Agradecimientos a:
MaryUchi.
Uchihaberenice.
DessayaLokes.
NANA.
Sombra23.
Guest (todos los guest en general, y respondiendo a uno: Not yet, i really not have time for that, and my inglish sucks more than a biggest smile shit )
MyoxBoku.
AlphaLuna1999.
Anana16.
Ariane-de-Virgo.
Cvlv10555.
Mapache Cohote.
CarissaW.
NeNa.
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Filipalope88.
Mirizore.
Yoreki4ever. (No te quejarás si sigues leyendome xD)
Yyy el primer comentario que tuve en este fic de:
ForeverDissapear.
Soy consciente de que poner agradecimientos a todos los comentarios no justifica mi tardanza, pero sí agradezco todo el apoyo que me habéis dado cada uno de vosotros. Me encantaría daros a todos lo que más os guste en este fic. Ya que sé que estas parejas no son y nunca serán una pareja relevante.
Pero por eso animo a la gente a leerlas, a veces no solo se trata del contacto entre personajes, sino de que Este personaje te gusta, sí, ese? También, los juntas y ya.
Estoy segura que cada uno de vosotros tendrá un otp que le encanta pero por el paso del tiempo o la falta de seguidores no puede disfrutarlo. A mi me pasa, y por eso hago estos fics.
Asi que disfrutad del capítulo n.n
~~~~~ x~~~~
~~~~x~~~
~~x~~
Pum pum...Pum pum...Pum pum...
PUMPUMPUMPUMPUMPUM!
Los constantes y rítmicos sonidos de su corazón estaban acelerándose por momentos, miraba al hombre encima de él, con un aparente rostro calmado. Pero a Gareki le estaba empezando a dar un ataque de nervios.
¡No! ¡No, No, No, NO! ¡Joder mierda!
No podía siquiera atreverse a pensar, que todo lo que había avanzado hasta ahora fuera frustrado por este loco. Necesitaba...necesitaba calmarse y analizar la situación, ahora mismo no podía hacer nada, en fuerza física no le ganaba ni loco. Uro mantuvo la sonrisa en su rostro, cercano al del chico, oliendo la tensión y el miedo proveniente de él, pero parecía mantenerse bajo control, consciente de las circunstancias en las que actualmente se veía atrapado. Atrapado cual ratón frente a una serpiente. Y aún conociendo el riesgo, preservaba aquella mirada de desafío, quizás una simple máscara que se colocaba para encubrir el miedo que irradiaba su propio cuerpo, tembloroso bajo el suyo. Oh, el orgullo perenne de los jóvenes de hoy en día, y sobretodo de Gareki era admirable desde el punto de vista del pelinaranja.
-Veo que sabes en qué posición te encuentras, chico-aún reteniendolo por las muñecas, se lo echó a cuestas, soltándolas para colocárselo como un saco de patatas por encima del hombro.-Lo siento, has sido un chico malo, y vas a recibir tu castigo.
Ni quería saber que clase de castigo sería, prefería evitar las insinuaciones mentales que acechaban con salir de las profundidades de su mente.
Gritó con rabia que le soltara, mientras pataleba, tiraba de su cabello, e incluso hincaba los dientes sobre los fuertes hombros de Uro. Quien solo ignoraba la rabieta del menor, tan pequeño y delgado, y quan capaz de albergar esa energía. No supo si hasta orgullo era capaz de sentir por él, ya notó cuando se lo habían llevado en la camilla, que algo no cuadraba. Ahora todo tenía sentido, Gareki pudo burlar la seguridad del centro,porque fueron muy permisivos con él. Tan seguros de que un simple muchacho no podía hacer tal trepidante acción de huida como acababa de demostrarles. Y menos mal, que habían anticipado llevarle a la zona subterránea, en los laboratorios de investigación, casi un laberinto de pasillos blancos para aquellos que no lo conocían. A partir de ahora doblarían la seguridad, instalarían cámaras o sensores, no importaba si él mismo debía quedarse con Gareki día y noche, no podían permitirle una segunda oportunidad de escaparse. Ya que Gareki era como un ratón de laboratorio, una vez aprendía las trampas no volvía a caer en ellas. Sin duda fue precavido a la hora de movilizarse por allí, esa universidad de supervivencia sabía lo que se hacía con sus alumnos.
