¡Katze y Sasuki entrando en escena con el último capítulo! Disculpen la pequeña demora... asuntos académicos xD

Parte de este capítulo estará destinado a atar algunos cabos que pudieron haber quedado sueltos anteriormente, pero nuestros protagonistas seguirán adelante con su nueva situación amorosa.

Será el capítulo en el que se traten más puntos, así que esperamos que todo quede lo suficientemente claro :3


Capítulo IV: Situación sentimental: Mío

Varios días pasaron luego del aterrador incidente en el cementerio, en los cuales ninguno había querido pronunciar palabra con respecto al susto mortal que se habían llevado. Naruto le había pedido a Sasuke que se quedara a dormir en su casa en los días que siguieron, temeroso de que algún espíritu quisiera jalarle de los pies por la noche. Sasuke se hizo el duro al principio, pero acabó por aceptar para estar cerca del rubio si algo llegaba a suceder. A pesar de su escepticismo, debía admitir que aunque los días pasaran en calma, se sentía un poco inseguro, y esa inseguridad se acentuaba cuando pensaba en su rubio.

Como acostumbraban, luego de ir a la universidad, se quedaban toda la tarde y parte de la noche jugando videojuegos, y a veces colocaban alguna película, evitando de preferencia cualquiera que pudiese tratar de espíritus o invocaciones.

Por otro lado, ninguno de los dos había mencionado nada referente al otro asunto, que era obvio que aún les hacía sentir relativamente incómodos. En términos generales, dejaron que la situación fluyera y todo siguió su curso en cuanto a su nueva relación, si es que podían llamarla de esa manera. Lo único que parecía haber cambiado era el cierto contacto físico que mostraban mutuamente, que era más confianzudo que antes, y por lo demás, no había palabras cursis ni discursos llenos de melaza que les pudrieran los dientes. De vez en cuando compartían miraditas cómplices durante las clases cuando alguna chica se acercaba a coquetear con alguno y, para sorpresa de ambos, quien resultó ser el celoso empedernido de la pareja resultó ser el siempre apacible e indiferente Uchiha. Sasuke no dejaba a Naruto solo, y mucho menos si andaba esa fulana Hinata por ahí.

El viernes siguiente a lo sucedido, se mantuvieron despiertos hasta tarde viendo una película de acción. Aunque Naruto ahora no permitía que Sasuke durmiera con él en la misma cama, lo que para el moreno era una gran estupidez, los dos se hallaban recostados del cabezal de la misma disfrutando del filme. El Uchiha abrazaba a Naruto por los hombros, y éste se dejaba con calma, comenzando a aceptar que le agradaban esos pequeños detalles, aunque admitía que la nueva maña del otro de andar sin camisa lo ponía nervioso. El rubio no era tonto, y se había percatado de las otras intenciones del moreno al mostrar su muy bien trabajado abdomen todo el tiempo… y a eso se refería, Sasuke lograba sacarle el lado gay.

- ¡Demonios! ¿Viste cómo esquivó las flechas? Ese tipo es genial -el rubio disfrutaba las películas al cien por ciento; lo único malo era que normalmente no permitía que Sasuke las disfrutara tanto.

- Dobe, ¿puedes dejar de alabar cada movimiento de ese sujeto? Te escuché las primeras diez veces.

- Sólo estás celoso porque no eres tan genial como él, Sasuke-teme.

- Pero qué tonterías, ¿por qué querría ser un arquerito en mallas verdes?

- A mi parecer se ve bastante bien. No está nada mal -opinó Naruto, colocando una mirada pícara y un tono que al moreno no le agradó del todo. El rubio sabía lo fácil que era hacerlo molestar, o en otras palabras, ponerlo celoso.

- ¿Ah, sí? -en menos de un segundo y antes de poder siquiera reaccionar, Sasuke se posicionó sobre él, obstruyéndole la visión e irguiéndose frente a su rostro de forma bastante altanera-. ¿Y qué opinas de esto, entonces? -preguntó, apuntando a sus abdominales. Naruto disimuló cuando tragó fuerte y desvió la cara para ocultar su sonrojo.

- Quítate, teme.

Sasuke alzó una ceja y sonrió divertido. Tomó al rubio del mentón y acercó su rostro de una manera amenazantemente juguetona. A pesar de que el Uchiha aún se mantenía sereno e impasible en la universidad y frente a los demás, Naruto había notado ese significativo cambio en su seria actitud desde que eran algo más: ahora era más… ¿sensual?

- ¿No quieres tocar?

- Invades mi espacio, ¡apártate de encima, teme!

Naruto comenzó a revolverse y a patalear buscando alejarse, pero tenía al Uchiha cómodamente ubicado sobre su estómago y esto dificultaba su cometido.

- Chicos, les traje-

Kushina se quedó estática en la puerta con una bandeja de humeantes galletas -quemadas- en las manos. Se llevó una mano a la boca al ver la escena de su adorado hijito debajo de un Sasuke semi-desnudo que lo atrapaba por la barbilla y parecía estar a punto de…

- ¡Lo siento! No sabía que… yo… ¡ustedes sigan en lo suyo, ya yo me voy! Hasta lueguito, niños -salió apresurada de la habitación dando un portazo bajo la atenta mirada de los dos jóvenes.

- Te dije que eran hippies.

- ¡Mamá, no es lo que parece! -gritó Naruto con un enorme sonrojo en las mejillas-. Mira lo que haces, Sasuke-teme. ¡Quítate de encima!

