–Tras de una larga temporada (de poco más de un año) sin publicar para este fic, he decidido retomarlo a su tiempo. Tengo otros fic, casi del mismo tiempo sin completar.

+Además, hemos decidido que merece la pena dedicarle su tiempo a este fic, debido a que ya teníamos una base del qué haríamos a partir de entonces.

–Sin embargo, emular la genialidad de Phineas y Ferb, y la locura Disney de cada uno de sus personajes intimida.

+Y aunque no es suficiente pedir perdón, simplemente podemos pedir un poco de piedad.

–Kaito J

+Y Kaede Tachikawa

*¡Vuelven a estar juntos!

+Y celebrando este nuevo aire, traemos a ustedes el siguiente capitulo de "Los recuerdos de los que fuimos privados". Lo llamaremos…

El capitulo que nadie esperó que llegaría.

Medio año ha pasado desde que Vanessa recibiera de manos de Ferb el reloj rejuvenecedor, y en ese tiempo ha estado reservándolo solo para buenos momentos. Tal como lo había sugerido Phineas, el reloj podría alterarse y descomponerse con el continuo uso, por lo que mientras estaba en el colegio procuraba no usarlo. Sin embargo, las consecuencias de esto solía ser encontrarse con el menor monograma con mayor frecuencia. Contaba los días para vacaciones, dejando bien establecido que se iría de vacaciones sin decir a donde. De este modo Monty Monograma estaría lejos de ella, o suficientemente cerca pero sin poder detectarla.

Finalmente el día llego. Vanessa terminó sus clases y salió con una enorme sonrisa del colegio, esperando encontrar este año un poco más de esa diversión que tanto disfrutó por navidad. Salió corriendo, esperando evitar a Monty completamente.

–Vanessa, por favor. Escúchame.

–No, tú escúchame a mí, debido a que eres parte de esa agencia, o mejor dicho, el hijo del mayor Monograma me ha sido imposible ponerte una orden de alejamiento. Realmente me molesta que hayas pasado más de medio año tratando de arreglar las cosas. Sabes lo que pasó y sabes que no puedo perdonar algo así.

–Lo siento, he tratado de decirte de mil maneras que lo siento. Pero no me hace ningún caso.

–Me dejaste, Monty. Me dejaste botada en mitad de la nada por ayudar a tu padre. Sabías que nos íbamos a ver en ese concierto privado en el desierto.

–Un lugar estúpido para hacer un concierto.

–¡Pero quedaste de ir! Tuve que caminar doce kilómetros hasta una estación de gas donde trabajé todo el día hasta que pude juntar el dinero para un taxi. Tres días después te acordaste de que existía porque, según tú, estabas en la agencia de tu padre suplantando a Carl, que se había enfermado.

–De mononucleosis. Pero ya te expliqué que no fue en realidad mi culpa…

–¡Te puso de sacacopias y asistente! Le llevaste el café y encendiste la computadora únicamente.

–Papa no quiso que hiciera más que eso.

–¡Pudiste haberte negado e ir a recogerme tras del concierto, pero me vi en la necesidad de caminar por un largo tiempo, trabajar limpiando los baños de una gasolinería y tomar un taxi que me cobró una barbaridad! ¡En cambio tú me cambiaste por darle una taza de café y encender la computadora!

–Si… si. Lo sé.

Vanessa se dio la media vuelta y comenzó a avanzar hacia el baño de mujeres.

–Es increíble que me hagas recordad esa faceta de mi vida.

–Escucha, Vanessa. Realmente lo siento. Te compensaré por eso.

–No hay suficiente rímel negro o pulceras metálicas en Danville para compensar por eso.

–Encontraré la manera, te lo prometo.

–No me interesa, Monograma.

–No me llames así. Cada que me llamas monograma me hace pensar que…

–¡A ver si lo entiendes de una vez por todas! ¡Lo nuestro se terminó! ¡No hay marcha atrás! Ya di primera velocidad hacia una vida lejos de ti y del resto de tu familia.

–Por favor, Vanessa. Siempre hay posibilidad de otra oportunidad.

