Este es mi segundo fic. El primero lo basé más en el manga de Sailor Moon que en la serie, pero este será una mezcla de ambos, en el que los protagonistas son Darien, Serena, Sammy, Luna y Haruka.

Debo admitir que los personajes no me pertenecen, son de Naoko Takeuchi


Capítulo 1: Presentación oficial, el desastre.

Han pasado dos años desde que enfrentaron a Sailor Galaxia. Los guerreros de la Luna retomaron sus vidas. Las chicas estaban a seis meses de terminar la preparatoria.

Darien, por su parte, había retomado sus estudios en la Universidad de Tokio, y estaba a tres meses de terminar su carrera gracias a la interrupción por el incidente.

Las Outter siguieron viviendo en la ciudad. Michiru viajaba con frecuencia dando conciertos. Haruka se quedaba al cuidado de Hotaru. Y Setsuna pasaba las horas trabajando fuertemente para cumplir su sueño de ser diseñadora de modas.

Los Tsukino, o mejor dicho, Kenji, había descubierto la identidad de su hija, de sus amigas y del "Señor" que tenía por novio.

Eso sucedió una semana semana después de retomar sus vidas cuando, con ilusión, se acercaba a la habitación de su hija para llevarle un pedazo de pie de limón y celebrar con ella las buenas calificaciones que había tenido al finalizar el año escolar.

Una conversación lo detuvo frente a la puerta, y como buen periodista, su curiosidad fue mayor y se detuvo a escuchar.

- Luna, te digo que se reparó por sí solo. Estaba con Darien en el mirador, y empezó a brillar... Entonces, nos asustamos y él lo tomó - contaba la rubia.

- Espera un momento lo llevabas en el bolso o en tu pecho? - para sorpresa de Kenji, había alguien más en la habitación y no recordaba que hubieran llegado visitas.

- Luna! - escuchó a su hija exaltada - estaba en mi pecho, yo lo quité del cinto y él me lo quitó... El caso es que mientras le veíamos el cristal de plata se reconstruyó - de qué y con quien demonios estaba hablando esa chica.

- Y puedes transformarte? - lo inquietaba esa voz.

- No lo he hecho... No te digo que pasó ayer... - transformarse? Ayer con ese Señor en el mirador?

- pues hazlo - hacer qué... Cómo que transformarse?

- Eternal Sailor Moon - Sailor... Moon? Era imposible... Tenía que ser un error, solo estaba jugando - Lo hice Luna! Lo hice!... Voy a llamar a las chicas! - el teléfono! Estaba en el pasillo.

Kenji retrocedió para hacerse el que apenas subía y no espantar a su hija o que se diera cuenta que la espiaba. Sin querer, pero la espiaba.

- hola papá - lo saludó la rubia al verlo llegar por el pasillo con el pie en la mano.

Después de eso, entró en un par de ocasiones a su habitación buscando alguna "evidencia". Y la encontró. Encontró el broche de transformación sobre su uniforme. Le tomó una foto y luego la comparó con el archivo de los casos de Sailor Moon en el periódico y se dio cuenta que era el mismo broche que llevaba la heroína en el pecho. Ese señor se había atrevido a tocarle el pecho a su hija. No, ella dijo que lo tomó de su mano...

El domingo llegaba a la ciudad con una mañana soleada. Una rubia extrañamente se levantaba temprano y a las 8 ya estaba completamente lista para salir de su casa con un atuendo deportivo, algo extraño en ella.

- Adiós mamá! - gritaba desde la puerta.

- A donde se supone que vas señorita? - Ikuko apareció frente a ella para retenerla.

- quedé en salir a trotar con Darien y luego, vamos a desayunar con los chicos al Crown - las estrellas fugaces habían regresado a la tierra para seguir sus estudios y porque dos chicos querían intentar algo con dos guardianas.

- Serena, cuándo lo vas a traer? Tu papá quiere hablar con él... Llevan... Cuatro años juntos?

- Cuatro y medio... y Hablar o matarlo? - preguntó la rubia antes de salir.

- Tráelo esta noche Serena - dijo Ikuko con autoridad antes de que su hija cerrara la puerta.

Dos cuadras después de la casa un apuesto pelinegro esperaba sonriente a la rubia que llegaba corriendo.

- Darien! - la rubia se lanzó a sus brazos y le dio un beso en los labios, cosa que él contestó después de asegurarse que no había nadie cerca.

- Ya Serena, vamos a trotar que los chicos nos esperan para desayunar - siempre igual de seco e indiferente. No era que no la amara, lo hacía y mucho más que a su vida, pero le costaba mucho demostrarlo.

