No me maten por la tardanza por favor. Realmente no se me había ocurrido algo realmente bueno para continuar el fic, además que se me presento una serie de cosas que me imposibilito estar al corriente del mismo, pero he vuelto y para quedarme.
Sobre la pregunta de Los guiones, en realidad los coloco así porque se me hace más cómodo a la vista, no me gusta que haya tanto de ellos y me he acostumbrado que las acciones son las que están dentro de ellos.
Sin más y luego de mi horrible tardanza, los invito a que lean.
Habían pasado casi una semana desde la última vez que se habían reunido en el escenario para ensayar su obra y las cosas se podrían decir que iban lento. Los trabajos extra clase las habían imposibilitado el poder reunirse como ellas querían, además de cuestiones personales según Quinn, no le permitían sacar un tiempo por la tarde para reunirse.
Pero aquel día habían quedado en acuerdo que se iban a reunir, debían ensayar y no dejar para el último día todo, menos una obra de teatro que era la nota más importante para aquella materia, materia obligatoria para graduarse.
Aun no comprendo porque tengo que hacer esto. —Insistió Rachel metida en el personaje que estaba interpretando. — Ya te he dicho que no le he hecho nada a tu hermano.
Y yo ya te he dicho que no te creo. —Contestó la rubia con altanería, era increíble lo fácil que podía meterse en ese papel, el de la chica popular pero a la misma vez, la que hacía la vida imposible al que quisiera. — Además, es algo mínimo lo que te he puesto hacer.
Un resoplido por parte de la castaña, moviéndose del lugar hacía una mesa imaginaria en el escenario.
Me tienes amenazada, eso debería ser algo ilegal o algo así. —Soltó un bufido por lo bajo, hablando en susurros como el libreto le decía que debía hacer.
Quinn no pudo seguir, se suponía que debía contestar con la misma altanería con la que le había estado hablando antes pero Rachel colocaba una cara demasiado tierna como para lograrlo. Su rostro se mostraba como si de verdad fuera ella quien la obligara a hacer todo lo que se le pasará por la mente o libreto.
Era buena, bastante buena actuando y la rubia no tenía duda de ello. Desde ese segundo año, desde el primer día que piso aquella academia se había dado cuenta quien era Rachel Berry y nada tenía que ver con el saludo normal que se hacían los compañeros en inicio de las clases.
Se acordaba perfectamente ese día, el primer día donde en vez de dirigirse a su apartamento en el campus, había decidido ir a uno de los escenarios de la academia para acostumbrarse al lugar y allí la vio, cantando y actuando con una pasión que pocas veces había visto y que sin duda la dejo con la boca abierta.
Había querido actuar con ella desde mucho antes, pero hasta ahora había podido tener la ocasión y eso, porque la media hora de la vez pasada no era la gran cosa.
¿Pasa algo?—Preguntó Rachel al notar que Quinn se quedaba completamente quieta y no seguía con su línea. — ¿Me he adelantado? ¿No me ha tocado a mí?—Ni siquiera dejo que la rubia contestara cuando ya había sacado su guion para leerlo y revisarlo.
No, no, no ha pasado nada.—Aseguró. — Solo he pensado hacer unos cambios a la obra, para hacerlo más normal.
Hey, yo lo he estado haciendo normal. —Replicó Rachel en broma, lo que hizo que Quinn sonriera. — Si es algo que dejará sorprendida a la profesora y la obligue a darnos la mejor nota, porque estoy segura que vamos y debemos sacarnos la mejor nota, como el año pasado, te escucho.
Verás… —Mordió su labio inferior con nerviosismo, mostrándole una parte en especial del libreto. — Tendríamos más sentido si hacemos esto y cambiamos esto.
Rachel observó un momento a la rubia para luego observar lo que le estaba explicando, rayando, subrayando y haciendo anotaciones en el guion, a lo último no pudo evitar formar una sonrisa al notar la increíble idea de Quinn, sí, era una genia.
¿Qué te parece?
Me parece genial, me encanta.—Contestó.
Me alegra —Una dulce sonrisa fue la que le regalo Quinn al notar la emoción que se le había apoderado, para luego soltar un suspiro por lo bajo. — Y creo que tendremos que dejar este ensayo hasta aquí.