Por su lado mental, Gareki había desistido en resistirse, Uro no lo soltaría por mucho que forcejease, y estaba gastando tiempo y energía en algo tan estúpido como un forcejeo inútil. Uro notó eso y sonrió, bien, chico listo, le gustaba que se resistiera pero más saber que dentro de esa cabecita, rondaban ideas más brillantes que eso.
Y Gareki sabía que apelando a la comunicación tampoco ayudaría mucho.
El pelinaranja lo llevó hasta aquella puerta de hierro, su cárcel privada, seguramente dónde despertó la primera vez. Solo que en esta ocasión estaba iluminada. Pudo observarla bien, una cama, pegada a la pared de sabanas blancas, y aquella cadena sobresaliente de la pared unida a una tobillera. Si se la ponían estaba acabado. Sin ninguna herramienta para liberarse, su condenación a convertirse en un monstruo era solo cuestión de tiempo.
Por ello, recordó que tanto Uro como Karoku, mostraban ciertos signos de interés en él... Más allá de lo que ese experimento decía que hacer con él.
Ahora hablar con Uro no le parecía mala idea, ahora que tendría que hacerlo correctamente. Que bien que sus años de observar a las personas, habían servido para enseñarle cómo persuadir.
Antes de llegar a la cama, y que Uro le soltase, le echó los brazos alrededor del cuello, sorprendiendo al pelinaranja.
Sus ojos azules adoptaron una mirada, entre suplicante y seductora, mostrando algo de sumisión al mayor.
A quien le recorrió un escalofrío por la columna vertebral, de ver al "pequeño" Gareki en esa faceta nueva. ¿Qué estaría planeando? Bueno, podría alargar esos momentos un poco más, no tenía prisa en que ese inesperado contacto acabase.
Tomó aire y tragó saliva, bien, era hora de mostrarle a ese imbécil lo que quería oír, para ganar tiempo, o si más no, poder librarse de las cadenas.
Se mordió el labio inferior, en un intento de verse más incitante.
-No me encadenes, las odio...y no sería divertido para ti, ¿No? Una presa fácil.
No era mentira, y esos dos lo sabían, Gareki había pasado su vida encadenado, esclavizado y vendido, algo que Uro fue capaz de admitir, que sentía lástima por ello. No obstante, también conocía ese juego, hacerse la víctima, intimar con su secuestrador para tener más posibilidades de escapar...
No pudo evitar sonreír, Gareki era listo, sin duda, y él... Bueno, podía seguirle el juego un poco, quizás hasta conseguía su propósito a lo tonto, después de todo el síndrome de estocolmo se producía en estas situaciones precisamente.
-Hum...Y qué me ofreces a cambio? Esta nueva actitud me tiene algo descolocado, Gareki-kun-le tomó de la barbilla, acercándose peligrosamente a sus labios.
Por acto reflejo, el menor ladeó la cabeza, colocando una mano en sus labios. Uro regozijado por esa reacción, bastante adorable a su parecer, lamió la mano del menor que le miraba sorprendido. Su juego mental acababa de empezar, y Gareki apenas lo inició estaba perdiendo, debía recuperar la compostura. Apartó la mano, pero no su cuerpo del otro, desvío la mirada.
-No huiré... Después de todo si Circus me hubiera querido buscar ya me habría encontrado, no es así?-ahora sí le miró, ya que le interesaba la respuesta.
Uro le observó antes de asentir lento.
-Hasta yo sabía desde un primer momento que quisieron deshacerse de ti. La universidad sólo fue una excusa, una distracción para poner a salvo a Nai.
