CHAAAAAAAAAAN CHAN CHAN

He aquí el esperado último capítulo.
Si se preguntan sobre el final (porque lo harán, lo sé) YA VERAN QUE HARÉ JAJAJAJJA todo dependerá de si quieren que haya o no continuación, aunque el fic esta oficialmente COMPLETO 3

Les dejaré leer.


Al día siguiente, me sentía adolorido pero satisfecho totalmente, como nuevo. Cada músculo de mi cuerpo estaba relajado y embriagado en una calidez única del mocoso, sintiendo su aroma por cada célula, pero aún así, busque al bulto que probablemente debería estar roncando al lado mío. Al encontrar aún con los ojos cerrados el cuerpo de Eren, me acerque un poco más, ya que aunque aún estábamos abrazados como nos dormimos, su cuello había sido cruelmente separado de mí, obligándome entre sueños a volver a buscarlo. Una vez reacomodado, sintiendo el latido cálido de su corazón y la acompasada respiración, suspire tratando de volver a mi sueño.

Pero nuevamente no pude.

Sentía miradas sobre mi persona. Me removí incomodo, tratando de esconderme de ellas con las sábanas y el moreno al lado mío, pero una risilla me despertó. Abrí los ojos y me topé con las esmeraldas de Eren, aún somnolientas para que luego él bostezara. Trato de acomodarse un poco más pero al mirar al marco de la puerta, se sentó de inmediato, llevándose una queja de mi parte por tal brusco movimiento. Perezosamente, me levanté y me aferré a su brazo aún somnoliento. Mire alrededor y también di un salto hacia atrás de la impresión.
Mary y Mikasa estaban en la habitación. La primera esta vez con una cámara de video y filmando. Mikasa, probablemente siendo obligada por Mary, con una cámara de fotos gatillando.

-¿¡Mary, Mikasa!? ¿¡Cómo entraron a mi apartamento!?

-¡EREN! ¡Vuelve a abrazar a Levi, se veían tan tiernos!

-¿Pero qué mierda…?-. Termine de despejarme y analizar mí alrededor.- Mary, apaga esa cosa.

-¡Pero Levi, yo no te enseñe a usar ese vocabulario!

-Baja… esa… puta… cámara-. Hice énfasis en cada palabra, que fue suficiente como para que con un puchero Mary dejara de filmar.

-Muy bien ahora…-. Eren frunció el ceño y se sobo el puente de la nariz mientras cerraba los ojos.- ¿Cómo entraron a mi apartamento?

-Mary me obligo a usar la copia de la llave.

-Son una molestia. Tengo sueño, lárguense y dejen dormir a la gente en casas ajenas-. Me recosté nuevamente sobre las mullidas almohadas, acurrucándome, casi desapareciendo entre las inmensas bolsas de plumas.

-Pero quiero filmarte, vamos, siempre ha sido mi sueño verte así-. Saco la cámara de nuevo.

-¡Deja de molestar!-. Me levante abruptamente, tratando de abalanzarme y bajarme de la cama. Oh, grave error. Una punzada en la espalda, y de cara al piso.- Joder, no siento las piernas…

-¡EREN, DEJASTE A MI PURO E INOCENTE LEVI INVÁLIDO!-. Eren titubeante se acercó y me levantó del suelo, sin él bajarse de la cama, me tomo por las axilas. Gruñí en desaprobación, y seguí gruñendo mientras me levantaba y cargaba nuevamente en la cama.

-¿T-Te duele algo?-. Preguntó algo nervioso, debido a que estaba bajo la mirada de Mary.

-No es nada nuevo o importante-. Me senté cómodamente y luego me hundí nuevamente en las almohadas.- Váyanse de una vez, no estorben. Que no me pueda mover no quiere decir que luego les dé una buena patada. Pero antes de eso, Mikasa….

-¿Si?

-¿Hoy Eren trabaja?-. Sentí como él se tensaba. Las miradas inquisidoras sobre él.

-Eren ¿Qué hiciste?-. Pregunto Mary, seria e intimidante.

-Bu-Bueno, es algo que sucedió ayer pero, no, no es….

-Ayer Eren se aprovechó de que desconocía sus horarios y no fue a trabajar-. Tembló al sentir las 3 miradas Ackerman sobre su persona. Tres miradas frías, inquisidoras, cortantes e intimidantes.

-De todas maneras, los domingos es el día que tiene libre-. Confirmo Mikasa.

-Bien.

-¿Podemos prepararnos algo de comer abajo?

-Como quieran-. Dijo Eren, acomodándose conmigo, desenterrándome de las almohadas y acurrucándome en su pecho nuevamente.

-Entonces, les esperamos a que se levanten-. Así, escuche como cerraban la puerta de la habitación y suspire, embriagándome con la fragancia de Eren. Un delicioso aroma mezcla de Canela y vainilla, con un toque fresco de menta de mi procedencia. Las dos fragancias juntas formaban un aroma exquisito, dulce y refrescante a la vez.

-Levi-. El comenzó a jugar con mis mechones de cabello, enredando sus dedos y llevando uno para inhalar el aroma.

-¿Hm…?

-Te quiero mucho.

-Hm…

-Responde algo con sentido-. Me tironeo un mechón demasiado a propósito.

-¿Qué quieres que diga?

-"Eren, mi amor, eres la razón de mi existencia, el aire que respiro, la droga a la que me he vuelvo adicto. Mi corazón te pertenece, y espero que nuestra boda sea pronto. Además, usare un bonito vestido".

-La estas empeorando.

-He he, es una broma.

-Te quiero, Eren-. Levante mi vista para regocijarme con su rostro carmín y sonrojado, además de que me abrazo un poco más. Iba a decir algo más, pero un gruñido de su estómago me interrumpió. No pude evitar reírme un poco, y él se sonrojo hasta las orejas por la vergüenza.- Tienes hambre

-Bajare y traeré algo para desayunar aquí-. Se quitó las sábanas de encima y se levantó, colocándose una camisa y unos pantalones jogging que estaban tirados por allí. Ver la manera de la que colgaban de sus caderas me encantaba.

-Bajare en un momento, luego de un baño.

-¿Siquiera puedes?-. Me sonrió maliciosamente mientras se dirigía a la puerta.- ¿Qué quieres de desayuno?

-Dije que ahora bajo-. Gruñí mientras me acomodaba en las sábanas.