¿Vamos a cortar ahora? ¡Pero si no hemos ensayado nada Quinn! –Replicó la castaña haciendo un puchero, no quería parar y menos cuando estaban haciéndolo tan bien.
Sí hemos ensayado Rachel, llevamos aquí casi tres horas. —Una mirada al reloj de su muñeca le basto a Quinn para afirmar su comentario. — Me encantaría quedarme contigo más tiempo pero tengo cosas que hacer.
Tres horas.
¿A qué horas habían pasado esas tres horas? Pensaba Rachel al quedar con la boca abierta, había pensado en como replicarle y decirle que no había sido tiempo suficiente, en una hora no podrían tener listo ninguna escena pero era obvio que habían estado más que una hora, tres para ser exactos.
Tres horas que habían sido realmente cómodas y manejables, sobre todo al estar en el escenario. Quinn hacía que su personaje cobrará vida tan naturalmente que Rachel se preguntaba si en el instituto no habría sido de esas chicas populares que todo el mundo quiere ser, porque por su belleza y carisma fácilmente habría podido ingresar al grupo que quisiese.
Sin embargo, también debía admitir que ella no se quedaba atrás, después de todo era Rachel Barbra Berry y había nacido para triunfar. Se había acoplado tan rápido a la rubia, en tan solo la media hora de la vez pasada y estas tres horas que podría asustarla. Era demasiado (y en mayúscula) a lo que tuvo que enfrentar con Finn, con Tina todo fue más sencillo pero sin evitar esa risa ridícula y uno que otro chiste por parte de la asiática que hacía que el ambiente se tornara más gracioso que serio de lo que ya era.
Con Quinn, era la responsabilidad de hacerlo bien y la tranquilidad que le daba sus ojos cuando los veía que de verdad lo estaban haciendo bien. No había bromas en el medio, ni equivocaciones con disculpas nerviosas, solo dos personas que actúan y recrean, convierten en realidad lo que se dice en un papel.
¿Cuándo nos vamos a volver a ver?
¿Eh? —Ahora fue Rachel la que tuvo que despertarse de sus pensamientos para poner cuidado a la rubia.
¿Qué cuando nos vamos a volver a ver? —Repitió la pregunta Quinn. — Ya sé que estarás ocupada Rachel, yo estoy llena de trabajos pero debemos de seguir ensayando la obra.
Sí, sí… —Murmuró la castaña el labio inferior — ¿Te parece el próximo lunes? Ya sabes que tengo receso de dos a tres…
Quinn lo dudo un momento pero al fin asintió. — Perfecto, cuídate Marie. —Soltó sin poder evitarlo con una sonrisa, acercándose a la mejilla de la castaña para dejarle un pequeño y suave beso, antes de retirarse.
Rachel se quedó muda, no había esperado eso para nada y no era por cuestión de que Quinn fuera una casi desconocida, sino que jamás en los casi dos años que llevaba en el campus había visto una muestra de cariño de su parte con ella así, lo que le hacía dudar si lo había hecho por ella misma siendo Quinn o por querer ser Elizabeth, después de todo, la nombró como Marie, el nombre de la chica que interpretaba.
Las noches en el campus solía ser bastante relajadas, sobre todo cuando se acercaba el verano como en esta ocasión. Los estudiantes salían cansados de sus respectivas clases y se dirigían directo a sus cuartos para estudiar o dormir. Donde vivía Rachel era bastante tranquilo, nada de música a todo volumen y por suerte, su compañero de habitación, ahora su amigo, era realmente tranquilo.
Todo era así, hasta que llegaba el fin de semana. Los universitarios parecían que querían liberarse de ataduras y sentirse como adolescentes descontrolados en fiestas que sin duda recordarían de mayores u otras más calmadas en las que se podía disfrutar de una bonita noche de fiesta con amigos un viernes.
¿Hoy piensas salir? —Preguntó Rachel mientras comía su ensalada, sentada en la cama, observando como su amigo iba de un extremo a otro buscando algo. — Kurt te estoy hablando, ¡no me ignores!
No te estoy ignorando Rachel. —Replicó él abriendo uno de los cajones. — Solo no encuentro mi chaqueta de Armani Exchange ¿La has visto por algún lado?
No. —Contestó luego de parecer que pensaba, ni siquiera sabía cual era. — Utiliza otra chaqueta y listo, tienes muchas en ese closet.
