Hola Hikeshi reportandose sin exusas después de meses, excepto que dije que la escuela me traería loca y sin tiempo jijiji. Bueno, en estos momentos estoy en algo así como vacaciones obligadas así que me dedique a seguir la historia, me costó mucho escribir el capi y creo que no quede del todo conforme, tardé mucho tiempo y el resultado no fue exactamente como esperaba, escribía y reescribía, borraba desechaba ideas luego las rescataba, bueno simplemente mis mal hechos dotes de escritora ameteur estaba bloqueados pero quería traerselos a las personitas que ya la habían empezado a leer el fic. Ademas es algo así como una disculpa porque es más larguito siiiiiiiiiiiii para los que me pidieron que trabajara en eso salió solito 11 hojas en word times new roman 12 jijiji. Espero sea suficiente por el momento, a las chicas lamento decepcionarlas porque no saldra Sasuke-sexy-kun, este lo dejé situado en el mismo tiempo del capi anterior pero lo que vivió la Haruno. Sin más aquí se los dejo.
NOTA: les aviso que he decidido cambiar el fic de clasificación porque ya me decidí a que si bien no tendrá lemon si incluire algún que otro limmecito y lenguaje ligeramente grosero. Lo digo porque en realidad este contenido no considero que vaya a ser exagerado pero hay gente muy susceptible.
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Capítulo 6: La Oferta
Era sábado por la mañana, Sakura despertó a las 7:00 a.m, cualquier chico normal habría descansado hasta tarde tomando en cuenta que era fin de semana, sin embargo ella ya estaba acostumbrada a ello, desde los doce años comenzó esa rutina los días libres de escuela. Se desperezó un poco estirando los brazos y las piernas, fue al baño y se lavó la cara, regresó a su habitación y cambió su viejo pijama por una sudadera gris y unos pantalones deportivos oscuros, abrochó los cordones de sus zapatillas, deportivas también, y salió de su casa en total silencio, hizo unas cuantas flexiones de brazos y piernas y comenzó a correr, como hacía cada fin de semana, 2 km y medio, llegando hasta un parque, aquel en el que el día anterior le había ido mal con las ventas, el lugar estaba totalmente desierto, después de todo ¿quién se levantaría tan temprano un sábado para ir al parque? Respuesta simple: Sakura Haruno, pero así era ella y le gustaba ir a correr temprano, decía que la destensaba y llenaba de energía para sus actividades del día. Realizó unos cuantos estiramientos de nuevo, acto seguido se quedó quieta, con los ojos cerrados, respirando profundo, concentrándose. De repente, abrió de golpe los ojos y comenzó a dar puñetazos al aire, que después cambió por una serie de patadas con giros para al final intercalar ambas, sin embargo, toda esta serie de ataques tenían algo en común: todas iban dirigidas hacia un mismo punto. La pelirrosa contaba con una increíble precisión producto de su práctica en el ámbito de la lucha, desde los 15 años comenzó esta práctica alentada por su padre que, preocupado por que algo pudiera pasarle a su única niñita, la princesa que tanto adoraba, la instruyó, enseñándole delicadamente los puntos débiles del cuerpo humano y la correcta forma de lanzar un golpe o patada, la ojiverde sintió una gran emoción desde ese momento y desde entonces en cada oportunidad que tenía iba al parque a practicar lo que su padre le había enseñado. Aunque la chica no era muy fuerte o una experta aprendió bien como utilizar ese conocimiento adecuadamente, razón por la cual le fue fácil defenderse ante el Uchiha. Una vez concluida su sesión de entrenamiento cerró los ojos y tomó aire de nuevo para relajar su cuerpo.
…...
Eran las 8:00 a.m una vez la chica hubo llegado a casa, se dio una ducha rápida y se colocó una camiseta holgada con unos pantalones cortos bastante grandes también, más propiamente dicho de los que utilizaban los chicos y no las chicas; Seguido a esto, fue a la cocina, de donde tomó algunos huevos y comenzó a preparar el desayuno mientra tarareaba casi inconscientemente una canción alegre.
Kizashi, Utakata y Konohamaru entraron a la cocina aproximadamente media hora después, encontraron puesta la mesa, como todos los fines de semana, había 3 puestos listos con una porción pequeña de omelet y un vaso de jugo de naranja, en el centro un lindo ramillete con flores sencillas que muy probablemente Sakura hubiera "tomado prestadas" de la casa vecina.
-"Ohayou Gosaimazu" Exclamo enérgicamente la pelirrosa con una sonrisa.
-"Ah O…hayou" dijo el más pequeño en un bostezo, inminente señal de que aún lo invadía el sueño.
- "Buen día enana" se burló Utakata. Tan temprano y ya va estar picándome pensó Sakura divertida.
-"Hola princesa buenos días" dijo su padre al tiempo que ella le depositaba un suave beso en la frente.
-"El desayuno esta servido… vengan a comer".
-"Itadakimasu" canturrearon los dos varones más jóvenes, que ya se encontraban sentados en la mesa, al tiempo que tomaban su respectivo tenedor y comenzaban a devorar lo que había en su plato.
Sakura ayudó a su padre a colocarse en su puesto llevándolo por la silla de ruedas.
-"Gracias hija se ve delicioso… ¿no vas a sentarte a la mesa?" preguntó preocupado el hombre de cabellos rosa grisáceo.
- "No te preocupes papá" decía al tiempo que tomaba un pan tostado "casi no me ha dado hambre esta mañana solo tomaré esto".
-"¿Trabajarás todo el día en la empacadora?" preguntó Utakata de repente.
