Los personajes son de Stephenie Mayer, y lo mío es la trama, que espero les agrade mucho.

Hola, sé que han de decir que como se me ocurre comenzar otro fic si ni puedo terminar uno que ya tengo pendiente. Pero como lo dije en un grupo de Fanfics, este fic no será largo a lo mucho 3 capítulos y si se pueden dos solamente, dependiendo de cómo se vaya creando la trama.

Bueno, este fic surgió cuando iba en el transporte a mi casa, y vi un pequeñín muy especial junto con su padre, el niño trataba de llamar su atención pero el señor solamente le daba el avionazo o le respondía indiferentemente. Entonces se me ocurrió ¿Cómo sería un fic donde Bella y Edward tuvieran un niño así de especial? De ahí este fic que leerá.

Bueno, ya no los distraigo. Disfrútenlo.


_-Mi bebito especial-_

-1-

Acaricie mi vientre como por cuarta vez. Me sentía cada día más ansiosa por tenerlo entre mis brazos, desafortunadamente aun no teníamos idea de que era, porque el muy pillo no se había dejado ver por mas ecografías que el doctor Black, nuestro doctor de cabecera, había hecho. Siempre que lo intentaba no se dejaba ver, de hecho cuando lo hacía el bebé se movía y nos daba la espalda de esa manera también no podíamos ver su carita.

― ¿El bebé se mueve? ― le sonreí a mi marido cuando dijo eso. Ultimadamente se movía un poco más de lo usual, pero no sentía ningún dolor.

― Sí, creo que no tardará mucho en llegar. ― Mi esposo puso la mano sobre la mía, la cual acariciaba mi vientre. ― Jacob dijo que podría llegar en una semana o dos.

― ¡Que emoción! No puedo esperar para ver a nuestro bebé.

―Sí, yo también lo espero con ansias. Es una lástima que no podamos saber que sexo es, el muy traviesillo se ha hecho del rogar. ― dije haciendo un puchero. ― ¿Tu qué crees que sea?

Edward torció el gesto simulando pensar.

― La verdad, no tengo una preferencia, lo que quiero es que este sano.

― Ese es mi deseo también amor.

Edward le dio un tierno besito a mi vientre antes de salir de la habitación que ambos, junto con mi mejor amiga Alice, habíamos decorado para la llegada de nuestro hijo. Como el pequeño no se había dejado ver y por ende no sabíamos el sexo, decidimos decorar la habitación con colores claros, de todas formas mi pensar era que no había una regla que diga que azul era para niño y rosa para niña, así que a pesar de las protestas de Alice decoramos la habitación de un color azul claro con toques blancos, así como la cuna era de color blanco de madera pulida, con su juguetito arriba para arrullarlo, y la hermosa mecedora en la cual estaba sentada. Había sido de mi abuela, mi madre la uso para arrullarme cuando yo era bebé y me la dio cuando se enteró de que sería abuela. Suspire al pensar que la vida perfecta, que gracias a dios, tenía. Recuerdo como hace 5 años Edward y yo pasamos por problemas por falta de dinero: Ambos recién egresados de la universidad (yo de ciencias de la educación y él en licenciatura en derecho), no teníamos no un dólar para comenzar pero gracias a la ayuda de nuestros padres pudimos sostenernos por unos meses antes de que yo consiguiera mi plaza como maestra de preparatoria y un par de meses después Edward en un bufete de abogados muy importante del país. Desde entonces nuestros problemas económicos se acabaron, entre los dos, juntando nuestros salarios, comenzamos a darnos una buena vida.

Compramos una pequeña casa que estaba cerca de ambos empleos, de esa manera yo podía irme caminando a la preparatoria y Edward tomaba el coche que teníamos para ir al trabajo, ya que quedaba un poco más lejos. Pero a pesar de nuestra buena situación económica, sentíamos que algo nos hacía falta así que hace año y medio decidimos que era hora de tener un hijo, a mis 28 años ya me sentía lista para tener un bebé y cuando se lo comenté a Edward estuvo más feliz que yo. Así que comenzamos con la "tarea" de tener nuestro hijo. Y después de unos meses, la buena noticia llego.

Estábamos esperando nuestro primer hijo.

Me levante para poder ir por un poco de agua, apenas di un pequeño paso cuando sentí un tirón en mi vientre que hizo que me doblara en dos.

― ¡Auch! ―me sobe de nuevo el vientre― ¿Qué pasa, amor?