No puedo, esa chaqueta en especial me la regalo Blaine —Se detuvo por un momento para ver a Rachel. — Así que es de suma urgencia que la encuentre ya que hoy voy a salir con él, lo que responde a tus preguntas.
Ah… — Murmuró en apenas un susurró, dejando su plato ahora vació a un lado. — ¿A cuál fiesta van a ir hoy?
La de Puck, ha prometido que no será un desastre como las últimas y será en especial para los de tercer año. —Contó Kurt volviendo a emprender la tarea de encontrar su prenda. — Deberías ir.
No gracias, no pienso ir sola. —Replicó haciendo un bufido.
¡Invita a alguien Rachel! Como cualquier persona normal hace cuando quiera ir a una fiesta.
Es sencillo para ti cuando es tu novio quien te invita —Bufo por lo bajo.
No es necesario que vayas con alguien siendo pareja, invita a una amiga o algo así… — Remarcó Kurt antes de dar un brinco de la emoción. — ¡Bingo!
¿Qué has dicho?
¡Bingo! ¡He encontrado la maldita chaqueta! —Repitió Kurt realmente emocionado.
Eso no, lo otro —Replicó Rachel, era obvio que Kurt no le estaba prestando la más mínima atención.
¿Lo otro? Ah sí, que invites a alguien, un amigo o amiga, capaz Tina te acompañe –Volvió a repetir Kurt antes de acercarse a ella y abrazarla de la emoción. —¡La he encontrado! Por todos los actores de Broadway.
Qué dramático Kurt, un poco más y puedes parecerte a mí. —Bromeó divertida la castaña— Aunque aclaremos que la diva aquí soy yo.
Por supuesto. —Le siguió la broma ante separase y colocar la chaqueta. — Me quede con ver a Blaine en la cafetería y de ahí salir hacía la fiesta, si vas me avisas.
Fue lo último que dijo Kurt antes de salir. Rachel quedó pensativa, en realidad no es que le gustará mucho ir a esas clases de fiestas, ella prefería quedarse en el apartamento, ensayando alguno de sus guiones y haciendo ejercicios para mantener bien sus cuerdas vocales, sin embargo el comentario de Kurt le había dado una idea y no sabía que tan buena idea podría ser.
Lo dudo por unos minutos hasta que por fin se decidió, cogió su celular y buscó el número que había guardado con tan solo un mensaje un su móvil; el celular dio varios tonos antes que una voz dulce contestara al otro lado de la línea.
¿Rachel?
Ah, sí, soy Rachel. —Murmuró como idiota, carraspeando. — Hola Quinn, espero no haberte incomodado, porque si es así puedo llamarte luego… O simplemente hablar después, no es la gran cosa la verdad lo que tenía que decirte y bueno…
Hey pará. —Pidió Quinn, Rachel a veces podía hablar tan rápido que poco se le entendía. — No estoy ocupada, estaba leyendo algo ¿Por qué? Me ha sorprendido tu llamada.
¿Te sorprendió? —Preguntó con curiosidad. — ¿Lees algo de las clases? Porque no quiero interrumpirte si estás estudiando.
Pues sí, me sorprendió, no es que seamos muy cercanas. —Le recordó Quinn, hasta antes de que les dieran ese trabajo no se habían dirigido más de dos palabras. — Estoy leyendo once minutos de Paulo Coelho pero eso no importa ¿Para qué me llamabas?
Ah… —Murmuró Rachel, no se había leído ese libro y en realidad, no solía leer muchos libros que no fuera acerca de la vida de Barbra Streisand— Te llamaba para… ¿Recuerdas que dijiste que teníamos que acercarnos más? Así como unas amigas…
Sí, lo recuerdo. —Asintió Quinn con la cabeza así Rachel no la viera. — ¿Qué pasa con eso?
¿Estás enterada de la fiesta que va hacer Puck esta noche? —Preguntó y antes de que la rubia pudiera contestar prosiguió— Es especial para los alumnos de tercero y pensé que sería buena idea ir… Pensé en invitarte.
Sí, ya me había enterado… —Susurró Quinn al otro lado de la línea.
¿Y bien? ¿Te gustaría ir? —Rachel se mordió el labio, no podía creer que estuviera invitando a una fiesta a una chica. Se suponía que eran a ella la que debían invitarla a salir, un chico guapo, alto, bien dotado y que llegará con un ramo de rosas rojas a su puerta antes de tal pregunta.
