Los personajes de Bleach pertenecen a Tite Kubo. Los personajes de Naruto pertenecen a Masashi Kishimoto.

Advertencias: AU y contiene OoC . Uso el nombre de varios pilotos reales.

¡Más de un año sin actualizar!, de verdad no tengo justificación. Espero que alguien siga leyendo esto.


EL SECRETO DE LOS KUCHIKI

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Capítulo 20.- Problemas.

El miércoles por la tarde, mientras regresaban de clases, Uryu se sentía un tanto incómodo. Todo había estado bien hasta que Chad, Orihime, Keigo y Mizuiro tomaron rumbos diferentes, porque ahora creía que hacia mal tercio.

Él caminaba en medio de las parejas formadas por Rukia e Ichigo y Yoruichi y Byakuya, y aunque ninguna se mostraba con gestos melosos, ya que ni siquiera se tomaban de las manos, y lo hacían participe de la conversación, sentía que debía darles su espacio.

Y si no lo había hecho era porque quería hablar de algo importante con ellos.

—Byakuya, este domingo tienes carrera ¿no? —preguntó Ichigo y Uryu sonrió discretamente por no tener que ser él quién abordara el tema. Esperaba que esta vez si pudiera acompañarlos, pues ver la competencia de tan cerca y conocer a sus pilotos favoritos era una fantástica experiencia.

—Sí. Será en Qatar.—respondió Byakuya.

—Ese circuito se te dificultó la última vez. —recordó Ichigo. El año anterior Byakuya apenas y alcanzó el quinto lugar tras un reñido encuentro con un piloto alemán.

—Sí, pero esta vez confío en mi moto y mis técnicos. —respondió. —aunque…tengo que irme desde mañana temprano para poder reconocer el circuito. —mencionó viendo a Yoruichi con un gesto de disculpa, pues habían quedado de ir al día siguiente al cine.

Como respuesta Yoruichi sonrió con condescendencia. Entendía que él tenía obligaciones muy marcadas, además tendría tiempo para estudiar para los exámenes que se aproximaban.

—¿Pero faltar dos días más no te traerá problemas con los profesores? —preguntó alarmado Ishida, pues algunos de ellos ya habían externado sus quejas a Rukia en plena clase y suponía que las mismas se aplicaban a Byakuya.

—No puedo decir que eso no me preocupa. —mencionó Byakuya, pues una de sus metas había sido mantener un expediente intachable, y además de sus inasistencias sus calificaciones no eran las esperadas. —pero en este momento mi prioridad son las competencias. —se sinceró.

No podía describir el sentimiento que tenía al estar sobre la moto, le apasionaba la velocidad y disfrutaba las carreras.

—¿Y por qué siguen estudiando? —preguntó Uryu. Seguía a varios pilotos en twitter y Facebook y pudo darse cuenta de la complicada vida que llevaban. Todavía no se explicaba cómo no se habían enfermado.

—No queremos dejar la escuela para no causarles una decepción a nuestros padres. —Rukia se anticipó a responder. —La familia espera mucho de nosotros.

Un suspiro pesado por parte de la morena del grupo, desvió las miradas hacia ella.

—No deberían restarle méritos a sus papás. —comenzó a hablar en tono serio. —estoy segura que ellos los apoyarán, se ve que son comprensivos. Y se los repito, lo que ellos esperan es verlos felices. —mencionó. Al menos esa es la idea que concluyó el día que los conoció. —Entre más tarden en hablar con ellos más se arriesgan a que se enteren por otro medio, y entonces sí será más difícil arreglar su situación.

—Quizá tengas razón. —fue la escueta respuesta de Byakuya.

Yoruichi no insistió más, sólo quería dar su opinión, ellos eran los que tenían que tomar la decisión, al fin de cuentas quien conocería mejor a los señores Kuchiki que sus propios hijos.

Esa situación le recordó la suya, así que su ánimo decayó y su mirada se dirigió al suelo.

