Hola, yo de nuevo por acá y sin más preámbulo, les dejo el capítulo final de mi FF, espero les agrade. Gracias a todos por leerme.

Capítulo XI: Y esa noche…

En ese momento, un silencio incomodo apareció, Po seguía cabizbajo y Tigresa, aun no podía creer lo que el panda le había dicho, transcurrieron un par de segundos más y la felina rompió el silencio

Tigresa: muchas gracias Po, pero –suspiro- con eso no vas a remediar ni menos, vas a curar la herida que dejaste en mi –tomo las cobijas y se arropo- debo descansar pues mañana emprenderé un viaje, ya sabes, estoy exiliada del palacio de Jade –se dio dándole la espalda al panda- buenas noches Po

El panda no esperaba una respuesta como esa, sintió una ligera presión en el pecho, no era cualquier sensación, sentía que el corazón se le hacía mil pedazos, pero a la vez, él sabía que tenía algo de culpa, pues por su extrema confianza había perdido a alguien que era un pilar en su vida.

Po: es-está bien, descansa –sin decir más, se acomodó en la silla e intento dormir-

En el palacio de Jade, se encontraban Junjie y Kumiko charlando

Kumiko: maestro, insisto… no le veo el mínimo interés a esos leopardos por querer lograr más, son malos en el kung fu, no sirven de nada –dijo con desprecio-

Junjie: pero, querida, ellos siempre me han acompañado

Kumiko: y es por eso que jamás había logrado algo como esto –lo miro- maestro, hágame caso, usted y yo juntos podemos hacer maravillas con este palacio, entrenar a los niños de aquí para que sean un ejército y después, conquistar China… -se le acerco- ¿Qué dice maestro?

Junjie: yo no sé, mejor hay que esperar

Kumiko: -beso la mejilla de Junjie- yo sería feliz si solo fuésemos usted y yo… -le guiño un ojo y partió-

Junjie: ay mamá… creo que ella tiene razón –salió corriendo hacia las barracas- ahora sí, esos buenos para nada tendrán que ver a donde se largan

Y fue así que Junjie llego a las barracas, pidió a cada uno de los leopardos que salieran de las habitaciones, orden que acataron en un par de segundos

Kim: ¿Qué sucede maestro? –Dijo saludando con respeto a su mentor-

Junjie: pues he tomado una decisión y creo que no necesito más de ustedes

Los 4 leopardos se quedaron viendo unos a otros, pues no sabían que decir o hacer, era algo inesperado para ellos

Kim: pero maestro… ¿Por qué? No entendemos… ¿hicimos algo mal?

Junjie: si, muchas cosas, pero no quiero entrar en detalles, así que sin más voy a pedir que se vayan ya de aquí

Kim: pero maestro, no nos haga eso –dijo casi al borde del llanto-

Los demás leopardos sin decir una palabra tomaron sus cosas y salieron uno a uno del lugar, a excepción de Kim

Junjie: ¿Qué esperas? Ya vete –sin decir más, dio la media vuelta y se marchó-

Kim: de seguro esto es plan de esa arpía… -tomo sus cosas y se marchó junto con los otros leopardos-

La noche paso tranquila, Po y Tigresa dormían en la misma habitación pero no juntos, los leopardos no tuvieron más que dormir a la intemperie y Junjie tuvo una romántica cena con aquella chica, que ya había tomado la medida de él, para poder hacerle hace lo que ella quiera

A la mañana siguiente, Tigresa y Po se encontraban en la cocina del Palacio de Garnet, las chicas habían preparado un desayuno delicioso

Po: por cierto Tigresa, necesito tu ayuda –comió un dumpling-

Tigresa: mi ayuda ¿para qué?

Po: pues, como me equivoque… paso algo malo en el palacio de Jade…

Tigresa: ¡¿Qué paso?! –dijo alterada-

Po: Kumiko no era Kumiko… y no tenía buenas intenciones… tenías toda la razón

Tigresa: -se levanta molesta de la cama- lo sabía, pero jamás me escuchas, jamás me hiciste caso…

Xin, Lin y Shàn liáng: solo veían como ambos peleaban, uno echándole la culpa al otro, no sabían que hacer o decir para evitar eso

Po: perdón pero yo como iba a saber si solo te la pasabas haciendo caras, gestos y diciendo cosas sin sentido, en lugar de hacer eso hubieras sido más clara pero no, no lo hacías

Tigresa: tú tienes la culpa por ser un confianzudo de primera, que no hace más que echar las cosas a perder

Shàn liáng: ¡ya basta los dos!

