Si, quiero continuar. Este es mi primer OC Fanfic que hago, y quiero continuar.
Aclarando: My little pony no me pertenece, pertenece a Hasbro y a sus escritores. Yo solo me entretengo entreteniendo a lectores que han confiado su atención en mi.
Celestia
Si bien anteriormente habría dado lo que fuera por pertenecer a ese mundo, ahora que lo hace se siente tan fuera de lugar, que incluso convivir con sus ídolos se ha vuelto algo complicado. Afuera del castillo de la amistad se encuentra un pegaso de color ámbar con crin negra. Observa asombrado una edificación sin poder recordarla jamás de sus conocimientos limitados sobre My Little Pony. Después de la llegada de Fluttershy a su vida, no volvió a ver el show, pues le dolía ver a Fluttershy feliz lejos de él. Por ello su mayor sorpresa fue ver a Twilight en forma de Alicornio… y por supuesto, ver el castillo en Ponyville.
No pasó mucho tiempo antes de que llamara la atención, pues no se movía un ápice: sentado sobre su crin trasera, con los ojos completamente abiertos parpadeando una vez cada… hum… que lo necesitaba y con la boca abierta. Por supuesto que había llamado la atención, sobre todo la de Twilight.
–Señor Shy… (Si, todavía no tiene nombre, solo le agregué el seudo apellido) ¿Se encuentra bien?
–Sé que me habías comentado lo de princesa pony, pero esto es… algo extraño.
–Sí, no es el castillo más lujoso o mejor diseñado, pero no fue elaborado a cascos.
–No, el castillo está bien. Es solo que… me parece algo raro. Incluso me parece que Ponyville creció un poco comparado a la última vez que lo vi.
–Por supuesto que creció, han sucedido muchas cosas que no conoce.
En ese momento salió Discord del castillo sacando la basura. El hecho de verlo en Ponyville completamente libre hizo que pusiera especial atención temerosa a él.
–¿Está bien que esté libre como un ave? –En ese momento Discord volvió su mirada a donde Twilight y el señor Shy.
–¡Oh, hola Twilight!
–¡Buen día, Discord!
–Supongo que eso contesta mi pregunta.
–Tranquilo, las cosas son pacíficas de momento por aquí. No espero que sea siempre así, pero no se puede tener todo lo que se desea.
La charla fue interrumpida por la intervención de una pony de voz dulce.
–Buenos días, padre. Buenos días, Twilight.
Fluttershy estaba contenta, pues una parte de ella que nunca existió realmente, ahora estaba a su lado, compartiendo algo de tiempo con ella y sus amigos animales. Sabían que no era algo legal su estancia en Equestria, pero nadie tenía motivos para saberlo realmente.
–Buen día, Fluttershy.
–¡Buenos días, mi princesa!
–Creo que aquí no soy más una princesa.
–Tonterías, siempre serás mi princesa, sin importar como sean las cosas aquí en Ponyville.
–Jamás terminaré de agradecerte lo que has hecho por nosotros, Twilight.
–Descuida, Fluttershy. No ha sido nada realmente.
–De hecho si lo es –Pinkie Pie salió de la nada (la alforja del señor Shy, por supuesto)–. En-el-momento-en-que-Celestia-se-entere-lo-que-has-hecho-posiblemente-te-castigue-y-te-dé-una-reprimenda-por-lo-que-hiciste-por-pura-rebeldía-ante-su-decisión-de-no-permitirle-la-entrada-al-señor-papá-de-Fluttershy-por-no-tener-un-lugar-en-Equestria.
–No fue rebeldía… ¡¿O acaso si lo fue?! –Fluttershy y su padre se voltearon a ver de reojo algo preocupados.
–Pero no te preocupes. Siempre que no hayas roto una Pinkie promesa no le diré nada a ningún pony.
Cuando los tres volvieron sus miradas a sus costados, muchos ponis voltearon la cabeza de golpe escondiéndose o disimulando que no habían oído nada.
