Xiaolin Showdown/Chronicles

Título: It's the same but is not the same

Resumen: El mayor se quedó helado en su lugar por tres cosas. La primera, porque había sido besado en la boca por Jack Spicer. La segunda, porque estaba desnudo, como Jack Spicer. La tercera, porque era Jack Spicer quién había hecho todas las anteriores. Chase Young se encontraba en estado de pánico total ¿Cómo es que había terminado así?

Notas: RP con Manny Heatlook.

Nota 1: La imagen de la historia es "Jack and Chase" y pertence a Manny Heatlook. Si quieren verla en su tamaño real pueden buscarla en su DeviantArt.

Pairing: Chack ((ChasexJack))

Aclaraciones: Este es un Chack, o sea un Chase/Jack. Si no te gusta el género es un buen momento para regresar. Si quieres seguir adelante te recuerdo que habrá cosas que quizá no te gusten pero ¡Ey! Ya estas advertido

Descargo de responsabilidad: Los personajes de Xiaolin Showdown y Xiaolin Chronicles no nos pertenecen son propiedad de Christy Hui. Algunos Shen Gong Wu son propiedad de la Warner Bros. Esta historia es sólo para el entretenimiento, sin fines de lucro.


Capítulo 1

Un día normal

Chase Young se encontraba en pleno desierto, observando desde lo lejos al enorme dragón del templo acercarse. Soltó un bufido, ya había sido demasiado tarde, ya tenía las mancuernillas de Jiâo Huân y nadie se las podía quitar.

Incluso, el día había resultado bastante bien. Soleado, y tranquilo.

Perfecto para relajarse después de obtener un Shen Gong Wu, eso pensaba el inmortal hasta que escuchó un alarido familiar estrellarse contra el suelo.

De mala gana, se volteó y vio al joven pelirrojo levantarse del suelo de arena, sacudirse el polvo y voltear a verle bastante sonriente.

—H—Hola Chase —saludo Jack, sacudiéndose el polvo todavía—

Jack miraba a su ídolo, sonriente. Estaba encantado de haberlo visto hacerse con el Shen Gong Wu tan fácil y sin problemas. Adelantándose a todos sus enemigos, incluso él y eso que Jack contaba con Wuya y su propio detector de Shen Gong Wu

—Eso fue bastante genial. Ganaste el Wu antes de que los perdedores Xiaolin pudieran pelear por el

Chase no pudo evitar hacer una mueca ante lo que el joven había dicho, y con tan solo ver a la bruja le ponía de mal humor, pero se mantuvo tranquilo para contestar.

—Gracias —soltó entonces —Es una pena que no pueda quedarme para conversar —musitó al poner sus ojos a la dirección de dónde venía Dojo y se volvió al resto del Heylin— Pero creo que ustedes tienen cosas que hacer —declaró para desaparecer y de seguido aterrizara el dragón del templo—

—¡Jack Spicer! Prepárate para una humillante derrota —al grito de guerra de Omi Jack se arrepintió de no haberse ido tan pronto como pudo, igual que Chase. El que Wuya comenzara a gritarle por haber sido tan idiota como para quedarse a esperar a los monjes solo lo empeoro—

—Vamos Spicer, sólo entréganos el Wu y no tendremos que lastimarte —le sonrió Raimundo con altanería—

—¡... y por si fuera poco no hiciste absolutamente nada cuando Chase Young se llevó el Shen Gong Wu! —seguía gritando la bruja en su oído—

—Espera ¿Chase tiene el Wu? —la pregunta de Kimiko logro detener a los chicos que estaban a punto de lanzarse sobre el pelirrojo. Todos excepto Ping Pong. El pequeño monje había sacado su libreta de autógrafos esperando a que él se lo firmara—

Aprovechando la distracción Jack acciono su heli—pack y salió volando a toda velocidad, aún con una bruja fantasma y molesta chillando en su oído por no haber hecho nada con respecto al Shen Gong Wu pero el pelirrojo la ignoro: ¡No era su culpa que cuando se tratara de Chase Young su cerebro dejara de funcionar! Lo único que quería era estar cerca de su ídolo ¿Por qué eso era tan malo?

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El reloj pegado a la pared hacía resonar el movimiento se sus manecillas. Por tan odioso que sonaba, Chase Young se encontraba relajado en su escritorio al revisar el informe que le acaba de llegar. Las acciones subieron un 40% y la reservación que hizo para esa misma noche estaba revisada, y lista.

Suspiro.

Qué buen día era el de hoy. Las cosas se hicieron bien el día de hoy.

Tocaron la puerta entonces.

—Adelante. —soltó.

—Señor Young —comenzó Ping—Pong, su secretario. —, su cita de las cinco ya está aquí. —avisó sonriente.

Al escucharle, el hombre en seguida se puso de pie, acomodó su corbata y se volteó al joven — ¿Qué tal? —preguntó confiado.

—Espléndido, como siempre. —contestó acomodando sus lentes verdes.

—Bien. Será mejor no hacerlo esperar. —dijo sonriente para abrir la puerta y revelar a quién le esperaba en el sillón negro de fuera de su oficina.

