Aquí está ¡El epílogo!
espero les guste ^^
Ulquiorra se encontraba sentado en una banca del parque cerca al estudio, el edificio se encontraba cerrado debido a que era domingo. Y no un domingo cualquiera, Urahara, el día viernes, dio un importante anuncio a sus trabajadores más cercanos.
"¡Atención! Aviso que el domingo habrá una salida a la piscina" en aquel momento se veía la sonrisa de la mayoría "¡Recordando también que será todo pagado! ¡Vendré a recogerlos en mi auto a las 9:00 am en el parque que queda cerca al estudio! ¡Espero verlos ahí!"
Observó su reloj percatándose que faltaban pocos minutos para la hora indicada.
Levantó la cabeza observando el soleado cielo, era normal, habían pasado meses y ya estaban en verano.
El pelinegro recordó aquel momento cuando estaba decidido en salir de ese estudio y nunca más volver, ocurrieron muchas cosas en los últimos meses cuando aceptó quedarse, sin embargo todo fue tan memorable y aun no terminaría.
Por otro lado se sentía incómodo por asistir a una salida que no le llamaba en nada la atención, odiaba nadar, no es que no supiera hacerlo. Solo veía el mar como una fuente de inspiración, nada más.
Aunque ese esfuerzo solo lo hacía por Orihime, luego de que ella escuchara el aviso de Urahara se veía tan emocionada que no podía negarse a ir. Hizo un compromiso consigo mismo y debía poner de su parte también.
- ¡Ulquiorra! – Exclamó alegremente una ojigris que se acercaba a él - ¿Hace cuánto que estas esperando?
- No mucho – respondió mientras analizaba cuidadosamente la ropa que llevaba puesta su compañera.
- Que bueno – sonrió – perdón por llegar un poco tarde, sé que quedamos en estar aquí diez minutos antes – se disculpó muy apenada – Es... Es que tenía algunos deberes que hacer antes de salir… tareas que organizar y…
- No hay problema, entiendo – la interrumpió colocando la palma de su mano sobre la anaranjada cabellera de Orihime logrando que se sonrojara un poco – pero eso sí, tienes que aprender a distribuir tu tiempo.
- Tú… ¿Me ayudarías? – Preguntó con notable curiosidad – no comprendo cómo puedes estar bien organizado y eso que tienes otro trabajo aparte.
- Es cuestión de práctica, nada más; pero sí, si quieres que te ayude lo haré.
La ojigris volvió a sonreír tras la respuesta de él.
- ¡Gracias Ulquiorra! - el pelinegro abrió levemente sus orbes al sentir como aquella mujer lo abrazaba felizmente como una niña - ¡Eres el mejor!
Desvió la mirada a otro lado sin dejar de acariciar la cabeza de su novia.
- ¿También me enseñarías a nadar? – otro favor salió de los labios de Orihime al momento de separase.
- ¿No sabes… nadar? – ella negó avergonzada con una sonrisa en su rostro.
- Me… me da un miedo ahogarme… - rió – pe… ¡Pero sé que si estás ahí conmigo no lo tendré! ¡Hasta traje mi flotador! Entonces… ¿Qué dices?
El ojiverde no puso ocultar esa sorpresa que sentía al darse cuenta que esa mujer quería ir a la piscina a pesar de no saber nadar, era extraña; pero Ulquiorra enseñó una ligera sonrisa por la inocencia y gracia de su petición. Sin duda ahora debía hacer otro esfuerzo por ella, no obstante valdría la pena con tal de verla feliz.
- ¿Qué… qué es gracioso? – preguntó Orihime muy sonrojada.
- No, no es nada – le contestó disminuyendo su sonrisa hasta volver a la seria expresión de siempre – De acuerdo, te ayudaré a nadar también.
- ¿De veras? – le preguntó con entusiasmo – Gracias Ulquiorra ¡Contigo sé que seré una gran nadadora!
Ulquiorra volvió a ver la hora en su reloj, ya había pasado más de veinte minutos tras la hora pactada. ¡¿Por qué no llegaba Urahara Kisuke o los demás?! El ojiverde presentía que su mal humor surgiría otra vez.
- ¡Ahí veo el auto de Urahara-san!
El pintor observó que era verdad. El auto tenia especio suficiente para las personas que suponía llevaría, pero estas no llegaban.
Urahara se aproximó a la ventana del copiloto y la abrió.
- Urahara-san, su auto es muy bonito – sonrió Orihime.
