Atrévete a mi – Capítulo 17 – FINAL
Flash Back
- Yo realmente terminé queriéndote mucho, Marshall – lo quedó mirando – y como padre has sido excelente... – se puso muy nerviosa – pero yo…yo no…yo no he sido la persona más sincera del mundo…
- ¿Por qué no? – Marshall preguntó y la miró de forma interrogante mientras agarraba la botella y se servía un poco más de aquel añejo whisky.
- Mi relación con Fionna…es algo difícil de explicar – confesó Bonnibel con tristeza
- Bueno, siempre ha sido tan difícil que ella ni siquiera fue a nuestro matrimonio – sonrió de forma irónica – y apenas hace unos meses conoció a Morita – la quedó mirando fijamente algo molesto – siempre consideré que era una lástima que dos mujeres que yo tanto quería…mi única hermana como mi mujer…apenas pudieran verse… - intentaba mirarla a los ojos nuevamente pero ya le resultaba casi insoportable
- pero eso tiene una explicación – la peli rosa suspiró, sentía que se le iba a salir el corazón. Era ahora o nunca y ya había llegado demasiado lejos como para no dar el paso siguiente.
- te escucho… - la miró directamente a los ojos, queriendo traspasarlos, sabía perfectamente a lo que iba.
- Fionna…Fionna fue… - sintió que lágrimas comenzaban a caer por sus ojos de forma inexplicable – Fionna y yo fuimos pareja antes de conocerte a ti… - un pequeño sollozo interrumpió su confesión la cual quiso calmar pero le era casi imposible – por…por eso…por eso…ella…ella se fue tantos años…por eso yo no quería que ella viniera a esta casa… - el hombre peli negro cerró los ojos e hizo una compleja mueca, quedó mirando la nada por unos segundos y posteriormente se levantó, le dio la espalda y se fue a la ventana.
Fin Flash Back
Al cabo de una media hora, la rubia y la peli negra por fin llegaron a la casa de la peli rosa. Al entrar se encontraron con Grumosa.
- ¿Qué hacen ambas aquí? – preguntó Lumpy sorprendida – y juntas…por lo demás
- Necesitamos hablar con Bonnibel – dijo Fionna algo nerviosa quien miraba de forma inquietante a Lumpy
- Es que Bonnibel entró hace mucho rato a hablar con Marshall – explicó Lumpy – llevan mucho rato encerrados…pero podría casi jurar que no se han matado…no he escuchado disparos…
- ¡No puede ser! – gritó la peli rubia, quien corrió junto con Marceline hacia el despacho donde ambos se encontraban.
Marshall estaba junto a ella, estaban sentados, Bonnibel estaba llorando y él se mostraba tranquilo.
- Fionna… - susurró Marshall quien quedó mirando a su hermana, la cual sintió que un sudor frío comenzaba a recorrer su espalda.
Flash Back
El hombre quedó mirando por un par de segundos la ventana, por ella podía ver como estaba su hija jugando en el gran patio junto con Grumosa. Para él, su hija eran sus ojos, era todo lo que necesitaba para ser feliz y se decepcionó un momento recordando lo mucho que la había hecho sufrir desde su divorcio con Bonnibel. Sonrió con mucha tristeza y luego volvió hasta el escritorio, sacó un poco más de whisky y lo sirvió en el vaso.
- ¿Por qué me estás diciendo todo esto? – la quedó mirando sin comprender – quiero decir…¿Con qué objetivo? ¿Acaso alguien te está amenazando para que me digas todo esto? – preguntó nuevamente sin comprender mucho a qué se refería Bonnibel con dicha confesión.