El silencio reinó de nuevo. Gareki no quería creerle, y no debía pues esto era un juego mental que también estudió en supervivencia. Hacer creer cosas a tu enemigo, con tal de someterle a tu antojo, y se suponía que él debía someter a Uro.
Quien aprovechaba el debate mental de Gareki, para acariciarle la cabeza, notando como el otro se tensaba de pies a cabeza y le daba aquella deliciosa mirada. El tacto de aquella mano firme, tan suave pero peligrosa, arrastrando sus hebras como si a un cchorro se tratase, puso en alerta a Gareki de recordar que quien tenía delante no era un humano común.
-No saben apreciar lo especial que eres, no lo voy a negar, yo tampoco lo aprecié en su momento.-murmuró en voz baja, descendiendo su mano a la mejilla suave, pálida del susto, y algo fría del sudor de sus anteriores esfuerzos de huida. Luego más abajo, a la barbilla, la cual tomó firmemente sin llegar a hacer daño, no obstante Gareki no coincidía con sus intenciones. Colocó las manos en el pecho de Uro, para apartarlo-aunque bien sabía, que su fuerza no sería lo bastante potente para hacerlo- si se atrevía a besarlo. Uro río ante lo obstinado que era.- Pretendes ablandarme, haciéndote el interesado, pero no eres capaz de regalar ningún gesto afectivo, así no vas a lograr tu objetivo, Gareki-kun, jaja.
Chasqueó la lengua, con un ligero sonrojo, ya sabía que Uro era inteligente, pero pensó que su mentalidad era igual al del resto de hombres adultos. El sexo parecía controlar solo a la mayoría. Un nuevo intento de contacto con sus labios le sobresaltó, su cerebró caviló que podría dejarle hacer con tal de ponerle a su favor. Peeo no pudó darle respuesta, verbal o física, ya que el peliazul junto a varios hombres irrumpieron en la sala. Uro no fue idiota, de un movimiento rápido le atrapó las manos a Gareki, simulando que lo retenía.
Karoku paseó la mirada de uno a otro, inquisitivo, analizador, una cercanía demasiado conveniente. A su parecer. Con un gesto de la cabeza, indicó a Uro que se apartase. Y aunque a este no le apetecía nada romper aquella singular, y pequeña cercanía que habían compartido durante pocos minutos, no podía mostrar ante los otros sus interés tan directamente. Menos a Karoku, quien era tan retorcido y egoísta, que seria capaz de ordenarle que no volviera a ver a Gareki.
Los hombres tomaron el lugar del pelinaranja, y sometieron a Gareki de rodillas frente a Karoku. Gareki se maldijo por lo bajo ser tan débil de dejarse agarrar y reducir, después de tantos combates de entrenamiento, y clases. Era humillante no ver el resultado, pese a sus forcejeos. Les maldijo a ellos, también, sus peores enemigos. Escoria capaz de esto solo por un sueño alimetado de locura. El tercer hombre, le inyectó algo en el cuello, y no tardó en adivinar que era un tranquilizante. Todos sus músculos fueron perdiendo la fuerza, la voluntad de resistirse a ellos, y él empezaba a ver todo algo distorsionado.
-Dejadnos solos.-ordenó Karoku al resto, hubo un momento de duda entre todos, cuando el peliazul hablaba de esa forma, demandando aquello, no podía ser buena señal para el chico.- ¿Me habéis oído bien? ¡Fuera!
-Te recuerdo que debes tener cuidado de no dañarlo.
-¿Crees que no lo sé? Pero este chico debe aprender la lección, ahora nos pertenece.
Aquel "Nos" fue leído entre líneas como un "Me", por Uro. No rechistó más y se fue junto a los otros, abandonando al muchacho que ya medio yacía en el suelo, debatiéndose entre la consciencia y el sueño.
Cuando la puerta se cerró, Gareki notó el miedo empezar a fluir por sus venas. En cierto modo, le apaciguaba un poco cuando había mas personas, como si esa gente fuera la correa del perro que tenía delante. Por que Karoku tenía una mirada en su rostro, que no le gustó para nada, menos su sonrisa.
