Disclaimer: Los personajes de esta historia son creaciones de la Gran Rumiko T. Solo tomo sus amados personajes para entretener y pasar un buen momento.
Hola, ha pasado tiempo desde mi última historia de Inu. Espero esta también sea de su agrado. Nos leemos más abajo. Buena lectura.
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Capítulo 1
Regreso
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Sesshomaru se encontraba deambulando por el bosque sin nada que perturbe su oh toda poderosa presencia. Por alguna extraña razón, ese día se le estaba haciendo más largo que de costumbre, si se toma en cuenta el hecho de que su persona contaba con medio milenio de antigüedad, los días para el no eran nada. A pesar de que el peligro de Naraku finalmente había sido erradicado del mundo, Sesshomaru se sentía… a falta de una mejor palabra, aburrido e irritado.
Si bien, él podría haberse dedicado a los asuntos de su castillo una vez que ese detestable híbrido fue derrotado, Sesshomaru era más bien un demonio de acción, no era pasivo y esos asuntos de política y etiqueta no eran de su agrado, lo irritaban y siempre terminaba asesinado a alguno de sus sirvientes. Suspiró para sus adentros porque era imposible que mostrara algún tipo cambio en su estoico rostro.
Con Jaken dejado al mando de su castillo, (más precisamente dejado atrás para que no le estorbase) el poderoso y atractivo demonio se sentó cómodo en un claro bajo la sombra del gran árbol milenario. Sin darse cuenta y posiblemente guiado por su subconsciente, Sesshomaru había llegado al bosque de Inuyasha. No quería reconocérselo ni así mismo pero echaba muchos de menos a Rin ahora que había sido dejada al cuidado de la anciana sacerdotisa llamada Kaede. Si bien al principio le parecía una niña extraña y bastante ruidosa, con el tiempo y mucha dedicación ese pequeño ser había logrado entrar en su frío corazón gracias a su sola presencia y simpatía.
Suspiró y se acomodó mejor en su lugar con la elegancia y la gracia que lo caracterizaba.
Luego de unos minutos, su mirada fría y dorada se dirigió hacia el pozo devora-huesos. Qué extraño le parecía que después de varios días de su desaparición volviera a aparecer dejando pasar a su estúpido medio hermano híbrido y no a aquella extraña humana que siempre estaba con él siguiéndolo a todas partes. Y pensar que de eso ya habían pasado tan solo tres años.
Tres largos años… para un humano.
Tres años que si bien para él habían sido nada, su curiosidad en torno a la viajera del tiempo y poderosa sacerdotisa había crecido y aunque se sentía irritado ante tal descubrimiento, no podía evitarlo. Puesto que debía reconocerlo, en todos sus años de vida no había conocido mujer tan formidable y lo peor de todo era que sólo era una simple humana.
De repente sentía deseos de asesinar a alguien porque ¿cómo era posible que él, siendo quién era sintiera curiosidad por una humana? Solo se había sentido así antes y no esperaba volver a pasar por lo mismo.
Pensar en la sacerdotisa le hacía pensar en Rin. Y al pensar en eso más la detestaba porque le hacía recordar en lo mucho que extrañaba a su protegida. Pero Kagome no era su protegida, no era nada, simplemente era la compañera y la mujer de su híbrido hermano o al menos lo había sido hace tres años.
Sin darse cuenta el tiempo que estuvo en ese claro fue pasando y tan absorto estaba en sus pensamientos que casi no vio como de pronto una luz violácea muy extraña aparecía como hacía mucho tiempo que no sucedía y para su sorpresa se trataba (como supuso) de ese misterioso portal. Aparentemente sus sentidos más desarrollados le habían exigido que en ese preciso instante estuviera allí, más él no se encontraba del todo conforme con la situación.
Sin poder suprimir su curiosidad molesta, se acercó lentamente al borde del pozo y se encontró después de mucho tiempo con esa mirada azulada que tanto lo intrigaba e incomodaba.
-¿Sesshomaru?-
-Hm- El frío demonio no recordaba haber quedado en términos tan confianzudos con ella como para que dijera su nombre con tanta familiaridad.
-Mmmm… ¿me dejarías subir? De verdad se me están acalambrando las manos-. Kagome se encontraba perpleja y un poco (por no decir muy) nerviosa ya que ni en sus más locas fantasías esperaba encontrarse con justamente el hermano de la persona por la cual le había suplicado al antiguo pozo volver. La verdad… a pesar de que era un ser letalmente atractivo, se encontraba decepcionada por ser él quién le diera "la bienvenida" a esa época en particular.
Para su sorpresa y la del propio demonio, no solo le dio permiso para que subiera, sino que hasta la había sacado del pozo tendiéndole la mano aunque no con mucha delicadeza.
¡Qué incómodo momento! ¿Intentará asesinarme? Pensó algo alterada Kagome, Sesshomaru simplemente la miraba con su penetrante y fría mirada sin decir absolutamente nada.
Inmediatamente después se fue rápidamente en su orbe de luz sin siquiera mirar atrás ni emitir palabra alguna.
Kagome no se sorprendió de sus acciones puesto que recordaba a la perfección como era la personalidad del demonio de pocas palabras pero se alegró que se fuera sin siquiera hacerle el menor daño, Sesshomaru era un ser extremadamente letal, sus garras no habían dañado su piel solo porque el no quiso cuando la sacó del pozo. Cuando su presencia se alejó lo suficiente pudo respirar con alivio y pudo dedicarse a observar.