El Kuchiki mayor sólo apretó por breves momentos la mano de su novia en señal de apoyo. Intentaba entender lo que estaba sintiendo.

Siguieron su camino en silencio, hasta que llegaron a la esquina de su cuadra.

Para todos fue una sorpresa encontrarse con un carro negro lujoso estacionado frente a la casa de los Kuchiki. El secreto que mantenían hacia que Rukia y Byakuya se preocuparan cada vez que veían a sus padres, por la posibilidad de haber sido descubiertos.

—Espero no sean problemas. —susurró Rukia temerosa.

—Quieren ver a Yoruichi e Ichigo. —mencionó Byakuya leyendo el mensaje que le acababa de llegar.

Yoruichi e Ichigo experimentaron cierto nerviosismo por encontrarse con ellos, porque oficialmente ahora si eran pareja de sus hijos.

Uryu se despidió de las parejas un tanto decepcionado porque seguía sin saber si lo llevarían a ver las carreras o no.

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Los chicos recibieron una cálida bienvenida de Hana y Sojun, aunque Ichigo se mostró nervioso cada vez que el hombre de negocios volteaba a verlo fijamente, porque no podía identificar lo que estaba pensando.

En la sala hablaron un poco de la escuela, de los negocios, del trabajo de Yoruichi. Byakuya y Rukia en dos ocasiones se tensaron, pues sus padres los cuestionaron sobre si no había algo nuevo que quisieran compartir con ellos.

Por un momento cruzó por su mente que sus padres estaban al tanto de todo, pero lo descartaron sabiendo que su tío, la única persona que podría delatarlos, no lo haría, si no por ellos, por él mismo, pues su madre no le perdonaría el que los solapara con las carreras.

En esos momentos tanto Ichigo como Yoruichi habían cruzado miradas con ellos, pero sus deseos de que fueran sinceros con sus padres fueron ignorados.

—Bueno, nosotros si tenemos algo que decirles. —mencionó Hana emocionada y palmeó la mano de su esposo, sentado junto a ella, alentándolo a continuar.

—Como sabrán hemos estado buscando la forma de extender nuestros servicios a la gente que tiene menos recursos. —señaló Sojun. Sus hijos asintieron. Recordaron todas las veces que su padre expresó el deseo de brindar servicio médico de calidad a las familias que no podían costearlo.

—¿Ya van a poder crear la fundación? —preguntó asombrada Rukia. La familia Kuchiki tenía en puerta el proyecto de crear un hospital en una zona marginada de la ciudad, al igual que una fundación que se encargara de ayudar con tratamientos a niños con cáncer.

—Sí, hay una empresa que quiere aliarse con nosotros e invertir en nuestros proyectos. —respondió su padre. —sin embargo hay un pequeño inconveniente. Para celebrar dicha unión daremos una recepción en nuestra casa.

—No veo donde está el problema. —comentó Byakuya. Una fiesta nunca fue un inconveniente para su madre, quien adoraba planearlas.

Ichigo y Yoruichi sólo se limitaban a escuchar, pues no se consideraban aptos para opinar.

—Bueno, verás…—Sojun hizo una pausa no sabiendo como continuar. Se frotó las manos para liberar el nerviosismo.

Hana bufó desesperada.

—El problema es que con quien haremos la fusión es la familia Hikifune. —su revelación logró sorprender a los hermanos de cabello negro. Yoruichi observó cómo su novio perdió el semblante tranquilo. —Y ellos comentaron sobre la posibilidad de unir a las familias a través de un matrimonio también.

—¡Qué! —exclamaron Rukia, Yoruichi e Ichigo.

—Pero no se alarmen, por supuesto que desde el principio manifestamos nuestro rechazo a esa idea. —Tranquilizó el hombre mayor que mantenía mucho parecido con sus hijos. —no estamos a favor de los matrimonios arreglados. Y de ninguna manera Hana permitiría que su adorado hijo se casara con la heredera de la familia.

Primero se cortaba una mano antes de permitir que la mujer que lo traicionó entrara a su familia.