- Está bien! - la rubia sonreía mientras empezaba a correr - alcánzame si puedes engreído...

- Espérame cabeza de chorlito - y comenzó a correr a su lado.

Esa rutina de los sábados y domingos la habían adoptado después de regresar a su vida normal y todo porque Darien insistía que la rubia debía compensar lo que comía con algo de ejercicio. Pero también lo hacía para compartir con ella a solas unos momentos.

- Darien... - comenzó la rubia a hablar mientras trotaban uno al lado del otro rumbo al Crown.

- Dime princesa - esa era la única manifestación de cariño que se permitía hacer en público, llamarla "princesa".

- Mi mamá quiere que vallas a cenar esta noche... Dice que debes hablar con mi papá... - terminó algo nerviosa.

- Serena... Tu papá me va a matar - dijo con gracia.

- Yo no lo voy a permitir - dijo sonriendo - además... - sacó una cadena de plata de la que colgaba el anillo que su novio le había entregado antes de ser alcanzado por Galaxia - no quiero seguir escondiendo esto.

El pelinegro se detuvo y tomó por el brazo a su novia para detenerla también.

- Quieres que cene esta noche en tu casa para pedir tu mano? - lo preguntaba entre divertido, asustado y nervioso.

- Sabes que por mí me casaría ahora mismo sin importar lo que traigo puesto Darien... Pero mi mamá me ha visto el anillo y sabe muy bien lo que sucede...

- Espera un momento... Ikuko sabe que planeamos casarnos? - eso lo tomó por sorpresa.

- Parece que si... O no se... El caso Darien, es que... - fue interrumpida por un abrazo que la sorprendió. Normalmente él no hacía eso en la calle.

- Perdóname princesa... Esta noche lo haré... - dijo sin mirarla y apretándola contra su cuerpo mientras cerraba los ojos.

- Darien... Le tienes miedo a mi padre? - preguntó contra su cuerpo al sentir el latido rápido del corazón del pelinegro.

- Tanto se me nota? - puso una sonrisa inocente y la alejó para mirarla a la cara sin soltarle los hombros.

- Un poco cariño - sonrió intentando relajarlo un poco- y vamos que tengo hambre... - se lanzó a correr la última cuadra que les quedaba.

En el Crown un grupo de siete chicas, y cuatro hombres miraban el reloj.

- Ya se les está haciendo tarde... No? - dijo Mina quien se colgaba del brazo de un malhumorado Yaten. En sus demostraciones de cariño era muy parecido a Darien.

- Déjalos Mina, sabes que a Serena le cuesta levantarse temprano - ahora era Rei quien hablaba mientras amarraba su cabello con una cinta.

- Serena! - Hotaru se soltó del lado de su "papá" Haruka y corrió a la puerta que se acaba de abrir y por la que entraba una triunfante rubia.

- Hola Hotaru! - la besó en la mejilla y giró hacia la puerta por donde entraba Darien sonriendo - te gané otra vez!

- Hiciste trampa princesa - sonreía y caminaba a la mesa - hola chicos.

- Hola Darien! - contestaron todos en coro.

- Oigan, donde están Setsuna y Michiru? - preguntó la rubia mientras se sentaba al lado de Haruka y ofrecía la silla contigua a su novio.

- Michiru está en una gira que comenzó el viernes y Setsuna en su taller - contestó Haruka antes de dirigirse a Andrew - ya puedes traer la comida Andrew, y estamos todos.

- Ok - se levantó de la silla y animó a su hermana para levantarse también - lo mismo de siempre verdad?

- Si! - un coro alegre de mujeres respondió.

- Vamos Unazuki - y así los dos hermanos se levantaron de la mesa y se dirigieron a la cocina.

- porqué tardaron tanto chicos? - preguntaba Lita mirando a los dos novios recién llegados.

- Eh... Estábamos...- Darien aún seguía nervioso por la decisión que había tomado y no sabía si quería que las chicas y los Kou se enteraran.

- Es se me pegaron las cobijas y a Luna también... Salimos tarde a trotar y no quisimos acortar la ruta que hacemos siempre - respondió alegremente Serena al percatarse de que su novio no quería que se burlaran de él.

- Ah...Bombón - Seya se ganó una mirada asesina de Darien. Aunque ya se había apartado de la relación de su mejor amiga, no podía dejar ese sobrenombre - nunca vas a cambiar, verdad?

- No lo creo Seya... Pero bueno... Qué cuentan ustedes chicos? - dijo mirando a Amy y Taiki que estaban tan sumergidos en su burbuja de amor que no habían hablado nada.