Lentamente su ritmo cardíaco volvía a su compás habitual por lo que dejando de lado el encuentro tan extraño y peligroso, la bella jovencita se sentó en el borde del pozo devora huesos para terminar de tranquilizarse y antes de ir hacia la aldea dedicó unos momentos más para examinar el cambio en el bosque que conoció algún tiempo atrás cuando apenas comenzaba a crecer.
Para su grata sorpresa el lugar no había cambiado en casi nada a lo que estaba antes de la batalla, muy por el contrario pudo ver que la naturaleza había podido arreglar el desastre que había hecho Naraku con su poderosa y maligna miasma. Aunque ella había purificado significativamente el veneno y los gases letales y mortíferos, el bosque había quedado destruido y no tenía esperanzas de que se recuperara en plenitud. Sin embargo, una vez más la madre naturaleza había hecho un grandioso trabajo. El bosque estaba bellísimo, lleno de vida y más radiante que nunca.
Kagome estaba tan distraída que no escuchó el sonido de las hojas secas al ser pisadas por un par de pies descalzos que se habían acercado a toda prisa.
-Kagome… - Susurró Inuyasha
-Inuyasha…
-Te ves algo diferente.
¿Eso era todo lo que tenía para decir después de todos esos años? ¿Era lo ideal que dijera cosas así al verse después de tanto tiempo? ¿No se daba cuenta que esas no eran las palabras que esperaba que salieran de su boca al verlo?
-Si… pues, el tiempo ha pasado-. Dijo ella tragando ese nudo que se había formado en su garganta.
-Te ves bien.
-Gracias.
Eso era más que incómodo y lo peor de todo que era muy triste, no sabía cómo reaccionar ¿Debía lanzarse a sus brazos llorando y diciéndole lo mucho que lo había extrañado? ¿Qué le costó horrores continuar con su vida, sus estudios y pensar que jamás volvería a verlo casi la sume en una terrible depresión? ¿Qué tal si le decía que hasta pensó que todo lo vivido en esa época tan lejana y extraña para ella había sido solo un sueño hasta que su familia le recordaba una y otra vez que realmente todo había sucedido en realidad?
Finalmente optó por decir algo más sensato, menos acusatorio y más agradable aunque en esos momentos solo quería lanzarse a sus brazos.
-Te extrañé mucho Inuyasha.
-También te extrañamos-. Le respondió con calidez pero no dijo te he extrañado o yo también simplemente lo dejó impersonal y plural, como si fuera algo normal y cotidiano, como si solo hubiese pasado una semana de su ausencia y no tres largos y angustiantes años de anhelo y soledad.
Kagome se sintió dolida, frustrada y con inmensas ganas de llorar. Pero se contuvo, tal vez había una razón para su actitud tan poco afectiva para con ella. Tal vez estaba enojado porque lo hizo esperar tres años y lo dejó solo otra vez en el mundo donde él no era ni un humano ni un demonio. Tal vez solo era eso y no había de qué preocuparse, después de todo antes de volver se habían besado con tanta pasión y con tanto sentimiento y sobre todo tanto amor que ambos prácticamente se habían jurado amor eterno. Tal vez solo estaba algo aturdido por verla ahí después de tanto tiempo y pensaba que ella no era real. Tal vez solo era eso.
Por ahora ella contendría sus lágrimas, evitaría dejarlas correr, intentaría con todas sus fuerzas ver a sus amigos sin que ese extraño y poco afectivo reencuentro la afectara demasiado. Esperaría unas horas o tal vez un par de días para hablar con él y explicarle el por qué de su ausencia y el porqué de su regreso. Esta vez la decisión era de ella, Kagome, no de un misterioso pozo, no por un caprichoso, egoísta y malvado hanyou y ni siquiera por causa del destino. Esta vez, fue ella quien pidió volver para quedarse al lado de su persona amada y por más que pasara lo impensable o lo más desagradable ya no podía volver. Esta vez ya no tenía segunda oportunidad para regresar al futuro. Su presente era para siempre la época antigua y ya nada ni nadie la haría regresar.
Observando la escena mientras Kagome e Inuyasha iban camino a la aldea estaba Sesshomaru, sin emitir sonido, ocultando su energía… simplemente observando, enfadado consigo mismo y sin poder entender que era lo que había pasado.
Continuará…
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Nota de autora:
Hola, ¿cómo han estado? Espero que bien.
Bueno, me dieron ganas de escribir. No sé a dónde llegue con esto, tengo toda la historia planificada en mi cabezota pero nada escrito aun. Solo sé que esta historia va a ser de varios capítulos, no me pregunten cuantos porque no lo sé. Pero lo que sí es que voy a intentar actualizar con regularidad y dependiendo la demanda. No me gusta pedir reviews, pero si no lo hago no sé cómo va la historia: si les gusta, si no etc. Así que por favor, comenten quejándose, corrigiendo cosas que vean que nada que ver, o simplemente diciéndome que les gusta.
Esto desde ya les digo es un Sesshomaru-Kagome, y va a estar complicado el acercamiento entre ambos o tal vez no. Depende de lo que quieran los personajes jaja.
Espero que les haya gustado el primer capítulo. Nos leemos pronto.
Besitos. Y gracias por leer.
Sele.