-Te traeré café y tostadas-. No lo estaba viendo, pero sabía que sonreía. Obviamente no me quede quieto, no señor. Trate nuevamente de levantarme, esta vez ya sabiendo los resultados, pero nuevamente, al tratar de estar sobre mis piernas, comencé a temblar y un dolor en la espalda baja me llevo al suelo. Como esta vez no tenía a un Eren que me levantara, tembloroso y adolorido como estaba, me aferre a la cama y trepe arriba nuevamente, resignándome a no levantarme por un buen rato. Me tire de rostro en el colchón, hundiendo mi rostro en las almohadas, y cubrí la mitad inferior de mi cuerpo con una sábana. Luego de unos momentos, Eren estaba ingresando a la habitación con una bandeja y un delicioso desayuno.- Abajo se escuchó un golpe ¿Trataste de levantarte otra vez?

-Púdrete…

-Cuanto más te muevas, la vas a empeorar-. Se acercó y dejo la bandeja a un lado, para después acariciar mi espalda y darme un beso en la cabeza.- Vamos, siéntate.

-Hn…-. Me levanté un poco perezoso y mire que solo había una sola bandeja. Noto esto y separo sus piernas, para luego arrastrarme a la fuerza entre estas. Después de que estuviera cómodo usando el pecho de Eren como respaldo, el trajo la bandeja y la dejo en frente de nosotros, para así comer tranquilos.

Recién cuando fue hora del almuerzo, con un analgésico encima, me levanté de la cama y me di un merecido buen baño, con la vigilancia de Mary y Mikasa en la puerta para una mayor seguridad "Anti-Eren".

Al rato, Eren recibió una llamada importante y luego de atender y acordar algunas cosas, subió a su despacho en el segundo piso, lugar el cual acabo de saber que existe. Al parecer, tiene una oficina en su casa, la cual no usa muy seguido al menos que surjan estos casos.

-Levi-. Me llamó desde la parte superior de las escaleras. Me hallaba jugando Ajedrez con Mikasa, bajo la mirada expectante de Mary.

-¿Qué?

-En un rato mi secretaria vendrá a traer algunos documentos que han dejado en la compañía, así que tocaran el timbre. Atiéndelos ¿Si?

-¿Qué soy? ¿Tú ama de llaves?

-Levi~-. Se quejó.

-Está bien, está bien-. Iba a decir algo más pero su celular vibro en su bolsillo, para que luego comenzara a sonar la típica música de tono. Atendió con un tono serio, lo cual hizo que se me escapara una risilla. Me miro de mala manera, un poco avergonzado, pero luego su expresión se suavizo y se le formo una gran sonrisa. Comenzó a charlar amenamente, y por lo que pude escuchar, alguien vendría en media hora.

-¡Mikasa!

-¿Qué sucede?-. Quito su mirada de la jugada maestra que la había dejado en jaque para ver a Eren.

-¡Hoy viene Armin!

-¿Armin? ¿No estaba en américa?

-¡Ahora mismo está aquí, y vendrá en media hora!

-¿Armin?-. Pregunté yo. Claro que era para disimular, no voy a decir algo como "Oh, sí, lo conozco ya que era tu mejor amigo de infancia en una vida anterior que tuviste, nada especial. Armin Arlert, astuto como un zorro, así le decían".

-Es mi mejor amigo. Mío y de Mikasa.

-Hm…-. Centré mi atención en la jugada que había hecho ella. Bastante buena, contrarrestando el jaque y quedando en una zona segura, pero dejando en un descuido a su reina. Por lo menos me lleve su pieza más eficiente, aunque sus alfiles también son un dolor de cabeza. El de casillas blancas ya está fuera.

-Probablemente llegue antes que mi secretaria…

-Estas diciendo que quieres que yo vaya y le abra.

-Bueno, estaré trabajando en mi oficina, sí.

-¿No puede tu hermanastra, la cual ahora está en Jaque?

-Mierda…-. Maldijo ella por lo bajo.

-Se va a trabajar ahora, dentro de unos veinte minutos.

-Hm…

-Mikasa, estas en apuros…-. Comentó Mary, atenta. A Mikasa le corría una gota de sudor por la frente.

-¿Acaso me están poniendo atención?-. Inquirió Eren algo ofendido.

-Si Erencito. Cuando Mikasa se vaya, yo me iré también.

-¿Por qué?-. No quería que se vaya ahora.

-Porque tengo cosas que hacer casa. Además, Eren tendrá visitas, y aunque Armin me conoce, estaré de sobra.

-Si es por eso, yo también me iré, no conozco al mocoso ese.

-No, claro que te quedaras. Debes conocer a su amigo, es un amor. Parece Mujer.

-¡Mary!-. Se quejó Eren, defendiendo al rubio. No es culpa de ese niño tener cara de mujer.

-¡Ah!-. Esa fue Mikasa, la cual movió segura una pieza. Sonreí y moví un caballo que ella no había visto. Se horrorizó.

-Jaque Mate.

-Hijo de puta…

-¿Acaso no sabes perder?-. Cuestione para molestarla. Se limitó a mirarme feo.

-De todas maneras, me debo ir a trabajar. A esta hora hay mucho tráfico, prefiero salir temprano-. Dijo ella mientras comenzaba a ponerse su abrigo y un par de guantes, acompañados por la típica bufanda roja que siempre usaba.

-Yo también debo trabajar…-. Dijo Eren, dándose la vuelta para ir a su despacho.

-Y yo me debo largar~

-Como sea. Hey, Mikasa.

-¿Si?

-¿Por qué siempre usas esa bufanda roja?-. No creo que haya sucedido exactamente lo mismo que paso en su vida anterior ¿Verdad?

-Me la dio Eren cuando éramos pequeños…-. La acomodó un poco más.

-Mikasa, no éramos tan pequeños. Estábamos entrando a la universidad, teníamos como 17 años-. Se quejó Eren desde arriba. Para luego marcharse por el pasillo, dirigiéndose a su despacho.

-Supongo que tienes Razón…-. La tristeza inundo sus ojos. ¿Acaso…? No. No puede ser, aunque si yo lo hago, no veo la razón por la cual ella no. Pero no puedo preguntarle de manera directa.

-Mikasa-. Me miro y conectamos miradas. Trate de transmitirle mi duda, y cuando sus ojos brillaron y asintió, fue la confirmación. Ella recuerda.

-Nos vemos, Mary, Enano.

-Nos vemos cariño.