- Que!... Ah si... - Amy totalmente sonrojada - les traje los formularios y la oferta de la Universidad de Tokio, el examen de ingreso es en dos meses - extendió un par de carpetas a Serena, Lita, Mina, Rei y a los tres Kou - supongo que ustedes cinco - señaló a su novio, sus cuñados, Mina y Rei - se presentarán para ingresar al conservatorio de música... Para eso además de el formulario deben presentar una audición el día que entreguen esto resuelto.

- Amy... Solo gastas tu tiempo en esas cosas, verdad? - Decía mina mirando la oferta de cursos.

- lo siento - respondió con risa inocente hasta que...

- Ya decidiste qué estudiar Serena? - Darien miraba la oferta que la peliazul le había entregado a su novia.

- hem... No lo se aún - respondió inocentemente. Ya sabía muy bien que se presentaría a estudiar ciencias políticas, pensando en su futuro y en las pocas matemáticas que tendría que ver, pero quería sorprenderlos a todos.

- Debes decidirte cabeza de bombón - la sonrisa cómplice de Haruka se hizo evidente. La rubia ayudaba a escondidas a Serena a estudiar y a adelantarse en conocimientos de la carrera que había elegido.

- Ya lo se... Ya lo se... Tengo dos meses aún - ese tono inocente hizo reír a todos en la mesa hasta que llegó Andrew con el extenso pedido dejando a sus amigos disfrutar de un desayuno en grupo.

Una vez terminaron, cada quien marchó a su casa. Serena y Darien caminaron juntos y en silencio durante media hora hasta que estuvieron a una cuadra de la casa de la rubia.

- Te veo a las seis entonces? - preguntó la rubia rompiendo el silencio

- si princesa - abrazó a la rubia - a las seis estaré acá - estaba a punto de besarla cuando fueron interrumpidos.

- Vete con cuidado Chiba que mi hermana tiene quien la defienda - Sammy venía detrás de ellos con dos bolsas de compras en las manos.

En dos años, Samuel había crecido hasta igualar la estatura del pelinegro. Tenía su cuerpo bien formado, y para sorpresa de muchos, cuando entró a la preparatoria ese mismo año, se volvió sobre protector con su hermana. No soportaba que ningún hombre estuviera cerca de ella en la escuela y por fuera acechaba a Darien cada vez que tenía oportunidad. Con él no lo hacía por rabia, era más bien lo que él llamaba "terapia de presión" para que asumiera lo que era frente a su familia.

Por otra parte, desde que Sammy cuidaba excesivamente a su hermana, la relación de ambos era tan estrecha, que pasaban gran parte del día en el cuarto de la rubia estudiando, jugando o hablando. Tanto era así, que dos meses atrás, Serena misma le confesó su identidad, se transformó delante de él y le permitió a Luna hablarle.

- Samuel no tienes nada más que hacer? - Serena lo miraba con rabia.

- No... Y por lo que veo tu tampoco, así que vamos a casa - tomó a su hermana por el brazo ante la mirada desconcertada de Darien.

- Buenos días Sammy - lo saludó cortesmente mientras veía al rubio desesperado.

- Buenos días Chiba...

- Nos vemos en la noche Cariño - la rubia se soltó de su hermano y dejó un beso fugaz en los labios de su novio.

- Nos vemos en la noche princesa - sonrió a su novia - y feliz día Sammy.

- Que tenga buen día Chiba - abrazó a su hermana por los hombros en un gesto protector y caminaron hacia la casa juntos.

- Te pasas Sammy... - comenzó Serena muy risueña - él simplemente es tímido.

- Puede ser tímido y todo lo que quieras Sere, pero que asuma que te dio ese anillo y lo que eso conlleva - sacó la cadena de su hermana haciendo énfasis en la argolla - quiero verte feliz tonta... Y si para eso debo ser el tormento de mi cuñado, lo seré.

Los dos hermanos entraron juntos a la casa, saludaron a su madre y juntos se dirigieron a la habitación de Serena.

- Hola chicos - los recibió Luna desperezándose.

- Hola Luna - saludaron los dos al tiempo.

Serena se tiró a la cama y Sammy se sentó en el suelo.

- Porqué estás tan feliz Sere? - preguntó el rubio después de ver a su hermana con una sonrisa de tonta.

- Darien pedirá mi mano a papá esta noche - contestó sentándose - debo buscar algo lindo para ponerme...

- por fin lo hará? - el rubio caminó hasta el armario de su hermana - entonces te voy a ayudar - y empezó a buscar entre los vestidos uno en especial. Uno que él mismo le había regalado de cumpleaños.

- ayudarme a vestir tu? - la rubia sonreía alegremente.