Jack se levantó como un resorte del sofá donde había estado sentado y un segundo después se recrimino mentalmente por eso ¿Qué pensaría Chase al verlo de ese modo? Que estaba desesperado, eso era seguro, y Jack no quería darle esa impresión al hombre que estaba frente a él.

—Buenas noches Chase ¿Qué tal el día de hoy? —pregunto con su mejor sonrisa. El hombre que estaba frente a él lucía perfecto, como siempre, y Jack solo deseaba poder admirarlo de ese modo un poco más—

Chase sonrió entonces. —Productivo. Cómo debe de. —musito entonces para volverse a Ping—Pong. — ¿Puedo confiarte el resto del día, Maurice? —le pregunto para que hiciera un ademán para incitarle al joven pelirrojo que le tomara del brazo.

—Por supuesto, Señor. —aseguró. —Ya le hice llamar el auto, por cierto.

—Magnifico. —soltó y entonces se volteó a Jack. — ¿Listo?

—Listo —respondió Jack a su vez, tomando el brazo que el otro hombre le ofrecía—

Caminaron lado a lado para salir del edificio comercial. Chase en silencio y el pelirrojo observándolo fijamente, con tanta atención que tropezó un par de veces. Jack se sonrojo terriblemente ¿Cómo era posible que después de 2 años de relación todavía siguiera tan estúpidamente prendado de ese hombre?

El pelirrojo noto la sonrisa divertida que le lanzo el más alto y entonces sonrió a su vez, con un poco más de confianza.

—Te vez muy apuesto hoy Chase

—Especialmente para ti. —contestó para pegar sus labios detrás de la oreja blanca para poder oler su esencia de manera directa. —Precisamente hoy te ves radiante. —musitó contento para hacerlo sonrojar. — ¿Tienes alguna ocasión el día de hoy? —bromeó.

Al momento de decirlo, el auto negro de Young apareció en la entrada y se bajó para dejar la puerta del piloto abierta y abrir la del copiloto, listo para ambos.

Jack subió al auto primero, sonrojado, seguido muy de cerca por el mayor, y una vez dentro el pelirrojo se encargó de que la mayor parte de su cuerpo estuviera en contacto con Chase.

Su rostro se sentía como si estuviera ardiendo pero era imposible para el mantenerse alejado del pelinegro. Era como, como si fuera una droga para él. Una droga en extremo adictiva que lo hacía sumamente feliz.

—Digamos que es un día muy, muy especial para mí... —respondió con alegría, recorriendo con sus dedos los botones del saco de Chase— ¿Qué hay de ti? ¿Celebras algo especial hoy?

Sin contestar, el hombre de cabellos negros le acercó a su pecho para tener su rostro a tan solo unos pocos centímetros del suyo.

—Es muy importante para mí. —confiesa. —Es un día especial para mi amante. —afirma. –Pero, al verte me tientas a escapar contigo. —dijo en un tono pícaro.

Jack sonrió, completamente sonrojado, y humedeció sus labios con su lengua en anticipación, deseando sentir la boca del mayor sobre la suya.

—Me encantaría ir contigo a donde fuera Chase –susurro el pelirrojo con los ojos cerrados, disfrutando del calor y el aroma que se desprendía del más alto— No me importaría huir si voy contigo...

Al escucharle, no pudo evitar sonreír complacido. Besó la oreja blanca para separarlo un poco y así verle a los ojos. Con tan solo verlo, estuvo a punto de decir su sorpresa, pero se la tragó en seguida para tomar aire.

—Espera a después de la cena. —dijo con su sonrisa sensual. —Adivina a dónde te llevaré.

—Está bien –respondió con un suspiro aunque por dentro se moría de curiosidad—

¿Qué sería lo que Chase estaba planeando para esa noche? Jack no tenía la más mínima idea.

Después de tanto tiempo conviviendo con él podía decir que lo conocía bastante bien y sabía que si Chase se había propuesto mantenerlo en secreto no diría nada hasta el momento en el que él quisiera decirlo pero, Jack era demasiado curioso para su propia seguridad y aunque se moría de ganas de preguntar se mordió la lengua para no molestarlo. Lo último que quería era arruinar su velada.

Chase, en cambio, no deshizo su sonrisa. Jamás lo admitiría, pero realmente esperaba esta velada con ansias. Conduciendo rápidamente, llegaron al restaurante más elegante de la ciudad, dónde no solo tenían reservación, eran clientes VIP. Pasaron en seguida la mesa, en un lugar privado, dónde nadie los molestaría. Desde que se sentaron no dijeron nada, pero Young no le quitó los ojos de encima al joven sentado justo frente de él. Solo lo observaba minuciosamente, y ni siquiera se inmutó cuando le sirvieron su vino favorito, que estaba incluido en la reservación.

A mitad de la cena y después de un largo momento de cómodo silencio Jack se dio cuenta de que Chase lo observaba fijamente y se sonrojo, lo que hizo que se sintiera estúpido otra vez ¿Qué clase de poder tenía este hombre que lograba hacerlo sentir como un adolescente de nuevo?

