Demashitaa Powerpuff Girls Z no es de mi propiedad (:


La música introductora bajó el volumen, captando la atención de los presentes. Uno de los reflectores se encendió repentinamente, revelando con su cegadora luz a una persona sobre la pasarela que poseía un micrófono en mano.
Momoko Akatsutsumi tuvo que entrecerrar los ojos y colocar un brazo encima para proteger sus ojos de tanta luminosidad, y una vez que estos se acostumbraron, se atrevió a mirar hacia el frente donde miles de ojos la recibieron.

La pobre chica de inmediato se puso pálida. Había estado frente a miles de personas antes en los discursos del alcalde, e incluso ella, como líder de las powerpuff girls, se atrevía a dar el suyo hacia los ciudadanos de Tokio. Pero ahora la cosa era diferente; no estaba siendo una super heroína. En ese momento no podía tener la actitud valerosa y firme de Blossom, porque no estaba siendo Blossom. Ahora solo era Momoko Akatsutsumi, una simple chica parada sobre una pasarela, frente a miles de personas que esperaban ansiosos la apertura del desfile, y claro, esperando a que ella diera el discurso de inicio.

Pss! Momoko ¡Di algo ya!

La joven ojirosa escuchó decir tras los telones. Una voz que identificaba como la de Kaoru. Ella dio toquesitos al micrófono antes de comenzar a hablar.

–Eh… uhm…¡Da-Damas y caballeros! Eh… ¿Co-cómo están? Eh… Mi-Mi nombre es…–Y de pronto se congeló. ¿¡Cuál era su nombre!? – Mi… nombre…

¿Pero qué hace? –Ahora escuchó murmurar a Boomer— No está diciendo nada…

Oh, no... Se ha puesto nerviosa–Los murmullos de Ken también le llegaron, más las risillas burlonas de la banda Gangrena–Debí presentar yo…

De pronto Momoko sintió como le arrebataban de malos modos el micrófono y la empujaban de un caderazo. La pelirroja, totalmente desconcertada, se giró hacia su agresor.

–Muévete novata– Murmuró Himeko Shirogane, lanzándole una miradita burlona– Tú no sabes de estas cosas.

Y al segundo siguiente, la dueña de cabello cobrizo comenzó a presentar con tanto ánimo y energía, que recibió la admiración y los vítores emocionados del público, haciendo sentir a Momoko patética y avergonzada.

Regresó tras los telones molesta y derrotada, donde Miyako no tardó en refugiarla en un reconfortante abrazo.

–¿Estás bien Momo-chan? –Preguntó ésta. La líder solo farfullo por lo bajo "¡Estúpida odiosa Himeko!"

–Eh, que no lo hace nada mal –Comentó un Brick distraído que cargaba a su nueva hija.–¡Boomer, prepárate! –Su hermano menor asintió divertido. – Loca, sostén esto. –Ahora se dirigió a Momoko, entregándole al bebé.

Momoko, una vez que vio a su hija, se le paró el corazón. La muñeca, que el día anterior parecía toda una princesa, ahora si tenía toda la pinta de ser la hija de un delincuente: Su cabello todo revuelto bajo una pequeña gorrita roja, una chaqueta de cuero negro con tachas plateadas, un vestidito rojo sangre con el logo de una calavera, mallones de rayas blancas y negras, y por último, botitas militares negras.

¡Ella no la había vestido así! ¿Dónde está su moño rosa? ¿Su tutú de bailarina? ¿¡Y de dónde sacó Brick toda esa ropa!?

Antes de poder reclamarle al pelirrojo, se dio cuenta de que este ya no estaba a su lado, ni tampoco su hermano Boomer que le había entregado su hijo a Miyako.

–¡Ahora con ustedes, les presentaremos a nuestra preciosa modelo–Continuó Himeko, intentando contener la carcajada maliciosa– Bu…!

Sin embargo, fue interrumpida por Brick y Boomer que le quitaron el micrófono y la hicieron a un lado.

–…Buttercup! –Completaron.

–¿Qué?–Graznó Himeko aturdida.