-"Sabes que los sábados trabajo turno doble, quizá hasta salga más tarde debo reponer un retraso de hace dos días". Eso era verdad, a Jirobo no se le olvidaron los 10 minutos de retraso que había tenido, y ella ya sabía que cuando alguien debía reponer generalmente se quedaba otro turno entero.
-"Hija ya trabajas demasiado, tal vez sería mejor que dejaras lo del muelle y te concentraras un poco más en ti".
-"¿De que hablas papá? Si estoy más fuerte que un toro" dijo la ojiverde efusiva mientras arremangaba su camiseta y mostraba "sus músculos" a modo de broma. "¿YA SON LAS 9:00?" exclamó mirando el reloj de repente. "Debo irme o se me hará tarde. Chicos limpien los platos y levanten la mesa por favor, yo llegaré en la noche, quizá un poco antes". Dicho esto se colocó su conocido gorro marrón y salió disparada de ahí, solo se escuchó el fuerte portazo en la entrada como seña de que hubo estado antes allí.
…...
La chica llegó a la empacadora tarde, pero para su fortuna, apenas unos minutos antes que Jirobo, así que se apresuró a tomar el delantal con las botas y guantes de caucho, haciendo cuenta como si hubiera llegado justo a la hora.
-"Haruno-kun llegas tarde" dijo el jefe, que no perdió oportunidad para comenzar con sus típicas sesiones de amedrentación contra sus empleados.
-"Llegué justo a mi hora Jirobo aunque claro "¿cómo podrías saberlo si acabas de llegar?" preguntó con falsa inocencia. Le encantaba enfrentarlo cada que se le presentaba la oportunidad, el hecho de como trataba a la gente a su cargo enfurecía la enfurecía de sobremanera.
-"Hum, vuelve a trabajar Haruno antes de que lamentes lo que has dicho".
-"Si jefe" dijo irritada y arrastrando las palabras.
-"Sakura-chan no lo tomes a mal pero lo mejor sería que te mantuvieras callada lo más que pudieras" aconsejó en voz baja Yugao, que llegó a tiempo a su turno junto con su esposo.
-"Ya lo sé, pero las palabras me salen solas de la boca, es como si mi boca tuviera un cerrojo que se desactiva cada que escucho algo que no me parece. Mi padre lo llama "sexto sentido justiciero" dice que nací con él" Esto último lo comentó casi con burla pues ella sabía que no era así, esa hambre de justicia no le vino de nacimiento, la construyó con los años, más específicamente desde que pasó lo de su madre, pero era algo que no le gustaba recordar por el bien de su familia y de ella misma.
-"Pues creo que deberíamos buscar una buena llave que contenga ese cerrojo" dijo mientra guiñaba un ojo Hayate, que se acercaba detrás de su esposa.
-"No creo que haya algo en el mundo que sea lo suficientemente fuerte para mantener mi bocota cerrada jajaja".
El primer turno transcurrió de forma relativamente normal, no hubo problemas hasta el momento en que vio a Jirobo invadiendo el espacio personal de Yugao, apretó los puños firmemente y dio pasos lentos hasta él pero cuando iba a la mitad del camino vio que Hayate se interpuso entre el regordete hombre y su dulce esposa, el castaño siempre había sido consciente de la forma en que el jefe miraba a la mujer que amaba pero nunca se había sentido con el suficiente valor para enfrentarlo, hasta esa mañana claro, que no pudo contener más su coraje. El altercado no pasó de más de una ligera amenaza por parte de Hayate pero fue suficiente para que Jirobo se alejara, aunque su rostro presentaba una sonrisa divertida que no pasó inadvertida para ellos.
Como ella ya esperaba, tuvo que doblar turno por el retraso de dos días antes, cargar tanto enorme pescado por tantas horas estaba empezando a hacer estragos en la ojiverde, para las últimas dos horas del turno sentía sus brazos agotados a pesar de que no quería demostrarlo, eso sin tomar en cuenta que un sándwich de mantequilla de maní comprado en una máquina expendedora como comida no ayudaba a brindar energías suficientes para cumplir con su labor. Para cuando llevó el último cargamento que le correspondía al camión transportador sintió un fuerte mareo, pero decidió ignorarlo alegando que probablemente habría sido el coraje por lo de sus amigos junto con el cansancio por las horas extra que se quedó a parte de su doble turno. En cuanto acabó se dispuso a ir a su casa, aunque con paso lento por el mareo pues si bien había desistido en su intensidad, el malestar no se desvanecía.
…...
Atravesó la puerta de su casa a la medianoche, ¡Ah! Cuanto esperaba el día en que despidieran a Jirobo y acabaran las míseras y deplorables condiciones de trabajo casi forzado en que se encontraban ella y sus compañeros… ¡NO! No debía pensar en ello, la razón de que aguantara esos malos tratos era porque necesitaba el dinero, ella, Hayate, Yugao y los demás trabajadores, todos buscaban salir adelante y a pesar de todo ninguno se rendía ¿Por qué habría ella de hacerlo? Su familia era su fuerza después de todo. Encontró a todos sentados en la pequeña sala esperando su regreso.
-"Al fin llegas nee-chan, hay de cenar en la estufa" decía sonriente el pequeño.
-"Seguramente ya esta fría habrá que recalentarla" comentó el castaño mayor despreocupadamente.
-"Yo lo hago" dijo su padre.
-"No yo lo hago, deja…" no pudo completar la frase porque al momento de dar el primer paso hacia la cocina el mareo se intensificó de nuevo, provocando que se tambaleara bruscamente en el camino. Ante esto su hermano mayor le agarró del brazo fuertemente para evitar que cayera.
