Bien, lamento tardar tanto esta vez, pero sufrí un feo bloqueo de escritor y ya no sabía como seguir, pero no me rendí y aquí esta, le advierto que ahora va subir un poco más de intensidad.

No apruebo el uso de drogas o otras sustancias para incitar la atracción sexual a otra persona que no gusta de nosotros, pero Tom es Tom, así que sin más.

Nos leemos pronto.

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Tom Riddle.

Un chico con un nombre muggle en una casa de sangres pura.

Nadie nunca pudo llegar a imaginar lo peligroso que podría llegar hacer en realidad. Siempre fue así.

Subestimado.

Despreciado.

Hecho menos de lo que en realidad era.

Pero eso iba a cambiar, él iba a demostrárselos.

Y para ello la tenía a ella.

Calypso Selwyn, su nueva novia, la gran heredera pura sangre seria su mayor trofeo una vez que estuviera en la cima, ella estría a su lado, por supuesto, tan deseosa por tener sus atenciones que ella pondría a todos en segundo lugar.

Él siempre será su prioridad. Eso sería sencillo de lograr.

Lo que necesitaba era la poción correcta y la persona adecuada para lograrlo.

Ya estaba todo planeado para ello.

Cuando ellos aparecieron.

Eileen Prince y Uno Avery, son dos molestas moscas que han estado merodeándolo desde hacía ya mucho tiempo. Desde el principio sabía que le ocasionarían problemas… Muchos problemas. No obstante, no era algo no estaba acostumbrado afrontar. Su vida podría resumirse a eso, muchos problemas, él fácilmente podría lidiar con ello, pero había cosas que no podía tolerar fácilmente.

Como la traición. Especialmente si estaba dirigida hacia él.

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Hace una semana

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Tom se recargo contra el respaldo de su silla desde las sombras y se quedo viendo pensativamente a las personas que ahora se encontraban llenando la sala común de Slytherin. Todos esos niños pretenciosos y niñas insípidas, todos a su alcance, todos ellos en su poder. Sin embargo, Tom podía decir con toda seguridad que, lo mejor de todo, era que ninguno de ellos (ni nadie más) era consciente de ello.

De eso el podía asegurarlo.

Había hecho muchas cosas para asegurarse de eso.

Como, por ejemplo, eliminar molestias persistentes a su alrededor, exactamente como lo iba hacer ahora.

Uno, por alguna razón fuera de su compresión, había insistido para tener reunión, ya que, según él, había conseguido información de gran importancia para los caballeros, pero Tom solamente estaba a unos instantes de lanzarle un Cruciatus sin importarle con quien estuviera emparentado cuando alguien llamó su interés.

Eileen Prince se movía nerviosamente aunque tratara de disimularlo, ya que nada escapaba ante los ojos de Tom. La pequeña Prince sostenía un pedazo de papel, una carta, sosteniéndolo como si su vida dependiera de ello, y muy posible seria así si el contenido de esa carta no le satisfacía.

Prince salía de la sala común, cosa rara en ella, ya que la chica nunca salía de noche, sobre todo si el toque de queda estaba tan peligrosamente cerca.

Bueno, se podría decir que, como Prefecto, es su deber consiste en asegurarse de que ningún estudiante falte a las reglas, como faltar al toque de queda, y si sacaba algún beneficio adicional de eso, era una bonificación muy bien recibida, por lo tanto, sin darle mayor importancia, fue la tras la joven Prince. Al momento en el que salió se dio cuenta que su querida Calypso no estaba presente, algo raro, ya que siempre estaba ahí, lista para protegerla.

'Ya que… 'pensó Tom aburrido.' Tendré que conformarme con Prince y su conocimiento sobre pociones.'

Si había algo bueno con Eileen Prince era su conocimiento avanzado sobre pociones que le eran más que útiles ahora que ya había acabado el libro de este año, y si acaso fuera por el estúpido y limitado dinero que le proveían ya se abría adelantado a todas estas bolas de inútiles que le obligaban a llamar compañeros.

