*Yo sé que no es feliz*

Disclaimer: Los personajes de Twilight son propiedad de Stephanie Meyer, yo solo los ocupo para jugar un poco con ellos en mi mente loca, esperando que les guste

Sumary: Me encantaba disfrutar de su compañía aunque tuviera que verla solo en clases al ser mi profesora de Literatura y encima de todo pertenecerle a alguien más, solo tenía un deseo… ser yo el encargado de velar sus sueños y protegerla de todo lo que la quiera lastimar.

Estaba ansioso en mi asiento como siempre que me toca clase con ella, parecía un adolescente hormonado aunque si somos honestos no hace mucho que abandone esa etapa, estaba por acabar la cerrera en medicina, la medicina era mi vida y mi pasión hasta que ella llego a mi vida.

La mujer mas hermosa que existe con esa cabellera castaña rojiza, su piel de porcelana, sus ojos color chocolate, sus sonrosados labios y esas kilométricas piernas que exhibía cuando usaba falda rematando con esos tacones de infarto que me encantaría tener clavados en mis nalgas; y ahí voy otra vez con mis fantasías y todas son con ella.

Muchos dirán que es solo una mera atracción física pero yo se que esto va mas allá del placer carnal, estoy seguro de que amo a mi profesora de Literatura, la cual por cierto conocí por error, el mejor error de mi vida, yo me había apuntado para la clase de genética humana como materia optativa, pero por equivocación de la secretaria que ese día tenia un fuerte resfriado me anoto en la clase de literatura, y después ya no se pudo hacer nada ya que la clase que quería se había saturado y no me quedo mas remedio que tomar la clase si no quería retrasarme.

Desde que la conocí las demás chicas dejaron de interesarme, solo tengo ojos para ella y eso que yo era conocido por ser todo un Don Juan y como no iba a obtener chicas con facilidad con mi casi metro ochenta, con un buen perfil, tez blanca, ojos verdes como los de mi madre, un cabello de un tono cobrizo que no puedo domar con nada, además de unos dedos de pianista largos y delgados que pueden hacer maravillas y no solo con el piano.

- Buenos días – dijo la dueña de mis mas locos desvaríos.

A lo que todos los presentes dijeron un bajo buenos días y se concentraron en la clase que comenzó a dictar, por un momento yo también comencé a poner atención pero el movimiento de sus labios me distrajo de lo que decía y me perdí mas de la mitad de la clase, pero no me importo porque la tenia delante mío, además estaba mas cerca mi momento de acercarme a ella para hablar como todas las tardes después de clase.

Ya en algunas ocasiones había logrado que aceptara ir a tomar un café conmigo dentro de la cafetería del campus y siempre manteniendo sus distancias ya que sabia que le preocupaba que la vieran saliendo con uno de sus alumnos, además de que todo el mundo sabia que ella ya tenia dueño, estaba casada y su marido se había encargado de hacerse notar en mas de una ocasión cuando venia por ella y daba muestras excesivas para mi gusto de cariño que sabia que a ella le incomodaban también, pero nunca decía nada, simplemente le dedicaba una dulce mirada y entraban juntos a su vehículo para partir a su casa.

Vivía muy cerca de la universidad, eso lo sabia porque en alguna ocasión la curiosidad pudo mas que yo y la seguí hasta su casa, se que suena un poco obsesivo, pero no lo puede evitar, ella me incita de una y mil maneras a que este a su lado, aunque ella no sea conciente de la atracción que me genera su cercanía y cuanto es que la disfruto.

- Disculpe profesora puedo robarle unos cuantos minutos? – le pregunte una vez que la clase termino y el aula estaba casi vacía.

- Edward, dime ¿Que paso? – me dijo con una de esas sonrisas que tanto me encantaban, eran tiernas y sexis al mismo tiempo.

- Bueno, que le parece si la invito a que tomemos un café en la cafetería y platicamos mas a gusto – le ofrecí desesperado por tener mas tiempo con ella.