—Ya veo porque la preocupación. —intervino Rukia. Sus padres estaban intranquilos por la reacción de su hermano, ya que gracias a esa unión entre empresas Byakuya y Kirio se encontrarían en varias reuniones.

—Les puedo asegurar que todo ya está superado. —mencionó el chico de cabello negro con tranquilidad. —me alegra que por fin puedan realizar su sueño, así que los apoyaré en lo que pueda.

Hana y Sojun se alegraron al escuchar a su hijo, externándolo con una gran sonrisa.

—Umm…¿pueden ir nuestros amigos a la fiesta? —preguntó Rukia un tanto avergonzada.

—Claro que Yoruichi e Ichigo están invitados cariño. —respondió Hana.

—No me refería a ellos. —respondió su hija para su sorpresa.

—¿No hablarás de Ishida y los demás? —preguntó Byakuya. —Él y Chad son tolerables, pero los otros tres son una molestia. —señaló recordando las veces que se reían a sus costillas.

—Pueden llegar a ser raros pero nos han ayudado. —replicó Rukia.

Hana y Sojun intercambiaron miradas de extrañeza pero enseguida rieron alegres. No habían escuchado a sus hijos hablar de amigos.

—Todos ellos serán bienvenidos en la casa las veces que quieran. —comentó con alegría el jefe de familia. —quiero conocer a los que pueden sacar a mi hijo de su estoicismo.

Todos empezaron a reír excepto Byakuya.

—Muy bien, prepararé una rica comida para celebrar. —mencionó Hana. —por supuesto que ustedes se quedarán. —se dirigió a Yoruichi e Ichigo quienes asintieron sintiéndose un poco cohibidos.

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Sojun le pidió a Ichigo hablar a solas, así que se dirigieron hacia el piso de arriba, entraron a una pequeña habitación que fungía como un estudio.

Ichigo se sentía nervioso, la primera vez que lo conoció le pareció un hombre sensato, amable y alegre, pero ahora Sojun estaba serio. Le pareció eterno el silencio que los envolvió mientras el hombre mayor se acercó a una ventana para correr las cortinas y permitir la entrada de luz.

—No tuve la oportunidad de hablar contigo antes. —dijo Sojun permaneciendo de pie, recargado en una pared. —Cuando nacieron cada uno de mis hijos, me sentí el hombre más afortunado del mundo. Al verlos me llené de alegría, pero también de miedo, no sabía si sería buen padre, si ellos serían felices, si podría guiarlos para ser grandes personas. —sus ojos reflejaban nostalgia. Ichigo lo escuchaba en silencio. —¿ y que te puedo decir de mis miedos con Rukia en especial? No creas que soy de esos padres que pretenden no entregar a su hija a un hombre. Pero no quiero entregársela a cualquiera.

Ichigo se acercó a él esquivando una silla con libros amontonados. Estaba dispuesto a asegurarle a Sojun que él no era cualquiera, que podía confiar en él.

—Sé que no soy de su misma posición social, pero puedo asegurarle que quiero a Rukia con sinceridad, y que haré lo que esté en mis manos para hacerla feliz.

—Lo sé. —sonrió el hombre de cabello negro. Su declaración sorprendió a Ichigo. —De lo contrario no estarías ahora aquí. —ok, eso le daba un poco de nervios. —Desde que ustedes llegaron a la vida de mis hijos, he visto un cambio positivo en ellos, es por eso que estoy bien con su relación.

El joven de cabello naranja se sintió alegre, sabiéndose aceptado por la familia Kuchiki.

Después intercambiaron varios comentarios más, terminando con la promesa de que Ichigo no defraudaría la confianza que el padre de Rukia le estaba brindando.

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Mientras tanto Byakuya y su mamá conversaban en la cocina. Ella agregaba unas zanahorias picadas a una olla sobre la estufa.

—¿Qué tienes? —preguntó el hijo parado a un costado. — Creo que te has quedado con ganas de decirme algo.

Por eso decidió dejar a Yoruichi un momento a solas en la sala y reunirse con su mamá.