—Es delicioso ¿No te parece Chase? –pregunto luego de un rato—

La mirada de Chase lo estaba poniendo nervioso pero no en un mal sentido sino todo lo contrario... Ahora que lo pensaba ¿Cuándo sería un buen momento para darle su regalo de aniversario?

Jack había planeado hacerlo después de la cena pero ya Chase le había dicho que le tenía una sorpresa preparada... Tal vez debía esperar a que Chase fuera primero. Eso parecía lo correcto.

—Tú te ves delicioso. —dijo sin apartar la mirada del joven.

Sin darle oportunidad de contestar, retiraron los platos para poner el menú de postres en el centro.

—¿Qué se antoja de postre, Jack? —preguntó—

El pelirrojo miro de inmediato la carta, aun sonrosado por el comentario de Chase, y sus ojos se clavaron de inmediato en un platillo en especial.

—Pie de plátano –respondió casi de inmediato y noto la expresión del mayor—

Jack podía jurar que Chase sabía lo que iba a pedir incluso desde antes de que les entregaran la carta ¿De verdad era tan obvio?

Sin más, el mayor hizo un ademán para que menos de un minuto el pedazo de pie de plátano ya estaba justo frente a Jack, pero al momento de que se lo sirvieran, del otro lado, un mesero deposito una pequeña caja negra.

La mera imagen del objeto hizo a Jack pensar infinidad de cosas. Chase solo se rió ante la cara desfigurada que había hecho el pelirrojo.

El pelirrojo se congelo un momento observando el postre y la caja que estaban frente a él. Miro de uno a otro sintiéndose confundido, sorprendido y contrariado ¿Qué debía hacer? ¿Cuál debía tomar primero? Chase había dicho que su sorpresa sería después de la cena pero aún no terminaban el postre así que la cena no había terminado.

Si tomaba primero el pie estaría desatendiendo la sorpresa pero si tomaba la caja primero... La cena aun no terminaba ¿O sí?

Su mano se movió frente a él y la cerro en un puño varias veces, indeciso. Levanto la vista para observar al mayor y al ver la sonrisa de Chase se dio cuenta de que él estaba disfrutando de verlo sufrir así.

Tentativamente acerco su mano a donde estaba la pequeña caja y al ver que la expresión en Chase no cambio en absoluto termino por tomarla, abriéndola con las manos temblorosas.

Dentro de la caja había una llave.

El corazón de Jack se saltó un latido y sus manos se helaron de pronto. Su estómago se encogió también y su cerebro simplemente dejo de funcionar—

—¿Ch—Chase...? –pregunto confundido con apenas un hilo de voz— ¿Qu—qué...?

—Es la llave de mi casa. —explicó recargándose en la silla. —Jack. Tenemos dos años con... —tragó. —esto, y después de mucho pensar, llegué a la conclusión de que no solo estoy harto de estar solo, sino que te quiero en mi vida. En todo momento. —volteó a verlo a los ojos. — ¿Quieres que vivamos juntos?

Si su corazón se había saltado un latido antes ahora se había detenido por completo.

Tenía que estar soñando. Seguramente se había quedado dormido en el trabajo. Era obvio que estaba soñando porque esa era la única explicación para que esto estuviera ocurriendo...

El ardor de la mirada dorada que lo atravesó lo hizo entender que no estaba soñando y Jack trago duro, sintiendo un nudo en la garganta al darse cuenta de que su sueño estaba convirtiéndose en realidad ¡Chase le había pedido que se mudara con él! ¡Le estaba pidiendo que vivieran juntos!

¡Chase lo quería en su vida en todo momento!

Con mucho esfuerzo logro contenerse y evitar tirarse a llorar como una quinceañera mimada. Ya era un hombre después de todo (y llorar en un restaurante destruiría su reputación y la de Chase. Sobre todo la de Chase)

—Y—Yo... Me encantaría... ¡Me encantaría Chase! –respondió con la sonrisa más grande que había tenido jamás—

Chase entonces soltó un suspiro dando entender que había estado aguantando la respiración. Sonrió, de una manera en la que cualquiera pudiera afirmar que era otra persona. Pero, claro que eso le importaba muy poco.

—Gracias. —dijo sin más—

Por un momento Chase aseguró que no habría nada en el mundo que le quitara esta felicidad, relajado y complacido tomó su copa para alzarla.

—Por nuestra nueva época. —soltó—

—Por nuestra nueva época –repitió Jack y alzó su copa también, brindando con él aunque a la mitad del trago recordó algo y bajo la copa de golpe— Espera –soltó de golpe y comenzó a revisar en los bolsos de su saco—

Young en seguida se detuvo a la mitad del trago para quedarse helado ante la petición que había hecho el joven. Lentamente colocó la copa sobre la mesa para ver su amante revolverse entre sus bolsillos. ¿Por qué este tipo de cosas no le sorprendían? Ante el pensamiento soltó un bufido que nadie pudo escuchar.

Había algo que daba por seguro sin importar qué, con Jack Spicer en su vida, jamás se aburriría.

¿Dónde los había puesto? Estaba seguro de que estaban en su bolso pero después de lo que Chase le había propuesto su cerebro se había convertido en un caos... ¡Ah! Finalmente...