- Lo siento, pero en esta ocasión no tengo tiempo, Jake esta por llegar por mi y no quisiera que existiera ningún mal entendido, además ya habíamos hablado y debemos de mantener la relación profesor – alumno, entiéndelo Edward – me dijo suplicante cuando intente tomar su mano.

Es que no entendía que la necesitaba y yo notaba en su mirada lo que le dolía apartarme de ella, no son alucinaciones mías, se que algo siente por mi de eso estoy seguro, pero es que no lo quiere admitir y eso me mata, al principio cuando fueron las primeras clases mi primer acercamiento personal para con ella fue cuando le explique mi situación de ser alumno de medicina y que literalmente estaba perdido en su clase, por lo que se mostro muy accesible y comprensiva en cuanto a algunos trabajos principalmente cuando estos eran en equipo dado mi escaso tiempo libre, pero siempre hacia lo que fuera para poder cumplir con su asignatura.

Nos pasábamos momentos agradables platicando de diversas cosas, descubriendo que teníamos gustos en común, en cuanto a comidas, la música clásica, de hecho es la única además de mi familia que saben que se tocar el piano, aunque hace ya un tiempo que lo había dejado, le conté sobre mis sueños de ser un gran medico para poder seguir el ejemplo de mi padre y los deseos de poder tener una familia, como la mía, con el tiempo todo lo que quería era estar con ella y formar mi familia con ella, pero poco a poco se fue dando cuenta de mis intenciones y comenzó a alejarme, ponía mil y un pretextos para no estar a solas con ella.

Ya ni siquiera permitía que le llamara por su nombre… Bella ahora solo era profesora Swan, añoro el tiempo que pasábamos juntos cuando podíamos platicar sin ningún momento incomodo, cuando me contaba cosas de su vida, como que fue hija de una matrimonio que no funciono gracias a la infidelidad de a su madre, quien ahora estaba casada con el que entonces figurara como su amante, los torpes cuidados de su padre cuando era su responsabilidad y mas aun cuando decidió mudarse con el, de que siempre pasaba las tardes sola, leyendo donde se perdía en mundos nuevos y maravillosos naciendo así su amor por la lectura y la elección de su carrera.

Me platico también de cuado conoció a su ahora marido Jacob Black, hijo del mejor amigo de su padre, un buen hombre según palabras de la propia Bella y lo cual sinceramente yo comenzaba a dudar, dado que el constantemente acosaba a su esposa, que no la dejaba ni a sol ni a sombra más aun aquí en el campus, siempre venia por ella y la venia a dejar por las mañanas.

- Por favor, te prometo que no hare nada, solo quiero que platiquemos un poco – le roge, y vi la duda en mirada, sabia que la podía convencer, pero desconocía porque no me daba una oportunidad.

- Solo un café – me dijo viéndome directamente a los ojos y yo sonreí en respuesta había aceptado, estaba tan feliz, llegamos a la cafetería y pedí un par de capuchinos de caramelo su favorito al menos de lo que nos ofrecía la cafetería y un par de muffins de chocolate que se veían deliciosos – muchas gracias Edward – me dijo regalándome otra de sus sonrisas que me robaban el aliento.

- No tiene nada que agradecer profesora, simplemente es un placer para mi – le dije mientras nos acomodábamos en la mesa de la cafetería una de las mas alejadas ya que no queríamos que la gente comenzara a rumorar y no es que a mi me importara, es mas si por mi fuera que el mundo se enterara de que Bella es la mujer que amo y con la que quiero pasar el resto de mis días, pero no decía nada, todo por protegerla a ella.

Ya que sabia que no era una mujer libre a demás de que se preocupaba de lo que se pudiera decir si la vieran salir con uno de sus alumnos y si a eso le sumamos que siempre me dice que ella es demasiado mayor para mi, que debería de buscarme a una buena señorita de mi edad que se encargue de hacerme feliz, pero es que ella no entendía que no necesitaba a nadie, que solamente ella podría hacerme feliz.