-"Sakura ¿Qué tienes?" preguntó seria y duramente. A Utakata le encantaba molestar a su pequeña hermana pero era un hecho que se preocupaba por ella.
-"Nada importante un mareo y ya" dijo sin darle importancia, no quería preocupar a su familia.
-"Sabes que, ya te rompiste el lomo lo suficiente en un buen rato. Te sentarás a la mesa a comer y no me digas que no tienes hambre porque escuche tus tripas rugir desde antes de que entraras, luego te vas a tu cuarto y quiero que duermas todo el día de mañana y nada de salir a correr". Sentenció el mayor, pues no era sugerencia sino una orden directa.
-"No puedo sabes que yo tengo cosas que hacer mañana, la casa, trabajo, tareas yo…".
-"No te estoy preguntando, papá y Konohamaru pueden encargarse de la casa un día no van a incendiarla, yo trabajo mañana horas extras para equilibrar los gastos y tus tareas, bueno, no pasará nada si las empiezas ya que tengas fuerzas para ello". El chico veía como Sakura quería hacerse cargo de todo y de cierta forma eso le molestaba ¿Por qué insistía en tratarlos a ellos como haraganes? Era cierto que desde hace años se vieron sumamente tristes por lo que pasó con sus padres y ella se encargó de sacar a flote el barco, sin embargo ya había pasado mucho tiempo, era hora de empezar a aligerarle la carga a su pequeña hermana, estaba seguro de que su padre y hermano estarían de acuerdo. Sin darle oportunidad a que siguiera reclamando la sentó en la mesa de la cocina y puso el plato con comida frente a ella. Seguido a esto la envió al baño a ducharse y cuando acabó la llevó a la cama casi cargándola, la chica se empeñaba en no demostrarlo pero se notaba a leguas que estaba exhausta. Cayó rendida en el momento en que su cabeza tocó la almohada, apagó la luz y cerró la puerta esperando que mañana obedeciera a lo que le había pedido, de no ser así, sería un día sumamente largo, solo pensar como la terquedad de ambos chocaría por ver quien se salía con la suya lo ponía de mal humor, así que rápidamente desechó esos pensamientos y fue a limpiar la cocina junto a su padre.
-"Sakura se esfuerza demasiado ¿no te parece?" preguntó dulcemente su el hombre mientras secaba algunos platos.
-"Lo sé, pero es tan cabezota que piensa que puede con el trabajo de 5 personas, si no se deja ayudar saldrá peor el remedio que la enfermedad". Dijo al tiempo que pasaba un plato que recién había lavado al hombre junto a él para que este lo secara.
-"Si, se que lo hace por ayudar con los gastos y que no estamos para rechazar ese dinero pero… ¡af! Creo que debemos empezar a quitar peso de sus hombros, la casa no es muy grande pero aún así debe ser difícil mantenerla, tal vez podamos empezar por allí".
-"Hn… ya había pensado en eso" comentó sonriendo.
Abrió lentamente sus verdes orbes, la cabeza le punzaba un poco pero ya no tenía la misma sensación de anoche de que todo el piso daba vueltas, recordó lo que pasó anoche, como su hermano se puso en papel de médico y le mandó a descansar todo el día, entonces miró el reloj y se le agrandaron los ojos… ¡ERAN LAS 10:30 DE LA MAÑANA! ¿cómo era posible que una persona pudiera dormir por tanto tiempo? Se levantó de la cama casi saltando y vagó un poco por la pequeña casa en busca de su padre y hermanos, y entonces recordó que anoche Utakata dijo que trabajaría desde temprano en el restaurante.
-"!Nee-chan ya despertaste!" gritó Konohamaru al tiempo que la vio aparecerse por la pequeña salita. Lo que sus ojos presenciaron la dejaron atónita, su pequeño hermano que siempre había sido un huracán de travieso desorden estaba recogiendo su reguero de la sala y estaba acomodando un poco en los pequeños cajoncitos.
-"Bonita ¿descansaste? ¿Te sientes mejor? Anoche me dejaste muy preocupado" su padre venía con un trapo sacudidor en mano, se notaba que estaba retirando el polvo de las escasas pertenencias que adornaban la casa.
-Papá…".
-"Sé que esto no es mucho pero haces demasiadas cosas Sakura, debes ver que estamos aquí, que podemos intentar hacer algunas de tus tareas, tienes una responsabilidad muy grande sobre tus hombros hija, misma que por nuestra causa te has autoimpuesto, ya es momento de que puedas tener algo de tiempo para ti".
-"A mi no me molesta oto-san puedo hacer todo eso y más me queda mucha energía".
-"No es pregunta mi niña te estoy diciendo lo que se va a hacer a partir de hoy, no queremos que caigas enferma, ve ahora a la cocina para que desayunes algo, no creas que no me daba cuenta de que te saltabas las comidas".
Sakura se quedó sin palabras, si no se hubiera jurado a sí misma no volver a ser débil hubiera llorado de felicidad… al fin su familia parecía que otra vez tenía ganas de salir adelante en vez de estar sumidos en la depresión que los invadió hace años con lo del accidente de su padre y… lo otro. Tal vez dejar que la ayudaran sería algo más bueno que malo, al menos así tendrían algo en lo que tener sus mentes ocupadas, ahora comprendía que al encargarse ella de todo propiciaba a que ellos entristecieran más.
