Ahora mismo… Spencer… no podía hacer nada, no podía mover ni un solo musculo, ni nada por el estilo, solo, se quedó un tanto perplejo… debía ser una broma. ¡Una broma! Por favor… dios… si de verdad eres bueno, el que está hablando con su madre por teléfono no es el… ¡Que no lo sea! No porque lo odie. No porque lo aborrezca, no porque no lo quiera, no por nada de eso. Solo… ¡no lo quiere en su casa!
-Está bien… ¡claro, aquí lo esperamos!- Dijo su madre con un tono feliz, para luego colgar.
-por favor no… por favor no…- Empezó a susurrar un millón de veces. Que no sea el, que no se él. Vio cómo su madre miraba el teléfono con una sonrisa, para darse la vuelta y encontrarse con él. Se quedaron viendo callados. Uno por que no sabía cómo dar esa noticia, y… pues el pobre de Spencer porque no quería escuchar una noticia que le iba a deshacer todo el día. ¡Todo el día! No la mitad, no un cuarto, nada, solo todo el día. Y eso es horrible. ¿Cuál es la noticia que no quiere escuchar? ¿Qué venga ese tipo que es arrogante, egocéntrico…? ¡Sí! Esa es la noticia que no quiere escuchar, y ahora mismo solo… reza con todas sus fuerzas el que ese tipo no venga. Que no venga… -¿q-quien era…?- pregunto con un nudo en la garganta y con una sonrisa fingida.
Su madre hecho una risilla juguetona, cubriéndose la boca para reír. Esa risa no…. -¿¡Pues quien más!? ¡Tú primo Baruch!- Dijo con una alegre sonrisa de oreja a oreja. Claro… que la sonrisa del pobre de Spencer solo era fingida… y más fingida… y mucho más fingida… Coloco una de sus manos en la pared vecina en donde hace unos momentos se ocultaba para poder escuchar la llamada. Oh dios… algo malo va a pasar… Lloverá granizo, caerá fuego del cielo. Pero algo muy, muy malo pasara. –El mismo me pidió venir… aunque parecía algo forzado por su madre…- Dijo, dando a entender… su primo tenía el mismo deseo que él.
No verse.
-Y-ya… ¿c-cuando vendrá?- Pregunto Spencer con un nudo en la garganta, la última vez que su primo vino… fue HORRIBLE. Rompió una de sus cámaras, la cámara de repuesto la tiro al retrete por mera travesura, lo tiro por las escaleras, casi le prende fuego a la casa, casi lo mata de un susto una noche, casi nunca lo dejaba dormir por estar tocando la guitarra, lo obligaba a hacer lo que él quisiera de una forma u otra… simplemente. HORRIBLE. Y no quería repetirlo, así que por obvias razones, ¡No quería verlo! Si, aceptaba saber algo de el de vez en cuando, como… su carrera, salud, algo… pero tenerlo encima casi una semana… es demasiado, y no está dispuesto a aguantarlo.
-¡Mañana!- Le contesto su madre con una sonrisa. Tenía que ser una broma… -Tengo que preparar las cosas para cuando llegue,- menciono, colocando su dedo índice en su barbilla en señal de estar pensando. Así se quedó por un breve segundo y luego regreso con su misma sonrisa –Ya sabes Spencer, el dormirá contigo como la última vez.- Menciono mientras que sus ojos se iluminaban quedamente. –La última vez que vino se veían tan tiernos durmiendo juntos~…- Comento su madre.
-¡Mama!- Le grito Spencer avergonzado. -¡Eso fue hace 3 años!- Le dijo, aún recuerda perfectamente, todo lo anterior dicho… lo hizo hace tres años. ¡Hace tres años! Ya estaba grandecito, es más… ni aunque tuviera la edad que tiene ahora y hubiera hecho eso, obviamente será lo mismo, ¡estaba grandecito! Simplemente… ¡no quería saber nada!
-Ya lo sé Spencer, pero se veían tan lindos…- Aquel tono lleno de esperanza volvió a aparecer. Tal vez con la nula esperanza de que los dos volvieran a ser los dos primitos unidos que se abrazaban y se daban besos y se decían "Te quiero" de manera constante. Era algo digno de ver, y algo demasiado tierno para los ojos de ambas madres. Lástima que el tiempo los cambio a ambos, uno haciéndolo arrogante y otro haciéndolo… demasiado anti social… claro, a juicio de su madre, Spencer es algo antisocial, muy apenas tiene amigos. Spencer hecho un suspiro, no quería saber nada… y ojala… ojala… OJALA.
Y no sea mañana.
