Aquel miércoles, el famoso trío dorado se dirigía al Gran Comedor para desayunar. Harry Potter, un chico de pelo negro despeinado con unos brillantes ojos verdes esmeralda que estaban ocultos tras una gafas redondas, observaba a sus dos mejores amigos, Ron Weasley, pelirrojo de ojos azules y más pecas que días tiene el año; y Hermione Granger, una chica con el pelo castaño espeso y ojos castaños; discutir.
El motivo de la discusión, Harry no lo tenía claro. Habían comenzado a discutir por una tarea que Ron no había echo y que se la había pedido a Hermione. Y ahora, a unos doscientos metros, más o menos, del Gran Comedor, discutían sobre el amigo por correspondencía de Hermione, Viktor Krum; pasando por si los cereales integrales eran mejores que los normales, si el quidditch era un deporte muy violento, y si una cuchara era más letal que un libro. Harry aún se preguntaban como habían llegado a discutir sobre ese tema.
Cuando entraron en el Gran Comedor, todas las mesas se giraron para verlos, y Harry gimió. Ya tenía suficiente con los artículos de El Profeta, que lo trataban como a un mentiroso, como para añadirle las peleas infantiles, y muchas veces sin sentido, de sus amigos. Al llegar a la mesa de Gryffindor, Harry se sentó al lado de la hermana pequeña de Ron, Ginny, una chica pelirroja, con pecas y los ojos de color marrón chocolate. Al sentarse, dirigió una mirada a la mesa de Ravenclaw, buscando a su ¿novia? Pero Cho estaba conversando con sus amigas. Desde su desastrosa cita de San Valentín, hacía una semana, Cho había estado esquiva con Harry.
-¿Problemas en el paraíso, Potter? -preguntó Ginny con una sonrisa.
-Podría decir lo mismo de ti -respondió Harry, que había oído rumores de una pelea entre Ginny y su novio, Michael Corner-. ¿Por qué sonríes?
-Mira la mesa de los profesores -respondió la pelirroja. Harry así lo hizo, y se llevó una sorpresa al ver faltar a cierto sapo rosado.
-¡Umbridge no esta! -exclamó el voz alta. Ron y Hermione interrumpieron su debate, que ahora era sobre si el zumo de calabaza era mejor al de naranja.
-¿Qué?
-Sí -respondió Ginny, soltando una pequeña risita-. Y lo mejor es que me tocaba clase con ella justamente después de desayunar.
-Me preguntó que habrá pasado -dijo Hermione, pensativa.
-Creo que ahora lo sabremos -respondió Ron, señalando a Dumbledore, que se había puesto de pie. Todos se percataron de la venda en la cabeza que llevaba.
-Buenos días alumnos -dijo Dumbledore-. Me gustaría decirles que las clases se han cancelado -Ravenclaw y Hermione se quejaron-. En cuanto lleguen unos invitados.
Y en ese momento, por las puertas del Gran Comedor, entraron los Weasley (Percy apartado del grupo), Fleur Delacour, Oliver Wood, una chica rumana llamada Viorica Stoica, Remus Lupin, Nymphadora Tonks, Hestia Jones, Viktor Krum (añadir gruñido de Ron), una chica búlgara de nombre Vasilka Sirakov, Dudley Dursley (para sorpresa de Harry), y Sirius Black para conmoción de toda la sala.
-Antes de que digan nada, Sirius Black es inocente de todos sus cargos. Y la profesora Umbridge ha sido mandada temporalmente fuera de Hogwarts, por si las moscas -la sala tuvo que resistir una carcajada.
-Que casualidad -comentó Harry, tras saludar a Sirius y a Remus-. Justo cuando Dumbledore dice lo de los invitados, entráis vosotrs.
-Eso no ha sido casualidad -respondió Sirius, que tenía una sonrisa en su rostro-. Llevamos desde las cuatro de la mañana aquí, congelándonos el culo por petición de Dumbledore. Quería que entrásemos justo cuando él decía lo de los invitados. A ese viejo cada día le va peor la cabeza.
-Yo no lo habría dicho así, pero concuerdo con todo lo que Sirius dice -comentó Remus. Hestia se acercó a ellos.
-Hola Harry -saludó la bruja, que tenía la misma sonrisa que Sirius, y su pelo negro estaba algo despeinado.
-Hola Hestia -saludó Harry.