De un empujón lo hizo caer hacia atrás y aprovechó para huir de la embarazosa situación. Salió de la cama a paso rápido y fue directo detrás de su madre, no sin antes echar un último vistazo al ocioso de su pareja. Sasuke estaba acostado de lado apoyando la cabeza en una de sus manos en pose de "dibújame como a una de tus chicas francesas" mientras lo observaba con una amplia sonrisa. Maldito bastardo degenerado, se veía hasta sexy en esa posición. Y con ese último pensamiento supo que pasar tanto tiempo con Sasuke le estaba afectando.

Sasuke no se movió ni un ápice de su sitio ni dejó de mirarlo con esa profunda intensidad. Esto irritó al rubio, quien cerró la puerta estrepitosamente y soltó un bufido de molestia y cansancio.

Encontró a su madre en la cocina, apoyada del mesón y con la mirada fija en la bandeja de las galletas que acababa de preparar. Se percató de que mordía su labio inferior, y el brillo en sus ojos había cambiado ligeramente.

- Mamá… -llamó con suavidad mientras se acercaba. Kushina se sobresaltó, y luego de mirarlo, tomó apresurada un paño que tenía a la mano y fingió estar limpiando.

- Dime.

- Yo… quiero disculparme por lo que viste. Tal vez Sasuke piense que es tonto, pero quiero hacerlo -vio como la boca de su madre se curvaba en una pequeña sonrisa.

- Y tiene razón -dejó lo que hacía y volteó-. Naruto, eres prácticamente un adulto, aunque no te comportes como uno -esta vez la sonrisa se posó sobre los labios del menor-. Los adultos hacen esas cosas y no tienen por qué pedirle permiso a nadie. Es decir, son necesidades del cuerpo, por las hormonas y todas esas cosas.

- Mamá, no hablo de eso. Lo que trato de decir es-

- Tranquilo, Naruto. Sé de qué hablas, y no tiene nada de malo ser el pasivo, si sabes a lo que me refiero. Yo podría ayudarte. Tengo un librito de kamasutra que es excelente, sé que te encantará y tendrás a Sasuke comiendo a tus pies. Tu padre y yo- -el rubio levantó la mano para indicarle que se detuviera.

- Ok, por favor, te ruego que no sigas. Esto es un poco incómodo. Demasiado, más bien -su cara era una perfecta imitación de un tomate en ese preciso momento-. De hecho, creo que si buscas "incómodo" en un diccionario, saldría una parte de esta conversación como ejemplo.

- Entiendo, lo siento.

- Olvidemos los últimos 5 minutos, ¿sí? -trató de disimular la vergüenza que sentía para no enterrar su cabeza en la tierra cual avestruz y se hizo el desentendido-. Lo que sucede es que nunca te pregunté qué pensabas de mi… relación con Sasuke

- Naruto, mi niño -se acercó y posó sus manos en los hombros de su único hijo-, luego de 5 años de relación amorosa, ¿ahora es que quieres preguntarme?

- ¿Qué?

- Nunca he estado en contra de tus inclinaciones, amor. Eres mi hijito adorado, y te conozco como la palma de mi mano.

- Pero si descubrí mis "inclinaciones" hace 2 semanas…

- Calla, que aquí la que sabe soy yo. Ni a tu padre ni a mí nos molesta tu relación con Sasuke. Han estado toda la vida juntos, así que ¿cuál es la diferencia? Él es un gran chico que ha demostrado gran paciencia como para soportarte tanto tiempo; ten por seguro que él es el indicado.

Naruto la escuchaba atentamente. A pesar de la forma como le decía esas cosas, su corazón se encogía y su sonrisa se ensanchaba con cada palabra, y antes de que Kushina pudiese culminar su discurso de madre enternecida, el rubio se abalanzó sobre ella y la atrapó en un caluroso abrazo que fue correspondido con fuerza. Dejó escapar un pequeño "gracias" en el oído de su madre y, luego de intercambiar sonrisas, se retiró.

Era definitivo, había sido el chico más afortunado de la historia por tener unos padres tan hippies, como decía Sasuke. Sentía que se había quitado un enorme peso de encima; el único inconveniente ahora era que le había dicho a su madre que tenía una relación, y él ni siquiera sabía qué carajo tenía con el moreno. Y el peso del que se había librado ahora caía de nuevo sobre su espalda al recordar ese detalle. Se dirigió a su cuarto mientras su cerebro divagaba sobre su situación actual. Ahora que lo pensaba, la "convivencia" con Sasuke esos últimos días había sido bastante complicada para él, sobre todo por el hecho de no saber ni siquiera qué rayos eran. ¿Amigos? ¿novios? ¿amigos con derecho? ¿pasatiempo? ¿peor-es-nada? Al no tener una idea clara de qué era lo que tenía con su mejor amigo, no hallaba la manera de comportarse correctamente. Sasuke a veces lo abrazaba por los hombros o le tomaba la mano cuando veían películas, y eso no lo hacían los amigos comunes; pero tampoco le decía cosas tiernas y cursis, como hacían los novios. Al mismo tiempo, lo celaba hasta de la almohada, cosa que no hacían los meros pasatiempos. No tenía ni idea del título que debían llevar ahora, pero sabía que para Sasuke esto no era una duda que le carcomiera los pensamientos como a él.

Suspiró cansado y por un momento pensó que debía preguntárselo al moreno, sin embargo, era necesario esperar el instante adecuado para ello. Entró a la habitación y se encontró a un Sasuke sentado al borde de la cama con su celular en las manos.

- ¿Qué estás haciendo con mi teléfono, teme?

- Nada, estoy en los juegos. ¿Por?

- Ah, sí. Ya veo que pasaste de nivel en mi buzón de mensajes -el moreno se quedó callado al verse descubierto-. Si querías revisar mis mensajes, sólo debías preguntarme. No tengo nada que ocultar.