-"Arigatou" Dijo sonriendo añoradamente. Hizo lo que su padre le indicó y se apresuró a acabar con sus tareas escolares. Más tarde se decidió a llevar al parque a Konohamaru, le haría bien jugar un poco con el pequeño y así fue, se divirtió en grande con él, riéndose y persiguiéndose por el lugar. Cuando llegaron a casa ayudó a su padre a preparar la cena y Konohamaru alistó la mesa, Sakura pensó que fue más reconfortante la ayuda de su padre en la cocina. En cuanto todo estuvo puesto llegó Utakata y todos se sentaron juntos a la mesa.
…...
El lunes que se levantó para ir a la escuela se sentía con energías renovadas, ciertamente llevaba mucho tiempo sin descansar, aunque cada noche dormía unas cuantas horas su cuerpo no se sentía relajado por ese tiempo de sueño, hasta esa noche. Se vistió y bajó a desayunar con su familia, se despidió de todos cuando hubo terminado y se encaminó a la escuela de lo más sonriente.
Al llegar a la escuela se encontró a Hinata y de repente se vieron asfixiadas por la presencia de una gran montaña de estudiantes que alababan a la Haruno por lo sucedido la semana anterior, en ese momento Sakura recordó lo de Sasuke, a decir verdad con todo lo que había pasado el fin de semana se había olvidado por completo de él. Se escabulleron hasta su salón de clases donde vieron a Ino que lucía preocupada, era cierto, ese día presentaba otro examen de cálculo y la ojiperla le ayudó a estudiar todo el fin de semana.
-"Buen día cerda" saludó efusivamente la ojiverde a su amiga.
-"Buenos días Yamanaka-san" saludó más bajito Hinata. Al ver que ésta no respondía Sakura alzó un poco más la voz, ya se imaginaba la razón de que no escuchara.
-"No te preocupes Ino, sé que puedes con esto te irá de maravilla" Dijo la pelirrosa con intenciones de animarla.
-"Sí… ajá" balbuceó distraídamente la rubia.
-"Y-Yamanaka-san" le llamó la pelinegra mientras tocaba suavemente su hombro, acto que funcionó pues la chica pareció salir del trance.
-"Sakura, Hinata ¿a que hora llegaron?" preguntó inocentemente. Las otras dos chicas solo suspiraron resignadas, la ojiceleste no volvería a la normalidad hasta que hubiera hecho esa prueba.
-"Solo queríamos desearte éxito" dijo con una cálida sonrisa, misma que fue imitada por Hinata.
-"Gracias chicas" dijo mientras devolvía el gesto.
…...
Pasó mediodía, en la hora del almuerzo Ino parecía mucho más animada, aunque seguía igual de distraída.
-"¿Cómo te fue Yamanaka-san?"
-"Pues no estoy segura, deberé esperar hasta el miércoles para ver la tabla de resultados, solo espero que Asuma-sensei se apiade de mí".
-"Cerda tranquila Hinata es muy buena como tutora estoy segura que todo saldrá bien".
-"Pero si no…" la respuesta de la rubia fue interrumpida ya que sonó su teléfono de pronto, en cuanto vio la pantalla del móvil se paró bruscamente de su asiento y se alejó casi corriendo, las chicas supusieron que debía ser algo importante y quería hablar con privacidad pero aún así les extrañó su conducta.
-"Sakura –san…" escuchó que le llamaron, casi se sobresaltó pues quién le hablaba llegó sin que se dieran cuenta. Cuando volteó vio a un chico bastante extravagante, cabello negro con cejas tupidas y un poco raras.
-"Hola… etto… yo te conozco" abrió inmensamente sus ojos "!ah!... tu eres…".
-"Mi nombre es Rock Lee" aquel era el chico que ella había defendido del Uchiha. Se sorprendió un poco de verlo ahí, desde aquel incidente no se lo había vuelto a encontrar.
-"Es un gusto Lee-san".
-"Sé que esto sonará raro pero…" vio como de repente sus mejillas adquirían unas casi cómicas chapetas rosas, casi tan rosas como su propio cabello. "!PORFAVOR SE MI NOVIA! Prometo protegerte con mi vida". Ambas chicas se quedaron hechas piedra por semejante confesión, Sakura tenía una enorme gota en su cabeza producto de la consternación, a la vez que perceptible sonrojo azotaba sus mejillas ¡ERA LA PRIMERA VEZ QUE RECIBIA UNA CONFESION… Y QUE CONFESION! No sabía que responderle al chico que la miraba con ojos esperanzados, ciertamente no quería herir sus sentimientos pero era algo obvio que ella no podía enamorarse de alguien a quien apenas conocía. Además se sentía extraña, ¿quién en su sano juicio se enamoraría de ella? La chica no se consideraba muy bonita que digamos, en especial si se comparaba con la belleza de diosa de Ino o las desarrolladas curvas de Hinata, ella era una chica bastante enclenque a su parecer, con rostro de niña y carácter de los mil demonios, eso sin mencionar que compartía las ropas con su hermano desde que empezó a cargar el pescado, encontraba más prácticas esas vestimentas para sus labores a pesar que fueran dos o tres tallas más grandes, ¿Por qué un chico le diría tales palabras? No es que el que se encontraba frente a ella fuera un adonis pero aún así Sakura lo encontraba ilógico. Para su suerte, llegó casi como caída del cielo, una voz que interrumpió la conversación antes de que la ojiverde diera respuesta.