-Adiós-. Así, ella de marcho por la puerta. Luego de eso, Mary también guardo sus pertenencias. Nos miramos y de improviso se lanzó a abrazarme, estrechándome. Su voz se oía quebrada.

-Levi, estoy tan feliz de que estés bien, luego de tanto tiempo… haberte encontrado, te extrañe tanto….

-Lo sé. Lo siento-. Correspondí al abrazo aprovechando que nadie nos veía.

-Pero, te pido por favor que me digas-. Se separó y me tomo por los hombros.- ¿Qué te paso? ¿Qué te hicieron? ¿Cómo te encontró Eren? ¿Dónde fuiste?

-No… No es algo de lo que quiera hablar, además, queda poco tiempo. Te debes ir.

-Levi, quiero que me cuentes. Me quedare si es necesario para escuchar toda la historia, pero por favor…

-Escúchame, Mary-. Esta vez fui yo el que la tomo por los hombros. Después de todo, aún con los años, nunca me atreví a llamarle "mamá".- Es… Lo que me paso no es lindo. Te desesperarás, llorarás, y posiblemente me confinarás, pero sucedió. Cómo me encontró Eren que hacía en ese lugar, no lo sé, pregúntale a él. Tampoco es que me interese. Ten en cuenta que lo más importante ahora, es que estoy aquí ¿Verdad? Estoy bien, y soy feliz-. A ella se le derramo una lágrima por la mejilla, pero luego me dedico una sincera y espléndida sonrisa.

-Siempre fuiste mucho más maduro y responsable que yo, incluso ahora que soy una cuarentona casi en los cincuenta. Me alegra que seas feliz. Tuviste mucho sufrimiento en tu vida, te lo mereces-. "No tienes idea". Pensé. Baje la mirada. Mary es la única persona a la que puedo contarle mis cosas sin que me juzgue de locura y me envié a un manicomio. Es como una Madre, hermana, abuela y mejor amiga, todos juntos. Quizás… quizás me atreva a contarle mis memorias de mi vida pasada.- Cuida bien de Eren ¿Si? Él también paso por mucho sufrimiento. Los dos se necesitan-. Es verdad, no le pregunté nada a Eren sobre su pasado en esta vida.

-Eren…-. Susurré pensativo. Ella se dio cuenta de mis pensamientos.

-No me corresponde a mí contarte lo que le paso a él. Pero de todas maneras, debes escucharlo. Aunque no lo creas, algo de su pasado se relaciona con el tuyo, pero por favor Levi-. Su mirada se volvió rota. Algo malo pasaba.- Cuando sepas todo, no lo juzgues ni castigues a él por lo que hicieron otras personas. No hagas lo que hizo mucha gente.

-Está bien. No sé qué le paso, pero no pienso dejarle por alguna estupidez sin sentido como esas.

-Ah sí, y recuerda cuando vengan sus empleados: Él es Ethan Jäeger. No cometas un error como ese.

-¿Ethan Jäeger? ¿Por qué la gente le dice así?-. Cuestione confundido.

-Ya sabrás todo, paciencia.

-Ya. Ahora, debes irte. Son las 3:15, ese tal Armin viene a las 3:40.

-Me estas echando-. Hizo un puchero.

-Sí. Vete-. La empuje hasta la puerta. Se despidió de mí con un beso en la mejilla y se marchó. Solo como estaba, decidí que debía ir y hablar con Eren sobre eso, ya que bueno, Mary me dejo con la intriga. Fui a la cocina y prepare café en una charola, con la azucarera y una jarra con leche, para luego subir arriba, donde se suponía estaba la oficina de Eren.

No me moleste en tocar la puerta, entre directamente sorprendiéndolo.

-Te traje algo de café.

-Gracias, Levi-. Me sonrió y volvió su mirada a la notebook que tenía en frente. Me acerqué a su escritorio y deje las cosas ahí, para luego quedarme parado, mirándolo.

-Eren.

-¿Si?-. Tomó la taza y le puso bastante azúcar (demasiada para mi gusto) además de un chorro de leche.

-…-. No sabía que decir. Abordar temas no es lo mío.

-¿Te sientes solito? sonrió con malicia, para luego alejarse un poco del escritorio y palmear su pierna, indicándome que me sentara.

-No es eso-. Gruñí molesto.- Solo que no soy bueno abordando conversaciones, y no quiero ser directo.

-No te obligare a no ser directo, puedes serlo. Pero a lo que te voy a obligar si es necesario, es a que te sientes sobre mi regazo-. Volvió a palmear su muslo. Suspire resignado ¿Qué puedo perder? La virginidad ya hace mucho, así que rodee el escritorio de manera gatuna y me senté sobre su regazo, con una pierna a cada lado y los brazos detrás de su cuello.

-Eren… Mary me dijo algo…

-¿Qué?

-Mencionó algo de… de que tu infancia, o vida no fue fácil-. Ok, eso no tiene nada de tacto. Su expresión se desfiguro en sorpresa y luego bajo la mirada.

-Bueno, estas en todo tu derecho de saber de mí. Mi vida no fue muy bonita… pero, tengo miedo de que luego de eso no me quieras… me odies…

-Eren-. Le tome el rostro y le mire a los ojos.- Si no quieres contarme algo como eso, no es necesario que lo hagas. No me importa mucho lo que te haya sucedido en el pasado, porque eso no cambiara el que ahora te amo y lo bueno y tierno que fuiste conmigo ¿Entiendes? Sería estúpido para mí, que te conozco hace un par de meses, juzgarte por cosas que no he visto con mis propios ojos. Lo que hagas de ahora en adelante, cuando esté junto a ti, es lo que puede llegar a cambiar lo que siento.

-Levi-. Sus hermosas esmeraldas se llenaron de lágrimas.- Te amo, te amo tanto…

-Dios, me obligaste a decir alto tan estúpidamente cursi…-. Me quejé tratando de cambiar el tema de las anteriores palabras que me dedicó.

-¿Sabes? Yo me veo obligado a ocultar mi nombre-. Se escondió en mi pecho cual niño desconsolado.- Cuando era pequeño mi madre murió, mi padre estaba sumido en drogas y operaciones ilegales. Ya no se le podía decir "doctor" sinceramente. Hubo un momento en el que lo atraparon y luego de una tragedia, lo encerraron. No sé qué le paso, sinceramente no me interesa tampoco. Recuerdo que era un padre maravilloso, pero las drogas cambian a las personas ¿Eh? Con Mikasa crecimos y estudiamos como debíamos hacerlo, ella se volvió modelo, yo doctor, y aquí me tienes, charlando con el amor de mi vida que ni siquiera sabe que la persona que guio la operación de su corazón a tan temprana edad fue mi padre, Grisha Jäeger-. Me quedé estático e instintivamente apreté un poco más los brazos. No sabía cómo reaccionar, simplemente.

