Capitulo 5. Cambios

La vida había continuado, ya habían pasado dos meses desde que me había reencontrado con Edward, y que habíamos tenido un reencuentro romántico que me encargue de convertir en calabaza. No solo había roto el corazón del único hombre que había amado, también había roto los sueños de una familia feliz de mi hija.

Desde ese día, cada fin de semana Renesmee se iba llorando porque no quería ver a su padre, y regresaba llorando porque ya lo extrañaba, mi hija a pesar de su corta edad no quería querer a su padre, pero para su suerte no podía evitarlo lo quería mucho, ya que no se podía permitir el lujo de despreciarlo. Cuando estaba sin el, no lo quería por abandonarla, y cuando estaba con el, no quería soltarlo, mi hija no sabia que tenia, y mucho menos yo.

Había caído en una depresión post Cullen, de la cual no podía salir nuevamente, solo quería dormir, llorar y comer desde la ultima vez que lo vi.

Solo una noche sirvió para que extrañara nuevamente su amor y mi cuerpo lo anhelara, pero no podía ser nada, por mas que trate de disculparme con Edward, el se negaba a contestarme, los papeles se habían invertido ahora era él, el que no quería saber de mi y para el colmo, Alice parecía molesta conmigo, seguramente el le conto lo que había pasado.

Eran las 7 pm, el porsche de Alice se estaciono en la estrada de la casa, salí a su recibimiento y como últimamente era costumbre mi hija venia llorando, apoyada en el pecho de su tía.

-Hola- susurre al abrir la puerta.

-Tomo a mi sobrina, paso por ella el próximo sábado- dijo dispuesta a irse.

-Alice… podrías pasar un momento necesito hablar contigo- le pedí casi en suplica.

Ella me miro con severidad por un momento, luego relajo el semblante.

-Solo un momento- contesto ella pasando.

-Solo deja acuesto a Renesmee y bajo- dije.

Ella asintió y se sentó en la sala, mientras yo subía acostar a mi hija.

.

.

.

Ya cuando Renesmee estaba en la cama, me tomo de un dedo y me miro con sus grandes ojos rojos de tanto llorar.

-Mami, ¿algún día papa querrás quedarte con mi papa?- me impacto su pregunta.

-¿Por qué preguntas eso? Mi niña, yo quiero a tu papá- le conteste.

-No es cierto, tu no lo quieres porque es malo- contesto ella.

-Renesmee, ¿De donde sacaste esa idea? Yo quiero a tu papa, realmente lo quiero, el es un hombre bueno- conteste

-Entonces ¿porque no quieres estar con el? Oí a papa decirle a tía Ali que tu no quieres estar con el- contesto ella.

-Eso lo dijeron frente de ti?- cuestione alterada, como se atrevían hablar de cosas así frente a mi hija.

Ella me miro asustada y negó rápidamente con la cabeza.

-Papa estaba en su despecho trabajando después de acostarme, fui a buscarlo para que me leyera, y lo escuche hablar con eso de mi tía Ali- dijo mi hija limpiando las lagrimas de sus ojitos.

Se giro y me dio la espalda después de no contestarle, que podía decir ante eso, sin seguir desintegrando la escasa relación entre Edward y nuestra hija.

-Yo un día también lo dejare de querer mami, así como tu- escuche que dijo antes de salir de la habitación.

Esa ultima frase me aterro realmente, eso no podía pasar, mi hija le estaba agarrando un gran resentimiento a su padre por mi culpa. No podía permitir eso.

Cuando baje no encontré a Alice en la sala, ¿Se había ido sin hablar conmigo?

Escucho ruidos en la cocina y ahí estaba ella, sentada en uno de los taburetes, comiendo una manzana y hojeando una de mis carpetas de trabajo.

-Edward y tu son iguales, su única razón de existir es Renesmee y el trabajo- dijo sin apartar la vista de los documentos.

-Alice, necesitamos hablar- dije sentándome enfrente de ella.

-Si, ya me lo habías dicho, ¿Qué sucede?- cerro la carpeta y levanto la vista hacia mi.

-Antes que nada, ¿Por qué estas enojada?- cuestione.

Ella cerro los ojos por un momento, los abrió y me miro con enojo.

