Disclaimer: Los personajes NO me pertenecen, la historia sí.
Capítulo uno.
La cámara se disparó una, dos, tres veces, mientras el fotógrafo capturaba la misma posición que tenía desde hace dos minutos, eran imágenes exactamente iguales, pero el joven insistía en que no lo eran y se empeñaba en repetirlas más de lo necesario, sinceramente, ella estaba cansada, muy cansada.
El maquillista llegó de nuevo a retocar su brillo de labios y el polvo traslúcido que le daba el tono mate a su piel, reacomodaba su peinado y salía rápidamente del cuadro para que el obturador volviera a sonar.
Hace algunos años, cuando su madre y sus tías le insistían a la joven que podría fungir un buen papel como modelo, Isabella Swan desecho la idea rotundamente y alegó nunca poder llegar a desarrollar semejante papel, sin embargo ahora, cinco años desde aquel entonces, la joven miraba hacia la cámara de uno de los mejores fotógrafos de todo Nueva York y se preparaba para una nueva campaña publicitaria de Dior.
¿Quién se hubiera imaginado nunca que la sosa, aburrida y para nada bonita Bella Swan sería ahora una de las mejores cinco modelos de Estados Unidos? Reconocida, admirada y también envidiada supermodelo.
El joven hizo que cambiara su posición y comenzó con una nueva ronda de disparos a diestra y siniestra, la joven no dudaba que aquel hombre fuera una eminencia en su trabajo, pero, ¿debía ser tan insistente a la hora de fotografiar?, su excitación comenzaba a perturbar un poco a la muchacha, que a pesar de estar acostumbrada a todo lo que le rodeaba— iluminadores, asistentes, maquillistas, diseñadores, ejecutivos, el fotógrafo— comenzaba a sentirse realmente mareada.
—Creo que con eso será suficiente— intervino por fin, la voz de su salvadora, Rosalie Hale, hermosa, inteligente y eficiente como el infierno, además de la agente y mejor amiga de Bella.
—Aún podemos hacer varias tomas más— terció el joven, molesto porque hubieran interrumpido su mente creativa.
—Es todo por hoy— sentenció la joven rubia con mirada amenazante. El muchacho, amedrentado por la decisión en los fríos ojos azules de Rosalie, aceptó su derrota asintiendo sumisamente y retirándose con su cámara en mano.
—Es todo por hoy, muchachos— anunció al resto del equipo.
Un suspiro de alivio generalizado su pudo escuchar por todo el set, Bella no había sido la única abrumada por la intensidad del joven.
—Te sacaré de aquí— le aseguró Rosalie a Bella mientras le tendía un bata de seda lila y se dirigía hacia el grupo de ejecutivos que esperaban por hablar con la modelo.
La muchacha, sin embargo, se dirigió hacia el camerino que le tenían asignado, se tomó media botella de agua y se permitió reposar sus pies unos minutos, después de más de cuatro horas subida en diferentes tipos de tacones, se lo debía.
Tres minutos más tarde Rosalie entraba al camerino con una sonrisa satisfecha y triunfante, era la clara señal de que Bella era libre de irse.
Cuando la joven estuvo lista con unos pantalones negros, camisa blanca y un abrigo negro, unos botines considerablemente más bajos que los pasados tacones y el cabello recogido en una coleta alta, salieron del set por la puerta trasera, evitando así a los paparazzis que esperaban por tomar una fotografía de la modelo.
—Estoy muerta— fueron las palabras de Isabella cuando estuvieron instaladas en la camioneta que las llevaría a la residencia que compartía con Rosalie. Su chofer iba convenientemente ajeno a la conversación de las jóvenes con los audífonos puestos.
—Es normal, Seth es un genio en lo que hace, pero todos saben que es un dolor en el trasero— fue la contestación de su amiga, mientras ésta revisaba citas y pendientes para el resto de la semana, Isabella se sentía completamente exhausta y apenas era lunes. — ¿Revisamos la agenda?
Bella ahogó un gemido de dolor, pero se alzó de hombros, aun cuando no quisiera, lo harían.
—Mañana tenemos una revisión de atuendo para el próximo desfile que será en dos meses, tenemos que coordinarnos con la revista que publicará un artículo sobre tu carrera el siguiente número, el miércoles, una conferencia de prensa para la campaña de Dior, cena con los inversionistas— Bella dejó de escuchar en ese momento, siempre era lo mismo cuando se iniciaba una nueva campaña, realmente esta no tendría mucha diferencia con la pasada, o la ante pasada, o la anterior a esa.
—Y por último, el viernes viajaremos a Forks— estas últimas palabras alertaron a la joven, se giró sorprendida hacia su amiga, quien la ignoraba por completo, con su mirada fija en el aparto en su mano.
— ¿Qué has dicho? — preguntó segura de que había escuchado mal.
—El viernes viajaremos a Forks— repitió la rubia, como si fuera lo más normal del mundo, Bella palideció y se sonrojó completamente de un segundo a otro.
— ¿¡Cómo que viajaremos a Forks el viernes?! — Estalló la castaña, Rosalie bufó.
—Es el cumpleaños de tu madre, Bella, no has visto a tus padres desde hace cinco años y les has prometido que irías, no puedes seguir evitando a tus padres sólo para evadir a los fantasmas de tu pasado— la reprendió cariñosamente, tomando su mano y dándole un apretón de ánimos.
