Beautiful nightmare…

Culpa:

POV. Tigresa

No podía creer lo que había hecho; esa no era yo!, bueno, talvez si, pero … ¡no estaba pensando!, mi vida se había convertido en una pesadilla a partir de aquel maldito día. Las pesadillas que rara vez tenia se habían convertido en mis sueños frecuentes, me estaba volviendo loca, ya no tenia idea de cómo reparar el daño que yo misma había causado.

Salí corriendo a toda velocidad, con la daga aun en mi mano; iba sin rumbo, sin destino, sin sentido, sin vida… porque después de todo, mis acciones me acababan de condenar; mis amigos o mejor dicho, mi familia ahora me odiaría, y no los podía culpar. Esto no regresaría a la normalidad, y yo no podía hacer nada para remediarlo porque… ¿Qué haces cuando debes huir de ti misma?, fácil, no hay solución. Jamás creí que fuera cierto que "puedes correr, pero no esconderte", que frase mas sincera; deseaba recuperar el control sobre mi misma y no podía porque cuando difícilmente lograba recobrarme, mis acciones me atormentaban y me hacían sentir como un vil gusano, no, no debía insultar a esos pobres animales, mas bien me sentía como si no fuese ni la sombra de la criatura mas horrible e inmunda del universo entero. ¿Como es que un día podías ser la mas grande guerrera de China y al siguiente ser la mas mortal acecina del mundo?, yo no tenia idea de cómo, pero tampoco podía saberlo porque cuando me ocurría yo no estaba consciente. Pasé medio año buscando a mi enemigo, a aquel que cada noche salía a recorrer las calles de toda ciudad, valle y pueblo de la entera China, solo para matar sin motivos aparentes; esos 6 meses jamás me di cuenta de que a quien perseguía era a mi misma, esas mañanas en las que despertaba con mi pelaje empapado de lluvia sin recordar haber salido por la noche, aquellas veces en las que desperté con heridas leves en todo el cuerpo sin siquiera haber tenido una pelea, las ocasiones en las que amanecía con sangre en mis manos… ¡sangre que no era mía!, y jamás me hizo pensar que causaría tanto daño como en este momento, en el que había herido a mis amigos, destruido la ciudad que algún día me amó y dependió de mi, y en el que estuve a punto de matar a mi propio padre. No me sentía como nada más que una retorcida sombra de lo que de verdad había llegado a ser; me odiaba con el alma, si es que aun la tenía, algo tenia que hacer antes de que ella regresara para atormentarme. No quería seguir mas, cada segundo que pasaba me hacia recordar mi patética, inútil y peligrosa existencia, esto se acababa en esa misma fatídica tarde de otoño, día en el que todos recordarían como el día en el que tigresa, el verdadero monstruo había desaparecido al fin de sus vidas, ojala nadie pensara así de mi, pero ya no había nada que ocultar; ni siquiera mis verdaderos padres me supieron apreciar, me querían y eso lo se a la perfección, pero no pudieron con la carga que es tener un monstruo como hija, solo deseaba que ellos hubieran acabado conmigo en vez de llevarme a Bao Gu, así esto no seria nada mas que una posibilidad perdida entre la realidad y la ficción; había sido mi culpa, lo se, era una estúpida e infame asesina sin derecho a existir…

"no fue tu culpa, ellos se burlaron de ti en su momento, ya era hora de tu venganza" comencé a escuchar esa estúpida voz dentro de mis cabeza.

"cállate!, aunque talvez tengas razón; no fue mi culpa… ¡fue tuya!. Eres una maldita que entro a mi mente para torturarme; yo jamás quise esto. Fuiste tu!" le conteste mentalmente, sabiendo que esa no era mi conciencia, solo era ELLA.

"me das lastima Tigresa, te convertí en la mejor asesina del mundo, en el arma mas eficaz del universo, y ni siquiera me lo agradeces. En lugar de eso piensas acabar con lo que logre, jamás creí que fueras tan cobarde como para esto…" odiaba que pudiese leer mis pensamientos.

"no soy cobarde!; esa eres tu, que necesitas de alguien mas para vivir tu patética existencia. Si hago esto es porque lo único que quiero es acabar contigo"

"jaja; pues te deseo suerte porque eso jamás pasara. Tú sabes que me perteneces por derecho, al igual que tu descendencia. Eres demasiado ingenua, ¿ o es que acaso no sabes que ella también me pertenece?" en ese momento me detuve en seco. ¿A que se refería con ella?