Por una vez en su vida, había preferido que Uro estuviera allí.
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Los extraños poderes de Karoku, lo habían torturado un buen rato. Hasta que no aguantó más, y cayó en la inconsciencia como la primera vez que despertó allí.
Al contrario de la otra vez, pudo recobrar el conocimiento, sin tanta pesumbrez, con el suave roce de los labios del peliazul sobre su cuello. Abrió los ojos de golpe, seguía en aquella habitación, estaba en la cama, no atado pero sí en una posición muy comprometedora, ¡Oh joder por favor que ese loco no le hubiese hecho nada! Se suplicó mentalmente.
Sin embargo, estaba vestido...
Karoku, sobre su cuerpo, al verlo despertar, suspiró contra su cabello, antes de inhalar, solo pasaron cinco minutos desde que Gareki perdió la conciencia. Aquel tranquilizante solo fue para adormecerlo un poco después de todo, y la tortura fue un pequeño castigo por atreverse a intentar huir de sus garras. Luego solo tendría mareos momentáneos. En ese tiempo se había asegurado, de hacer unas cosillas extra, como pequeñas inyecciones extra de células Varga. Gareki pudo verlas en un lado de la cama. En efecto, debería haber esperado, sin embargo ante los resultados plenamente satisfactorios de la operación anterior, no pudo resistirse a probar con unas dosis más. El tranquilizante ayudaría bastante, había deducido gracias a los informes de la medida de tensión, que el estado de ánimo de Gareki influía bastante en los resultados.
Por tanto necesitaban que Gareki estuviera tranquilo, si nervioso sus células habían aceptado la incursión de las Varga, fusionándose con ellas, ¿Como de memorables serían los resultados bajo la tranquilidad forzosa del calmante?
Oh, y por supuesto, él se encargaría de calmarlo todo lo posible~
Paseaba sus dedos por sus mejillas, medio tumbado a su lado, manteniendo sus besos mariposa por frente y cabeza, pequeños toques caprichosos. Sabia que Uro habría tocado de más, y planeaba borrar sus huellas, si en un momento pensó en compartir ese maravilloso y extraño ejemplar, ahora prefería monopolizarlo.
Y dicho sujeto, se veía incapaz de forcejear con Koroku, apenas era capaz de mantener los párpados abiertos, menos era de hablar.
Cada palabra que venía a su adormecida cabeza, eran insultos a ese mal nacido loco.
Aquellos tocamientos, si bien no del todo abusadores, si que podría denominarlos molestos, indeseados, ahora se aborrecía así mismo de haber pensado en utilizar esto para huir.
-Oh Gareki, no debes asustarte, esto es parte del tratamiento ~-adivinó la inquietud del chico, regalándole una falsa dulce sonrisa.
El pelinegro se cagó en su puta madre, que esto fuese parte del tratamiento los cojones. Ese demente le estaba poniendo los pelos de punta, ¡Y lo peor era no poder hacer nada!
Los roces y tocamientos de Karoku descendían peligrosamente, arrancándole ligeros temblores, sonidos que sus labios apenas podían axalalr, incapaz de controlar el miedo que sentía a una posible violación. Karoku disfrutaba de cada reacción que podía provocar en el orgulloso Gareki. Quien puso a Nai en su contra.
Gareki por su lado pensaba, que esto ya no podía ni considerarse un secuestro para experimentar, ¡Sino un abuso sexual en toda regla!
-Dejame calmarte Gareki-kun, te prometo que disfrutarás, necesitas relajarte. Te dije que disfrutarías de todo lo que te hiciéramos, si te portas bien, te colmaré de todo lo que quieras.-murmuró a su oído, con una sonrisa, ahora victoriosa ante el ceso de su resistencia pasiva, a causa del tranquilizante.