- ya no quiero seguir teniendo este peso… - confesó ella entre lágrimas – alguien me estaba amenazando con contarte la verdad y de verdad siento que era mejor que te lo contara yo antes de que alguien lo hiciera – decía mientras las lágrimas corrían por sus pálidas mejillas – fue Keyla…la ex novia de Marceline…
- Vaya…y por eso terminaste con ella? – la quedó mirando mientras intentaba procesar lo que estaba sucediendo - lamento decepcionarte... – susurró el peli negro con cierta molestia – pero ya lo sabía… - la quedó mirando a lo que la peli rosa lo miró sin comprender
- ¿Co-como…? – lo miró de pie a cabeza, sus ojos se delataron al tiempo que sentía que todo el miedo que había tenido por lo que había confesado se esfumaba – no te entiendo… - musitó con mucho miedo - ¿qué sabías? ¿Keyla te lo contó?
- ¿Tú de verdad crees que te fui infiel porque era un desgraciado? ¿De verdad crees que te intenté sacar de mi cabeza porque no tenía sentimientos? Yo te amaba Bonnibel… - en su rostro más que rabia mostraba tristeza, pero llena y totalmente llena de sinceridad - te amaba como jamás en la vida amé a alguna mujer… de aquí al sol y a la tierra – sonrió con tristeza – pero cuando me enteré de eso juré odiarte…juré que te haría la vida muy infeliz… - suspiró y volvió a beber – pero gracias a la estúpida niñera me di cuenta que en realidad al hacerte daño, le hacía daño a quien más amo en la vida…que es Morita – explicó Marshall.
-Pero… - la joven se levantó algo desorientada – no entiendo…¿sabías que Fionna y yo habíamos sido pareja? – la miró con miedo - ¿cómo es posible que por ti solo lo hayas descubierto?
- te vi revisando unas fotos de Fionna un día…un día que estabas llorando…en la noche susurraste su nombre…y al día siguiente me negaste todo…fue unos 3 meses antes de las infidelidades…comencé a investigar y encontré unas cartas de Fionna que te había escrito…y bueno, ahí todo quedaba más que detallado – sonrió a su pesar con cierta molestia que le era difícil no emanar.
- ¡te metiste en mis cosas? – preguntó algo molesta
- sí...y créeme que no estás en condiciones de criticarme nada…. – continuó bebiendo - ¿sabes lo que fue enterarse que le arrebataste la felicidad a tu hermana?
- o sea que con ella no estás molesta…. – susurró Bonnibel intentando procesar todo.
- claro que no…con ella no estoy enojado…y sabes? A estas alturas de la vida tampoco lo estoy contigo…pero me duele que no hayas querido ser feliz con alguien solo por el qué dirán… - miró su vaso con cierta tristeza – aunque tampoco puedo juzgarte…si hubiese sido al revés tal vez yo habría hecho lo mismo… - la quedó mirando – yo de verdad hice todo lo que pude por intentar negármelo…pero después todo en mi cabeza cuadró…el hecho de que Fionna no hubiese querido ir al matrimonio…que ninguna hablara de la otra…el rostro de Fionna cuando te presenté a la familia…¿y sabes? Solo podía sentirme podrido por eso…no imagino todo lo que ella tuvo que haber sufrido por mi culpa…y la conozco lo suficientemente bien como para saber que ella también sentiría lo mismo si supiera yo sé la verdad…es por eso que te exijo que no le cuentes nada… - explicó Marshall
- ella…ella siempre sufrió por esto…y…yo también…pero yo te quería Marshall…debes creerme…
- Eso no es algo que realmente me importe ahora… - confesó – lo único que me importa es que nuestra hija esté bien…. – la miró con de forma incómoda - ¿tú aún amas a mi hermana?
- Adoro a Fionna…pero…yo estoy enamorada de Marceline – explicó mientras lágrimas comenzaban a correr por sus mejillas
- Entiendo…
- lo siento mucho, Marshall – la joven comenzó a llorar nuevamente, sentía que realmente la única víctima de todo había sido Marshall
- Bonnibel…yo puedo tener muchos sentimientos oscuros por ti…pero antes de cualquier cosa eres la madre de la única hija que tengo…y velaré siempre por tu felicidad… - se terminó el vaso de whisky y se volvió a servir otro – pero debo pedirte que esto jamás se lo digas a Fionna…
- ¿por qué? – preguntó Bonnibel
- porque conozco a mi hermana, ya te lo dije… - se terminó su nuevo vaso – no continuaré bebiendo porque no me quiero emborrachar… - susurró con tristeza mientras Bonnibel se agarraba el rostro
- lo siento mucho… - pidió mientras las lágrimas se derrumbaban por sus mejillas – sé que debes pensar que soy una cobarde
- Bonnibel yo creo que fuiste una cobarde… - le tomó la mano mientras la quedaba mirando – pero ahí afuera hay una mujer de unos…22 años?