Además la diferencia de edad no era mucha, es mas estaba casi seguro que no se notaba pero ella se encargaba de recordármelo a cada oportunidad que tenia, yo sabia que la edad era solo un numero y que lo demás no importaba, mi madre es casi diez años mas grande que mi padre y aun así ellos llevan más 30 años de feliz matrimonio sin que la edad les afecte en nada, pero no diría nada mientras ella esta a mi lado.

Pasamos un rato mas hablando enterándome de que fue la clase… un clásico Romeo y Julieta un libro que ya había leído y que era uno de los favoritos de Bella, discutiendo sobre el desenlace que tuvo la desdichada pareja por las diferencias entre las dos familias, demostrando que el amor era mas fuerte que cualquier rivalidad llevándolos a hacer cosas que ante los ojos de los demás estaban prohibidas, como rendirse al amor físico y casarse sin la aprobación de sus padres.

- Edward! Es tardísimo a que hora paso el tiempo – dijo Bella mirando de repente el reloj que tenia en su muñeca, se veía claramente asustada, en sus ojos había un sentimiento que me oprimió el corazón y mi lado protector salio a flote.

- Tranquila, no es tan tarde si gustas te puedo llevar a tu casa para que llegues pronto y no tengas problemas – le dije mientras tomaba mi chaqueta y me levantaba para llevarla a su casa no me importaba el haberme perdido una clase que estaba ya por la mitad, era feliz a su lado.

- Muchas gracias Edward pero no quiero mas problemas, no te preocupes nos vemos mañana y no se te olvide el ensayo sobre el libro como habíamos acordado – me dijo tratando de sonar tranquila, pero yo sabia que estaba lejos de estarlo mas bien parecía un corderito que iba al matadero.

- Estas segura de que estas bien, si puedo hacer algo por ti no dudes en pedírmelo – le dije acompañándola al aparcamiento donde ya la espera un Jacob que se veía relajado en apariencia, pero la verdad es que de eso nada, me miraba con ira contenida y a Bella no la miro mucho mejor que a mi, temí por lo que pudiera hacerle.

- Jake cariño, lo siento tanto se me fue el tiempo en una asesoría lo siento tanto, llevas mucho tiempo esperado? – le pregunto Bella acercándose a el, depositando un casto beso en sus labios y a mi se me revolvió el estomago y peor fue con la tomo con brusquedad y profundizo el beso como marcando su territorio.

- No te preocupes, se que tienes trabajo, pero si me hubiera gustado que me avisaras para pasar por ti mas tarde y no sentirte presionada – le dijo en un tono falsamente dulce.

Yo discretamente me aleje, yendo a mi vehículo que no estaba muy lejos de ahí y fui hasta mi casa, ya que afortunadamente vivíamos cerca de la universidad y no tuve la necesidad de dejar a mi familia con quien tan a gusto me sentía.

Me dedique a hacer mi ensayo y estudiar un poco para los exámenes que se acercaban, no es que fuera de esos chicos que se la pasan metidos en los libros, pero realmente me gustaba lo que estudiaba y tenia que ponerme al día con la clase que había perdido, necesitaba mantener mi promedio para no perder mi beca, no es que la necesitara, mis padres podrían pagarla sin dificultad, pero quería ser yo quien la pagara como un merito personal.

Dormí profundamente y agradecido porque era el único lugar en el que Bella y yo estábamos juntos sin importarnos nada, donde me decía que correspondía a mi amor y emprendíamos una vida juntos, pero como todo lo bueno tiene que acabar, el día llego y así un día más de clases.

Me encantaba porque además de que teníamos practica de Cirugía neurológica y realmente me planteaba la idea de hacer una especialidad en neurocirugía, me llamaba mucho la atención, después de un par de horas dentro de los quirófanos de la facultad salimos y me tenia que dirigir a mi tan anhelada clase de Literatura que tenia tres veces a la semana y hoy era el ultimo día de la semana así que tenia que sacarle todo el provecho posible para estar cerca de ella.