—Pues sí. —confesó ella terminando de tirar toda la verdura dentro de la olla. Dejó el cuchillo y la taba de picar en una de las hornillas apagadas de la estufa y se giró hacía su hijo. —la verdad es que me molesta que la veas de nuevo, esa mujer nunca me cayó bien y tengo miedo que te enrede de nuevo. —mencionó refiriéndose a Kirio.

—No tienes que preocuparte, no regresaría con ella.

—Pero sigues guardando el collar que una vez le compraste. —Se arrepintió de decirlo, pues le dejaría ver a su hijo que era una entrometida que esculcaba entre sus cosas.

—De haber revisado está mañana que llegaste, te habrías dado cuenta que ya no está. —mencionó Byakuya en tono de reproche fingido. —Me deshice de él.

No sabía porque lo conservó durante tanto tiempo, quizá como un recordatorio que no debía confiar en nadie, quizá para recordarse que mantenerse alejado de las personas era la única forma de no lastimar ni salir lastimado, quizá porque en el fondo albergaba sentimientos por Kirio. Pero ahora podía decir que su pasado había quedado atrás y que no había necesidad de conservarlo, ahora gracias a Yoruichi tenía una nueva visión, era feliz.

Pero eso no se lo diría a su mamá, era una conclusión a la que tenía que llegar sola. Y pareció entenderlo porque Hana le sonrió y regresó a su labor de cocinar.

—Te tengo que pedir dos favores. —mencionó Byakuya pasándole la pimienta y la sal. —el primero es que me investigues sobre un profesor.

—Claro, mándame los datos y mi secretario se hará cargo de ello. —mencionó Hana. —¿y cuál es el otro favor?

—Quiero la pulsera de la abuela.

Yoruichi estaba en la sala, a decir verdad aburrida por estar sola, así que observaba las cosas sobre la mesita de centro, cuando escuchó el grito de Hana.

Corrió a la cocina pensando que un accidente ocurrió, pero se extrañó al verla abrazar a Byakuya con mucha energía. Los botes de condimentos estaban tirados en el suelo.

Preguntó que pasaba pero ninguno dijo nada.

La comida trascurrió amena y aunque tuvieron la oportunidad de ser sinceros, ni Rukia ni Byakuya dijeron algo sobre su secreto.

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El jueves por la tarde Byakuya se encontraba en el box de su equipo en el autódromo de Qatar esperando a que diera inicio la sesión de entrenamiento libre. Únicamente estaban él y Urahara por lo que se permitió no usar casco.

—Oye chico, ¿y estás bien con verla de nuevo? —preguntó Urahara a su costado mientras limpiaba el casco que se pondría su sobrino.

—Te repito lo que le contesté a mi madre cuando me hizo la misma pregunta. —respondió serio sabiendo que se refería a Kirio, su ex novia. —El verla de nuevo es algo que me tiene sin cuidado.

Desde que se dio cuenta de sus sentimientos por Yoruichi, el recuerdo de Kirio había desaparecido y con él el dolor o resentimiento que sentía.

—Quería una explicación más larga pero tendré que conformarme. —dijo resignado el rubio.

En el lugar resonaron unos pasos, lo que los hizo mirar a la entrada del box.

Caminando hacia ellos iba Jugram ya con su traje de piloto puesto.

—No me miren así, que a mí tampoco me agrada estar aquí. —señaló el rubio de cabello largo tras sus miradas de recelo.

—¿Qué quieres? —preguntó Byakuya poniéndose de pie. Luego caminó hasta encontrarse de frente con su rival deportivo.

—("Esta atmósfera se pone cada vez más tensa") —pensó Urahara.

—Sólo vine advertirte que mi padre tiene pensado hablar con el CEO de Dorna y otros directivos. —mencionó sorprendiendo a sus interlocutores. —Y tratándose de él nada bueno se puede esperar.

—No creo que deba preocuparme. —mencionó Byakuya manteniendo la calma.