"¿de que estas hablando?"

"o… ¿es que aun no te haz enterado?, tu recibirás una hija que tendrá lo mismo que tu. Un maravilloso don que espero que aprecie por su propio bien, justo el que tu rechazas con fervor; ella será como tu… podrá oírme y yo la manejare a mi antojo sin que ella pueda evitarlo"

"¿de que hija hablas?, yo no puedo ser madre"

"¿y porque no?¿también te aterra tener que cambiar pañales?... Te lo dije, eres una cobarde"

"que no lo soy, entiende!; no me aterra, es solo que no puedo porque no he hecho nada como para tenerla"

"a… cierto, lo olvidaba; ¿jamás te dije que te obligue a acostarte con mas de uno?" no… no era posible, yo no podía… no, ni siquiera quería y esa maldita estúpida me había obligado.

"¿que? No es cierto!"

"¿a no?, ¿quieres comprobarlo?"

Fue entonces que un recuerdo azoto mi mente; de repente deje de correr, tire la daga al piso, deje de sentir; solo veía como el paisaje a mi alrededor cambiaba drásticamente, ya no estaba en el bosque de bambú por el que había huido, en lugar de eso estaba en un callejón sin salida, viendo como yo misma vestida con un kimono azul marino y con una daga en la mano derecha atacaba a un lobo tirado en el piso suplicando por su vida.

"NO! POR FAVOR. No vuelvo a tocarte; es mas, jamás en la vida volveré a tocar a una mujer. Solo déjame vivir" dijo el llorando de desesperación

"cállate!. Lo que quiero con tal de dejarte con vida es todo lo contrario" en ese momento mi otra yo guardo la daga y se agacho al nivel de ese lobo para besarlo tanto como podía, después ambos se fueron hacia una casa y entraron en una habitación, yo no quise entrar; pero podía oír todo lo que ocurría allí adentro. No era posible, ¿Por qué yo?

De nuevo mi alrededor cambio y ahora mostraba un paraje desolado y cubierto de nieve, en el que mi otra yo hablaba con un leopardo de las nieves, me sorprendió eso, que solo hablaran.

"¿Así que quieres que te cubra para poder asesinar al emperador eh?" pregunto el arrastrando las palabras mientras ella asentía levemente "bien, lo haré. Pero debes entender que no lo haré gratis. Todo tiene un precio en esta vida dulzura"

"y bien, ¿Qué quieres a cambio?"

"eso depende. ¿Qué estas dispuesta a dar?"

"Lo que sea"

"de acuerdo" y entonces el abrazo a mi otra yo y la beso mientras desataba las cintas de su kimono. No lo iba a ver, me voltee pero ELLA tenia otra idea.

Nuevamente sentí que todo daba vueltas y aparecí en un desierto, mas precisamente en un oasis del desierto de Taklamakan, lo conocía porque fue donde descubrí por primera vez que algo no estaba bien conmigo. En ese lugar estaba de nuevo mi otra yo, besándose fervorosamente con un león, ese era Gevaar; lo había capturado años atrás, pero mi otra yo lo había liberado, recuerdo que ese tipo había sido todo un problema, pues nosotros no éramos los únicos buscándolo, también lo perseguían en África por robo de diamantes y violación. Al parecer cuando fue liberado llego a vivir a esta parte del desierto, donde ahora tenía una choza de palma, misma a la que metió a ELLA para hacerle lo mismo que a toda mujer a la que había conocido.

El paisaje volvió a cambiar, ahora las montañas del Karakorum mostraban una cueva donde un oso tibetano trataba de intimidar a mi otra yo.

"¿Qué haces aquí? ¿No sabes leer? Hay un millón de carteles allá abajo diciéndote que te alejes"

"claro que se leer pero… solo vengo a hacerte una propuesta" dijo ella mientras lo miraba a los ojos, con las manos tras su espalda .

"¿Por qué te escucharía si puedo hacer que te largues si solo te tiro por el acantilado?" dijo el avanzando con una zarpa en el aire, listo para atacarla.

"porque esto te conviene… es sobre Kai, tu hermano" en ese momento el oso dejo de avanzar y bajo su pata esperando para escuchar.

"te escucho, pero si no me interesa te iras de aquí y jamás volverás"

"de acuerdo. Mi trato es este; sabes que tu enemigo mortal, Kai, acaba de conseguir el puesto como comandante del ejercito imperial, y eso a mi no me conviene; deseo acabar con el tanto como tu, pero resulta que necesito una distracción; así es que mi idea es que a cambio de que tu ejercito los distraiga, yo le quitare la vida…"

"¿solo eso?"

