Reportándose~:
Editando un poco y medio puliéndolo, saco este fanfic que tenía guardado en un USB desde hace mucho. Planeo hacerlo corto y como un pequeño regreso a escribir como realmente me gusta y sin presiones de nada. Espero lo disfruten.
Magic
Ruido por todos lados, parloteo alegre y risas estruendosas que daba envidia a los adultos la alegría de la juventud. Hasta daba envidia escuchar las típicas quejas sobre el no querer entrar a clases y el fin de las vacaciones.
Era la primera clase del nuevo curso. Los de primer año se veían adorables mientras se perdían en los pasillos, con temor de llegar a ver a sus profesores. A sus nuevas vidas. Los de ultimo año los observaron, con cierta nostalgia, identificándose con ellos, sintiéndose cada vez más grandes y llenos de la experiencia que a ellos les faltaba.
Pero los buenos sentimientos acabaron cuando una limosina negra se estaciono frente a la entra del colegio Clamp, haciendo recordar a todos el chisme de primavera –o tal vez de todo el año- y todos se morían por saber que tan verídica era la información que la comunicativa chica del club de costura había empezado a lanzar después de una tarde en el club deportivo de Tomoeda.
El chisme era muy sencillo, nada relevante de verdad… lo era cuando no involucraba a la pareja estrella de Clamp. Li Syaoran y Tomoyo Daidouji habían sido novios desde la secundaria, prácticamente desde niños al ser ambos hijos de familias con lazos empresariales y amistades de antaño que involucraban una tediosa historia que todos sabían pero nadie contaba. Y ahora ya no había un ellos. Ya no eran la adorable y perfecta pareja. Y muchos corazones rotos espera baban revivir al escuchar aquella esperanzadora noticia… La duda de saber que el rumor era solo eso o un aviso de que el campo estaba libre para algún valiente era demasiado para las ansias que corrían por los pasillos del colegio en la espera que alguien lo confirmara.
Pero nadie se atrevía a preguntar directamente. Menos cuando los dos chicos bajaron de la misma limosina, como lo habían hecho desde el primer año de secundaria. Todo parecía exactamente igual… Y los corazones volvieron en su búsqueda de algo nuevo entre el alumnado, porque las esperanzas no se veían muy alentadoras. Pero aun seguía la duda, porque mientras la pareja -¿o no lo eran?- caminaban hacia la puerta del edificio, se les veía notablemente distantes.
-¡Daidouji-sempai, buenos días!
-Buenos días, señoritas.
Tomoyo Daidouji era preciosa. Toda una Yamato Nadeshiko* en la escuela. Su cabello negro y lacio siempre estaba bien peinado, como si nunca se llenara de nudos después de bañarse o recién levantada, adornado con lazos y moños de distintos colores, pero siempre discretos; su piel blanca, alejada de las marcas de la adolescencia, hacían que sus grandes ojos amatista lucieran en ese perfecto rostro pálido, como el de una muñeca tradicional japonesa. Un kimono rosado con flores doradas y la señorita sería una princesa.
-¿Cómo te fue en las vacaciones?-pregunto una de coleta alta.
-Podría haber sido mejor. Verdad ¿Syaoran-san?
Las chicas voltearon a ver a Li Syaoran, el cual siempre permanecía callado frente a todos los que no fueran sus amigos más cercanos.
-También pudo ser peor-agregó, un poco seco.
El chico se paso la mano entre su cabello castaño, revolviéndoselo de forma perezosa, como si la conversación le fuera aburrida de sobre manera. Una de las chicas suspiró profundamente, olvidándose por completo que estaba enfrente de Tomoyo. Y con eso, todas volvieron a recordar el principal motivo por el cual se habían acercado tan valientemente. Una de ellas iba a preguntar directamente, pero los ojos avellana de Syaoran Li la atraparon de golpe, mostrando esa mirada fría y directa que hacía que cualquier chica terminara el rollo y se fuera de manera callada y obediente. Las demás se asustaron y salieron huyendo, pero siempre con la elegancia de decir que se encontrarían más tarde y pasaron un buen primer día de clases.
