para que vuelva a encontrarse nuestra mirada.

- Lo siento, fui – dijo él – Fui con tu padre.

- ¿Con Bob?

- Debía saberlo. Mamá mi padre te esta esperando.

- Gracias cariño – ella me besa en la frente y sale del cuarto.

- Arnold yo.

- No me digas nada – me dice molesto – Realmente te valoras tan poco para no confiar en mi y pensar que yo…

- ¿Qué? pregunto sorprendida.

- Sabes que olvídalo. Yo necesito caminar – me deja sola en la habitación y se que ahora se ha dado cuenta de la realidad, de cómo él y yo simplemente pertenecemos a mundos diferentes y lloro por eso y se que mi fondo de emergencias será pronto reducido a nada pues no puedo quedarme aquí, no ahora que el me ve como soy y ya no me ama y por eso comienzo a llorar como nunca lo he hecho.

PoV Arnold.

Mis padres se marchan dejándome allí bajo protestas de ambos, pero no pienso dejarla sola, aunque su padre está allí me siento preocupado, estuvo bebiendo no se que tanto sea responsable de su estado, me quedo sentado mirando a todos los familiares a mi alrededor y solo puedo ver dolor y resignación.

¿Qué hubiera pasado si no regreso? Si ella simplemente hubiera tenido que quedarse allí recibiendo golpe tras golpe de quien debió amarla, lágrimas amargas resbalan por mis mejillas y me siento impotente, me pongo en pie y veo a su padre en la ventanilla de la clínica, habla con la enfermera y cuando se gira me mira.

- Armando - dice el y yo casi quiero reírme, ni siquiera mi nombre lo recuerda.

- Soy Arnold.

- Si, Arnold, oye gracias por avisarme de mi hija.

- ¿Saldrá? - digo cerrando los puños y el me mira y después a la enfermera.

- ¿Puede quedarse con mi hija?

- Claro - dice la enfermera mirándome - ¿Tiene manera de ir usted solo?

- Sí, tomaré un taxi.

- ¿Se irá? - le recrimino - Ella está allí postrada en la cama, cuando debería estar… debería…

- Hijo - me dice la enfermera - Se que debes estar preocupado por tu amiga.

- Es mi prometida - su padre me mira y después a la enfermera.

- Bueno, ella estará contigo, ahora el tiene que ir a la Clínica de psiquiatría a ver a su esposa.

- Regresaré solo termine, gracias por avisarme y por… salvarla.

El me entrega el pase y sin pensarlo dos veces me dirijo a su habitación que gracias a mi padre esta ella sola, me detengo en la puerta y la escucho llorar, llora inconsolablemente y eso me parte el corazón. Abro con cuidado y la veo allí, cubriendo su boca con su mano llena de golpes y su cuerpo se estremece con cada lagrima que derrama.

- Helga? – pregunto su nombre. Ella me mira con dolor y sin detenerse vuelve a llorar inconsolablemente. me acerco con cuidado y me siento a su lado tomando su mano mientras ella continúa llorando. - Helga, por favor recuperate – digo mientras lloro por su dolor.

- Iré a llamar al doctor.

- No - dice mientras limpia sus lágrimas. - ¿Estas enojado conmigo Arnold? Por no decírtelo, quiero decir.

- ¿Por no decirme que? – pregunto confundido.

- Acerca de ella… tu sabes, por no decirte lo que estaba pasando en casa. - su voz comienza a tomar volumen y me mira con dolor.

- Por supuesto que no. - digo mirándola renovadamente, no llora por dolor, llora por vergüenza de esto y quiero abrazarla mientras intento entrar en su razonamiento.

- ¿No en absoluto? – me pregunta con cautela, sonrío y me encojo de hombros.- No, lamento si te hice pensar eso, pero yo pensé que pude no haber llegado a tiempo, que pudo haber hecho que tu nunca volvieras a despertar – escucho su voz temblar y siento el dolor que debe estar sintiendo. – Hubiera muerto. - Le sonrío y continuo - Tal vez estoy un poco molesto, porque pude haberte ayudado de haberlo sabido, porque esperaba que confiaras lo suficiente en mí para decírmelo.

- Confío en ti Arnold, más que en nadie en este mundo, eres quien salvo mi vida cuando… cuando pensé que no podría seguir, recuerdas aquella vez, que fuiste a ayudarme, fue la primera vez en años que alguien me mostró algo de simpatía, de que quizá por poco que fuera le importaba a alguien.

- ¿Entonces que era?

- No podría haber soportado que me tuvieras lastima, sabía que la sentías un poco, a causa de los chicos de la escuela. Pero si hubieras sabido lo de mi casa, me habría preguntado si en verdad me amabas o solo era simpatía.