- si... Recuerda que soy el yerno de Setsuna Meio - decía orgulloso tocando su pecho.

Mientras los hermanos Tsukino pasaban la tarde buscando vestidos y preparándose, en el apartamento de Darien una visita inesperada estaba esperando porque les abrieran.

- Ya voy! - gritó desde el cuarto Darien mientras se ponía una camiseta.

- Buenas tardes Príncipe - Setsuna entraba acompañada de Hotaru.

- Setsuna, Hotaru, que sorpresa - las invitó a sentarse - qué las trae pro acá?

- Sabemos que hoy pedirá la mano de la princesa - contestó despreocupadamente Hotaru - y queremos ayudarle - alzó una bolsa con ropa que traía con ella.

- no es algo formal - se defendió nerviosamente el pelinegro.

- Lo sabemos, nosotras también estaremos allí - dijo Setsuna con una sonrisa - Hot, quieres ir a poner el te en el fogón? - miró a la pelinegra que caminaba hacia la cocina - Ikuko organizó algo así como una cena familiar, invitó a Hotaru y sus padres.

- Así que Haruka y tu también estarán... Genial... - dijo con sarcasmo.

- Príncipe, dígame algo, usted si la ama? - la seriedad de Setsuna lo alarmó.

- Dudas de mí? - fue la respuesta automática del pelinegro.

- Para nada... pero hay ocasiones en las que siento que parece incomodarle su presencia - dijo acomodándose en el sofá.

- La amo más que a mi propia vida Setsuna... Pero no sé qué me impide demostrárselo. Siempre hay algo que me detiene. - Darien abrió su corazón a la mayor de las Sailor.

- no creo que sea tan difícil príncipe - Hotaru entraba a la sala nuevamente - Serena es una niña muy especial y...

- Lo se Hotaru... Es la mujer más maravillosa del mundo... Y todo el tiempo me demuestra que me ama...

- pero usted no se siente cómodo - Hotaru hablaba como toda una sabia - eso se ve a leguas.

- cuando estamos solos es muy diferente... - intentó defenderse.

- haber Principe, y perdone mi impertinencia, pero a las mujeres nos gusta y nos hace falta que nuestro amado nos demuestre lo que siente sin temor a que lo juzguen.

- Que Haruka no te oiga señorita - Sonrió Darien al escuchar a la chica hablar de forma tan madura.

- en fin, le trajimos algo para que luzca hoy y estaremos presentes para darle ánimo.

- Gracias chicas... Y Hotaru, mantén controlado a tu novio que me está sacando de quicio.

Las chicas rieron y se dispusieron a prepararse para la cena.

Cinco minutos antes de las seis de la tarde, el timbre de la casa Tsukino sonó.

- yo abro mamá - gritó la rubia corriendo con dificultad a la puerta. Los zapatos escogidos por su hermano no eran de su total agrado.

- Buenas noches... princesa - Darien estaba en la puerta con un ramo de rosas rojas en su mano (idea de Hotaru) y luciendo un conjunto informal de jean oscuro, camisa de botones azul rey, con manga larga y unos zapatos negros -

- Hola cariño - la rubia se empinó un poco y besó a su novio que había quedado embelesado al verla.

La joven lucía un vestido verde pasto que se ajustaba en su busto con un resorte y caía hasta arriba de sus rodillas en una hermosa cascada. Estaba usando unos tacones del mismo color del vestido, y tenía su cabello atado en sus tradicionales coletas.

- Ser... Serena... - no pudo decir nada más mientras la miraba.

- qué? Tan mal me veo? - dijo poniendo cara inocente.

- Estás preciosa princesa - le dijo al oído para que nadie más escuchara.

- Buenas noches, pasa Darien - Ikuko apareció frente a la pareja.

Darien miró a la rubia buscando ayuda pero solo se encontró con una enorme sonrisa.

Cinco minutos después de permanecer en la sala a la espera de las otras invitadas, sonó el timbre nuevamente, aunque esta vez quien salió corriendo fue Sammy.

- Buenas noches señores Tsukino - Hotaru hacía una reverencia formal mientras entraba a la sala de la mano de Sammy.

- Buenas noches señores Tsukino - Setsuna y Haruka saludaron formalmente. Las tres invitadas vestían un juego de hermosos vestidos a la rodilla en colores distintos y con apliques que hacían ver cada uno como una obra de arte.

- Buenas noches señoras... - saludó amablemente Kenji.

- Papá, te presento a Setsuna Meio y Haruka Tenou, dos de las tres madres adoptivas de Hotaru - Sammy señalaba formalmente a las dos mujeres que sonreían con amabilidad.