Tomoyo se rió discretamente.
-Siempre tan intimidante.
-No hice nada que no debiera-se encogió del hombro- ¿O acaso quieres dar explicaciones desde buena mañana?
-En algún momento habrá que hacerlo. Por protocolo, tú sabes.
-Al diablo el protocolo. Es un asunto tuyo y mío.
-¿Y dejar que tus admiradoras crean que sigues siendo inalcanzable sin haber aclarado todo? Eso no se hace, Syaoran-san.
-Como dije, de buena mañana y empiezan las cosas.
-En si no es necesario aclarar nada-una tercera voz se escuchó de fondo.
Como una pequeña comadreja, la chica que había alcanzado a la pareja dejo emitir su risa ante la emoción de ver a sus amigos nuevamente. Contoneando sus gruesas coletas negras terminó por acercarse casi al centro de ellos, mostrando travesura en sus ojos rubí.
-Y supongo que tú sabes todo, verdad ¿Mei-ling?-preguntó Syaoran.
-Kashiwagi Sae, la chismosa número uno, es la que lanzó la noticia. Por supuesto solo los seres más despistados del colegio son los que no se enterarían, porque ya todos están enterados que terminaron durante las vacaciones. Por supuesto que Kashiwagi es poco creíble a veces, más cuando inventa chismes con su sequito porque se aburren de sus vidas-aquellas palabras fueron tan rápidas como claras que era difícil creer que no se atropellaba al hablar.
-¿Y no vas a preguntar si es verdad? Estuviste todas las vacaciones en Hong Kong y no andas haciendo alborotó preguntándome si es cierto.
Mei-ling sonrió de forma tranquila y señaló a la mano de Tomoyo.
-Daidouji-san no trae el anillo de amatista que le regalaste en su primer mes de novios en su mano izquierda.
-Muy observadora como siempre, Mei-ling-san-Tomoyo sonrió. No había más que decir o explicar entre ellos sobre ese asunto.
Mientras los tres chicos entraban al edificio, un coche más sencillo –sin quitarle la genialidad- se estacionó frente a Clamp. Los alumnos veteranos durante los tres años en el colegio se dieron cuenta que era un vehículo nunca visto por la zona, quedándose discretamente se quedaron a observar quien bajaba.
Un joven con porte ingles bajo primero del asiento copiloto. Chicas suspiraron y tomaron rostros colorados en el rostro. Su cabello negro brillaba tanto que daba destellos azules, pero no tan llamativo como sus ojos de color mar, enmarcados por unos delicados lentes de diseñador. Vio a unas niñas que le observaban con curiosidad y les sonrió, saludándolas con una pequeña reverencia. Como un príncipe…
Dio la vuelta al auto y abrió la puerta de atrás, estirando su brazo para ayudar a una jovencita. Su sonrisa era tan inocente como sus ojos verdes y su cabello cortó castaño con una flor de listón adornando media cola le hacía verse adorable-unos cuantos chicos chiflaron por lo bajo-.
-Gracias por traernos, nii-san.
-¡Nos vemos en casa más tarde, Touya-onii-san!
-Vigila a Sakura, Eriol- El joven de cabello negro que estaba conduciendo bajo sus lentes oscuros-. Y no lleguen tarde.
Sakura se despidió con su mano aun cuando el coche ya estaba lejos de ella. Eriol le tocó el hombro y le hizo la seña de que se dirigieran adentro.
-¡Es una bonita escuela! Me agrada que haya tanto verde alrededor ¡tanta vida! ¿Te agrada a ti, Eriol-kun?
Eriol volteó a ver alrededor, inspeccionando de lo que hablaba su hermana. Respiró y sintió el aroma de los cerezos perfumando el lugar. Sonrió. Si, era justo como lo había imaginado.