- ¿ Cómo podrías preguntarte eso? ¿No sabes cuanto te amo?

- Es un poco difícil de entender para mí – le digo con una sonrisa intentando retener en mis ojos las lagrimas que quieren salir. – Porque si hay una cosa que si sé, es que no te merezco.

- No digas eso – digo dolido y acerco mi mano a su rostro donde lagrimas calientes caen de sus ojos y las limpio con delicadeza – Yo no te merezco, especialmente ahora.

- ¿Qué quieres decir con "especialmente ahora"? – me pregunta

- Esto es mi culpa – digo barriendo su cuerpo con su mano y ella me mira sin comprender.

- ¿Qué? Arnold, ¿en que parte de tu imaginación crees que esto es culpa tuya?

- Lo es Helga, porque yo te lleve a tu casa, tuve la sensación de que debía acompañarte, pero deje que me convencieras, si lo hubiera sabido… si no hubieras olvidado la bolsa, si yo no hubiera decidido llevártela en ese momento tu..digo suspirando– Nunca te hubiera llevado.

- Arnold mírame – me dice mientras toma mi mano – si no hubiera sido en ese momento, quizá hubiera sido después de que te fueras, o la siguiente semana. No es culpa tuya y por primera vez creo que tampoco es mi culpa. No te dejaré culparte por esto, además no volveré a dejar que me toque.

- En Acción de Gracias ¿Fue ella?

- Si

- Y aquella vez en la escuela. Cuando te encontré con Gerald en el baño.

- No – dice temblando – No fue ella.

- Helga como es posible que no me dijeras nada. Sufrías abusos en tu casa y en la escuela también. Entonces todas esas marcas…

- Sí.

- Debería haberlo adivinado. – digo con tristeza.

- No deberías Arnold. Soy buena en el juego de esconderse.

PoV Helga.

Es una lenta y dolorosa recuperación para llegar al punto en que puedo salir de la cama, el coma me ha dejado algunos lapus de falta de memoria, así como a veces tardo demasiado en despertar y cuando lo hago me siento desorientada y muy perdida.

Todos los días viene el terapeuta físico y el respiratorio, me dicen que uno de mis pulmones fue perforado por una costilla rota y el otro se lleno de liquido.

Mi cuerpo esta débil por la falta de uso y la terapia es muy difícil y dolorosa a causa de que tengo aun fracturas sin sanar.

Arnold nunca se va de mi lado.

Las hermanas de Arnold, Phoebe y Amy han venido a verme, las dos han llorado cuando me han visto y Phoebe me promete hacerme un vestido para cuando salga del hospital, antes de irse Amy pone en mi mano un trébol de 4 hojas, Stella me explica que ella lo encontró un año atrás y lo estaba manteniendo para la suerte.

Arnold casi siempre esta conmigo, al igual que su familia, se que él y su padre tuvieron una discusión, pero evita comentarlo conmigo, sus hermanas han dejado de venir por causa del recital de ballet de modo que estamos los tres jugando damas chinas mientras esperamos mi cita con el especialista, la enfermera entra y me llama a darme una ducha, y les dice que se pueden quedar a esperar allí mientras yo soy llevada a otro lugar.

Estoy limpia y refrescada cuando llegamos a la habitación, la enfermera me dice que olvido algo y se da la vuelta dejándome sentada en la silla antes de entrar, la puerta esta un poco abierta y puesto escuchar como Arnold y su padre están en una acalorada discusión.

- Padre no te estoy pidiendo permiso.

- Se que no lo estas haciendo, pero debes saber, que no son razones obvias para casarte con ella. Tienes tus estudios por delante.

- No la dejare sola.

- Arnold desde que eras un niño has soñado ir a estudiar a Harvard, ahora dejaras todos tus sueños a un lado por…

- Helga.

- Debes pensarlo, ¿has hablado con ella?

- No, pero se que no se negará.

- ¿Se lo dirás sinceramente? Arnold has recibido una beca de las mejores universidades del país para ir a estudiar medicina, le dirás eso? que dejas todo para quedarte en la universidad local para casarte con ella.

- Eso es lo de menos.

- ¿Crees que le importará?

- Me importa ella y su bienestar padre, ¿no lo entiendes? ella me necesita.

- Es por eso que estas con ella?

- Si - dice y eso me lastima y siento lagrimas en mis ojos la enfermera esta parada detrás de mi cuando me giro y ve mis ojos llenos de lagrimas.

