Disclaimer: ni Naruto ni sus personajes me pertenecen (por desgracia), este fic es publicado sin fines de lucro.
Rated: K
Pareja: Naruto x Sakura
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Amor Eterno
By: NathixG
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En la oficina del Hokage nuestro rubio favorito se encontraba organizando unos papeles importantes, sus facciones eran de un hambre ya mayor, una arruga en su frente cada vez se marcaba más mientras los rasgos serios de su rostro le daban un aura noble y respetable; en los últimos días se había visto muy estresado y eso lo tenía tan tenso.
¿Motivos?... Varios.
En primer lugar, Suna y Konoha estaban en un proyecto de alianza en el que instalarían redes de comercio con el fin de disminuir los costos de transporte en cuanto a materia prima se refería, así como artículos de salud con los cuales la aldea de la Arena se vería beneficiada pues su vivero de plantas medicinales los limitaba bastante; a cambio, ellos darían manos de obra de primera calidad con sus conocimientos desarrollados en tan áridas condiciones. Beneficios altos a un costo menor pero no había sido nada sencillo establecer las vías de movilizaciones, aquello le había provocado un buen dolor de cabeza a Shikamaru (o de eso se quejaba él) pero finalmente ya estaba en los detalles finales.
En segundo lugar el establecimiento de Konohagakure como una fuerza militar ninja grande y respetada llamaba la atención de los más altos empresarios o familias de gran alcance económico por lo que las misiones habían incrementado en número y casi siempre estaba recibiendo reportes de cómo habían resultado; para su suerte pocos habían sido los problemas mayores que habían necesitado de su exclusiva atención.
En tercer lugar…
El sonido de la puerta lo hace salir de su ensimismamiento y con un "Adelante" entra una mujer rubia de ojos negros jalando a dos chicos de las orejas.
-¡Auch! ¡Eso duele mucho Temari-san, shannaro!- se quejaba un niño con los cabellos rubios, de ojos verdes y piel bronceada.
-¡Esto es tu culpa, 'ttebayo!- se quejó el otro, que tenía el mismo tono de piel, pero era de cabellos rosas y ojos azules.
Naruto suspiró con algo de cansancio, aquél dúo dinámico, como lo llamaban algunos, eran la tercera razón de sus preocupaciones, los morochos Minato y Kai (respectivamente) de ya catorce años eran sin dudas el castigo que el karma le tenía guardado por los años de travesuras que había gastado en su niñez pero por partida doble.
-¿Qué ha pasado ahora?- preguntó Naruto viéndoles con reprimenda.
-¡FUE ÉL!- se quejaron ambos hermanos señalándose el uno al otro, el rubio mayor dirigió sus orbes hacia Temari.
-De nuevo han estado haciendo travesuras en las cercanías de las tierras Hyuuga, esta vez han decidido que era gracioso dejar abiertas las puertas de sus caballerizas- respondió la rubia cruzada de brazos viéndoles con severidad –Como su sensei, Naruto-sama, pido permiso para imponerles yo misma un castigo.
Un escalofrío recorrió la espalda de los chicos que miraron aterrados a su sensei y luego a su padre con súplica y pequeñas lagrimitas en sus ojos.
-Si no les castiga Temari, seguro que Sakura-chan lo hará- les advirtió Naruto y aquello los dejó helados por una fracción de segundo.
-¡TE DIJE QUE NOS METERÍAS EN PROBLEMAS!- gritó Minato a su hermano morocho.
-¡NO ES CIERTO, FUISTE TÚ EL DE LA IDEA!- respondió el otro y acto seguido se vieron envueltos en una nube de brazos, piernas y alaridos de dolor.
-¡ya basta!- les regañó Naruto alzando la voz y los morochos pararon quedando Kai sobre Minato halándole de la comisura de la boca y el otro con la mano en su cara tratando de alejarlo deformando su nariz en el proceso –Esto no es lo que su madre y yo les hemos enseñado.
-Lo sentimos- dijeron ambos a coro algo apenados y cruzándose de brazos.
-Recuerden que en una misión se tendrán el uno al otro y no pueden traicionarse sólo por salvarse el pellejo- siguió Naruto ahora con voz más calmada.
-Porque aquellos que no siguen las reglas son basura- dijo Minato.
-Pero los que abandonan a sus amigos son peor que basura- completó Kai, ambos se miraron y chocaron puños con complicidad.
-¡Aceptaremos nuestro castigo, Temari-sensei!- dijeron a coro los muchachos con una reverencia. Temari satisfecha habló un rato más con Naruto y luego se despidió llevándose a los morochos con ella.
