Disclaimer: nada de lo que podáis reconocer me pertenece, todo es propiedad de J. K. Rowling. Escribo fics sin ánimos de lucro.


"Herpo el Loco"

Herpo el Loco no siempre estuvo obsesionado con las Artes Oscuras, pero fue otro tipo de obsesión lo que le hizo caer en ellas. Fue una mujer, por supuesto.

Era preciosa. Su cabello parecía de oro y sus ojos azules parecían sonreírle siempre. Sus labios llenos le volvían loco, especialmente cuando esbozaba una de sus sonrisas traviesas, y sus mejillas siempre estaban sonrojadas. Además, cada vez que reía echaba la cabeza hacia atrás, dejando al descubierto su cuello blanco y manchado con un solo lunar que reposaba justo en el lugar que Herpo siempre deseó besar.

Pero no sólo era hermosa por fuera.

Su corazón puro no albergaba ni un atisbo de maldad. No parecía conocer el significado del odio o del rencor. Siempre fue amable, buena y trabajadora y jamás buscó el mal a nadie. Por eso Herpo no se explica cómo pudieron los dioses castigarla con una enfermedad desconocida para magos y muggles.

Se la llevaron. Se fue una noche de diciembre, dejando atrás a un hombre roto y perdido. Un joven que no necesitó más que la promesa de que jamás volvería a sufrir si entregaba su alma a las Artes Oscuras. Y así lo hizo.

Loco. Herpo el Loco. Sí, loco de dolor y pena. Loco de furia e impotencia. Loco, porque lo perdió todo por no ser lo suficientemente poderoso.