-Eren…

-Mucha gente me odia por eso-. Se escondió en mi pecho, arrebullándose contra este.- Me odia simplemente por ser el hijo de mi padre, como si eso me volviera un maniático drogadicto que experimenta con gente clandestinamente. Pero Levi, yo simplemente, el hecho de que me odiaras…No lo soportaría…

-Eren-. Le hable con la voz más suave que pude formular, él estaba temblando. Daba la impresión de que era un niño pequeño

-No me odies. Yo quiero que me ames-. Me dedique a besar su cabeza, y pude sentir claramente como las lágrimas comenzaban a mojar mi camisa.

-Te amo Eren, te amo mucho.

-¿Incluso por todas las cosas que hizo mi padre?-. Levantó la vista y sus ojos estaban turbios por las lágrimas.- Tenía miedo de decirte, él te hizo todo eso…

-Eren, lo deje claro hace rato ¿Verdad? Me importa una jodida mierda lo que hizo tu padre. Quizás si lo viera lo dejaría en el suelo a golpes, pero no me las agarraré contigo. Te amo ¿Sabes? Nunca pensé que podría amar a alguien, cuando me acostaba con esos hombres sentía asco de mí mismo, pero entonces una noche cuando llegue a un edificio nuevo un mocoso de ojos verdes vino y me ofreció simplemente acompañarlo con el calor de nuestros cuerpos, pero por mera curiosidad cada noche nos fuimos acercando hasta abrazarnos, e incluso una vez por culpa de un imbécil terminamos haciendo el amor, y aunque pagaron por mí para poseer mi cuerpo no me pareció asqueroso o deplorable, porque te amaba, desde la noche que tomaste mi cuerpo te comencé a amar y no me arrepentiré de ello.

-Dios, para que digas algo tan malditamente cursi debes amarme mucho-. Me sonrió tristemente y volvió a acomodarse en el espacio que hay entre mi cabeza y mi hombro, estrechándome por la cintura.- Te amo, te amo, te amo-. Comenzó a repetir como un mantra.

-Ya, ya, me vas a matar de tanta cursilería.

-Dame un beso-. Tome su rostro entre mis manos y entrelazamos nuestros labios en un cálido beso lleno de amor.

-Te amo, Eren-. Le susurre sobre estos.- ¿Ethan Jäeger?

-Así me dicen-. Dijo sorbiendo la nariz y tallándose un ojo.- Pero llegas a gemir "Ethan" en la cama Y te juro que se me bajara y no volverá a subir.

-Es una buena medida para cuando me intentes violar.

-Yo no te intentaría violar.

-Ni tú te la crees.

-Tienes razón-. Sonrió un poco

-¿Cuándo llega tu amigo?

-Debería estar por llegar-. Miró la hora.- Gracias por escuchar y comprender. Tenía miedo de que me odiaras por eso.

-Mejor déjate de decir estupideces y haz tu trabajo, flojo de mierda.

-¿Serías mi secretaria? Quizás como soy un doctor mi enfermera, o como cocinas para mí como una ama de casa uno de maid ¿Cuál prefieres que compre mañana?

-No compres nada, imbécil, y haz tu trabajo, no me hagas volverlo a repetir.

-Sí, Si, ni que fueras mi jefe-. Así me fui antes de que me dieran ganas de aventarle cosas. Bajé y me puse a ver televisión. Ya cuando eran 35 tocaron el timbre, el cual fui a atender y pude ver a ese chico rubio del pasado. Se giró a verme y se sorprendió.

-Ah, hola… vengo a ver a Ere… Ethan. Hehe, lo siento, R-Rivaille-. Se tapó la boca inmediatamente y me miro asustado.- E- E Ethan me ha hablado de ti, hehe

-Dile Eren, Arlert.

-¡S-Sargento!-. Hizo el saludo al corazón, yo solo hice un ademán para que lo dejara, así cuando puso un pie dentro se escuchó a Eren preguntando por él

-¿Armin?-. Apareció por el pasillo y bajó las escaleras rápidamente, para lanzarse y abrazar a su mejor amigo.- ¡Tanto tiempo sin verte, Armin!

-Igual digo, Eren…-. Dijo algo tímido. Entonces, Eren recordó que no estaban solos y se separó.

-Levi, él es Armin, mi mejor amigo de la infancia.

-Un gusto.

-Armin, él es… mi…-. Se sonrojo y comenzó a jugar con la argolla por los nervios. Armin se dio cuenta y al ver la joya se sobresaltó, llevando la vista a mi mano. La alcé y le mostré la mía.

-Eren ¿¡Te vas a casar!?

-¡S-Si!-. Afirmo emocionado, yo solo suspire cansado.

-¡Felicidades!

-¡Gracias!-. Se abrazaron efusivamente de nuevo.- ¿Quieres café? ¿Algo? ¡Vamos a jugar videojuegos!

-Eren, tienes trabajo-. Le corregí. Él se encogió un poco, probablemente antes no tenía a nadie que le reprochara cuando quería hacer imbeciladas con sus amigos a cuesta de sus responsabilidades, pero ahora que estoy yo no pienso dejarle hacer tal tipo de estupidez.

-Puedo dejarlo para después-. Hizo un puchero molesto mientras me miraba por sobre su hombro.- Quiero jugar con Armin.

- Ni que fueras un niño pequeño pidiéndole permiso a su madre. Además, trabajo es trabajo.

-¡Solo es administrar el conteo de las ventas internacionales!

-Si solo es eso, no veo él porque dejarlo para después.

-Eren, puedo ayudarte a organizar y esas cosas, si realmente trabajo debes hacerte cargo de tus responsabilidades…

-Esto no es tarea para casa, donde un amigo puede ir y ayudarte-. Fruncí nuevamente el ceño.

-¿No será que estás celoso?-. Entrecerró los ojos y yo me resistí a lanzarme sobre él y golpearlo.

-En tus más remotos sueños. Ve a trabajar, yo atenderé a este mocoso, así cuanto antes termines más rápido podrás pasar tiempo con él.