—Yo también tengo algo para ti... –sonrió nervioso y le tendió el sobre blanco—

Chase parpadeó al ver el sobre en la mano de su amante, para entonces fruncir el ceño y penetrarle con la mirada.
—Espero que no sea dinero. —amenaza tomando el sobre con fuerza.

—¿Q—que? ¡No! Claro que no es, un regalo, para los dos —replico Jack de inmediato, esperando no haber ofendido a Chase—

Cruzo los dedos debajo de la mesa para atraer la buena suerte y que al mayor le gustara lo que había planeado para los dos.

Chase, como niño chiquito, destrozó el sobre que la asombrosa habilidad de dejar intacto el interior para revelar un par de boletos de avión, a París. Dónde tuvieron su primer viaje juntos... no salieron del hotel esa semana más que solo para la única junta que tuvieron con sus accionistas... Pero, estos boletos de primera clase gritaban dos semanas solo para ellos y nadie más. Young sonrió al verlos bien y entonces se volvió a Jack.

—¿Ya tienes el hotel? —preguntó son su típica sonrisa sensual. En sus ojos se podían ver el recuerdo sexual, y las enormes ganas. Lo suficiente para que Jack lo entendiera con tan solo verlo.

Jack tragó, sintiendo un escalofrío de excitación recorrerle la columna al ver la mirada ambarina atravesarlo.

—Sí. Es el mismo hotel donde... —el pelirrojo sintió su rostro arder con el recuerdo de esos increíbles seis días— Donde nos hospedamos la última vez

—Mmmh. —soltó el mayor haciendo una sonrisa al asentir. Sin decir nada más guardó el sobre en su saco. Y sin decir nada más, tomó su tenedor y comenzó a comer del pie de Jack. —Me muero de ganas. —dijo viendo directamente a Jack.

—Yo también... —murmuro embelesado al ver al mayor degustar el postre y usando su lengua para saborearlo—

Reacciono un momento después, sintiéndose algo tonto por haberse perdido en los ojos del más alto, y tomo su tenedor para probar también del pie antes de que Chase se lo terminara todo.

—Y... ¿Tienes planes para después de la cena? —pregunto curioso, mirándolo con deseo—

—Llevarte a nuestra casa, comenzar a seducirte en la entrada y arrastrarte lentamente para terminar contigo en nuestra cama. —contestó tranquilo para seguir con el pie. Los meseros de atrás ya se habían retirado cuando este empezó hablar. Y de la manera más descarada que podía, se recargó en su silla he hizo un ademán a Jack. — ¿Y tú?

—Tenía pensado ir contigo a tu casa, dejarme seducir por ti y terminar contigo en tu cama pero, sin duda escucharte decir "nuestra" lo hacen mucho, mucho mejor... —le dijo con una sonrisa boba, sintiéndose demasiado feliz consigo mismo y confiando totalmente en que la noche seria perfecta para los dos

—Bueno, eso es un alivio. —soltó contento.

Entonces, y con toda la gracia del mundo, hizo otro ademán hacia los meseros que en menos de un segundo tenía la cuenta en la mano. Entregó su tarjeta negra, que se le regresó también en muy poco tiempo y se puso de pie.

—¿Nos vamos, entonces? —preguntó tendiendo su mano hacia Jack.

El pelirrojo tomo la mano que le tendió el mayor y salió junto con el del restaurantes rumbo al auto, sintiendo que caminaba sobre una nube.

—Chase ¿Te importaría si comenzara a mudar mis cosas mañana mismo? preguntó con nerviosismo y al ver la mirada que le lanzo el mayor agrego de inmediato— Es sólo que, me encantaría poder quedarme en tu, nuestra casa —se sonrojo— Y tener mis cosas cerca.

En ese momento, Chase soltó una risotada para acercar al joven a su cuerpo.
—De hecho —comienza. —, yo llamé a una agencia de mudanza para que se presentara en tu departamento mañana en la tarde. —confiesa. —Iba a decírtelo mañana en la mañana, pero ya que lo mencionaste...

—Entonces no tengo que preocuparme por nada mas —sonrió relajado—

Cuando llegaron a la casa del mayor Jack ya había tomado una decisión; Siempre era Chase quien lo seducía y el que tomaba la iniciativa y, al menos por esa ocasión, quería ser el quien comenzara, solo esperaba que el mayor no se enfadara... Tomo una profunda bocanada de aire y apenas Chase apago el auto Jack se acercó sensualmente al más alto, mordiéndose el labio inferior.

De forma automática contestó sensualmente, llevó su mano izquierda justo detrás de la oreja blanca, al momento de tan solo acariciarla, sintió como el joven se debilitó lo suficiente como para tomar el dominio de una vez. Lenta, y sensualmente, se separó para tomar aire y suspiró en la oreja blanca. — ¿Quieres entrar? —preguntó para morderla suavemente.

