Grant Ward, un gran hombre, conocido por sus habilidades en el campo de batalla, su facilidad para aprender a manejar cualquier tipo de arma, controlar situaciones de peligro pero… ¿la chica enojada frente de él?, definitivamente era una seria situación de peligro, pero no podía controlarla. Después de todo era su culpa. Sus ojos marrones, llegaron a tornarse totalmente oscuros por toda la ira dentro de ella. No la culpaba. Él siempre fue un idiota que no supo valorar el hecho de que, a pesar de que él se hubiese comportado como el peor hombre la faz de la tierra, al final del día, ella siempre ofrecería su tiempo para escucharlo, y tratar de hacerlo sentir mejor. Varias de esas veces él la alejaba, diciéndole que necesitaba su espacio, que quería estar solo, o que dormiría. Bien, ahora lo consiguió, por fin ella le deja su "espacio", el que él tanto deseaba. Por dentro sus pensamientos y su soledad lo carcomían. En realidad, amaba cuando silenciosamente la morena entraba a su litera y se acomodaba su cuerpo junto al suyo, cuando lo miraba directamente, hasta que en sus ojos él encontraba su paz, cuando salía de la nada y lo abrazaba. Extrañaba todo de ella. Pero ese fue el problema en primer lugar.

Grant se estaba involucrando demasiado sentimentalmente con Skye, y no lo soportaba, empezó a preocuparse cien por ciento por laseguridad de ella y dejaba al equipo de lado, eso no era justo. May se lo dijo, en varias ocasiones: "Esa chica será un problema para ti". Y no mentía, pero era inútil, cada vez que intentaba alejarse, ella le decía que si necesitaba algo, estaría dónde siempre, y él… siempre volvía "dónde siempre". O a veces ni siquiera necesario que ella le dijera eso, con ofrecerle una sonrisa, un apretón, una mirada, un contacto ligero de su mano contra su brazo, eran necesarios para que él volviera, a las 3:00 de la madrugada preguntándole si podían dormir juntos. La respuesta nunca dejó de ser sí. Luego de eso, empezaron a relacionarse de… otras formas. Ward comparaba a May y a Skye durante el sexo, y adivinen quién ganaba. Él siempre usó esto como una forma de desahogar sus deseos, su frustración, sus "necesidades"; pero la hacker era diferente. Con ella no podía simplemente sentirse satisfecho e irse. Le gustaba mirarla mientras dormía, acariciar su cabello, darle un beso de buenas noches y otro de buenos días, abrazarla, tocar su cuerpo… cosas que nunca pudo hacer con May, una vez intentó besarla, pero ella lo miró fríamente y le dijo: "Ni siquiera lo pienses". Y no le importaba, por alguna razón no era necesario, pero con la morena sí, ella era necesaria. Le frustraba eso, ¿cuándo él había sido tan débil por alguien?, ¿por una mujer?, esta era su única excepción. Le asustaba enamorarse, depender de alguien… aunque sabía perfectamente que ya lo hacía.

Ese día Grant le había dicho a Skye que necesitaba un tiempo a solas, ella como siempre no protestó. Besó su mejilla y le dijo buenas noches. Lo observó por un momento y se marchó, sabiendo que no él no le diría nada. Había sido un día largo y duro para ella; se había despertado temprano porque le correspondía entrenamiento y su supervisor oficial no se encontraba de buen humor. Habían dormido juntos la noche anterior, pero no despertaron de la misma forma, él se había marchado, y de preferencia la morena optó por no preguntar nada al respecto. Durante el entrenamiento y todo el transcurso del día, Grant estuvo frío y apenas le dirigía la mirada, así que la hacker prefirió pasar sus horas junto a Fitzsimmons, a quiénes nunca les molestó tenerla en su laboratorio, después de todo, eran sus dos mejores amigos, y por lo mismo notaron que estaba un poco decaída, le preguntaron y ella simplemente respondió: "…El agente Grant Ward", acompañado de un suspiro y una mirada triste. Leo y Jemma sabían a qué se refería, no era la primera vez que él actuaba de esa forma, y siempre se empeñaron en subirle el ánimo a Skye en esas ocasiones, pero claro, su repentino cambio de humor no duraba más allá de 3 horas, y luego volvía con ella, pero no hoy. No se acercó a ella en todo el día. Notaron la tensión entre ellos, y decidieron no involucrarse más de lo que debían en la situación. Finalmente Skye se rindió ante el cansancio y la tristeza, se metió debajo de las sábanas y no pudo evitar el llanto, aunque este se prologó por mucho tiempo; ¿qué sucedía realmente?, ¿era su culpa?, ¿había hecho algo mal?, su mente no se callaba. Esa noche apenas durmió.