La gente inmediatamente se levantó de los asientos y aplaudió con más ímpetu al saber que su hermosa y valiente heroína sería quien desfilara sobre la pasarela. Los gritos emocionados se elevaron aún más y un coro de voces comenzó a cantar "¡Buttercup, Buttercup, Buttercup!" ansiosos de poder ver a la Powerpuff Girl Z

Tras la pasarela, las mandíbulas de todos cayeron al suelo, y sus ojos rápidamente vagaron a la chica pelinegra, que por su rostro descompuesto se podía deducir que ella no tenía idea de nada.

–¿¡QUÉ!?

–¿Tú? –Interrogaron ambas amigas a Matsubara.

–¡NO!

–Oh…por…dios –La voz de Ace las distrajo, haciéndolas mirar hacia donde él hacía, y sus caras fueron de la misma sorpresa.

Al sonar la fuerte música, Butch salió por fin a la pasarela, mas sin embargo… no parecía Butch. Con el cabello suelto y el rostro maquillado realmente parecía una chica, más específicamente Kaoru. Era una doble Kaoru Matsubara en rostro. Pues claro, tenían que ser contrapartes, lo único que los diferenciaba era el cuerpo ejercitado del chico, pero lo más sorprendente (o frustrante, en el caso de Matsubara) era que la gente, no notaba la diferencia.

"¡Ya salió! ¡Buttercup, te amamos!"

"Vaya, Buttercup se ha ejercitado ¡Que fuerte chica!"

"Wow… la Powerpuff es tan ruda que no se depiló las piernas ¡Qué valor!"

Y muchos otros comentarios similares resonaban mientras "la heroína" modelaba, contoneando el trasero y las caderas. Hacía un esfuerzo por no parecer venado recién nacido con los gigantescos tacones, pero al final al chico le dejó de importar al ver que la gente se tragaba el cuento de que se trataba de la verdecita.

¡Les recordamos que las prendas son un original de Miyako Gotokuji! –Informó Boomer a los espectadores.

Mientras, la verdadera heroína estaba que ardía de la vergüenza y la ira.

–¡Ese tarado no puede hacer eso! ¡Es robo de identidad!

Tomó por las solapas al líder pelirrojo que volvió de nuevo tras la pasarela entre estruendosas risas. Él Rowdy, en vez de intimidarse, le sonrió a la chica aún más burlón.

– ¡Eh! ¡Quieta, nena! –El chico rio aún más fuerte– ¿No es toda esa gente idiota? ¡Mira! Funcionó una vez hace tres años, y nos ha vuelto a funcionar.

Las chicas sabían perfectamente a que se refería el Rowdy mayor. Cuando el trio de tarados robó sus uniformes y su identidad heroíca, para que al final las dejaran humilladas "salvando el día" con sus poderosos gases.

La morena apretó más su agarre y el color subió a su rostro con el espantoso recuerdo. Brick bufó.

– Ya tranquila, salvaje. –Buttercup no supo que era peor: Salvaje, o nena. – Después podrás decirle a la prensa que fue un imitador, como aquella vez. Si se sabe que realmente es Butch, la fama criminal de los Rowdyruff boys se va por un maldito caño.

– ¡Me importa una mierda su maldita fama criminal! ¡Yo voy a salir y…!

La joven a un segundo estuvo de tocar su cinturón, transformarse en Buttercup, y descubrir la identidad de Butch, si no fuera porque Momoko la sostuvo de ambos brazos tras una vez dejar a su muñeca con Miyako.

–¡No lo harás Kaoru! –Habló Akatsutumi– Yo… por increíble que parezca…estoy de acuerdo con Brick.

–¿¡Que!? –La azabache gritó, y no se sorprendió de que la voz del pelirrojo sonara al unísono. –Mo…Momoko ¡No hablas enserio!

–Sí, lo hago ¡Los dos merecen ese castigo por abandonar a su hijo!

Y de nuevo con eso pensó la morena con las ganas de poner los ojos en blanco. Desde ese día no dejaba de repetírselo una y otra vez ¡Pero es que ella no sabía nada de lo que pasó! Y no quería decírselo a nadie.