Si de él dependiera, esos imbéciles nunca hubieran sido aceptados desde un inicio.

–Pero, supongo, nada puede ser perfecto, al menos no como yo– dijo lo último con arrogancia mientras se levantaba de su silla y abandonaba su lugar en la sala común.

Sus caballeros hicieron amanes de seguir pero Tom, con un solo movimiento de su mano, los detuvo en el acto.

Lo último que quería era estorbos, adquiriendo conocimiento sobre él y sus formas de conseguir información.

Así pues, sin decir nada, les dio la espalda a sus "amigos" desapareció por el correr. Prince no se había alejado lo suficiente, de hecho, ella parecía muy cauta sobre sus movimientos.

Cosa que llamo la atención de Tom.

Prince, por muy Slytherin que sea, nunca se había comportado así antes.

¿Cómo él lo sabía? Bueno, eso era muy fácil de contestar en realidad.

Esto se debía porque él conocía todo lo que rodeaba a su Calypso. Así de simple.

Sin embargo, si era honesto consigo mismo, nunca llego a considerar que eso le sería realmente útil alguna vez que no sea en la eliminación de la escoria que se consideraba lo suficientemente apto como para cortejar a Calypso.

Tontos, todos ellos.

Con paso lento, pero constante, Tom siguió a Eileen por los largos correros.

Fue entonces que se dio cuenta de que Prince estaba saliendo de Hogwarts hacia la lechucería, en medio de la noche, de manera silenciosa, claramente, esperando no llamar demasiado la atención. Eso era muy sospechoso.

Ahora más que nunca debe de leer esa carta.

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Eileen se movía lo más sigilosamente posible, odiaba actuar de esta forma, como si fuera una vulgar ladrona, pero uno no podía ser lo suficientemente cauteloso cuando Tom Riddle tenía sus ojos puestos en tu persona.

Pero fin… ya no había marcha atrás.

Tenía que entregar esta carta al padre de Caly, ya que era la única persona de los presentes que podía salvar a Calypso antes de que fuera tarde.

Avery le había garantizado que Tom estaría muy ocupado como para prestarle atención, por lo que no podía perder la oportunidad y actuar cuando antes.

Los pasos de Eileen aumentaron de velocidad sintiendo como la adrenalina corría por sus venas. Siendo más que consciente del peligro que ahora se había expuesto no sólo a ella, sino también a Avery y Caly.

¿Qué sería de ellos si Tom Riddle se enteraba de esto?

Eileen estaba que segura que Tom no tocaría a Calypso por el simple hecho que era su "Reina", como le gustaba nombrarla en ocasiones, o al menos no lo haría de manera significativa, pero eso no se aplicaba a ellos, en especial a Uno Avery, quien era su seguidor. No obstante, muy posiblemente, por el hecho de ser pariente de Calypso, su castigo se viera ligeramente ajustado o, por menos, disminuido. Aunque sea solo un poco.

El corazón de Eileen no dejo de latir en ningún segundo, siendo completamente consiente del hecho que su vida y la Avery estaban en gran peligro. Al llegar a Lechucería, revisando que nadie la hubiera seguido, busco a su búho y le dio la carta. El ave emprendió vuelo tan pronto escucho el destinatario.

Desde su lugar, Eileen solamente lo vio partir con el corazón en un puño. Ahora todo dependía de que tan rápido llegara la carta a su destino.

Resignada, y sin nada que pensar, Eileen se dio media vuelta y abandono el lugar.

No sin antes darle una última mirada hacia el lugar donde su búho había desaparecido. La joven bruja rogó para que todo fuera bien.

Lastimosamente eso no iba ocurrir.

Porque si bien, el búho volaba en lo alto y rápidamente, las lechuzas lo era una más.

