Kung Fu Panda y sus personajes no me pertenecen, son propiedad de DreamWorks skg.


¨El cielo y el infierno, están aquí en la tierra, ¿en cual de los 2 quieres vivir?¨


¨Una hermosa sorpresa¨

Aquella era una aldea prospera, no había odios, ni existían envidias, todo era abundancia y felicidad...hasta que él llegó, destruyéndolo todo a su paso, sin causa ni razón aparentes...

Lord Sheng envió a sus soldados con la orden de asesinar a todo panda que se cruzara en su camino,...y en pocas horas desataron el infierno sobre aquellos desdichados...

al darse cuenta de que el filo de sus espadas, no discriminaba géneros ni edades, la joven madre tomó a su cachorro y huyó de ahí, mientras su esposo los enfrentaba...

sin embargo, unos cuantos lograron acorralarla, minutos después de que temiendo que no habría escapatoria, depositara a su hijo dentro de una canasta de rábanos, para luego morir a manos de esos desgraciados...

habiendo llorado hasta el cansancio, sin nadie que lo escuchara y se compadeciera de su llanto, el cachorro de panda al fin se quedó dormido, mientras que los campesinos que cultivaban esas tierras, cargaban esa entre otras canastas, para llevarlas con rumbo hacia la ciudad prohibida....


Aquel día como cualquier otro, el emperador Kiong, se levantó casi de madrugada, se lavó, se vistió, y en compañía de su esposa, bajó a desayunar...

hacía casi 10 años, de feliz matrimonio al lado de la hembra más bella de toda China, y las cosas en el imperio marchaban a pedir de boca...

la única cosa que impedía que su felicidad fuera completa, era el hecho de que después de haberlo intentado durante años, no habían conseguido tener un hijo...

sin embargo no dejaban que esa triste realidad ensombreciera la dicha de ambos en su matrimonio, ni dejaban de intentar darle al imperio un heredero que a su muerte asumiera las responsabilidades, que ellos le dejarían al partir...

acababan de sentarse a la mesa, cuando una de las damas de compañía de la emperatriz, entró corriendo al comedor y postrándose ante sus majestades les anunció...

dama: ¡mis señores! ¡ha ocurrido algo extraño en las cocinas de palacio!...

Kiong: ¿pero que es lo que sucede?...

dama: ¡han abandonado un cachorro de panda recién nacido, aquí en palacio, majestad!...

Kiong: ¡tráiganlo a mí inmediatamente!...

dama: ¡enseguida mi señor!...

dijo la joven mientras se retiraba a cumplir con la orden que había recibido...

una vez que estuvieron nuevamente a solas, la emperatriz se dirigió a su esposo, con la intención de averiguar lo que se proponía hacer con ese pequeño, ya que no quería que luego de hacerse vanas ilusiones de criarlo como si fuera suyo, estas se vinieran abajo si él decidía lo contrario...

Kaori: querido...crees que quizás podríamos...

Kiong: el será desde este día nuestro hijo, amor mío...solo si estás de acuerdo por supuesto...

Kaori: ¡oh, Kiong te amo!...

dijo la emperatriz, lanzándose a los brazos de su esposo, cubriendo su rostro de besos, sin importar quien estuviera mirando, o si alguien criticaba su conducta, tan distante de la actitud serena que dictaba el protocolo de la corte a una dama de su clase...

tan pronto como la dama volvió al salón comedor, llevando entre sus brazos al cachorro de panda, la emperatriz lo cargó para llevarlo hasta sus aposentos, mientras que la habitación y la cuna, que el emperador había ordenado preparar, para el ahora príncipe heredero al trono del imperio estaban listas...

el pequeño cachorro de panda, se convirtió en la pieza que faltaba en las vidas de ambos monarcas, para poder sentir que su dicha era completa, sus travesuras y sus risas llenaban cada rincón del palacio, llenando por completo el enorme vacío en la vida de sus padres...

sin embargo el tiempo pasa rápido para un mortal cuando es feliz, y un día el emperador enfermó de gravedad, hasta que sintió que no le quedaba mucho de vida y era momento de pasar las riendas del imperio a su hijo, quien estaba preparado gracias a él desde hacía mucho, para asumir semejante responsabilidad...

así pues, Po, el joven príncipe heredero al trono, después de la muerte de su padre fue coronado emperador, asumiendo todas y cada una de las responsabilidades implicadas en dicho cargo, cumpliendo con todas las expectativas y esperanzas que el imperio había depositado en el...

desde asegurar la paz, justicia y prosperidad para todo el imperio, hasta mantener a los enemigos del norte, alejados de la frontera, la cual trataban de atravesar todo el tiempo en un intento por conquistar territorio Chino, lo cual lo convertía en un trabajo de tiempo completo...

los únicos momentos libres que tenía los dedicaba a su entrenamiento de kung fu, y a pasar tiempo con la emperatriz, ya que desde la muerte de su padre, se había deprimido bastante, al grado de que todos en palacio, llegaron a pensar que la perderían también a ella...

pero por fortuna eso no pasó, y ahora el tenía el deber de asegurarse del bienestar de su madre, a la que amaba profundamente, tanto así que complacía sin protesta alguna cualquier capricho que ella tuviera...