El dolor se calmó un poco pero al dar otros cuatro pasos el dolor se volvió más fuerte. Me asuste.

― ¡Edward! ― grite cuando otra punzada me azoto.

Escuche los pasos apresurados de mi esposo, que al verme doblada de dolor, se puso blanco.

― ¿Bella? ― se acercó lentamente a mí. ― ¿Qué pasa amor?

Lo vi mal por un momento, pero tampoco podía molestarme con él.

―Siento… que él bebé…

― ¡El bebé ya viene!

Sin darme tiempo para decirle nada, me tomo en brazos. Con una habilidad que no le conocía tomo el bolso que ya teníamos listo para cuando nuestro hijo decidiera venir al mundo. Con mucha delicadeza me puso en el asiento del conductor, mientras aventaba el bolso en la parte de atrás y corría hacia el asiento del conductor y una vez abierta arranco a toda velocidad hacia el hospital. Uso el teléfono que tenía integrado en el coche, me imagine que estaba llamando a la familia.

Hola. ―saludo Esme, mi suegra. ― ¿Que pasa chicos?

―Mamá, tienes que ir al hospital.

¿Qué? ¿Por qué? ―pregunto alarmada. ― ¿A caso…?

―Si Esme, ― respondí entre jadeos. ― Tu nieto va a nacer.

¡Oh por dios! ¡Carlisle! ― grito a todo pulmón. ― Los veremos haya, chicos.

Y sin decirnos nada más colgó.

Los siguientes en la lista fueron mis padres. Cuando sonó, esta vez fue mi padre quien contesto.

¿Edward, Bella? ¿Porque el numero registrado es del auto?

―Es porque estamos en el auto, Charlie. ―contesto mi esposo con una sonrisa.

¿Qué sucede?

―Necesitamos que vayas al hospital, papá. ―dije.

¿Pero porque? ―a veces mi papá era un poco lento. ―No entiendo.

―Charlie Swan, tu nieto ya viene.

¡Pero que…! Eso es genial, tu madre estará feliz, en unos momentos estaremos haya. No te imaginas lo feliz que estará tu madre.

Y al igual con Esme sin decir nada más colgó, supongo que ahorita estaría corriendo hacia el jardín para decirle a mi mamá que su nieto estaba en camino. Podía imaginar a Renee dejando todos sus instrumentos de jardinería para correr hacia el auto para ir al hospital.

En cuanto llegamos al hospital el doctor Black ya no estaba esperando con una silla de ruedas. Edward me volvió a cargar y me puso en la silla de ruedas, el dolor se estaba volviendo casi insoportable.

― ¿Cada cuánto son las contracciones, Bella? ― me pregunto Jacob.

―No lo sé, cada 15 minutos. ―dije lo primero que se me ocurrió.

― Tranquila, te llevaremos a una habitación.

oOoOoOoOoOo

No se cuánto tiempo paso, pero el dolor era cada vez más insoportable. Al llegar a la habitación Jacob me había revisado, me dijo que aún no había dilatado lo suficiente y que teníamos que esperar más. Pedí, más bien exigí, que me dieran algo para que el dolor se me calmara. Después de casi una hora me pusieron la epidural. Descanse un poco.

Edward, mis padres y mis suegros estuvieron a mi lado todo el tiempo. Mis amigos aun no podían llegar, Alice no podía salir de la casa ya que tenía al pequeño Tobías enfermo de gripa, Emmett y Rosalie llegarían más tarde porque su vuelo se retrasó.

Cuando por fin llegó el momento, los nervios comenzaron a invadirme. Sabía que todo estaría bien, en unos momentos tendríamos a nuestro hijo.

Estaba rodeada de un par de enfermeras, Jacob estaba detrás de una cortina que me habían puesto, no entendía porque de ello, pero al sentir la mano de Edward todo eso se volvió secundario mire a mi marida que me veía con mucho amor en su mirada, le dije con mis labios un te amo el cual me respondió de igual manera. De repensé sentí un tirón en mi vientre y supe que era el momento.

―Muy bien, Bella. ―comenzó Jacob. ― Cuando sientas una nueva contracción, debes de pujas ¿de acuerdo?

Asentí varias veces demostrando que si había entendido.