–Pinkie, por favor trata de ser menos inoportuna –dijo Twilight un poco nerviosa.
–¿Inoportuna? No creo que mi persona pueda ser menos inoportuna. De hecho, no sé bien que significa esa palabra…
–Inoportuna debe su significado a la cualidad que posé una persona, discusión o acontecimiento cuando se encuentra fuera de lugar.
La definición del señor Shy había dejado a Twilight con la boca abierta, no porque fuera correcto, sino por la dicción del mismo que bien podría hacerse pasar por profesor de un colegio de magia.
–Vaya, demasiado bien explicado para ser un pony cuya educación no fue impartida en Equestria.
–Mi padre es un escritor. Recuerdo que siempre tenía una enorme enciclopedia en una mesa en su estudio. Siempre que no entendía una palabra corría a esa mesa a investigar de lo que se trataba.
–¡Sorprendente! ¡Por que no se me había ocurrido eso a mí! ¡Con eso Spike no necesitaría preguntarme algunas cosas!
–No me parece que Spike sea de los que aprenden leyendo –dijo Pinkie.
–Cierto… es un poco más auditivo. Sin mencionar que a veces no le interesa en lo más mínimo aprender. Para él….
No ha pasado mucho desde que Twilight dejó pasar a este caballero a Equestria. De eso quizás hace dos días. Por eso, creer que ella debía mantener oculto al padre de Fluttershy era como intentar ocultar un conejo en tu habitación para que tus padres no lo encuentren. Tarde o temprano, ella lo encontraría.
CELESTIA
Una semana pasó, y Twilight estaba a punto para salir a sus paseos alados, como desde que tenía alas, para aprender a volar de manera adecuada a su especie. No bien abrió el castillo, vio una carrosa en el cielo, opacando el sol. Esta carrosa tenía a cierta diosa equina con crin nebulante color arcoíris.
Apenas se dio cuenta de quién era, se regresó sobre sus cascos, ocultándose en su habitación.
–¡No puede ser! ¡La princesa Celestia se dirige hacia aquí! ¡A Ponyville! ¡Si ve al señor Shy tal vez pregunte de donde viene! ¡Solo hace falta que lo vea! ¡No debe verlo o estaré en serios problemas!
–¡Twilight!
–¡HIIIAAAAAAAAA!
La voz de Spike hizo que Twilight saliera de debajo de las cobijas, obligándola a ocultarse en otro sitio.
–¡¿Qué te pasa, Twilight?!
–Spike, pase lo que pase, no le digas a la princesa que estoy aquí. No debe enterarse de lo que hice por Fluttershy al traer al señor Shy.
–¿Sabes que ahora tiene nombre?
–Sí, lo sé. Pero no debería estar aquí. Ahora que lo pienso, fue una pésima idea. Es decir, si, alegré el corazón de Fluttershy y todo, pero no creo que debió ser la correcta manera. ¡Oh Celestia! Debo llegar con el señor Shy antes de que…
–Twilight.
–¡HIIIIAAAAAAAAAA! ¡Princesa Celestia! ¡¿Cómo se encuentra el día de hoy?!
–Muy bien, gracias.
–¿Y a que debemos el honor de su visita? –Twilight estaba por activar la segunda etapa de su locura.
–Bueno, quería ver cómo han estado las cosas aquí en Ponyville. Sabes que me agrada mucho visitar los reinos vecinos para ver los progresos de las princesas. En este caso, es tu turno. Cuéntame, Twilight. ¿Hay algo nuevo en este lugar?
–(Oh, por dios, lo sabe. ¡Claro que lo sabe! ¡Es Celestia! ¡Su deber es saberlo!) Nuevo… bueno… Applejack ha estado construyendo un nuevo molino para su negocio.
–¡Oh,! ¿Enserio? ¿Te molestaría mostrármelo?
Twilight en este momento entraba en fase dos.
