Narra Bella

Sinceramente, no podía pedir un mejor amigo-novio-esposo o lo que sea, que Edward, él simplemente era el mejor, él no era perfecto pero estaba cerca de la perfección, él es el chico que cualquier chica quisiera tener y yo me siento la persona más afortunada por tenerlo. A veces sentía que él era demasiado para mí, pero no, los dos estábamos en este mundo para estar juntos. Él es perfecto para mí.

No tengo idea de cuánto tiempo llevaba abrazada a él llorando en su hombro, pero se sentía tan bien. Él cada vez me abrazaba más fuerte y eso me hacía sentir aun mejor. Él tiene como un poder que con sólo mirarme me hace sentir bien. Estoy segura de que toda su camisa estaba mojada por mis lágrimas. A él no parecía importarle, y a mí tampoco porque no quería soltarlo.

Antes de darme cuenta ya no estaba llorando, es como si todo lo que no lloré en todos estos años lo lloré hoy, junto a Edward y eso era lo mejor de todo. Claro que aun me sentía un poco mal, pero estaba mejor y estoy segura que es porque sabía que Edward nunca me dejaría.

"Eres una tramposa, ya no estás llorando y aun sigues abrazándome" dijo bromeando, yo reí y luego me puse seria para preocuparlo, de todas maneras no me creería.

"Oh, bueno, me quitaré si tanto te molesta" dije intentando bromear, pero hacia muchas muecas intentando no reírme.

"Oh, Bells, debes aprender a mentir un poco mejor" dijo riéndose y yo lo abracé de nuevo.

"Si, lo sé, lo sé" reí.

"Entonces… ¿estás mejor?" dijo después de estar varios minutos mirándonos sin decir nada.

"Si, lo estoy" Él sonrió "Oh Dios, amo demasiado tu sonrisa" Él frunció el ceño y yo sólo lo besé.

No tenía la intención de hacer que el beso fuese cada vez más intenso, pero así fue, y yo no estaba mal con eso, no en absoluto. Yo coloqué mis brazos en la parte de atrás de su cuello y él en mi cintura. Por falta de aire nos separamos, pero él comenzó a besar mi cuello. Se separó por un momento y se levantó, casi inmediatamente yo también, él volvió a besarme y colocó sus manos en mis muslos y los alzó para yo colocar mis piernas en su cintura.

"Edward… creo que… mejor vamos arriba" le dije con la poca voz que tenia.

Él sonrió y empezó a caminar conmigo en su cintura hacia la habitación intentando no hacer mucho ruido. Una vez que estábamos en la habitación, automáticamente empecé a quitar su camisa. La saqué por completo y él me besó nuevamente, muy intensamente. Me baje de él y empezamos a caminar hacia la cama. Ya estando en la cama él se atrevió a quitar mi camisa, sonreí ante eso. Él es demasiado tímido cuando se trata de cosas así. Pude ver como se sonrojó, sólo me reí de él.

"No puedo creer que aun te sonrojes" él se sonrojó aun más.

"Eres mala" dijo sonriéndome y volviendo a besarme.

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-Una semana más tarde-

Observar a la gente era algo que nunca me cansaría de hacer, especialmente en un aeropuerto. Observar todos los rostros que probablemente no vuelva a verlos nunca más. No sé por qué me gustaba tanto hacer eso.

A veces pienso y me pregunto ¿Qué está pasando en la cabeza de cada uno? ¿Están contentos, están tristes? ¿Están enamorados o tienen o han tenido el corazón roto? ¿Están felices con sus familias o están escapando? Pero, nunca lo sabré realmente.

¿Qué es lo que piensa esta gente de mí? Estaba sentada en una terminal de aeropuerto, pasando con mis dedos las páginas del libro que estaba leyendo y con las piernas cruzadas.

Yo apoyé la cabeza en la palma de mi mano, cerré el libro y seguí mirando a mí alrededor. En realidad, nadie se daba cuenta de mí. Todo el mundo estaba tan ocupado, corriendo a su terminal, durmiendo, leyendo un libro, o simplemente absorto en una conversación con otra persona.

Pero en realidad, no me importaban las opiniones sobre mí de otras personas, excepto la persona que estaba a mi lado con un brazo en mis hombros. Apoyé la cabeza sobre su brazo y sonrió. Alejó los ojos de su teléfono, que estaba enviándole un mensaje a su Emmett, para encontrarse con los míos con una sonrisa suave. Me dio un beso en la frente y dejó sus labios ahí por un momento. Y luego bostezó, tapándose la boca con el dorso de su mano.

"¿Estás cansado, Edward?" Me reí, tocando su cara.

Se encogió de hombros y se frotó los ojos.

"Han sido largos meses, estoy listo para ir a casa y comer en nuestros restaurantes favoritos, ver a Tom, dormir en nuestra cama y..." Se calló y simplemente me miró. Inclinó ligeramente la cabeza y poco a poco sus dedos se colocaron en mi mandíbula, sin duda, dejándome la piel de gallina.

Edward se inclinó y me besó en la garganta con un pequeño beso. Y, finalmente, me dio un beso en mis labios. Iba a besarlo de nuevo, pero entonces la voz del intercomunicador, anunciando el vuelo desde Seattle a Nueva York habló recordándonos donde estábamos. Él se apartó un poco y sonrió "Te amo."

"También te amo" Contesté.

Tomé una respiración profunda y sonreí para mis adentros. Realmente esto era todo. Iba a Nueva York, iba a estar en casa. Yo extrañaría a mi abuela, tía, tío y a mis primos con los que acababa de reunirme, pero tenía planeado visitarlos pronto.

Estos últimos dos meses pensé demasiado en muchas cosas. Yo sabía que en este momento las cosas estaban muy bien. Viviría en Nueva York, donde siempre he querido vivir. Yo estaba comprometida con alguien que me ama tanto como yo lo amo. Pero cualquier cosa podría cambiar en cualquier momento.

Unos meses después yo podría tener una pelea grande con Edward, o pasarle algo a él o pasarme algo a mí. Nada me aseguraba que las cosas estarían siempre bien como lo están ahora, nada me aseguraba que las cosas serian fáciles y que pasaríamos nuestras vidas sin ningún problema.

Así que yo sabía que tenía que estar totalmente agradecida y feliz con lo que tenía ahora. Tengo demasiada suerte ahora y estoy bien con eso.

"¿Lista?" preguntó Edward cuando se colgó la mochila al hombro. Me puse de pie y él puso su brazo alrededor de mi cintura, besando mi cabeza.

Sonreí y asentí con la cabeza "Sí, estoy lista."

FIN