Cap. 20 Los hermanos Zanovelli

Ezio también estaba emocionado de estar en la Plaza de San Marcos, la más emblemática de Venecia, alguna vez de pequeño había ido con su familia para un carnaval, pero estar de nuevo allí en un día común era algo diferente, aunque a él le pareció divertido señalar todas las palomas que ahora eran las que pasaban tanto como los humanos (1), Desmond comentó que eran un problema sanitario y agregó "incluso en mi época" en arameo, aunque Beatrice y Augusto lo tomaron como divagaciones del chico.

— Bueno, supongo que no tener halcones cerca ayuda a que se proliferen tanto. — comentó Claudia.

— Podrían usar figuras o esculturas de halcones y ponerlas en lo alto de varios edificios para dispersarlas. —fue Desmond quien respondió.

— O mejor aún, no sé, traer halcones reales y realizar un exterminio de las ratas voladoras. — Ezio rió de su idea junto a Pretuccio.

Cuando mencionó a las Columnas de San Marco y San Teodoro(2), no pudo evitar otro comentario, esta vez hacia el sarraceno "algo de tus tiempos", aunque tuvo que decirlo en arameo. Altaïr procedió a actuar acorde a la actitud de Ezio y le dio una colleja*, diciéndole que comenzara a comportarse, esa no fue la última vez que lo hizo.

Cristina agradeció sus bromas tontas y su sarcasmo, eso junto a lo que contaba Desmond de las cosas que veía ayudó a que no se detuviera a pensar en lo inevitable de su viaje.

Una vez llegaron al gran canal y el neoyorkino notó el ajetreo de distintos trabajadores con materiales que iban hacia algún lugar, siguieron curiosos para ver lo que estaba pasando. Y así fue como Desmond no cabía en su impresión, cuando le preguntaron sobre su reacción, él supo cómo maquillar su sorpresa con entusiasmo, hablando de Venecia progresando y yendo por fin por la ruta que se debía seguir para mejorar.

Él decidió que no podía soltar de un momento a otro lo que sabía de sus notas.

Porque estaban por renovar el Puente de Rialto(3), hecho que debía ocurrir hasta finales de 1500 y no de 1400, decidió que sería buena idea investigar más sobre los cambios a destiempo en la ciudad y si acaso la renovación sería hecha por el mismo arquitecto, que supuestamente no tenía que nacer hasta 1512(4).

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Zita, quien acababa de cumplir veinte, tuvo que vivir la mayor parte de sus años en casa con sus padres, sin mucha interacción con personas externas a su familia. Ella era muda, por lo que no podía comunicarse con los demás, aunque entendiera lo que decían, no sabía escribir y los movimientos de manos apenas podía usarlos para algunas cosas, a veces, si se encontraba con alguien atento y paciente, ella movería los labios como había aprendido luego de ver hablar a las personas desde que podía recordar. También le gustaba dibujar, pero usaba ese método en ocasiones especiales cuando necesitaba explicar algo complicado, aunque eso sólo lo hacía con su familia.

Pero el año pasado su vida mejoró gracias a la ayuda de su hermano y de vivir en el Sestiere de Castello(5) tuvo que mudarse al De Dorsoduro(6), debido a que ahora trabajaba de sirvienta para la esposa de un comerciante renombrado, gracias a la recomendación del patrón y maestro de su hermano, de no ser así, seguramente seguiría ayudando en la casa de su familia, una mujer nacida de cuna plebeya tenía menores oportunidades, y además: ¿Quién desearía casarse con una muda, de todas formas?

Ella estaba inmensamente agradecida con su hermano, el único quien la trataba como a alguien normal. Su padre la veía como una carga y en los ojos de su madre siempre había lástima y preocupación, con ella no podía enojarse, sabía que haber perdido tres embarazos luego de su segundo que dio a luz a una discapacitada, afectó gravemente a su madre, los hermanos siempre concordaron que su madre se culpaba por su vientre, que sólo dio a luz un niño totalmente sano.