- Ven vamos a dar una vuelta, por cierto escuche que saldrás mañana temprano - me dice alejándome de la discusión que me ha partido el corazón y buscando algo con que compensar lo que he oído pero solo puedo sentir dolor en mi corazón. Y pienso en lo que me dijo Harold la ultima vez que estuvimos juntos en la escuela, como él realmente estaba conmigo por lastima y no por amor y lloro amargamente mientras mi enfermera me aleja de allí en silencio.

POV ARNOLD.

- Padre amo a Helga y por eso quiero casarme con ella. Lo demás esta en segundo plano.

Hijo escúchame - dice mi padre. - yo también amo a Helga y tu madre y tus hermanas y se que tu la amas, ella ha llegado a ser parte de nuestra familia y estaremos orgullosos de que ella sea tu esposa, tu madre y tus hermanas no creo que imaginen a nadie a tu lado que no sea ella, pero debes comprenderme.

- Padre no puedo abandonarla, tiene dos meses en el hospital.

- Lo sé, he estado aquí contigo parte de ese tiempo, pero debes saber que en dos semanas tienes que mandar la papelería y la inscripción de la universidad y no quiero que pierdas esta oportunidad y te arrepientas en el futuro cuando tu vida no sea lo que soñaste.

- Ella es lo que soñé.

- Pues has que valga la pena, ella se que te esperará y el siguiente semestre podrá intentar transferirse a la universidad para estar a tu lado.

- No lo sé - digo y me siento a su lado. - Padre solo pensar en perderla.

- Te entiendo, entiendo como la amas, porque yo así amo a tu madre, pero debes dejarla decidir, si ella se queda o no a tu lado para siempre debes dejarla decidir a ella y debes aceptar su decisión.

- Hablare con Helga, lo prometo, esta noche y mañana tomaré la decisión pertinente.

- Bien. No olvides que mañana es el recital de tus hermanas y odiarían que no fueras.

- Iré, bueno creo que Helga ha tardado demasiado. - digo mirando la puerta.

- Voy por un café y preguntaré si todo esta bien.

Pov Helga

La enfermera me deja frente al ventanal del piso donde estoy interna; presiona mi hombro y me deja sola un rato. Es la primera vez literalmente que estoy sola y pienso en todo lo que escuche y se que su padre tiene razón no dejare que pierda todos sus sueños por mí.

- Bueno fin te encuentro. - La voz me hace temblar y me giro para toparme con Rhonda que me mira con sorpresa y luego con dolor. - Vengo en son de paz - me dice.

- Que haces aquí?

- La directora me envió como comisionada especial del grupo. Traje flores. - dice mostrándome un gran ramo lleno de flores.

- ¿flores? ¿en serio?

- Bueno es lo correcto. Aunque nosotros no hemos hecho lo correcto. - dice sentándose frente a mí.

- No te entiendo realmente.

- Siento todo lo que hice. Yo realmente me siento fatal, mis padres. Yo les dije a mis padres lo que te hice y ellos me dijeron que se sentían muy avergonzados de mi actitud.

- Tu se lo dijiste? ¿ porque?

- La sangre en mi ropa me delato y creo que me hizo darme cuenta que tan lejos estaba llegando. No quiero ser como esas chicas abusivas de la televisión de verdad lo siento. - dijo mirándome a los ojos.

- Pero; ¿porque? Si eramos amigas. ¿ porque lo hiciste? Yo no hice nada.

- Tu me intimidaste. Antes de salir de la secundaria tu y Arnold estaban siempre juntos y te envidiaba, me preguntaba ¿porque Helga y no yo? Lo que dije la otra vez es cierto, siempre lo pensé, tu no merecías a alguien como él. El te miraba como si fueras el sol y eso no me gustaba, yo debía ser mirada así, no tu. Cuando volvimos de vacaciones lucias diferente como mas triste pero muy hermosa y yo no podía permitir que tu fueras popular, el no volvió y eso lo hizo mas fácil. Tu eras un blanco fácil.

- ¿Me envidiabas?

- Si. Yo no se que paso aquella vez que me burle de ti. - Recuerdo de que habla, fue el primer día de clases, Olga se marcho y yo simplemente no supe que hacer, mamá comenzaba a ser demasiado violenta y se medicaba mas de la cuenta, de modo que no tenía ropa, fue la primera vez que entre en el cuarto de Olga y tome su ropa, no me quedaba bien, porque ella era mucho mas grande que yo, así que cuando llegue a la escuela, lucía fachosa y desgarbada, camine y me acerque a Rhonda, mi mejor amiga y la salude, ella lucia despampanante, había cortado su cabello y traía un hermoso vestido rojo que resaltaba su tez blanca. Ella se burlo de mi, de mi ropa vieja y fea y todos me miraron de la misma manera, de pronto el jugo de ella estaba sobre mí y desde entonces, pareció que la gente supo que mi valor era menos de cero. Entiéndelo, me dijo, no eres como nosotros, así que no te acerques de nuevo. - Y después se me hizo tan fácil. No sabia que era tan difícil tu vida. Gerald me dijo lo que paso. En verdad lo siento y.