–No, no la hay –Vanesa se detuvo en el marco del baño para mujeres, lanzando la última bomba que terminaría por destruir la relación–. He disfrutado mi vida, sin tu presencia. Sin esa fascinación por tu padre y la enorme figura que él representa en tu vida.

–Como si tu padre no fuera una figurilla por allí.

–Jamás metí a mi padre entre nosotros. De hecho siempre lo mantuve lejos de cada uno de ustedes. Lo quiero mucho, pero no se meterá en los asuntos de mi vida en los que no hace falta.

–Vanessa, yo…

–Y para que lo sepas, no hay marcha atrás. Durante las fiestas conocí a alguien que me ha hecho disfrutar más la vida.

–Conociste a alguien.

–Sí. Desde entonces he estado contando los minutos para volver a verlo. Y hoy iré a verlo hasta donde vive. No me verás en el área limítrofe por un buen tiempo, así que si quieres seguirme hasta los confines del mundo, solo me verás con él, disfrutando de mi vida lejos de ti.

–Pues te seguiré como una muestra de mi amor. No habrá sitio en el que no te logre localizar.

–¡Mas te vale que no te atrevas a entrar aquí, o llamaré a la policía!

Aunque era un baño público, Vanessa azotó fuertemente la puerta en la nariz de Monty Monograma. Quien inmediatamente se sentó en las cercanías perpendiculares para esperarla. Adentro, Vanessa fue acosada por las miradas de algunas estudiantes que la miraban con atención.

–¡¿Qué?! A ustedes nunca las acosó un novio que no acepta un "Piérdete" como respuesta?! –Al fondo una chica levantó la mano, solo para bajarla poco después–. ¿Hay alguna otra forma de salir de aquí?

–Ni siquiera la ventana. Hay una reja al otro lado.

–Entonces tendré que esperar a que se vaya –Vanessa se metió en uno de los cubículos. Ahora mismo estaba retrasada para el compromiso que tenía con los chicos. Y tratando de pensarlo un poco, solo dio con una solución para salir de allí. Pero debía esperar. Todavía podía sentir las miradas, y escuchaban las voces que susurraban afuera del cubículo –¡¿Quieren dejarme en paz?!

Espantadas por la potente vos de la chica, todas salieron corriendo del cubículo. Afuera, Monty diferenciaba a cada una de las chicas sabiendo que ninguna de ellas era Vanessa. Al final, una niña salió del sanitario, corriendo también algo espantada y tropezándose por el camino.

–¿Qué habrá pasado? –Pensó en voz alta Monty Monograma–. Vanessa sigue adentro. Conociéndola ella las espantó con su genio malhumorado.

Monty permaneció en ese lugar, sin lograr nunca ver a Vanessa salir.

.

Camino a la casa de los Flint-Fletcher, el primer día de vacaciones de verano estaba iniciando como de costumbre: los chicos de colegio regresando a casa tras de una jornada de estudios, listos y dispuestos para olvidar todo lo aprendido y disfrutar del calor de verano. Cada año era igual, salvo algunas diferencias notables. Durante la primavera algunas cosas tuvieron su etapa de cambio, tal es el caso de Phineas e Isabella. Hablando un poco de esto…

–Fue extraño. Para cuando las fiestas terminaron tú y yo habíamos desarrollado una relación más afectiva que amistosa.

–Se llama noviazgo, Phineas.

–Si, bueno. Desde que eso sucedió siento que mi vida ha cambiado. Es como si todo…

–¿Se viera de una forma distinta?

–Más nítido y esplendido.

–¡Oh, Phineas! –Isabella se abrazó a él, buscando sus labios después de estas palabras. Phineas, motivado por simple improvisación, empinó un poco a Isabella, haciendo de este momento uno de película. Algunos tal vez lo compararían con una fotografía llamada "War's end Kiss", o en este caso "Summer Love Kiss".

–¡Isabella!

La exclamación de la señora García Shapiro interrumpió por completo la escena. Isabella empujó a Phineas, causando que este perdiera el equilibrio, cayendo sobre ella al césped de la casa de Isabella.

–¡Madre!

–Buenas tardes señora García Shapiro.