Cuando dejó al bebé y se marchó se escondió tras unos árboles, esperando unos cuantos minutos solo para que el moreno se fuera, y una vez así, ella volvería por el bebé y lo escondería en su casa. Pero cuando volvió, él ya no estaba, ni tampoco Butch. Buscó desesperada por todo el maldito parque ¡Y no había nada!

Claro que se sintió terrible al perder al adorado invento del profesor. Incluso esa noche no pudo dormir pensando en donde habría quedado su supuesto hijo, porque era claro que su contraparte no lo tenía. Pero no pudo hacer nada más, le buscó por horas en ese parque, y sobrevoló la ciudad, pero ningún rastro del bebé. De todas maneras, continuaría la búsqueda en secreto.

–¡No tienes idea de cómo podría estar sufriendo ese bebé! –Siguió dramatizando la pelirroja con tanto sentimiento, que su "marido" le vio como toda una loca. Pero en el fondo de Matsubara, le estaba martillando.

Miyako hizo una pequeñísima mueca, e intervino.

–Yo también estoy de acuerdo –Comentó la ojiazul– dejar a Butch modelar con tu nombre por un momento.

–¡Miyako! –Los ojos jade se abrieron con sorpresa.

– Cuando termine el desfile, comentaremos que solo fue una imitación, y nadie quedará perjudicado– La rubia sonrió un poco. Ahora que sabía que Butch tenía un corazón muy, muy, muy en el fondo, pensó que debería perdonársele.

–La cosa es ¿Quién callará a ellos? –Momoko hizo un cabeceo al grupo de villanos alejados más al fondo, que se partían de la risa en el suelo. En ese momento, Boomer apareció respondiendo a su pregunta.

–De eso no hay que preocuparse. –El menor ensombreció su rostro y lanzó una maliciosa sonrisa a las protectoras de la ciudad– Les puedo jurar que esos tarados no dirán nada.

Boomer siseó, y por primera vez en la vida, las tres chicas se sintieron verdaderamente atemorizadas por el menor de los Rowdy's.


Todos se encontraban alrededor de la gran mesa en casa del Profesor. El día anterior Butch había terminado verdaderamente cansado, que al finalizar el desfile arrojó los tacones con odio. Miyako le había ofrecido unas pequeñas pantuflas peludas en forma de conejo, que si no fuera porque sus pies le punzaban de dolor, las habría rechazado con burla. Las esponjosas cosas en sus pies se sentían como caminar en el cielo, y no importaba el ridículo diseño, ahora ya no planeaba devolverlas a la rubia.

Mojo Jojo metió su mano al buzón y sacó la siguiente carta. Se ajustó las gafa de sol antes de leer.

Karito dice "hola Rowdyruff boys, Powerpuff girls, y a todos los villanos y villanas. También al profesor, a ken y al perrito.Mi pedido es los CELOS. Que los chicos tengan muchos pero muchos celos de sus novias al extremo de reclamarles y decir lo que sienten."

Se escuchó un resoplido burlón por parte del líder pelirrojo.

–¿Y yo qué celos voy a tener por esa tonta? –Murmuró por lo bajo, siendo coreados por las risillas bajas de sus dos consanguíneos. Momoko afiló la mirada sobre este. Ella si había escuchado.

Mojo continuó.

–"Kaoru le de celos con Ace de la banda Gangrena, Momoko con Randy, y Miyako con Takaaki"

Kaoru se tensó en su lugar, y aunque le dio terror mirar hacia donde el villano de piel verdosa se encontraba, sabía que este sonreía enfermizamente a más no poder. Nadie lo notó, pero Butch apretó los puños.

Miyako esperó que nadie notara el ligero rubor que cubrió sus mejillas al escuchar el nombre del amor de su infancia, pero unos ojos azules más oscuros ya estaban clavados como halcón sobre ella.

Por último, Momoko arqueó una ceja. Randy… ¿Qué Randy? ¿Acaso hablaba del chico bromista al que creyó gustar hace tres años? Hace tiempo que no sabía sobre él. Brick le miró de reojo por breves segundos, preguntándose quién era ese tal Randy.

Ken, que había notado una brillo peculiar en los ojos de su progenitor como cuando tiene una brillante y loca idea, se acercó a él y susurró un quedo "¿Qué pasa?" Pero se sorprendió aún más cuando su padre le dirigió una comisura mucho más elevada.