- Helga te estaba buscando y... - dijo Arnold detrás de mi y yo no me gire. - ¿Rhonda que haces aqui? - Su tono era precavido pero esta molesto y su rostro buscaba algo en el mío pero solo podía reflejar sorpresa ante sus palabras.

- Vine a verla. Traje flores - dijo mostrando el ramo. - Estamos preparando todo para la graduación ¿iras?

- No lo creo. Oye ¿no estas cansada? Vamos a la habitación. Nos vemos Rhonda.

- Bye Arnold. Helga luego vendré a verte.

- Gracias. - dije siendo alejada de ella y dándome cuenta que mi vida era completamente diferente a lo que creí, o realmente mi situación solo fue causa de las decisiones que otros tomaron en mi vida.

Arnold empuja la silla y me lleva para mi habitación. Me ayuda a acostarme y me sonríe.

- Ya me había preocupado. ¿todo bien?

- Si; me encontré a Rhonda cuando llegue y estábamos platicando.

- No sabia que eran amigas.

- No lo somos. Realmente no soy muy popular lo recuerdas.

- Es difícil creer eso. Veras que en la universidad - yo desvío la mirada e intento contener las ganas de llorar con ese tema, luego lo miro nuevamente.

- Arnold mañana es el recital de tus hermanas cierto?

- Si. Phbs esta decepcionada porque no saldrás hoy. Pero le prometí que el vídeo lo veremos todos juntos.

- ¿no iras?

- No. No quiero dejarte sola otra vez.

- Arnold no estoy muriendo - digo y veo dolor en sus ojos. - Estoy bien, aquí estaré, por favor ve no quiero que tus hermanas se entristezcan por eso.

- Helga yo...

- Esta bien. Toma un rato libre y diviértete pronto iras a la universidad y no tendrás mucho tiempo. - digo sonriendole mientras acomodo mi brazo enyesado sobre mi pecho.

- Sobre eso.

- Helga - dice el medico entrando. - Es hora de tu revisión y los ejercicios.

- Oh - digo mirando a Arnold. - Hablaremos luego. Promete que iras con tus hermanas.

- Lo prometo. Te veo en ocho horas. - dice - Realmente quisiera cambiarle el turno a tu padre.

- No, porque no descansas, ven - digo jalándolo hacía mi y lo abrazo con mi brazo sano, busco su rostro y le beso en la mejilla y luego en los labios. - Te amo, gracias por todo, siempre te amaré lo prometo. - digo abrazándolo con fuerza pues en mi mente y mi corazón comienza a formarse una idea que si la llevo adelante me hará perderle.

El se aleja de mí y me sonríe.

- Yo también te amo, nos vemos a las cinco, prometo que nos divertiremos.

- ¿No le has dicho que saldrás temprano? - me dice mi doctora cuando sale del cuarto y me quedo sola con ella y yo no puedo dejar de derramar lagrimas de dolor. - Vamos Helga, saldrás de esto y el también - dice ella, quizá no sabe que pasa, pero probablemente tenga tantos casos como el mío diarios que no le es difícil atar cabos.

Una hora después Bob llega al hospital; luce cansado y diferente. Me cuenta sobre la salud de mi madre al parecer se ha comenzado a recuperar pero no del todo. Ademas que parece que ha perdido la mayoría de sus recuerdos, no se si alegrarme o no por ella.

Mientras la noche avanza prendo la televisión y me doy cuenta que hoy es mi cumpleaños. Realmente cada año desde hace más de siete años ha paso desapercibida esta fecha que hoy por poco no lo noto; pero algo crece en mi interior una vía de escape; dolorosa ciertamente; pero que me da el valor de dejar de ser una carga para Arnold y le permitirá cumplir su sueño.

- Bob ¿tu sabes donde esta Olga verdad?

- si. - dice mirándose los pies.

- Necesito que hagas algo por mi.

- Intentaré hacerlo.

- Quiero que traigas mis papeles; todo lo que sea mio y mi pasaporte.

- Hija que es lo que?

- Bob sabes que día es hoy?

- Es 21 de junio.

- Exacto.

- Oh - dice dándose cuenta - lo olvide por completo.

- No es que sea importante. - digo intentando quitar el dolor de mis palabras.