-¿Qué quieres que haga para recibir a tu primo, Spencer?- le pregunto la señora emocionada. -¡Ah, y le tengo que avisar a tu padre y a tu hermana!- Se le ocurrió emocionada. Paso de largo a Spencer, no sin antes darle un beso en la mejilla e irse caminando por el pasillo, para luego tomar el elevador.
Y ahí se quedó. Sin saber que hacer exactamente. Sabía que pedir que construyeran aquel refugio subterráneo después de que Billy se fuera era buena idea. ¡Pero claro! No lo hizo por vergüenza… claro, que intento decirles… ¡Billy es un bravucón! Pero no le hacían caso… solo se aprovechaba porque era un centímetro más alto… ¡un centímetro! Y ya por eso se sentía el dios del mundo. Era algo ridículo.
-¿Por qué yo…?- dijo, para empezar a caminar hacia su habitación, con un poco de pereza y… pues, temor, reprimido, pero temor. Llego a su habitación a paso tortuga. –No quiero que sea mañana.- Dijo con el ceño fruncido, y obviamente, con la intención de no encontrarse con su primo súper estrella. ¿No lo había mencionado? ¡Su primo Baruch es una estrella pop! Oh, bueno… apenas empieza su carrera, pero ya es una sensación entre las chicas de la misma edad, es decir 14 años. Todas están con sus ojos llenos de esperanza y luz, sonrojadas con tan solo verlo. Era algo idiota. Cantaba, tocaba… incluso actuó un poco… aunque ese no era su fuerte. En lo que destacaba era en la música, en el canto, en todo eso, el tenia talento nato.
Abrió la puerta de su habitación, para entrar en ella, era eso de las 4:00 p.m. asique todavía tenía mucho tiempo. Eso era tener suerte… pero a la vez no. Pronto el reloj marcara que es mañana, se escuchara la puerta y entrara ese demonio con cara de niño bonito. Se dirigió a su ordenador. Tenía que ver los comentarios de su película pasada. Oh de paso hablar con gipster por chat, para contarle su reciente desgracia. Se sentó frente a la pantalla y empezó a teclear y cliquear, leyendo los comentarios de su reciente película.
"Zombi clock!"
Si… no era el mejor nombre, pero al parecer a todos les encanto, dejaron sus críticas constructivas y felicitaciones por el excelente trabajo de Spencer. Si, tal vez no era bueno para la música, pero sus películas son las mejores. ¡El algún día será un cineasta reconocido! Obviamente. Escucho una pequeña alerta de mensaje en su computador. Se dirigió a la pestaña donde tenía abierto el chat. Hecho un chillido al ver quien era.
Baruch Cohen: Hola.
Tenía que contestarle… ¿oh no? ¡Piensa, piensa!
Baruch Cohen: ¡No te atrevas a dejarme en visto Wright!
Se quedó callado, ¿dejarlo o no en visto? También hay que tener en cuenta… mañana vendrá de todas formas a su hogar. Ósea… si lo deja en visto mañana se lo pagara. Y no de una forma muy linda, pero si lo hará, lo cual es algo… horrible. Hecho un suspiro, no importa por donde lo vea, tenía que contestarle. Eso era algo, malo.
Spencer Wright: Hola…
Lo siento, estaba ocupado.
Baruch Cohen: Claro…
¿ya estas enterado? Iré a tu casa mañana por la tarde.
Spencer Wright: See… ya me entere…
Baruch Cohen: ¿No estas contento, primito? ;)
Spencer Wright: Si, claro que lo estoy… Baruch.
Baruch Cohen: ¡Estúpido! Te he dicho que me digas Billy.
Spencer Wright: ¿Desde cuándo?
Baruch Cohen: Ups… supongo que alguien esta desactualizado acerca de la estrella juvenil del momento~…
Spencer Wright: Que gracioso.
Miro la pantalla irritado. Aun al otro lado de un computador lejos de su casa… podía fastidiarlo tanto. Eso era tener talento para molestar a las personas. Bufo con algo de molestia. Lo último que quería era dejarlo en visto y que mañana lo matase… sería una forma de morir para nada linda. Lo último que podías hacerle a este tipo era lastimarle el orgullo y el ego. Eso era lo último que podías hacerle. En tu vida, porque no es seguro que salgas vivo después de lastimarle su orgullo y ego gigantescos.
Baruch Cohen: Mi madre quiere que deje el computador…
¡Te dejo Spence~!
¡Nos vemos mañana!
Spencer Wright: Claro.
Adiós.