–Celos –Repitió el científico con la emoción aflorando en su tono– ¡Lo tengo!


Momoko caminaba por la calle lentamente, sin poder evitar mirar con ojos ansiosos a su contraparte que permanecía silencioso a su lado. Bueno, en realidad Momoko no lo miraba a él exactamente, si no, al pequeño y delicioso panquee que el Rowdy llevaba en su mano desde que habían salido de la casa del profesor.

El oji rojo llevaba observándolo detenidamente por un largo rato, girándolo entre sus dedos y haciendo muecas sospechosas, pero no intentaba comerlo… y eso estaba desesperando a la Akatsutsumi. Es decir, el pastelillo tenía una pinta tan pero tan deliciosa, que le era increíble que el pelirrojo no lo haya devorado como hicieron sus hermanos.

Ella necesitaba que él se tragara ese postre de una vez por todas para que su tortura acabara. Porque sí, a ella se le antojaba ese pastelillo, y mucho. Cada que lo miraba, su estómago rugía. Pero entonces, el chico se acercó a un bote de basura dispuesto a tirarlo, cuando su repentino grito lo detuvo.

–¡¿Qué crees que estás haciendo?! –El Rowdy solo se volvió hacia ella, confundido. – ¡No tires eso a la basura! En…en muchas partes del mundo los niños mueren de hambre ¡Y tú solo lo…!

Pero la pelirroja no pudo continuar ya que sus ojos quedaron hipnotizados en el delicioso pastelillo. Brick lo notó enseguida, y recordó que ella era una adicta al dulce. Sus gritos no tenían nada que ver con lo que decía, más bien, ella quería ese pastel… y el líder sonrió de oreja a oreja al percatarse.

–Oh, tienes mucha razón. –Respondió él, moviéndolo de un lado a otro, divertido de cómo esos ojos rosas parecían los ojos de un reloj cuco al seguir el pastelillo con la mirada. – Acaso… ¿Tu lo quieres?

Momoko abrió la boca un poco sorprendida. Si, si, si ¡Ella quería ese pastel! Pero cuando intento responder solo soltó un balbuceo un poco idiota, y asintió como niña pequeña con la cabeza. Brick estiró la mano para que ella pudiera tomarlo, y cuando ya estaba a punto de hacerlo, la mano libre del chico se estampó en su cara y resonaron sus carcajadas.

– ¡Pues qué pena! –Y sin más, se lo comió de un bocado. La chica comenzó a gritar histérica.

–¡HIM, IDIOTA! ¡Te odio, te odio, te odio, te odio!

– …¿Momoko?

La voz grave de un chico les hizo callar sus gritos, y volverla mirada hacia el origen de la voz. La dueña del moño entrecerró los ojos por un momento, y después su boca se abrió hasta más no poder.

–…¿Randy?

El chico dio un asentimiento algo aturdido. Momoko no lo había vuelto a ver desde hace mucho tiempo, y no cabía duda que los años le habían caído de MARAVILLA. El chico que ahora tenía frente a él era tan, pero tan condenadamente guapo, que no se podía creer que fuera Randy.

–Eh… Recibí tu mensaje –Respondió este, meneando su celular en mano, y sin poder evitar mirar al chico pelirrojo que le acompañaba y además, parecía que lo estudiaba. Por supuesto que Randy sabía de quien se trataba, por ello era su cautela. Lo que no entendía ¿Por qué Momoko estaba acompañado de uno de los criminales más famosos sin sentir temor? Y además ¿Por qué Momoko lo citó después de no verse por tanto tiempo?

Brick enseguida sonrió con prepotencia al notar la cautela del chico. Era obvio que le temía, y eso solo le hacía sentir más poderoso. Solo había algo mal: Randy era atractivo, y por el rostro sorprendido y embobado de Momoko, pudo deducir que el chico no era así años atrás.

–M-Mi… me.. ¿Qué? –El pelirrojo suspiró fastidiado y después dio un codazo a su novia para sacarla de su ensoñación– ¡Ah! ¡Ah sí, sí. Mi mensaje!