-"Déjate de tonterías Lee" el aludido recibió un fuerte golpe en la cabeza, dando oportunidad de ver a su atacante: Una chica castaña con hermosa piel del color del bronce, llevaba su cabello recogido en dos chongos pequeños, uno a cada lado de su cabeza y llevaba puestas ropas que recordaban a las vestimentas típicas de china. "¿Cómo vas a protegerla si en primer lugar fue ella la que te defendió del tipo aquel?" Cambió el semblante duro que le dirigía al pelinegro y se volvió a las chicas con una mirada suave y una amigable sonrisa. "Discúlpalo, es un poco rarito pero es buena persona, mi nombre es Tenten" se presentaba mientras tendía la mano a la pelirrosa.
-"U-un gusto" dijo balbuceando ante la particular pareja que se había presentado ante ellas. "s-soy Sakura y ella es mi-mi amiga Hinata".
-"Ya lo sabemos, te has ganado tu famita por aquí Sakura".
- "Tenten y yo somos becados también mi bella flor" dijo Lee que había vuelto en sí después del golpe propiciado por la chica de ojos chocolate.
-"Si y ciertamente eres como un ejemplo a seguir, Lee y yo ya no estamos dispuestos a seguir soportando a esos chicos fastidiosos".
-"Me alegra que sea así… ¿quieren acompañarnos?". Ambos asintieron alegremente y a los pocos minutos llegó Ino de vuelta, su expresión se veía más alegre, casi soñadora, al ver a los desconocidos fueron presentados y todos se dispusieron a conversar animadamente.
El tiempo transcurrió sin mayores problemas, llegó el miércoles y se publicaron las tablas de calificaciones, se llevaron una gran sorpresa al descubrir esta vez mezclaron las notas de ambos grupos de tercero. Sakura obtuvo el primer lugar, a la chica y sus amigas no les sorprendió en realidad, la Haruno era después de todo una becada era de esperarse su inteligencia, la verdad es que la ojiverde había sido bendecida con un gran intelecto, aunque en realidad nunca alardeaba sobre ello se puso contenta al leer el nombre de Sasuke Uchiha en el segundo lugar, inintencionadamente la chica le había retado y superado, era casi como un regalo del cielo, el karma que le mandaba a aquel engreído petulante un castigo bien merecido. Por otro lado, Ino se sintió aliviada pero un poco decepcionada a la vez ¡gracias a kami-sama y a Hinata! Había pasado su examen pero con calificación mínima, para ella eso no era suficiente, se había salvado por el momento pero su promedio en esa materia aun no era suficiente para pasarla, todavía le quedaban tres exámenes para evitar reprobar.
…...
Una semana más pasó y todo seguía igual, Lee y Tenten se habían acercado a ellas y las chicas descubrieron lo agradables que eran, Lee seguía haciendo comentarios a Sakura acerca de que considerara salir con él, a esta ya no le incomodaban esas proposiciones, Lee era un chico bastante dulce pero simplemente no le atraía así que se limitaba a rechazarlo adecuadamente argumentando que como amigos estaban bien. Era bastante enérgico, siempre gritaba cosas acerca de algo relacionado a "La llama de la juventud" mientras sus ojos parecían llameantes de emoción; por otro lado se sintió identificada con Tenten, la chica era muy linda pero al igual que ella cuando le provocabas sacaba a relucir su temperamental carácter, Sakura descubrió que ellos tenían la beca por sus altas habilidades deportivas, Lee era el mejor en atletismo al parecer y la castaña por su parte era la reina del tiro con arco, desde que estaban ahí obtenían los primeros lugares en las competencias de la escuela, según le contaron sus nuevos amigos. Ino, por su parte, se comportaba de manera muy extraña desde el día que hizo su examen, Hinata y Sakura suponían que se debía a la preocupación pero la ojiazul ya había pasado la prueba, a veces se escabullía de ellas y no la veían en casi todo el día sin embargo se veía ilusión en sus orbes azules cual claro océano, era bien sabido por ellas que la rubia era bastante enamoradiza así que suponían que algún chico debía estar tras ese inusual comportamiento, sin embargo lo que más raro les parecía era que quisiera mantenerles en secreto que estaba saliendo con alguien cuando siempre les había contado esos detalles a sus amigas, "Bueno, sus razones ha de tener" pensó la pelirrosa tratando de restarle importancia. A pesar de que las cosas marchaban bien no podía evitar pensar de vez en cuando en el Uchiha, había dicho que las cosas no se quedarían así sin embargo no había sabido nada de él desde el día del altercado.
…...
Sakura se dirigía a casa sumamente contenta, le estaba yendo muy bien desde el cambio de actitud de su familia, hace mucho que no se sentía cansada e incluso trabajaba de forma animada, le encantaba llegar y conversar con Hayate y Yugao, aunque tenía que seguir soportando al horrible jefe, lo toleraba. Llegó a casa y abrió la puerta con una sonrisa radiante, sabía que Konohamaru ya había llegado de la escuela y hoy era el día libre de Utakata, el se encargaría de llevar a su padre esa mañana al médico, le tocaba un chequeo rutinario y para esa hora ya deberían de haber vuelto. Al cruzar por la puerta su pequeño hermano rápidamente se abalanzó sobre sus brazos, emitía audibles sollozos y se negaba a despegarse de ella.
-"Konohamaru ¿Qué sucede?" preguntó alarmada.
-"nee… nee-chan" apenas si podía articular palabra.
-"Calma pequeño, calma" trataba de consolarlo "tranquilízate y dime que sucede".
-"P-papá y mi her-hermano".
-"¿Qué pasa con ellos?".
-"El teléfono sonó, están en-en el hos-hospital… ha habido un-un accidente". La chica abrió los ojos al instante, sin darle tiempo de decir nada más lo cargó y se fue corriendo al lugar que el niño había antes mencionado.