—¡No tomes esto tan a la ligera! —intervino Urahara. —haz rechazado a Yhwach muchas veces y se quiere cobrar la ofensa. Él tiene muchos contactos y no dudes que puede ponerte en dificultades.

Jugram asintió.

—Gracias. —dijo Byakuya. Ese hombre no le caía bien pero reconocía que lo estaba ayudando.

—Oh, no lo hago por ti. Me gusta ganar limpiamente. —sonrió Jugram. —es por eso que te digo que haré hasta lo imposible por conquistar a Yoruichi y para quedarme con el campeonato este año. —mencionó rebozando confianza.

Fue el momento de que Byakuya sonriera arrogantemente.

—Será un patético intento de tu parte. —respondió Byakuya. —No pienso dejarte a Yoruichi. —declaró.

De nuevo se miraron fijamente.

—Chicos, ya van a empezar los entrenamientos. —Urahara se colocó entre ellos. —Gracias de todos modos Jugram, me alegra ver que no eres como tu padre.

El de cabello largo desvió la vista hasta el hombre mayor y asintió, luego sin decir nada salió del box para dirigirse al suyo.

Urahara decidió no tomar a la ligera la información reciente, así que mientras Byakuya corría en la pista hizo varias llamadas.

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El domingo por la mañana el box del equipo Shinigami estaba más ruidoso que de costumbre. Ichigo e Ishida, al que finalmente habían llevado a una competencia, estaban en modo fanboy y no dejaban de hacer preguntas a todos los miembros del staff, incluido a Renji, quien ya había firmado varios posters y revistas.

—¿Y dónde estará Kuchiki? —se preguntó Ichigo con una libreta en mano y mirando hacia los lados. — Quizá tenga buena suerte y hoy si me dé su autógrafo. —sonrió esperanzado.

Ese autógrafo sería el más valioso de su colección, ya se imaginaba enmarcándolo y colocándolo sobre lacabecera de su cama.

—Él y mi tío no están, dijeron que tenían algo que hacer antes de la competencia. —mencionó Rukia sentada en una silla en una de las esquinas, junto a Yoruichi. Reprimió la risa al ver la cara de decepción de su novio. Se preguntó si era consciente de lo que sus acciones podrían dar a pensar.

Yoruichi miró al reloj de pared mientras Ichigo y Uryu acosaban a un ingeniero para que les dijera como construían el motor de las motos.

—Falta media hora para que empiece Moto3. —su voz sonaba preocupada. Además Byakuya se veía más serio de lo habitual cuando se despidió de ella esa mañana.

—Descuida, mi hermano no se perdería una carrera. Estará aquí a tiempo. —la reconfortó Rukia.

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Byakuya enfundado en su mono característico en color verde con franjas negras caminaba acompañado de Urahara por las oficinas del autódromo, ellas se destinaban en esa ocasión a albergar a los directivos de MotoGp.

Gracias a la oportuna intervención de Jugram, Urahara hizo averiguaciones, enterándose que esa mañana miembros importantes de la junta directiva de Dorna se reunirían con Ywach. Decidieron presentarse sin invitación.

—Recuerda actuar con calma. —comentó Urahara cuando entraron a la sala de espera, frente a ellos había una gran puerta de madera y junto a ella el escritorio de la secretaria. —no queremos que te veas afectado más de la cuenta.

Byakuya no dijo nada y siguió caminando hasta llegar a la puerta, la cual abrió a pesar de las peticiones de la secretaria.

—Está bien Hinamori, puedes retirarte. Yo me encargaré. —pidió el CEO de Dorna tras su escritorio. Era un hombre alto, apuesto, de cabello y ojos marrones.

Había otros tres hombres más en la habitación además de él y Yhwach.

—No quisimos interrumpir así, pero creemos que esto también nos concierne. —habló Urahara.

—De hecho así es. —mencionó Aizen, el hombre tras el escritorio. —Pero Byakuya, no hay necesidad de usar el casco aquí, todos ya conocemos tu identidad. —sonrió y Byakuya se quitó el casco. —El motivo de la reunión creo que ya la sabes, así que no le demos más largas, tienes una carrera que jugar.