—Mmh —asintió con un sonido desde su garganta y coló su mano en la nuca del mayor, pasando los dedos entre su cabello y acariciando su nuca— Chase yo, quiero... Contigo —murmuro torpemente—

Chase sabía muy bien todos sus puntos débiles y Jack lo agradecía pero a veces odiaba convertirse en una masa de nervios cada vez que el mayor tocaba, suspiraba o mordía sus orejas.

—Oh, y lo harás. —aseguró Chase disfrutando la sensación de Jack a su merced. —Pero, adentro. —sentenció para separarse por completo y sacar sus llaves. —Te sugiero que nos apresuremos. —musitó con una sonrisa divertida.

Jack lo siguió en silencio hasta que llegaron a la puerta y entonces se colgó a su cuello mientras Chase buscaba las llaves en sus bolsillos. El pelirrojo comenzó a besar suavemente la línea de la mandíbula del mayor, acariciando su nuca y pegándose completamente contra él.
—Chase... —suspiro su nombre—

Chase no se apresuró, se relajó ante la administración que el joven le daba y sacó sus llaves con mucha tranquilidad. Si era una cosa que Young sabía hacer, era poner a Jack más hambriento a cada momento.

El pelirrojo siguió con su labor, acariciando el cuerpo del más alto aún por encima de su ropa. Jack deseaba que la puerta se abriera de una vez para permitirles un poco de privacidad y así Chase pudiera dedicarse a él mientras Jack, se dedicaría a adorar a ese hombre que lo volvía loco.

La puerta se abrió por fin, entraron cómo si hubiera peligro justo detrás de ellos, y sin siquiera avisar, Chase ya tenía al joven contra el piso de la entrada para que con una mano se deshiciera el nudo de la corbata.

—¿Aquí o allá? —ronroneó viéndole a los ojos.

Por respuesta Jack comenzó a desabotonar el saco del más alto con las manos temblorosas y siguió besando su rostro... Lo necesitaba. Lo necesitaba tanto que sentía que estaba asfixiándose al tenerlo tan cerca.

—Ahora... Ahora... —le dijo sin más, sin importarle nada—

Quería estar con Chase y lo necesitaba en ese mismo momento.

—Por favor Chase, por favor... —casi suplicó, no podía esperar más—

El pelinegro no pudo evitar sonreír bastante complacido. Sin siquiera avisar tomo cada lado de la camiseta de vestir del joven, y con la idea de que se la repondría, la abrió de un tirón.

No solo los botones salieron volando, sino que dejó al ojo—rubí completamente helado ante su acción.

—Veamos... —soltó pasando sus manos por el torso blanco.

Jack sintió que se derretía al sentir las manos de Chase sobre su piel desnuda y eso hizo que se recuperara de la sorpresa al ver a Chase destrozar su camisa favorita con tan poco esfuerzo... Lo excitaba tanto que el mayor fuera tan fuerte como para hacer esa clase de cosas sin siquiera agitarse...
El pelirrojo se perdió en las sensaciones y cuando se dio cuenta estaba prácticamente desnudo pero Chase continuaba vestido aún... Con algo de esfuerzo por la excitación y la neblina de placer en su mente Jack intento deshacerse de su camisa del mismo modo en que el más algo lo había hecho pero no funciono. Jack chasqueo la lengua, frustrado por no poder sentir el delicioso cosquilleo al tener la piel de Chase contra la suya.

Chase, al notar que el ojo—rubí quería tanto, se deshizo de su camisa lo más pronto posible para revelar su bien formado torso. Y, con toda la libertad del mundo, se acercó para dejar su peso sobre el cuerpo blanco y le besó con pasión, la suficiente como para hacerlo marear. El tacto de piel en piel era tan latente que pudo sentir fuego entre los roces.

El pelirrojo gimió al sentir todo el peso de Chase sobre él y el calor ardiente de sus cuerpos juntos finalmente mientras el más alto lo besaba con deseo. A pesar de que necesitaba respirar Jack no se separó de él hasta que Chase se alejó. Jack jadeo para recuperarse y envolvió sus piernas alrededor de la cintura del mayor, incitándolo a continuar. Una oleada de excitación recorrió su columna y gimió con abandono al sentir la dureza de Chase contra la suya.

Chase comenzó a besar el cuello blanco para hacerlo enrojecer aún más de lo que ya estaba. Cuando le gustó el color en el que estaba, empezó a deslizarse hacia el pecho para hacer lo mismo, después haciendo un puente de besos llegó a dónde quería desde el principio.

—Mh. —soltó. —Tengo que prepararte... sino. —escupió con una mueca.

—S—si... Por favor, Chase por favor —le pidió con desesperación—

No podía más con todo eso. Los besos de Chase, su piel, sus manos recorriéndolo, todo se había unido para provocarle un incendio bajo la piel. Su cuerpo reaccionaba al más mínimo roce, a cualquier caricia, incluso a la voz sedosa que seguía hablándole y diciéndole sin pudor cosas provocativas.

Al sentir el primer dígito Jack jadeo sonoramente y se abrazó del cuello del mayor para acercarlo a su rostro y besarlo ferozmente. Necesitaba que Chase lo poseyera en ese instante o explotaría. Y no en el sentido agradable.