-"Disculpe" preguntó a una chica que estaba atendiendo la recepción "Busco a Utakata y Kizashi Haruno, son mis parientes y me han informado que los trasladaron para acá".
-"Déjeme ver" revisó unos papeles, aparentemente los primeros de una enorme pila. "Efectivamente, habitaciones 122 y 123, puedes pasar a verlos pero deja al niño aquí, a este lugar no pueden entrar pequeños, le avisaré a la doctora para que converse contigo".
-"Gracias" se dirigió a su hermano "quédate aquí por favor, yo volveré pronto y te prometo que cuando regrese te diré que ambos están bien y que podemos ir a casa" Konohamaru aún con ojos llorosos se limitó a asentir y se sentó en un sillón situado cerca de la chica que los había atendido.
Abrió la puerta del primer cuarto que le habían indicado y se encontró con su hermano acostado en la cama, aparentemente calmado pero con la mirada gacha. Enfocó sus verdes orbes en su cuerpo e inmediatamente notó que su brazo derecho se encontraba enyesado.
-"Utakata…¿Qué les paso?". El aludido la miró a los ojos y pudo percibir la tristeza que en ellos habitaba.
-"Sakura… todo esta bien, no hay de que preocuparse" eso estaba mal desde ahí, el nunca la llamaba por su nombre a menos que fuera algo realmente importante.
-"No me digas que todo esta bien, tienes ese brazo enyesado, dime que sucedió, no me hagas tener que preguntarle a papá por favor".
-"Aún… aún no lo has visto ¿cierto?".
-"No… pero porque dices…"
-"¿Eres pariente de este muchacho?" interrumpió una voz autoritaria pero que a la vez dejaba notar cierta ¿lástima? ¿resignación? Se volteó para ver a quien había hecho la pregunta y se encontró con una mujer de largas coletas rubias, relativamente joven y con una exageradamente voluptuosa parte delantera, razón, supuso la chica para que su bata de médico estuviera abierta dejando ver la blusa escotada que llevaba.
-"Sí".
-"Soy la Doctora Senju, Directora del hospital y quién atiende a tus familiares. Acompáñame por favor, necesito hablar contigo". La chica acompaño a la mujer de suaves ojos cafés al pasillo después de darle a su hermano una mirada interrogativa, éste por su parte seguía con la cabeza abajo por lo que no se percató del gesto de la chica. Ya afuera, sin rodeos comenzó con el interrogatorio para que alguien de una vez por todas respondiera sus dudas.
-"¿Qué pasó? ¿Por qué están hospitalizados? ¿Por qué no me dejó ver a mi padre?".
-"Si me dejaras hablar podría responder a tu preguntas niña ¡ya cierra la boca!" gritó encolerizada pero enseguida cambió ese semblante por uno más pacífico. "Mira, cálmate y deja que te cuente". La hizo sentarse un una banca y respiró profundo cerrando sus ojos jade para tranquilizarse.
-"¿Qué sucedió?" repitió la pregunta con voz pasiva.
-"Hubo un accidente, aparentemente cuando tu padre y hermano iban cruzando una calle del centro un conductor ignoró la luz roja y los arrolló, inmediatamente se dio a la fuga pero los que presenciaron lo acontecido llamaron inmediatamente a emergencias, que los trajeron para acá. Respecto a tu hermano se rompió el brazo, según lo que nos dijo fue lo que usó para amortiguar la caída, aparte de eso y unos cuantos moretones y rasguños no pasó a más".
-"!Y MI PADRE! ¿QUE LE SUCEDIÓ A EL? ¡QUIERO VER A MI PADRE!". Sakura estaba desesperada al escuchar que los habían arrollado.
-"¿Te llamas Sakura verdad?" la mujer suspiró pesadamente, la chica a su lado no entendió el porque de eso hasta que la mujer comenzó a hablar "Sakura tu padre recibió un golpe en la cabeza al salir disparado por la fuerza del impacto, esto aunado a su condición de silla de ruedas pues… " la hizo levantarse de su asiento y la hizo avanzar a la habitación 123, la correspondiente a su padre, al tiempo que abría la puerta continuó hablando "entró en estado de coma, su cerebro ha sufrido daños de eso no cabe duda pero habrá que hacerle algunas tomografías para saber que zonas son las afectadas, Sakura él va despertar algún día".
Las palabras de la Doctora Tsunade Senju, como podía leerse en su bata blanca, sonaban a las de una madre amorosa que trata de consolar a su pequeña ante una desgracia, apenas acababa de conocer a la mujer pero su conforte le resultaba agradable, ella no había tenido una figura materna desde los 12 años después de todo, pero aún así la chica sintió como se quebraba por dentro, despacio, cómo en cámara lenta su alma se resquebrajaba en miles de millones de cachitos. Sus verdes orbes estaban puestos en su padre que yacía inconsciente en la cama, con los ojos cerrados y aparatos conectados a su cabeza. Sakura caminó lentamente hacia él, su mirada era opaca y se notaba perdida, cuando llegó hasta él acarició suavemente su mejilla, un simple roce que denotaba un mar de sentimientos, él simplemente parecía dormido pero ella sabía que iba mucho más allá de eso. Sakura había leído libros de medicina en la biblioteca de la escuela, los pacientes que caían en coma podían tardar varios años en volver a recuperar la consciencia, eso, si algún día despertaban. Este pensamiento se alojó en su mente y salió corriendo de la habitación no pudiendo soportar esa idea. Pasó de Konohamaru cuando llegó a la recepción y salió del lugar, encontró que estaba lloviendo pero simplemente no le importó, corrió sin rumbo fijo hasta que sus piernas no pudieron más, cayendo de rodillas donde permaneció unos breves segundos antes de lanzar un grito ahogado y desgarrador, sin importarle quién pudiera escucharla.