- No estaba revisándolos, yo sólo… iba a… enviar un mensaje -mintió. No podía evitarlo, Naruto había estado mandando mensajes en clase y él se moría por saber a quién.

- ¿Y por qué no usas tu móvil? -extendió la mano y Sasuke le entregó el aparato sin rechistar.

- Porque no funciona desde el día que fuimos al cementerio -volvió a mentir. Esperaba que Naruto se lo creyera.

- Finjamos que te creo, Uchiha entrometido. Además, dijimos que no mencionaríamos ese día. Ya sabes, los espíritus podrían escucharte, y no queremos que eso pase.

- Ya déjate de tonterías, dobe. No pasó nada, todo tiene una explicación lógica -dijo, tratando de desviar el tema.

- ¿Explicación lógica? Aún estoy esperando que me des una explicación lógica para esto -le respondió, recogiendo la manga de su brazo derecho para mostrarle las huellas rosáceas de dedos que aún no desaparecían del todo-. Estoy seguro de que mamá no se creyó eso de que ibas a caerte y tuviste que sostenerte de mí, sobre todo por el hecho de que tú no te caes.

- Ya basta, dobe. Nada sucedió. Fin del tema.

El moreno le dio la espalda, sabía que esa era la manera más eficiente de cortar las conversaciones con él. Quería evitar a toda costa que Naruto supiera lo que realmente había visto ese día. Él como un Uchiha no creía en esas patrañas de espíritus ni mucho menos, pero esa noche algo que hasta él clasificaba como paranormal apareció justo frente a él, y sabía que su mejor amigo no había podido percibirlo de la misma forma; si lo hubiese visto como él, probablemente se habría teletransportado a su casa del susto, y no se habría quedado tan relativamente calmado como estuvo en ese momento.

Ese hecho lo había dejado con una gran duda. En los días posteriores, investigó un poco en esas páginas web absurdas que revisaba el Uzumaki cada tanto, y se topó con publicaciones que afirmaban que los fantasmas traídos por invocaciones sólo podían ser vistos por la persona que los invocó, mientras que los demás sólo podían percibir la presencia. Aunque no quería creerlo, aceptaba que era una explicación razonable. Sí, Sasuke el escéptico Uchiha estaba admitiendo que había visto al espíritu de Madara. Y las marcas en el brazo de Naruto eran una prueba fehaciente de que el mismo Madara había tratado de hacerle algo al rubio.

Sacudió la cabeza para apartar esos pensamientos que venían atormentándolo desde hacía días.

- No me vengas con "fin del tema" -respondió Naruto. Fue hasta donde estaban sus cajones y empezó a revolver lo que había en uno de ellos, buscando algo-. Sabes que algo extraño sucedió, ¿por qué no quieres admitirlo?

- Naruto, ya te expliqué mi teoría de la sugestión. Nuestras mentes nos jugaron una mala pasada. De hecho, muchas de las apariciones que la gente afirma haber visto, en realidad están asociadas a fenómenos de histeria colectiva, que es lo que lleva a la sugestión y... ¿estás siquiera prestándome atención?

- ¡Aquí está! -exclamó mientras sostenía la videocámara en sus manos-. Veamos el video. Sólo así hallaremos tu fulana explicación.

- ¿Para qué quieres ver algo tan aburrido? Estuvimos ahí, sabemos lo que pasó.

- Quiero saber quién me hizo esta marca. Sentí sus heladas manos, Sasuke. Algo debe haber quedado grabado en el video. -luego de darle al botón para reproducir la cinta, brincó a la cama y se posicionó detrás del Uchiha, asomándose apenas por encima de su hombro.

- Hola, dobe -un guiño acompañó el saludo-. Me siento como una adolescente grabándome de esta forma. Bien, como habrás notado ya, estoy en el panteón. O fuera de él, más precisamente -el sonido de una rama seca rompiéndose le hizo mirar hacia la que pensaba había sido la dirección de la que provenía el ruido y luego regresó su atención a la toma.

- ¡Sabía que estabas asustado!

- Sólo volteé a ver, eso no quiere decir nada.

- La razón por la que no estoy dentro, es ésta -comentó el moreno en el video momentos antes de hacer un acercamiento a la cadena que mantenía las puertas cerradas.

Y así pasaron los minutos. La cinta corría con Sasuke en todas las tomas llevando a cabo su "misión". Olvidando de momento el motivo por el que miraban la grabación, Naruto reía y se mofaba del Uchiha por los sustos que jamás creyó que alguien como él podía llevarse. Luego de varias escenas que el moreno no recordaba haber grabado, se dio cuenta de que la cámara de video nunca había dejado de grabar a pesar de haber detenido la filmación. Naruto no paraba de soltar carcajadas por los sonidos chistosos que Sasuke hacía. Sin embargo, nada superaría el ataque de risa que sufrió el rubio cuando vieron cómo gritaba y saltaba el moreno al momento que le caía una rata gigante en la cabeza. Está de más señalar el hecho de que Sasuke quería desesperadamente que dejaran de ver el video, cosa que no se molestó en ocultar.

- Lo que viene soy sólo yo sentado aburriéndome de ganarte, como siempre. No es nada interesante -dijo, tratando de convencerlo, cuando una frase del video captó la atención de los dos.

- Maldición, y dejé mi gel antibacterial en casa.

Naruto reventó en risas y tuvo que sostenerse el estómago o se le saldrían las tripas de tanto reír. Se estaba divirtiendo de lo lindo a costas del delicadito de Sasuke. Al moreno, por su parte, no le hacía para nada gracia el quedar en ridículo, y mucho menos delante de ese dobe.