Sin embargo, en el momento en que quiso tomar sus labios, con un suave más posesivo beso, la fuerza que el chico había estado acumulando fue liberada. Logró darle un cabezazo en la boca, golpeándole también la nariz, por la cual ya salia sangre mientras Karoku se levantaba, gruñendo.
Se cubrió la boca y nariz con las manos, como si con ello lograra evitar el dolor.
La ira fue la que suplantó ese mismo dolor, se giró con una mirada muy cabreada hacia Gareki, y este se la devolvió, llena de odio y desprecio a ese cabrón.
-He intentado ser suave y comprensivo, Gareki, pero esto supera con creces los límites.-se acercó y le cogió del pelo para obligarlo a mantener contacto visual.
Gareki le escupió en la cara.
-Mu...erte...cabrón.-soltó con veneno.
Y recibió un golpe seco en la cara por ello, debería haber supuesto que tarde o temprano, su suberbia le pasaría factura.
-No dirás lo mismo, en cuanto empiece la sesión de electroshocks.-murmuró, mirándolo fríamente antes de sonreír torcido.- Dentro de una hora, aprenderás a hablarle mejor a tus dueños, Gareki-kun.
El sonido de la puerta al cerrarse, fue lo último que escuchó antes de recaer de nuevo en la oscuridad que aquella celda le inculcaba. Sin ventanas, sin luz, prácticamente una celda claustrofóbica. Y esa palabra, "dueños", le heló la sangre solo de pensar que su mente quedaría bajo control de esos desgraciados. Fuera como fuese debía huir, esta maldita anestesia no iba a acabar con él, no podía. Gruñó con frustración, arrastrándose cual gusanito por las sabanas de la cama, con la intención de caer en el suelo. Milagros de la vida, resultó que su jueguecito con Uro había dado sus frutos, este no le entobilló a la cama, ni Karoku, con sus asquerosas acciones morbosas, ni su rabieta, se había dado cuenta de ello.
Si tan solo pudiera ponerse de pie, o mismamente arrastrarse hacia esa puerta, que con suerte, estaría abierta en uno de los descuidos del mismo hombre herido tanto de orgullo como de cara...Aunque lo dudaba debía seguir.
Aún conservaba los planos en el bolsillo, si no era así, daba igual, los memorizó gracias a su memoria fotográfica. En el peor de los casos, la seguridad habría aumentado, solo tenía que saber moverse.
Quería volver a respirar el aire puro, volver a ver el sol, que ahora mismo se veía tan lejano e inalcanzable. A sus amigos. La posibilidad que Kafka tuviera razón, en que le habían abandonado, bien podría ser solo un estratagema para confundirlo, evitar que luchase como lo hacía ahora, usando los brazos lentamente para arrastrarse, jadeando con algo de dificultad.
Luchar contra la inconsciencia se estaba volviendo, una verdadera batalla contrareloj.
Quizás si tuviera un poco de agua a mano, sería capaz de espabilarse lo suficiente para ponerse de pie. Logró llegar a los diez minutos a la puerta, ahora, con apoyo, debería resultarle más fácil...
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Uro miró su taza de té, contemplando cuan extraña era, la forma en la que el humo se mecía fuera de ella. Era tan elegante, sus movimientos impredecibles, casi una provocadora danza a tomar un sorbo de ella.
Independientemente si te quemabas la boca.
Pero eh ahí la gracia, el riesgo que se tenía que correr a cambio de la dulce recompensa. Oh, y la obtuvo, un Karoku sangrando por la nariz por un cabezazo de Gareki.
Se lo tenía merecido, por sobrepasarse, Gareki era una presa...no, una pieza de arte delicada, pero bruta. Un movimiento en falso y te golpea. Había que ir despacio, sobretodo porque era inteligente, a estas alturas ya debería estar enterado de sobras que ambos le iban detrás, querer usar eso contra ellos sería su mejor arma.
Uro no sabía si alegrarse o no de ello, por un lado obtendría lo que deseaba, por otro solo era una mentira, dulce, pero falsa. Necesitaba sentir que era real, aquello que los había unido esa minúscula parcela de tiempo. Que fuera tan real como la realidad misma a la que se enfrentaba.