- pasemos a la mesa - Ikuko llamó la atención de todos yorganizó la mesa para que Kenji se sentara en la cabecera, a su lado Ikuko, seguida por Sammy, Hotaru y Haruka. A la izquierda de Kenji estaba Serena, seguida por Darien y Setsuna.

- Todo estaba deliciosos Señora Tsukino - habló Darien al terminar su postre.

- No me digas así hijo, ya llevas buen tiempo saliendo con nuestra Serena y eres uno más de la familia - respondió Ikuko - verdad Kenji?

- Mamá... - dijo algo enojado el hombre que se estaba impacientando.

- Señores Tsukino - Darien tomó valor y se puso de pie. Si no era ahora que su suegra le había infundido valor, no sería nunca - agradezco esta cena tan especial en familia, pero no solo estoy acá por eso - miró a Serena y estiró su mano para tomarla entre la suya y ponerla de pie - saben muy bien que salgo con su hija desde hace cuatro años - continuó hablando rápidamente antes de que lo interrumpieran - la amo más que a mi propia vida y ella lo sabe perfectamente... Por eso - tomó aire - quiero pedir su consentimiento para casarme con Serena.

Silencio. Durante un par de minutos nadie dijo nada, todos miraban a Darien sudando y nervioso y este solo miraba a Kenji Tsukino.

- Serena estás embarazada? - Kenji sorprendió a todos con su comentario y Sammy no pudo contener una carcajada.

- Papá! Como se te ocurre... Darien y yo... - Serena fue interrumpida por su novio.

- Nunca he tocado de más a su hija señor Tsukino, la amo demasiado como para obligarla a hacer algo que ella no quiere.

- Me cuesta creerle Darien - hablaba Kenji sintiendo en su corazón una fuerte punzada sabiendo que su hija no le decía la verdad - cómo se que me dicen la verdad?

- Papá, no seas ridículo - todos se extrañaron al escuchar a Serena tratar así a su papá - quieras o no, nosotros nos vamos a casar - sacó la cadena de su cuello y desató el anillo - está decidido desde hace mucho - se la puso en el dedo correspondiente.

- Jovencita! - la regañó su padre antes de estallar completamente - discutiremos mi autorización cuando aprendas a decir la dad y a no mentirle a tu familia.

Nadie entendía lo que Kenji decía, ni la misma Serena, a la que todos veían con un enorme interrogante en sus mentes.

- Perdóneme contradecirlo señor Tsukino, pero Serena es una mujer transparente y ama demasiado a su familia como para mentirles o...

- Usted se calla señor Chiba - Kenji estaba dolido. No podía creer que su hija quisiera casarse con ese señor así él no lo aprobara, y mucho menos podía creer en sus palabras cuando aún les seguía mintiendo con respecto a su identidad - usted no sabe quien es Serena realmente! - lo gritó por fin, esperando que así ella abriera la boca.

- Papá! Porqué me tratas así?... Solo nos amamos y nos queremos casar... No es que esté embarazada ni nada por el estilo - Serena empezaba a llorar y Darien se percató de eso.

- ven acá princesa - e pelinegro abrazó a su novia para consolarla - puede ser su padre señor Tsukino pero no permitiré que dude de la integridad de Serena - Darien empezaba a molestarse por la forma en que su suegro estaba tratando a Serena.

- Kenji qué te pasa? - Ikuko se levantó de su silla molesta por lo que estaba sucediendo.

- Que te lo diga tu hija mamá - sacó el broche de transformación de Serena de su bolsillo y lo tiró sobre la mesa.

Sammy, Hotaru, Darien, Setsuna y Haruka miraban a Serena y al broche alternadamente. Ikuko estaba a punto de llorar y Serena solo miraba a su padre.

- Estuviste buscando en mis cosas? - la ira se apoderaba de la rubia.

- Cálmate princesa... - le decía Darien sin soltarle el abrazo - es tu padre y algún día tendría que saberlo...

- Que! Ahora este señor sabe quién eres tu y a tu familia nos lo haz ocultado por años?

- Mira papá, no voy a permitir que me trates así. Y si tienes eso en tus manos supongo que ya lo sabes muy bien - miró a su mamá pidiendo perdón - mamá, es que ves frente a ti es mi broche de transformación... Yo soy Sailor Moon, Darien Tuxedo Mask y estas que están hoy con nosotros y mis demás amigas son mis guardianas, las Sailor Scout... Nunca les dije nada para protegerlos... - el aire comenzaba a faltarle por el llanto que se atoraba en su garganta.