- 25… - aclaró Bonnibel
- ok…es casi lo mismo…pero esa muchacha se nota que te quiere…y lo importante es que no tiene nada contra Morita…. – le sonrió con sinceridad – hay una mujer que está dispuesta a esperarte como tal vez no lo hizo mi hermana…no cometas el mismo error dos veces…
- siento que no merezco que me digas todas estas cosas – decía entre lágrimas.
Fin Flash Back
- Fionna… - Marshall quedó mirando a su hermano y luego quedó mirando a Bonnibel, esperaba con todo su corazón que la peli rosa no dijera absolutamente, pero el rostro de Fionna emanaba un pánico horrible.
- ¿qué le hiciste? – Marceline se acercó y miró molesta a Marshall, quien se levantó al mismo tiempo que ella se acercaba
- Marceline, solo hablábamos… - susurró Bonnibel entre lágrimas – Marshall no me hizo nada… - explicó mientras miraba al peli negro
- estábamos conversando con Bonnibel – explicó Marshall, quien quedó mirando a Marceline – lamento si la escena te resulta algo incómoda…con Bonnibel hablábamos de ti…y…ella me dijo que tú no…no querías hablar con ella…así que asumo que aún tienen muchas cosas que conversar…les presto mi oficina para que hablen - explicó el peli negro quien tomó el brazo de su hermana y la sacó de la sala.
- Mar…Marshall – Fionna quedó mirando a su hermano algo incómoda - ¿qué hablaste con Bonnibel? – preguntó algo nerviosa
- Creo que Bonnibel debe ser feliz… - respondió el joven mientras tomaba el rostro de su hermana – y creo que tú también debes serlo… - le sonrió
- yo…yo soy feliz Marshall – dijo la rubia mientras llegaban hasta la terraza y Morita corría hasta los brazos de su papá
- Papi! Tía Fionna! Estoy jugando con la pelota nueva que me regaló Lumpy – les sonrió. La rubia se sentó en el sofá de la terraza junto con su hermano.
- Lumpy siempre ha sido la mejor niñera del mundo… - sonrió Fionna
- así es… - Marshall tomó la mano de su hermana - Fionna…
- dime… - respondió algo incómoda. Sabía que Marshall y Bonnibel habían hablado pero no entendía de qué podrían haber hablado
- Quiero que seas feliz…con quien sea… - acarició la mano de su hermana y le besó la mejilla – con la mujer que sea… - y tras mirarla a los ojos ya no hubo nada más que decir, ya la rubia lo había entendido todo.
En la oficina se encontraba Bonnibel sentada mientras Marceline la miraba de reojo, no sabía bien lo que debía hacer, la peli rosa se veía bastante triste con la situación y sentía vergüenza de aquello que le había hecho pasar a la joven.
- Lamento si te interrumpí con Marshall… - explicó Marceline algo triste – solo vine porque…me dijeron que habías ido a mi casa…
- Sí… - suspiró Bonnibel, quien aún no era capaz de entender mucho todo lo que estaba sucediendo, por lo que las palabras de Marceline apenas y podía prestarles atención.
- En fin…no te quiero molestar más – susurró la joven, quien entre molesta y desilusionada optó por abrir la puerta y salir de ahí de forma fugaz. La peli rosa intentó seguirla por la mirada, pero por supuesto dicho acto fue total y absolutamente inútil, no tenía como seguir a Marceline. Se preguntaba si estaba bien todo lo que había pasado, a los pocos minutos, ella sumida en la silla de la oficina de Marshall, apareció Lumpy Space.