–Ustedes han estado demasiado tiempo a solas. Supongo que debo acostumbrarme a que mi pequeña ha crecido, y que por fin ha encontrado al amor de su vida. Es solo que… ustedes dos se pasan de acaramelados.

–Lo siento, señora García Shapiro. Trataré de respetar un poco más su entorno.

–Pero mamá…

–Solo… traten de ser un poco más castos, o comenzaré a pensar en hablar con Isabella seriamente. Phineas, cariño, vendrán a visitarnos la familia completa en una semana. ¿te gustaría acompañarnos con toda tu familia a nuestro tradicional reunión familiar?

–Seguro. Yo llevaré las palomitas…

–¿Lo presentarás a la familia?

–Es una tradición, sobre todo después de una relación tan dulce de seis meses.

–Pero Mamá, si lo presentas con la familia no dejarán de…

–Descuida. Debe ser divertido después de todo.

–Es que no los conoces. Ellos…

–Está decidido. Una sema a partir de mañana. Será un gran día para los García-Shapiro.

La señora García se retiró a su casa, mientras que Phineas e Isabella permanecieron en el césped, uno frente a otra, mirándose a los ojos.

–Conocer al resto de tu familia, volver a ver a algunos de tus primos será divertido.

–Phineas, pase lo que pase no permitas que mi familia te lleve al punto de desesperarte –La voz de Isabella solo podía emitir temor y desesperación–. Por ningún motivo vayas a explotar.

–¿"Explotar"? No entiendo, ¿Acaso tu familia tratará de forzarme a "explotar"?

–Mis primos suelen ser bastaste burlescos, y orillan a los nuevos miembros de la familia al punto de quiebre. Los hombres de mi familia suelen molestar a los novios de las mujeres de mi familia para que muestren su lado más bajo, su mascara de ira, la desesperación y el coraje para saber si conviene tratarlo o no. Al final, no muchos terminan conservando su relación.

–Descuida, Isabella. Si pude hacerme amigo de Buford, de seguro puedo soportar a tus primos.

–Phineas, no lo entiendes…

.

En casa de los Flint-Fletcher, Ferb estaba a punto de entrar en la casa, cuando una voz familiar le hizo detenerse.

–¡Hola, ferb!

Al darse la vuelta, Ferb pudo ver a la pequeña Vanessa, o a la versión infantil de esta. Mientras ella se acercaba, Ferb abría la puerta y arrojó su mochila adentro, siendo atrapado por alguien que nadie vio. Al recibirla, esta le dio un fuerte abrazo, cosa que hizo ruborizar al inglés.

–Los extrañé tanto, chicos.

–Vanessa, crei que te ibas con tu familia.

–Es lo que dije en el Smilebook, pero también mi madre lo vio. Así que le dije que estaría con una amiga, que me iba con ella de vacaciones. Como mamá siempre está trabajando, y papá tiene algo de tiempo durante el verano para hacer sus locas invenciones para dominar el mundo en un día.

–Suena como algo plausible.

–Es el primer día de verano. ¿Qué piensas hacer el día de hoy?

–Hoy es día de planeación.

–Olvida la planeación un rato. Ven, quiero invitarte un helado. Vanessa lo arrastró contra su voluntad, aunque este no parecía tener ninguna objeción real.

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En las sombras de la casa, una figura afelpada busca desplazarse a la entrada, específicamente al portasombrillas, donde se encontraba un nuevo pasadizo qué estrenar. Con todo el sigilo que se permitía, logró alcanzar la entrada. De pronto la puerta se abrió, solo para que alguien arrojara la mochila de Ferb directo a sus brazos. Al recibirla, fue empujado hacia el portasombrillas, cayendo en el agujero con el maletín y algunas de las sombrillas. Los reflejos del agente hicieron que tomara la sombrilla para alentizar su caída, deslizándose suavemente mientras música insidental ligera se escuchaba al fondo.

Abajo le esperaba el mayor monograma, que al verlo bajar no pudo evitar hacerle una observación.

–Bastante creativo, agente P. Parece que la utilería se te da de maravilla para los pasajes secretos. Una magnifica imitación de Marry Poppins.

–TGRRRRR.

