Estos personajes no me pertenecen, son todos de kurumada yo solo los utilizo para dejar volar mi imaginación…
El comienzo
Una pareja de amigas unidas desde mucho tiempo atrás, celebraban de cerca la próxima llegada del nuevo integrante de la poderosa familia Heinstein, Shijiro una enfermera japonesa titulada y su esposo un conocido médico de la misma procedencia, disfrutaban junto a su hijo mayor Ikki la fiesta preparada por la Alemana, lo más hermoso para ambas jóvenes era verse sus enormes vientres a punto de reventar curiosamente para la misma fecha.
En el jardín principal del enorme castillo situado en una hermosa montaña, un par de niños eran presentados por sus orgullosos padres.
—Saluda a tu amiga—decía un joven peliazul —no te hagas el rogado hijo, vamos dale la mano a la niña.
Un malhumorado Ikki de brazos cruzados fruncía el ceño mientras decidía entre darle o no la mano a una pequeña de ojos purpura que lo observaba curiosa tras las piernas de su alto papá.
—Me llamo Pandora— chilló la niña saltando de su escondite
—Hola… — balbuceó el pequeño en alemán.
— ¿Jugamos? — dijo y sin esperar respuesta alguna, tomó del guardado brazo del pequeño peli azul y se perdió con él entre la gente haciéndolo correr frente a sus embarazadas madres que sonreían al ver la tierna escena.
— Está enorme Shijiro —decía la mujer de cabellos castaños a su amiga —que hace lo trajeron y era apenas un bebé regordete y ahora es todo un hombrecito y tan serio como su padre.
—Creo que ese detalle es inevitable amiga—contestó la otra mujer sin perderlos de vista — espero que este que viene de camino herede por lo menos mi sonrisa—de manera cálida acariciaba su vientre mientras sonreía.
—Todo es tan perfecto, ¡miranos! Tu y yo casadas, esperando un niño para el mismo día, tú una ejemplar enfermera casada con un exitoso médico y yo… la esposa del hombre más perfecto…
—Y millonario…—interrumpió la peliverde riendo.
—Basta… eso se llama suerte…
Ambas compartieron risas, ambas esperaban para setiembre el nacimiento de sus bebes.
OoO
En el jardín de la mansión la pequeña Pandora mostraba a su amigo su lugar de juegos, sacaba grandes cantidades de muñecas, y tacitas de té y las mostraba con delicadeza nombrándolas a cada una por su nombre mientras las acomodaba en una mesita de madera que sus padres le habían regalado al recién cumplir sus cuatro añitos.
—Ikki, cuando nuestras hermanas nazcan…—
—Hermanos… — dijo el pequeño con muestra de disgusto
—Hermanas — contesto la pequeña entrecerrando sus ojos y colocando sus manos en la cintura.
—Las niñas son aburridas.
—Y los niños son molestos.
Pandora tomó a Ikki de los hombros, lo miro fijamente para luego colocar sus manitas en su rostro y lo besó, el beso más inocente entre dos casi bebes de menos de 4 años.
—Iuuuggghhh que asco – dijo el pequeño limpiando su boca.
Una carcajada inocente se escapó de labios de la niña
—Mi mamá hace eso cuando se enoja con mi papá, se supone que ahora tienes que reír y abrazarme— dijo cruzando sus bracitos algo molesta
Enojado Ikki salió corriendo para refugiarse en las piernas de su madre que lo esperaba junto a su amiga, quien sostenía dos deliciosos postres para los pequeños.
—Algún día te casaras conmigo Ikki –decía la pequeña entre risas mientras tomaba su pastel de manos de su mamá.
—Jamás— murmuro el pequeño aferrándose aun mas.
…
En un hospital de Japón setiembre.
—Necesito gasas—corría una enfermera.
—Traigan suero fisiológico, necesito una jeringa de cinco cc y vías por favor apúrense no podemos perder más tiempo—decía mientras entraba en la habitación donde su esposa difícilmente daba a luz, pero antes de ingresar y con un semblante desencajado el joven médico se detuvo, dobló sus piernas hasta quedar a la altura del niño que lo observaba ir y venir angustiado y lo tomó de sus hombros.
—Ikki— le dijo mientras con una mano acariciaba una de sus mejillas— hijo todo está bien si… mamá necesita ayuda para traer a tu hermanito al mundo y papá tiene que estar con ella, no puedo quedarme contigo, prométeme que serás un niño valiente y te portaras bien— dijo con ternura el hombre a su pequeño que no lo dejaba de observar.