- No quiero ser desconsiderada, pero llevas media hora sentada sin decir nada, Marceline ya se fue…y es hora de limpiar el estudio de Marshall ¿Comprendes? – la miró algo indignada
- Él lo sabía todo… - la quedó mirando de forma perpleja – todo este tiempo lo supo todo…Por eso me engañó…por eso me odiaba tanto…Tenía razón después de todo, Lumpy…
- ¿Insinuas que el imbécil de Marshall era un investigador privado y sabía que tú y Fionna habían tenido algo todo este tiempo…Y jamás dijo nada… - se agarró la cabeza unos segundos y se puso a meditar – es increíble como cuando sabes la verdad, todo comienza a tomar sentido…¡Es increíble! – quedó mirando a la peli rosa – pero si todo lo que dices es verdad…por qué razón la dejaste ir?
- ¿a qué te refieres? – preguntó la doctora
- por qué si todo está bien…quiero decir – intentaba explicarse – no sé si todo esté bien…pero me refiero a que no hay nada que te impida estar con Marceline…
- después de todo lo que ha sucedido…ni siquiera sé si Marceline quiere estar conmigo – explicó mientras se bebía el vaso de whisky.
- Ella vino porque quería hablar contigo precisamente de esto… - Fionna se acercó desde la puerta – creo que deberías acudir…
- Ni siquiera sé donde está… - explicó Bonnibel
- en el bar de mala muerte al cual siempre frecuenta – respondió Lumpy – al menos si yo fuera Marceline, ahí estaría… - La peli rosa se agarró la cabeza, suspiró un poco se levantó
- Tienen razón, debo comenzar a hacer las cosas bien…debo ir por Marceline – quedó mirando a Lumpy – mis llaves por favor…
- Olvídate que irás así – respondió Fionna – llevas como 3 vasos de whisky, no dejaré que manejes en estado de ebriedad – musitó molesta – yo te llevaré! Lumpy, pásame las llaves de Bonnibel por favor…
En el bar de siempre, Marceline se encontraba mirando su vaso de cerveza, estaba lleno, no se lo había bebido. Sus brazos sostenían su cabeza, estaba totalmente echada en la barra, única y exclusivamente mirando aquel vaso de cerveza.
- ¿Quieres que te cambie el vaso? – preguntó el mesero – pero te aseguro que es negra alemana… - respondió algo nervioso. Llevaba poco tiempo trabajando ahí y sabía perfectamente que Marceline era una cliente frecuente y como tal, debía mantenerse siempre contenta.
- No…no es eso – le sonrió algo triste – es solo que…has notado que uno bebe…y las penas no se pasan? – respondió dejando al mesero con cierta duda existencial.
Un gran jeep se estacionaba a las afueras de aquel bar que tantas veces la mujer que amaba había frecuentado.
- ve… - susurró Fionna quien quedó mirando a Bonnibel – lamento todo lo que sucedió Bonnibel
- yo también - la quedó mirando fijamente a los ojos – por favor…sé feliz… - suplicó la peli rosa y besó la mejilla de Fionna – yo jamás te olvidaré…y muchas gracias por ayudarme a ser feliz…
- siempre serás esa hermosa niña que quería ser una doctora…y quería ser feliz – le besó la mano a la peli rosa, luchando para que las lágrimas no cayeran por sus mejillas – ahora qué esperas? – sonrió con un dejo de tristeza - ve por esa idiota…
Bonnibel salió del auto y automáticamente un par de lágrimas comenzaron a rodar por las mejillas de Fionna. Se sentía triste pero a la vez estaba tranquila. Sabía que la persona que por tanto tiempo había querido, necesitaba ser feliz, necesitaba tener su momento de paz y de gloria con una persona que realmente la quisiera y pudiera valorar sin miedo a los prejuicios y al que diran.
- muchas gracias Fionna… - la peli rosa entró al bar, comenzó a caminar por ahí. No era un lugar bastante grande, por supuesto, a los pocos segundos logró divisar a Marceline. Se sentó junto a ella, la peli negra aún no era capaz de notarla, hasta cuando el mesero le sonrió y preguntó si deseaba consumir algo.