Enseguida Yhwach volvió a externar los motivos por los que no debía seguir ocultando su identidad, dos más lo apoyaron. Sólo Ukitake, el directivo del equipo Shinigami, lo apoyó.

Byakuya y Urahara también defendieron su postura.

—Tras haberlos escuchado, he tomado una decisión. —dijo Aizen. —Byakuya, lo siento, pero deberás revelar tu identidad. Es nuestro deber garantizar que las competencias sean trasparentes. Esto también lo aplicaré en las otras categorías de motociclismo.

Byakuya pensó en Sakura, y como se vería afectada también, todo gracias al ego roto de Yhwach.

—Reconsidérelo por favor. —pidió Urahara.

—No es necesario tío. —intervino Byakuya. No quería darles el gusto de verlos rogar. Estaba sumamente molesto, pero su semblante permanecía sereno. Sabía que tarde o temprano este día llegaría, gozó de ese privilegio durante mucho tiempo, lo que le molestaba era la forma en la que se daba.

—En unas semanas daré una fiesta de aniversario, podría ser buena publicidad que el piloto misterioso revele su identidad. —mencionó Yhwach, sintiéndose triunfador. Sería muy buena publicidad para él y sería un golpe muy duro para Byakuya, eso le demostraría que no debió humillarlo al rechazar su propuesta de trabajo.

—Me parece buena idea. —Aceptó Aizen.

—Bien. —dijo de forma escueta el chico de cabello negro y salió de la oficina. Ya no le quedaba más remedio que darse a conocer si quería seguir en las competencias, pero no le daría a Yhwach otro motivo de burla. Lo haría bajo sus condiciones.

Urahara se despidió de los directivos y salió tras él.

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Qatar era uno de los circuitos favoritos de los pilotos, con una longitud de 5, 380 metros, con 16 curvas, 6 a la izquierda y diez a la derecha, y con una anchura máxima de 12 metros.

Con capacidad de 3000 espectadores sentados, los cuales ya estaban ansiosos de que la categoría reina diera inicio. Moto2 y Moto3 les permitieron ver unas muy buenas carreras, pero la emoción no era comparable con la que MotoGp trasmitía.

Las gradas estaban pintadas de distintos colores, desde el verde con negro de Kuchiki, hasta el amarrillo de Rossi, uno de los favoritos.

Los comentaristas de distintos países ya estaban en sus palcos, listos para narrar la competencia. Igualmente los pilotos ya estaban acomodados en la parrilla, esperando la vuelta de formación.

Byakuya estaba en la segunda línea primer puesto, pues ocupó el cuarto lugar de clasificación. Y a diferencia de otras veces, no estaba realmente concentrado.

El semáforo se puso en verde y los pilotos arrancaron.

Hoy Kuchiki está distraído. —mencionó el comentarista Masabi, pues dos pilotos lograron pasarlo. —Esperemos que no esté así durante la carrera.

Desde el box, Urahara observaba atentamente la gran pantalla.

—("Muchacho, deja de pensar en otras cosas"). —Sabía que su sobrino estaba afectado por la decisión de Aizen.

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Los pilotos de nuevo se colocaron en la parrilla y unos segundos después el semáforo verde dio paso a la carrera.

Miller enseguida se abrió paso, adelantándose por siete milésimas a Renji. Detrás de Renji se colocó Byakuya, quien pasó a Llorens y Lorenzo.

Jugram iba en séptima posición y Rossi muy pegado ocupaba la octava. Los demás competidores se quedaron rezagados un par de metros.

Apenas en la segunda curva Llorens adelantó a Byakuya por dentro, pero al intentar pasar a Renji, las motos se tocaron por el costado y por efecto de la velocidad, ambos salieron de la pista. Esto benefició a Byakuya pues se colocó segundo, detrás de Miller.