Naruto suspiró con una sonrisa en sus labios mirando la puerta por unos segundos, aquellos dos pequeños monstruos eran de las personas más importantes de su vida y los amaba con locura así le sacaran canas verdes.
-Lo has manejado bien, papá- una voz femenina se escuchó desde un rincón de la habitación, ahí se encontraban dos enmascarados ANBU.
-Han vuelto Teme, Sayuri-chan- respondió el rubio feliz de ver a su mejor amigo y a su hija de dieciséis años que desde pequeña había sido toda una prodigio, era el orgullo de sus padres, de su padrino y una de las más jóvenes aspirantes a NBU junto con Itachi, el primogénito de Sasuke.
La chica se quitó la máscara dejando al descubierto su hermoso y níveo rostro, cabello rojizo muy largo y unos penetrantes ojos azules que con el tiempo habían desarrollado halos lavandas, era casi la viva imagen de Kushina y aquello sólo hacía que Naruto la amara cada día más, su familia era simplemente perfecta.
-Todo ha salido como lo hemos planeado, el grupo de bandidos nómadas ha sido identificado y capturado, están en el escuadrón Yamanaka, pronto podremos desmantelar su cuartel- informó Sasuke levantando su máscara por igual.
-El grupo de Sai e Itachi también ha encontrado otro pequeño escondite, muy buen trabajo- Naruto sonrió feliz –Puedes retirarte Teme, Iruka-sensei te espera para que llenes el reporte y puedas retirar tu paga- el aludido asintió con una leve inclinación y se marchó -¿Trajiste lo que te pedí?.
-¡Por supuesto que sí, dattennaro!- afirmó la pelirroja feliz y sacó de un pequeño bolso una pequeña cajita de terciopelo azul oscuro -A la próxima mantente alejado de esa Shion- le dijo colocando un puchero en su cara a lo que Naruto respondió con una sonrisa nerviosa –No me agradó para nada.
El rubio abrió la caja encontrándose con dos pendientes en forma de flor de cerezo que iban a juego con el collar que su amada esposa tenía que le había regalado su padre, era una forma de seguir conquistándola pues con la visita de Shion hacía unas pocas semanas (y un beso que le había robado) habían surgido ciertos problemas que él muy pacientemente había estado solucionando.
-Entonces ya es hora- el rubio cerró la cajita con confianza y dirigió sus ojos a su hija que le asintió con una sonrisa confiada y ambos salieron del despacho.
.-*Unas horas después
-¡SAKURA!- gritó Ino entrando en el consultorio de la pelirrosa quien estaba colgando su bata luego de una larga y ardua jornada de trabajo.
-¿Qué sucede, Ino?- preguntó la mujer algo extrañada, gracias a la maternidad había desarrollado buenas curvas y nunca abandonaba su entrenamiento ninja aunque no fuera tan exhaustivo como le gustaría.
-¡Rápido, te necesitamos urgentemente en el campo de entrenamiento siete, es Sayuri!- dijo con preocupación en casi gritos y desapareció en una nube de humo.
Sakura alarmada recogió utensilios básicos de primeros auxilios y salió corriendo a la dirección indicada sin despedirse de nadie, en menos de diez minutos se encontraba pasando a través del puente pero ahí vio algo que la dejó confusa.
-¿Sayuri?- preguntó no muy segura de lo que estaba viendo, pues a la adolescente que tenía frente a ella era sin duda alguna su hija.
-¡Lo siento mamá, no me mates!- dijo antes de entregarle un paquete e irse corriendo.
-¡Espera!- le gritó sin obtener éxito pues la chica sencillamente siguió corriendo en la dirección que ella levaba antes de ser interrumpida, bajó sus verdes orbes al paquete y se sintió todavía más confundida.
Al poco tiempo siguió caminando en dirección al campo de entrenamiento, ahora traía un vestido como el que usara en su época de gennin pero color blanco con el símbolo de los Uzukami bordado en dorado sobre su pecho derecho, unas sandalias bajas y se había decidido a dejar suelto su largo cabello rosa; al llegar al lugar que la nota dejaba especificado quedó muda y los colores viajaron violentamente hacia sus mejillas.