Por el contrario de la mujer menuda, tímida y poco entusiasta como la joven sirvienta; Valentino, el primogénito de la familia Zanovelli era de hombros anchos y cintura delgada, sus brazos estaban marcados debido a su trabajo de años en la carpintería y lo que había aprendido recientemente de herrería. De ojos grandes color verde que compartía con su hermana menor Zita, tenía un mentón cuadrado y cabello lacio, acompañado de su personalidad extrovertida y su sentido del humor, atraía la mirada de muchas mujeres, tal vez su mayor defecto era ese debido a que normalmente no es que se le viera mucho con la misma fémina. Ella lo había aceptado mucho tiempo atrás, nunca podría estar a la altura de su hermano, siempre parecía ajena y fuera de lugar, pero era su mismo hermano quien la hacía sentir como cualquier persona.

Lo quería mucho y le deseaba lo mejor, aunque nunca pudiera dejar de lado esa pequeña envidia de que el haya nacido con todo lo necesario para llevar la vida que el desease.

Aquella mañana salió a hacer unas compras para su dama como todos los días, por suerte, tampoco vivía lejos del taller donde trabajaba Valentino por lo que ahora veía más a su hermano que cuando aún vivía con sus padres, ya que él se mudó hace poco más de un lustro.

Y cayendo a un par de metros desde una pared fue cuando lo vio.

Un joven encapuchado vestido de blanco.

Se acercó, asustada por la salud del joven -aunque no entendía como alguien podía caer de la ventana de un edificio-, para luego reprenderse a sí misma por lo tonto de la acción, no podría ayudarlo aunque quisiera y tampoco pedir ayuda si fuese necesario.

Pero la figura caída tuvo suerte, pudo levantarse por su cuenta y Zita se detuvo a unos pasos de él, el de vestiduras nobles notó su presencia y volteó a verla.

Una mirada de ojos chocolate y unos mechones castaños haciendo contorno de su cara, destacaba una cicatriz que atravesaba sus labios. El joven frente a ella era guapo, causándole un sonrojo de vergüenza al escucharlo dirigirse hacia ella, en señal que se había dado cuenta de su mirada fija.

Boungiornio, signorina, discúlpeme por haberla asustado.

Dijo el joven haciendo una leve reverencia. Su voz, sin duda concordaba con su apariencia. Ella volvió en sí debido a su mirada y sonrisa fácil, negó con la cabeza e hizo un ademán restándole importancia, pero aun así hizo un escrutinio con su mirada para verificar que el desconocido no se haya lesionado.

— No se preocupe, estoy bien, ha sido un resbalón debido a un mal cálculo, sigo acostumbrándome a cómo son las casas aquí.

Zita se sorprendió debido a que el joven supo porque lo miró con detenimiento, pero se confundió debido a su respuesta, ¿acaso él realmente estaba intentando escalar y cayó?, no parecía que lo estuviera siguiendo guardias además de que estaba demasiado bien vestido para ser un ladrón, ¿Tal vez un acróbata que practicaba? Así le pareció a Zita, tomando en cuenta que el no parecía preocupado por nada.

— Bueno, le agradezco el haberse acercado a cerciorarse de mi estado, debo continuar mi camino.

Se despidió con un ademán, mientras que la sonrisa que llevaba nunca dejó su rostro.

Apenas a sus veinte años, descubrió lo que escuchó mencionar de otras jóvenes, porque el resto del día no pudo sacar de su cabeza la cara y el porte del chico desconocido.

La situación extraordinaria era que no fue un simple día el que se detuvo en pensar en él.

OOoOo oOoOo

Fue cerca de la basílica de San Marcos(7) que el joven florentino volvió a ver a la chica preocupada de días atrás, aquella vez estaba sentado en una banca, vigilando a la distancia a Gina Vespucci.

Cristina sin duda había heredado parte de su belleza de su madre, el joven Auditore sintió que algo se revolvía en sus entrañas al verla tan tranquila andando por Venecia. Como si no le preocupara que su hija no estuviera con ellos y que ayudar a matar a la mitad de una familia fuese algo que consideraban un pequeño precio a pagar por la supremacía templaria.

Notó que alguien lo miraba, era la chica de la que no escuchó su voz.

Le sonrió tranquilamente al tiempo que hacía un saludo con la mano, era parte de su acto para seguir pasando desapercibido. La mitad de su rostro era cubierto por la sombra de su capucha, pero él pudo ver perfectamente la cara de sorpresa de la joven. Un leve sonrojo adornó sus mejillas con pecas, iba vestida de manera simple-de sirvienta para ser más exacto-, con un moño que recogía su cabello oscuro.