Una nueva contracción llego y Jacob me grito que pujara, comencé a pujar con todas mis fuerzas. Edward me sostenía la mano la cual apretaba fuertemente, deje de pujar un momento para cuando una nueva contracción me hizo rehacer mi tarea. Comencé a sentir algo que me indicaba que mi niño venia en camino, Jacob me dijo que ya casi tendría a mi hijo.

Volví a pujar cuando de repente escuchamos un llanto, mi hijo había nacido.

―Es un niño― dijo el doctor. Un niño, siempre supe que era un niño lo que esperábamos― ¡Oh no!

La voz del Jacob me trajo a la realidad, se oía tan… preocupado.

― ¿Qué pasa, doctor?― pregunte jadeante.

―Esto no es algo que esperáramos.― la voz de mi esposo sonaba fría. No me había dado cuenta de que Edward se había separado de mí y se había acercado a Jacob.

― ¿Que sucede?― pregunte al borde de la desesperación.― ¿Sucede algo malo con mi bebé?

―No señora Cullen, nada malo.

― ¡¿Nada malo?!― el grito de Edward resonó por la sala.― ¿No es algo malo que mi hijo haya nacido con Síndrome de Down?

oOoOoOoOoOo

Mire a Edward de nuevo, el caminaba de un lado a otro por la habitación del hospital. Su semblante estaba rígido y no dejaba de murmurar cosas, yo lo miraba desde la cama. La noticia de que nuestro primer hijo había nacido con SD, no le había caído nada bien, quiero decir yo estaba sorprendida de igual manera pero era nuestro hijo, el fruto de nuestro amor. Nada iba a cambiar lo que yo sentía por él.

¿A caso Edward si?

Desde que me pasaron a la sala de recuperación, no habíamos podido ver a nuestro hijo, según Jacob tenía que hacerle unos análisis para afirmar que todo estaba bien con nuestro pequeño y de eso ya habían pasado varias horas.

― Me estas mareando. ―dije al fin.

― ¿Qué?

―Que me estas mareando con tanta vuelta que das ¿Qué pasa?

― ¿Cómo qué que me pasa? ―su voz era dura, era de las pocas veces que lo oía hablar de esa manera. ― No puedo creer que esto esté pasando.

― ¿Pero que esta pasando? ― pregunte realmente confundida

Me miro de una manera tan dura que pensé que había hecho algo de verdad muy malo, pero de verdad yo no había hecho nada.

― No puedo creer que de verdad me estés preguntando qué es lo que pasa. ―comenzó a mover negativamente la cabeza. ― ¿Qué acaso no lo viste?

―¿Ver qué?

―!El niño! ―me grito. ― ¿¡Que no vez que el niño está enfermo!?

El niño, ¿Por qué no decía, mi hijo?

― ¿El niño?

―Ay Isabella, en serio, no puede ser que estés tan ciega.

Su comentario me molesto en verdad.

―No es que este ciega, Edward. Lo que me pasa es que como puedes llamarlo El niño, cuando saber perfectamente que es tu hijo.

Hizo una mueca de desagrado cuando le dije eso.

― Edward, ¿Por qué demonios pusiste esa cara?

― ¿De qué hablas?

―¡Maldita sea, Edward! No soy estúpida. ―comencé a agitarme un poco, me encontraba cansada y luego este hombre venía a estresarme más. ― ¿De verdad te estas comportando de esta manera? ¿en qué siglo crees que estas? No puedo creer que esto te ponga de esta manera, deberías estar feliz de que nuestro hijo está bien.

― Eso crees tú, sabes perfectamente que lo niños con SD son propensos a muchas enfermedades. Sabes que su mortalidad no es muy alta y sobretodo lo cuidados especiales a los que lo debemos someter.

― Si te molesta tanto, yo cuidare de él. ― dije sin mirarlo. ― Tratare de acoplar mi horario a unas pocas horas.

―Sabes que puedo pagar a alguien quien lo cuide.

―No, no quiero que ninguna extraña se quede con Anthony o Tony ahora que es pequeño.

Escuche como tragaba duro, lo mire y vi que de nuevo estaba enojado.

― ¿Qué? ¿te molesta que lo llame como tú?

― ¿Cuándo decidiste eso? ― no respondió mi pregunta.

― Cuando su padre decidió que no quería tener nada que ver con mi bebé.

―Yo no dije eso. ― contesto si más. ― Solo digo que necesitara de cuidados especiales, y de tus labios salió que en cuanto el bebé tuviera edad suficiente regresarías al trabajo.