-¡Pero ahora yo estoy celoso!-. Reprocho abrazándome, a lo que comencé a forcejear-. Podrá pasar tiempo con mi preciado Levi ¡Imperdonable! Tú solo me perteneces a mí-. Me logré separar, golpeándolo.- ¡Sé que me amas!

-¡Ve y trabaja, puto vago de mierda!

-Iré a trabajar solo si me dices que me amas.

-Irás a trabajar.

-Di que me amas-. Apretó mis cachetes, tratando de obligarme a decir algo como eso. Trate de apartarlo de mí, y Armin atrás se reía animadamente, pero calló con una mirada mía.

-Shueltam…e-. Dije de manera entrecortada, pero él no estaba dispuesto a ceder.- T-Te amo…-. Dije lo suficientemente bajo como para que solo él lo escuchara. Feliz y satisfecho me dio un rápido beso en los labios y corrió escaleras arriba antes de que le golpeara, rumbo a su oficina, gritando de por medio algunas babosadas de que no asesinara a su mejor amigo, que me estaría vigilando. Ya cuando se fue desapareciendo por el pasillo de su oficina, suspire y me masajee las sienes.- Tú, mocoso Arlert, ¿Quieres café?

-Si no es molestia, muchas gracias.

-Si fuera molestia no te lo ofrecería ¿No crees? Sígueme-. Comencé a caminar a la cocina, siendo seguido por él. Puse a preparar café y me di vuelta para mirarlo.- Ya lo sabes ¿No? Eren no recuerda nada.

-No. Yo recupere mis recuerdos cuando era pequeño, la primera vez que vi a Eren. Vivíamos en un pueblo bastante pequeño y nuestros padres se conocían, entonces nos presentaron, y allí conocí todo. Es una tragedia el que la madre de Eren haya muerto, la señora Jäeger era una buena mujer.

-Supongo que no se le puede forzar a recordar, sería algo muy doloroso para su estado emocional, recordar todo eso donde todos morimos.

-Creo que es mejor que quede así, que él no recuerde nada. Si llega a recordar que sea por su cuenta.

-¿Conoces a alguien más que recuerde? De los mocosos esos que estaban en el escuadrón ¿Encontraron a alguno?

-Algunos son nuestros compañeros de colegio-. Dijo pensativo.- Mikasa recuerda. Conocimos Jean y Marco pero estos dos no, Sasha tampoco…

-Di los apellidos, no me los sé-. Dije frustrado.

-Ackerman, Kirschtein, Bodt y Braus. Aunque Marco en la anterior vida murió en el ataque a Trost, antes de que siquiera pudieran ingresar a la Legión de reconocimiento.

-Lo de la mocosa esa acosadora ya me había enterado.

-Es normal que quiera proteger a Eren, con sus recuerdos del pasado sumados con los de este presente. En las dos vidas los dos sufrieron mucho.

-Supongo que tienes razón.

-Eren es algo irresponsable, pero solo hay que tenerle paciencia-. Dijo algo apenado.- ¿Cómo se conocieron?-. No, esa pregunta era la que quería evitar.

-Simplemente nos vimos en la calle. Yo al verlo no lo reconocí, pero por el azar nos hicimos amantes y allí recordé todo. No fue hace más de 4 días que vine a vivir aquí y ya me pidió matrimonio, ese mocoso….

-Pero usted fue el que aceptó-. Dijo riéndose un poco. Solo gruñí mirando a otro lado, sintiendo como el calor subía a mis mejillas.

-¿Cómo es que siendo tan incompetente consiguió tanto dinero y una empresa?-. Pregunté extrañado yo.

-Oh bueno, él estudió medicina y se graduó antes de tiempo y con muchos honores. De por sí en el instituto era el alumno con el mejor promedio, incluso era mejor que yo aunque no lo creas. Él quería forjar su propia vida y desprenderse de esos horribles recuerdos, por lo que se esmeró en ser el mejor para lograrlo. Así que se graduó, y con algunos colegas y conmigo comenzaron haciendo una clínica, para luego comenzar a juntar dinero y terminaron formando una empresa. Al final, terminaron cediéndole el poder a él, algunos se fueron a hacer su propia compañía, otros se quedaron con él trabajando como jefes de departamentos de trabajo, y otros como yo simplemente pensamos que él se lo merecía, ya que fue el que más se esforzó a hacer todo.

-Hm… ¿Tú también eres médico?

-Sí, pero tardé dos años más en graduarme. El punto es que la empresa rápidamente fue creciendo y llego a ser reconocida a nivel internacional, los productos están por todo el mundo, por eso es un multimillonario de los más grandes, aunque lo mejor es que es humilde. El lugar donde vivía es pobre y es consciente de que mucha gente lo sufre, por lo cual no anda por ahí presumiendo sus cosas.

-Dile eso cuando usa su auto-. Dije yo sarcástico, recordando el carro de alta gama.

-No me digas…-. Se sobo la sien, algo molesto.- ¿Mustang?

-Negro y verde.

-Le dije que no lo comprara, dios. Una vez vio un poster o una revista cuando era pequeño, y le encantó, desde ese momento siempre quiso uno, aunque le dije que no lo comprara ya que no tendría muchas oportunidades de usarlo ni aprovecharlo, es más, él prefiere caminar. Fue un gasto de dinero innecesario.

-Es un fanfarrón, solo quería un auto que lucir.

-Tienes razón…

Luego de ese día, pasaron dos meses, la fecha de la boda ya estaba elegida y estábamos en la última semana de preparativos antes de la ceremonia, aunque de manera civil ya lo estábamos. Decidimos que sería en un viejo castillo en Cataluña, ya que la iglesia todavía era demasiado cerrada y, además, ninguno de los dos creía en Dios. Es un hermoso hotel de lujo que está instalado cerca de un castillo, el Castell D'empordà. Él decía que quería que fuera una boda hermosa y de lujo, y con la excusa de "Que mejor lugar para mi príncipe de porcelana que un castillo" Una frase putamente cursi, pero que me hizo revolver el estómago de emoción.

Como debíamos estar cerca del recinto para cerciorarnos de que todo estaría correcto, nos encaminamos al hotel para hospedarnos un par de días, ya que ese lugar también sería el lugar de "Luna de miel" comenzando desde allí, cruzando España hasta Portugal.