-Porque estoy harta de esta situación, no se que paso en el pasado, Edward no me quiere decir, tu dices no saber que paso, pues te diré una cosa, le están arruinando la vida a mi sobrina- se paro y se recargo en la barra, -Llego aquí y me encuentro con que mi sobrina no quiere ver a su padre, la tengo que traer y tengo que lidiar con el no quiero ir a casa, me quiero quedar contigo, estoy harta Bella, ¡ARTA!- levanto el rostro para mirarme, -Mas les vale arreglar su mierda de una vez, sino ya no contaran conmigo para este juego que están jugando, ya no puedo, ustedes destrúyanse si quieren, pero no le arruinen la existencia a Renesmee, ella no se lo merece- dijo Alice ante de irse hacia la sala.

Fui tras de ella.

-dime que puedo hacer, no quiero ver a mi hija sufrir, yo…- no supe que mas decir, sentía un nudo en la garganta, y las lagrimas exigían salir.

-Yo, yo, yo, es lo único que saben decir, dejen de ser unos egoístas, solo los oigo hablar de lo triste que es su vida, de lo desdichados que son por estar lejos del uno del otro- volteo a verme, si sus ojos hubieran sido rayos, hubiera muerto calcinada ahí, -Si se quiere regresen, denle la familia que le han negado a Renesmee por dos años y dejen de ser tan imbéciles- grito Alice.

Alice no me estaba diciendo nada que no fuera verdad, mi hija merecía una familia, ¿pero estaba dispuesta a vivir con Edward? ¿Podría? No, no podía, tenia derecho a buscar a alguien que me amara, y sabia que Edward me amaba, pero no podía vivir con sus celos.

Me sentía mareada, y la cabeza me dolía a no mas poder, me recargue en uno de los sillones y tome aire, esa situación me estaba superando

-Ya veré como arreglo esto, no puedo vivir con Edward, no aun-

-Como quieras, pero te lo digo nuevamente, no le arruines la vida a mi sobrina, no merece pagar los errores de los dos.- dijo

Asentí, porque no podía contestar me faltaba en aire y todo me daba vueltas.

-Bella, ¿Estas bien?- Alice corrió a mi lado.

Lo ultimo que vi, fue a ella antes de desmayarme.

.

.

.

Desperté en una habitación de hospital, un poco desorientada.

-Que bueno que despierta, me tenias preocupada- dijo Alice a mi lado.

-¿Renesmee? ¿Dónde esta Renesmee?- pregunte por mi hija, preocupada de que se hubiera quedado sola en casa.

-Tranquila Bella, esta con Edward- Dijo Alice tomándome de la mano.

-Menos mal- susurre, mire mi brazo y estaba conectada al suero, -¿Qué me paso? ¿Qué es lo que tengo?- la mire.

-Estabas deshidratada, pero no nos han dicho mas-

-Señora Swan, buenas noches, ¿Cómo se siente?- entro un doctor al cuarto viendo unas hojas.

-Bien- me limite a contestar.

-¿Qué tiene doctor?- Alice tomo mi mano en señal de apoyo

-Nada, solo debe cuidar su alimentación, y no haga tantos corajes, no es bueno en su estado- ¿mi estado? De que diablos hablaba, pensé.

-¿Su estado?- susurro Alice sin entender.

-Si, tiene 9 semana de gestación, ¿No lo sabia?- el doctor me veía con una ceja levantada.

-¡Estoy embarazada!- exclame en shock.

-Ammm si, felicidades señora- dijo el doctor antes de salir del cuarto.

Alice volteo a verme, su rostro solo proyectaba una cosa; sorpresa.

-Isabella Marie Swan, ¿Quién es el padre de tu bebe?- cuestiono alterada. –No me dijiste que estuvieras saliendo con alguien- exclamo.

-Es que yo…- no supe que decir.

-Cuéntame…- pidió Alice.

-Hace dos meses, tu hermano llego ebrio a mi casa, ese día que nos volvimos a ver- Alice abrió los ojos como plato, pero no dijo mas, -Me dijo que me seguía amando, le dije que yo también, y terminamos en la cama- le conté.

-No puedo creerlo- dio un paso para atrás. –¡Ahora mas que nunca deben estar juntos! Piensa en tus hijos, ¿también le negaras a ese pequeño a su padre?- cuestiono.

-No, pero…- susurre

-¿Lo amas?-

-Si, como el primer día.-

-¿Y no crees que vale intentarlo de nuevo por ti, el y sus hijos?- tomo mis manos y me vio esperanzada.

-Si creo que si- susurre viendo nuestras manos.

-¡DIOS! Estas embarazada de Edward- grito Alice con felicidad.

Reí ante su entusiasmo, tal vez, esto era una señal.

-¿Estas embarazada?- exclamaron, ambas volteamos hacia la puerta y nos encontramos con una Edward en completo estado de shock.