–Bien, al trabajo. Desde que Karl dejó la OSBA las cosas han estado demasiado atareadas. Sinceramente extraño al jovenzuelo, pero todavía no me he podido hacer de otro becario sin sueldo. Cada nuevo prospecto que entrevistamos no está de acuerdo en guardar el secreto, por lo que pasamos a desmemoriarlos con el amnesiainador de Doofenshmirtz. El mejor invento que hemos podido conservar. Como sea, reportes han indicado que nuestro genio del mal menos favorito ha estado comprando grandes cantidades de espejos. Ha superado en sesenta mil veces la cantidad de espejos que es posible tener en una casa de un narcisista empedernido, lo que nos hace pensar que está preparando un plan malvado. Tu misión es la de costumbre. Ve y detenlo de una vez.

El agente P saludó, abrió su sombrilla y se elevó lentamente, dejando a mayor monograma perplejo.

–¡¿Cómo?! ¡Algún día tendrás que decirme como hiciste eso!

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–Isabella, creo que estás exagerando.

–Marca mis palabras, Phineas. Como mucho terminarás a los manotazos con José.

–¿Sucede algo, muchachos? –preguntó el señor Fletcher,

–Pronto Isabella tendrá una reunión familiar. Dice que allí me presentará con su familia como mi novio.

–¡Fabuloso!

–Pero mis primos suelen causar peleas entre los nuevos novios de la familia.

–E Isabella cree que terminaré golpeando a alguno de los primos.

–Interesante. Si me aceptan un consejo, sugeriría que fueras practicando.

–¿Los golpes?

–¡Oh, santo cielo! ¡No! Sugiero que fuerces tus límites. Siempre has sido un muchacho muy tranquilo. O al menos eso es así hasta que entras en modo nervioso.

–Todo un suceso una vez por temporada.

–Si, el caso es que intentes que alguien te provoque, quizás conozcas a alguien que pueda forzar tu paciencia al borde crítico, y así ir recorriendo poco a poco ese límite. Al punto de que nada de lo que te puedan decir los primos de Isabella pueda molestarte.

–¡Oye! ¡Esa es una excelente idea! ¡Ferb, ya se lo que vamos a…! ¡Oigan! ¡Y Ferb!

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–… Fue así como decidí decirle a mi madre que estaría de vacaciones con una amiga, pero lo que pretendo hacer es permanecer en el estado infantil, descubriendo la felicidad de la niñez con ustedes.

–Ya no somos exactamente niños.

–Tampoco yo, pero sé que encontraremos algo que hacer. Es decir, regresé cinco años atrás, a la edad donde todavía podía disfrutar de mi vida sin preocuparme demasiado. Incluso he comenzado a disfrutar de estos vestidos simples de algodón. Son muy frescos, y tienen un encanto que no entiendo muy bien todavía.

–Vanessa, si me permites darte un consejo.

–Adelante, Ferb.

–Siento que tal vez estás exagerando un poco lo que sucedió con este chico, y que tratas de buscar una forma de vengarte de él. Lo que no creo que sea correcto.

–Ferb, no lo entiendes. Ese sujeto solo se preocupa por su padre…

–Así como lo hace cualquier ser humano. Solo que quizás él es mucho más expresivo. Para algunas personas es muy difícil decir que no. Este puede ser el caso de este chico, por quedar bien con un punto de su vida, tal vez desaprovecha otro. No puedes lamer el helado de abajo sin que el de arriba se derrame en tu nariz.

–Tus analogías son extrañas.

–Piensa en esto: imagina haber sido criada en una casa de militares, donde la autoridad ha sido influencia mayoritaria en toda su vida. La imagen de autoridad de Monty es tan alta que es imposible pensar en desafiarla, mucho menos decir que no. Si realmente quisiera revelarse sería como tratar de cubrir el sol con la mano. No solo le resulta difícil, sino que hacerlo implicaría renunciar a parte de él.

–Supongo que si lo pones de esa manera es entendible. No así, no puedo perdonar lo que me hizo. O al menos no quiero regresar con él.

–Este país es libre –Ferb lo dijo con cierto aire de satisfacción.

–Por cierto, ¿Qué ha sido de ustedes? No los veo desde la fiesta de año nuevo.