La líder se giró hacia su contraparte y le dio un leve empujón en su hombro con la intención de hacerlo mover, pero no logró que diera ni un solo paso. Brick solo arrugó el ceño al dirigirse a ella, preguntando con la mirada la razón de aquella acción.

-Nos separamos aquí- informó la pelirroja al dueño de la gorra, para después situarse a un lado de randy, que mantenía el semblante aterrado ante las palabras tan bruscas de Momoko hacia el rowdy.- Yo y Randy iremos a algún otro lado... ¿No es verdad? -Ahora la joven pelirroja rodeo el brazo del chico un poco tanto cariñosa, intentando sentir su bien ejercitado brazo, lo cual hizo que Randy se tensara, sobre todo cuando sintió la mirada pesada de Brick en ese mismo punto.

Lo único que logró salir de los labios de Randy fue un torpe balbuceo en asentimiento.

El villano estuvo a punto de protestar, recordarle que era ella quien le había sugerido salir a comer algo (con la condición de que ella pagara, claro), pero entonces se detuvo al entender la situación. La palabra "celos" se le vino a la cabeza de inmediato y una ligera sonrisa, casi imperceptible, se formó en su comisura.

Celos... eso era lo que ella quería, y estuvo a punto de caer. Pero como él había dicho ¿Qué celos va a sentir por ella? ¡No iba a darle el gusto! Así que simplemente se encogió de hombros y murmuró un "Como quieras" antes de darse la vuelta e irse como si no le importara.

Solo el puchero fastidiado de la chica al no resultarle el plan fue lo que le convenció para sonreír abiertamente.


Boomer intentaba no mirar demasiado a Miyako, pero sus ojos traicioneros se desviaban de rato en rato en dirección a la rubia que caminaba a un costado de él. Había estado rara desde que salieron de la casa del profesor. Rara en el sentido MALO (Desde su punto de vista) Es decir, se notaba nerviosa y ansiosa a la misma vez. Si él decía algo, ella no hacía mucho caso, solo utilizaba monosílabos ¡Y eso ya estaba por desesperarle! Ni los insultos le devolvía.

Pero claro, él sabía la razón de su actitud. Era por Takaaki. Sí, ese idiota Takaaki al que jamás tuvo el placer de conocer, pero del que había leído por mera casualidad. Y para ser honesto le valía una reverenda mierda saber sobre aquel tarado amiguito de su contraparte. Lo colocaban como un chico amable, gentil, guapo, y con una enfermedad. No tenía idea de su físico, pero ¿Más guapo que él? ¡Jah! No sería posible.

Boomer quiso intentar charlar una vez más.

–…Y ¿dónde vive exactamente? Porque ya me estoy fastidiando de cami…

–¡Ah, ya llegamos!

El Rowdy alzó la vista hacia donde la joven rubia miraba: El hospital de Tokio. Torció sus labios en una mueca disgustada, no solo porque odiaba los hospitales y su espantoso color impecable, si no que estaba a poco tiempo de conocer al chico por el cual Miyako se veía tan entusiasmada.

Boomer verdaderamente no lo entendió, pero algo en su interior comenzó a hervir desagradablemente, y con mas fuerza cuando la chica salió disparada al interior del hospital, sin él.

Kaoru caminaba malhumorada por el camino empedrado del parque central de Tokio. Sus pasos eran bastante largos y pesados, que su acompañante de piel verdosa comenzaba a cansarle.

Ninguno de los dos había dicho palabra alguna en todo el camino, y Kaoru realmente lo agradecía. Ella se había negado y enfurecido cuando Ace comenzó a seguirla a todas partes, pero al notar que el villano no hacía nada malo, ni siquiera para molestarla, se tranquilizó y le dejó seguirla silenciosamente.

Después de todo tenía que pasarse con él hasta cumplir el pedido, aunque seguro no sería pronto. Butch no había puesto nada de su parte en hacer el pedido realidad, y Kaoru tampoco lo esperaba de él. Primero muerto que hacerle una escenita de celos a la azabache.

Y, aunque Kaoru no lo admitiría jamás en voz alta, eso le provocaba un poco de molestia, sin lograr entenderlo.

–Pareces molesta –Por primera vez, Ace hablo sin mirarla.