Todos la miraban a ella. Los que sabían la verdad expectantes, Ikuko con amor y comprensión y Kenji, con una mezcla de sentimientos: amor, desilusión, temor, arrepentimiento, vergüenza...

- Contento papá? - tomó el broche y lo colocó en su pecho - ahora si me permiten, creo que no tengo nada que hacer en una casa donde mi propio padre duda de mi de una forma tan absurda y además me espía y busca en mis cosas - movió la silla y se dispuso a salir - lo siento mamá... - corrió hacia su cuarto dejando a todos con la boca cerrada. Ninguno la había visto así antes.

- Felicidades papá! - Sammy se puso de pie - no te imaginas por todo lo que ella ha tenido que pasar para cuidarnos y tu la cuestionas? - tomó a Hotaru de la mano - linda, iré a buscarla - la besó en los labios y desapareció con un "con permiso".

- Perdónenme... - Kenji se sentó arrepentido en su silla nuevamente - llevo dos años intentando que nos dijera la verdad.., perdonen por juzgar mal a mi hija.

- Kenji... Si Serena se va es solo culpa tuya - Ikuko caminó hacia Darien que los miraba atónito - Hijo, cuídala mucho... - tomó las manos del pelinegro en las suyas - ella es lo más valioso de nuestras vidas...

- no tiene que decirlo Señora - fue Haruka la que habló - para nosotros Serena es el tesoro más grande que tenemos.

- La cuidaré con mi vida si es necesario - le respondió Darien con una sonrisa.

En la habitación de la rubia, Serena llenaba una maleta con algo de ropa, sus uniformes y sus libros y documentos más importantes.

- Sere... Puedo pasar? - la voz de su hermano sonaba del otro lado.

- Pasa Sammy - respondió antes de caer en la cama llorando como niña pequeña.

- Serena...- Luna también entraba detrás de Sammy al presenciar desde la chimenea la fuerte escena.

- Sere, qué harás? - le preguntaba su hermano viendo la maleta - no irás a...

- Me voy Sammy, quizá así mi papá entienda que no tenía porque tratarme primero como una cualquiera, y después como la peor persona de mundo - Serena se lanzó a los brazos de su hermano - te voy a extrañar...

- Tonta y a dónde irás? - preguntó mientras la abrazaba - no se, con Lita o Haruka tal vez...

- No irás con Da...

- No... Con él quiero hacer las cosas como se deben... - alzó su rostro para ver a su hermano - me entiendes? - se sonrojó.

- Claro mi pequeña tonta... - volvió a abrazarla - te amo Sere... Cuidate si?

- Tu me sigues cuidando verdad?

- Claro - se levantó y ayudó a su hermana a empacar.

Quince minutos después, Serena bajaba acompañada de su hermano y su gata. En la estancia estaban sus tres guardianas y su Novio acompañados de Ikuko.

- Haruka - la voz de Serena sonaba entrecortada por las lágrimas - Aún tienes el apartamento del centro?.

- Si... Lo uso poco en realidad desde que Michiru está de viaje... - contestó la rubia.

- Podrías prestármelo?...

- Serena pero... No ti..tie... Tienes que... - Ikuko rompió en llanto y Darien la abrazó para darle fuerza.

- Mamá... Debo hacerlo... No seguiré viviendo con alguien que me trata peor que a una prostituta... - se acercó a su madre - podrás visitarme todos los días si quieres...

- Mi niña... - Ikuko la abrazó por un buen rato mientras ambas lloraban.

- Cabeza de bombón - Haruka rompió el momento - mira las llaves... Si quieres te llevo yo misma o te llevará Darien?

- Descansen Haruka... Darien o Sammy me llevan - recibió las llaves - gracias...

- Está bien, nosotras nos vamos entonces - Setsuna habló por primera vez. Para ella no era algo nuevo lo que sucedió pero no debía intervenir - Despídete Hotaru.

- Mamá Ikuko... - la chica tomó las madres de la mujer que no paraba de llorar en los brazos de su yerno - nosotros cuidaremos muy bien a Serena... No debe preocuparse - le dio un beso en la mejilla y luego se dirigió a Sammy - mañana nos vemos lindo - lo besó en los labios y salió tras Setsuna.

- Señora Tsukino - Haruka le extendía una tarjeta - esta es la dirección y el teléfono de la casa donde estará Serena... Tenga buena noche - y así salió del lugar.

- Sammy, cuídala por favor - le dijo Serena abrazando a su hermano - te amo tontito.

- y yo a ti Sere... - Sammy soltaba el abrazo - las extrañaré.

- y nosotras a ti - la gata habló sorprendiendo a Ikuko.