Ambos dejaron de discutir y voltearon a ver a la joven cabra

Shàn liáng: en lugar de estar aquí discutiendo deberían de ir y tratar de regresar las cosas a su cauce –los miro molesta-

Tigresa: -suspiro profundo- está bien, está bien eso haremos –termino su desayuno y agradeció por el alimento-

Po: si, eso haremos –término el desayuno y también agradeció- ¿nos vamos ya?

Tigresa: pues claro, ¿Qué esperabas? ¿Irnos después de la comida? Vámonos ya

Po: siempre tienes que ser así de grosera conmigo

Tigresa: después de lo que me hiciste, no esperes que te trate como una delicada rosa… perdiste mi confianza

Po: perdóname por favor, no lo vuelvo a hacer, lo prometo

Así los dos emprendieron camino, después de unos kilómetros ambos dejaron las peleas de lado para pensar un plan que les ayudará a salvar a Shifu y sus otros compañeros

Pasaron las horas y al fin llegaron a su destino, todo estaba muy callado en el valle de la Paz

Tigresa: está bien Po, tal como lo planeamos, tú vas por la entrada secreta al calabozo y liberas al Maestro Shifu, yo iré a liberar a Mono y nos encontramos en el salón de las reliquias para liberar a Mantis… esta vez no lo eches a perder

El panda solo asintió con la cabeza y sin decir más, ambos fueron a sus labores, Po encontró una entrada tal como la felina le había dicho, con cautela avanzo hasta el final, donde se encontraba una puerta

Po: esta es la puerta –la abrió de un golpe y vio ahí a Shifu, casi sin fuerzas- Maestro Shifu –con un par de patadas, lo libero- perdóneme maestro, yo tuve la culpa de todo

Shifu: no panda, todos tenemos culpa en esto, por confiar en quien no debíamos y por dejarnos llevar

Po: -suspiro- maestra ahora está a salvo –lo tomo en brazos y corrió hacia la salida- lo dejaré con mi padre, ahí se podrá recuperar, déjenos todo a nosotros

Con habilidad y rapidez, Po llevo a Shifu a la casa del señor Ping, para que ahí el pudiera recuperar fuerzas, Tigresa ya había liberado a su primate amigo, de igual forma lo llevo a casa de unos aldeanos que estuvieron dispuestos a cuidar de él mientras todo pasaba

Po: aquí me dijo Tigresa que estaría

Tigresa: -sin hacer ruido, entro al salón de las reliquias- ¿Po?... ¿estás aquí?

Po: -salió al encuentro de la felina- sí, ahora vamos a la habitación de Mantis

Tigresa: ¿lo dejaron ahí?

Po: claro, siendo tan pequeño solo lo encerraron en un jarrón con un par de hoyos para que pudiese respirar…

Tigresa: ¿Por qué si viste todo eso, no hiciste nada? –lo miro-

Po: tenía miedo de echarlo a perder todo otra vez… -bajo la cabeza y comenzó a caminar-

Tigresa: -suspiro y movió la cabeza en señal de un no- está bien, vamos –siguió al panda-

Ambos llegaron a la habitación del Maestro Mantis, Tigresa tomo el jarrón y Po con un par de puñetazos logro romperlo

Tigresa: Mantis –coloco ambas manos para evitar que Mantis cayera al piso- ¿estás bien?

Mantis: S-si pero… no tengo energía, todo estaba muy obscuro y frío allí adentro –digo entre balbuceos-

Po: descuida amigo, estamos aquí para arreglar todo –lo coloco en su cama- descansa, nosotros los vengaremos –dijo en tono heroico-

Tigresa: shh Po, baja la voz, de seguro ese quinteto de leopardos ha de andar por aquí

Po: ah sí, si… revisemos cada una de las habitaciones para acabar con ellos, como se lo merecen

La felina acepto y así, una por una las habitaciones fueron revisadas, pero para su sorpresa no había nadie ahí, más que ellos

Po: que raro, ¿Por qué no están aquí? –Dijo mientras se rascaba la cabeza-

Tigresa: no lo sé, pero hay que estar alertas, lo siguiente es vencer a Junjie y a tu novia Kumiko para que se larguen de aquí