Sus pensamientos, fueron interrumpidos por el ajetreo que llevaba encima Karoku, yendo de un sitio a otro, ordenando algo de una sesión de eletroshock, o algo así.
Esto le olía mal, dejó la taza en una mesa y se acercó a Karoku, lento y mostrando su imparcialidad lo mejor posible.
-De qué hablas sobre una sesión de elextroshock? Si puede saberse.
Este apenas le miró, borrando el último rastro de sangre que residía en su rostro.
-Le he inyectado más células Varga, eso debería acelerar los residuos de ADN Varga que se han fusionado a las suyas propias, la transmutación genética se empezará a manifestar dentro de nada.-iba toqueteando botenes a bastante velocidad.
¿Desde cuando habían acordado acelerar el proceso?
-Puede ser peligroso, te dije que no debías dañarlo.-soltó con el ceño fruncido.- Si eso no le sienta bien y lo convierte en un inestable, todos estos meses de investigación se irán a la mierda.
-Relajate.-le dio una mirada helada.- Gareki es nuestro, desde el primer momento en que observamos su anomalía sanguínea. Todo esta medido. No soy un medicuho como tú, cree a Nai en su forma humana de un Niji.
Uro puso una mano delante de las teclas, para impedirle que siguiera toqueteando.
-Y pretendes convertir a Gareki en un dragón. Un dragón Varga, un ser extinto del que apenas se tienen registros moleculares. Un sólo paso en falso y lo matarás. ¿Encima planeas sobrestimular la adsorción de sus células a las que le has inyectado, con electroshocks? Es desmesurado hasta para ti.
-Ooh~ y ¿desde cuando te importa tanto el muchacho? ¿Tantas ganas tienes de tirartelo que simulas que te interesa su bienestar, Uro?-torció una sonrisa de lado- Patético. Ahora si me disculpas, he de seguir el proyecto. Te aconsejo que recuerdes tus prioridades y a quien le debes obediencia.
La discusión acabó allí, Uro no tenía más autoridad que esa para rechistar. No importaba si su inquietud en el pecho le acuchillaba cual puñal, estaba atado de manos.
Se retiró dejando a Karoku preparando eso, quien observó sus movimientos de reojo.
Quizás había sido demasiado permisivo, respecto a dejar que el pelinaranja se inmiscuyera tanto en esto, su trabajo solo era vigilar a Gareki, impedirle si intentaba huir. Nada más. Y ese acto de antes, había parecido como si creeyese que su papel estaba también en el experimento. Que errado estaba, probablemente lo mejor sería suplantar a Uro por cualquier otro.
O simplemente ser él el único contacto, con el que el pequeño Gareki pasaría todo el experimento.
Y posiblemente el resto de su vida.
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Golpeó con fuerza la puerta, tantas veces, cada una más potente que la otra, lo estaba logrando, recobraba las fuerzas que aquel tranquilizante le había robado. Siempre supo que su voluntad era la mayor virtud que poseía, su orgullo, y su libertad le darían lo necesario para escapar de esa putrefacta cárcel de locos. Si se rendía ahora, todo el avance que hizo horas antes se iría al garete.
Su confianza en Circus seguía nublada, por la aparente falta de ayuda que debería haber conseguido ya.
Ok, era cierto que quizás estaba en algún lugar difícil de encontrar, pero sabía que Cirucus contaba con la tecnología necesaria para localizar su posición.
...
Debían de buscarle...¿ Eran amigos no?
Familia.
Nai, él seguro que les instigaba de forma tímida, aunque segura de que debían buscarle, aquel pequeño animalillo siempre pensaba en los demás antes que su propia seguridad.