–¡Claro! Solo, permítame tomar mi alforja y con gusto le mostraré… –Twilight se dio vuelta y tomó a Spike, metiéndose con él al closet. Entre susurros le dio indicaciones a este–. Esto es importante, necesito que les digas a las chicas que escondan al Señor Shy…
–Su nombre es…
–¡No levantes la voz! No quiero que Celestia sepa de su existencia aquí en Equestria. Sé que es benévola, pero nunca pasé de sus reglas tanto como ahora. Por favor, diles que lo escondan.
–Ok, Ok. Les digo.
–Después de esto, te juro que te daré un rubí o dos.
–¡Mas te vale que no lo olvides, Twilight!
Twilight tomó su alforja y salió del closet (literalmente hablando) lista para conducir a Celestia hacia donde de seguro no estaba el padre de Fluttershy.
.
En la granja Apple, Fluttershy había llevado a su padre a disfrutar de las delicias que Applejack y familia preparaban para soportar el trabajo duro. Con un tarro de jugo de manzana en su casco y un bigote de espuma en su cara.
–Hace tiempo que no bebía jugo de manzana, y este en especial me hace sentir… Bastante encantado. Delicioso, abuela Smith –sus palabras no fueron escuchadas, pues la abuela Smith estaba dormida en una mecedora bajo la sombra de un manzano.
–La abuela Smith es quien más trabaja de nosotros en el rancho –dijo Applejack sirviendo un poco más al nuevo pony–. No bien ha amanecido, ella ya se encuentra catalogando manzanas a ojo de pony experto. A su edad debería estar descansando.
–Bueno, lo hace cuando no hay más que hacer.
–Sí, pero si sigue trabajando antes que el gallo, terminará por agotarse tanto que no podrá decir pio sin que le duela el cuerpo. ¿Otra ronda?
–Te agradezco, Applejack, pero solo tenía un bit.
–Cuidaste de nuestra Fluttershy cuando la perdimos. Quince años completos, te mereces un tarro más.
–No lo merezco, pero te lo acepto.
Apenas iba a tocar el tarro, un relámpago lo secuestro dirigiéndose al cielo. Cuando vio el suelo alejarse de su vista, el señor Shy sintió que había dejado atrás cada uno de sus órganos. Al levantar la mirada se encontró que era Rainbow Dash quien había efectuado este acto de rapto.
–¡Rainbow Dash! ¿Qué en el nombre de Celestia….?
–Llegaste tarde a tu clase de vuelo…
–¡No, no lo hice! ¡Falta tiempo para eso!
–¡Pues yo digo que debes aprender a volar pronto! ¡Practicaremos ahora!
–¡NONONONONONONONONONONO!
Rainbow Dash lanzó al pegaso al cielo, quien hacía todo lo posible por elevarse (agitando sus cascos (los cuatro), tratando de abrir las alas que estaban paralizadas por el miedo, soplando lo más fuerte que pudo) sin ningún éxito. El pobre pony salió despedido dibujando este una parábola descendente que aterrizó en el lago, en el cual estaban asoleándose dos ponis que terminaron empapadas por completo por este asalto marino. Apenas logró emerger a superficie, el nuevo pony vio lo que había hecho.
–¡Oh! ¡Lo siento, señorita Sweet Drops! ¡Señorita Heartstrings!
–Descuida, cielo. Esto es muy común estando Pinkie Pie cerca.
–Pero hoy no he visto… –no acabó de decir eso cuando una aleta rosada apareció delante de él, lo que solo podía indicar que Pinkie estaba en el lago–. Ella no estaba planeada. Pinkie, ¿Qué estás haciendo?
–Recolecto caracolas –La voz de Pinkie Pie se escuchaba más lejana de lo que parecía (considerando que no se puede hablar cuando estas nadando bajo el agua)–. Aún no he recolectado una, pero creo estarme acercando. ¡No se escondan, caracolas furtivas!
Al ver a Pinkie en la orilla, y teniendo frente a él una aleta rosada, no pudo sino salir corriendo cascos por delante del peligro que implicaba un tiburón en un lago (sin importar su inusual color rosado). Una figura escamosa salió del agua, un lagarto sin dientes que acompañaba a Pinkie de paseo.
