Hola a todos!

Ya se U_U tarde muchisimo, perdon! pero la verdad he estado muy pero muy ocupado, les prometo que no tendran que esperar tanto de ahora en adelante, tratare de subir un cap por semana!

Les dejo la continuacion, pronto veran que cada ves se pone mas bueno, me alegra muchisimo que mas gente halla comentado, la verdad es que esta historia es de lo mejor (yo me la lei toda en una noche xD)

Bueno no les hago esperar todavia mas, aqui esta la conti:

Capitulo 6: La mañana siguiente

Cuando Booker despertó, sintió su cabeza tan aturdida como si le hubieran clavado un hacha en ella, echó un vistazo a su alrededor y no pudo ver nada más que botellas de whisky y ron vacías, todas ellas regadas por el suelo de la habitación. Su espejo había sido destruido y su mano se encontraba ensangrentada, y para rematar, había dos personas más en su habitación observándolo. ¿Dos personas en su habitación?

Se reincorporó como rayo y vio a aquel par de mellizos locos junto a él. Al parecer ellos siempre estaban allí cuando menos se les necesitaba.

– Qué están haciendo aquí – gruñó Booker mientras se levantaba de la cama.

– Vístase señor Dewitt, chop chop. Después de todo, tendrá visitas. – Dijo Rosalind dando dos palmadas.

Booker se dirigió a su ropero a tomar una camisa y unos pantalones, cuestionando a los dos gemelos. – ¿Por qué me han traído hasta aquí? –

Robert sacudió su cabeza y chasqueo sus labios en señal de desaprobación. – Pensé que ya habíamos pasado por esto señor Dewitt, honestamente pensaba. Necesitamos arreglarlo, arreglar en donde usted y la chica fallaron. –

– ¿Elizabeth y Yo? Bueno pueden olvidarse de eso, he terminado. – respondió Booker mientras se abotonaba la camisa y tomaba el pantalón.

Rosalind vio perezosamente a su hermano, – Te dije que debimos haber ido con ese Jack Fellow –

– No lo hiciste – replicó el hermano – Yo sugerí a Jack tu sugeriste a Topside. –

– ¿Entonces quien sugirió al señor Dewitt? –

Booker comenzó a perturbarse exponencialmente mientras esos dos continuaban la conversación como si él no estuviera en la habitación. Finalmente harto, decidió intervenir – ¡Cállense ya los dos! –

Ambos gemelos le dieron una mirada sobresaltados y guardaron silencio un momento. Tres segundos después sin embargo, volvieron a hablar. – Bueno eso ha sido muy grosero. –

– Ustedes dos sabían, no es así – irrumpió Booker acercándose a ellos, – ¡Ustedes sabían que ella está con ese hombre! –

– Por supuesto que lo sabíamos – respondió Rosalind, como si esperara que Booker lo supiera también.

– ¿Entonces por qué me han traído hasta aquí entonces? –

– Porque – respondió Robert, – Pensamos que sería lo suficientemente maduro como para manejar el drama si eso implica hacer lo que se tiene que hacer. –

Booker estuvo a punto de gritar nuevamente, hasta que se dio cuenta de que tenían razón. El debía hacer lo que tenía que hacerse, sin importar las circunstancias. Con Elizabeth o sin Elizabeth, Comstock seguía allí fuera, y si para poder encontrarlo debía trabajar con aquel hombre que le había quitado su única razón para vivir, entonces que así sea.

– Está bien… está bien lo haré – respondió Booker con un pesado y adolorido suspiro

Los gemelos sonrieron diciendo al mismo tiempo, – Saludos comandante Roland. –

Booker giró bruscamente y vio al comandante Roland dándole una extraña mirada.

– Había dos personas aquí – preguntó el comandante viendo por sobre los hombros de Booker, intentando ver de donde provenían las voces que había escuchado.

– Es mejor que no se preocupe por eso comandante – respondió Booker, dirigiéndose fuera de la habitación con su inesperado visitante.

– Por favor, llámame James – le dijo, – lamento mucho lo del otro día. Hemos visto a muchos clamando ser Booker Dewitt, no podemos dejar de tener cuidado. –

– Entiendo – dijo Booker

James sacó un paquete de cigarrillos de la bolsa de su gabardina, ofreciéndole uno a Booker quien lo tomó graciosamente. James encendió ambos cigarrillos y los dos comenzaron a fumar.

– Así que, Booker, cuéntame cuando rescataste a Elizabeth. Estoy seguro que es una historia increíble – dijo James dando una bocanada de humo.