–La vida sigue su curso.

–Si, ya me suponía que no han hecho gran cosa con las limitantes que tiene la vida diaria del colegio. ¿Qué piensan hacer en este verano?

–Pasarla en grande. ¿Quieres venir?

–Por supuesto. –Vanessa se levantó de su asiento y fue a pagar los helados.

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Dofenshmirtz malvados y asociados

Colocando los últimos toques científicos en su plan malvado, el doctor Doofenshmirtz pudo prever la aproximación del agente P, esperando a que la trampa se activara. Al escuchar el azotar de la jaula, supo que le había atrapado.

–Perry el Ornitorrinco, me preguntaba a qué hora llegarías el día de… ¡Norm!

–¡Hola, padre!

–¡¿Qué es lo que haces activando la trampa de Perry?!

–Necesitaba aparecer en escena. Hace mucho tiempo que no aparezco en uno de sus planes.

–Pero, esto ni siquiera es el programa normal. Somos el fruto de la imaginación fervir de un chico inadaptado que quiere ser reconocido.

–Eso pudo haberle dolido a alguien en el otro lado.

De pronto un nuevo sonido de azote dio a Doof la razón para voltear y encontrarse a Perry atrapado en otra trampa diferente.

–¡Aja, Perry el ornitorrinco! Fuiste atrapado por mi segunda trampa. Ahora estas sentenciado a oír mi malvado plan. Verás, ayer por la mañana estuve leyendo sobre los inventos malvados más sobresalientes del mundo, y encontré uno que me llamó la atención: el espejo ustorio. Me sorprendí al descubrir que fue creado por Arquímedes, un matemático, filosofo… de esos con la gran barba que eran respetados por pensar. Bien, en internet decía que este barbado sin tecnología pudo quemar cosas con el uso de un espejo únicamente. Bien, es similar a las lámparas espejo, pero lo más increíble es que de este mismo modo lograron crear faros. Bien, pensando en eso, he decidido que recrearé ese invento con la tecnología actual pero varias veces su tamaño y potencia. ¡Admira el Espejo ustorinador! –Un enorme espejo ustorio del tamaño de una parabólica formado de muchos espejos–. No me mires así, no estoy copiándole los inventos a otros. Pero es un gran invento. Arquimedes lo usó para quemar Siracusa y yo lo usaré para quemar el área limítrofe… a menos que mi hermano acepte cederme el control de esta.

–La genialidad fue más grande en la antigüedad.

–Guarda silencio, Norm.

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Intentando encontrar aquello que molesta a Ferb, sus amigos comenzaron a reunirse. Baljeet, Buford, las exploradoras, incluso Candace se reunieron en el patio.

–Ok, aclárenme el motivo por el que estoy aquí en primer lugar.

–Buenas tardes. Quisiera pedirles un favor personal. Debido a algunos acontecimientos en mi vida, he decidido poner a prueba mi propia paciencia. Es por eso que los he llamado para pedirles un favor..

–¡Oh, Phineas! Esto no es…

–Dices que terminaré a golpes, y no quiero pelear con nadie. Ni siquiera quise pelear con Buford en su tiempo.

–Es cierto –dijo Buford–. Incluso el señor Holyfield le ayudó con eso.

–Bueno chicos, ¿Cómo podemos hacer esto?

–¿Y para eso nos llamaste? –Pregunto Candace.

–Bueno… si.

–¡AAAH! ¡Yo me largo!

–¡Candace, espera! –Isabella salió a buscar a Candace esperando poder convencerla.

–Bueno, Candace no nos acompañará. ¿Qué es lo que podemos hacer?

–¿Comencemos con los insultos? –dijo Buford siendo el primero en dar un paso adelante–. Cabeza de chorlito, nariz de carpintero, toda tu cabeza tiene forma de dorito y no parece ser natural. Tonto sin cabeza que solo puede pensar en chicas y que se ha quedado sin ideas para un verano esplendido. ¡Es increíble que lo primero que hago en el verano es insultarte para hacerte un favor ya que eres lo suficientemente inútil para pensar por ti mismo! No podrías hacer daño a una miserable mosca aunque de eso dependiera la vida de tu amada!