Llorens pudo regresar a la pista aunque perdió lugares, pero Renji tuvo que abandonar la carrera ya que la moto quedó destrozada.

Ahora se habían formado tres bloques, al frente Miller y Byakuya competían por el primer lugar, en medio Lorenzo, Jugram, Rossi y Llorens competían por ser el más rápido, y el resto de los pilotos conformaban el último bloque.

Creo que el primer y segundo puesto están asegurados y ahora es una competencia por el tercer lugar. —mencionó otro narrador.

No hay que dar nada por hecho en la Gp. —rebatió Masabi. —Mira.

En ese momento Lorenzo ya se había adelantado y estaba al lado de Kuchiki, peleando por un segundo puesto, sin embargo al llegar a lo recto Byakuya fue más rápido pasándolo sin problemas y acercándose peligrosamente a Miller.

¡Kuchiki es primero! —exclamó sorprendido Masabi. Logró pasar a Miller en la recta.

Atrás Zarco, un piloto debutante en la categoría, ya se había separado del último bloque y entraba a la competencia por los primeros lugares.

En la cuarta vuelta Kuchiki seguía líder, Miller segundo con Lorenzo, Jugram, Llorens y Zarco detrás.

Sin embargo en una mala maniobra Byakuya dejó espacio y Miller lo rebasó.

En la quinta vuelta Lorenzo se colocó a su lado para intentar rebasarlo, Byakuya no pudo controlar la moto y tocó la de Lorenzo, haciéndolo volcarse. Los de atrás tuvieron que actuar rápido para esquivarlo.

A partir de ese momento Kuchiki perdió aún más la concentración.

¡Oh, Kuchiki anda con las revoluciones muy altas! —comentó Rins, el otro comentarista. —Y eso trajo consecuencias. —mencionó.

En ese instante a través de la pizarra le indicaron a Byakuya que debía ceder un puesto como sanción por haber tirado a Lorenzo. Así que se abrió a un costado para que Jugram ocupara el segundo puesto.

Ese resultado le sería favorable de todas maneras, pues estaba adelante en puntos a nivel global, pero las emociones lo estaban nublando y quería el primer puesto.

La competencia estaba generando polémica en los distintos comentaristas y público, presencial y televidente. Estaban aquellos que se manifestaban en contra de Kuchiki y pedían una sanción mayor y aquellos que lo apoyaban diciendo que ese era el riesgo de un deporte como el motociclismo.

Hubo quienes llegaron a abuchear a Kuchiki cuando pasó frente a sus gradas.

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—¡Animales, bestias! —expresó Ichigo indignado por el trato injustificado que le estaban dando a su ídolo. Si pudiera ya estaría partiéndole el rostro a cada uno de ellos.

Ishida y Rukia trataban de calmarlo.

—Siento que Byakuya está precipitándose mucho. —le comentó Yoruichi a Urahara, pues él acababa de intentar un adelantamiento muy riesgoso.

—Es verdad que no actúa como normalmente lo hace, está tomando riesgos innecesarios, pero confiemos en él. —le respondió el rubio.

Pero aquello no era suficiente para aliviar la preocupación de Yoruichi.

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En la vuelta diez Byakuya marcó una vuelta rápida pero había perdido posiciones. La lucha por el podio estaba entre Miller, Lorenzo y Jugram. Zarco ocupaba el cuarto lugar y Kuchiki el quinto.

La carrera era intensa, no estaba nada seguro, pues los puestos cambiaban de dueño rápidamente.

Lorenzo intentó pasar a Miller tres veces sin éxito. Byakuya se acercó por la derecha a Zarco en una vuelta, pero tuvo que abrirse para salir de la pista.

En la vuelta once por fin Lorenzo logró pasar a Miller.

En la vuelta doce Byakuya se acercaba peligrosamente a Zarco, pero fue hasta la vuelta trece que al rebasarlo con velocidad, se lo llevó de frente, sacándolo de la pista.

Él también terminó fuera, pero regresó a la competencia en la octava posición, Zarco lo hizo en la quince.