Estaba recostado en la cama doble que compartía con él mientras se daba una ducha rápida en el baño de la habitación. El hotel es de alta calidad, un lujo, además de que las habitaciones están ambientadas como si fueran antiguos cuartos medievales, con las paredes de piedra y todo.

Nuestra habitación Suite tiene un tragaluz por encima de la cama, y claramente se empezaban a ver las primeras estrellas, esas a las que juramos hace mucho.

Eren salió del baño y yo giré mi cabeza para poder mirarlo. Traía un par de pantalones de pijama y una toalla colgada en el cuello, con el pecho al descubierto y el cabello húmedo. Se acercó y se sentó en el borde de la cama. Yo gatee y me recosté en su regazo.

-¿Qué pasa, mi amor?-. Ah sí, hace un mes me comenzó a llamar con apodos cursis.

-Nada, solo estoy un poco agotado por todo lo de la… boda.

-Vas a usar un vestido ¿Verdad?-. Se inclinó para tratar de besarme pero lo aparté, encabronado por el comentario anterior.

-Ni aunque me persiguiera el diablo usaría un puto vestido

-Ya lo tengo comprado, usé las medidas que te pidieron para el traje.

-¿¡Que!?-. Me paré abruptamente y él aprovecho esto para robarme un beso.- Mnhg-. Comenzó a besarme profundamente, aprovechando la posición para irrumpir en mi boca.- Ah… Eren…

-Me dejaste con abstinencia bastante tiempo, no aguanto más-. Ah sí, como se aproximaba la boda, le había dicho que no tendríamos sexo hasta la noche de esta. Contra mi voluntad me recostó sobre la cama y se posiciono encima mío- Hagamos el amor.

-Eren, no… espera una semana más…

-No estoy haciendo nada malo, solo me adelanto a ese día que inevitablemente llegará.

-¡Te digo que no!-. Protesté tratando de quitármelo, poniéndole una pata en la cara y empujando para apartarlo. Él la tomo y la beso suavemente con el ceño fruncido.

-¿Por qué no quieres hacerlo?

-Si tenemos sexo todo el tiempo dejara de ser especial, tengo… tengo miedo de que deje de gustarte solo por eso-. Dije algo inseguro, escondiéndome un poco con mi flequillo.

-Sigues siendo un tonto, pensar una estupidez como que me voy a aburrir de ti… pensé que eras más inteligente-. Fruncí el ceño y le patee la cara, el rió a carcajadas y luego se inclinó sobre mí para besarme, aunque lo aparte nuevamente, dejándolo confundido.

-De todas maneras, no tendrás mi trasero hasta el día después de la boda-. Le guiñé un ojo y me dirigí al baño para poder ducharme también, poniéndole seguro a la puerta.

Salí del baño y él estaba con una Tablet en la cama, parecía enojado por algo y con furia escribía en el aparato. Me senté en la cama, por precaución ya me había puesto el pijama.

-¿Pasa algo?

-Ugh, me pedí vacaciones pero de todas maneras me debo de encargar de un par de cosas, debo autorizas y ese tipo de estupideces.

-No son estupideces, mocoso inmaduro y torpe-. Le recalqué.

-Debo buscarme a alguien que me respalde, pero debe ser de confianza y saber de esto…

-¿Por qué no tú amigo Armin?-. Me acerqué a gatas sobre el colchón y rodee su cuello desde atrás, apoyando mi mentón en su hombro para ver que hacía.

-Está trabajando para el estúpido cara de caballo ese.

-¿Cara de caballo?-. Wow, los apodos quedan atrapados en el tiempo.

-Un compañero de instituto llamado Jean Kirschtein. Es un estúpido imbécil, no sé cómo Armin le soporta…-. Tallo un poco su mejilla con la mía. Suspiro pesado y comenzó a revisar cuentas. Me separé y comencé a masajearle los hombros-. ¿Qué haces…?

-Es una buena manera de relajar-. Dije siguiendo con mi labor, presionando algunos puntos tensos de la nuca. El comenzó a relajarse notoriamente, dejando el aparato de lado y concentrarse totalmente en nada, dejándose hacer.

-¿Dónde aprendiste a hacer tan bien masajes?

-Era una obligación hacer este tipo de cosas, había clientes bastante "exigentes"-. Se tensó un poco con mi comentario.

-Perdón por mencionarlo…

-Eren ignorar algo como eso es estúpido, los dos sabemos que paso y sinceramente no me importa-. Baje la cabeza y hable muy bajo.- Con que no me dejes de amar estaré bien…

-Levi-. Me tomó por sorpresa y me tumbó en la cama, apoyando su cuerpo contra el mío y mirándome a los ojos.- Estas diciendo tonterías de nuevo-. Me beso suavemente los labios, haciendo que me removiera avergonzado debajo de él.- El que yo te deje de amar es tan probable como el que tú midas 1,80-. Se rió a carcajadas y se ganó un muy buen golpe en la entrepierna, gimiendo de dolor.- Por lo menos sabes que es imposible.

-Cállate, pedazo de mierda.

-También te amo, mi vida-. Me aprisionó nuevamente a costa de mis golpes y me besó suavemente, sin un atisbo de lujuria.

-Deja de llamarme con apodos cursis y empalagosos-. Dije desviando la mirada luego del beso, con un suave rosa en mis mejillas.

-Con el tiempo tú también me llamarás con cosas parecidas, lo sé-. Me beso de nuevo.- Cuando vuelva a casa me dirás cosas como "Bienvenido cariño" y me vendrás a recibir con tu lindo mandil, me vas a besar y tendrás la comida lista… serás una preciosa esposa, la más sexy que haya.

-Cállate, ni drogado cumpliré tus fantasías-. Me sonrió bobamente.- Ni las sexuales.

-Lo harás, yo lo sé-. Me beso nuevamente y entrelazó nuestras manos. El beso siguió, y pasó al siguiente nivel, volviéndose más pasional. Delineó mi labio inferior con mi lengua, y yo fuera de mí, le permití abiertamente el paso libre a mi boca.

-Hn… Eren…-. Comencé a suspirar cuando su mano traviesa se abrió paso por debajo de mi camisa, llenándome de caricias por todo el torso sin dejar de besarme. Se posiciono entre mis piernas y la prenda salió volando de mi cuerpo perdiéndose en algún lugar de la habitación, quedando los dos en el mismo estado.- ¡Ah!-. Tomó uno de mis pezones entre sus dedos, al mismo que comenzó a descender por mi cuello, dejando besos y marcas.