—Dr. Makoto lo necesitamos…— la voz de una enfermera lo hizo respingar, sonrió de nuevo a su hijo que a pesar de sus escasos 3 años ya mostraba una seguridad y valor sobrenaturales mientras le asentía.
Mientras su padre se alejaba, Ikki limpió una pequeña lagrimita que amenazaba con pasar por su mejilla y con pesar desvió su mirada a las enormes puertas blancas que lo separaban de su madre.
oOo
Castillo Heinstein Alemania…
La pequeña Pandora jugaba con su enorme perro mientras una sirvienta la custodiaba, dentro en la casa un par de médicos y varias enfermeras atendían a su madre que estaba en labor de parto.
—Adolf —gritaba la niña con una pelota en sus manos— vuelve acá.
Sus pequeñas piernitas no podían llevarle a tanta velocidad y aprovechando que la sirvienta se encontraba perdida en el mundo de los sueños la pequeña corrió hasta una enorme bodega a la cual su padre le tenía prohibido acercarse, se detuvo en seco sosteniendo sus manitas en las rodillas recuperando el aliento, de repente el candado se rompió haciendo sostener la respiración de la niña, la puerta se abrió lentamente dejando ver una vasija con un extraño sello, ni siquiera los ladridos de Adolf ni la oscuridad de la bodega hicieron retroceder a Pandora , tocó con curiosidad la extraña caja y esta se rompió en mil pedazos.
— ¿Quién eres? —Resonó una ronca voz— preséntate mortal—exigió con autoridad.
—So…soy Pandora Heinstein—contestó la pequeña en un hilo de voz, mientras daba un paso hacia atrás.
De repente dos enormes sombras se dibujaron frente a ella, convirtiéndose luego en dos hombres de rasgos idénticos pero con un color de cabello diferente.
—Somos Hypnos y Thanatos dioses de sueño y la muerte—dijo el de cabellos rubios mientras se acercaba a la niña— y tu pequeña sin duda eres la heraldo de nuestro señor hades, tu recién nacido hermano.
La pequeña Pandora abrió sus enormes ojos purpura, llevo sus manitas a la cabeza— mi hermanita— dijo en un susurro.
—Tu deber será cuidarle hasta que haya cumplido la edad respectiva para poder gobernar el inframundo— Thanatos habló mientras bajaba a la altura de la niña, tomó su pequeño rostro en sus pálidas manos mientras una enorme estrella que adornaba su frente brillaba con intensidad— todo tiene su recompensa mi pequeña heraldo, tendrás vida eterna, con uno que otro pequeño sacrificio…— sonrió y volvió a tomar su lugar a la par de su hermano, ambos se observaron por un momento.
—Muy pronto estarán a tu lado los tres jueces del inframundo, ellos deberán brindarte la protección necesaria —continuó Hypnos — desde este momento te damos la autoridad necesaria para tener todo listo para el despertar de nuestro señor hades— ambos sonrieron— ahora ve ya tu hermano debe de haber nacido y recuerda que si algo sale mal, deberás buscar un sustituto que albergue su alma.
Tras un fuerte viento las dos figuras desaparecieron frente a ella, un poco confundida por la ultima oración salió de la bodega, pero su rostro se llenó de pavor al ver su perro Adolf muerto, sacudió su cabeza y corrió tan rápido como su aliento le permitía, al llegar un siniestro silencio recorría le enorme mansión.
oOo
Ikki se retorcía sus deditos y balanceaba impaciente sus piernas que colgaban en la banca, hacía más de una hora su papá había entrado a la sala donde estaba su mamá y el silencio de la clínica lo tenía impaciente, nadie le decía nada, ¿qué había pasado con su hermanito?…porque era HERMANITO… Pandora jamás tendría razón… el pequeño era ahora víctima de las miradas de enfermeras y doctores que transitaban el lugar, su respiración agitada era muestra de los nervios que ese pequeño sentía en ese momento
— Ikki… Ikki… — una voz ronca lo sacó de sus pensamientos, era su padre.
— ¡Papá! … mi hermanito… ¿ya…?
—Así es— dijo el hombre extendiéndole su mano con suavidad.
Una enorme sonrisa adornó el rostro del pequeño peliazul, bajó de las bancas y corrió, entraron a la habitación en silencio, al lado de su cansada madre un pequeño bultito envuelto en sábanas blancas se movía incoherente dejando a la vista dos pequeñas manitas y un mechón de cabello verde, Ikki se detuvo de pronto y dio un paso hacia atrás chocando con las piernas de su padre, volteo su rostro hacia arriba para encontrarse con la sonrisa motivadora de su progenitor y un par de manos que lo empujaban.