―Sí, pero eso era antes de saber que tendría a mi bebito especial. ― le conteste casi con los ojos cerrados. ― Tú puedes seguir como si nada, si quieres ignóranos, pero yo cuidare y amare por los dos a Tony.

Cuando sentía que mis ojos se cerraban, escuche la puerta abrirse, de inmediato abrí mis ojos para ver a una enfermera que traía un pequeño bulto en sus brazos. Sin ayuda de Edward, me levante y mire con emociona a la enfermera que me sonrió al verme.

― Alguien está ansioso por verlos.

Ignore a Edward que solo me miraba a mí y no a la enfermera.

―Sí, quiero verlo. ― ella amablemente me pasó el pequeño bulto, por primera vez veía a mi pequeño. Estaba dormido obviamente, pero a pesar de que sus rasgos confirmaban su condición para mí no dejo de ser el bebé más hermoso del mundo. ― Hola Tony.

Al parecer él me entendía porque abrió sus ojitos claros, muy a su pesar del mismo color que los de su padre, y su matita de pelo era de un rubio pero aun no diría si sería como la de Edward o como la mía. Acerque mi rostro al suyo y le di un besito en la mejilla, en su naricita y por último en su frente, lo acerque a mi cuerpo para que supiera que su mamá siempre estaría con él.

― El doctor Black me dijo que todo estaba bien con el pequeño, pero que les recomienda que venga cada mes para hacerle un chequeo. Como saben, es un bebé muy especial, así que esperemos que tengan los cuidados correspondientes.

―Lo sé, enfermera. ― le conteste sin dejar de mirar a mi bebé.

― Y usted, papá. ―le dijo a Edward. ― Debe estar atento a las peticiones de su esposa.

Quisiera que le enfermera no dijera nada, que solo se fuera, Edward estaba demasiado irritado como para ignorar sus palabras. Por suerte su bipper comenzó a sonar y la enfermera salió rápidamente.

Yo seguí ignorando a Edward y centre mi atención a Tony.

― Hola mi niño. ― sus ojitos me miraban pero se veían perdidos. Sentí a Edward acercarse pero lo ignore, aún estaba molesta con él.― Yo soy tu mami, y te amo muchísimo.

Y era verdad, yo amaba a mi niño muchísimo.

Seguía sintiendo la mirada de Edward, me atreví a mirarlo.

―¿Quieres cargarlo? ― sabía que era una tontería, pero en verdad esperaba que Edward dijera si.

―No gracias.

― ¿Por qué? ― dije dolida.

―Es muy pequeño y delicado. ―qué tontería.

―Logan es más o menos de su edad, y no te molesta cargarlo. ―Logan era el hijo de Rosalie y Emmett, tenía 4 meses.

―Sabes que es diferente.

― Como digas. ― volví a ignorarlo.

Solo centre mi atención en Tony.

.

.

Primer año de Tony

Este año había sido, bueno. Más no perfecto como pensé que sería, de hecho creía o más bien tenía la esperanza de que Edward se hiciera a la idea de que Tony era especial, y probablemente no haría todas las cosas que un niño de su edad haría, aprendería aceptarlo y quererlo igual que yo. Pero a pesar de que el fingía que todo estaba bien, lo conocía demasiado bien como para saber que no era así, su comportamiento hacia Tony era… cortes, más no el afecto que se le da un padre a su hijo. No lo trataba mal pero tampoco le mostraba cariño, más de una ocasión le hacía ver lo mal que se estaba comportando, Edward nunca me respondía. Sentía que no tenía nada que responder o de verdad le molestaba la situación.

Otra cosa que no me gustaba nada era que la familia de Edward tampoco eran muy afectuosos con Tony, bueno, todos excepto Emmett y Rosalie. Mi cuñada era maestra en una escuela de niños especiales, comprendía al pie de la letra la situación de Tony y cada vez que me visitaba me daba consejos de cómo debía tratarlo, yo estaba muy agradecida con ellos. Eran un alivio para mí, por suerte mis padres se lo tomaron bien, Renee me había dicho que un hijo es una bendición sin importar su condición, mi padre estaba esperando el momento cuando Tony fuera mayor para enseñarle a pescar. No podía estar más feliz por eso.

Bueno, sería más feliz si Edward me apoyara al cien.