- Lo mismo que está bebiendo ella, por favor… - respondió y quedó mirando a Marceline, quien quería sentirse fastidiada en aquel momento, pero no lograba sentir otra cosa de nervios, y una gran ansiedad ¿Por qué estaba ahí? Es decir, hace media hora ella había estado en su casa y había sido totalmente ignorada y ahora pasaba esto.
- Marceline… - susurró Bonnibel algo nerviosa – vine para que habláramos…
- disculpa pero hice lo mismo hace media hora y no fue prudente…¿por qué ahora lo sería? – preguntó la peli negra algo desconcertada – no entiendo por qué siempre todo tiene que ser a tu modo y solo así está bien…
- lo lamento – respondió mientras bebía un poco de su cerveza negra – esto…esto realmente no es rico… - musitó con cierto desagrado al mismo tiempo que dejaba la cerveza en el mesón
- ya lo sabes…me dicen que no tengo los mejores gustos del mundo… - respondió sabiendo que el comentario haría sentir mal a la peli rosa, quien se sonrojó ante la respuesta de Marceline. Desvió un momento el rostro para posteriormente acercarse un poco más.
- ¿podemos ir a hablar a otra parte? – preguntó con algo de nervio
- No… - le sonrió con mala intención – si quieres decirme algo…dímelo aquí…lo que sea que tengas que decirme…dilo aquí – dijo molesta
- estaba así porque le conté toda la verdad a Marshall… - quedó mirando a Marceline – y resultó que Marshall sabía toda la verdad…
- Vaya…Ese hombre si que tiene cojones… - se bebió un sorbo, tal vez solamente porque la noticia le costaba un poco digerirla – aguantándose algo así tantos años…
- me duele saber que el supo que yo era una mentirosa pero aún así le era más importante no dañar a su hermana…
- eso habla muy bien de él – la quedó mirando y volvió a darle un sorbo a su vaso – es bueno enterarse que tienes a una gran persona como padre de tu hija… - desvió el rostro e intentó levantarse
- Marceline…no vine solo a hablarte de mi ex marido – dijo apenada – vine por ti…
- no creo que tengamos mucho de qué hablar – explicó Marceline – ya está todo dicho… - se levantó e intentó dirigirse a la salida
- ¿Por qué debes hacerlo así?! – gritó la peli rosa, a lo que todos quienes estaban bebiendo, se dieron vuelta para mirar la escena
- Bonnibel… - musitó la joven algo sonrojada al notar que todos miraban
- ¿Por qué no puedes entender que si vine aquí es porque te amo?! – un murmullo se escuchó en el bar.
- Bonnibel… - suspiró algo incómoda
- Te amo…y no me importa la diferencia de edad…que nos llevemos por casi 10 años… - y el murmullo comenzó a crecer – quieres que asuma mi lesbianismo a esta edad? Lo haré! Pero dame la oportunidad de estar a tu lado…
- Bonnibel… - suspiró con algo de miedo – eres la directora de una de las clínicas más importantes de Ooo y además…Vamos! No soy lo que realmente quieres… - bajó el rostro
- por qué no me dejas decidirlo… - se acercó y le tomó la mano – Marceline…sé mi novia por favor…
Todos en el bar miraban la escena, incluso algunos comenzaron a grabarla.
- Yo… - la joven sentía que no podían haberla expuesto a la escena más vergonzosa de su vida, sin embargo, a veces cuando crees que llegaste a lo peor…suceden más cosas…
- ¡Es la doctora! – gritó Jake algo molesto, quien se interpuso entre Bonnibel y Marceline - ¡No dejaremos que le hagas daño a nuestra amiga nuevamente!
- ¡Que alguien saque al imbécil que se escapó del loquero! – gritó un cliente a lo lejos, con rostro de metalero y a juzgar por la cantidad de cerveza que había bebido, con una potencial resaca para el día siguiente.
- Creo que estamos interrumpiendo algo – murmuró Finn algo nervioso
- ¿De verdad? – preguntó Jake mirando sin comprender a su amiga.