"¿acaso esperabas algo mas?"

"bien, yo solo pensaba que tu tienes muchas mas cosas que dar" dijo el tomándola por la cintura.

"de acuerdo; no me opongo" luego ambos se dirigieron a una zona de la cueva que estaba mas apartada. Ya no quería seguir.

"NO!; YA, BASTA…." Grite mentalmente

"agh… sabia que no aguantabas nada"

"cállate!, ¿Quién de ellos es el padre?"

"ninguno; aun queda una larga lista que mostrarte, pero creo que iré al grano"

Una vez mas el alrededor se torno oscuro, ahora mostrando las afueras del valle de la paz, en donde mi otra yo traía una espada y estaba en posición de ataque, traía puesta una mascara que solo dejaba ver sus ojos color ámbar manchados son motitas de color negro, que brillaban bajo la luz de la luna llena. Detrás de los bambúes que cubrían los alrededores del valle, salio una figura de gran tamaño, de color blanco y negro, y cuyos ojos color jade, al igual que los de ella brillaban intensamente.

"¿Qué haces aquí?" pregunto ella

"lo mismo te pregunto a ti… Tigresa" ella gruño mostrando su descontento

"yo no soy Tigresa"

"claro que si. Lo descubrí hace solo un poco. Me sorprende que hayas sido tan callada con tus actos, cualquiera que te viese sin esa mascara y ese kimono diría que no tienes nada malo que ocultar; eres una mente brillante para cometer crímenes" dijo el como si cada palabra le doliese profundamente.

"jaja; gracias. Pero te repito que yo no soy quien crees"

"no era un cumplido. Se que mientes en este momento, eres Tigresa, y aunque no quiera tengo que entregarte al ejercito imperial"

"POR ULTIMA VEZ, NO ME CONFUNDAS CON ESA MALDITA GATA COBARDE!" en ese momento el se dio cuenta de que algo no estaba bien.

"Tigresa, detente y no diré nada. Todo esto quedara en el pasado"

"ENTIENDE TRISTE INTENTO DE GUERRERO!, NO SOY TIGRESA, SOY MEILI DE EMENG"

"vaya nombre el que escogiste para actuar de encubierto. Camina Tigresa, la prisión de Chorh-Gom te espera"

"MEILI DE EMENG"

"como quieras Tigresa, ven aquí"

"atrápame primero" y ella echó a correr al interior del bosque, donde se escondió entre unos arbustos, esperando a que Po llegara.

"Tigresa, no tienes que hacer esto, sabes que haz sido mi ídolo desde los 5 años, haz defendido a china en incontables ocasiones, y ahora ¿solo decidiste cambiar de bando?; esto no tiene porque ser así, sal y te ayudare a deshacerte de tu problema. Solo explícame porque lo haces"

En ese momento mi otra yo se recobro, dejándome ver a mi verdadera personalidad. Salió de los arbustos y caminó hacia Po, desorientada y preocupada porque sabía lo que acababa de ocurrir.

"¿Po?, ¿Qué hice ahora?, ¿estas herido? Perdóname por favor"

"¿Tigresa de que estas hablando?; hace 5 minutos me querías matar con la mirada ¿y ahora solo me pides perdón?. Lo siento pero no caeré en tu trampa, se lo que hiciste y te llevare a Chorh-Gom"

"no Po; te juro que no soy yo. Es Meili de Emeng"

"¿De nuevo el mismo cuento? Solo acepta que fuiste tu y no te llevare, solo dilo"

"pues no lo haré porque es la verdad, ella me obliga y yo no puedo hacer nada para evitarlo"

"bien, pruébalo" nuevamente Meili se apodero de mi otra yo y la hizo caer, solo para hacer que se levantara con la espada en la mano, tirara a Po de una patada y le apuntara mientras seguía en el piso.

"no tengo nada que probar. Soy Meili y esa maldita Tigresa no echara a perder todo lo que he logrado"

"¿T-Tigresa?"

"¿Qué quieres panda?, entiende que yo no soy quien crees y que lo único que quiero es deshacerme de ella"

"vamos, los soldados se están acercando, dime que te pasa y te dejare ir" al parecer en ese momento a Meili se le ocurrió una idea y bajo la espada para agacharse a su altura y comenzar a besarlo.