Yo creí que con el paso del tiempo se acostumbraría a la situación. Pero cuando creí que había un cambio en él, Tony enfermo de una constipación intestinal que me hizo correr con él al hospital, Edward me acompaño más por compromiso que porque haya querido. Por suerte Jacob logro ayudarlo y pude respirar tranquila.

Durante este año no había mes en el que no llevara a Tony al doctor, Jacob me había dicho que había una probabilidad del 66% al 89% de que Tony quedara sordo, pero afortunadamente no fue el caso. Para mi desgracia tuve que dejar mi trabajo en el colegio, Tony me absorbía mucho tiempo y no quería que cualquiera lo cuidara, Edward se molestó un poco por eso… de hecho esa fue nuestra primera discusión:

¿Qué? ―Edward me miro mal, estaba sentado en la cama acomodándose para dormir. ―Creí que volverías al trabajo.

Sabes que tengo que cuidar a Tony. ―gruño pero lo ignore. ― Aun es muy pequeño para que lo deje en una escuela especial.

Hay personas que se pueden encargar muy bien de él. Y tú no debes dejar tu sueño por él.

Mi sueño es estar con mi familia, Edward. Veo que tú no piensas lo mismo.

Sabes que no es así.

¿Hasta cuándo, Edward? ―el me miro sin entender. ―No te hagas, sabes perfectamente de lo que hablo. Tony es tu hijo, Edward. Él nos necesita a los dos.

No me dijo nada por un momento, solo me miraba, yo negué varias veces y rodee la cama para acostarme. Sabía que no le sacaría nada, y menos cuando se portaba de esa forma.

Debes entenderme, Bella. Yo jamás espere que esto pasara.

¿Y yo sí, Edward?

Sé que no, pero no puedo simplemente no decepcionarme por esto, yo de verdad quería un hijo el cual no estuviera en riesgo de morir en cualquier momento.

Ahogue un gemido de sorpresa.

¿Esperas que Tony muera? ―pregunte triste. ― ¿eso es lo que quieres, Edward?

El comenzó a negar varias veces.

¡No! Eso nunca, yo no quiero que eso pase.

Pero eso me diste a entender.

He leído mucho del asunto, Bella. Los niños como Tony no tienen una tasa de mortalidad normal, cualquier enfermedad podría matarlos, su sistema inmunológico es muy débil, imagine si de un resfriado llegue a ser una pulmonía… no podría.

Creo que te entiendo, Edward. ―al menos eso creía. ― Pero Tony no tiene la culpa de nada, es un bebé que no pidió nacer así, lo único que quiero es que le muestres un poco de cariño eso es todo. Es tu hijo y sé que él te quiere, he visto como no te quita la mirada cada vez que pasas y lo ignoras.

Él había sonreído un poco, pero solo un poco. De repente su sonrisa cayó.

No puedo, Bells. ―se levantó de la cama y se encerró en el baño.

Suspire como tantas veces lo había hecho y me recosté en la cama, no sabía qué hacer con esta situación y sinceramente no quería darme por vencida. Tarde o temprano Edward se daría cuenta de lo especial que es Tony y lo amaría igual o más que yo.

Cuando Tony cumplió su primer año, mi madre, Alice y yo le organizamos una pequeña fiesta para Tony. Como supuse solo estuvimos mis padres, Alice, Jasper y yo ya que Rosalie y Emmett tuvieron una complicación para venir, pero le enviaron a Tony un hermoso juego de recreación para que comenzara a activar mejor sus reflejos, Edward había prometido regresar temprano del trabajo, pero cuando vimos que eran las 4:00 pm y no llegaba comenzamos la celebración.

― ¡Ma! ― Tony me golpeo con su pequeña mano la cara. Me señalo el pastel que mi madre había hecho para él.― ¡Tel!

Le sonreí a mi bebé, y bese su mejilla.

― Si, amor. Es un pastel, lo hizo tu abuelita Renee.

― ¡Nee! ― su lenguaje no era bueno, apenas estábamos comenzando su educación en un grupo en el centro para niños con SD, para ayudar su avance. Y me sorprendía mucho lo rápido que estaba aprendiendo.― ¡Pa!

Me entristecí, Edward no había llegado.

― ¿Dónde está el inútil de tu marido? ― Alice apareció detrás de mí con Logan en sus brazos. ― No me digas que no va a venir.

―Pues no te diré.