Po: este… Tigresa… ella no es mi novia

Tigresa: cállate y camina –dijo molesta-

Tigresa emprendió el viaje hacia el salón de los maestros, donde seguramente se encontraban Junjie y Kumiko

Tigresa: llegamos…

Po: si…

Ambos se encontraban de pie enfrente de aquella gran puerta, en un abrir y cerrar de ojos ambos fueron atacados, Kumiko propino un rodillazo a la espalda de Tigresa y Junjie, a su vez, le propino al panda un fuerte golpe en la cabeza

Junjie: ya comenzaba a extrañarlos –dijo entre risas-

Kumiko: hola gatita, ¿vienes por tu bola de estambre? –Le dijo en un tono burlón a la felina que yacía en el suelo por el dolor-

Tigresa: tu… tu eres una –de un movimiento pescó del cuello a la lince- no tengo palabras para describirte –dijo molesta-

Kumiko: ¿te ayudo? –Dijo al tiempo que propinaba una patada al vientre de la felina-

Po y Junjie, peleaban ya dentro del salón, Junjie por alguna razón tenía un poco más de habilidad que en pasado "Haz estado entrenando, ¿cierto?", le dijo el panda al zorro tratando de conectarle un puñetazo en el rostro

Tigresa: no necesito de tu asquerosa ayuda –dijo en el suelo, de nuevo la lince había logrado lastimarla-

Kumiko: no eres suficientemente buena para combatir contra mí, eres una pobre huérfana, abonada a su suerte en un orfanato donde nadie te quería… pobre gatita… -dijo entre risas-

Tigresa: ¡cállate estúpida! –y si sin más, logro hacerle una llave a la lince, teniéndola a su merced, la felina le dio un par de puñetazos en el rostro-

Kumiko: ¡maldita! –Grito tocándose el rostro- esto lo pagaras

Tigresa: no… tu pagaras –se acerca a ella con agilidad y prepara un golpe con palmas unidas- ¡toma esto!

Kumiko: ¡no tan rápido! –Antes de recibir el golpe, lanzo un zarpazo, hiriendo el rostro de Tigresa pero no librándose del golpe-

Tigresa: -toco la herida- arde… -gruñó enojada- tenías que ser… no hay peor gata que la que usa sus garras para pelear –se lanzó sobre ella y propino varios golpeas al cuerpo de la lince-

Kumiko: ¡déjame! –intento liberarse pero la fuerza de Tigresa era mayor a la de ella-

Tigresa: y esto… es por haberme roto toda la ilusión –con lágrimas en los ojos, le propino el ultimo puñetazo en el rostro a la lince, dejándola inconsciente-

Po por su parte, había logrado vencer a Junjie, pues lo tenía tomando del dedo a punto de aplicar la técnica Wuxi

Po: ¿te rindes Junjie?

Junjie: ¡sí, sí pero no me lastimes más por favor! –exclamo pidiendo piedad-

En ese momento, el Maestro Chao y otros miembros del consejo de Onyx entraron al salón

Chao: de nuevo tu Junjie… ¿Cuándo entenderás?... ¡llévenselos! –dijo a los guardias que lo acompañaban-

Tigresa: maestro Chao –hizo reverencia- ¿Cómo supo que estaríamos aquí?

Chao: me di cuenta que Shifu no me había enviado los avances para el festival del Valle de la Paz, me preocupe por dos razones, una: el festival es en un par de días y dos: porque Shifu jamás se ha atrasado en sus avances, así que quise venir a ver si todo estaba bien

Po: bárbaro… -dijo asombrado- llego justo a tiempo

Chao: claro que no Guerrero Dragón, tú y la maestra Tigresa, ya tenían todo bajo control –hizo reverencia a ambos-

Tigresa y Po regresaron dicha reverencia

Chao: pues nos vamos, tenemos una larga lista de cargos en contra de Junjie, así que será una tarde muy larga, con su permiso

Sin decir más, el maestro Chao y el consejo de Onyx, junto con los guardias y los detenidos partieron, dejando a Tigresa y Po solos

Po: y bueno… gracias por ayudarme –dijo cabizbajo-

Tigresa: no es nada, era mi deber –lo miro-

Po: -levanto su mirada hacia donde estaba ella- ¿Qué… que te paso? –Se acercó y la tomo del rostro-