Chase sonrió bastante complacido. Siempre que veía las reacciones del joven sentía como su orgullo subía cada vez más. Tenerlo en su vida haría que se sintiera bien todo el tiempo. Que buena decisión había hecho. Y se felicitó por ello. Aun así, controlo su emoción, y aguanto las ganas de hacerlo agresivamente para darle el trato que el pelirrojo se merecía. Continuó preparándolo con su mano suavemente, por alguna razón Jack estaba más tenso de lo usual.

—Necesito que te relajes más... —susurró en su oído para depositar ahí mismo un dulce beso.

Jack asintió con la cabeza, tragando duro y mordiéndose el labio para intentar relajarse.

"Piensa en algo más" pensó el pelirrojo "Acciones, puntos de la bolsa, la última junta de esta mañana, Wuya en traje de baño... Ugh no, asco" El pelirrojo supo que jamás iba a sacarse de la cabeza la imagen mental de su socia en traje de baño sin importar a cuantas terapias asistiera en su vida... La ventaja de eso es que se tranquilizó lo suficiente como para que Chase continuara y le permitió disfrutar más de las sensaciones.

—Estoy listo —anunció con un suspiro—

Al sentir que se había relajado en el tacto de su mano, Young se enderezo para ver la expresión de Jack para entonces fruncir el ceño.

—Fue tan rápido que me preocupa en qué estás pensando. —soltó para dejarlo pasar y continuar con lo que estaba haciendo. Gracias a eso, pudo usar más dedos, comenzó a embestirlos mientras los abría cada estocada.

—Mmm... Sí... Más Chase más...

Jack decidió que por su propia salud y el bienestar de su relación no hablaría de eso jamás, como mínimo.

Al sentir como más dedos estaban dentro de él, dilatándolo, el pelirrojo supo que estaba listo para recibirlo y se lo dijo a su amante de inmediato. La excitación estaba regresando demasiado rápido y lo último que quería era terminar demasiado rápido o tener que pensar en otra cosa desagradable.

—Estoy listo Chase. Te necesito, por favor...

—Sí, parece que ya estás. —musitó.

Descaradamente, arrancó sus dedos del joven para penetrarlo de una sola estocada. Se quedó un momento saboreando el cómo le envolvía y a merced de esa sensación, se inclinó para besar a Jack apasionadamente. Una y otra vez para que empezara a moverse lentamente, a cada segundo lo hacía más rápido, más fuerte, y lo volvía hacer lento y tortuoso para Jack.

Jack recibió el beso con alegría. Sentir a Chase entrar de golpe en él ya había dejado de ser doloroso y ahora le provocaba un placer terrible. Debía ser masoquista, pensó el pelirrojo, porque esa tortura que el mayor estaba haciéndole pasar era tan retorcida como placentera.

Amaba la idea de estar unido a su amante de esa manera tan íntima. Poder abrazarlo dentro de sí mismo y que Chase lo reclamara como suyo de esa manera era un sueño hecho realidad.

—¡AAahhhhhh! —grito con placer y su espalda se arqueó cuando el más alto dio contra su punto dulce— A—Ahí, m—más

Se tenía que admitir que esa era la única orden que Young aceptaba de la boca del pelirrojo, puesto en seguida obedeció y siguió dando exactamente en el mismo lugar. Las daba fuertes y lentas, y de vez en cuando unas muy rápidas para que volvieran a ser lentas sin avisar. Ver la expresión de sorpresa de Jack ante los cambios, le excitaban tanto que se atrevió a morder el cuello. Fuerte.
Mordidas como esa, las daba muy pocas veces, y la marca duraba días. Y cada vez que las veía, sonreía ahogado en orgullo. Ésta noche, Jack estaría marcado de la cabeza a los pies.

—MMWAAAHHH —gimoteo al sentir los dientes clavarse en su piel sin avisar—

Jack supo que debía estar sangrando pero el dolor solo lo excito más. El pelirrojo sabía que Chase disfrutaba dejar huellas en su cuerpo y Jack amaba ver las marcas también sabiendo que esa era la manera en la que su amante le advertía a los demás que él era suyo y que nadie más podía tocarlo.

El menor comenzó a empujarse contra Chase, buscando más de esas sensaciones y clavo sus uñas en la fuerte espalda dejando su propia huella en la piel del pelinegro. Jack busco su boca de nuevo y lo beso con hambre, descubriendo el sabor de su propia sangre.

La sensación de los arañazos en su espalda y hombros era sublime. En respuesta sus estocadas aumentaron la velocidad. No se detenía y estaba seguro que no planeaba hacerlo pronto, pero eso dependía de Jack.

—¿Estás cerca, Jack? —preguntó en un jadeó para moverse a morder el otro lado del cuello.

—Mwaahh... S—si ¡Ahh! —gimió de nuevo al sentir la nueva mordida y alargo su mano para tocarse a sí mismo— M—más, más, más rápido... —le suplicó mientras se acariciaba—

Jack sintió que la temperatura aumentaba demasiado rápido, su energía estaba ya en los límites y sentía como se acercaba cada vez más y más al abismo. Necesitaba de verdad llegar ahí y arrastrar a Chase con él, sentir su esencia dentro de su cuerpo y gritar su nombre cuando llegara al final.