A la mañana siguiente despertó demasiado desanimada. Vio la hora en su celular, eran las 12:30 p.m., se sorprendía que nadie la haya despertado. Arrastró su cuerpo hasta el baño, se miró al espejo, realmente lucía horrible. Sus ojos estaban hinchados. Tomó una ducha y trató de verse lo más "normal" posible, que nadie notara que la noche anterior había sido unas de las peores dentro del bus. Cuando entró en la cocina todos se giraron a verla, era de esperarse, después de todo eran casi las 2 de la tarde y ella se había presentado en el lugar. Se sentó junto a Jemma en silencio. Leo puso frente a ella un plato de comida, pero sólo el olor le revolvió el estómago. Trató de comer pero no pudo, dejó más de la mitad, no se sentía de ánimo para comer. Se levantó y pidió permiso, para alejarse cuánto antes de ahí. La tensión entre ella y Grant aún era grande, y notable. Volvió a encerrarse en su habitación, y a esconderse debajo de sus sábanas. Se puso sus auriculares y con la música que distrajo su cerebro por un momento, volvió a dormirse.

Su celular indicaba las 4:30 p.m. cuando volvió a abrir los ojos. Realmente no se sentía de ánimo para levantarse ni hacer nada, pero en cuánto antes se enfrentara a Grant, antes volverían a estar bien… o al menos eso pensaba. Bajó a ver si se encontraba entrenando pero no, estaba en su litera. Skye se maldijo a si misma en su mente, tendría que haber partido por ahí. Golpeó suavemente la puerta, y esperó una respuesta desde el otro lado.

–¿Quién es? –Se escuchaba irritado, lo que hizo que la hacker se pusiera nerviosa.

–S-soy… yo, Skye –Su voz temblaba –¿Me dejarías entrar?...

Sin decir nada, la puerta se abrió. La chica entró, y la cerró detrás de ella. Cuando vio a Grant se dio cuenta que él no estaba tan diferente a ella. Parecía que no había dormido nada, se veía… agotado.

–Grant, ¿estás bien?, ¿has descansado algo?

No, en realidad no. La noche anterior había sido en resumen para él, ahogarse en un mar de sus propios pensamientos, pero no podía decírselo.

–Eh… Skye, ¿a qué vienes realmente?.

La morena cruzó sus brazos frente a su pecho, y bajó la mirada, parpadeando repetidamente para esfumar las lágrimas que amenazaban con salir.

–Yo… –Trató de sonar firme… trató –Grant, ¿qué sucede?, ¿por qué me tratas así?, ¿hice algo mal?, ¿hay algún problema?

–¡Sí, si hay un problema!, ¡ese problema eres tú!

Skye se quedó en silencio, lo observó atentamente, tratando de leer sus expresiones corporales y a la vez procesando lo que había dicho.

–¿Yo?... ¿qué hice ahora?

–Comprometerme. Comprometer mi posición con el resto del equipo. Me haces pensar sólo en ti y en tu seguridad, más que en la mía incluso –Ward levantaba cada vez más la voz.

–¿Y qué se supone que significa eso? –La hacker no podía seguir fingiendo más tiempo que era "fuerte", dejó que unas lágrimas resbalaran libremente por su rostro.

–Significa que… que… ¡SIGNIFICA QUE ERA MÁS FÁCIL DORMIR CON MAY QUE CONTIGO!, ¡POR LO MENOS CON ELLA SIMPLEMENTE PODÍA HACER LO MÍO E IRME!... tú me tenías amarrado a ti.

Apenas las palabras dejaron su boca se arrepintió de cada una de ellas, pero ya las había dicho, no había nada que hacer. La chica se acercó, llevó su mano a su mejilla y lo golpeó fuerte. Él no dijo nada, sabía que se lo merecía totalmente y la comprendía. Trató de decir algo, pero sabía que nada podría arreglar lo que dijo. Una sensación de dolor en su corazón, un nudo en la garganta y deseos de… ¿llorar?. No recordaba la última vez que se había sentido así.

–Skye… –Calló porque realmente no sabía que decir.

–No. Silencio. Comprendí lo que quisiste decir, no es necesaria otra explicación –Respiró hondo y cerró los ojos, para poder continuar hablando, no quería quedarse con palabras en la boca –Grant, realmente… si querías a alguien para satisfacerte cuando te diera la gana y luego irte, debiste haberte quedado con May. No tendrías que haber venido conmigo. Si no querías que durmiéramos juntos, no debiste haber llegado a mi litera jamás, ni debiste haberme dejado a mí entrar a la tuya. Si no me querías no… debiste haberme hecho creer que te sentías de la misma forma que yo, porque sinceramente, yo si te quería, mucho… muchísimo. Pero bueno, creo que ya no va a haber más de eso que supuestamente existía entre ambos. Adiós.

La morena salió de ahí y bajó al laboratorio, necesitaba a sus amigos con ella. Él no la siguió, eso reafirmaba aún más la teoría que Skye tenía ahora en su mente: que Ward jamás la quiso. Mientras Ward, sentía exactamente lo contrario, él la quería, él la amaba. Pero aún no se movía de dónde estaba. Llevó sus manos a su cabeza y trató de serenarse aunque no pudo. Tiró al suelo todas las cosas en su mesita de noche, su lámpara se rompió, habían muchos pedazos de vidrios tirados por el suelo, pero ya no podía arreglarlo… al igual que su relación con Skye. Se tiró pesadamente a su cama, que idiota, cómo desearía que ella estuviera llenando los espacios vacíos, y que sus cuerpos se estuvieran ajustando para lograr una posición cómoda, y luego dormir, ¿cómo iba a lograr arreglar un error tan grande?.