Rachel no es que me guste mucho ir a esos lugares —Le contestó Quinn luego de un par de minutos en espera. —Además que no creo que sea el mejor lugar para… Una salida de amigas.
Genial, invitaba por primera y creía única vez a una chica a salir y le decía que no.
¿Por qué no? —Replicó insistente. — Mis amigos han dicho que van a estar esta noche allá divirtiéndose un rato y yo he salido varias veces con mi amiga, Tina, a varias fiestas de este campus, no veo que tiene de malo salir con una amiga a una simple fiesta.
Y me imagino que tus amigos fueron con sus respectivas parejas ¿No? —Preguntó divertida la rubia, en su voz se le notaba diversión y a la vez una verdad la cual Rachel no sabía.
Sí ¿Qué tiene que ver eso? Yo podría estar saliendo con alguien pero no tengo novio y pensé que era buena idea salir, ya los encontraré a ellos allá.
Esta vez Quinn no pudo evitar soltar una pequeña carcajada que bien escuchó Rachel, dejándola con la boca abierta, sentía como si se estuviese riendo de ella por haberla invitado a una maldita fiesta.
¿Te estás burlando de mí? —Preguntó ofuscada, a punto de cortar la llamada.
No, no, Rach lo siento. —Dijo de prisa Quinn intentando tranquilizar a la castaña. — Solo que me has tomado por sorpresa y veo que no te has enterado de que se trata precisamente esa fiesta.
¿De qué se trata precisamente si se puede saber?
Quinn ignoró el tono presumido con el que le había preguntado. — Romance, parejas, corazones y todo eso. Puck comento está mañana que no hay mejor forma de generar un ambiente… -Dudo un momento la palabra que iba a utilizar. — Caliente, que mucho rojo pasión por todas partes y un pretexto tan cursi como el amor para exagerar en sus demostraciones de afecto.
Nada se escuchó tras la otra línea.
Y ya todos sabemos que esas demostraciones en Puck es sinónimo de sexo. —Recalcó. — Así que en resumidas cuentas, es una fiesta para parejas felices que quieren acostarse.
Invitaba por primera y creía única vez a una chica a salir, a una fiesta, en el campus y la maldita fiesta tenía que ser sobre parejas y ¿Había dicho sexo?
¿Rachel? ¿Rachel estás ahí? —La llamó Quinn al notar que se había quedado de repente callada. — Ya veo que no lo sabías, por eso me reí, no quería ofenderte.
No me has ofendido. —Dijo rápido Rachel al recuperar su voz nuevamente. — Y no, no lo sabía, no tenía ni idea hasta que me lo comentaste.
Bien, ahora lo sabes.
Silencio. Maldito silencio. Iba a matar a Kurt.
Así que… Ahora que lo sabes supongo que tu invitación ha quedado desecha ¿No? —Quinn fue la primera en hablar. — Podemos vernos otro día, quedar para cualquier cosa un día de estos…
No, no. —Intervino con rapidez. — Dudo que tenga libre esta semana y nunca he dicho que la invitación no siguiera en pie.
Rachel es una fiesta para parejas. —Repitió Quinn.
Ya lo sé. —Murmuró Rachel. — Eso no quita que no pueden ir amigas ¿No?
La rubia dudo pero al final contestó. — Supongo.
Pues bien, sigue en pie la propuesta, al fin y al cabo ya te he llamado y no creo que esté tan bueno ese libro como para no ir a una fiesta un viernes por la noche.
Déjame replicarte eso, está bastante bueno el libro. —Le dijo la rubia. — Sin embargo no puedo decir que no a tu invitación.
Entonces… ¿A las 9 en la casa de Puck?
Perfecto. —Aceptó Quinn sin más reparo, era extraño lo que estaba sucediendo pero que más daba salir una noche a divertirse.
Nos vemos allá.
No tardes, Elizabeth. —Fue lo último que dijo Rachel antes de colgar la llamada.
No hay mucho que decir, ¿Les ha gustado? Como dije antes, llegué para quedarme así que el próximo capítulo será bastante pronto. Me gustaría leer sus opiniones acerca de esté.
Saludes a todos y cualquier cosa saben que pueden encontrarme en twitter.