― Y los otros abuelos. ― dijo, refiriéndose a Esme y Carlisle. De igual manera negué. ― Sigo sin entender porque demonios te esfuerzas por invitarlos, son tan malditamente prejuiciosos y perfeccionistas que no aceptan que Tony sea diferente.

―Es su decisión, Alice. No los obligare a que vengan a ver a Tony, pero lo que sino perdono es que Edward haya faltado.

―No sé cómo lo soportas, Bella.

―Porque tengo la esperanza de que se dé cuenta de lo hermoso que tiene ante él. ― mire a mi bebé, que tenía su mirada en el pastel.

A pesar de todo, nos la pasamos muy bien. Unos amigos del grupo sí pudieron venir con sus hijos que, a su modo, jugaron con Tony. Lo que más me encanto fue ver a Tony bailar cuando Alice puso música latina, se veía tan hermoso que no dude en grabarlo con mi cámara*, esperando que cuando Edward llegara lo viera.

Como ya lo había esperado, Edward no llego a tiempo, si no casi a las 10:00 pm.

Acosté a Tony porque había quedado agotado por tanto ajetreo. Me quede en nuestra habitación esperando cuando llegara.

Escuche la puerta de la casa abrirse, tome varias respiraciones antes de enfrentarlo. Baje hacia la sala, no quería que Tony oyera nada.

Me lo encontré en la sala mirando el poco desorden que había quedado de la fiesta, estaba tan cansada que no me importo dejarlo ahí.

― ¿Qué paso aquí? ― pregunto. ― ¿Hiciste una fiesta?

Saque el aire que había estado reteniendo en mis pulmones.

― No puedo creer que lo olvidaras Edward.

― ¿Olvidar que? ― mis ojos comenzaron a cristalizarse, era imposible que lo haya olvidado. ― Bella ¿Qué pasa?

―¿Por qué, Edward? ¿Por qué?

―¿Qué cosa?

― Olvidaste el cumpleaños de Tony. ― lo vi traga en seco. ―Lo olvidaste aun cuando yo te dije en la mañana que tenías que llegar temprano.

―Pero no me dijiste para qué. ― fue su tonta escusa.

―De verdad tenía que recordarte el cumpleaños de tu hijo… ¡El primer cumpleaños de Tony!

Lo vi mirar para el otro lado, no veía nada de arrepentimiento y si lo estaba no lo demostraba.

― Tengo que trabajar Bella, desde que dejaste tu trabajo yo tengo que solventar los gastos de la casa, el grupo donde llevas al niño no es muy barato.

―¿Eso es lo que te molesta? ― le respondí en un gruñido. ― No te preocupes, ya veré yo como hacerle. Sé que mis padres me ayudaran con eso, porque los tuyos no me ayudan en nada.

― No los culpes, por no entender.

―¡Exacto! No los culpo, como tampoco culpo a Tony por nada como tú lo haces.

―Yo no…

―Déjalo. ―me di la vuelta. ― Sé que no quieres a Tony ni tú ni tus padres tampoco, y hoy lo termine de comprobar.

Me dirigí a las escaleras para ir a la habitación de mi hijo a dormir, no quería hoy dormir en el mismo cuarto que Edward, al menos no esta noche. Tenía muchas cosas que pensar, no estaba muy segura si quería seguir estando con Edward si él no hacia ni el menor intento por acercarse a mi hijo.

Apenas subí el primer escalón cuando sentí la mano de mi esposo en mi muñeca.

― Lo siento.

― No Edward, no tienes que disculparte, que importa. ― no me voltee a mirarlo. ― No se le puede obligar a alguien a querer a otra persona.

― Yo quiero a Anthony. ― lo mire por primera vez. ― Es solo… es difícil Bella.

― No lo es, Edward. Tú lo haces difícil.

― Mis padres…

―Ellos no tienen derecho a meterse en esto. Sé que ellos tienen ideas raras, y sé que no son malos pero el hecho de negar a su propio nieto es imperdonable.

―Lo sé, Bella.

Ahora fue mi turno en tomarle las manos.

―Prométeme por favor que trataras de darle una oportunidad a esto. De darle a Tony el padre que quiere.

El no dijo nada, pero asintió.

Eso me basta… por ahora.


*Ver video aquí www. youtube watch?v=fGb7FgO2SAU

Hola de nuevo, si están leyendo esto es que le dieron la oportunidad a esta historia. La verdad espero que les haya gustado.

Los leo en el próximo capitulo.

Besos

Paulina R.