-Por algo lo escogí ¿no? El punto es que te guste a ti. Por mis caprichos hice que también dejaras el otro colegio.
-Este tiene más arboles. Y tienen una barra de ensaladas-sonrió abiertamente-. Más opciones para Sakura-chan-su brazo se entrelazó con el de su hermano, tirando ligeramente de él para caminar a su lado-. Nos la pasaremos bien aquí.
-Estoy seguro que así será.
Y eso es lo que esperaba Eriol. De todo corazón lo esperaba.
Había pedido a sus padres cambio de colegio, costándole mucho trabajo encontrar algo en Clamp que fuera más beneficioso al que estaba y por lo cual lo apoyaran. Casi a finales de verano encontró que el salón de cómputo y el laboratorio habían sido renovados con nuevos equipos. Nadie pudo detener a Eriol con que era una mejor opción. Pero no contaba con que con su traslado iba su hermana Sakura. Al principio sintió como si fuera un egoísta, Sakura se la pasaba muy bien con sus amigos del otro colegio y ahora por una locura ella era arrastrada con él. Pero Sakura sintió entusiasmo y dijo que un alma no debe estar encadenada al mismo lugar, que debía buscar nuevos mundos y cosas por el estilo. Agradeció que su hermana tuviera tan buena voluntad.
-Se llama Eriol Hiragizawa y la que venía con el no es su novia. Es su hermana mayor, Sakura Kinomoto.
-¿Entonces ese bonito va apenas en segundo curso? Creí era de nuestra edad.
-Sigue viéndose muy maduro. No me importaría estar con un chico menor si fuera así de guapo.
-Tal vez deberíamos ser amigas de la hermana.
-¡Pero entro también otro chico nuevo! Yano-san…
El receso se volvió en los avances informativos de las novedades de la mañana en todo curso y pasillo. Tomoyo ya sabía de cinco chicos nuevos de segundo año tres para el último. Y ni siquiera había preguntado ni establecido plática alguna. Ella estuvo más "ocupada" contestando las preguntas acerca de su rompimiento con Syaoran.
A veces la gente podía ser tan imprudente y desconsiderada. Una cosa es que las cosas entre ellos hubieran terminado en buenos términos y siguieran siendo los mejores amigos del mundo. Pero ¿era necesario tener una trágica historia amor? Tomoyo se sentía un poco ofendida.
-Me enteré de algo curioso.
Syaoran se acercó a la mesa donde Tomoyo lo esperaba en la cafetería. Ella le sonrió y esperó a que continuara su charla.
-¿Sabías que me emborraché y te canté bajo tu balcón, gritándote que volvieras conmigo?
Tomoyo se imaginó a Syaoran haciendo semejante ridiculez. No pudo no soltarse a reír.
-Debo ser muy mala, pero, Syaoran-san fue peor conmigo-dejo sus palillos, llevándose una mano a la mejilla -. Me dejaste por una ardiente chica extranjera. Y lo peor, me hiciste rogar por regresarme mi anillo de amatista.
Syaoran soltó un simple "ja", golpeándose en la frente y meneando la cabeza. Lo que la gente podía inventar.
-Y somos tan masoquista que seguimos aquí-dijo Syaoran.
-Siempre-dijo Tomoyo-. Solo no me vuelvas a hacer hincarme a tus pies.
-Y tu echarme agua fría.
Ambos se volvieron a reír, sintiéndose tan bien de que pudieran conversar amenamente, como siempre lo han hecho, sin sentirse presionados por la incomodidad de un rompimiento como todos les dijeron durante el verano.
El celular de Tomoyo sonó.
-¿El chico misterioso?-dijo Syaoran.
-Me envió mensaje en la mañana cuando llegó. Dijo que la escuela es mejor de lo que esperaba. Ahora dice que el almuerzo es delicioso.
-¿Sabes que ahora mismo está en la cafetería, verdad?
-Obviamente.
-¿Y no voltearas?