Fue en ese momento en el que el pelinegro se sintió cerca. con esa idea en mente siguió rápido y fuerte. Se volteó a ver a Jack para besarlo apasionadamente una vez más.

—Hagámoslo juntos. –gruñó.

Jack no pudo responder. Estaba tan perdido en las sensaciones y en el placer que no podía pensar nada coherente. Solo sabía que ese punto en su interior estaba siendo estimulado salvajemente y que el hombre que amaba era quien lo estaba tomando, besándolo y acariciándolo. "Un poco más, solo un poco más" se dijo a sí mismo pero al escuchar a Chase gruñir en su oído algo dentro de él explotó...

—Ch—Chase me, me voy a... Ahhhhaaaaa —intento avisarle pero no podía contenerlo más—

Jack apretó sus piernas alrededor de su amante al mismo tiempo que gritaba su nombre y clavaba sus uñas en la espalda de Chase, dejando cuatro delgadas líneas de sangre marcadas en él pero no le importo porque el orgasmo lo había golpeado tanta fuerza que solo atino a gritar el nombre de su amante una y otra vez mientras se corría en medio de ambos.

Al terminar, se colapsó sobre su amante para tratar de recobrar la respiración, que tanto le hacía falta.

Young entonces se levantó para que despacio y dulcemente, besara a Jack. Lentamente. Saboreándolo, tranquilizándolo y por supuesto lo volvía a seducir inconscientemente.

Jack jadeaba para recuperar el aliento y recibió el beso de Chase gustosamente, sintiendo como su deseo despertaba nuevamente al sentir todo el peso del mayor encima de él y verlo tan cerca, sudoroso y con esa expresión tan sexy que tenía después del orgasmo.

—Te amo Chase —murmuro con ensoñación, uniendo de nuevo sus bocas—

Chase contestó el beso. Fuertemente para terminarlo con brusquedad.

—Jack... —gruñó con intención de contestar, pero entonces tomó aire y cerró los ojos para juntar su frente con la de su amante. —Vayamos a dormir.

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Jack atravesó el pasaje secreto para entrar a la cueva de Chase, como siempre lo hacía, y se aseguró de que no hubiera ningún guerrero felino cerca antes de salir de la pared de roca. Agradecido con su buena suerte hasta ahora el pelirrojo avanzó dentro del hogar de su ídolo del mal hasta que finalmente lo encontró en una sala, sentado sobre un trono de roca.

—Hola Chase ¿Qué tal va todo? —saludo con algo de nerviosismo esperando no molestar al guerrero—

—Ahórrate la plática. —soltó con una mueca mientras recargaba su cabeza sobre su mano. — ¿Qué es lo que quieres? —preguntó el adalid que mostraba una mirada muy cansada.

—Quería saber si podrías prestarme uno de los Shen Gong Wu para hacer unos experimentos... —le pidió el pelirrojo cruzando los dedos a su espalda para llamar a la buena suerte

Al escucharle, Chase parpadeó pesadamente. Realmente no quería perder su tiempo con esto, ni mucho menos con Jack.

—¿Y qué clase de Wu necesitas? —preguntó en un carraspeo.

—Las garras del tigre dorado —respondió el chico de inmediato, emocionado por no ser echado como siempre— He hecho maquinas del tiempo, portales dimensionales y detectores de wu pero nunca he logrado fabricar un tele transportador y entonces pensé que estudiar el wu me ayudara a entender cómo funciona la desfragmentación de las... —Jack se detuvo, notando la expresión en el rostro del guerrero— Umh ¿Estas bien Chase? Te ves, mn, diferente a tu tú normal...

Chase en seguida hizo un ademán afirmando la poca importancia. —Es sueño, nada más. —aseguró para enderezarse en su asiento y con un movimiento de su mano, las garras del tigre dorado aparecieran en su mano. — ¿Qué recibo a cambio de este préstamo, Spicer? —demandó saber con su fuerte voz.

—Umh... —"gran pregunta" pensó Jack "No había pensado en eso"— No lo sé —tartamudeó nervioso— Lo que tú quieras que haga —agrego al final con más seguridad. Después de todo no sería gran cosa, Jack siempre estaba dispuesto a hacer cualquier cosa que Chase quisiera—

El hombre hizo una mala expresión. Que Jack no tuviera idea de qué ofrecer a cambio no daba buena imagen a lo que quería hacer... pero, realmente era bueno en ello.

—Quiero el prototipo. —soltó para empezar a explicarse. —Claro, quiero estar informado de todos los avances que hagas en la investigación y los resultados de pruebas que hagas... Todo, es decir.

—Por supuesto —respondió Jack como si la respuesta de Chase lo hubiera ofendido ¿Cómo podía pensar que no iba a entregarle el prototipo si sería gracias al que sería creado en primer lugar?—Te mantendré informado de todo lo que pase y apenas pase las pruebas preliminares y de seguridad tú serás quien tenga el primer tele transportador de la historia inventado por el hombre —apenas se dio cuenta de cómo le había respondido al guerrero Jack se sonrojo intensamente— También puedes venir cuando haga los experimentos, si quieres... —agregó al final—

—Si es lo más adecuado. —soltó encogiéndose de hombros. Sin nada más, el guerrero lanzó el Wu en dirección de Jack para que pudiera atraparlo sin problemas.