- Ya está bueno, voy a quitar esa cochinada -dijo, buscando quitarle el cable a la cámara; quién sabe qué otras cosas vergonzosas que no recordaba haber hecho aparecerían en el televisor.

- ¡Espera, ahí entro yo! -en la pantalla se mostró el momento en el que había llegado Naruto, saltándole en los brazos y gritando como una niña.

- ¡Sasuke! ¡Sasuke! ¡Tu tátara tátara abuelo muerto me está siguiendo y quiere mis ojos!

- Por un demonio, dobe. ¡¿Qué coño estás haciendo?!

El rubio dio rienda suelta a sus carcajadas otra vez. Sasuke no pudo evitar soltar una pequeña risa, la escena era verdaderamente graciosa. De momento se le ocurrió que tal vez no había nada malo en la cinta, sólo eran ellos dos haciendo ridiculeces a las 3 de la madrugada en un cementerio.

- ¡Auch! ¡Teme, eres un insensible!

- ¿Qué se supone que estás haciendo tú aquí?

- Fuera…

Ambos dejaron de reír. Se miraron de reojo unos segundos.

- ¿Fui el único que escuchó eso? -preguntó Naruto, ladeando la cabeza con desconcierto. Sasuke no respondió. La grabación continuó.

- ¿Y por qué estás vestido así? Hmm... Ya veo. Estás aquí para asustarme y hacerme perder la apuesta.

- Váyanse…

Naruto sintió cómo se erizaba el vello de su nuca, y como acto reflejo se acercó más a Sasuke, pero evitó tomarlo del brazo o algo parecido, no quería que su hombría se viera afectada de esa manera… otra vez. El moreno no opinaba, parecía estar absorto y sumido en sus pensamientos.

- … No me esperaba eso -logró articular el menor al cabo de unos segundos y pudo escucharse cuando pasó saliva con fuerza.

- Si quieres podemos dejar de verlo.

- No… déjalo -el tono inseguro en su voz fue evidente-. Quiero saber qué fue lo que pasó esa noche.

- De acuerdo. Si quieres podemos esperar a Madara afuera, junto al panteón. Este aroma nauseabundo me va a derretir los pulmones -se vio que Sasuke tomaba la cámara y luego aparecía Naruto en la pantalla.

- ¿Junto al panteón? Pero... pero... salgamos del cementerio.

En los instantes en que la cámara mantuvo al rubio enfocado, una mancha que no estaba allí en los cuadros anteriores les llamó la atención. Naruto enfocó la mirada y examinó con cuidado y detalle la imagen. El tiempo en la esquina superior derecha transcurría, y los cuadros más el sonido de sus voces corrían con normalidad. Cuando estaba por desistir, observó cómo una silueta oscura con forma humana se detenía momentáneamente detrás de él y luego desaparecía sin más, dejando a la vista el osario en la pared donde reposaba el nombre "Madara Uchiha".

- ¿Qué carajo fue eso? -el escalofrío que le recorrió la espina dorsal al rubio no tuvo comparación. Realmente se estaba espantando, y tener la piel de gallina por más de 10 minutos seguidos no podía ser sano.

- Tal vez sólo sea una falla de la cámara -concluyó al final el moreno, tratando de restarle importancia al asunto.

- Más o menos... ¡Aaahh!

Ambos se sobresaltaron considerablemente cuando el grito en la grabación los tomó por sorpresa. El Uzumaki se llevó una mano al corazón e inhaló de manera exagerada. En el televisor, se vio a Naruto arrojarse sobre las piernas de Sasuke mientras se cubría la cabeza.

- ¡Algo frío y baboso me tocó la mano! ¡Sálvame, teme!

- ¿...Sasuke?

- ¿Qué?

- Tú también viste un perro esa noche, ¿verdad?

El Uchiha lo miró y alzó una ceja; no comprendía de dónde había salido la pregunta. Iba a responderle con un buen y suculento sarcasmo, cuando el otro señaló lentamente la pantalla. Dirigió su atención al sitio y se encontró con que el Naruto del video no jugaba con un perro, sino más bien con una mancha negra amorfa. El silencio reinó. Quedaron petrificados, y más aún al percatarse de que la difuminada silueta del can tenía un par de negros agujeros donde debían estar sus ojos. El rubio sintió que se le iba a salir el alma. Había estado jugando con un perro fantasma.

- ¡El cementerio está embrujado!

- No creo que "embrujado" sea el término adecuado, pero está cerca.

- S-Sasuke -se escuchó a los lejos en el video.

Naruto se puso atento; había llegado el momento de la verdad. Se inclinó hacia adelante para quedar más cerca del televisor, pues no quería dejar pasar por alto ni un milisegundo de grabación. Vio su silueta opacada por la neblina detenerse en seco en la grabación.

- ¿Qué quieres?

- ¿Podrías… soltarme?

- No te estoy reteniendo. Sigo aquí sentado.

El contorno de su cuerpo de espaldas no sufría modificaciones, estaba quieto allí, siendo detenido por la nada. Los segundos pasaron, y de un momento a otro, la claridad de la imagen flaqueó y la cámara se desenfocó ligeramente, señal de que el moreno estaba ahora en movimiento. Mientras se aproximaba, la figura del rubio se hacía cada vez más nítida, y con ella, de a poco se hizo visible una silueta alta y oscura que permanecía inmóvil a un lado de Naruto. Había aparecido por segunda vez.

Inesperadamente, antes de que el moreno pudiese llegar a Naruto, una serie de pequeños cuadros de colores deformaron y retrasaron las imágenes en movimiento, provocando que se congelaran por completo un poco después.