Tigresa: -sorprendida dio un paso atrás- nada, esa… esa tipa me dio un zarpazo

Po: pero que gandaya, como se atrevió a lastimarte

Tigresa: no hubiera sido la primera vez que lo hiciera… -dijo en tono molesto-

Po: lo sé y lo lamento –tomo la mano de ella- perdóname una vez más

Tigresa: -lo miro y en un movimiento se liberó del panda- con tu permiso, me iré a bañar y a descansar, debes hacer lo mismo

Sin decir una palabra más, ella se marchó a su habitación; Po fue al Valle por el maestro Shifu y así poderlo llevar al palacio para que descansara

Po: Vaya –dijo entrando a la casa de su padre-

Sr. Ping: ¿Qué te sucede hijo? –lo miro-

Po: Tigresa me odia pa' –su tono era triste-

Sr. Ping: ¿Qué paso? –dijo sentándose a la mesa con el-

Po: pues… la lastime, lastime sus sentimientos –se sentó a la mesa-

Sr. Ping: ay Po, es normal, nadie es perfecto y a veces hacemos cosas que no son correctas y sin querer lastimamos a quien más nos quiere –dijo con calidez-

Po: lo sé papá, pero ¿Cómo hago para compensar el dolor que le cause?

Sr. Ping: con la segunda cosa que haces mejor –sonrió-

Po: ¿durmiendo? –dijo confundido-

Sr. Ping: no Po, cocinando con amor

Po: pero… es que no sé si quiera

Sr. Ping: no le vas a preguntar, la vas a sorprender, yo sé que tú puedes, anda, ahora vete a descansar

Ambos fueron a sus respectivas habitaciones, Po daba vueltas en la cama buscando la forma de arreglar lo que había hecho en el corazón de Tigresa y el Sr. Ping soñaba con aquella hermosa ganso que había conocido en su juventud

A la mañana siguiente, Mono, Mantis y el Maestro Shifu se encontraban en la cocina, los tres parecían más repuestos y listos para cualquier cosa

Mantis: no puedo creer lo que paso

Mono: yo menos, fue tan inesperado…

Shifu: si, muchas cosas de la vida son así de inesperadas por eso siempre hay que estar listo para cualquier cosa

En ese momento, la maestra Víbora ingreso a la cocina

Víbora: buenos días Maestro, buenos días chicos

Mono: si ahora si ya son buenos

Víbora: maestro, lamento haberme ausentado y no poder ayudar a la contingencia que se presentó en el palacio, anoche, a mi llegada la maestra Tigresa me lo conto todo, me disculpo –hizo reverencia-

Shifu: no hay nada que perdonar maestra Víbora, por suerte aun soy el maestro del palacio y… sigo con vida, al igual que sus compañeros

Víbora: está bien maestro

A la reunión se les unió el Maestro Grulla, quien apenas llegaba de su viaje

Grulla: hola a todos

Mantis: llego el hijo de mami

Grulla: oye, más respeto –dijo algo molesto-

Shifu: ¿usted también llegaste anoche? –Se dirigió a Grulla-

Grulla: no maestro, apenas voy llegando

Mono: entonces no sabes todo lo que paso

Víbora: pues, me retiro a mi habitación, con su permiso maestros –miro con desprecio a Grulla y salió de ahí-

Shifu: siéntate Grulla, tenemos algo que platicarte

Y así, Mono junto con Mantis y Shifu contaron todo lo que en ausencia de Grulla ocurrió

La maestra Víbora se encontraba en su habitación, algo molesta

Víbora: bah, llega como si nada hubiese pasado… pero mi madre tiene razón, si le intereso me lo va a demostrar –miro hacia un lado y percato una pequeña caja- esto no estaba cuando me fui… -la tomo y la abrió- que hermosos broches –sonrió- mmm una nota –tomo la nota y la leyó- va-vaya –se sonrojo y suspiro- Grulla… yo también quiero hacer Kung Fu contigo hasta la muerte y más allá

Las horas transcurrieron y todo estaba demasiado tranquilo, claro, algunos se tenían que recuperar de unos cuantos golpes y, otro par andaba paseando por el valle, después de una reconciliación, era justo y necesario un tiempo a solas

Por otro lado, Po preparaba una sorpresa, no sabía si iba a estar bien o mal, el solo quería hacerle saber a su hermosa felina, lo que sentía por ella

