Hola chicas esta historia es una TRANSCRIPCION de la original de Yurika Cullen que muy amablemente ME PERMITIÓ ADAPTAR sus historias a los personajes de Candy Candy, y así compartir con ustedes su talento….espero le agrade tanto como las otras historias que su inspiración nos ha permitido disfrutas…

HACIENDO TÚ SUEÑO REALIDAD

By Yurika Cullen

Capitulo Diez

— ¿Tu antigua habitación?— me pregunto sonriendo cuando estuvimos a solas en mi antigua recamara

— Fue lo primero que se me ocurrió— y sin esperar más lo bese, estuvimos así largo rato hasta que nos separamos buscando un poco de aire

— Candy— hablo de repente muy serio— ¿Puedo hacerte una pregunta?— yo simplemente asentí curiosa— ¿Te gusta hacer el amor conmigo?— yo me desconcerté un poco y a la vez también me ruborice

— No entiendo porque lo preguntas—

— Solo responde, te gusta o no—

— Creo que no hace falta preguntar Albert, durante este tiempo pienso que se ha notado bastante que me gusta mucho— definitivamente estaba tan roja como una fresa, él sonrío un poco

— ¿Por qué?—

— ¿Por qué me gusta hacer el amor contigo?— él asintió, porque te amo, hubiera querido responder, pero aun no tenía el valor— no sé porque me haces todas estas preguntas, pero si es importante para ti saber la respuesta te puedo decir que me gusta hacer el amor contigo porque nunca antes había experimentado una sensación tan maravillosa, y no quiero que pienses que hablo de lo físico solamente, es algo que no te puedo explicar con palabras, pero cuando estamos juntos siento algo diferente, siento que estamos conectados de una manera muy especial, como si tú me entendieras a la perfección y como si yo pudiera comprender exactamente lo que quieres— respondí con toda la sinceridad del mundo— no sé que más te puedo decir, porque sinceramente es inexplicable—

— No es necesario que me digas mas nada— dijo acariciando mi rostro— ¿sabes? Cuando te conocí, pensé que eras la típica niña rica y mimada que solo tenía que pedir algo y lo tendría todo a sus pies, por eso la primera vez que hablamos te trate de manera tan fría, se puede decir que me deje llevar de mis prejuicios, me cerré y no te di la oportunidad de demostrarme tu forma de ser. Pero poco a poco y cuando empecé a saber un poco mas de ti me di cuenta que estaba absolutamente equivocado, pero provocar una pelea contigo se me hacía mucho más divertido que tratar de hablarte de manera normal, me encantaba verte enojada y era tan fácil hacerlo que no podía estar cerca de ti sin provocarte intencionalmente—

Albert empezó a caminar hacia la cama dándome ligeros besos en el cuello, cuando sentí mis pies chocar con el borde de la cama él me recostó suavemente en ella mientras se acomodaba arriba mío sin dejarme caer todo su peso.

— Pero aunque siempre buscaba la forma de pelear contigo— continuo mirándome a los ojos— siempre supe que eras una chica estupenda y siempre imagine que él hombre que estaría contigo algún día sería muy afortunado de tener a una mujer como tú, una mujer llena de amor y de inocencia— no sé porque Albert me está diciendo todo esto, pero mi corazón en estos momentos esta galopando tan rápidamente temo que temo que pueda pararse de repente— y ya que por un acuerdo entre nuestros abuelos fue que tú te entregaste a mí la primera vez, no dejo de preguntarme ¿Cuál ha sido ese motivo que te ha llevado a repetirlo y disfrutarlo? Porque yo puedo sentir cuanto lo disfrutas Candy— dijo mirándome fijo a los ojos, unos ojos nublados por el deseo— te puedo asegurar que cada fibra de mi ser sabe cuándo estas al límite y egoístamente me fascina saber que soy yo quien te hace sentir tan bien, porque yo también me siento de la misma forma cuando estamos juntos— de repente me llene de sentimiento y no soportaba mas, tenía que decírselo

— Albert, si me gusta tanto estar contigo es porque yo te…— la puerta se abrió estrepitosamente

— ¡Vaya! Parece que por lo menos si dedican su tiempo a hacer lo que deben— era mi abuela, ambos nos sorprendimos al verla, pero ninguno de los dos nos movimos del lugar

— ¿Nunca te enseñaron a tocar la puerta abuela?— no me di cuenta que lo dije en voz alta, hasta que vi la expresión en su cara, Albert se levantó y me ayudo a hacerlo a mi también

— ¡Eres una insolente Candy! Para empezar esta es mi maldita casa y para terminar se supone que ustedes tenían que estar abajo con los demás invitados, y no aquí revolcándose como dos amantes vulgares, ya todo el mundo se fue y estuvieron preguntando por ustedes pues no se despidieron de nadie, me hicieron pasar vergüenza con semejante muestra de mala educación— lo único que le importa es su apariencia ante los demás

— ¿Y no se supone que eso es para lo único para lo que me case con Albert? ¿No deberías estar feliz porque al menos estoy cumpliendo con el maldito acuerdo?— no sé de donde saque el valor, pero no aguantaba más los comentarios hirientes de mi abuela, ella ya no tenía derecho a reprocharme absolutamente nada. Mi abuela frunció el ceño disgustada

— Y puedo ver que no estás nada mortificada de cumplirlo, no parece que te hubieran prácticamente obligado a hacerlo, te veo bastante sumisa—

— Lo que a ti te molesta es que no esté sufriendo ¿No es así? Estarías más que feliz de comprobar que soy desdichada ¿O me equivoco? Pero ¿Sabes qué? Es todo lo contrario, y si el abuelo estuviera vivo ya le habría dado las gracias, no sabes lo feliz que soy fuera de esta casa, pues aunque tú pensabas que odiaba a Albert y que no lo soportaba, de nuevo te equivocaste, ¿Pues sabes? ¡Me encanta!—

— ¡Eres una zorra!— mi abuela levanto la mano para golpearme, pero antes de que lo hiciera Albert me había jalado tras suyo y había detenido a mi abuela

— No te atrevas ni a pensarlo Elroy— dijo soltando su mano— no voy a permitir ni que la toques—

— No te metas Albert, esto no es asunto tuyo—

— ¿Por qué todo el mundo se empeña en decirme la misma estupidez? Pero me extraña viniendo de ti, eres lo bastante inteligente como para saber que ni loco te voy a permitir que sigas insultando a Candy—

— ¿No me digas que ahora y de repente te nació el amor por la inútil de mi nieta?— comento despectiva

— Eso es algo que no te importa Elroy— Albert estaba serio y disgustado

— No me hagan reír, es de lo más estúpido, ¿Ahora resulta que después de que los obligan a estar juntos, se dan cuenta que son el uno para el otro? ¡Son patéticos!— dijo haciendo movimientos con sus manos mientras hablaba, se nota que estaba enojada

— Piensa lo que quieras, no me importa en lo más mínimo— dijo y me tomo de la mano— será mejor que nos vayamos Candy, no quiero permanecer un segundo más en esta casa, y de ahora en adelante Elroy, solamente nos relacionaremos para hablar temas de la empresa— mi abuela empezó a reír, nosotros caminamos en silencio hasta la puerta

— Candy, tal vez tú si quieras quedarte unos minutos más— dijo cuando estábamos a punto de salir de la casa, yo me gire sin comprender y vi bajar a mi abuela por las escaleras con algo colgando de sus manos. Abrí los ojos sorprendida. Ella volvió a reír— Es exactamente lo que piensas— yo me llene de rabia, esta mujer en verdad era muy cruel

— ¿Por qué demonios tú tienes el crucifijo de mi madre?— grite llena de rabia

Después de la muerte de mi madre, nunca lo había vuelvo a ver, era una especie de collar de oro en forma de cruz, era un regalo de mi abuela paterna hacia mi madre, Rosemary la cuidaba como un tesoro y después de morir la busque por todas partes pero nunca la encontré, estuve deprimida muchos días porque yo misma lo consideraba un tesoro y no podía creer que fuera mi abuela quien lo tuviera todo este tiempo.

— ¿Acaso esta baratija es importante? Estaba a punto de tirarla a la basura, de solo verla me dan nauseas—

— ¡No te atrevas! ¡Devuélvemela! Tú no tienes derecho a tenerla— ella volvió a reír— ¿Cómo puedes ser tan mala? ¿Acaso no sientes pena por los demás? Eres tan egoísta ¡No tienes corazón!— volví a gritar fuera de mí

— Los que piensas en los demás son personas débiles y estúpidas, yo soy una persona inteligente y sé que lo más importante en el mundo es uno mismo y lo que el dinero te puede comprar, esa maldita idea de amar al prójimo es la culpable de que la gente siempre te pisotee, ¡Y yo no voy a permitir que nadie pase sobre mí, por eso estoy en el lugar en el que me encuentro!— grito ella también

— Siempre sola y amargada— le dije disgustada y ahora bajando un poco la voz— ¿de qué te sirve todo el dinero y la posición que tienes si no lo puedes disfrutar? Nadie se acerca a ti porque nadie te quiere, las personas te odian y te desprecian, solo se te acercan personas hipócritas, interesadas en el dinero, espantas a todo el mundo, pero eso no me importa, si eres feliz así, bien por ti, vive y muere en tu soledad pero deja de intentar hacer infelices a otros y dame de una vez el crucifijo de mi madre— ella de nuevo furiosa

— Si la quieres, ¡pues ven por ella!—

Vi que levanto su mano con el crucifijo de mi madre en ella dispuesta a tirarla contra el suelo y sin dudarlo ni un segundo salí corriendo a detenerla, tome su mano justo antes de que soltara el crucifijo y tironee tratando de quitárselo, pero mi abuela hizo lo mismo haciéndome forcejear con ella, de repente sentí que por fin lograba quitarle el crucifijo, pero la fuerza con la que estaba jalando fue mayor y empecé a caer mientras veía a mi alrededor todo moverse lentamente. Mi abuela tenía una expresión de sorpresa y nervios, mientras que Albert corría desesperado a mi lado con cara de terror y gritando cosas que no pude escuchar bien, pues antes de caer completamente al suelo sentí un fuerte golpe en la cabeza y la vista se me ennegreció para después sentir el segundo impacto contra el piso.

— ¡Candy!— fue lo último que escuche antes de caer rendida en la inconsciencia

Un fuerte dolor de cabeza hizo que me despertara sintiéndome completamente confundida, la luz blanca del lugar me hizo parpadear un par de veces pues aun no podía ver nada con nitidez.

— ¡Candy despertaste!— escuche esa voz tan familiar, cuando por fin pude enfocar bien vi a Albert parado a mi lado tomando mi mano derecha con una expresión de preocupación increíble— ¿Te sientes bien?— dijo nervioso

— Albert, ¿Qué me paso? ¿Dónde estamos? ¿Dónde está mi abuela?— pregunte al recordar el incidente

— Estamos en el hospital, cuando estaban forcejeando te caíste y te golpeaste la cabeza con una mesa, caíste inconsciente de inmediato, así que te traje aquí, llevas inconsciente un par de horas… y en cuanto a tu abuela, ni siquiera la menciones, antes de irme le deje bien claro un par de cosas, no creo que te vuelva a molestar nunca más en su vida y más le vale que no lo haga, porque la próxima vez no la cuenta— explico enojado pero después me abrazo con delicadeza— Me preocupaste mucho Candy— me dijo en el oído, yo le sonreí

— Perdón, no era mi intención hacerlo—

— ¿Cómo te sientes?— volvió a preguntarme mirándome atentamente

— Me duele un poco la cabeza—

— Dame un minuto llamo al médico— dijo y salió para volver segundos después con un doctor, el hombre me reviso unos segundos, me hizo un par de preguntas y anoto unas cuantas cosas más en su carpeta antes de hablar

— Bien, no hay nada de qué preocuparse Señora Andry, el golpe solo genero una pequeña contusión pero no es nada grave ni traerá consecuencias, así que no se preocupen los dos se encuentran muy bien— dijo con semblante tranquilo

— ¿Los dos?— preguntamos Albert y yo a la misma vez, él aun estaba sentado a mi lado tomando mi mano

— ¿Acaso no lo sabían? Pues entonces déjenme darles la noticia y felicitarlos, Señora Andry está usted embarazada— mi corazón se detuvo

— ¿Embarazada?— pregunto Albert

— Si, tiene muy poco tiempo, por eso no se había notado ningún síntoma, les recomiendo que pidan una cita para empezar con el control necesario. Bueno si me disculpan tengo otro paciente que atender, buenas noches— y se marcho dejándonos solos. Yo aun no lo puedo creer, estoy embarazada, un hijo de Albert

— Vamos… a tener un bebé— fue lo primero que me salió ante la noticia— Creo que si lo analizamos bien, era más que lógico, todo este tiempo hemos estado juntos sin ninguna protección, después de todo esa era la parte más importante en el acuerdo, es la razón por la que pasamos por todo esto, lo principal era tener el bebé— Albert se levantó repentinamente y tomo mi rostro entre sus manos

— Candy, ¿estás segura de que este bebé ha sido la única razón por la que hemos estado juntos? ¿Ya olvidaste lo que me dijiste hace unas horas? Sabes perfectamente que mientras hacíamos el amor en lo último en lo que pensamos fue en procrear, ese maldito acuerdo nunca pasó por nuestras cabezas, así que no lo hagas parecer como si hubiéramos estado juntos con el único motivo de embarazarte— dijo algo disgustado