- ¡Oh! ¡Gracias Inoue-san! – en los asientos de atrás se podían escuchar murmullos, pero no podía observarse de quienes provenía dado que las ventanas estaban cerradas y eran polarizadas.
- Urahara Kisuke… ¿Sabe de casualidad donde están los demás? – preguntó notándose un pequeño enfado en sus palabras. Ya tenía idea de los estaba pasando.
- ¿Ah? – Dibujó una sonrisa en su rostro - ¡Están aquí!
Alguien abrió de golpe la puerta del auto, se trataba de Grimmjow; y estaba sentado al lado de Nelliel quien saludaba a Orihime y Ulquiorra muy feliz, también estaban Ichigo y Rukia, aunque el primero no tan feliz de ver al pelinegro, Toshiro se hallaba en otro asiento junto con Rangiku y Hinamori. Orihime se alegró cuando observó a sus amigos, sin embargo Ulquiorra no entendía como no podía darse cuenta de la situación.
- ¡Chicos! –Exclamó la pelinaranja - ¡Qué bueno verlos a todos!
- ¡Orihime-chan sube, aquí hay un asiento para Ulquiorra-kun y para ti! – avisó sonriente la ojipardo.
- Orihime, me encanta como te has vestido hoy – añadió Rangiku sonriendo un poco.
- Gracias Rangiku-san ¡A mi también me gusta como estas vistiendo hoy! – Luego vio a Ichigo y Rukia - ¡Buenos días Kurosaki-kun, Kuchiki-san!
- Te ves muy emocionada – dijo Rukia – yo también lo estoy, es mi primera salida con compañeros de trabajo – rió.
- Solo asegúrate que Ulquiorra no cause problemas – murmuró Ichigo cruzando sus brazos.
- ¡No digas eso Ichigo! – Nell salió en defensa - ¡Estamos aquí para divertirnos y no pelear!
- Mira quién habla… - indicó Grimmjow frunciendo las cejas – ¡Contigo siempre hay discusiones!
- ¡¿Qué?! ¡No es verdad Grimmy!
- ¡Sabes que sí lo es! ¡Y te dije que no me llamaras así!
Toshiro se colocó unos audífonos muy cansado de las constantes peleas y gritos a su alrededor, Hinamori solo rió un poco tras la acción de su amigo.
- Vaya… ¡No seas tan aburrido! – le pidió Rangiku.
- Shiro-chan aún no se acostumbra a este ambiente – sonrió Hinamori.
Orihime observaba a sus amigos llena de felicidad, a ella le gustaba ese ambiente totalmente, porque era lo que mejor los caracterizaba.
Mientras tanto Ulquiorra se dirigía a hablar con su jefe, el cual lo esperaba con una expresión alegre.
- ¿Qué pasa Cifer-san?
- ¿Qué pretendía todo este tiempo? – preguntó en voz baja para no preocupar a Orihime - ¿Hacerme esperar en medio del parque sin saber que recogería a los demás en la puerta de sus casas , logrando que luego de enterarme de su plan me enfadara para que después me dé un sermón sobre cómo controlar mi carácter o qué?
Urahara negó con la cabeza.
- Sólo quería que Cifer-san pasara un rato a solas con Inoue-san sin la presencia de los demás – sonrió - ¿eso es tan malo?
Suspiró pesadamente al oír la respuesta de Kisuke.
"Así que era por eso"
Clavó su fría mirada en él sin causarle ni el más mínimo miedo. Todo lo contrario, Urahara se hallaba satisfecho con el resultado de su jugada.
- Supongo que no – dijo Ulquiorra – pero sería bueno que no se entrometa, no necesito ayuda para eso.
- ¡Que cruel, Cifer-san! – rió despeinando a su pintor quien retiró la mano al instante de su oscura cabellera – Pero si así lo quieres no tengo problema ¡Anda sube! ¡No queremos perder nuestra reservación!
El joven obedeció luego de arreglarse su cabello. Lo único que podía hacer era relajarse hasta que llegaran a la piscina junto con los demás. Si bien en el trayecto aún seguían las discusiones, tener la mano de la pelinaranja entrelazada a la suya en todo momento hacia que el viaje no fuese tan malo. Esa mujer conseguía que Ulquiorra olvidara sus problemas.
¡Gracias por leer y a todos los que dejaron reviews! :3
Espero que nos podamos encontrar en otra historia ¡Nos vemos! ^^