Entre emocionado como todo adolescente brincando en mi sitio por verla llegar, pero cuando llego se veía triste y evitaba las miradas de todos, saludo secamente y se acomodo en su silla, pidió los trabajos y dijo que adelantaríamos tiempo de lectura con Macbeth ya que estábamos estudiando a Shakespeare, yo estaba muy extrañado, porque además se veía muy maquillada cuando ella normalmente venia al natural, su piel era hermosa y se veía suave no necesitaba cosméticos, de repente hizo un movimiento de su cabeza haciendo que la luz incidiera directamente en su pómulo izquierdo y casi me ahogo cuando vi la mancha violeta que cubría su pómulo y que estaba oculta bajo el maquillaje.

Era apenas visible pero tenia buena visión sin duda, la ira se apodero de mi, que se creía ese maldito bastardo por haberla maltratado de esa manera y el alma se me fue a los pies cuando hizo una mueca de dolor que trato de disimular, ella no se merecía sufrir de esta manera, ella como toda mujer merecía ser amada y respetada, no ultrajada de esa manera.

Cuando la clase por fin llego a su fin la vi suspirar de alivio y tomar rápidamente sus cosas, pero la detuve antes de que las cogiera.

- Espera Bella – la tome del brazo con delicadeza y ella me miro de repente asustada, ese infeliz me las iba a pagar.

- No Edward tengo prisa, suéltame por favor – me suplico con voz débil, y no podía verla así.

- Solo un momento, dime que te paso, te golpeo? – le pregunte esperando confirmar mis miedos, mientras le acariciaba su rostro llevando conmigo un poco de maquillaje.

- No, me caí con esos altísimos tacones que traía ayer, perdí el equilibrio golpeándome en una de las esquinas de la casa y por suerte Jake me detuvo antes de que me estrellara con el suelo – me dijo tratando de sonar convincente, pero a mi no me engañaba.

- Por favor Bella, no permitas que te haga esto eres una mujer que merece ser amada no golpeada no lo permitas, puedes contar conmigo no lo dudes, que no estas sola – le dije abrazándola mientras lagrimas corrían por sus mejillas y se escondía en mi pecho, la sentía tan frágil y rota, pero desgraciadamente si no me decía nada no la podía ayudar.

- Isabella! – gritaron a espaldas nuestras, ella de inmediato se puso rígida y trato de separe de mi pero no la deje, tenia que protegerla de ese malnacido que tenia por marido – y todavía así niegas ser una zorra, que si llego un poco mas tarde te encontraría con el entre tus piernas – dijo Jacob acercándose a Bella y arrebatándomela de los brazos – tu maldito mocoso, deja de estar seduciendo a MI ESPOSA – me dijo con odio.

Yo no me iba a quedar ahí nada más parado viendo como se la llevaba, pero Bella me miraba suplicante y con sus labios solo me dijo "déjalo por favor" y lloraba silenciosamente.

- Cobarde, poco hombre – le dije conteniéndome para no armar un espectáculo ahí, de repente se volteo y me golpeo de lleno en la cara, rompiéndome el labio y tirándome al suelo.

- Ya te dije que dejes de meterte en lo que no te importa – me dijo saliendo con Bella que la llevaba del brazo.

Me sentí impotente no podía hacer nada por ayudarla, tenia que hacer algo pero no sabia que, no podía ir tras el por miedo a que le hiciera algo a ella antes de que la pudiera ponerla a salvo, solo me quedaba ir a pedir consejo a mis padres y que me ayudaran a darle solución.


Hola, espero que les haya gustado, la próximasemana o este mismo fin de semana subiré el segundo y ultimo capitulo. Saben que me gustaría conocer sus opiniones mediante sus rr.

Nos leemos en la proxima.

Besos Ana Lau