Booker le dio una fumada a su cigarrillo y exhaló humo lentamente, – ¿Ella no te ha contado sobre eso? –

James sacudió la cabeza, – Ha Elizabeth no le gusta hablar de eso. Al parecer le trae recuerdos muy dolorosos. –

– Bueno está en lo correcto, hay recuerdos muy dolorosos, cosas que nunca olvidare – dijo Dewitt con voz fría

– No puede ser tan malo como lo que le ha pasado a este lugar – dijo el comandante riendo, – ¿Habías escuchado eso? –

– Cuando vine aquí por primera vez fue con Elizabeth. Ella me dijo que solo era otra puerta más. –

– Así es, sin embargo como tú te imaginarás esta puerta tiene sus propios problemas, – dijo James dándole una larga fumada a su cigarrillo después.

– ¿Qué ha pasado? –

– Ella nos dijo que a través de esta puerta había una ciudad hereje sin Dios, basada solamente en el progreso. Sus experimentos y la falta de dirección los llevó eventualmente a todos a la locura y destrucción. Creo que fue una droga llamada Adam. –

– Adam… – reflexionó Booker, – eso suena loco. ¿Por qué tomar algo que afecta a tu cuerpo de esa manera? –

El por supuesto vio la ironía de su declaración, teniendo en cuenta que tuvo por lo menos diez tipos diferente de vigores corriendo por sus venas. Booker no había podido usarlos nuevamente, ya que no había tenido en sus manos esa extraña bebida azul con sales desde hace tiempo.

– De cualquier forma, esto era un pueblo fantasma cuando llegamos y sin embargo se ha convertido en nuestro hogar. Incluso mi propia familia vive aquí abajo ahora, forzada a permanecer oculta del cielo mismo. Yo espero que un día, podamos volver a Manhattan nuestro hogar, pero hasta que ese día llegue seguiré luchando por ellos. –

Booker asintió, era una razón respetable para luchar. Esta era definitivamente, una mejor razón que la que el tenia para hacerlo.

Después de una hora de amena charla paseando por la ciudad, Booker y el comandante James llegaron a una enorme puerta. ¨Habitación de Guerra¨ era la leyenda escrita en ella. James introdujo un código en el teclado junto a la puerta, después esta se abrió, permitiéndoles el paso a ambos. Booker se mantuvo de pie fuera, claramente incomodo mientras James entraba. El comandante notó su reacción al instante y dijo, –Vamos Booker, hay espacio para ti, a mis ojos y criterio, tú me superas en rango con creces –

Booker asintió y entró junto con el comandante, acercándose a una gran mesa redonda en el centro de la habitación. Sentados alrededor se encontraban los líderes de la revolución: Elizabeth, Daniel y una mujer que no conocía.

– Booker, – dijo Elizabeth con un tono sorpresivo, al verlo entrar

– Supuse que el definitivamente ha ganado un lugar aquí, – dijo James al grupo, – a menos que alguien tenga una objeción, cosa que yo no me atrevería –

James siempre había sido y demostrado con hechos la ruda naturaleza de la cual estaba hecho, sin embargo incluso para alguien como él, sabía que no era prudente estar en contra del hombre que había acabado con toda Columbia.

Fue unánime la decisión de permitir a Booker formar parte del grupo. Tomó asiento junto a James y la mujer desconocida, quien seguía observándolo desconfiadamente. Su mirada le hacía sentir un poco incomodo, pero él supo manejar aquello ignorándola y concentrándose en el asunto a tratar.

– Estoy muy feliz de que puedas unírtenos Booker, – dijo Elizabeth emocionada, – No conozco a nadie que sepa luchar mejor de lo que tú lo haces –

– Gracias, amm supongo – respondió Booker, tratando de entender si debía sentirse ofendido porque ella le había dicho prácticamente un asesino o halagado por ser muy hábil.

– A la primer orden del negocio entonces – anunció Daniel, parándose de su silla y dirigiéndose hacia la cabeza de la mesa, – todavía necesitamos asegurar la instalación de una base en tierra firme, nuestro complejo en Manhattan sigue siendo muy peligroso aun. Yo sugiero nos traslademos a una base en Europa. –

– Definitivamente contamos con la fuerza suficiente para empujar eso ahora mismo, – confirmó James, – sin embargo, aun no tenemos la suficiente potencia de fuego para vencer a sus súper soldados. –

Elizabeth asintió y volteó hacia la mujer pelinegra sentada junto a Booker, – Eleanor, ¿cómo es que aun no hemos podido desarrollar nuestros propios vigores? –

La mujer se puso de pie y contestó en un distintivo acento británico, – No tengo idea de cómo es que los Columbianos han sido capaces de crear esta fórmula sin los efectos adversos que los plásmidos tienen. Si tan solo tuviera a alguien quien tuviera su sangre fusionada con la sustancia podría desarrollarla. –

Inmediatamente toda la mesa puso sus ojos en Booker, quien no parecía mostrarse muy contento con la idea. Ellos lo querían para ser una especie de sujeto de pruebas, como si fuera algún tipo de animal. Pero todo era por el bien común. Entre más pronto fuera posible que la rebelión pudiera luchar en contra de Columbia, mas pronto podría tener sus manos alrededor del cuello de Comstock y acabarlo.