Ella volteó a los lados, como quien busca a otra persona a la que estén saludando, para luego mirarlo y señalarse a sí misma, Ezio asintió, ocultando su diversión para no hacerla pasar más vergüenza, fue entonces cuando tímidamente, la chica devolvió el gesto con una leve inclinación de cabeza más formal, acompañada de una leve sonrisa nerviosa.

A lo lejos, se dio cuenta que Gina continuaba su camino, por lo que él debía también, se levantó casualmente de su asiento y aprovechando que la joven sirvienta estaba de paso, se dirigió a su encuentro, quedando a varios pasos de distancia.

— El destino es algo difícil de entender, ¿no te parece?

Ella señaló su boca para luego negar con la cabeza, con una mirada derrotada en su rostro.

— Bueno, aunque no pueda escuchar la voz de la signorina, no es necesario para juzgar a una persona, tal vez nos veamos de nuevo, estaré por aquí un tiempo.

Le guiñó un ojo, ocasionando que el color rojo volviera a invadirla.

— La próxima vez, podríamos presentarnos apropiadamente.

Fue su frase de despedida, antes de desvanecerse entre las personas. Zita intentó buscarlo a lo lejos, pero no encontró señales de él. Ella no tenía tan buena imaginación para que el fuera sólo un delirio de su cabeza, de eso estaba segura; por lo que su desaparición repentina la atribuyó a que él era muy rápido caminando y debía ir a algún lugar.

Ahora, sin embargo, se dio cuenta del cinturón tan adornado que llevaba, era una obra con un emblema que no había visto nunca, junto a esos dos collares particulares que colgaban de su cuello, uno era sencillo, el otro era una cadena brillante que seguramente era plata.

Así que era más misterioso que alguien que parecía de la nobleza hablara tan casualmente con una sirvienta y escalara paredes.

Pero el hecho de que su semblante y tono no cambiasen ni un milímetro después de señalarle que era muda fue lo que llevó calidez a su pecho a pesar de sus dudas debido al misterio del chico.

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Valentino nunca espero estar en una situación como la que se encontraba. Siempre pensó que el día en que se cansara de su vida entre distintas mujeres sentaría cabeza, pondría su propio taller y se dedicaría al comercio de muebles de madera, los adornaría con herrería, tal vez con el tiempo podría hacer más de eso, tendría su familia y viviría como un plebeyo más.

Pero luego conoció a Adriano Vespucci.

Simplemente fue a hacer una reparación a domicilio, aunque el esperó que distintos criados lo recibieran, pero el mismo señor de la casa le abrió la puerta.

No supo que vio el hombre mayor en él, tal vez fueron sus pláticas filosóficas sobre distintos temas, sobre la ciencia y lo poco que aprendió de teología de un amigo que se mudó Milán meses atrás; pero de alguna manera el dio un aire de maestro, quien busca enseñar sus conocimientos y transmitirlos a las nuevas generaciones. Así que cayó fácilmente en la trampa de palabras pomposas e ideas "revolucionarias", sobre la sociedad misma y quienes estaban en el poder.

Fue demasiado entusiasta y positivo en la naturaleza real de muchas personas. Porque lo que le propuso y le contó acerca de esta dichosa orden, no era para nada lo que el de ojos verdes veía correcto. Fue incómodo, ¿Podría simplemente negarse y fingir que nunca escuchó sobre eso?

Algo que se manejaba en las sombras desde hace mucho con esa mentalidad, dudaba que estuviera lleno de personas indulgentes y piadosas, ¿Acaso iba a morir sólo por aceptar hablar sobre el grupo de supuestos pensadores del que quería contarle el señor Vespucci?

Discretamente buscó una forma de salir, no era tan malo en la lucha y su padre le había regalado una daga que perteneció a su familia por generaciones, solía llevarla puesta y agradecía que ese día no la olvido.

Luego, en un momento de silencio vio una pintura al final del salón, estaba el matrimonio Vespucci junto a una joven que claramente era la hija de la familia. Pero desde que vino a la residencia no hubo señales de una tercera persona noble viviendo en la casa, así que preguntó tranquilamente por ella, si estaba casada o que si por el contrario la perdieron, disculpara su intromisión.