Rato después regresó al hospital totalmente empapada por la lluvia, su pequeño hermano le preguntaba preocupado que pasaba pero ella se limitó a decirle que la esperara ahí, preguntó por la Doctora Tsunade y fue a verla, llegó a su despacho y tocó la puerta, entró cuando le dieron el permiso.
-"Sakura".
-"Tsunade-sama… prosiga con los estudios, haga lo necesario para que mi padre despierte por favor" decía con un brillo de esperanza en sus ojos, ojos diferentes a los que la rubia mujer había visto cuando ella vino hace tan solo unas horas.
- "Puedes estar segura de ello, por lo pronto tu hermano permanecerá en observación esta noche, mañana por la tarde podrá irse y le recetaremos algunos analgésicos".
-"Doctora" la pelirrosa tragó saliva "¿Cúal…cuál será el precio por los servicios del hospital?". La voluptuosa mujer solo le dedicó una mirada pensativa.
-"Ve a casa por hoy, mañana hablaremos de eso". La chica obedeció, fue a recepción y vio a Konohamaru.
-"Sakura nee-chan ¿Dónde están papá y mi hermano?" la inocencia de la pregunta le destrozó a Sakura el corazón, sin embargo no lloraba, sus lágrimas hacía años que se habían acabado.
-"Ellos, no van a volver esta noche, mira, Utakata se lastimó el brazo pero mañana volverá a casa. Papá… papá esta dormido y no sabemos cuando puede despertar, puede ser dentro de poco o mucho tiempo así que debe quedarse aquí hasta que eso suceda".
-"Tu… ¡TU ME PROMETISTE QUE ESTARIAN BIEN!" el pequeño gritó pero la chica lo abrazó con fuerza esperando que asimilara lo poco que a sus 8 años pudiera comprender.
Le frotó cariñosamente la mejilla, y le limpió con su dedo las lágrimas que amenazaban con salir de sus pequeños ojos. Ambos abatidos se dirigieron a casa, donde acostó a su hermano y permaneció con él hasta que se quedó dormido.
A la mañana siguiente se levantó desganada, en realidad no había podido dormir, como era de esperarse. Reparó en que no había ido a la empacadora el día de ayer pero poco le importó, rápidamente cambió de idea al recordar que debían pagar el hospital. Levantó a Konohamaru, le hizo el desayuno y lo encaminó a la escuela antes de dirigirse a la propia, no quería hablar con nadie y agradeció internamente que sus amigas parecieran haber visto a través de ella ya que no le dirigieron la palabra más de lo necesario, se limitaron a llenarla de abrazos, Por la tarde pasó por su hermano a su colegio y se encaminaron al hospital para ver si Utakata podría salir. Al llegar al lugar saludó sin ánimos, dejó al pequeño en el mismo lugar del día anterior y fue a la habitación que ocupaba su hermano, lugar en donde le habían dicho, la Doctora Tsunade la esperaba ya.
-"Buenas tardes" saludó respetuosamente a la rubia.
-"Adelante Sakura, pasa".
-"Sakura" el pelicafe le sonreía débilmente.
-"Le decía a Utakata que ya puede irse, le daba la nota con las prescripciones médicas". Sakura pidió verla junto con la cuenta de los servicios gastados hasta el momento. Sus verdes pupilas se salieron de orbita al ver la suma hasta el momento. Nunca había visto una cifra tan grande en su vida ni siquiera en sus libros de cálculo. Utakata por obvias razones no podía trabajar por el momento, así que todo se reducía a ella y la empacadora de nuevo, no importaba cuanto tiempo tardase o si debía matarse todas las noches hasta conseguirlo, pagaría esa cuenta así fuera lo último que hiciera, después de todo la vida del hombre que más amaba en el mundo estaba en juego. Antes de irse hicieron una fugaz visita a su padre y ambos le dieron un beso a modo de despedida momentánea.
…...
Llegaron a casa y Utakata se notaba triste, realmente no había dicho palabra en todo el camino.
-"Lo siento… fue mi culpa yo, si me hubiera fijado esto no habría pasado yo" balbuceó como en trance pero no pudo decir más porque se vio interrumpido por el calor de dos abrazos.
-"Esta bien Onii-san, no es tu culpa, saldremos de ésta… te lo juro". Las palabras del corazón de Sakura eran la anestesia que sus hermanos necesitaban para aliviar. Aunque sea momentáneamente, el dolor que se agolpaba en sus pechos.
…...
Llegaría tarde al trabajo pero ya lo sabía realmente, lo que no sabía era lo que le diría Jirobo por ese retraso, de una hora esta vez, sin contar con que ayer no se presentó y su dignidad no le permitiría contarle su situación y estaba segura que le importaría un comino. Con lo que no contó fue con lo que encontró cuando llegó, ahí estaba el regordete hombre, con una perversa sonrisa y la pobre de Yugao frente a él con una mueca de miedo y dolor ejercida por la presión de la mano de Jirobo en su brazo, vio como el hombre se acercaba amenazadoramente a sus labios y no tardó en reaccionar, se abalanzó sobre el enorme hombre y le propinó un puñetazo en el rostro con toda la fuerza que su enojo le dio, él cayó al suelo y la chica se tendió al lado de la otra.