– Está bien lo haré. –

Elizabeth inmediatamente preguntó, – Booker, ¿estás seguro? –

– Estoy seguro – dijo con un deje de dolor en su voz, un deje que solo Elizabeth pudo notar, – No es que tenga mucho que perder de todas formas. –

Elizabeth desvió su mirada culpablemente, – Bien entonces, que Dios este contigo. –

– Y porque habría de empezar ahora, – respondió Booker mientras seguía a Eleanor fuera de la habitación de guerra.

Una vez que ambos se fueron, Elizabeth suspiró y se dejó caer pesadamente sobre su silla. Se sentía como basura por lo que le había hecho a Booker. El nunca volvería a verla a los ojos de nuevo.

En Columbia, había sido muy ingenua. Ella había pensado que ambos volarían a Paris al atardecer y vivirían felices para siempre después. Aquello no era imposible, aunque al parecer así sería después de todo por lo que habían pasado. Elizabeth aun tenía pesadillas sobre lo ocurrido en aquella ciudad de los cielos. Especialmente cuando ella había matado… a Daisy Fitzroy. Booker tenía razón; nunca lo superabas. Entonces, ¿Cómo debía sentirse él, al haber matado a tantos solo para protegerla?

Ella sabía lo hermosa que era, incluso de niña lo resaltaba, nunca había pensado en lo difícil que debió haber sido para Booker no verla como algo mas después de todo lo que había tenido que arriesgar por ella. Claro, aunque el motivo inicial fuera de lo más egoísta, estaba claro que ese motivo no era el mismo al final. Y por otra parte en cambio, ella jamás había sentido algo como lo que Dewitt le hacía sentir al estar juntos, el verle herido durante incontables batallas mientras ella se resguardaba, ver como el solo luchaba contra ejércitos para protegerla y, para rematar, después de asesinarlos a todos el todavía le preguntaba cómo se encontraba.

Aun podía recordar aquella ocasión en que Booker recibió un disparo producto de un francotirador y, mientras sangraba, tranquilizaba a una horrorizada Elizabeth.

Debía de haber sido muy tonta para no darse cuenta de todo.

– ¿Elizabeth? –

Elizabeth recobró la conciencia y vio a Daniel observándole, preocupado. Ella le sonrió débilmente, – Perdón, me distraje por unos momentos, hay que enfocarse en que es lo que haremos. –

– Si – dijo Daniel, – lo siguiente que debemos hacer es pensar en cómo lograremos llegar a la superficie. Usando una de nuestras bathyesferas revelaría nuestra posición inmediatamente, y usar un desgarre no será posible, sin contar el hecho de que necesitaremos de otro portal para poder transportar a la gente de forma segura. –

– Siempre podremos usar uno de los submarinos de Rapture para llegar lo más cercano posible a la ciudad y emerger desde un lugar seguro. De esta manera, nuestra nave permanecerá oculta sin levantar sospechas – sugirió el comandante

Elizabeth asintió, –Esa es una buena idea, enviaremos un grupo de científicos junto con otro de soldados y así podrán construir otro portal. Uno de nosotros tendrá que ir con ellos para ayudar y dar soporte a todo el proceso. –

– Yo propongo a Booker Dewitt. Tu misma lo dijiste, el hombre sabe cómo luchar. Además, el es el héroe de la gente, teniéndolo cerca no solo les protegerá y hará sentir seguros, sino que hasta les motivará, – agregó Daniel

– ¡Definitivamente no! –

Tanto Daniel como Roland observaron sorprendidos a Elizabeth por su arranque. Quien después del desplante hecho, respiró profundamente y dijo, – El señor Dewitt no es una opción en estos momentos. Por favor, ¿podríamos buscar a alguien más? –

James y Daniel se vieron el uno al otro confundidos, tratando de descifrar como convencer a Elizabeth. Finalmente, Daniel habló, – La razón por la cual sugerí a Booker es porque es el único de nosotros en este momento que no tiene asignado nada aún, por favor, cordero, considérelo. –

Elizabeth suspiró, – Yo hablaré con él, pero no estoy segura de si aceptará… – dijo con tono preocupado

Lo se! Las cosas se pondran dificiles (en todo sentido xD) pero eso es lo que precisamente engancha mas en la historia, espero les halla gustado tanto como a mi, prometo actualizar mas seguido si comentan mas! No se imaginan lo que pasara se sorprenderan!

Eleanor entra en escena, para aquellos que hagan jugado Bioshock 2 sabran cual es su papel (o eso creeran xD)

Bueno me despido, espero les halla gustado y... Comenten! que eso detonara el siguiente cap, entre mas comenten mas rapido sera posteado xD

Saludos y gracias por leer tan tremenda historia!