Comencé a acariciar su torso hasta pasar a su espalda, abrazándolo y atrayéndolo a mí. Comenzó a acariciar mi vientre, para luego tocar suavemente mi entrepierna por arriba de la ropa interior, haciéndome gemir quedamente.

Comenzó a susurrar cosas obscenas en mi oído al mismo que acariciaba todo mi cuerpo con parsimonia, sin apurarse, ninguno quería adelantarse a lo que vendría.

Terminaron por desaparecer nuestras prendas inferiores, salieron volando y desaparecieron en la habitación. Él tomo nuestros miembros ya duros y despiertos y comenzó a acariciarlos juntos lentamente, subiendo y bajando tortuosamente, haciendo que gimiera. Llevé mis manos junto a las suyas para ayudarle. Quería más.

Mucho más.

-Eren… Ngh…-. Sé cómo provocarlo, lo sé muy bien. Gemí su nombre seductoramente y al instante su pene palpitó entre mis manos, al mismo que gruñía complacido.- Eren, llamé, mirándolo a los ojos.- Más… Más Eren, Más.

-Como desees, mi rey-. Jugueteó un poco. Me levantó por las caderas y me acomodó mejor en la cama, haciendo que mi cabeza quedara en las almohadas como debía de ser. Se extendió y de un cajón sacó un bote de lubricante. Estaba ansioso y frotaba mi cadera vehemente para hacerlo sufrir.- Aunque estés urgido, debo prepararte.

-¿De dónde sacaste esta cosa?-. Dije arrebatándole el estúpido frasquito.

-Lo compré, hay una máquina expendedora de objetos para el sexo en uno de los pasillos, aunque debes pedir una llave en la recepción para poder desbloquearla y usarla.

-Planeaste esto desde un principio-. Fruncí el ceño

-Planeaba hacerlo en la semana-. Dijo besándome, para luego levantarse y tomar nuevamente el recipiente, abrirlo y verter una gran cantidad sobre sus dedos.- ¿Acaso pensabas que estaría tanto tiempo sin tener retorciéndote debajo de mí, gimiendo ardientemente por el placer?-. Me sonrió socarronamente, pero luego se concentró en su tarea.-Relájate…

Comenzó a acariciar mi zona baja, y sin avisar introdujo su falange en mí. Le vi sonreír, lo hizo apropósito para sorprenderme y obtener mi reacción más sincera. Arquee la espalda y gemí cuando comenzó a acariciarme por dentro, para luego de un corto tiempo introducir el segundo dedo. Allí reaccioné y abrí los ojos, lanzando un quejido de dolor.

-¿Levi? ¿Estás bien?-. Se acercó a mí rostro y me examinó con preocupación

-Pedazo de imbécil-. Le maldije.- Cuando pasa un tiempo… se vuelve más estrecha y debes preparar más, bruto de mierda, dolió como mil jodidos demonios.

-Lo siento, no fue mi intención-. Me beso la frente y cuidadosamente comenzó a hacer tijeras dentro mío. Me tragué mi dolor y luego de un momento se volvió solo placer, obligándome a tragarme los gemidos.- Hehe, no reprimas tu voz, quiero escucharte mí adorada prometida-. Me besó una mejilla y jugueteó con mis pezones.

-¡A-Ah! No… no me llames… e-en términos f-femeninos… pendejo… ¡AH!-. Gemí placenteramente cuando encontró mi punto delicioso, comenzando a torturarlo fogosamente.

-He~, pero si ahora mismo estas gimiendo como una mujer Levi-. Me susurró al oído, y puta que tenía razón el imbécil. Me mordió la oreja, haciéndome gemir nuevamente. Reprimir mi voz era inútil, a él le encanta escucharme y me torturará con placer hasta que gima como puta para él. Mejor es adelantarme.- ¡Ah! ¡Eren! ¡Más… Más, necesito más!-. Le mire a los ojos suplicante. Le voy a hacer caer.

-Ngh, quiero estar dentro de ti-. Froto sus caderas para hacer rozar nuestros miembros. Sin aviso un tercer intruso se hizo presente, expandiéndome aún más, comenzando a simular que me penetraba. Gemía sensualmente solo para él, sabía que estaba tratando de apurarse para poder penetrarme.

-¡A-Ah! Ngh, Eren, estas bastante duro aquí-. Le dije sonriéndole mientras tomaba su miembro y comenzaba a frotarlo, ganándome una mirada llena de lívido de él y un gruñido complacido.- Todo mojado e hinchado, pervertido-. Comencé a acariciarlo fuertemente, apretándolo lo más placenteramente que podía. Inmediatamente Eren respondió vengándose de manera que subió un poco mis caderas y comenzó a arremeter con sus dedos contra mi próstata sin compasión.- ¡Ah! ¡AH~!-. Estaba a punto de correrme y él lo sabía. Me besó fogosamente y con un par de golpes más eyaculé generosamente sobre mi vientre.- ¡Anngh! ¡Eren~!

-He~ que bonita expresión. Adoro ver tu cara orgásmica, es tan sexy-. Mordió mi lóbulo nuevamente. Tomo algo de mi propio semen y se lo llevó a la boca para saborearlo, pasándole la lengua como si fuera un dulce mientras me miraba fijamente.

-Perro pervertido y sucio-. Mascullé algo molesto. Me sonrió y tomó algo de lubricante, vertiendo una generosa cantidad sobre su erección. Me relamí los labios ansioso y él me sonrió por mi atrevimiento. Subió una de mis piernas a su hombro y puso la cabeza de su duro y húmedo miembro en mi entrada. De una sola estocada me sentí lleno por él, haciéndome arquear la espalda y lanzar un gemido de puro placer. No importa cuánto tiempo pase, sentir a Eren dentro siempre va a ser la puta y jodida gloria.

-Mnhg, tan apretado… eres tan cálido dentro, Levi-. Él estaba jadeando de placer. Gimotee necesitado incitándole a que se moviera, bajando mis piernas de sus hombros y enredándolas en su cintura para no dejarlo ir. El comenzó a dar las primeras estocadas, mientras se inclinaba a besarme en los labios superficialmente. Enrede mis manos en su cuello y acaricié las hebras castañas, siempre son tan suaves. Continuamos con el beso y él comenzó a dar estocadas más certeras en mi interior, haciéndome gemir solo para él.