— Perdona, no quise que sonara así, pero es que aun estoy algo impresionada, era más que obvio que en algún momento esto pasaría, pero afrontar los hechos no es lo mismo que imaginarlo, discúlpame Albert, no quise ofenderte, sabes bien que lo que dije hace rato lo dije de verdad— él me dio un pequeño beso

— Candy— me miro muy serio— se que este no es el lugar indicado, pero hay algo muy importante que tengo que decirte— yo lo mire sin comprender— el motivo más importante por el que acepte casarme contigo no fue la empresa, aunque esa empresa ha sido lo único importante por mucho tiempo, la razón mayor por la que acepte fuiste tú— mis ojos se abrieron de sorpresa— aunque te cueste creerlo acepte porque lo vi como mi única oportunidad para estar contigo… yo te amo Candy, te amo desde la primera vez que te conocí y aunque al principio lo negaba porque pensaba que eras una simple niña rica mas, luego lo admití rotundamente cuando fui descubriendo tu verdadera personalidad, por eso acepte casarme contigo, porque quería intentar ganarme tu amor poco a poco, quería demostrarte que yo puedo hacer tu sueño realidad, ese sueño de una familia junto al hombre que amas te lo puedo brindar yo Candy, sé que puedo hacerlo, solo tienes que confiar en mí— no lo pude evitar, lo tome del cuello de su camisa y lo calle con un beso, al finalizar él me miro sorprendido

— ¡Eres un estúpido Albert!— dije sonriendo, él abrió los ojos sorprendido— ¿Por qué demonios no me lo habías dicho antes? He estado todo este tiempo preocupándome por encontrar la forma para hacer que te enamoraras de mí y atormentándome porque no sabía si eras así de cariñoso y especial conmigo porque simplemente así es tu forma de ser o porque en verdad sentías algo por mí, me moría de terror imaginar que tú no fueras capaz de amarme como te amo yo a ti, porque, yo también te amo Albert, te amo con todo mi corazón, y no es necesario que intentes hacer nada, porque yo ya confió en ti, porque ya hiciste mi sueño realidad, ya tengo la familia que quería con el hombre al que amo, aunque tendremos que esperar un par de meses para ser literalmente una familia— reí— Pero es contigo con quien quiero vivir toda mi vida, ere el hombre de mis sueños, la persona que siempre busque—

— No sabes lo feliz que me has hecho Candy— dijo abrazándome y besándome con amor, yo le correspondí realmente feliz de imaginar que después de todo lo que paso, por fin tenia a mi persona especial a mi lado— olvido darte algo— me dijo después de terminar el beso— toma, creo que esto terminara de hacerte más feliz— y metiendo la mano en el bolsillo de la chaqueta del traje saco el crucifijo de mi madre

— ¿Cómo lo conseguiste?— pregunte feliz mientras abría el crucifijo y escuchaba su hermosa melodía

— Tú lo tenías, se lo quitaste a tu abuela y aun inconciente no la querías soltar, pero cuando por fin lo hiciste la guarde como un tesoro, imagine que te gustaría mucho saber que de nuevo es tuya— sonrió

— Gracias, era algo muy importante para mi madre, así que también lo es para mí, en el futuro se la regalare a nuestra hija—

— ¿Hija?— pregunto Albert sorprendido

— Si, no sé porque pero tengo el presentimiento de que será una niña— él sonrío

— Me gusta mucho la idea, así que entonces será una mini Candy—

— Aunque un pequeño Albert tampoco estaría mal—

— Si quieres podemos tener otro después, es más, ¿Qué te parece si vamos a casa a practicar?—

— Me parece la idea más estupenda que he escuchado desde hace un rato, después de todo hoy fuimos interrumpidos— dije sonriéndole con malicia

— No te preocupes, esta vez ni la reina de Inglaterra nos interrumpe—

Y dándome otro beso me ayudo a levantar, minutos después salimos del hospital y como único destino teníamos, nuestra cama. Ahora que lo pienso las chicas se van a poner muy felices cuando les cuente lo del bebé y especialmente lo de Albert, esta vez seré yo quien las acose despernadamente para que me escuchen y sepan que mi amor es correspondido y que por fin mi sueño se ha hecho realidad. Pero todo eso tendrá que esperar, porque esta noche estoy disponible única y absolutamente solo para Albert, y no puedo dejar de sonreír al saber que él también es solo para mí.

Fin

Muchas gracias chicas por pasar a leer...