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Tom se quedo guardo silencioso al mismo tiempo que Abraxas le tendía la carta que Moría, una lechuza Tyto alba moteada, había conseguido con gran eficacia de un búho caído. Era bueno que Abraxas mantuviera en forma a su lechuza, de lo contrario el búho habría escapado.

La carta, tan pronto tocó los dedos de Tom, fue abierta sin la menos delicadeza y desdoblada. En su contenido no se podía ver nada fuera de lo normal, pero Tom no era como todas las demás personas, claro que no, el podía sentir que habían puesto magia en esa hoja, ¿Con que fin? Lo desconocía, pero no era algo que fuera difícil de averiguar.

Solamente necesitaba tiempo.

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Y así pasaron dos días para Eileen sin noticias.

Su tío Delfín no había respondido a su carta y Ambar no había vuelto aun a la lechucería, situación que le hacía pensar lo peor.

¿Y sí había sido interceptada?

Eileen solamente trago un nudo que se le formo en la garganta ante la sola idea.

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El medio de Eileen solamente creció esa semana.

De repente se sintió siendo el blanco de todas las miradas en la sala común.

Black y Malfoy no mejoraban su situación al observarla de manera constate, sin embargo, era obvio que alguien les había dicho que mantuvieran su vista sobre ella. Uno estaba mejor, de hecho, se había vuelto terriblemente pálido y cada vez que la veía esté corría en dirección contraria.

No se tenía que ser un genio para saber que algo no andaba bien en todo este asunto y que estaba completamente sola en ello.

–¡Prince! – Grito una voz, y la chica se congelo, –Que bueno que te encontramos–agrego con tono dulce.

Tan dulce que Eileen sabía que algo malo iba a ocurrir.

Al voltearse se topó con el joven heredero Black, Orión, quien la vía con un gesto indulgente, como si fuera un adulto a punto de castigar a un niño pequeño por haber cometido una travesura.

–¿Por qué debería de ir contigo Black? –Sabía que era tonta por resistirse, pero también sabía que por ahí pasaban muchos alumnos y profesores que querían cortar paso para llegar al gran comedor pronto.

Solamente tenía que hacer tiempo.

–Yo si fuera tú le haría caso Prince– sugirió otra voz con un tono cansino, –Bien sabes que a Tom no le gusta que lo hagan esperar.

Eileen se tenso ante el nombre, y el miedo comenzó a crecer dentro de ella. ¿Tom? ¿Para que la quería Riddle? Él normalmente la ignoraba y, cuando mucho, le brindaba alguna mirada, aunque fuera por el simple hecho que Calypso estuviera a su lado, por consiguiente, no entendía por qué motivo querría verla. Por instinto, Eileen retrocedió unos pasos, pero no llego muy lejos antes de verse inmovilizada por algún encantamiento.

En poco tiempo se encontró siendo elevado unos centímetros arriba del suelo.

–Hay que darnos prisa –dijo Orión con el ceño fruncido, con algo de molestia, –Avery está sólo con Tom y quien sabe que le esté haciendo."

Con eso dicho, el color desapareció del rostro de Eileen.

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No muy lejos de ahí.

Uno Avery se encontraba en el piso con una mirada perdida.

Otra persona pensaría que se habría caído, pero no, no era así, ya que a pocos pasos, no muy lejos de él, Tom se erguía casi tan alto como una torre mientras leía un gran y viejo libro de posiciones que había hecho traer desde la biblioteca de la familia Black para él.

El amor era para débiles.

El amor era falso y fácil de acabar.

El amor era fácil de olvidar.

Sus padres habían sido prueba de ello.

Pero la lujuria… eso ya era otra cosa.

Y era más difícil de desaparecer, así como de detectar.

Con una gran sonrisa, Tom leyó cuidadosamente la pagina que fácilmente le otorgaría lo que el merecía. Los ingredientes eran diferentes a los del Amortentia.

Aunque, debido a la clase de poción que era, no debería de sorprenderlo.