Los dos jóvenes permanecieron en absoluto silencio con la mirada fija en la pantalla durante varios minutos. Sólo observaban atónitos la lluvia blanca y negra de puntos. La estática se había apoderado de la grabación, a pesar de que el temporizador aún seguía contando los segundos en la parte superior del video.

Sasuke fue el primero en salir de su desconcierto. El rubio parecía estar pasando por una etapa de shock que no le permitía hablar, y sus pupilas iban de un lado a otro de la pantalla con confusión. Sus irises azules se posaron por largo rato en las huellas de dedos de su brazo que ahora habían obtenido una explicación. El mayor observaba cada uno de sus movimientos y terminó por decidirse a enterrar ese asunto. No quería tener que poner al rubio en esas situaciones tan inciertas otra vez; no desafiarían de nuevo a lo desconocido, ninguna apuesta valía más que la seguridad de la persona que más quería, aunque ésta no lo supiera.

- Naruto, creo que lo mejor será que borremos la cinta.

- ¿Qué? -el Uzumaki reaccionó y pestañeó repetidas veces, desconcertado. Había salido de su estado de conmoción-. ¿Estás loco? ¡Podemos editar esto y subirlo a Youtube! Imagina todos los suscriptores que tendremos. ¡Seremos famosos! -el moreno sonrió ante la reacción del rubio.

- Nadie nos va a creer, dobe. De seguro dirán "es obvio que usaron una pantalla verde" o "es más falso que el video de Teresa Fidalgo".

- Pero, pero, pero... ¡tuvimos una experiencia paranormal! Alguien debe creernos si lo contamos.

- Por supuesto que hay alguien. Cuéntale a Naruto, él seguro se lo cree.

Mientras discutían sobre el futuro del video, si subirlo a Youtube o no, las tensiones comenzaron a disiparse verdaderamente rápido. Para sorpresa de Sasuke, Naruto ya había atravesado la etapa del "miedo a la montaña rusa" y había llegado a la segunda fase: estaba fascinado con la idea de haber tenido un encuentro cercano con un devorador de ojos ancestral, aunque claro estaba el hecho de que el rubio no pisaría nunca más un cementerio en lo que le restaba de vida. A todos sus seres queridos los enterraría en el jardín o algo similar, pero Naruto Uzumaki no volvería a un camposanto jamás.


El domingo por la tarde, Sasuke y Naruto volvían a la humilde morada del último luego de un agotador día entre amigos de la universidad. Se habían reunido sólo entre hombres con el fin de ver el penúltimo partido de Japón antes de la final, hablar de chicas y beber un poco. Con unos cuantos tragos ya el Uzumaki estaba haciendo pública su experiencia paranormal a pesar de que Sasuke le había pedido y casi rogado que cerrara el pico. Como era de esperarse, todos rieron ante tal tontería, y el único que pareció creérselo a medias fue Lee.

Todo estuvo de maravilla durante el partido, pero luego el ambiente se tornó algo incómodo cuando sus amigos comenzaron a opinar sobre las chicas más esculturales del instituto. En un momento dado y casi al mismo tiempo, estando Sasuke sobrio y Naruto con varios tragos encima, ambos soltaron inconscientemente que todas estaban feas y eran muy molestas -a excepción de Sakura, de acuerdo con el rubio-; aunque el verdadero momento incómodo fue cuando los encontraron en el balcón abrazados por la cintura y hablando más cerca de lo necesario, pero esa era otra historia. Sólo alegaron que habían bebido de más y dijeron algo de la buena amistad, y el asunto quedó olvidado.

- No era necesario que me lanzaras así en la bañera, y mucho menos con agua tan fría -comentó el rubio al tiempo que salía del cuarto de baño secándose el cabello con una toalla-. Estoy seguro de que el agua en el Titanic estaba menos helada.

- Lo hice para que se te quitara la borrachera. Estabas insoportablemente pervertido y regalado -lo miró acusadoramente, y disimuló su inspección de la mercancía cuando vio que Naruto estaba sin camisa, con un pantalón deportivo, y con tentadoras gotas de agua que hacían un sensual y lento recorrido por su pecho y abdomen. Y luego acusaba al otro de pervertido.

- ¿Se te perdió uno igual a mí?

- Disculpa, pero creo que tengo permiso de mirar lo que es mío todas las veces que me dé la gana.

- ¿Lo que es tuyo? -preguntó irónico para tratar de ocultar su sonrojo. Sasuke podía llegar a ser muy directo a veces-. No veo tu marca de propietario en ninguna parte.

- Puedo hacerte una en cualquier momento -Naruto parpadeó. Correción: eso era ser en verdad directo.

- ¿Pero qué estás diciendo? -se sonrojó considerablemente, y su instinto lo hizo ponerse a la defensiva cuando Sasuke comenzó a aproximarse de manera seductora.

- Relájate, yo también soy tuyo y tienes permiso de hacer lo que quieras conmigo.

- Yo… bueno… -balbuceó torpemente. Aunque lo intentara, no podía lograr que salieran palabras coherentes de su boca.

El moreno lo tomó de la cadera y redujo casi a cero el espacio que separaba sus cuerpos, mientras lo guiaba lentamente hasta que su espalda tocó la pared. Estaba acorralado. Sintió la repentina necesidad de alejarse lo más que pudiera, pero las manos del Uchiha se lo impidieron al deslizarse hasta rodear por completo su cintura. Naruto iba a pedirle que lo soltara pero sus labios fueron súbitamente apresados por los de Sasuke. El contacto fue bastante suave y rítmico en principio, por lo que trató de calmarse con el cosquilleo que le bajaba por el estómago, pero cuando la intensidad comenzó a aumentar y las caricias se volvieron más acentuadas en todo lo largo de su espalda, se sintió inseguro de lo que sucedía. En el fondo sabía que no era el contacto lo que le incomodaba, y particularmente le gustaban mucho los besos de Sasuke, de eso no había duda; el problema recaía en el hecho de no estar seguro de si lo que estaba ocurriendo resultaría en un momento para matar el instinto con su mejor amigo o si sería un encuentro especial con su pareja.