"lo siento Po, a veces no me se controlar. Perdona esa escena; pero te propongo algo… te daré algo mucho mejor que una explicación"

"¿de que estas hablando?" pregunto el visiblemente nervioso.

"regresemos al palacio de jade y te lo enseñare"

Yo los seguí por las escaleras hasta las barracas, mientras que abajo en el bosque los soldados llegaban cargando antorchas y una jaula, pensando que quizá lograrían atrapar a Meili. Después avanzamos a las habitaciones, donde todos seguían durmiendo profundamente, entonces ELLA entro a la habitación de Po, dispuesta a mostrarle su 'algo mejor que una explicación'; nuevamente decidí quedarme afuera, pero ahora mi entorno no cambio, si no que siguió así durante un rato mas, hasta que escuche que dentro de la habitación, el hablaba por primera vez desde que habían entrado.

"te amo Tigresa…" dijo en un suspiro, con el tono mas tierno que jamás había escuchado; el lo decía con toda sinceridad, y eso lo podía jurar.

"ya lo se" contesto Meili, sin saber que a partir de ese momento condenaría una vida mas que estaría bajo el control de esa triste maldición.

Mí alrededor perdió todo rastro de realidad y me traslado hasta una habitación negra, completamente negra e interminable.

"jajajaja" escuche la risa de esa estúpida

"cállate idiota!"

"ou… ¡que grosera eres!; veamos si podemos quitártelo gatita"

"agh…" del piso salieron cadenas que me ataron de las muñecas y los pies, impidiéndome escapar; luego salieron volando varias dagas y espadas que me hicieron cortes profundos por todas partes, me deje caer de rodillas, a mi alrededor se comenzaron a formar pequeños charcos de sangre; al menos ahora tenia la certeza de que esta era mía…

"¿te dolió gatita?" dijo burlonamente.

"no me llames así" respondí, jadeando ligeramente por el dolor.

"¿como?¿gatita?¿ y como no lo voy a hacer si eres una gata?"

"claro que no!"

"¿quieres mas pruebas aparte de las que te acabo de mostrar?"

"BASTA, solo déjame regresar; ¿Qué mas quieres de mi? DÉJAME EN PAZ"

"uy; y…¿Qué pasa si no quiero?"

"por favor…"

"mmm… bien; supongo que debo dejar a mis juguetes antes de romperlos o ya no podré jugar con ellos. Esto no acaba aquí, solo es una pausa"

Por fin la pesadilla se había acabado, parpadee un par de veces y me encontré tirada en el suelo del bosque; justo donde me había quedado antes de que ELLA me atormentara. Recordé mi situación y de nuevo me puse de pie; ahora con una distinta mentalidad; no podía hacer lo que quería, acabar con mi vida; ya no podía tirarme por el risco como había querido. Ahora no podía pensar solo por mi; ¿Qué le diría a Po? Si es que alguna vez lo volvía a ver, ¿Qué le diría a mi hija? ¡o por Dios!, jamás había pensado en ser madre, y ahora que lo iba a ser no sabia ni que le diría… esa niña no tendría la culpa, tampoco la tuve yo, es mas, mi padre tampoco la tuvo.

Hubiese acabado con mi vida antes de tenerme que preocupar por ella; esto era lo que menos deseaba, que alguien más tuviera que sufrir lo que yo. Me detuve en seco, me sujete a un árbol y comencé a llorar, cosa que no había hecho en años, me tire al piso y ni siquiera me moleste en cubrirme de la lluvia que ahora caía sobre mi pelaje anaranjado; ya no quise evitar que las lagrimas cayeran de mis ojos, me senté derecha, abrazando mis rodillas y viendo al vacío, hasta que me tranquilice un poco, dándome cuenta de que estaba dañando a alguien mas, voltee hacia abajo y una nueva lagrima recorrió mi rostro

"perdóname" dije dirigiendo mis palabras a mi pequeña "de verdad lo siento bebe, esto no es tu culpa y tu no mereces una vida así"

De nuevo me levanté, sequé mis lágrimas, pero ahora no caminé hacia el risco, en lugar de eso camine hacia el otro lado. Si tenia suerte tal vez llegaría a la frontera con Rusia antes de que el ejército imperial me atrapara; no era que huyera de la ley, yo solo quería proteger a mi niña de un destino tan cruel como el mío. Lamentablemente no podía salvarla de la maldición, pero si podría criarla y ayudarla, para evitar que algo malo le pasara.

Suspire; pensar que todo ocurrió mucho antes de que yo naciera y aun así tengo que cargar con ello…

Continuara…