–No lo estoy –Respondió cortante.

Una suave, pero burlona risilla escapó del líder de la banda.

–Juraría que lo estás.

La chica no respondió nada. Mientras menos hablen, menos perdería la calma y evitaría arrancarle la cabeza.

Siguieron caminando un rato más, hasta que la chica no pudo evitar seguir con su mirada a una anciana que se encontraba alimentando aves yaciendo sentada en una banca. Esa banca. Sin notarlo se detuvo de golpe, provocando que el de piel verdosa chocara levemente con ella.

Kaoru sintió que estaba enloqueciendo, ya que justamente cuando su mirada reparó en la banca, un lloriqueo fastidioso y familiar inundó sus oídos.

–El bebé –Murmuró de forma atropellada, buscando desesperadamente en los alrededores el origen del sonido.

A unos metros de distancia, lo encontró. Ese era su muñeco, sentado en un chochesito verde menta, con su cabello bien peinado y ropa impecable; diferente de la que le había dado el profesor.

Pero era suyo. Lo reconocía... ¡Ese era su bebé!

Y Butch estaba con él...


El resto de los villanos se quedaron en casa del profesor, un tanto aburridos ya que el dueño de la casa les impidió saquear la nevera, y ver la televisión después de que el pequeño Arturo desbloqueo los canales de pago por evento.

–¡Esto es aburrido! –Se quejó la joven adinerada, mirando de reojo a Ken– ¿Por que no podemos irnos a casa el resto del día? ¡Tengo que gastar mis tarjetas de crédito!

–Billy también está aburrido –Murmuró el gran Billy, sintiéndose extraño y perdido sin su líder cerca. El resto de la pandilla le dio la razón con asentimientos.

¡Aléjate de esa lamparaaaa! –Ken se sobresaltó con los gritos de Fuzzy a la distancia– ¡Estaba a mi costado, por lo tanto es de mi propiedad!

El niño suspiró cansado, cuando de la nada, el resto de los villanos se enfrascó en una discusión de que les pertenecía y que cosas no. Necesitaba mantenerlos entretenidos mientras las chicas y los hermanos completaban el pedido.

–¡Papá! E-Es decir... Profesor– Se corrigió el menor al llegar junto a su padre.

–Ahora no, Ken. Estoy algo ocupado.

El Profesor parecía sumamente entretenido tecleando unas cuantas cosas sobre su computadora y revisando el reloj de rato en rato. Su sonrisa era amplia y brillante cuando comenzó reír quedamente.

–La sustancia está haciendo efecto. –El científico se giró hacia su hijo, mostrándole la pantalla de la computadora que emitía diversos ruiditos, y además se encontraba la imagen de un delicioso pastelillo con bastantes notas que el niño todavía no comprendía. –En un momento, los chicos no tendrán control de sus emociones.

–¿Qué haré yo con los villanos? Se están desesperando...

–Que abran otra carta, wan–Sugurió Peach, saliendo de quien sabe donde.


Brick estaba desesperado. Completamente desesperado.

Iba de regreso a casa del profesor cuando de pronto sintió algo que en su vida jamás había sentido: Una preocupación inmensa por la loca de su contraparte, que le hizo devolverse como una bala. Se sentía muy raro, especialmente molesto con ella y sobre todo con Randy.

De solo recordar como ella abrazaba el brazo de ese tipejo le hizo revolverle las entrañas de coraje puro. Era un sentimiento un poco similar como cuando le vio bailar con distintos chicos en la fiesta de bodas de su tonto madre y Ace, solo que triplicado.

"Debo estar volviéndome loco" Se dijo mentalmente, queriendo detener a sus pies y obligarlos a dar la media vuelta, pero por alguna inexplicable razón no podía. No quería. Necesitaba llegar hasta donde ellos para saber que cosas estaban haciendo... ¡Pero el mismo se dijo que no le importaba nada de lo que hicieran!

"No tengo celos. Para nada tengo celos." Volvió a decirse, caminando cautelosamente tras los arboles para pasar desapercibo. Momoko quería ponerlo así, pero no lo iba a conseguir ¡No lo iba a conseguir porque el no está para nada celoso! "Es curiosidad. Simple, simple curiosidad"

Asomó la mirada, encontrando a la pareja todavía en el lugar donde los había dejado. Ahora que Brick ya no estaba, Randy se veía mas relajado estando cerca de la Akatsutsumi.