Dio un largo suspiro. ¡Se había desconectado! Era lo mejor que había pasado en su día, pensaba que lo iba a atrapar en una plática sobre él y lo asombroso que es. Era lo último que quería. Cerro la ventana y apago el computador, ya eran eso de las 7:00 p.m. el día se pasaba rápido en internet. Dirigió su vista hacia el techo. Para quedarse mirándolo por unos momentos. –entonces… ¿mañana vendrá el demonio de Billy?- murmuro continuando mirando el techo. Con sus ojos muy abiertos, como si se concentrara en algo. Pero en realidad era en nada, solo… en el mero hecho de que el diablillo de su primo vendrá. Hecho un suspiro algo cansado, no era algo que disfrutara.
-¡SPENCER VEN A CENAR~!- escucho como su hermana gritaba de manera estruendosa. Se cubrió los oídos disgustado por aquello. Le gustaba escuchar cosas de manera fuerte pero… cuando se trataba de películas, no de la chillona y para nada linda voz de su hermana. Era un fastidio, no hasta cierto punto, ni de verdad un fastidio. Un completo fastidio, y pensar que ahora va a tener que soportar a los dos demonios unidos. Será algo totalmente… horrible. En la definición de la palabra, horrible. ¡Horrible, horrible! Lanzo un suspiro y dejo su asiento para salir de su cuarto.
-¡Ya voy!- contesto.
Tomo el ascensor para bajar hacia la cocina, ahí se encontró con su madre, su padre y su hermana, ya listos para empezar la cena. Entro a la cocina, vio a su madre sirviendo un plato con sopa de guisantes. Hizo cara de asco. No le gustaba para nada ese platillo. Se sentó y así prosiguió la cena, claro con uno que otro regaño departe de su madre diciendo que se comiera los guisantes y no dejara nada, ya que su madre insistía que le haría bien en su crecimiento. Eran puras patrañas, al menos eso pensaba Spencer, no le gustaban los guisantes, no tiene por qué comerlos, ¿verdad?
-Por cierto, Spencer, escuche que tu primo Billy vendrá a quedarse ¿no estas emocionado?- Comento su padre, jugando levemente con la cuchara en el aire.
Spencer lanzo un suspiro algo pesado y fingió una sonrisa. –Claro… estoy feliz de que venga a hacerme la vida imposible por no se cuánto tiempo.- Contesto de mala gana, con el ceño fruncido. Para su desgracia esa era la verdad. ¡Billy solo le hacia la vida imposible!
-¡Vamos Spencer, no puede ser tan malo!- Le dijo su padre de nuevo.
-Sí, claro, como digas papa.- Spencer aparto la mirada jugando con la sopa de guisantes de mala gana.
-¿Por qué no te cae bien el primo Billy, Spencer?- le pregunto su hermana, tomando un sorbo del plato de guisantes mirándolo de manera algo fija. Spencer se removió incómodo.
-No es por nada importante… simplemente no me cae bien y ya…- contesto, y dio un sorbo a la sopa, para luego hacer una mueca de asco.
-Aja… ¡seguro hizo algo que no te pareció! ¿Cierto?- le dijo su hermana con una sonrisa.
-Billy es incapaz de hacer eso… ¡él es un buen muchacho, y muy talentoso!- Aludió su madre.
-¡Pero claro, Spencer deberías aprender algo de tu primo!- fue el turno de comentar de su padre.
Spencer bajo la mirada para ver su plato de guisantes. -¡Yo no tengo por qué aprender algo de ese monstruo con cara de niño bonito!- dijo con total indiferencia.
-Vamos… no te ara mal aprender a tocar algún instrumento.- Dijo su madre. Spencer suspiro.
Daba gracias a que la cena había acabado. No le gustaba para nada el hecho que todos le dijeran: "Tienes que aprender algo de tu primo Billy" no le gustaba.
Se tiro en su cama, lanzando un suspiro, había recibido órdenes de su madre de limpiar su habitación, lo único que hizo fue tirar una lata de refresco y ya con eso su habitación estaba limpia. Esta iba a ser su última noche donde dormiría bien y sin algún ruido. Ya se estaba anticipando al hecho de que su primo le encantaba tocar en la noche cuando todas las personas duermen. Tomo la sabana y se cubrió hasta cabeza.
-Pero que fastidio… mañana es el día en que moriré…- murmuro con algo de gracia en su voz.
Cerró los ojos. Y se quedó dormido. Mañana iba a ser un día terrible. Demasiado terrible.
Su primo Baruch Cohen, alias Billy Joe cobra vendrá a destruirle su vida… por…
quien sabe cuánto tiempo.