Bella, a pesar de sus palabras, pensaba lo contrario; era cierto que extrañaba a sus padres, pero no estaba dispuesta a regresar a aquel infierno de pueblo en el que había pasado los peores años de su vida, eso ni hablar, que la llamaran cobarde, no le importaba, sus fantasmas debían quedarse donde pertenecían, al pasado.
Forks pertenecía al pasado y ahí es donde se quedaría, no volvería.
—Le enviaré un bonito regalo— fue su respuesta, mientras alejaba la mano de su amiga y fijaba la vista en la ventana.
—Son tus padres, Bella— insistió Rosalie, Bella se exasperó.
—Entonces haré que vengan aquí, pagaré todos los gastos de su viaje, pero no iré a Forks y es mi última palabra— la joven rubia desistió de insistir, cuando quería, Isabella podía ser más que ella misma, y eso ya era mucho.
—Como quieras— respondió de manera cortante.
Pasaron el resto del viaje en un tenso silencio que Garrett notó al instante en que abrió la puerta trasera de la camioneta una vez llegaron a la residencia de las jóvenes.
—Ten listo el auto por favor, Garrett, saldré en un momento— le pidió Rosalie, el hombre asintió confundido pero no se atrevió a preguntar nada más, a pesar del sincero cariño que sentía por aquellas dos muchachas, sabía cuál era su lugar y nunca se atrevería a intervenir en asuntos que no le incumbían, no a menos que se lo pidieran.
—Por supuesto, señorita Rosalie— la muchacha le sonrió agradeciendo que no hiciera preguntas y se adentró en el lugar, dejando atrás a una Bella cansada y molesta, la combinación fatal.
Minutos después, cuando Bella apenas se cambiaba su ropa ceñida y costosa, por unos pantalones sueltos y una camisa gastada, escuchó la puerta cerrarse y las llantas de un auto chirriar, Rosalie se había ido, dejando a Bella con su dilema emocional.
Ahí, parada en medio de su enorme alcoba y con aquellas ropas, no encontraba muchas diferencias de la mujer que era ahora, y de la ordinaria niña que era antes. Exasperada por su reflejo, su cansancio y la riña con su mejor amiga, se dejó caer en las sabanas de algodón egipcio de su enorme cama y cerró sus ojos esperando que todo aquello se fuera, que todo el daño que le habían hecho desapareciera y pudiera ser feliz con su vida actual.
Unos ojos verdes aparecieron en sus recuerdos y se sintió aun más frustrada consigo misma.
Cinco años, habían pasado más de cinco años desde la última vez que había llegado a ver esos ojos verdes que la atormentaron por tres años completos y aun no podía dejar de sentir esa patada en el estomago.
Una serie de imágenes inconexas se fueron desarrollando en su mente y no pudo evitar que su corazón se sintiera herido y traicionado de nuevo, quiso gritar, quiso llorar, pero todo aquello ya lo había hecho una vez y se había prometido no volver a hacerlo, nunca más.
Ella era otra ahora, su melena castaña, casi siempre sujeta en un moño apretado en su nuca en el pasado, ahora estaba suelto y bien peinado casi todo el tiempo, su rostro pálido y ojeroso había sido remplazado por uno bello y bien maquillado, su ropa fofa y sin gusto había sido cambiada por un guardarropas nuevo y de diseñador, todo en ella había cambiado, excepto su interior, pero nadie tenía por qué saber aquello.
Antes de que pudiera seguir flagelándose con esos autodestructivos pensamientos, el sonido de su teléfono resonó en la habitación, había recibido dos mensajes nuevos, uno era de Rosalie, y el otro… De su madre, abrió primero el de su amiga.
"Lo siento, no debí ser una bruja, ¿me disculpas? Xoxo" — Isabella sonrió ligeramente ante el dulce y directo mensaje, así eran las cosas con Rosalie, y por eso era su mejor amiga. "Yo también fui una bruja, no hay nada que disculpar, xoxo", fue la sencilla respuesta, ahora se disponía abrir el segundo mensaje.
"Te extrañamos mucho, mi pequeñita, estamos ansiosos porque llegue el viernes y podamos verte, serás el mejor regalo de cumpleaños, te amamos, tus padres." — La joven suspiró con pesar y frustración, conocía a la perfección a Renee, su madre, como para saber que no aceptaría de nuevo un "no" por respuesta, Rosalie tenía razón, ya había dejado plantados a sus padres muchas veces, una más no se la perdonarían.
Bella quiso poder gritar y patalear de nuevo, sólo una vez más, así que lo hizo. Cuando hubo terminado de golpear con manos y pies su suave colchón, tomó su teléfono y tecleó una rápida respuesta a su madre, después, volvió a mandarle un mensaje a Rosalie.
"A Forks, el viernes" — Bella bufó y se dejó languidecer en la suave superficie, levantó su aparato cuando recibió la respuesta de su amiga— "Genial, ;)".
Bella bufó, sintiéndose impotente, frustrada, molesta con su amiga y con su madre, pero sobretodo, asustada como el infierno, el viernes regresaría a Forks, el lugar de sus pesadillas, y no quería hacerlo, Rose quizá estuviera segura de que debía afrontar sus fantasmas del pasado, pero Isabella no estaba segura de querer hacerlo, o para el caso, poder hacerlo nunca.
Vengo, aterrizando, ¡llegué!, con una nueva historia, nuevas esperanzas y mucha emoción porque ustedes la acepten tan bien como mis pasadas historias, espero que les agrade de verdad, llevo cinco capítulos y vamos en aumento, no quiero que sea un fic muy largo, pero definitivamente llegaremos a los 20 capítulos. Reviews?
Love always, An.