- Hija.

- Eso significa que cumplo 18 ante el gobierno soy mayor de edad por lo menos para decidir por mi vida y he decidido que hacer con ella.

- Helga no crees que debes pensarlo.

- Lo he pensado y lo he decidido, así que por favor ve por mis documentos y déjalos en recepción con la información de Olga. No vuelvas aquí porque no estaré.

- Sabes que siempre tendrás aquí tu hogar. Siento no haber sido un buen padre. Pero creo que deberías pensarlo, ese chico Armando, creo que se preocupará.

- Por favor, si ARNOLD va a buscarte, no le digas donde estoy. Y quiero que sepas que lo fuiste Bob, fuiste un buen padre - digo abrazándolo y recordando sus detalles de amor por mi. Quizá la vida al lado de mi madre le llevo a ser como es.

Cuando mi padre sale me pongo a pensar en lo que haré. Se que Arnold no me lo perdonara pero es la mejor forma de hacerlo de ese modo estaré muy lejos para cuando el llegue mañana a las cinco.

Mi charla con el medico no es muy agradable pero no puede decir que no. Esto casi recuperada y el alta la dará a primera hora del día siguiente.

Las cicatrices son todo lo que me queda de la golpiza y un brazo enyesado. El doctor dice que mis pulmones se han recuperado y mi costilla soldó bien. Solo me pide vivir con precaución. Tomo mi pequeña maleta con el brazo bueno y salgo del hospital esperando que nadie de los Shortman llegue antes de las cinco.

- Yo que traía pastel y tu te marchas. - La voz que habla detrás de mi me sorprende y me asusta.

- Que haces aquí?

- Mi imagine que nunca le aclaraste la fecha de tu cumpleaños a Arnold ¿verdad? Pues no me puso gorro sobre tu obsequio como en navidad

,- No es que sea feriado nacional cabeza de cepillo.

- Bueno, probablemente para el si lo sea. ¿vas a algún lado?

- No es tu problema - digo y continuo caminando. - Te agradeceré tu silencio de no haber dicho nada y también por no decir que me viste.

- Oye pero me estas diciendo que le mienta no solo a mi mejor amigo, sino también a mi novia.

- ¿Que es lo que quieres? - digo dandome la vuelta.

- Te acompañare, vamos subamos eso al auto y vamos a comer un poco de esto que compre en el camino.

- Gerald no somos amigos.

- Lo somos - dice el arrancando la maleta de mi mano - Y si no quieres que le llame, harás lo que te digo.

- No lo harás.

- ¿Quieres apostar? - dice sacando hábilmente su celular y marcando el numero que después de un par de tonos contesta Arnold.

- He viejo, te estamos esperando - dice el con una sonrisa, lo ha puesto en altavoz y puedo escuchar la conversación.

- Lo sé, dile a Phbs que llegaré, tarde pero seguro, sabes como soy.

- Oye amigo he pensado las cosas y creo que iré a Harvard.

- ¿De verdad? - dice Gerald y me mira. - ¿Que te dijo Helga?

- No se lo he dicho, pero se que lo entenderá, no podemos continuar de la misma manera, ya sabes - dice el y escucho a sus hermanas entrar corriendo.

Me doy la vuelta y me alejo sin importante mi maleta, mis cosas y lo que se queda, se que no esta bien, pero debo alejarme lo mas que puedo de él.

- He espera - me grita - créeme que lo intente - dice colgando el aparato y deteniéndome.

- Oye quizá no es lo que parece.

- No? Bueno Gerald no me importa lo que parece me voy.

- ven te llevare a donde sea que vayas y no diré una palabra si no quieres que lo haga; es lo menos que puedo hacer.

- Gracias. - dije caminando a su automóvil.

Cuando me deja en la central; tomo mis cosas y no le permito acompañarme es mejor asi. Mientras mayor su ignorancia menor su culpa.

- llámame cuando llegues a donde vayas.

- No lo creo. Se que Arnold no lo entenderá pero es lo mejor, no soy buena para el.

- Estas muy equivocada Helga. Pero se que algún día lo entenderás y espero que no sea demasiado tarde.

- disfruta el pastel con los Shortman por mi y dale esto a Arnold. - digo entregándole un sobre.

- Cuídate y llámame si necesitas algo.

- Gracias. - Me doy la vuelta y me alejo dejando mi corazón hecho pedazos en manos de Gerald.

POV ARNOLD

Mi hermana esta enfurruñada porque Gerald no llegó al recital el cual esta por terminar y cuando me giro lo veo en la puerta parece afligido. Las luces se encienden y los padres y familiares comienzan a salir.

