LA SANGRE AZUL

PARA Menma - CON

CAPÍTULO 1: EL COMIENZO

Son las 10:30 pm, estoy sentada de frente a mi cama, escuchando algo de S.O.A.D. - Toxicity, para relajarme. No era para menos, acabo de pelearme una vez mas con Tanaka. Maldito ganster! ¿quien se cree ese monigote para hablarme asi despues de todo el trabajo sucio que he hecho para el, eh? Solo porque es el jefe cree que tiene el derecho de reprocharme, y todo fué por volar el edificio de la aduana portuaria.

Bah! Ya de por si haber eliminado a los guardias que cuidaban la entrada era una menuda hazaña, y pensar que tenia que matar al resto de los matones de ese tal Masashi Kaguya, subir los 10 pisos del edificio con tanta seguridad (risa ironica), digna de un politico de renombre. Igual, la satisfacción que me produjo el superar tal escaramuza, elevo mi ego hasta su punto más alto. Solo eso pudo ser mas fuerte dentro de mi en ese momento, que la ira que me embargó las palabras tan malagrecidas y tan desconsideradas del bastardo de Kankuro. Maldito! ¿Como que sacara su computadora, extrajera todo el dinero de sus cuentas de banco y le llevara esa información? ¿Como iba a hacer eso? ¿Con que tiempo podria haberlo hecho? ¿Y en las circunstancias que me encontraba? ¡Pero que desgraciado! ¡Soy una asesina no una maldita hacker de computadora!. Y aunque lo hubiera hecho me hubiera tomado tiempo, y estaba rodeada bajo el fuego de esas automaticas calibe 38 que tenian esos guardias. Después salí para la oficina del tal Kaguya, que me esperaba con una 9 mm. despues de que vole su puerta de acero reforzado de 60 cms. de grosor con un lanzagradas con explosivo C4 en la punta, usar una granada de humo, mientras entraba por la pequeña abertura que se hizo en la puerta, matando a sus escoltas hasta acercarme a el, cayendo encima suyo, con una daga poniendola en toda la yugular.

Desde Senor Tanaka Kankuro Saludos de le envidia, Masashi Kaguya-

¿Quien rayos eres tu?- respondió muy estuprefacto por como barrí con su pequeño ejercito de matones.

Eso no importa, señor Kaguya. -respondí- Yo soy lo que usted quiera. Puedo ser su complice (lo decia mientras deslizaba sutilmente el cuchillo por su garganta sin perder de tiro la yugular), su aliada, su amiga, su amante (lo dije muy cerca a su oido con tono muy erotico); y en esta ocasión (hablando con voz más callada, casi a un susurro). Seré su ASESINA!

Por como se sobresaltaron sus ojos, note que habia conseguido buscar con su mano derecha un arma que tenia en la parte trasera de su silla. Y despues de eso, se oyó un disparo. El silencio macabro que surgia de la escena contrastaria luego con una tanda de refuerzos de sus matones, esta vez con artilleria mas pesada; y mientras yo, estaba bañada en aquella sustancia carmesí que emanaba de su cuello, empapando mi rostro y bajando por todo el cuerpo. No pude evitar sentir un instantaneo lapsus de extasis en ese momento, la sensación de haber manchado mis manos una vez más con la sangre de otra persona, ¡no tenia precio! Casi sentia que aquello llenaba todo mi ser. Algo que me producia en aquel momento un sin fin de emociones cargadas de mucha adrenalina y excesiva satisfacción, pero que al cabo de un par de horas despues, solo me traerian una terrorifica y abominable sensacion de tinieblas y oscura soledad, practicamente infernal.

¿Como te atreves a hablarme así Tanaka?- Respondí con rabia

Señor Tanaka para tí, muchachita. Aunque se demore más y te tome más tiempo decirlo.- respondió el con más rabia. Aunque en realidad, en ese momento, yo estaba 10 veces más furiosa que él.

No puedo creer que me reclames después de lo que hice y que tanto trabajo me costó hacer. - contesté ofuscada.

¡Jum! - respondió el - Eso no se oye muy propio de ti.

¿Y encima de todo te mantienes en el descaro de exigirlo? - Contesté más ofuscada aun- Todo por una pinche cuenta de banco de la que puedes sacar muchisimo más. - y termino diciendo con mucha más ofuscación - Debia volar el maldito edificio, viendo como esos matones de mierda subian con toda la artillería. ¿O de que otra manera hubiera podido salir de allí con vida? ¡Tengo mucha suerte de estar aqui hablando contigo!-

Awwwwwn, que pena. Dijo Kankuro de manera muy sarcastica. - ¡No puedo creerlo! - dijo con aire de estar sorprendido- ¿Acaso la gran Hinata Hyuga, La Sangre Azul de Tokyo, esta ya perdiendo su toque y su talento para deshacerse incluso de una simple escaramuza?