–No tienes fundamentos para ningunos de tus insultos… y por eso no puedes insultarme como realmente puedes hacerlo.

–No, pero lo intenté.

–Intentemos con algo más simple –dijo Baljeet–. Según investigaciones realizadas en la Universidad del Área Limítrofe, solemos molestarnos con la repetición constante de un estímulo molesto o innecesario que llama poderosamente la atención…

–Te picaré con un palo –interrumpió Buford.

–Sí, eso ayudará.

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–Ahora, Perry el ornitorrinco, como me caes medianamente bien te permitiré ver desde la plataforma como frío la mayor parte del área limítrofe, empezando por el museo de cera. Convertiré la figura de Oprah Winfrey en una imitación perfecta de Java the Hut.

–No nos permiten mencionar personajes con marca registrada, y menos chistes tan racistas.

–Tampoco se supone que deberíamos aparecer en esta página como fanfic, pero estamos. No me interrumpas, y disfruta de mi maldad pura.

Doofenshmirtz apuntó su arma de calor al museo de cera en el momento exacto en el que frente a la figura de Opra una de Lady Gaga con un vestido de espejo. El reflejo de este comenzó a reflejarse de un modo casi infinito hasta que de un reflejo salió disparado un rayo que liberó a Perry el ornitorrinco.

–¿Puedes creerlo? Incluso el menor de los rayos lasers de mi espejo ustorinador habría derretido el acero, pero esa figura de cera permaneció intacta para liberar a pe…

Perry interrumpía los discursos de Doof a golpes, sabiendo que en el área limítrofe la física no era del todo valida.

.

Phineas ahora era el blanco de cada uno de los bullies y actos de bullies que se han librado en el área limítrofe en los últimos quince años. Incluso mientras era picoteado, empujado, golpeado ligeramente o hasta amenazado por un bully de secundaria, pero Phineas no parecía inmutarse por nada.

–Bueno, honestamente no hay nada que me pueda molestarme. Ni siquiera me inmuta las amenazas de este caballero.

–¿Caballero? Caballero los de la granja.

–Esos son granjeros –corrigió Baljeet.

–¡¿De verdad quieres corregirme, enano?!

–Es decir, no por ser granjeros dejan de ser gentiles…

–Lo siento, pero creo que no hay nada que me haga enojar si sé que intentarán hacerme enojar. Estaré bien.

–¿Por qué te molesta que ellos te molesten?

–A mi no me molesta. Es simple muestra de poderío y protección a tu familia. Sin embargo, en caso de casarnos ellos serían mi familia también.

En la cabeza de Isabella se reactivó un lugar feliz al que no había accedido hacía ya un largo rato. De alguna manera Phineasland creció de un parque de diversiones a ser un resort con varias sedes alrededor de su cuerpo. Un tobogán helado en su espalda, un bullicioso concierto en su cabeza, un desfile de maravillas en su corazón… y todos con la imagen de su amado. No solo había aceptado que era normal que su familia sintiera la necesidad de protegerse entre ellos, sino que además estaba buscando más allá de lo evidente. "si me caso con ella, ellos serían mi familia también". Jamás se escucharon mejor las palabras de Phineas en ninguna canción, en ningún poema, en ninguna balada cantada al oído en una noche cálida mientras se arropaban mientras miraban la lluvia caer por la ventana.

–Isabella –dijo Gretchen–. Tierra a Phineaslandia… necesitamos a Isabella.

–¡Lo escuchaste, Gretchen! ¡Ni siquiera tenemos seis meses de pareja y ya quiere casarse conmigo!

–Si, lo escuche, pero no olvides que…

–Ya no me interesa que venga mi familia y lo conozca. Si comienzan a molestarlo les demostraré que puedo romperles el brazo si se meten con nosotros…

–Ok, debes retroceder un poco a tu felicidad. Necesitas estar en la zona feliz o de lo contrario…

–Este fue un dia de mi tiempo que no podré recuperar. Espero que la próxima sea algo divertido.

–Lo será. Pensaré en algo que Ferb y yo podamos. Esperen. ¿Y Ferb?