- Donde estabas Gerald? - dice mi hermana a su novio.

- Yo lo siento tuve un contratiempo.

- Gerald cariño - dijo mama sonriendo - Iras a comer con nosotros.

- Yo iré con Helga. - digo.

- Hermano hay algo que debes...

- Claro que no. - me interrumpe su madre con los brazos en jarras - Le dijiste que irías a las 5 aun faltan tres horas y se que su padre esperara. - dice mi madre arrastrándome al auto.

- Vamos - dijo papa con Christine en brazos

- Pastel - grito ella mirando la caja que Gerald traía en la mano.

El restaurant era el favorito de mis hermanas así que nos acomodamos en un gran sofá y el mesero toma las ordenes de todos nosotros.

- Felicidades estuvieron maravillosas - dijo papá mirando a Ami y a Christy.

- Podemos probar el pastel.

- Claro si a Gerald no le molesta - dijo mama. Mi mejor amigo miraba su celular constantemente y su reloj.

- Pasa algo? Viejo.

- Yo debo decirte... - dijo el.

- Yo no me llamo Helga - dijo Amy riendo - me dieron el pastel equivocado es de tu novia.

Mire el pastel que tenia escrito. "Feliz cumpleaños Helga" y mire a mi mejor amigo.

- ¿Que es eso?

- debí votarlo - dijo el y miro a Phoebe que parecía preocupada y después a mis dos hermanitas. - Amy. Christy les daré un premio a la que me traiga una pelota negra de la alberca de pelotas. - Ambas abrieron los ojos entusiasmadas y salieron corriendo al área de juegos. Sabía que las había alejado por algo.

- viejo hay algo que debo decirte.

- Helga cumplió años? - le pregunte. Algo dentro de mi parecía en alerta pero no sabía que era y mi mente parecía congelada en la idea de Helga cumpliendo años sola en un hospital.

- Si ayer.

- No lo sabias cariño? - dijo mi madre angustiada. - Quizá podemos ir a celebrarlo con ella.

- Yo con todo esto lo...

- Lo siento por no decirte. - me dijo mi mejor amigo y vi culpa en su mirada - Yo nunca lo olvide lo escribiste en mi balón de basquet cuando teníamos 11 ¿lo recuerdas? dijiste que como jugábamos diario así no lo olvidarías, desde entonces cada vez que jugaba lo recordaba.

- Y no me lo dijiste.

- Sabia que no estabas de humor y ella tampoco. Y también debo decirte que se fue.

- Que? - mis padres me miraron afligidos y yo lo miraba a el si poder creer sus palabras.

- No se a donde. Sabia que estaba sola en la clínica porque vi a su padre abriendo la tienda y pase por el pastel para estar con ella hasta que tu llegaras, le envié un mensaje a Phbs avisándole - dijo y ella abrió el teléfono dándose cuenta de que ciertamente tenía un mensaje.

- Gerald - dijo mi padre - ¿como que se fue?

- Ella ahora es mayor de edad y como la dieron de alta esta mañana se marcho del hospital.

- ¿Esta en casa?

- No - dijo el y bajo la mirada - Se fue de la ciudad.

- QUE - grite poniéndome de pie.

- Arnold por favor - dijo mama - iremos a buscarla.

- Tu no la detuviste. No me avisaste.

- Te llame, estaba con ella, ella no quería hablar contigo, dijo algo como que no quería truncar tus sueños y no se que mas, y ella bueno, parecía muy infeliz y se fue, me dejo esto para ti, - dijo entregándome un sobre. - Ella escucho cuando dijiste que no podían seguir de la misma manera y eso pareció dolerle.

- Claro que no quería estar de la misma forma con ella, iba a pedirle matrimonio - dije sintiendo dolor, por ella, por el engaño de mi mejor amigo.

- Arnold lo siento, pero ella, yo no podía detenerla.

- Claro que si, eres mas fuerte que ella.

- Pero ella no merecía esto, ella tomo una decisión que yo respete, quizá nunca hice nada por ella, lo acepto, supe de su abuso, supe que en la escuela se burlaban y realmente me aleje, lo acepto fui un cobarde, pero ¿como evitarlo? ella nunca dijo nada, eramos amigos y ella se alejo, no, no lo sé, pero en estos momentos estoy respetándola y si ella ha decidido marcharse y por yo dejarla hacer sus deseos pierdo tu amistad, o a ti - dijo mirando a Phoebe - lo siento, no cambiaría mi decisión.

- Gerald, solo queremos saber si ella esta bien.

- Ira con algún familiar, es lo que se, no me dejo dicho nada, dejo esto en el auto - dijo entregándome el celular que le entregue después de su accidente.