Se le disparó el pulso cuando los labios de su compañero recorrieron su mejilla y bajaron hasta su cuello, donde no se detuvieron sólo a besar. Sentía el calor comenzar a invadirlo, y en el momento en que Sasuke dio una ligera mordida en la parte baja de su cuello, sus neuronas hicieron contacto y lo devolvieron a la realidad. Ahora dudaba rotundamente de la situación, y el peso en su consciencia volvió; no sabía si deberían estar haciendo eso. Si eran pareja, sabía que no tendría nada de malo, aunque el Uchiha se estuviese adelantando un poco a los hechos. Pero, ¿y si no lo eran? Entonces lo que estaba pasando terminaría siendo una simple noche de calentura y probablemente acabarían como amigos con derecho a roce.

No podía permitir que eso pasara.

- Sasuke -logró decir, pero su voz lo traicionó y sonó más grave de lo habitual.

- ¿Mm? -el moreno estaba bastante concentrado a su ardua labor, y realmente no le importaba mucho lo que el rubio tuviese que decir en un momento como ese.

- Sasuke, escucha. Tengo algo que preguntarte…

- ¿No puede esperar? -le dijo sin mirarlo, subiendo de nuevo a sus labios al tiempo que deslizaba las manos por debajo de la camisa del rubio.

- Ya basta -lo detuvo en seco tomándolo de las muñecas con fuerza.

Con el ceño considerablemente fruncido, Sasuke recuperó su postura y encaró al rubio, retándolo con la mirada e instándole a decir lo que fuese que estaba pensando. Estaba muy hastiado, ¿a quién se le ocurría pensar en un momento como ese? Por su parte, Naruto percibió la tonalidad rosada que adornaba las pálidas mejillas del Uchiha y notó lo dilatadas que estaban sus pupilas. Se aclaró la garganta y lo miró con el semblante completamente serio.

- Quiero que me digas una cosa -el moreno permanecía con la mirada fija en sus ojos. Por un momento, Naruto pensó que tal vez su amigo no quería hablar para evitar que su voz lo traicionara, o tal vez sólo estaba exageradamente disgustado-. Aquella noche, en el cementerio. ¿Qué significó eso para ti?

- Creí que habíamos acordado dejar lo de Madara en el pasado-

- Sabes muy bien que no estoy hablando de eso -interrumpió. Sin embargo, dejó que su cuerpo y principalmente su mente se relajaran. Había mucha tensión en el ambiente para su gusto, por lo que dejó caer sus hombros acompañados de un casi imperceptible suspiro. Tal como esperaba, el Uchiha bajó la guardia justo después de que él diera el brazo a torcer-. Mira, ¿recuerdas todo lo que hablamos en el cementerio, cuando estábamos en el hoyo? -era una pregunta retórica; por supuesto que lo recordaba.- Yo quería saber… qué pensabas acerca de todo eso que dijimos.

- ¿Qué debería pensar? Te me declaraste y aquí estamos.

- ¿Y aquí estamos cómo?

- Nunca creí que diría esto, pero no comprendo lo que dices. Hazme un favor y ve al grano.

- Teme, maldita sea, ¿acaso no entiendes? Te estoy preguntando qué coño somos ahora -estalló por fin. La sangre le hervía, pero al ver como Sasuke lo miraba confuso y luego alzaba una ceja, sintió que tal vez había exagerado. ¿Y si el Uchiha pensaba que aquello era una estupidez?

No obstante, cuando Sasuke negó lentamente con la cabeza, sonriendo con cierta terneza, fue el turno de Naruto de alzar la ceja.

- ¿Era eso? Y yo que pensaba que el problema era que la había cagado por propasarme contigo o algo así.

- ¿Propasarte conmigo? ¿Qué crees que soy, una chica? -el moreno hizo el amago de querer decir algo cuando Naruto levantó la mano para detenerlo-. Mejor responde a esta pregunta: ¿a qué te refieres con "era eso"?

- De acuerdo. Primero, iba a decir que eres lo más alejado a una chica que conozco.

- Sí, tienes razón. Aquí la mujer eres tú.

- … Segundo -lo fulminó con la mirada-, llámame tonto si quieres, pero ¿de verdad es necesario que le pongamos un nombre a esto?

- Bueno, no estoy seguro, pero… es lo que se hace normalmente, ¿no?

- ¿Y eso qué? Normalmente un hombre busca a una mujer, no a otro hombre, y mira, aquí estamos tú y yo -el rubio ladeó la cabeza, sin comprender el mensaje-. Lo que trato de decir es que yo no necesito llamarme tu novio para demostrarte que te quiero, dobe -afirmó con serenidad, viéndolo directamente a los ojos. Naruto sintió el sonrojo instalarse en sus mejillas-. Te he querido desde hace muchos años y eso no va a cambiar. La única diferencia es que ahora sé que tú sientes lo mismo.

Naruto sintió su pulso dispararse ante esas palabras. Un pequeño calor se extendió por su pecho, y no pudo evitar agachar la mirada con timidez. No sabía que Sasuke pudiese producir esa reacción en él con unas sencillas palabras, así como tampoco tenía idea de que una persona como Sasuke pudiera decirlas.