Frente a ella estaban todos sus compañeros de su generación (Akamaru incluído), y los senseis que aún seguían con vida, Tsunade estaba parada bajo un arco hecho con flores con un pequeño libro en la mano, todos vestían semi-formal, notó a su hija con un lindo vestido verde y a su lado un galante Itachi, ambos sonrojados lanzándose pequeñas sonrisas disimuladas (o eso intentaban), Minato y Kai traían trajes azul y naranja que los hacían ver como empresarios en miniatura y aunque se les veía algo incómodos supieron comportarse (tras una amenazante advertencia por parte de Temari-sensei por supuesto) Sasuke también estaba ahí con Karin, Kakashi-sensei le sonreía a través de su máscara; finalmente y ataviado también de ropas blancas, su flamante esposo.
-¿Qué es todo esto?- preguntó con un hilo de voz apenas mirando todo a su alrededor.
Luces adornaban una pequeña tienda que habían montado con comida y sillas, todo en blanco con listones verdes y azules, un camino de pétalos de rosas blancas indicaban que debía ir hasta donde estaba el arco con su rubia sensei.
-Sakura-chan- llamó su atención Naruto inclinándose en un pie frente a ella –Hoy hace veinte años que me has hecho el hombre más feliz sobre la tierra- Sakura se tapó la boca con ambas manos mientras sentía sus ojos inundarse en lágrimas –Me has dado todo lo que siempre creí que no podría ser más que un sueño, una familia y la alegría de poder contar con alguien que sé siempre me amará en las buenas, en las malas y en las peores- Naruto sacó la cajita mostrándole los pendientes –Quiero que estemos siempre juntos con nuestro amor floreciendo todo el año, soportando las tempestades y los conflictos, complementándonos y seguir siendo fuertes juntos… Ya te he regalado un anillo, por eso ahora complemento uno de los objetos más preciados que te han dado- miró un poco a la izquierda donde había una foto de los difuntos padres de la pelirrosa, ella no pudo evitar que las lágrimas rodaran por sus mejillas –Sakura-chan, ¿te gustaría renovar nuestros votos de matrimonio?
-Claro que sí, baka- le dijo irradiando felicidad mientras tomaba el rostro del hombre frente a ella entre sus manos y lo besaba con ternura –Pero si alguien más vuelve a besarte, la mato- esto último lo susurró haciendo soltar una carcajada a su marido.
-Te amo, Sakura-chan.
-Te amo mucho Naruto.
Y así la amorosa pareja renovó sus votos de matrimonio frente a todas las personas importantes para sus vidas, confirmando que su amor sería por siempre y para siempre, y que nada podría derrumbarlos.
.-*Horas después
-¡Eh! Uchiha- llamó Naruto con voz seria al hijo mayor de los Uchiha.
-Sí señor- respondió Itachi al llamado del Hokage.
-Como le pongas una mano encima a mi hija…- le dijo en tono de advertencia.
-Empezarás a agradecerme que alguien por fin le dé importancia a ese apellido tuyo- le cortó Sasuke burlonamente.
Inevitablemente se vieron envueltos en una sarta de amistosos insultos y casi golpes que tuvieron que ser dificultosamente detenidos por los amigos de cada uno y un regaño bastante temible por parte de Karin a ambos; Itachi tragó en seco algo nervioso pero se relajó al sentir una mano en su hombro, al voltear se encontró con la dulce mirada de Sakura.
-Bienvenido a la familia, Itachi-kun- tras este leve susurro, le hizo una seña con la cabeza para que fuera con Sayuri quien se encontraba regañando a su padre también mientras este le hacía pucheros.
-¡SII POR FIN TENEMOS CUÑADO PARA HACER TRAVESURAS!- gritaron los morochos a coro chocando sus palmas, quienes por cierto ya habían desecho sus trajes formales y ahora eran un completo desastre.
-¿¡QUÉ!?- gritó Naruto irremediablemente celoso mientras Sayuri tomaba un tono tan rojizo como el de su cabello -¡SOBRE MI CADÁVER, 'TTEBAYO!
-¡Silencio, baka! Avergüenzas a Sayuri-chan- le regañó Sakura.
-¡Pero Sakura-chan…!- se quejó el rubio siendo imitado por sus dos morochos.
-¿Ustedes no estaban del lado de Itachi-kun, dattenaro?- preguntó Sayuri con una venita en su frente.
-Conflicto de intereses, shannaro/'ttebayo- respondió Kai con simpleza.
Y así continuó la noche, entre celos, risas y peleas, porque esa era su vida, y así, eran felices.
.-*FIN*-.
TA-DA! Pues listo, lo prometido es deuda y espero que les haya gustado n_n
Nos leemos!
Matta Ne!