POV Helga.

Lloro en silencio, envuelta en una pequeña manta que nos entregaron al subir al autobús, miro por la ventana y la nieve cubre los caminos mientras más nos adentramos hacia el norte del país, algo dice el chofer sobre que la carretera estará cerrada de modo que hace auto stop en una cafetería a la orilla del camino y nos invitan a descender para ir a tomar algo. Entro en el local y pido un chocolate caliente y un sandwich para cenar, no tengo mucha hambre pero tengo medicamentos que tomar, abro la mochila que me dejo Bob en el hospital y encuentro mis papeles y no solo eso, un sobre grueso y amarillo que pesa mucho.

Lo miro sorprendida, tiene mi nombre y mi dirección, probablemente llegó a casa mientras estuve de vacaciones, mi padre debió haberlo empacado por eso y lo abro con cuidado, adentro trae un sobre distinto y una carta, dejó un sobre al lado y abro la carta que huele exactamente como Arnold, al abrirla veo su letra y se que él tiene algo que ver con esto.

"Querida Helga"

Se que este paquete llegará mientras tu y yo disfrutamos nuestras vacaciones en la orilla del mar, espero que mi familia no te haya causado una rara impresión, no puedo decir que me averguenzan pero realmente a veces me dan un poco de verguenza pero soy igual que ellos y los amo y no los cambiaría por nada. ¿Conociste al abuelo? es el hombre mas genial que conozco, claro sin contar a mi padre, pero él es todo lo que quisiera ser.

Siempre ha sido mi mejor amigo, el conoce mis secretos aun más que mi padre, el aun antes que yo supo que te ama después de un par de conversaciones y eso sucedió hace más de cinco años, ve cuanto tiempo he esperado para decírtelo, porque ¿ya te lo dije cierto? te lo vuelvo a repetir, te amo Helga Pataki y quiero pensar que mis sentimientos son correspondidos, me hace el hombre mas feliz el que me aceptes a tu lado.

Hay algo que debo decirte, y no quiero que te molestes, se que quizá, no te lo he dicho porque aun hay mucho por delante que arreglar y quiero primero conocer a tus padres, espero amarlos como ellos te aman, espero que me acepten en su familia y me permitan ser parte de ustedes y aun si no me aceptaran, mi corazón y mi amor es contigo y no con ellos, pero haré todo lo que este en mis manos para que me amen como tu me amas.

Bueno este es mi regalo, creo que pude parecer demasiado, pero podemos arreglarlo juntos, encontraremos la forma, yo me tome la libertad de enviar algunas solicitudes por ti, porque creo y presiento que tu no has enviado ninguna y el deseo de mi corazón es que tu estés conmigo en donde yo este, se que serás aceptada, de modo que eso no me preocupa y el dinero, bueno eso lo resolveremos juntos.

Esto llego ayer junto con las mías, en ambas he sido aceptado, pero realmente deseo ir a Harvard, ¿te lo he dicho? no lo creo, no quiero presionarte, se que tu cuentas el tiempo para la universidad como una despedida, pero ¿realmente tiene que ser así? si tu no eres aceptada, ¿crees que la distancia nos separará? Puedo volver cada verano a verte, o encontraremos la manera, solo es cuestión de que ambos queramos, si tu lo quieres, dímelo, yo te esperare cada día de mi vida.

Dentro están los dos sobres, Harvard, y Princeton, ya se pero es mejor tirar alto ¿no? de todos modos la que deseaba me acepto, espero que me llames esta noche que abras este sobre y me digas si te aceptaron, y si es así comenzaremos todo para mudarnos en el verano, quizá podamos cambiar nuestra relación, dejar de ser lo que somos, para no se, ingresar en la universidad con un plan matrimonial, que te parece ¿nos casarnos?

Rayos esta es la peor forma de pedirte matrimonio, pero probablemente ya lo hice, ¿aceptaste cierto? Te amo Helga Geralidne Pataki,

Tuyo por siempre Arnold.

Helga termino de leer la carta con el rostro bañado en lagrimas ¿era eso? esa era la razón por la que quería cambiar su relación, quizá había sido demasiado tonta, o todo fue demasiado apresurado, pero todo paso demasiado rápido y no quería convertirse en una carga, no aun sabiendo que la amaba y su vida, podía cambiarse en un acto de caridad.

- ¿Se encuentra bien señorita? - dijo una mesera acercándose a ella.

- Estoy bien.

Helga tomó uno de los sobres, uno era claro y el otro un poco mas marrón el primero lo vio y supo que realmente no le gustaba la idea de ser elegida para esa universidad, cuando abrió una vio que era una negativa, simplemente en una línea decía "lamentamos infromarles"...