–¡Gummy! ¡Te dije que me ayudaras a buscar caracolas!
El por ahora conocido como señor Shy no llegó muy lejos. Se ocultó en la casa de Fluttershy, tratando de recuperar la calma. Tomó una bolsa de papel y comenzó a hacer ejercicios pulmonares para recuperar el aliento y la calma. Minutos después alguien tocó a la puerta. Con algo de temor (por la descarga de mala suerte reciente) se acercó a la puerta, notando que quien estaba afuera era su hija.
–¿Por qué Fluttershy tocaría a la puerta?
Al abrirla, entraron tres ponis, entre ellas Fluttershy. Pinkie entró dando saltitos al más puro estilo de Pepe le Pew, mientras que Rarity se veía un poco más preocupada. Esta última cerró la puerta tras de ella con fuerza, respaldándose en ella como si la estuvieran persiguiendo.
–Dulce Celestia, no tenemos tiempo. Caballero, debemos esconderlo lo más pronto posible.
–Pero ya me disculpé con Sweet Drops y Heartstrings. Además, Rainbow Dash es quien debería…
–No hay tiempo para este parloteo, necesitamos ocultarlo pronto en cualquier lugar posible.
–¡Permítame ayudarlo, señor! –Pinkie Pie tomó una caja de regalo y allí lo metió sin pedirle permiso de nada. Lo envolvió, le puso un moño, y justo después de eso cerró la caja para envolverla–. Listo. ¡Oh, espera! –De la nada sacó un sello que decía "no abrir hasta Nightmare Night"–. Listo. ¡Oh, no puedo esperar a que sea Nightmare Night!
–¡Mi padre puede respirar allí!
–¿Cómo?
Fluttershy comenzó a rasgar el papel envoltura encontrándose con su padre de un nuevo color azul en su rostro.
–Bueno, tal vez no fue el mejor lugar para ocultarlo –Pinkie tomó al nuevo y lo llevó afuera, lanzándolo a la cima del árbol como si de un muñeco de trapo se tratara–. Allí esta. Solo quédate quietecito…
El señor Shy bajó del árbol de golpe por no poder atascarse en una rama, cayendo boca abajo con un fuerte golpe en su equinidad.
–¿Que no entiendes lo que significa quedarse quieto?
–¿Por qué me están escondiendo? –intentó decir el pony apenas sintiendo su cuerpo. Poco después llegaron Applejack y Rainbow Dash. A su duda atendió Rarity.
–Cielo, Spike nos dijo que la princesa Celestia está aquí.
–Bueno, hasta donde yo sé, no hay motivo por el cual alarmarse. De hecho quería verla.
–No lo entiendes –intervino Rainbow Dash–. Si la princesa Celestia sabe que estás aquí, castigará a Twilight por haber desobedecido sus órdenes de no volver a contactar contigo.
–Bueno, pero pudieron haberme dicho que necesitaba esconderme. No veo el motivo para pasar por todos estos problemas.
–Creo que comprendo –dijo Fluttershy–. Si la princesa te encuentra aquí, en Equestria, te obligará a volver a tu mundo, o incluso podría encerrarte. No quiero que eso te pase, padre.
–Descuida, Celestia no es de las que castigan severamente.
–¿Tu que sabes de eso? –dijo Applejack a lo que añadió–. Por lo que sé, Celestia ha necesitado castigar anteriormente a otros seres: el rey Sombra, Discord, su propia hermana Luna…
–Pero yo no soy una amenaza para Equestria. No como mucho, no he provocado discusiones (aún) y mucho menos he hecho mucho contacto pony fuera de ustedes seis.
–Cuando Twilight cruzó al otro lado de ese espejo la última vez, Celestia nos advirtió que el que nosotras cruzáramos con ella podría traer desbalance a ambos mundos. Quizás eso mismo pase contigo –Fluttershy ahora temía por que esto fuese una pésima idea–. Creo que nunca debiste cruzar en un principio…
Impactado… de que su hija, la razón por la que él estuviese allí, dijera que jamás debió cruzar.