- no te preocupes, Jake – sonrió Bonnibel – creo que tienen razón – quedó mirando a Marceline con tristeza – no estoy en condiciones de pedir algo…luego de todo el daño que he provocado. La peli rosa salió del lugar, con la dignidad en su mano y el corazón en la otra.
- ¿Estás bien manita? – preguntó Jake algo preocupado
- O vas tú por ella…o te llevamos donde ella! – gritaron los de la mesa 5 – y te haces de rogar por esa preciosura!
- ellos tienen razón, Marcie – dijo el rubio amigo de la peli negra
- la doctora psycho tal vez merezca otra oportunidad… - respondió Jake – pero solamente tú vas a poder responderlo… ¿entiendes?
- La decisión que tomes, Marceline…me debes la cuenta de la doctora – respondió el mesero de forma gentil – y concuerdo con el resto…se te acaba de declarar una casi super modelo con delantal…¿Acaso no has pensado en el estetoscopio? – la miró con cara de pervertido
- En serio aquí…todos tienen una parafilia con el estetoscopio – dijo la joven quien dejó unos billetes al mesero y se fue hasta la camioneta de su tío. Se subió y comenzó a manejar, por suerte, a menos de una cuadra notó a Bonnibel y le hizo una señal para que se subiera al auto. La peli rosa le hizo caso, Marceline comenzó a manejar un poco hasta llegar a un mirador. Había manejado un poco menos de 20 minutos, pero por la hora, ya había anochecido.
- Lamento si te molestó el espectáculo que hice…pero en mi ingenuidad creí que eso era lo que querías… - la miró con tristeza – ya no tengo miedo…¿por qué no me crees?
- Yo… - apagó el motor del auto – yo no sé por qué te gusto… - se sinceró – al principio me parecías tan…tan ejemplo de madre perfecta e histérica…después te comencé a conocer mejor y me di cuenta que en realidad lo que te sucedía era que tenías mucho miedo y era de entenderse… - la quedó mirando algo sonrojada - ¿Sabes? He aprendido mucho últimamente…me gustaría seguir aprendiendo de ti…
- Yo también he aprendido mucho de ti – tomó la mano de la peli negra – Marceline…eres todo lo que necesito para ser feliz – se acercó de manera casi suplicante – no hay algo que nos separe…
- pero tengo 25 años – le sonrió no muy convencida – estamos en distintas etapas de nuestras vidas y… - siendo interrumpida por Bonnibel
- y eso no me importa – tomó fuertemente la mano de la peli negra – te amo y quiero una respuesta…
- ¿de qué? – preguntó Marceline fingiendo demencia
- Se mi novia… - la quedó mirando
- ya lo fui una vez… - le sonrió y acarició el cabello de la doctora
- pero ya no por contrato…ahora de verdad… - se acercó lentamente y besó los labios de la peli negra, quien se aferró al cuello de la doctora. No era necesario responder que sí o no, aquel beso estaba hablando por ella, estaba abriéndole su corazón, estaba atreviéndose, atreviéndose a ella.
FIN
Y Así termina esta historia de Bonnibel y Marceline. Quiero agradecer mucho a las personas que me siguieron con esta historia, porque admito que me demoré 4 años en finalizarla. Juro que cuando digo que aunque abandone una historia la terminaré alguna vez en la vida es verdad, porque me ha pasado con historias hermosas que las sigo y luego no las finalizan, es un dolor enorme. Espero nos sigamos leyendo con otras historias. Creo que no escribiré más de Hora de aventura (excepto el fanfic que aún no termino). Ya le di bastante sufrimiento a esta pareja y me encanta, pero por ahora me centraré en otras parejas. Espero que tengan un lindo día y nuevamente mi eterna gratitud para quienes leen mis historias. Si por un minuto aunque sea, yo logré hacerles pasar un momento agradable, entonces me doy por pagada.
Un besito esquimal, Mari Morson.
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En ambos subo mis actualizaciones, poemas, cosas de mi vida personal. Los invito a que me sigan, me harían muy feliz.
Besitos!