Como si hubiese sido solo eso. ¡Desgraciado! Jamás me habian reprochado en mi vida por tan poca cosa. Con el sin fin de cosas y trabajos que he hecho para el durante 8 años, es para que al menos me tuviera un poco más de respeto. Y no lo digo por alardear. Mucho del imperio que hoy dia tiene Tanaka es gracias a que muchos de sus enemigos los he quitado de su camino, por eso es que tiene todo el camino libre para seguir haciendo sus cosas.

Bueno, al menos me pagarás bien esta vez por esto- le dije muy séria.

Claro cariño- respondió el- Y como siempre, ¡buen trabajo!- añadió- Aunque espero que a la proxima lo hagas mucho mejor, ¿me entiendes eh? Me lleno el estomago de cólera al escuchar eso. -Así pensare menos en toda la pasta que me toca partir contigo, ya que eres la única que puedes hacer bien un trabajo como estos- termina diciendo el.

Por una fracción de segundo, me hubiera gustado muchisimo poder creer aquello ultimo que dijo, pero de inmediato caigo en cuenta que eso era una vil mentira suya. Con todo lo que produce el negocio el podría recuperar más de 100 veces todo lo que paga por uno de los trabajos sucios que hago por él. Y eso que solo estoy hablando de uno de ellos: El contrabando. Hmmm, me tiraría toda la noche perdiendo el tiempo, hablando de todo lo que le saca a la extorsión, la adulteración, los robos, el microtrafico a gran escala, las apuestas clandestinas, la manipulación de los juegos de azar en los casinos, el lavado de dinero y la prostitución. Tanaka realmente era todo un mounstro con muchos tentaculos en todas partes, rodeado y lleno de mucho poder. Se había convertido en el mafioso más grande de todo Japón y amenazaba incluso con tocar otras tierras, tanto es así que hasta los jefes de las familias de la mafia de más renombre de otras partes del mundo le temian, por todo lo que podía hacer si alguno no hacia lo que el queria, y en ese temor, yo tenía parte por supuesto. Si hiciera cuentas, seria una cantidad que él jamas podria llegar a contar; y si hablamos de ser justos, todo aquello prosperó cuando ya tenia un par de años trabajando para Kankuro, asi las cosas, me debería corresponder la mitad de todo eso. Abro los ojos sorprendida de mi propio pensamiento. ¡Casi me escuché hablando igual que el! Y haber imaginado eso, sentirme parecer por un instante a ese mounstro, sentí escalofrios por todo el cuerpo, aunque eso era muy innatural en mi, teniendo en cuenta lo que soy en realidad.

Me contengo las ganas de no reprocharle todo aquello anterior, cuando de repente, este empieza a encender el ventilador.

Recuerda donde te corresponde estar Hinata.- dijo Tanaka.

¿A qué te refieres? - Responde casi refunfuñando.

Me refiero a tus origenes, ¿de que más podria estarme refiriendo?- dijo Tanaka

¿De que estas hablando?- respondo muy molesta.

Hablo de que ya tenía todo esto antes de que tu entraras a esta vida.- Dijo Tanaka- Aun puedo recordar la primera vez que te hallé. (Dijo entre una risa burlona) Era bastante lamentable debo decir.

Me callo ante el recuerdo de esa escena pasar por mi cabeza mientras lo escucho hablar desde su escritorio.

Eras tan solo una fragil adolescente, sin un lugar a donde ir, que luego empezó a ganarse la vida con unos pesos hasta ser lo que es ahora. -Dijo Tanaka con aire prepotente- Piensa también de donde aprendiste todo lo que sabes. La verdad es que siempre pensé que todo lo que gasté en tu adiestramiento terminaría llendose al garete, pero lo cierto es que me sorprendió muchisimo que hayas podido soportarlo. Fue ahi cuando vi que tenías potencial.

¡Vaya! - replico con ironia- no imaginaba que me alagaras de esa manera - esta vez dije aquello con más sarcasmo del que podía salir dentro de mi.

No es un alago. -Contesta el saliendome al pie del sentido en que dije lo anterior- eras solo una miserable y llorona niñita que dejó la preparatoria y hoy eres la asesina a sueldo más importante y temida de todo Tokyo, no, miento, ¡de TODO JAPÓN! - dijo Tanaka alzando la voz.

No tienes por qué recordarme todo esto.- respondo un poco tocada por sus palabras, muy molesta aun, pero queriendo tratar de tranquilizarlo mientras enfilaba sus labios a palabras mas gruesas, llenas de veneno y mucho dolor.

Por supuesto, lo que Tengo -. Aproximadamente DIJO Tanaka -. Porque parece que si usted tiene el olvido ya lo que pasó.

¡Ahhh!- exclamo muy sentida. Cada palabra de Kankuro llegaba a mi como una flecha que atravesaba mi corazón.

¿Es que acaso ya se te olvidó Hinata, eh? Decia eso mientras sonreía malevolamente.- ¿Se te olvidó lo que viviste? ¿Has borrado esos recuerdos de tu memoria? Porque a mi no. Dijo Tanaka mientras escuchaba con satisfacción como era presa poco a poco de esas viejas heridas de mi pasado y que aun guardaba cicatrices de ellas, más que las del cuerpo, eran las heridas que llevaba en el alma.