Hirato-o el cuatro ojos- hasta se ofreció a ser su padre, lo recordaba cuando en una de sus reuniones de clase de autodefensa, le había inmovilizado en el suelo, y se lo dijo. Vaya forma también de comunicárselo pero bueno, así eran ellos con sus puyas. En aquel momento habló de pensárselo, aunque nada más le hubiera gustado, pues confiaba en él igual que en el resto.
Tsukumo ya era un caso diferente. Ella era muy protectora, sobretodo con Nai, más pudo contar con ella cuando lo necesitó.
Y Yogi...bueno, su relación era algo extraña, el rubio era demasiado empalagoso, no obstante podría afirmar con seguridad que junto a Nai era su mejor amigo.
También admitió que hubo veces que esa "amistad" cruzó las lineas...un par de veces...Nunca a grandes pasos pero sí hubo noches de contacto, algunas y ligeras caricias junto a suaves besos...Todo experimentales claro, y solo por diversión y retos. No sabía si podía ver a Yogi de esa forma, pero su corazón notaba que él junto a Nai lo buscarían hasta el final.
Sacudió la cabeza, alejando los pensamientos, con una mirada decidida, golpeó de nuevo la puerta.
Y para su sorpresa, la atravesó como si fuera simple papel. Su incredulidad subió de nivel junto al incremento, de sus ojos al observar su brazo. Había sido recubierto de unas escamas negras, desde él hombro hasta la punta de los antes dedos, ahora garras. Por suerte, mantenía el mismo tamaño que su brazo. Espera, ¿¡Qué demonios suerte?! Empezó a respirar agitado, retrocediendo, a la par que se agarraba el brazo izquierdo. Esto no podía ser...¿Había empezado?
¿¡De verdad su cuerpo iba a cambiar y a convertirse en un dragón?!
¡No, no, no, NO!
¡Esto no podía ser real, no podía permitirlo!
-Salir...¡Tengo que salir de aquí! ¡Circus tiene que quitarme esto!- se dijo, retomando sus fuerzas y abrió por completo la destrozada puerta.
Si los planos no estaban equivocados, la sala de herramientas estaba a los pasillos de la derecha. Empezó a correr, algo torpe hacia allí a toda prisa. Karoku no tardaría en poner en marcha la seguridad, posiblemente ya lo había hecho. Mandaría a gente a buscarlo, esto podría ser su última oportunidad para salir de aquí.
Con vida, y con el resto de su humanidad por delante.
~ Continuará ~
OOOOOOKEY! Damas, caballeros, y gente en general que me lee.
A estas alturas ya deberéis saber que yo, AlvissAKC soy una persona que tarda un siglo y medio de otro en actualizar fics. No os quiero engañar ni poner excusas típicas de estudio, trabajo, etc.
La verdad es que sí trabajo, pero de ilustradora de un proyecto infantil, y parece una tontería pero te roba más tiempo del que tienes cuando careces de pc, experiencia y programas como paint tool sai para hacerlo. Ese fue el punto 1 de que apenas puedo poner mi tiempo en fics.
Punto 2. Pereeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeezaaaaaaaaaaaaaa.
Absoluta y desgraciada pereza, a abrir el borrador de gmail, donde hasta día de hoy me veo obligada a escribir desde el móvil. Es mucho más engorroso de lo que parece, porque el traductor te pone unas cosas que no son ni medio normales.
Imploro perdón por las faltas, si hay, y que quizás este capitulo se haya hecho corto, iba a alargarlo un poco más, pero sé que a veces capítulos muy largos pueden ser pesados de leer, y te dejan sin material para el siguiente.
El cual, Recemos al karma o lo que sea que haya por ahi arriba, me de fuerzas para hacer, nada más publique este, porque ya tendré mi tan ansiado ordenador con word.
Gracias por vuestra infinita paciencia y espero que os haya gustado.
También me gustaría saber si tenéis ideas para este fic, como pensáis o queréis que continue, como modo de agradecimiento por seguir leyendo, ¿Que menos que daros escenas o momentos que vosotros deseáis? n.n
Ale,pasadlo bien y dejad en los reviews vuestras propuestas