-"¿Qué pasó?".
-"Mandó a Hayate a hablar con el administrador, al parecer una entrega estaba incorrecta y luego, luego él…".
-"No digas más, ese maldito cerdo iba a hacer algo sin nombre".
-"¿HARUNO QUE DEMONIOS PIENSAS QUE HACES?" gritó el hombre recobrando la conciencia.
-"!Defenderla de un pervertido como tu!".
-"YA ESTOY HARTO DE QUE HAGAS LO QUE SE TE VENGA EN GANA, ¿PIENSAS QUE PUEDES LLEGAR A LA HORA QUE QUIERAS O FALTAR CUANDO QUIERAS? Y ENCIMA TE ATREVES A AGREDIR A TU SUPERIOR".
-"Estaba evitando que hicieras una cochinada" susurró amargamente.
-"Bueno… si tanto te molesta ver lo que hago no temas que ya no tendrás que presenciarlo ¡SACA DE AQUÍ TU MALDITO TRASERO QUE TE LARGAS PARA NO VOLVER!". Sakura abrió los ojos desmesuradamente, le estaba despidiendo y ella necesitaba el trabajo más que nunca, pero esas situaciones eran imperdonables y su sentido de justicia podías más.
-"Bien, será un placer no tener que ver tu deforme rostro lo que me quede de vida".
-"Y LA PAREJITA SE VA CONTIGO… ya me quitaste las intenciones.
Cuando Hayate se enteró de lo ocurrido quiso volver a matar a Jirobo pero su esposa lo convenció de dejar las cosas así, después de todo Sakura evitó que pasara a mayores. Ahora debían buscar otro trabajo pero el hombre prometió que cuidaría de su mujer. Sakura por su parte, pensó que lo mejor sería no decirles a sus hermanos a menos de momento, en lo que encontrara otra fuente de ingresos.
…...
Los días pasaron y la chica no encontró suerte por ningún lado, estaba desesperada la deuda del hospital crecía con cada día y nadie en la casa contaba con sueldo. Tendría que, contra todo principio, recurrir a ayuda externa.
-"¿un préstamo?" pregunto sorprendida Hinata.
-"¿Para que quieres que te prestemos dinero frente de marquesina?". La chica les contó a sus amigas todo lo sucedido, sabían que algo estaba mal con ella pero nunca imaginaron que a ese extremo, la abrazaron inmediatamente en un pobre intento de animarla.
-"Ya no se que hacer la suma incrementa, juró pagarles todo así me tome la vida entera".
-"Sabes que haría lo que estuviera en mis manos Sakura-chan, pero mi padre administra el dinero en la familia, no tengo una cantidad tan alta". Respondió la pelinegra increíblemente sin ningún tartamudeo. La ojiverde sabía que el padre de Hinata era amoroso pero estricto y siempre había mostrado clara preferencia por la hermana de la ojiperla, así que en realidad no le sorprendía esa postura de padre controlador.
-"Sakura… en serio lo lamento, también estoy atada, como apenas pasé el examen mi padre me quitó la tarjeta, no me la devolverá hasta que pase con 8.5 como mínimo".
-"¿Tu hermano no cuenta con seguro en su trabajo?".
-"Si pero… el accidente ocurrió fuera de sus horas de trabajo, así no es válido" susurró con una amarga sonrisa.
-"Encontraremos solución Sak, te ayudaremos a conseguir el dinero".
-"Ya veré que hago… gracias aún así chicas… son las mejores" y con eso murió su última esperanza por encontrar una salida.
…...…...
Era domingo por la tarde 5:45 aproximadamente, la pelirrosada regresaba del parque central en un triste e inútil intento de vender los pocos muñecos que su padre había hecho antes del accidente. Su mente estaba envuelta en todos los problemas que en tan poco tiempo había vivido. Salió a sacar la basura al deposito que estaba en la acera y cuando levantó la vista se quedó inmóvil. Un imponente auto negro que a simple vista se veía costosísimo estaba estacionado frente a su casa, pero lo que más le impresionó fue el hombre que estaba recargado en este con una pose casual y enorme sonrisa de arrogancia que ella perfectamente reconocía, el chico llevaba puesto un pantalón azul marino de mezclilla, una camisa negra de manga larga a juego con unos elegantes zapatos y sobre su rostro unos lentes de sol que el chico se quitó para colocar sobre su cabeza, dejando ver sus ojos oscuros cual pozos profundos.
-"Sasuke… Uchiha" dijo en un susurró.
-"Sakura Haruno, tengo una oferta que no podrás rechazar" expresó con esa sonrisa de burla imperturbable. Con todo lo que había pasado se había olvidado completamente del chico azabache, realmente él era la menor de sus preocupaciones, no tenía tiempo para ponerse a enfrentarlo por su estúpida revancha. Él por su parte, al ver que el remedo de chica solo se le quedaba viendo como tonta se animó a continuar.
-"Quiero que seas mía" soltó sin más, sus ojos denotaban maldad pura, contrastante con diversión en sus labios.
La chica solo se quedó allí mirándolo, con el ceño fruncido y mil cosas rondando su cabeza.
...
¿Que tal? a que los dejé picados con eso último ¿no? SORPRESA si salió Sasuke aunque en el mero final jejeje ¿que quizó decir con eso que quería que fuera suya? y pobre de Sakura que solo le suceden desgracias, sip así de mala soy como escritora recurro a dramas cliché ok no, bueno espero que les haya gustado y lamento si no fue exactamente lo que esperaban. Sin más nos vemos en la próxima. Sayo!