Cerrando el libro de manera brusca, Tom se volteo en dirección de Avery. Cuyos ojos seguían perdidos en la nada. Y se quedo viendo al mago en el piso, ahora no sabía qué hacer con él, y con Prince en camino no podía permitirse tener un cuerpo en si estela.

No al menos si deseaba sorprenderla.

Sin pensárselo dos veces Tom dijo: –Imperius

Y en poco tiempo Uno comenzó a levantarse.

Tom hizo que Uno se posicionara delante de él, de modo que quedaba oculto de cualquier persona que entrase por esas puertas.

No pasaron más de dos minutos antes que Tom escuchara las bisagras de la puerta abrirse de par en par, le tomó otro minuto el ver a Prince ser levitada por Orión, y tan pronto como este la bajo, Tom le lanzó otro Imperius.

Ahora ambos traidores se encontraban con la mirada perdida y ojos llorosos.

Ahora ambos entenderían que ocurría cuando trataban de quitarle lo que le pertenecía por derecho.

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Esa tarde, Avery y Calypso comieron juntos.

Esa tarde, Avery vertió cierto frasco en la bebida de su prima.

Esa tarde, Calypso se tomó hasta la última gota de su vaso.

Y esa tarde Avery derramo lágrimas silenciosas cuando se separo de su prima.

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Actualidad

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Calypso se sentía caliente.

Pero no era un calor normal, su cuerpo parecía arder.

No entendía el porqué, apenas estaba llegando octubre y, por consecuente, las heladas con él.

Tratando de ignorarlo, Calypso trato de volver a conciliar el seño. Aunque algo raro paso, ya que pronto la heredera Selwyn se encontró sumergida en un extraño sueño.

Donde se encontraba durmiendo desnuda sobre suaves pétalos de flores detrás de un lago, del lago salió un criatura con forma de un hombre que repentinamente se inclino sobre ella mientras que sus grandes manos se movían ligeramente para ponerla de espaldas contra los pétalos, en poco la criatura acerco sus cabeza cerca de los pechos de Calypso, quien solamente pudo sentir de cómo algo frío y húmedo se deslizaba alrededor de unos de sus pezones, realizando lánguidos y suaves movimientos, causándole una gran incomodidad entre sus piernas.

Un quejido escapo de sus labios cuando cerró sus ojos al vez que sentía algo acariciar sus piernas de manera errante (solo le basto un segundo para darse cuenta de que eran las manos de la criatura) al mismo tiempo que su otro pezón sufría de la misma atención que le había prodigado al otro, solo que esta vez había un ligero cambio. Ya que en vez de sentir algo deslizándose, esa sensación cambio algo muy semejante a una succión muy agresiva que la hizo estremecerse y gemir en voz alta. De pronto, el movimiento de las manos que le acariciaban las piernas cambio a uno más meticuloso, que avanzaba de manera peligrosa a su zona más intima.

Pero, por alguna razón, no sintió necesidad de detenerlo, todo lo contrario.

Lo dejó ser.

Así que cuando la criatura la tocó encima de sus rizos, ella solamente pudo estremecerse de placer. Cosa que, aparentemente, logró complacer a la criatura que soltó al muy parecido a un gemido.

Calypso… –la llamo con voz rasposa.

Las manos, volviéndose más audaces, se sumergieron en su centro y comenzaron a torturarla sin piedad. En poco tiempo se encontró gimiendo en voz alta.

Fue en ese momento, cuando sentía que estaba en el borde del placer, que Calypso se encontró abriendo los ojos para ver a la criatura. El ser alzo su rostro hasta ella y ella le permitió que tomara sus labios con los suyos.

Compartieron un beso apasionado al que poco a poco fueron rompiendo.

Al separarse Calypso se congelo, ya que para su horror, de pronto la criatura adquirió los rasgos de Tom Riddle, quien la veía con satisfacción mientras que ella llegaba a su liberación.

Fue entonces que Calypso se despertó jadeando y viendo de un lado a otro con gran violencia.

¿Qué demonios había pasado?