-No. Pierde el encanto.
-Él pudo verte tomar el celular.
-No lo hará.
Syaoran alzo una ceja.
-¿Cómo lo sabes?
-Porque él quiere jugar un poco más al igual que yo.
A las seis de la tarde Eriol estaba conectado en su Messenger, simplemente esperando. Sakura estaba sentada en el suelo, jugando con su gato Kero y Spinel, también esperando a que su hermano cumpliera la promesa de llevarla a comer helados como había prometido.
-¿Aun no?
-La gente tiene ocupaciones, Sakura-san-la chica le lanzó una mirada inquisidora-. Y soy un chico que gusta de consentirse y mimarse, dedicándose a sus pasatiempos.
-En otras palabras, eres un flojo.
Eriol se río.
-Cuando la gente pregunte, di lo que te acabo de decir, onee-san.
-¡Qué no me llames así!
-¡Espera, está conectada!
La ventana de conversación tenía en color rosado y rojo el Nickname de "Étoile jaune" apareció antes que él diera click sobre la ventana de aviso, dándole un salido con un icono de carita.
"¿Te divertiste hoy?"
Eriol sonrió.
"Estuve imaginándote en toda chica que se me cruzara en el camino. Fue entretenido"
Un icono de un gatito riendo apareció.
"¿Crees que es hora de las pistas?"
Eriol hizo una mueca.
"¿Tan pronto? Creí que querías mantener el misterio un poco más"
Una carita con una sonrisa malvada.
"Solo creí que tu curiosidad se había despertada más intentando "verme"
Eriol se rió. Envió una icono de una carita pensando.
"¿Y tú qué hiciste en la escuela?"
"Lamento decirte que no tuve mucho tiempo de hacer lo mismo que tú. Estuve ocupándome de otros asuntos"-y puso un icono de un gatito triste.
"Mañana podrás intentarlo. Es realmente entretenido"
-¡Eriol, onii-chan dice que no dejara que salgamos después de las ocho!
Eriol puso mala. Justo cuando la conversación empezaba a ser interesante, su siempre accesible hermana se estaba portando un poco berrinchuda. Pero bueno, él era un caballero que cumplía con sus promesas.
"Debo retirarme más temprano de lo normal"
Un icono con una carita dando lastima apareció.
"Igual tengo tarea que hacer, así que también me retirare temprano. Ten un buen día mañana"
Eriol sonrió malosamente y mandó solo una línea.
"Azules"
-Ahora sí, vámonos, Sakura-san.
En una laptop rosada, adornada con flores blancas, una chica lanzo un chillido de indignación. La ventana de conversación con el Nick de "The Lord of the night", en color negro y fondo amarillo ahora estaba sin conexión.
-¡Esto es trampa! Se supondría que yo también debía darle una pista-gritó al teléfono que estaba sujetando.
-¡No tienes porque dejarme sordo!-se quejó el chico de la otra línea-. ¿No consideras esto un poco raro, Tomoyo?
-No entiendo lo raro. ¿Qué tenga ojos azules?
-Qué me estés contando de tu actual pretendiente. Digo, yo debo tener el corazón destrozado y todo eso. No es normal.
Tomoyo soltó una carcajada.
-Hare algo lindo para compensarte. Te ayudare a buscar una linda novia.
-Tengo miedo de tu definición de "linda". Creo que puedo encontrar a alguien por mi cuenta. Y no es como que me sienta solo y con necesidad de alguien más. Y lamento dejarte en medio de tu frustración porque él te dio una pista, pero Mei-ling vino a cenar.
Ambos chicos se despidieron y colgaron casi al mismo tiempo.
Tomoyo cerró su laptop y se dejo caer entre almohadas de plumas y colchas. Ojos azules. Debían ser unos ojos preciosos.
Los títulos de cada capitulo pondré canciones de Daikoku danji-The boss- DGNA.
Yamato Nadeshiko: El ideal de la belleza japonesa.