Y allí fue su error más grande.

La cara de Adriano cambió drásticamente, volteó en dirección de la mirada del joven. Fue como si haya visto a su peor enemigo y frunció el ceño.

— Le dije a Gina que mantuviera eso guardado sino quería que me deshiciera de él, ella no está muerta, pero dejó de ser mi hija.

El tono frío y enojado lo hicieron querer hundirse en su asiento.

— Creo que podríamos continuar con nuestra charla después, joven Zanovelli; espero piense en profundidad lo que le dije.

Un sirviente lo acompañó afuera y pudo respirar nuevamente, caminó rápido de regreso. Se sintió estúpido, ¿Cómo iba a saber que era un tema delicado?

Fue allí cuando de reojo percibió una peculiar figura encapuchada y de blanco, por su complexión le pareció de una mujer, pero fue raro verla con botas altas y pantalones; pareció que se desvaneció en el aire al momento siguiente que intentó enfocarse mejor en ella en lo alto de un edificio donde creyó verla.

¿Pudo haber sido su imaginación?

Ese día cenaría con su hermana y al llegar seguía sintiendo la adrenalina del momento tan pesado, no tenía idea de lo que debería hacer con la situación en la que estaba envuelto.

Cuando llegó a ver a Zita le contó lo que había pasado con Adriano para desahogarse, como siempre, ella fue atenta y le ofreció su apoyo. En su historia llegó a contarle casualmente sobre esa figura femenina vestida de blanco en el edificio contiguo.

Su hermana entonces abrió los ojos con sorpresa y con ayuda de señas y dibujos le explicó sus dos encuentros misteriosos con un chico encapuchado, también le dibujó lo que recordaba del emblema que llevaba y los rasgos de su rostro que ella recordaba. Fue así como ambos se preguntaron si estas personas tendrían algo que ver con lo que contó Adriano o si por el contrario, eran algo diferente, ¿Habían acabado envueltos en algo malo?

Valentino estaba más preocupado por su familia y por ello no estaba muy deseoso de ver nuevamente a Adriano, sería mejor intentar cortar sus lazos con él.

Por otro lado, Beatrice se reprochaba a si misma su error, espero que el joven que salía haya pensado que fue su imaginación, al final, consiguió seguirlo para verificar si tenía lazos con los templarios, resultando que simplemente se reunió con una chica la cual supuso que era su hermana debido al parecido y regresó a su casa ese día. Una vez llegó al lugar donde se estaban quedando, les habló de lo sucedido a todos, y prometió poner más esfuerzo en su entrenamiento.

Ezio le divirtió lo curioso de la casualidad de los encuentros y sugirió que tal vez podrían tener un recluta o dos más, en ese momento, no sabía que la chica muda que vio un par de veces y la hermana del chico eran la misma persona.

Para el día siguiente, Cristina intentaría contactar con sus padres para verlos de nuevo, esperaban un resultado que no acabara en muerte.

Una vez que Beatrice y Augusto se fueron a descansar, Desmond le habló de los dos cambios más relevantes que había notado, buscando información se dio cuenta de otros, como la diferencia en las época de algunos Dux(8),al igual que otros edificios ya tenían algunos cambios en sus fachadas antes de los años que él tenía anotados.

Seguramente también afectaría en nacimientos de más personas, construcciones y otros hechos históricos en la línea de tiempo que él conocía, lo que los hizo sentirse positivos es que el joven del futuro se sintiera completamente bien a pesar de todo.

Aunque en ese momento, únicamente Ezio y Altaïr sabían respecto a esa incertidumbre que experimentaba el neoyorkino cuando estaba cerca de la grieta.

— Los cambios que se han hecho, aparentemente no afectan mi existencia por lo que no deben preocuparse por ello, ¿de acuerdo?

Habló el más joven de los tres cuando captó la mirada inquisitiva de sus antepasados. Eran ellos tres quienes se quedaron al final para hablar.

— Cualquier cosa, háznosla saber, intentaremos ayudarte. — Ezio le dio unas palmadas en el hombro.

— Al menos entre nosotros, debemos estar informados de ello.

El tono del sarraceno no daba lugar a réplicas, Desmond asintió y por fin, los tres fueron por su merecido descanso.