- ¿Sasuke Uchiha siendo romántico? Debo estar soñando.

El moreno parpadeó repetidas veces antes de que un leve sonrojo surcara sus mejillas. Luego frunció el ceño, haciéndose el duro y retomando su papel de Uchiha.

- No estaba siendo romántico, Naruto, sólo aclaraba tus dudas de dobe. Y reitero que no, no voy a llamarte "novio" -dijo con una expresión de desagrado-. Demasiado cursi para mi gusto. Para mí seguirás siendo "dobe", "usuratonkachi", "idiota", "bueno para nada"-

- ¡Ya entendí, teme! -levantó el puño en alto para hacer énfasis-. Cielos, me gustabas más cuando me decías lo especial que soy.

- No te emociones, no eres tan especial así.

Ante eso, el rubio sólo le sonrió dulcemente, desconcertando al Uchiha. Sabía a la perfección que Sasuke intentaba ocultar su lado blando bajo esa enorme máscara de indiferencia y arrogancia, pero ahora que había dado a conocer lo tierno que podía llegar a ser, ese truco ya no resultaría. Por otra parte, no pudo evitar abalanzarse sobre su mejor amigo y ahora su pareja, y estrujarlo en un fuerte y cálido abrazo. En su mente, Sasuke era suyo, tan simple como eso. No era necesario ningún otro título, y así estaba plenamente feliz.

- ¿Y eso por qué? -cuestionó el más alto, antes de corresponderle el abrazo y sonreír ligeramente, sabiendo que Naruto no podía verle el rostro.

- Te quiero, teme.

La frase tomó a Sasuke por sorpresa y su reacción fue la de separarse un poco para poder apreciar esos enormes irises azulados. No pudo controlar la curvatura que se extendió en sus labios, formando una delicada pero hermosa sonrisa que dejó encantado a Naruto. En ese instante, abrazados y a tan corta distancia, el rubio no lograba apartar la mirada de los finos labios frente a sus ojos, que llamaban por completo su atención. Sasuke no pasó ese detalle por alto, y con toda suavidad tomó la barbilla del rubio, alzándola para hacer que lo mirara.

- Yo también te quiero, dobe.

Naruto adoraba escucharlo decir eso, lo hacía sentir lleno por dentro. Llevó ambas manos hasta el cuello del Uchiha y enredó sus dedos en su negro cabello, acortando un poco la distancia. Sonrió al percibir el tibio aliento de su pareja en su rostro segundos antes de sentir a Sasuke sellar sus labios con los suyos.

No es como si nunca hubiera besado a Sasuke, pero ciertamente dentro de sí se sentía como si fuera la primera vez. Las circunstancias eran completamente distintas y el contacto era disfrutado a plenitud por ambos. Sasuke se deleitaba con el dulce sabor de los labios de su dobe. Definitivamente lo prefería así, callado y besándolo. Sus blancas manos jugaban con la cintura del más bajo, y acariciaban su espalda con sutileza, recorriendo de arriba a abajo ese cálido cuerpo. Naruto sentía un ligero y delicioso cosquilleo recorrerlo tras las caricias. Sentía las manos subir, y bajar lentamente para detenerse en el borde de su pantalón, y luego bajar un poco más…

- ¡¿Qué coño estás haciendo, teme pervertido?! -gritó al tiempo que lo empujaba por los hombros para luego poner sus propias manos sobre su trasero, protegiéndolo.

- Creí que no te importaba lo de "propasarme". Además, no es mi culpa que tu trasero se vea tan apetecible -y de nuevo el Uchiha ponía el juego a su favor. Ante eso, era imposible para Naruto no parecer una perfecta imitación de un pez fuera del agua.

- ¡Teme asqueroso! No creas que porque te gusten los hombres yo te voy a aceptar semejantes perversiones con mi persona.

- Hace unos minutos no parecían disgustarte mis "perversiones". Y otra cosa, que te quede bien claro: A mí no me gustan los hombres, y mucho menos las mujeres. Sólo me gustas tú.

Naruto parpadeó repetidas veces tras esa respuesta. Sasuke por su parte tenía una amplia sonrisa en su rostro: le encantaba producir esas reacciones en el rubio con sus bien pensadas oraciones.

- Te salvas sólo porque la frase sonó genial -masculló el rubio, entrecerrando los ojos con desconfianza.

- Por cierto -soltó de pronto-. Hablando del día en el cementerio… -se llevó un dedo a la barbilla para fingir que recordaba algo-. ¿Cómo es que todavía no has cumplido tu parte de la apuesta?

Naruto entornó los ojos al momento de recordar la apuesta y el hecho de que había perdido. Tragó con fuerza cuando la usual sonrisa ladeada de su pareja se acentuó un poco más.

- Mira, Sasuke, ¡hay un pajarito en la ventana!

- No me cambies el tema, dobe -le dijo con fingida seriedad. El rubio suspiró, derrotado.

- De acuerdo, ¿qué tengo que hacer?

- No te lo diré… aún.

- ¿Pero qué…? ¡No puedes hacer eso y después no decirme nada, teme! Es como cuando alguien te dice "tengo algo que contarte" y tú le pides que te diga, y te responde "no, luego te cuento". ¡Es frustrante!

- Hablas demasiado. ¿Podemos volver a lo nuestro?

- Así que quieres aprovechar que mis padres no están en casa, ¿eh? Sasuke el pervertido Uchiha.

- Yo nunca especifiqué qué haríamos.

- Pero si ya sabemos qué quieres hacer, teme degenerado.

- Tú sí me conoces, dobe. Pero ya nos encargaremos de eso cuando se haga de noche. Ahora, voy a necesitar ver la ropa de tu mamá.

- ¡¿La qué?!

La sonrisa maliciosa de Sasuke se ensanchaba a medida que el rostro del rubio se contraía en una expresión de completo desagrado y desbarajuste. Definitivamente, Naruto no tenía idea de lo que le esperaba.


El almuerzo, la hora del día que todos los estudiantes y trabajadores de la universidad esperaban con tantas ansias durante la mañana. Sobre todo si se trataba de un lunes tan caluroso, pesado e interminable como aquel.

Sasuke Uchiha, sin embargo, se encontraba inusualmente feliz ese día, lo cual no pasó desapercibido para sus compañeros de grupo.

- No sé qué tienes, Sasuke. Has estado todo el día con esa… sonrisa -comentó su compañero de Estadística, Juugo, mientras caminaban por los pasillos hacia la salida junto a dos de sus otros compañeros de grupo, Suigetsu y Karin.

- Tiene razón. ¿Con quién te acostaste ayer? ¿con Yamanaka? Yo también estaría feliz -esta vez fue Suigetsu el que intervino, quien no hizo el más mínimo esfuerzo por ocultar su típica sonrisa socarrona.

- ¡Sasuke no lo haría! -chilló Karin-, además, esa rubia oxigenada está saliendo con el artista raro y pálido que se cree una copia de Sasuke.

- Hm, tú sólo estás celosa porque sabes que Sasuke sí se acostó con alguien ayer.

- ¡¿C-Celosa?! -se ajustó las gafas con nerviosismo, lanzándole una mirada asesina a Suigetsu-. ¡¿Por qué lo estaría?!

- Karin, todos aquí sabemos que tú te mueres por tener sex- un puño se estampó en su estómago, sacándole el aire-. Maldita… -balbuceó, con ambas manos sosteniendo el lugar del golpe.

Sasuke sólo los ignoraba, sabiendo de antemano lo molestos que llegaban a ser casi todos los días, y se mantuvo en silencio con la misma sonrisa particular que dejaba a todos con una incógnita. Mientras los otros dos proferían su odio mutuo, Juugo lo observaba con cierta curiosidad. En un momento dado Sasuke volteó hacia la puerta de entrada de la universidad y la peculiar sonrisa en su rostro se ensanchó relativamente más. Juugo dirigió la mirada al sitio que su amigo observaba con tanta diversión y su primera reacción fue la de alzar ambas cejas.

- ¿No es ese Uzumaki? -preguntó, llamando la atención de los otros dos que estaban por caerse a golpes.

- Espera un momento… ¿está usando un vestido? -comentó Suigetsu-. ¡Naruto Uzumaki está usando un jodido vestido!

- No seas ridículo, no es un vestido -dijo la pelirroja segundos antes de comenzar a soltar unas cuantas carcajadas-. ¡Es un camisón de mujer!

Y ahí estaba él, el gran Uzumaki -sí es que aún podía llamarse a sí mismo de esa manera- corriendo como podía por el campus de la universidad torpemente, calzado sobre unos zapatos de tacón alto, y vistiendo un largo camisón rosado que pertenecía a su señora madre. Su bronceado rostro estaba cubierto por un muy mal aplicado maquillaje femenino, y su cabello estaba amarrado a cada lado con dos pequeños lazos -cortesía de Sasuke-.

Todos los estudiantes presentes lo observaban, y por donde pasaba, los jóvenes se echaban a reír y buscaban sus teléfonos móviles para captar el hilarante momento en fotos. Los silbidos y piropos burlones no se hicieron esperar.

- ¡Te ves di-vi-no, Naruto! -gritó a lo lejos Inuzuka Kiba, quien se encontraba junto a una muy sonrojada Hinata.

- ¡Bonitas pantorrillas, Uzumaki! -halagó Suigetsu con sarcasmo, llamando la atención del rubio.

- ¡Cállate, imbécil! -bramó mientras corría, y en ese momento divisó la enorme sonrisa en los labios de Sasuke junto al chico de cabello blanco-. ¡Maldito bastardo! -gritó con intenciones de ir hacia donde estaba él.

El Uchiha sonrió amplia y perversamente para luego hacerle una simple seña, indicándole que debía seguir corriendo sin cambiar de curso. Naruto, que no podía tener la cara más roja por la vergüenza, frunció el ceño y, sin detenerse, continuó su camino en dirección a la entrada de la universidad. Ahora sólo faltaba la parte final del trato: la "confesión". El rubio debía decir algo completamente ridículo como…

- ¡Soy Naruto Uzumaki y siempre quise ser travesti!

Todos los presentes, incluyendo a todos sus compañeros de curso y a sus profesores, estallaron en risas.

Ganarle al dobe nunca había sido tan divertido.

Fin


¡Y eso es todo! ¡Gracias por habernos acompañado durante todo nuestro fanfic! :') Fue corto, pero en verdad esperamos que lo hayan disfrutado tanto como nosotras.

Queremos agradecerles de corazón a mare, Hagane Yuuki, Goten Trunks5, NelIra, blink-chan90, celestitax3 y Portgas D naru por sus reviews y a las personas que nos agregaron a Favs y dieron Follow. Fueron nuestra más grande motivación.

Por favor, si les gusta la idea de una secuela para Bloody Madara, hágannoslo saber sin problema. Tenemos varias ideas que pueden ser útiles.

También aprovechamos esta oportunidad para informarles que ya tenemos otro proyecto casi terminado y pronto será publicado. Estén atentos ;D

Aquí se despiden sus fieles servidoras, Katze y Sasuki. ¡Nos leemos pronto!