La chica de los gatos.

Disclaimer: Candy Candy no me pertenece, (tal vez cuando sea tan rica como mi rubio hermoso compre los derechos y le daré el final que me de la gana) así como ninguno de sus personajes, pertenecen al talento de Kyoko Mizuki. Este fic es producto de mi loca mente y lo hice por puro entretenimiento sin fines de lucro; cualquier parecido con cualquier otro fic es mera coincidencia… las grandes mentes pensamos casi igual.


La vida esta llena de situaciones extrañas, no sabemos que puede ser real y que puede ser mentira; la presente historia fue inspirada en una gran mujer que alegro parte de mis noches con sus cuentos, y que lamentablemente nadie tuvimos la oportunidad de poderlos escribir o grabarla a ella mientras nos los relataba…gracias tía abuela!

Candy es una chica hermosa, sin embargo con mala suerte para encontrar al príncipe de sus sueños; y mientras lo encuentra se ha dedicado a rescatar gatos sin saber que muy pronto su suerte cambiará.


Es una fría tarde de fines de Octubre en Chicago, el otoño se siente con más ímpetu y el aire helado azota con más fuerza….Candy se encuentra observando a través de la ventana de su pequeño departamento mientras ve como los árboles del parque Grant se mecen, mientras acaricia a su pequeño felino negro llamado Salem.

-Creo el invierno se adelantará este año Salem, fue una suerte que te cruzaras en mi camino, quien dice que los gatos negros son de mala suerte? tú al menos has tenido una muy buena y pude rescatarte, de otra forma estarías allá afuera con este clima….

…en respuesta el gatito sólo ronroneo y se acomodó entre los brazos de su rescatadora…

Candy es una agradable chica de 29 años, cabello rubio rizado a media espalda y hechizantes ojos verde esmeralda, de cuerpo en forma de reloj de arena, es decir con caderas y busto muy proporcionado y una estrecha cintura, publicista freelance de profesión, pero protectora de animales, en especial gatos de vocación; logró independizarse de su familia y vivir modestamente en un pequeño departamento, parte de su herencia en vida que su padre le quiso obsequiar, que si no fuera por eso, le sería muy difícil poder llegar a fin de mes, y no porque gane mal… simplemente que aparte de que se dedica a rescatar gatos y ponerlos en adopción, se echó la responsabilidad de ser cuidadora de una colonia de gatos ferales* que viven en una vieja mansión abandonada relativamente cerca del lugar en donde ella vive, la cuidadora de esa colonia, su amiga Patty cayó enferma de bronquitis debido al cambio de temperatura y le pidió de favor que ella se hiciera cargo de alimentarlos ya que al menos en un par de semanas ella no podría salir de casa.

Candy de alguna manera no era ajena a la colonia de gatos ferales, ya que ella misma había participado junto con su amiga Patty de alimentarlos, aunque a veces por su trabajo no podía siempre acompañarla, pero ahora se había comprometido a hacerlo…

-Salem, tengo que retirarme…esta empezando a hacer más frío y dentro de poco comenzará a oscurecer y no quiero regresar tarde –

…le dio un tierno beso en la cabeza al pequeño minino y lo dejó en el sillón junto a sus otras 2 gatas Atenea y Mía, tomó su chaqueta, el alimento de los gatos, sus llaves y se retiró.


Comenzó a caminar por las transitadas calles de Chicago hasta que llegó al subterráneo, simplemente no tenía ganas de caminar y debía volver pronto a casa, ya que debía realizar la modificación a la publicidad para su cliente y simplemente no había encontrado la inspiración suficiente para realizar algo novedoso…