Otra acción peligrosa por parte de Kuchiki. —mencionó Masabi. —No sólo a él le costó el podio, sino que ya dos pilotos sufren las consecuencias sin deberla.

Sí, no habíamos visto a un Kuchiki tan desconcentrado. Hay que esperar ahora que sanción le impondrán.

En el box del equipo Shinigami estaban muy preocupados y desanimados. Uno de sus integrantes, Renji, no haría puntos, y ahora su competidor estrella estaba piloteando de una forma muy deficiente.

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Para la vuelta quince hubo cambio de líder, Jugram supo aprovechar las oportunidades y se coló al primer puesto, Lorenzo y Llorens ocupaban por el momento los otros puestos del podio, con Dovisioso pisándoles los talones.

Byakuya seguía en octavo y a la espera de su sanción. En la vuelta diecisiete marcó una nueva vuelta rápida y en otra jugada riesgosa se adelantó a Folger. Pero no se conformaría con el séptimo, su objetivo era el podio.

En la vuelta veinte Byakuya ya estaba en quinto lugar. Al frente Jugram y Lorenzo tenían una muy reñida lucha por el primer puesto. Ambos daban su máximo esfuerzo, pues sabían que 25 puntos estaban en juego.

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Ya era la vuelta veinticuatro, la última, y los chicos estaban con el corazón en la mano viendo desde el box.

—No te arriesgues. —comentaba Ishida mientras veía como Byakuya intentaba posicionarse sobre Dovisioso. Tenía temor que por ser tan arriesgado cayera de la moto.

Y aunque Byakuya lo intentó varias veces, no pudo mejorar su posición, cruzó la línea de meta en quinto lugar.

—No estén tan felices. —interrumpió Urahara las ovaciones de Yoruichi, Ichigo e Ishida.

—Falta que apliquen la sanción. —dijo Rukia con seriedad. —si lo dejaron terminar la carrera sin ceder puestos significa que la sanción será con tiempo añadido.

Los demás borraron la sonrisa de su rostro.

¡Han sancionado con 30 segundos a Kuchiki! —exclamó un comentarista.

Entonces si no me equivoco Kuchiki quedó en la posición 18, así que no tiene puntuación. —informó.

Es una pena pero hoy no ha jugado bien.

En el box Shinigami se formó el silencio, el ambiente era de derrota. Fue un mal día para el equipo.

Cuando llegó el piloto al box, Renji fue el primero en recibirlo con un apretón en el hombro.

—Este no es el fin. —le dijo y Byakuya sólo asintió.

Siguió caminando y su equipo le daba muestras de ánimo, pero no se detuvo. No estaba de humor para atenderlos.

Sus amigos y tíos lo miraron de lejos, pero Yoruichi se acercó a él. No le gustaba verlo así.

—Byakuya…

—Ahora no. —le dijo de forma cortante y entró al cambiador.

—Disculpa a mi hermano. —se acercó enseguida Rukia. —No había cometido tantos errores en una carrera.

Yoruichi asintió fingiendo una sonrisa. Pero se sentía mal, ella era su novia después de todo, al menos pensaba que se refugiaría en ella en una situación así.

Decidió salir a caminar para despejar su mente en lo que los demás terminaban de recoger sus cosas.

Minutos después vio a Byakuya atravesar el área de boxes y por impulso lo siguió. Se quedó a metros de distancia cuando él se acercó a una chica de cabello rosa.

Y una punzada de celos apareció. Prefirió recurrir a Sakura.

La piloto de moto2 se dio cuenta de su presencia y se lo indicó a Byakuya, quien empezó a caminar hacia Yoruichi, pero ella se dio la vuelta para alejarse.

Ahora era Yoruichi quien no quería hablar con él.


Dorna Sports: Empresa organizadora del mundial de motociclismo y que posee los derechos de explotación comercial.


Muchas gracias por sus comentarios, favoritos o alertas, aunque no los merezca.

Espero que les haya gustado este capítulo. Ya nos acercamos al final.

Saludos.