—Uf... —jadeo el pelirrojo cuando las garras del tigre dorado golpearon su pecho pero ignoro el dolor y levanto la vista hacia Chase, apretando el objeto contra si— ¡Gracias Chase! No te decepcionare esta vez, lo prometo —le dijo con alegría y una enorme sonrisa en su rostro—

Chase rodó los ojos para entonces ponerse de pie.

—Ahora, vete. —ordenó. —Es tarde, y realmente quiero descansar. —gruñó.

—Si claro, gracias de nuevo Chase, que descanses bien —se despidió el pelirrojo y dio media vuelta para salir corriendo de la cueva—

Tenía mucho que hacer todavía para preparar sus experimentos y estaba seguro de que con la emoción no iba a poder dormir en toda la noche.
Esta era su oportunidad para impresionar a Chase y dejar de ser un insecto para él. Tal vez el guerrero podría comenzar a pensar en el como algo más que una molestia, tal vez hasta en algo más que un socio... Jack se sonrojo ante sus propios pensamientos y se decidió a poner todo su empeño en hacer las cosas bien esta vez.

Una vez que el joven se fue, Chase se dio la vuelta y se fue a su habitación, en la que no tardó mucho en llegar. Se quitó la armadura y se cambió a ropa para dormir, y cuando llegó justo frente a su cama, se tiró de la manera más perezosa que Chase Young podía hacer. Puesto hasta ello se veía elegante.

Los jack—bots se movían de un lado a otro, zumbando y cargando cosas de aquí hacia allá. Moviendo pesadas estructuras de metal, cajas de herramientas, mesas de trabajo y otras cosas más mientras su creador estaba sobre una mesa, revisando el Shen Gong Wu minuciosamente. Los minutos pasaron con rapidez y después se convirtieron en horas hasta que finalmente, ya entrada la madrugada, Jack se quedó dormido sobre sus herramientas.

Uno de los jack—bots se acercó flotando a su maestro y lo cubrió con una manta antes de apagar las luces de laboratorio para dejarlo descansar.

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Chase Young se revolvió entre sus sabanas. Había dormido bien, pero por alguna razón sentía el cuerpo pesado, como si hubiera hecho mucho esfuerzo la noche anterior. Que extraño. Recordaba perfectamente que lo último que hizo fue hablar con Spicer, hacer el trato y en seguida se fue a dormir... De hecho. Él recordaba haberse acostado vestido.

Ante el pensamiento, abrió los ojos de golpe para toparse con un techo desconocido. No se movió. No movió ni un músculo. Sino que, examinó todo lo que podía ver con tan solo mover la cabeza con tan solo unos cuantos centímetros.

Parecía estar en un departamento, de buen gusto, tenía que admitir. Sin embargo, no tenía ni la más remota idea de dónde estaba. Se levantó lenta y cautelosamente para de repente escuchar como el baño se había terminado de usar. Se congeló en su lugar.

Estaba vulnerable. No tenía nada puesto y no sabía en dónde estaba. Es decir, que tendrá que defenderse de la manera más desesperada, hasta poder recuperar información y entonces... Destruir y volver a casa.

Sí, buen plan.

Jack se lavó las manos y aprovecho para enjuagarse también la cara y lavar sus dientes, aseándose un poco porque sabía que a su amante no le agradaban en lo más mínimo las personas que descuidaban su aspecto o su higiene personal.

Extendió la toalla con la que se había secado y abrió la puerta del baño para encontrarse a Chase despierto y ya de pie al lado de la cama. El pelirrojo se sonrió al ver al mayor desnudo, igual que él, y se acercó a su amante para saludarlo.

—Buenos días Chase —le sonrió amorosamente y deposito un beso suave en sus labios— Lamento si te desperté pero de verdad tenía que llegar al baño y por más que te llame para que me soltarás no despertaste —se disculpó— Aun es algo temprano ¿También hiciste reservaciones para el desayuno o me dejaras, por favor, encargarme de eso y complacerte un poco? —le pregunto con algo de sensualidad, después de todo no podía ser tan malo que él quisiera ocuparse de su amante por lo menos una vez en la vida—

El mayor se quedó helado en su lugar por tres cosas.

La primera, era porque había sido besado en la boca por Jack Spicer, que también le estaba hablando en un tono meloso.

La segunda, era porque estaba desnudo, con Jack Spicer, que también lo estaba.

La tercera, era porque era Jack Spicer quién había hecho todas las anteriores. Chase Young se encontraba en estado de pánico total ¿Cómo es que había terminado así? ¿Realmente se fue a dormir anoche? ¿Qué fue lo que sucedió?

—Discúlpame. —dijo en tono monótono, para separarse del joven y enseguida meterse al baño—


Este es nuestro primer RP (OwO)

¡Gracias por leer!

¡Hasta el siguiente capítulo!