- Lu.. Luna.. Habla? - la mujer paró de llorar por el asombro.

- Si mamá y es una excelente amiga - dijo Serena cargando a la gata sobre sus hombros.

- Luego podremos conocernos Luna... Cuida a mi hija... - le dijo la peliazul a la gata.

- Lo he hecho desde hace más de seis años señora.

- Señora Tsukino - habló Darien.

- Dime mamá Darien - habló con una sonrisa.

- está bien... mamá - sintió un calor interno al pronunciar esa palabra que no pudo describir - disculpe si Serena, las chicas y yo le ocultamos eso todo el tiempo... Pero era la única forma de protegerlos.

- Yo lo sabía desde que inició... - dijo con suficiencia - las desapariciones de mi hija... Los artículos que tenía entre su ropa cuando la organizaba... Y el día que me rescató...

- Mama... - Serena rompió en llanto - perdóname...

- No hay nada que perdonarte Serena... Estoy orgullosa de que seas mi hija... - se soltó de Darien y abrazó a la rubia - vete antes de que tu padre regrese...

- Regrese? - los dos hermanos estaban extrañados.

- Tu padre salió como una bala de la casa... Supongo que tenía que estar solo - respondió Darien.

- Está bien, te amo mamá - y con un beso se despidió de su madre sin dejar de entregarle una copia de las llaves del apartamento a ella y a su hermano. El llavero tenía tres copias iguales.

En el auto todo estaba en silencio hasta que, mientras esperaban el cambio de una luz roja, Darien lo rompió.

- Estás segura de lo que hiciste princesa? - la miró llorar en silencio.

- Darien... Tengo 18 años... En seis meses entro a la universidad... He salvado al mundo muchas veces... No creo que vivir sola me derrote... - le dijo orgullosa.

- Princesa... Y la comida... Y.. - Darien se preocupaba por el desastre que era Serena en una cocina.

- Quería que fuera una sorpresa... Pero por lo sucedido... No te preocupes Cariño... Lita logró pulir este diamante en bruto - sonrió aún con lágrimas en el rostro.

- eso tendré que verlo princesa - intentaba meter algo de humor a la conversación para animar a la mujer que amaba.

- Y por el dinero ta,poco te preocupes... Hablaré con Andrew para que me permita trabajar en el Crown después de clases...

- Lo tienes todo resuelto... - la miró con adoración - esa es mi chica - sobó su mejilla antes de dar marcha de nuevo al auto.

Llegaron al edificio y subieron juntos en el ascensor hasta el séptimo piso. Caminaron en silencio y se detuvieron frente a la puerta del apartamento que compartieron Haruka y Michiru antes de que Hotaru llegara a sus vidas.

Estaba oscuro. Se veían las sombras del lujoso mobiliario y las luces de la ciudad colándose por el enorme ventanal que daba a una pequeña terraza.

- Supongo que es algo grande y ostentoso para mi - dijo Serena al encender la primera luz.

- Podrías haber...

- No Darien... En tu apartamento puedo dormir muy bueno en las tardes... Pero no quiero ser una carga para ti - dijo mientras seguía encendiendo luces.

- Lo que tu digas preciosa... - en realidad Darien no quería dejarla sola y menos cuando su amada rubia se estaba escondiendo detrás de una máscara fuerte. Sabía perfectamente que por dentro, ella estaba destrozada.

- Bueno... Creo que me quedaré con la habitación que era de Michiru - se paró al lado de Darien para sacarlo de sus pensamientos - me ayudas con la maleta cariño?...

- eh.. Si, claro princesa - empezó a seguir a la rubia llevando sus cosas - oh... Es hermosa... Ahora entiendo porque lo prefieres a mi apartamento - bromeó.

- No seas tonto... Sabes que no me gustan mucho los lujos... - se abrazó a él cuando soltó la maleta.

La habitación era amplia. Tenía una cama enorme en la mitad, vestida con cobertores azul claro. Había un tocador de cuerpo entero junto a una enorme ventana. Una mesa con un florero vacío y la puerta de un gran baño y closet en el extremo derecho.

No habían pasado dos minutos abrazados cuando la rubia rompió en llanto escondiendo su rostro en el pecho de Darien.

Darien no dijo nada. La dejó llorar en sus brazos y la condujo hasta la cama. Allí tras media hora, la rubia quedó dormida.

- Lo siento princesa - decía bajito mientras le quitaba los hermosos tacones de los pies y la acomodaba en la cama - esta noche debía ser especial... Pero yo estaré contigo.