Ella suspiro y tomo el sobre de Harvad, lo dejo encima y con mucho cuidado lo abrió, era mas pesado que el otro, su corazón latía a mas de mil por hora, realmente sabía que significaba eso, aunque no era demasiado perceptible con los dos juntos, ella sabía que si había diferencia.

Estimada Señorita Pataki…

Eso fue todo lo que leyó, antes que las lagrimas golpearan de nuevo sus ojos, ella suspiro y continuo leyendo lo que le decían, sobre su trabajo presentado y que había sido aceptada con media beca, de modo que podía presentarse y llamar a una persona que le ayudaría con todo el resto de los tramites a realizar.

- Vaya Harvard - dijo un chico sentándose en la misma mesa. - Chica lista.

- Disculpa te conozco?

- No -. dijo el - Soy Braynie - Estudio en Harvard, primer semestre, acabo de pasar al segundo, obvio ¿no? mi hermana vive en Toronto e iré a visitarla.

- Genial.

- ¿Entonces iras? no es un poco tarde para estar mandando tu información y todo eso…

- No iré.

- ¿Sabes cuantos alumnos se quedan fuera esperando tu oportunidad?

- Sabes que mi vida no es de tu incumbencia - dijo ella - Déjame en paz.

Al guardar los sobres, vio que al fondo había otra nota, una pequeña hoja doblada en partes iguales y con cuidado la desdoblo.

"Lo siento, tuve que ver, realmente estoy tan feliz de que vas a Harvard conmigo, es la mejor noticia del mundo, creí que tendría que decidir entre mi sueño y mi amor, pero realmente tu te convertiste en mi sueño, así que créeme que hubiera dejado Harvard por ti, ¿iras verdad? y aun si no decides ir, yo te seguiré a donde vayas, te amo"

- Lo siento tengo que ir a hacer una llamada. - Helga camino en silencio, quizá debía regresar, quizá era la mejor decisión tomo el aparato telefónico y marco el numero que sabía de memoria desde que se lo dió. El aparato dio un par de timbrazos y alguien contesto.

- ¿Hola? ¿Helga? - dijo la voz desde el otro lado - Helga eres tu? Por favor no me cuelgues, dime donde estas? Helga, amor, ¿estas bien? realmente no se que paso yo… Helga vuelve a casa, arreglaremos lo que sea que esta mal.

- ES HORA DE IRNOS - dijo alguien detrás de ella. - Señorita dos minutos y nos vamos.

- Helga por favor, no cuelgues, dime donde estas, ¿quieres que vaya por ti?

- Gracias Arnold, por todo yo debo hacer esto, ¿Gerald te dio el telefono cierto? buena suerte en Harvard, adiós.

Colgó el aparato y vio al a gente preparándose para partir, descolgó de nuevo el teléfono y marco un número, después de un par de timbrazos entro en el buzón y comenzó a hablar y cuando el tiempo se termino ella colgó, sabiendo que tarde o temprano escucharía el mensaje. Salió de allí tomando sus cosas mientras su corazón se terminaba de romper, ocupo su lugar y se ovillo en su asiento mientras entre sus brazos descansaban los dos folders que había recibido y las cartas de Arnold, mientras sabía que a partir de ahora su vida sería distinta, lejos de Hillwood, lejos de todo lo que conocía, y en medio del dolor y la soledad sonrió, ante la perspectiva que el futuro, con su nuevo valor por ella misma brillaba delante diciéndole que el mañana aun estaba por llegar.

PoV Arnold.

Se quedo mirando su teléfono celular, la llamada había terminado, todo había terminado, ella no pensaba volver y simplemente le dejo allí, mirando la brillante pantalla donde ellos dos estaban juntos y muy dentro de su corazón sabía que nunca mas volvería a ser así, molesto lanzo el teléfono lejos mientras el dolor iba tomando un lugar en su corazón.

FIN...


Ok no maten estoy preparando la segunda parte la cual no será muy larga, pero solucionara todo de una forma u otra, pero bueno, ¿que les pareció? merezco tomatazos? cuando termine de escribir la parte de la carta de Arnold, dije, Helga debería regresar en ese momento para arreglar todo, pero ella seguiría igual como está, pues aun tiene que sanar y eso es lo que hará, oh no quiero espoilearlos, así que aqui termino.

Gracias por leer, espero verlos en el siguiente fic que será la segunda parte, de esta historia.

Les mando un beso, a los que inician vacaciones, disfrútenlas mientras puedan, después no tendrán mas vacaciones escolares.

IRES