—Ikki—llamó una dulce voz casi en un susurro— ¿no quieres conocer a tu hermanito?—Su madre que había despertado del cansado sueño lo miraba divertida.
Ahora motivado caminó un poco más rápido hasta encontrarse al frente de la camilla, su padre lo sujetó para levantarlo y poder observar con detenimiento cada detalle del nuevo bebe.
—Se llama Shun— dijo su papá en su oído —tocalo vamos no te morderá… aun.
Ambos padres sonrieron con complicidad al ver a su pequeño peliazul soltar una risita nerviosa.
Recorrió la frente de su hermanito con sus deditos mientras este mantenía sus enormes ojos verdes clavados en él.
—Hola Shun, soy tu hermano mayor…— se acercó más y beso la frente del recién nacido—te cuidaré siempre.
oOo
Al pasar por las puertas del enorme castillo, nadie hablaba, nadie se quejaba, una que otra doncella sollozaba, en la sala varios empleados se secreteaban y meneaban la cabeza, al verla a ella le brindaban una casi invisible sonrisa.
—Pandora—escuchó detrás suyo— ven acá tu padre te llama desde hace rato—la niñera que de seguro la había buscado como loca le ofrecía su mano un poco molesta, la niña asintió y la tomó, caminó en los anchos pasillos de la mansión con las extrañas palabras de esos hombres en su cabeza, su corazón latía con fuerza amenazando con salir de su pequeño pecho, delante de ella las enormes puertas del dormitorio de sus padres se entreabrían con delicadeza, dentro dos hombres su padre y tío discutían..
—Si tan solo hubieras llegado antes Edward, mi hijo estuviera… bien… y mi esposa maldita sea te llame como un loco desde la mañana—reclama el padre de Pandora mientras se dejaba caer en uno de los sillones de la habitación.
—Señor, la señorita Pandora esta acá— interrumpió la mujer.
—Gracias Marcela, puedes retirarte, tú también… nada haces acá—espeto con furia hacia el otro hombre.
—Permiso— dijo la sirvienta soltando la mano de la pequeña no sin antes brindar un apretoncito leve y una sonrisa.
De igual manera su tío simplemente revolvió sus cabellos.
Una vez solos el joven padre se acercó a la pequeña, bajó a su altura y tomó el diminuto rostro entre sus manos —Pandora… hija no sé cómo explicarte esto, tu mami y tu hermano…
Las palabras de su padre se convirtieron en susurros, cuando con temor observó a su madre en la cama y escuchó su respiración ronca, luego reparó en el moisés que se encontraba al lado de la ventana… no había llanto, no había luz, solo el silencio de la muerte. Zafó su carita de las manos de su padre y caminó hasta llegar a un lado de la cama, tocó con delicadeza los parpados húmedos de su madre quien respondió con un leve fruncido en su ceño, recorrió todo el mueble caminando con sus deditos hasta dar con la cunita
— ¡Pandora…! —gritó su padre quien se había mantenido paralizado—tu hermano está…
—Dormido…—contestó la pequeña manteniendo la vista en el inerte bebé—solo duerme… padre.
Luego todo paso demasiado rápido , un fuerte viento azotó los enormes ventanales de cristal rompiéndoles en mil pedazos, de la cuna ondas de color morado se levantaban hacia todos los lados de la habitación, gritos, quejidos, llantos de almas en pena, la oscuridad rodeo de repente a la pequeña peli morado , con lágrimas en sus ojos tomó al pequeño bulto entre sus manos y lo estrujó, ¿porque había muerto? Necesitaría ahora otro cuerpo que albergara esa alma poderosa, y entonces recordó, que en algún lugar de Japón como le había contado su madre, el hermanito de Ikki estaba naciendo, así que ella lo cuidaría y seria entonces su hermano, solo suyo. Pero el cansancio pesaba y su pequeña cabeza le daba vueltas, habían sido demasiadas emociones juntas , presionó su hermano contra su pecho y lo depósito de nuevo en su cuna para voltear y encontrarse con los cuerpos ahora inertes y casi momificados de sus padres y todos los habitantes de la mansión , simplemente no pudo más y sus piernitas cedieron al momento haciéndola caer en un sueño profundo.
Continuaraaaa…
Gracias por leer… este fic está completamente reeditado tiene varias partes diferentes… simplemente me antoje de meterle más cosas luego de releerlo y siendo este el que me inspiro para el resto de mis historias… se lo tenía merecido…
Espero su review, que son parte de las ganas de volverá a editarlo, me interesa su opinión.
Contiene únicamente la saga de Hades que para mi fue la mas emocionante, parte de la verdadera historia con un toque personal… espero que lo disfruten.