Acomodar a esa rubia era una tentación completa. Su corto vestido dejaba ver esas largas piernas a medio descubrir. La cubrió suavemente, buscó el celular que le había regalado a su novia y programó la alarma para que no se le hiciera tarde para ir a la preparatoria. Apagó las luces y salió para encontrarse a Luna en la sala.

- Está muy mal? - preguntó seriamente la gata.

- No quiere demostrarlo... Pero está muy triste... Le dolió mucho el trato que recibió de su padre - respondía mientras se sentaba al lado de la gata en el sofá blanco.

- Kenji se sobrepasó.

- Y yo también... No debí hablarle así... Es su padre... - empezaba a recordar que le alzó la voz a su suegro para defender a Serena.

- Hiciste lo que debías hacer Darien... - la gata se posó en sus piernas a te quedarás a cuidarla esta noche?

- No Luna... Ya se quedó dormida y mañana entro a clases muy temprano... Pero a la salida de su escuela puedo recogerla... - respondía mientras sobaba la cabeza de la gata - puedo confiar en que la cuidarás bien?

- Claro que si... - contestó la gata - crees que debo decirle a las chicas?

- No... Deja que sea ella la que lo haga - respondió antes de poner la gata sobre el mueble de nuevo - mañana nos vemos Luna.

- Feliz noche Darien - y con esa despedida, el pelinegro desapareció tras la puerta de la entrada y la gata se dirigió a la cama en la que dormía Serena.

La mañana apenas estaba asomando cuando el ruidoso despertador hizo sobresaltar a la gata negra.

- Buenos días Luna - Serena estaba ya vestida con su uniforme, sonreía y estaba terminando de peinarse.

- Oye estás enferma? - era extraño que se levantara tan temprano y tan fácil.

- No... Pero si queremos comer algo, debemos salir temprano - dijo sonriendo. Definitivamente sabía esconder su tristeza.

- Darien te llamó para despertarte? - la gata se desperezaba.

- Si.. Hace una hora me llamó a darme los buenos días - sus ojos brillaban con intensidad cuando hablaba de su novio.

La puerta de la entrada se abrió sobresaltando a las dos compañeras en el cuarto.

- Sere... Donde estás? - la voz de Sammy las tranquilizó - oye tontita donde te metiste?...

- Sammy! - gritó Serena sorprendida para que su hermano supiera donde estaba - acá.

- Que lujo de apartamento... - dijo mientras entraba y se sentaba en la cama al lado de Luna - mamá te envió el desayuno y el almuerzo... Los dejé en la cocina.

- Gracias Sammy... - volteó hacia él con su peinado ya perfecto - no pasarás por Hotaru hoy?

- No... Debía pasar por otra chica para acompañarla - dijo con picardía - vamos a desayunar que tengo hambre.

Comieron juntos y salieron para la escuela caminando despacio. Una vez llegaron, se encontraron con los chicos, Sammy dejó a su hermana en su custodia y cada quien inició el día de clases.

Los chicos azotaron con preguntas a Serena durante el almuerzo. Su rostro se veía sonriente pero cansado. Tenía ojeras por llorar y estaba algo distraída. Sin poder escapar, tuvo que explicarles lo sucedido y que estaba viviendo sola.

La jornada terminó con una Serena distraída y un grupo de amigos preocupados. Cuando salían juntos del colegio, un carro deportivo rojo con un atractivo pelinegro recostado en una de sus puertas esperaba por su novia.

- oigan chicos, ese de allá no es Darien? - Mina llamó la atención de todos que iban hablando para distraer a Serena.

- Darien? Donde? - la rubia de coletas comenzó a buscar hasta encontrarse con la mirada profunda de su novio que le sonrió - DARIEN! - gritó y se lanzó a sus brazos para recibir un fuerte abrazo que sonrojó al pelinegro.

- Que tal tu día princesa? - le hablaba bajito para que nadie más escuchara.

- Ahora es perfecto - le dio in fugaz beso y volteó hacia los chicos que se acercaban a ellos.

- Serena... Estudiaremos esta tarde en el templo con Rei... Te esperamos? - Amy fue la primera en hablar.

- No lo se... Les aviso... Debo ir a hablar con Andrew... - comenzó Serena.

- Y haremos algunas compras para la nevera vacía de Serena - dijo con gracia Darien.

- Está bien... No más explicaciones - Mina hizo sonrojar a todos con su comentario - que les rinda la tarde... - Haló a Yaten y gritó a los demás - que no ven que quieren estar solos vamos!

Serena y Darien se miraron, se sonrojaron y partieron en el auto rumbo al Crown.


Espero les guste esta nueva historia y que nuevamente me acompañen con sus comentarios y sugerencias...