Po: y listo, creo que esto es suficiente… ahora, lo más difícil…

El panda tomo un saco lleno de pétalos de rosas rojas, lo coloco en forma de camino desde la puerta de la habitación de Tigresa hasta el lugar en donde se encontraba el Árbol de Durazno, terminando de hacer eso, toco a la puerta de la felina y corrió lo más que pudo, pues tenía que esconderse

Tigresa: ¿Quién?... –miro a los lados- buena broma Mono… -miro al suelo- ¿y esto?... lo seguiré para ver de qué se trata

Así la felina empezó el camino, su sorpresa fue enorme, no había palabras para describir lo que ella veía, una pequeña mesa, con un par de velas largas encendidas y dos platos de fideos calientes, alrededor, pequeñas velas de color rojo que desprendían un olor a fresa de lo más exquisito, y por supuesto, pétalos por todos lados

Tigresa: ¿Qué… que es eso?

Po: ¿te gusta?-dijo detrás de ella-

Tigresa: -sonrojada y sin mirar al panda respondió en un susurro- s-sí, gracias

Po: -la tomo de los hombros y la llevo a paso lento hacia la mesa- los prepare especiales para ti

En los fideos se formaba un corazón en el medio, gracias a los diferentes ingredientes que el panda había ocupado

Tigresa: gra-gracias… yo no sé qué decir –sonrojada tomo su asiento-

Po: no digas nada –le coloco una rosa en las piernas- primero comamos –sonrió y se sentó frente a ella-

Tigresa no podía ocultar y menos controlar todo lo que sentía, su cara parecía un enorme foco rojo y claro, su corazón latía al mil por minuto, estaba ahí, en la cita de sus sueños, era tan perfecto que en momentos pensaba estar soñando

Ambos terminaron sus platillos, Po prosiguió y quito de la mesa los platos e hizo a un lado las velas para poder observar el rostro de la felina

Po: ¿Cómo me quedaron? ¿Estaban ricos? –le sonrió sonrojado-

Tigresa: -aun sonrojada- sí, muy ricos… gracias

Po: tengo que decirte algo –tomo una de las manos de la felina- no me vayas a interrumpir, solo escúchame… sé que hice mal al fijarme en otra persona, sé que fui un estúpido al no confiar en ti y tratar de hacer mi vida sin ti… pero quiero que sepas, que este que ves aquí, aunque eche todo a perder, aunque sea un bobo, un tonto, un estúpido… este que ves, es el que se muere por ti desde que supo de tu existencia, que te ha amado e idolatrado casi toda su vida, que se moriría si algo te pasara, que sin ti ya no podría seguir adelante y que se muere, por una sola de tus sonrisas, por una sola de tus miradas y por supuesto, por ser el dueño de tu alma, corazón y … -se sonroja al máximo- de tu cuerpo… Tigresa, yo te amo, y no encuentro otras palabras para expresar todo lo que siento

La felina sentía explotar su rostro por lo sonrojada que estaba y solo pudo soltar un suspiro… se hizo un silencio y ella prosiguió

Tigresa: tu cambiaste mi vida por completo, soy mejor gracias a ti y quiero ser eterna a tu lado, jamás separarme de ti y que ambos nos pertenezcamos en cuerpo, alma y corazón –se levantó con suavidad, a la par que el panda lo hacía- te amo Po

El panda tomo con suavidad la cintura de la felina y la acerco a él, ella por su parte rodeo el cuello del panda en un suave abrazo, a centímetros se encontraban sus rostros, el comenzó a acercarse hasta que sus labios se unieron en un tierno beso, ambos sonrieron y se separaron con suavidad

Tigresa: la noche aún no ha terminado

Con su peso, comenzó a bajar poco a poco abrazada del panda, ambos quedaron de rodillas, acto seguido, el con suavidad tomo con una mano la nuca de ella y la recostó en el pasto, él se posó sobre ella y en un apasionado beso volvieron a unir sus labios, ella acaricio la espalda del panda y así las caricias en conjunto con los besos y la noche, fueron testigos de la unión de Tigresa y Po en un acto lleno de amor y, también decirlo, de placer.

FIN

Pues damas y caballeros, he aquí el final de mi FF :3 espero les haya gustado y que me sigan leyendo, claro, seguiré haciendo más FF de KFP aunque también de mis otras series favoritas, ahí por si les interesa, gracias una vez más…