Demasiado cerca –Siseó el pelirrojo.

El corazón del líder palpitaba descontroladamente, y su respiración sonaba con bastante fuerza que ya comenzaba a asustarse... ¡Eso no le podía estar pasando a él! ¡El no podía estar celoso! Pero se sentía tan enojado de solo verlos allí a los dos, riendo, viendo el rostro de Momoko embobado por Randy, y él tocando accidentalmente su mano, le hizo descontrolarse totalmente.

Randy iba morir. AHORA.


Boomer se encontraba malhumorado.

Una vez que Miyako se adentró al hospital con bastante velocidad, la perdió completamente de vista. El hospital era lo suficientemente grande como para perderse, y así fue como se encontraba minutos atrás: Perdido y desorientado.

Pero claro, la rubita encontró la habitación del tipejo ese, entrando a saludarlo y olvidando que venía acompañada. Solo el pensamiento le hizo gruñir de fastidio. Minutos de estar caminando en cada jodido piso para poder encontrarla, al final lo logró, y sí, ella ya estaba allí conversando amigablemente con ese chico.

En ese momento, unos ojos grandes del color celeste le recibieron y no eran de su contraparte. Boomer se fijó bien en el chico de tez blanca y hebras oscuras rubias. Él era... muy apuesto... quizá más que él, y eso le hizo sentir mucha envidia.

Miyako se dio cuenta, e hizo una cara como si acabara de recordarlo. Se levantó, dio una corta presentación entre ambos jóvenes, y de nuevo volvió a enfrascarse en una amena conversación con Taakaki, como si Boomer no existiese.

El villano apretó con fuerza los puños. No le estaba gustando nada ser ignorado por ella. No le gustaba como sus bonitos ojos se perdían con adoración en los ojos de Taakaki, y no en los suyos.

Taakaki de rato en rato miraba hacia a Boomer con desconfianza. Sabía que era uno de los villanos mas fuertes, y también el peor enemigo de Bubbles. Tampoco era una sorpresa que Miyako era aquella heroína, pero lo que si le descolocó fue verlos juntos, haciéndose muchas preguntas en la mente.

¿Cómo es que se conocen? ¿Sabría Boomer la identidad secreta de la joven? ¿Sí tanto se odian, por qué Miyako le habló de manera natural? ¡No entendía nada! Así que mejor decidió averiguarlo...

–Así que... –Comenzó, frunciendo ligeramente hacia el villano que se mantenía recargado en la pared con brazos cruzados–...¿Son amigos?

Las dos contrapartes se dirigieron una corta mirada, sin embargo, antes de que Miyak pudiese responder, una efímera risilla burlona sonó en el aire.

–¿Amigos? –Se mofó el villano, mirando de reojo a la joven– Para nada.

La rubia asintió tímida y quedamente ante su respuesta, lo cual relajó al joven en cama... hasta que Boomer despegó su espalda de la pared, y con pasos triunfales se acercó a la chica para rodearla de la cintura y atraerla hacia sí.

–Ella es mi pareja.


Dios, la última vez que actualicé esto fue el día de mi cumpleaños. Y en unos cuantos días más volverá a ser... ;A; Perdón, perdón, perdón! Realmente una gran disculpa por la tardanza ¡Pero hago lo que puedo! Escribir no se me da como antes desde que inicié la universidad. Pero prometo no dejar ninguna de mis historias. Quizá pueda tardar, pero no las abandonaré.

Gracias a quienes aun continúen leyéndome a pesar de mis desapariciones (': de verdad lo agradezco! & espero estar cumpliendo sus pedidos de una manera que les divierta y les guste.

También he estado leyendo sus reviews, y me encantan! :A siempre me animan, gracias!

Bueno, sin mas que decir, creo que me despido. Espero leernos muy pronto, y hayan disfrutado el capitulo, porque yo me divertí al escribirlo :D ¡Cuídense mucho! Disfruten su día & nos leemos c;