-Harry -dijo Sirius con voz solemne, que no se la creía ni él-, ya que conoces a Hestia, te la quiero presentar formalmente. Harry, está es mi novia, Hestia Jones.
Harry abrió la boca asombrado.
-¿Qué? ¿Cómo? ¿Cuando? -consiguió balbucear Harry.
-El qué ya te lo he dicho, somos novios -dijo Sirius-. El cómo, supongo que no hace que falta que entre en detalles, ¿cierto? -preguntó moviendo las cejas de arriba a abajo. Harry enrojeció y Hestia golpeó a Sirius en la cabeza-. Y cuando nos ajuntamos fue poco después de que volvieras a Hogwarts después de Navidad.
En ese momento Dumbledore se puso de pie, y todos se sentaron, los invitados en la mesa de Gryffindor.
-¡Atención! -pidió Dumbledore con su voz más potente.
-Tengo que saber como hace eso -masculló Ron, frotándose las orejas, al igual que el resto de la sala. Los más perjudicados parecían Sirius y Remus.
Dumbledore decidió seguir.
-Anoche, mientras hacía mi trabajo, una caja de madera apareció en mi despacho, posándose sobre la mesa con suavidad...
Pero no pudo continuar, ya que en ese momento una niebla blanca cubrió la pared del fondo, y una imagen comenzó a formarse:
En la imagen, se veía a Dumbledore en su despacho, haciendo su trabajo.
-¿Estabas leyendo cómics, Albus? -preguntó McGonagall con voz suave. Todos se tensaron.
-Ay, -dijo Dumbledore, secándose una lágrima-. Este muggle esta loco.
Justo en ese momento, un portal morado se abrió justo encima del anciano director. Fawkes soltó un chillido para avisarle, pero Dumbledore no le hizo caso. Del portal salió disparada una caja de madera que se estrelló contra la cabeza de Dumbledore, haciendo que el anciano golpeara la mesa de su despacho y sé desplomase en el suelo.
-¿Suavemente? -repitió Snape. Dumbledore se sonrojo, mientras la sala soltaba leves risitas.
Dumbledore, aún en el suelo, comenzó a quejarse, usando un selecto vocabulario de palabras.
-¡Me cago en la puta caja de mierda...
Los alumnos abrieron los ojos asombrados, al escuchar todas esas palabrotas de la boca del director.
-George, apunta todo lo que diga el profesor Dumbledore -le dijo Fred a su hermano. Éste asintió y comenzó a "aprender" del director.
Después de que Dumbledore se hubo calmado, sé levantó y cogió la nota que estaba junto a la caja para leerla.
Querido profesor Dumbledore,
puede que no nos crea, pero le aseguro que somos de confianza. Enviamos esto desde el futuro. Dentro hay una esfera que podrá activar con su varita. Pero antes deberá convocar a todos los estudiantes y profesores, menos a Umbitch... perdón, Umbridge, y a las siguientes personas: los Weasley, Fleur Delacour, Oliver Wood, Viorica Stoica, Remus Lupin, Nymphadora Tonks, Hestia Jones, Viktor Krum, Vasilka Sirakov, Dudley Dursley y Sirius Black. Seguro que podrá hacerlo.
Con cariño,
Tercera generación.
Dumbledore leyó la carta, antes de fruncir el ceño. Usó su varita para demostrar la autenticidad del mensaje. Al ver que era cierto, sé sentó en la silla y miró a su fénix.
-Fawkes, convoca a los Jefes de las Casas -pidió Dumbledore, y Fawkes soltó un cantó-. Y de paso, ves a buscar a Madame Pomfrey.
El fénix rodó los ojos antes de desaparecer en un estallido de llamas.
La sala se llenó de murmullos, y Dumbledore pidió silenció.
-Muy bien -dijo-. Vamos a conocer a nuestro futuro.
Sacó una esfera negra del bolsillo, la colocó en el suelo y la tocó con la varita.
De está, comenzó a salir un espeso humo blanco, que fue revelando la figura de...
Hola gente,
primer capítulo de este fic nuevo que estoy haciendo.
Tras leer varios de estos fics, me he decidió arriesgar y hacer el mió propio. Espero que os haya gustado está introducción. O más bien la habéis odiado.
Bueno, en tal caso, comentar, y me decís que os parece.
Se despide,
Grytherin18