En el camino, mientras se aferraba a la bolsa con el alimento recordó las agrias palabras de su tía Theresa quien le decía "Hija, si sigues con ese carácter tan antisocial y rodeándote sólo de esa gente tan rara vas a acabar sola y rodeada únicamente de tus gatos"… simplemente no pudo más que esbozar una sonrisa irónica, ya que, si para su tía ser alguien normal significaba ser como ella, aparentando lo que no era e ir con la nariz muy erguida mirando hacia abajo a todos los que no fueran como ella, definitivo prefería seguir rodeada de la gente extraña de la protectora y de sus compañeros publicistas, además recordó a su último ex novio, lamentablemente había de nuevo vuelto a caer en el mismo prototipo de hombre que no le convenía… guapo, de buenas maneras, pero que al final terminaba o celándola, o engañándola, o asfixiándola como había ocurrido con Neal, y por el cual tuvo que dejar la casa de sus padres y poner tierra de por medio demostrándole así que ella lo que más apreciaba en su vida era su libertad…

Al fin llegó a su destino, la mansión lucia más terrorífica que otros días, en sus mejores tiempos, debió ser verdaderamente majestuosa, ya que las grandes esculturas en mármol que se encontraban en el gran jardín ahora lleno de matorrales de alguna forma dejaban entrever que tuvo mejores tiempos esa construcción….

-Debió pertenecer a alguien muy rico…

se dijo a si misma mientras seguía caminando hasta llegar a lo que fuera la entrada principal.

El aire comenzó de nuevo a soplar con intensidad dando un aspecto más lúgubre y la tarde comenzaba a caer….Candy suspiró profundamente y tomó el plato grande en donde les depositaban agua, lo enjuagó con agua que habían colocado en un gran contenedor y volvió a colocar agua fresca, y ahora tomó el otro plato para verter las croquetas cuando la puerta de la gran mansión se abrió…

Candy se sobresalto, ya que como es de esperarse la mansión estaba abandonada y sola, y ella… también se encontraba sola… de nuevo volvió a suspirar y un escalofrío recorrió su espalda. La razón le dictaba que ignorara lo que acababa de ocurrir, terminara de colocar las croquetas y se fuera de ahí….sin embargo su curiosidad fue más fuerte, después de todo llevaba ya un tiempo acompañando a su amiga a dejar el alimento y se moría de ganas de ver el interior de la mansión, ya que…nunca había estado en una, volteo a ver el cielo y se dio cuenta que tenía al menos 15 minutos de luz natural, tiempo suficiente para echar un vistazo, salir de ahí, y tomar el subterráneo que se encontraba unas 7 calles más abajo…

Entro con cautela, la tenue luz natural se colaba aún por los desvencijados ventanales y no dejo de admirar la magnificencia de la vieja mansión, los pisos eran de mármol, las columnas igual y eran finamente talladas, las escaleras aún se apreciaban majestuosas y algunos cuadros adornaban las paredes; en algunos se apreciaban paisajes hermosos y en otros había retratos, probablemente de sus antiguos moradores, todos ellos ataviados con vestimentas de inicios del siglo pasado, en especial le llamó poderosamente la atención la foto de un hombre que debía rondar los 30,se veía que era rubio y alto, pero no podía apreciar bien sus facciones ya que el retrato estaba rasgado perpendicularmente, como si unas garras animales lo hubieran destrozado…

-Debiste ser muy guapo- le dijo al retrato y sintió las ganas de acariciar el maltrecho retrato a la altura donde se encontraba la cara del hombre, la tela era áspera pero sintió una corriente eléctrica que la sacudió

– Ayyyy! maldita estática….lástima que los gatos te dejaron de esta forma, aunque lo curioso es que solo este retrato este así-

De repente se sintió vigilada, y comenzó a voltear a todo lados, que o quien la observaba? y en eso vio al animal más hermoso que pudo haber visto jamás…..

*Gatos ferales, son gatos no domesticados y que jamás han tenido contacto con los humanos, por lo general los gatos con esas características, no maúllan, el maullido lo ocupar para comunicarse con los humanos; suelen ser gatos ariscos, no permiten ser tocados y rara vez se dejan ver por los humanos o por la persona que se encarga de alimentarlos.