sin embargo a pesar de las constantes atenciones de su hijo, la emperatriz no estaba del todo satisfecha, aún había algo que había deseado con el alma durante los últimos años, pero no conseguía armarse del valor necesario para pedírselo...

cada año que pasaba se sentía más cansada, y no pasarían muchos años antes de que fuera a reunirse con su esposo, pero antes de que eso sucediera quería tener la dicha de que su hijo, la convirtiera en abuela...

años atrás, ella y el difunto emperador, habían contemplado la posibilidad de concertar su matrimonio con una chica verdaderamente digna de semejante honor, hasta dar finalmente con la indicada...

por aquellos años en que Po llegó al palacio precisamente, el gran maestro Oogway había visitado a los emperadores, y les comentó sobre los planes de su alumno, el maestro Shifu, de adoptar y entrenar a una pequeña tigresa, que había conocido en el orfanato de Bao Gu...

al instante, se imaginaron a la gran maestra en la que la pequeña en cuestión, se convertiría en cosa de unos años, al ser entrenada por el maestro Shifu, así que sin pensarlo 2 veces, le ofrecieron el honor de desposarla con el príncipe heredero, tan pronto como la maestra llegara a la edad de 20 años...

el honor con que sus majestades, distinguían al maestro y a su pequeña hija adoptiva, era algo abrumador al principio, pero una vez repuesto de la gran impresión que había recibido, al solicitar los emperadores un compromiso de matrimonio con su pequeña, respondió aceptando gustoso de entregar la mano de su hija al futuro emperador, en el momento en que sus majestades así lo dispusieran...

sin embargo los años pasaban, y ella no se atrevía a hablarle a su hijo sobre el hecho de que su padre y ella, habían solicitado la mano de una de las mejores maestras de kung fu de toda China, para que al cumplir 20 años de edad, esta se convirtiera en su esposa y la futura emperatriz...

debía hablar con él y prepararlo, ya que la maestra estaba cerca de pisar las 20 primaveras, y entonces los preparativos para la boda darían inicio, aún así no se imaginaba como se acercaría a su hijo, para hablar de un tema tan delicado, o como haría para convencerlo de aceptar...

En el palacio de jade...

Tigresa la hija menor y también alumna del maestro Shifu, se encontraba sentada en posición de loto, bajo el durazno sagrado meditando, después de un arduo día de entrenamiento, aún cuando en opinión de la maestra aquello era únicamente para estar preparada por si atacaban el valle, pues su principal razón para entrenar tan duro como lo hacía anteriormente, le había sido arrebatada por un príncipe mimado, al que Oogway tuvo la osadía de proclamar como el Guerrero Dragón, ...y pensar que tan solo un par de años después habría de convertirse en el nuevo emperador...

al ver que pensamientos tan molestos como aquellos le impedían volver a sus ejercicios de meditación decidió retirarse para volver al palacio, donde seguramente su padre, su hermano, su cuñada, su sobrino y sus amigos se disponían a cenar...

estaba a punto de levantarse, cuando escuchó el sonido de unas pisadas que conocía bastante bien...

Tai Lung: me estaba preguntando, ¿donde te habrías metido?, padre lleva horas buscándote...

Tigresa: lo siento, estaba meditando y no me dí cuenta de la hora, ¿ te dijo nuestro padre para que me necesita?...

Tai Lung: no, solo que es necesario que hable contigo sobre un asunto muy delicado...

Tigresa no dijo nada, solo se levantó y fue en busca de su padre para ver que era eso tan importante que tenía que decirle, aunque ya se imaginaba de que cosa se podría tratar, pues el día de su cumpleaños estaba bastante cerca, y seguramente como cada año, su padre estaría en esos momentos planeando una magnifica celebración, a la cual desde luego, todo el valle de la paz estaría cordialmente invitado...

sonrió imaginando a su padre, completamente atareado con todos los preparativos de su gran fiesta de cumpleaños, y de nuevo se sintió bendecida, ya que no pudo tocarle un padre mejor que el que tenía...

luego de buscar al anciano panda rojo por todo el palacio, finalmente lo encontró en la sala de los héroes sentado junto al estanque, meditando en la conversación que a más tardar aquella noche debía tener con su hija...

poco a poco y en silencio, la maestra fue acercándose hasta llegar al estanque, y sin hacer el más mínimo ruido se sentó a su lado, cerrando los ojos y esperando a que su padre se dirigiera por fin a ella...

Shifu: veo que por fin tu hermano, te ha dado mi mensaje...

Tigresa: dijo que necesitabas hablar conmigo sobre algo bastante delicado, ¿de que se trata padre?...

Shifu: (suspirando) me preparé durante años, para este momento, y ahora no sé ni por donde empezar...

Tigresa: ¿a que te refieres?...

Shifu: hija, este año tu cumpleaños no se celebrará aquí en el valle de la paz...

Tigresa: ¿porque dices eso padre?...

Shifu: porque este año, el día de tu cumpleaños es la fecha elegida para celebrar tu boda.

Tigresa: ¡!...