Solo gimo para él, porque solo le pertenezco a él.

Terminamos por romper el beso, y me abrió aún más las piernas para llegar más profundo, tomando mis muslos y acariciándolos al mismo que embestía sin compasión mi próstata. Estaba gimiendo sonoramente, no tenía necesidad de ocultar mi voz con él, ya que de todas maneras no puedo. El placer que me genera Eren ha llegado al punto de nublarme la vista, desconcertarme y provocarme flashes blancos en la visión, como ahora.

Luego de besos, caricias, embestidas, gemidos y jadeos, él termino por venirse abundantemente dentro de mí, al mismo que gruñía placenteramente por llegar a su orgasmo. Al sentir como me inundaba con su semilla caliente me vine nuevamente sobre mi vientre, gimiendo su nombre desgarradoramente por el placer que me inundaba.

-E-Eren…-. Dije jadeante, complacido totalmente. Él se dejó caer sobre mí para descansar sobre mi pecho. Lo abracé y nos quedamos recuperando nuestras respectivas respiraciones. Él estaba jadeante y con una sonrisa estúpida en su rostro. Se levantó y me dio un beso nuevamente.

-¿No era que no me ibas a dejar tu trasero hasta después de la boda?

-Cállate pervertido de mierda. Tú y tu cabeza baja sólo tienen una idea: Violarme y apoderarse de mi culo.

-Pero es que es tan suculento-. Dijo acariciando mis nalgas, apretándolas. Él todavía estaba dentro.- Nos encantas.

-Cállate y sal de ahí, voy a bañarme de nuevo.

-Bañémonos juntos-. Me beso nuevamente, no queriendo dejarme ir.

-Ni drogado.

-Entonces quédate y no te bañes-. Se levantó y salió de mi interior, generándome un escalofrío. Inmediatamente tomó las sábanas y me envolvió en ellas para no dejarme ir, aunque me quejé supe que era inútil. Finalmente opté por acomodarme en su pecho como siempre, y esperar a que se durmiera.

Su respiración se acompasó y cayó en el mundo de los sueños con una sonrisa estúpida.

Miré al ventanal que se hallaba encima de mí, las estrellas resplandecían orgullosas. Parecía que estaban felices debido a que estábamos juntos, quizás… solo quizás por cosas del destino nos volvimos a encontrar, quizás esa noche entrelazamos nuestras almas…

-Quizás por cosas del destino nos volvimos a encontrar, por esto que es inexplicable-. Dije en voz baja, mientras extendía mi mano al cielo.- Las estrellas fueron testigo de nuestras muertes una vez, y lo son de nuestra felicidad y amor ahora-. Lo miré de reojo, el seguía dormido, pero su sueño parecía más ligero.- Pero es una pena-. Miré nuevamente a la noche sin luna, sintiendo como una lágrima se deslizaba por mi mejilla.- Porque tú no recuerdas, mocoso estúpido, ni nuestros votos, ni juramentos. No recuerdas nada, pero yo si recuerdo… recuerdo mi estúpido amor incondicional hacia ti…

Entonces, una mano con una argolla de deslizó por encima de la mía, haciéndome exaltar.

Me giré suavemente para ver a Eren, quien me miraba fijamente. Sus ojos estaban acuosos.

-Si recuerdo nuestro juramento, Heichou.

.

Luego de esa noche en el hotel, nos casamos.

Tal como había querido Mary y Eren, termine usando un estúpido vestido en la ceremonia, pero obviamente que usé un traje blanco para la recepción. No me iba a andar con falda toda la puta noche.

La boda fue hermosa, parecía sacada de un cuento de hadas. Quizás nuestra historia era de una.

En la fiesta vi a mucha gente que recordaba de mi infancia. Allí estaba el doctor Smith, las canas adornaban su cabello y como siempre tenía esa sonrisa gentil debajo de su bigote.

Me encontré con Hanji, que fue invitada por Mary. Al parecer, tenía sus recuerdos, porque llevó a sus dos "bebés" (dos ratas inmundas de los que se hacen llamar chihuahuas) llamados Sunny y Bean. Ella me abrazó efusivamente, ya que cuando éramos pequeños vivíamos en el mismo barrio, éramos "amigos de infancia" aunque su mal genio de llamarme enano persistía.

No sé cómo, pero Farlan e Isabel, mis dos mejores amigos del orfanato antes de ir al laboratorio, estaban allí con una deslumbrante sonrisa.

Lo que más me sorprendió, fue ver allí a la mismísima Annabelle, una de las chicas que había sido milagrosamente rescatada del prostíbulo. No dudé en lanzarme a ella y abrazarle, me felicitó entre lágrimas y, aunque yo no lloré, le desee lo mejor.

También estaba obviamente Mary y su esposo, Kaney. El tener su aprobación fue un alivio, aunque influyó el que ya conociera a Eren.

Lo único que no fue perfecto, fue el hecho de tener que llamarlo por "Ethan"

Para todos menos sus cercanos, era "Ethan Jäeger" y yo era "El señor de Ethan Jäeger"

Pero no importa, porque yo sé que él es "Eren mocoso titán resucitado Jäeger"

Y para él yo soy "Levi Heichou reencarnado de Jäeger"

Ahora desde ese casi perfecto momento, pasó un mes. Con todos los regalos que recibimos podríamos haber llenado una habitación entera. Entre ellos, había varias cosas obscenas de parte de Hanji. La hija de puta le dio (en secreto, si hubiera sido a mi vista hubiera perdido el pellejo) un libro de "Kama Sutra" a Eren. Lo puso en práctica la primera noche. Aunque la posición era vergonzosa, era tan putamente placentera que no pude detenerlo.

Bueno, luego volvimos a una vida normal… solo que ahora en matrimonio. Saber que despertaría con Eren al lado mío cada noche me llenaba el pecho de un sentimiento cálido y hermoso.

El saber que no tenemos la amenaza de los titanes incluso más.

Pero ahora, estoy sentado en el retrete de la casa, con ese aparato del demonio en mis manos…

-Ese mocoso…-. Dije sentándome. Ya eran 3 veces que me hacía la prueba, y las tres resultaron con dos líneas.- ¿Cómo mierda estoy embarazado?

"Dos líneas: Positivo"

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¿Fin?


Nada que decir. Saludos a toodos los que dejaron review a lo largo, como a los que dieron fav y follow

Amenme :3

Patatapandicornio c: