Hola a todooos! Quiero que sepan que no me olvidé de esta historia, y lleve el tiempo que me lleve, la terminaré. Agradezco los reviews, son mi motor para seguir :D Ya estamos en los últimos cuatro capítulos, y a partir de ahora comienza lo bueno. Si olvidaron cómo iba la historia, esto es lo que deben recordar:

"Tai y Matt conocieron a Anubismon, el digimon guardián del Bosque de las Sombras, quien les entregó la fruta que les permitió finalmente utilizar el Anticuerpo X, y ahora están de camino al Mar Oscuro para unirse a la batalla. Por otro lado, TK, Izzy, Joe y Mimi lograron reunirse después de estar un tiempo separados, y sólo faltaban Kari y Sora, quienes deambulan por la Fortaleza Marina de Daemon, sin encontrar un modo de escapar".

Bueno, con todo dicho, los dejo con el capítulo, disfrútenlo y nos vemos al final.

PD: Digimon no me pertenece. Si así fuera, esta historia habría salido en pantalla.


Capítulo 37. El poder aterrador del nivel Súper Mega


Luego de repasar los lugares por los que habían estado, Izzy llegó a la conclusión de que el propio Mar Oscuro era el único sitio que no habían visitado, y Kari y Sora podrían estar perdidas allí.

—Gomamon, ¿crees que puedes digievolucionar y llevarnos por el agua?

—Sin problemas, Joe—respondió el digimon marino—. Ese descanso era todo lo que necesitaba.

El mayor de los elegidos extendió su digivice y el gran Ikkakumon apareció en la playa.

—Nosotros iremos por el aire —dijo Izzy apuntando su digivice hacia Tentomon, provocando que éste digievolucione a Kabuterimon.

Joe, Mimi y TK, junto a Palmon y Patamon, subieron a la cabeza del digimon marino, mientras que Izzy subía a su digimon, y juntos emprendieron el rumbo hacia el desconocido y lúgubre Mar Oscuro. Al cabo de unos minutos de viaje, la niebla comenzó a hacerse cada vez más espesa, tanto que Kabuterimon casi no podía ver a Ikkakumon, pese a que estaba sólo unos metros encima de él. Izzy le pidió a su digimon que baje la altura, y luego el digimon insecto decidió que lo mejor era regresar a la etapa infantil y viajar sobre Ikkakumon junto a los demás, ya que perderse sólo junto a su camarada en aquel lugar no era buena idea.


Antes de cruzar por la puerta que habían acordado, Gatomon retrocedió para revisar la otra puerta rápidamente, pero se encontró con que del otro lado sólo había una pequeña habitación con basura mojada.

—Supongo que será esta otra—dijo la digimon felina poniendo su pata sobre el picaporte de la puerta de la derecha.

Al abrirla se encontraron con unas escaleras de piedra similares a las que habían subido para salir de los calabozos del sótano, y tras subir estas últimas, las esperaba una sala grande, muy grande, con una escalera más elegante al fondo, que a medio camino se dividía hacia la izquierda y derecha, y conducía al piso superior de la fortaleza. A los lados, el balcón del piso superior descansaba sobre una fila de columnas de piedra; y bajo el balcón, en las paredes, había dos puertas a la izquierda y dos a la derecha. Finalmente, frente a la escalera elegante, una enorme puerta doble de madera gruesa indicaba la entrada principal a la fortaleza.

—Este lugar es verdaderamente encantador, a diferencia de las estancias que visitamos anteriormente—dijo Sora asombrada de lo que veía—. Si tan solo no fuera la guarida de Daemon…

Kari corrió hacia las puertas de entrada e intentó abrirlas, pero fue inútil. Incluso con la ayuda de Sora, Gatomon y Biyomon, las puertas no cedieron, y no había modo aparente de salir de ese lugar.

—Genial—soltó Gatomon—. ¿Y ahora qué hacemos? No quiero tener que revisar cada lugar de esta maldita fortaleza.

—Tal vez si vamos hacia arriba encontremos alguna ventana o una abertura en el techo que nos permita salir, digo, Daemon tiene que salir y entrar por algún lado, ¿no?

La idea de Biyomon era lo más cerca que tenían a un plan, y sin otra opción en mente, las chicas se dirigieron hacia la elegante escalera.


Tai y Matt aparecieron en medio del bosque, en el mismo punto en el que habían aterrizado sus amigos al llegar al Mar Oscuro. Era su primera vez en ese lugar (igual que la mayoría), y les asombró lo mucho que se parecía al Digimundo.

—Es como si pintaran de gris al Digimundo—dijo Tai—. Yo pensaba que era solo una playa enorme.

—Gennai dijo que, según Izzy, el Mar Oscuro tiene la misma extensión que el Digimundo, es lógico que haya más que la playa que TK y Kari conocieron—respondió Matt—. Aun así, este bosque es muy espeso como para estar cerca del agua. Espero que no hayamos llegado a algún lugar demasiado lejos del mar.

—¡Tai! ¡Por ahí!

Agumon llamó la atención de su camarada, y le señaló una zona más adelante, donde se podía ver un pequeño sendero de ramas rotas, lodo y césped aplastado.

—Parece que los demás se han visto forzados a pelear. O a escapar—comentó Gabumon.

—Han pasado varias horas desde que ellos llegaron, podrían estar en peligro. No perdamos más tiempo

Matt extrajo su digivice y Tai lo siguió, y después del clásico destello luminoso, MetalGreymon y WereGarurumon comenzaron a recorrer el bosque toda velocidad, con sus camaradas sobre ellos.

—Con el nivel Perfeccionado nos moveremos a una buena velocidad sin gastar tanta energía como con el nivel Mega—reflexionó el líder de los elegidos.

Luego de avanzar unos minutos, los elegidos se toparon con la cabaña en la que se habían refugiado temporalmente Kari y Sora cuando se separaron del grupo tras el ataque de las criaturas oscuras, pero una rápida inspección reveló que ahora se encontraba completamente vacía. Tai y Matt continuaron su camino, el rubio desde la tierra a toda velocidad sobre su digimon lobo, y el castaño desde el aire sobre MetalGreymon. De repente, el digimon dinosaurio divisó el barranco por el que habían caído TK y Joe, y descendió rápidamente para detenerse delante de WereGarurumon, impidiendo que corra la misma suerte.

—¡Wow! Gracias, amigo, no había visto que se terminaba el camino—agradeció el digimon de Matt.

—Miren esto—dijo Tai, tras bajar de su digimon y tocar la tierra—. Parecen huellas de como si arrastraran algo. Supongo que alguien cayó barranca abajo.

—Espero que Sora y los demás estén bien—respondió el rubio.

Con evidente preocupación, los cuatro comenzaron a caminar ladeando el barranco, hasta que algunos metros más adelante, Tai divisó un charco, y quiso patear el agua para calmarse un poco, pero su sorpresa fue enorme cuando, después de pisarlo, el supuesto "charco" se lo llevó hacia abajo.

—¡Amigo!—exclamó Matt mientras tomaba la mano de Tai y tiraba con fuerza, sacándolo del agua rápidamente.

—¡¿Qué demonios es eso?!—espetó el líder de los elegidos luego de sacudirse como un perro para secarse un poco.

—Cualquiera que lo viera desde nuestra posición pensaría que es un charco de agua, pero parece que es un pozo enorme lleno de agua hasta el tope—respondió Matt con una mano sujetando su codo y la otra con sus dedos índice y pulgar en el mentón—. Lo extraño es qué hace un pozo tan grande en un bosque como este.

—Tal vez Kari y los demás tengan algo que ver con esto—dijo Tai—. Solo espero que nadie haya caído hacia abajo. Continuemos.

Si saber que el pozo con agua era en realidad el abismo por el que habían caído Izzy y Mimi cuando el suelo se derrumbó, y que luego se llenó de agua obligando al pelirrojo y a la castaña a bucear por su vida, Tai y Matt avanzaron al menos un kilómetro a toda velocidad, hasta que se toparon con el abrupto final del bosque y el comienzo de la costa, conociendo por fin lo que sus hermanos llamaban "El Mar Oscuro".

—Guau—fue lo primero que pudieron decir tanto humanos como digimon, pues a su vista, además del extenso mar de color negro que se extendía hasta el horizonte y se fundía con la espesa niebla gris, se podían ver un faro completamente destruido, desniveles bruscos en la arena y las rocas del acantilado en pedazos esparcidos por toda la costa, claros índices de que se había llevado a cabo una pelea en la playa.

Sin ninguna pista aparente, Matt estaba a punto de preguntar en voz alta qué harían ahora, pero una enorme explosión que trajo consigo una poderosa ráfaga de viento lo sorprendió.

—¡Tai, mira! ¡¿Qué es eso?!—exclamó MetalGreymon, señalando una columna de luz negra con rayos azules que comenzaba a hacerse cada vez más grande y se extendía desde la profundidad del mar hasta perderse entre las nubes grises.

Los elegidos del Valor y la Amistad se encontraban demasiado lejos de aquel haz de luz oscura, pero el hecho de que la ráfaga de aire que derivó de la explosión llegó hasta ellos, era prueba suficiente de que aquella luz tenía un poder inmenso, y comenzaron a temer lo peor.

—Parece que la batalla contra Daemon ya comenzó— comentó Tai—. Digievolucionemos a nuestros amigos al nivel Mega y démonos prisa.


Ya había pasado un buen rato desde que Ikkakumon abandonó la costa, y lo único que se divisaba en los alrededores era niebla y más niebla. TK, Izzy, Mimi y Joe comenzaron a dudar de la decisión que habían tomado al meterse de lleno en el Mar Oscuro, pero ya estaban demasiado lejos como para volver a la playa.

—Quizá Daemon se esconde en las profundidades—propuso Joe.

—Lo dudo, amigo—respondió su digimon—. Daemon no es un digimon marino, aún en el nivel Mega no aguantaría mucho tiempo bajo el agua.

—Pues tenemos que pensar en algo. Ikkakumon ha estado nadando ya mucho tiempo, y si se agota, estamos todos perdidos.

—Tienes razón, Izzy—respondió TK—. Pero por otro lado, tengo el presentimiento de que pronto…

El elegido de la Esperanza no pudo concretar su oración debido a un temblor que movió bruscamente al digimon de Joe y a todos los que estaban sobre él. Ikkakumon logró mantenerse lo más estable que pudo, y por suerte nadie cayó al agua, pero delante de ellos comenzaron a formarse algunos remolinos en la corriente, por lo que el digimon se detuvo.

—¿Qué es esto? ¿Qué está pasando?—preguntó Mimi.

—¡Miren!—exclamó Tentomon, señalando más allá de los remolinos.

Ante la sorpresa de todos, la niebla comenzó a disiparse lentamente, revelando una edificación un tanto extraña, pero que evidentemente era una especie de castillo o fortaleza, aunque sin duda lo más extraño vino después. La fortaleza comenzó a emitir una luz de color verde casi negro y, segundos después, así como la habían visto aparecer, desapareció, ya que la edificación estalló por completo. La enorme explosión liberó una columna de luz que se extendía hacia arriba hasta perderse entre las nubes, la misma que estaban viendo Tai y Matt a lo lejos, seguida de un sonido aterrador, como el alarido de una bestia enorme.

—¿Están todos bien?—preguntó el elegido del Conocimiento luego de quitar sus manos de sus oídos y levantar la cabeza—. Esa explosión fue muy poderosa.

Los elegidos asintieron lentamente, y sus miradas no reflejaban más que preocupación y cierto temor, pues todo pasó en unos pocos segundos. Ikkakumon sorteó los remolinos con facilidad y llegó a la orilla, a unos metros de las ruinas de la fortaleza, y regresó a su etapa infantil. No tuvieron que andar mucho cuando divisaron lo último que querían ver, y palidecieron al instante. Sobre la arena, un poco más adelante, se encontraban Kari y Sora completamente inconscientes, junto a Nyaromon y Pyocomon, también sin reaccionar.


El segundo piso de la Fortaleza Marina era completamente diferente, tanto a la planta baja como a las mazmorras por las que habían pasado. Lujo por doquier, velas encendidas en los pasillos, y la peste a agua podrida había desaparecido por completo. Sora y Kari caminaban por el pasillo central, y al contrario que el piso de abajo, aquí había varias puertas a la izquierda y a la derecha, lo que complicaba un poco las cosas, pues Daemon podría estar en cualquier parte.

Solo dos o tres criaturas oscuras salieron al encuentro de las elegidas, pero nada que las digimon no pudieran manejar. Luego de avanzar un poco, el pasillo torcía hacia la izquierda, y luego hacia la izquierda nuevamente, y Kari se dio cuenta de que si seguían así, terminarían en las escaleras donde habían comenzado. Algo más adelante, Sora notó que una de las antorchas estaba apagada, lo que le llamó poderosamente la atención. Al tocarla, notó que seguía algo caliente, lo que indicaba que no se había apagado hace mucho. Biyomon se acercó a su camarada, pero tropezó y se apoyó en la pelirroja. Sora se agarró de la antorcha para no caerse, pero al apoyarse en ella, ésta se movió hacia abajo, revelando un pasaje secreto en la pared.

—No sé si golpearte o besarte—le dijo Sora a su digimon, mientras esbozaba una sonrisa pícara.

—¿Vamos a ir por ahí?

—Creo que no tenemos más opciones, Kari—respondió su digimon—. Yo iré al frente.

La abertura en la pared daba a unas escaleras de piedra en forma de caracol que iban hacia arriba, a la completa penumbra. Gatomon hizo brillar su anillo mágico, y Biyomon creó un Espiral Mágico que mantuvo en la punta de su ala, y entre las dos consiguieron algo de luz para iluminar el camino mientras ascendían. A mitad de camino, una pequeña ventana cuadrada en la pared relevaba que las muchachas se encontraban a una distancia considerable del nivel del mar, evidentemente en una torre oculta dentro de la fortaleza.


En la cima de la torre, el agudo oído de Daemon notó el ruido del pasaje secreto abriéndose. El demonio de la Ira les había prohibido a las cobardes criaturas acercarse a la torre, por lo que indudablemente el ruido significaba que los elegidos estaban cerca.

Llegó la hora—se dijo para sí—. El ritual está casi listo, justo a tiempo. Solo necesito agregar los objetos de los otros demonios en el orden en que fueron derrotados.

Daemon se encontraba en una estancia bastante amplia, con piso de madera y paredes de ladrillo. Varios estantes con libros antiguos decoraban las paredes y, en la pared trasera y contraria a las escaleras, Daemon había armado una fogata, sobre la que reposaba un caldero de metal que contenía una sustancia humeante de color verde casi negro. El demonio extendió su mano, e hizo aparecer los objetos que caracterizaban a los demonios muertos, los cuales comenzaron a girar en un círculo alrededor de la opaca mano.

Repasemos. El primero en caer fue Barbamon. Le había robado el poder de la digievolución DNA a dos elegidos—pensó Daemon, recordando cuando el demonio de la Envidia había acabado fácilmente con Imperialdramon—, pero no fue suficiente y fue derrotado por Amor, Pureza y Bondad. Luego siguió Leviamon, "el digimon más poderoso". Qué mentira. Tiempo después, Lilithmon y Belphemon fueron destruidos casi a la vez. Beelzemon se cambió de bando, y Lucemon acabó con él de un solo golpe. Y en cuanto a nuestro querido líder… estaba completamente seguro de que él moriría en la batalla contra la Esperanza, pero el miserable sobrevivió a la explosión y me obligó a "terminar el trabajo". Uno por uno fueron cayendo mis compañeros demonios, sin saber que el único motivo por el que los desperté de su letargo fue, y siempre fue, obtener sus objetos, con los que yo sólo podré terminar con los elegidos para siempre.

Daemon dejó caer en el caldero los objetos de sus camaradas en orden: el cetro de Barbamon, el colmillo de Leviamon, el espejo de Lilithmon, el despertador de Belphemon, las escopetas gemelas de Beelzemon, y el talismán de Lucemon. El único que faltaba era su collar. El demonio era consciente de que ese collar era la fuente de su propio poder, y que perderlo lo dejaría expuesto al ataque de los elegidos, pero no tenía opción. Además, sólo iba a estar vulnerable unos minutos, hasta que el ritual de digievolución se completara. El digimon Mega se quitó su objeto, pero antes de arrojarlo fue sorprendido por las elegidas del Amor y la Luz, que habían llegado hasta él.

—¡Daemon! ¡Finalmente te encontramos!—exclamó Gatomon.

¡Maldita sea!—pensó el demonio— Faltaba tan poco. Momento, no todo está perdido. Estas dos pueden serme útiles.

—Es el final del camino, Daemon—dijo Sora —. Nosotras acabaremos contigo.

—¿De verdad creen que pueden derrotarme? Inténtenlo, aquí estoy.

Ante la respuesta del enemigo, Kari y Sora apuntaron a sus camaradas con su digivice, provocando la aparición de Ophanimon y Phoenixmon. Daemon tomó una decisión rápida, y arrojó su collar al caldero, el cual comenzó a burbujear y a sacudirse violentamente.

—¡¿Qué has hecho?!—inquirió Kari.

—No se preocupen, ya lo verán. Mientras tanto, ¡Flama del infierno!

La batalla final había comenzado. La llamarada que salió de las manos de Daemon fue esquivada por las digimon. Phoenixmon contraatacó con su Explosión de luz estelar y Ophanimon la acompañó con sus Cristales de Sefirot. Sorprendentemente, los ataques dieron de lleno en el demonio, quien sin su collar estaba en desventaja, y cayó fuertemente en el suelo. La digimon de Sora arremetió contra el demonio, pero éste logró detenerla con sus manos. Ophanimon se unió atacando con su jabalina, y juntas vencieron la defensa de Daemon, y pudieron derribarlo nuevamente.

—¿No notas algo raro?

—A qué te refieres, Kari?—respondió la pelirroja.

—Daemon es un digimon muy poderoso. Logró atravesar la barrera del Digimundo y atacar Odaiba. Me parece extraño que Ophanimon y Phoenixmon le estén ganando con tanta facilidad.

—A lo mejor ya no tiene energías para escapar y pelear. Lo derrotaremos aquí y ahora—dijo Sora.

—No lo sé. Tiene que haber algo más…—Kari sentía que la batalla no estaba del todo ganada—. Antes de atacarnos, arrojó algo a ese caldero…

Mientras tanto, los ataques de las digimon impactaban uno tras otro en el digimon maligno, el cual comenzó a sonreír de una manera aterradora mientras era golpeado. Poco después, Daemon cayó al suelo, y las digimon tomaron distancia.

—¡Amiga, es hora de terminar con esto! ¡Jabalina del Edén!—Ophanimon extendió su arma, la que emitió un rayo de luz dorado que se dirigió hacia el demonio.

—¡Cuenta conmigo! ¡Llamarada carmesí!—Phoenixmon abrió su enorme pico, liberando una poderosa ola de fuego que se fusionó con el rayo dorado.

Daemon vio el poderoso ataque que se le acercaba, pero no se movió ni un centímetro, simplemente fijó sus ojos en Kari y Sora y sonrió macabramente. El ataque le impactó de lleno y el demonio de la Ira se desintegró por completo, para la felicidad de Kari y Sora.

Las elegidas comenzaron a saltar en su lugar, abrazándose fuertemente. Phoenixmon regresó a su etapa Infantil y corrió a unirse al festejo, pero éste fue interrumpido por Ophanimon.

—Deténganse ahora. Esto no ha terminado—dijo la digimon ángel, tomando una postura defensiva.

Los datos desintegrados de Daemon, en lugar de dispersarse, se dirigieron directamente hacia el caldero, el cual empezó a brillar y a sacudirse. De repente, toda la fortaleza tomó un color verde oscuro casi negro, y cuando el caldero explotó, una figura nueva comenzó a formarse en la costa, tan grande que llegaba desde el suelo hasta la cima de la torre donde las elegidas se encontraban.

—¡¿Qué rayos es eso?!—exclamaron las cuatro a la vez, cuando el destello se apagó y se reveló a la criatura.

Tenía una estructura básica similar a la de Daemon, pero con algunas diferencias. Las enormes alas eran más grandes y poseían una especie de mano en su parte más alta, su piel pasó de morada a un gris opaco y con detalles de color azul. Las manos y los pies estaban más estilizados y con garras grises en lugar de rojas. Los cuernos se veían más afilados y se unían a la altura de los ojos, formando una especie de antifaz grisáceo que protegía los ojos completamente blancos y sin pupilas. El detalle más extraño era una especie de ojo a la altura del estómago de la bestia, y una cintura de color verde brillante que resaltaba a la vista; y era varias decenas de metros más alto que Daemon.

La alegría de las elegidas fue reemplazada por terror casi instantáneamente, y la salvaje criatura emitió una carcajada que las paralizó a las cuatro.

—¡Lo logré! ¡Sientan el terror, pequeñas!—dijo el monstruo— ¡El nivel inalcanzable! ¡El nivel Súper Mega las acabará!

—¿Sú…Súper Mega?—musitaron Kari y Sora con horror antes de que Daemon lanzara su ataque.

La Llama del Algol de Daemon Súper Mega dio contra la fortaleza y la hizo estallar en mil pedazos. Kari y Sora cayeron hacia el vacío, ya inconscientes por el impacto, pero Ophanimon les amortiguó la caída. Las digimon regresaron a su etapa de Entrenamiento y también se desmayaron. Daemon emitió un alarido aterrador y liberó su energía maligna en forma de una columna de luz oscura, que se extendía hasta perderse en las nubes. La misma que los demás elegidos habían visto.


Llegamos al final de este capítulo! Este capítulo era uno de los que más quería escribir, y quedé conforme con el resultado. Daemon digievolucionó y la batalla final comenzó, y estamos a solo 3 capítulos del final! Vuelvo a repetir, no me importa cuanto tiempo me lleve, voy a terminar esta historia (espero sean pacientes :P)

En el próximo capítulo: Daemon envía hordas de criaturas oscuras a destruir el Digimundo, y Davis, Ken, Yolei y Cody deben combatirlas. Tai y Matt vuelven a ver a los demás después de mucho tiempo y los elegidos hacen uso de todas sus habilidades para intentar vencer, pero algo terrible sucede. El próximo capítulo será "La Espada de los Dioses se rompe", no se lo pierdan y dejen reviews. Ahora es cuando la aventura digievoluciona! Nos leemos :)