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(1)Uno de los barrios con más población de Venecia, su nombre proviene de una estructura defensiva de la que ya no hay restos en la actualidad. Está situado al este y es el barrio más grande por extensión, al sur del mismo se encuentra la isla de Lido.

(2) "Estas dos enormes columnas de granito que lucen en la plaza forman parte de los múltiples tesoros traídos de Constantinopla. Probablemente construidas por Nicoló Barattieri en 1172, el también arquitecto del primer puente de Rialto".

*Golpe en la nuca. Esta palabra no suele usarse en mi país (México) pero sonaba mejor que los modismos que usamos.

(3) "La primera construcción que cruzó el Gran Canal fue un pontón o puente flotante, construido en 1181 por Nicolò Barattieri. Se llamó Ponte della Moneta. La evolución y la importancia del Mercado de Rialto en la orilla oriental del canal aumentó el tráfico fluvial considerablemente cerca del puente flotante. Por ello, fue reemplazado alrededor de 1250 por un puente de madera. La estructura tenía dos rampas inclinadas que se unían a una sección central móvil, que podía ser elevada para el paso de barcos altos". Fue quemado en una revuelta en 1310, se derrumbó en 1444 y nuevamente en 1524.

(4) "Antonio da Ponte (Venecia; 1512 - 1595), fue arquitecto e ingeniero italiano. Tras una estructura original de madera que se colapsó repentinamente y se vino abajo, las autoridades venecianas decidieron reconstruirlo con una estructura de piedra. Para ello, se convocó un concurso público en 1587 que para sorpresa de arquitectos muy famosos, como Miguel Ángel o Andrea Palladio, que se presentaron, ganó Antonio da Ponte. Su diseño simple y basado en el anterior puente de madera, se compone de un único arco, cubierto en sus lados con arcadas que sirven de tiendas y con dos rampas que se unen en una sección central". Finalmente, el que se conoce hoyu día fue inaugurado en 1591.

(5) Su nombre provienes de la existencia en el subsuelo de un terreno más consistente y rocoso a diferencia de las otras partes de la ciudad. El barrio vivió en relativo aislamiento antes de ser unido al barrio de San Marco con el puente de hierro de la Academia.

(6)Aparentemente desde hace mucho tiempo atrás, las palomas dominan los aires en la Plaza de San Marcos, ¿Curioso, no?

(7) "Es el fruto de diferentes estilos, y conserva aspectos orientales. El edificio actual es el resultado de una larga historia que empieza en el año 828, cuando dos mercaderes robaron el cuerpo de San Marcos de la Tumba de Alejandría en Egipto y lo trajeron a Venecia para donárselo al dux. Después de la construcción de dos iglesias anteriores, volvieron a construirla en 1063 respetando el modelo de dos basílicas de la antigua ciudad imperial de Bizancio, para que representara el poder de la próspera República veneciana, la actual Basílica de San Marcos".

(8) "El dux (latín dux, «líder») o dogo (del italiano doge, adaptación del veneciano doxe, y este a su vez del latín dux) era el magistrado supremo y máximo dirigente de la República de Venecia durante más de mil años, entre los siglos VIII y XVIII".

¿Acaso no les dije que podría sorprenderlos? Es un nuevo récord desde hace buen tiempo que no actualizaba tan pronto.

Esta vez tuve que investigar un poco para hablar más de Venecia en ese tiempo y los cambios que sucedían, además de que tomé un enfoque diferente para integrar esos datos, preferí esta vez irlos integrando a lo que iba sucediendo en la trama en lugar de lo que hice con Florencia, y debido a todo lo que pasó en Roma no me detuve en hablar sobre esos detalles, espero les guste como lo hice esta vez.

También lo enfoqué a introducir a estos dos nuevos personajes que se integrarán a la hermandad.

Mercenary Hunter: ¡No sabes cuánto me alegra saberlo! Yo también soy fan de las historias que hablan del tema, supongo que al final siguen siendo teorías y es entretenido agregarlo a una trama.

MabeNarutina: Ooow me hace feliz que te haga feliz ;D Creo que lo mejor es cuando se nota el cariño del autor al escribir y yo adoro tremendamente este fanfic, trataré de seguir dando lo mejor de mí, los comentarios son los que me dan muchos ánimos :3

¡Espero seguir leyendo sus comentarios!