–Fluttershy, no lo culpes a él, culpa a Twilight…
–Ninguno de los dos tiene la culpa. Él pudo negarse y ella pudo no haber cruzado.
–Pero Flutters lo necesitaba.
–Sí, pero por más que lo necesito, ambos han cometido un error…
–Errar es de ponis, ninguno de nosotros hemos sido perfectos.
–Excepto tal vez Celestia…
–Ni siquiera ella… Esperen, donde está el señor Shy…
Al detener la discusión, las ponis comenzaron a buscar al padre de Fluttershy por todas partes, pero ninguna pudo verlo. Unas huellas de cascos dirigían a Ponyville, lo que solo podía…
–¡Está en camino a Ponyville! –Rainbow Dash se valió de sus alas para seguirlo de inmediato.
–¡Vamos! ¡Debemos evitar que haga una tontería!
.
Celestia era Guiada por Twilight (un poco más tranquila) por el pueblo de Ponyville. Las cosas habían estado tranquilas y amigables por el lugar, y tras del incidente con Tirek las cosas solo podían ir a mejor.
–Ponyville está creciendo y ejerciendo un papel tranquilo. Quizás no deba hablar más.
–¿Qué hay de los habitantes? Según recuerdo, el lugar no era muy poblado.
–Bien, algunos ponys han decidido residir aquí. Ponyville cada vez más se parece a una ciudad… –Twilight veía a su nuevo súbdito acercarse a ellos, despistado mirando a todos lados como si buscara algo o a alguien–. ¡Ahig! ¡Pero si quiere ver algo realmente nuevo en Ponyville debería ver los nuevos pastelillos que han preparado los Cake!
–Oh, de acuerdo…
Celestia se dirigía al "SugarCube Corner cuando Twilight colocó una barrera de ladrillo justo enfrente de un despistado pony furtivo, quien no pudo evitar chocar contra este muro directamente. Al retirarse para ver su obstáculo, había una… especie de grafiti que decía "Escóndete"
Al leer esto, el pegaso entendió el mensaje, y corrió directo a un sitio donde poder guarecerse.
.
La tarde se avecinaba, y tanto Twilight como la princesa Celestia se dirigían al castillo para la despedida.
–Supongo que este ha sido un día duro para ti, guiarme a través de tu reino como si te tratara de guía de turistas.
–Descuide, princesa. Incluso nuestros más recientes ponys requieren de una visita guiada.
–¡Twilight! –Applejack acudió a su amiga para informarle del visitante, al igual que Fluttershy quien le seguía el paso volando raso.
–¿Qué sucede chicas?
–No sé si es un problema, pero el forajido ha desaparecido.
–Todas hemos buscado a papá y parece haber desaparecido de la tierra.
–Tal vez me obedeció, después de todo. Le pedí que se ocultara.
–Crees que se ocultó –dijo Fluttershy temiendo que fuera a ser descubierto.
–No tengo idea, pero por el bien de ambos, espero que así sea.
Twilight se dio media vuelta, y entró a su castillo. Al parecer, la princesa Celestia se había hecho camino a través del mismo, por lo que Twilight estaba camino entonces a la sala de los tronos. Cuál fue su mayor sorpresa al verla a ella a cuatro cascos y alas abiertas en el centro, y un pony de pelaje ámbar con crin negra charlando con ella. O más bien, bajando la cabeza mientras se explicaba.
–¡Señor Shy!
–¡Twilight! –Celestia parecía sorprendida.
–Lo siento Twilight, pero no quiero vivir escondiéndome de quien ahora es mi princesa.
–¡¿Pero qué estás haciendo?! ¡¿Por qué estas de frente a la princesa?! ¡¿Por qué rompiste nuestro pacto?!
–No puedo esconderme de ella, nadie puede. De hecho ella ya sabía sobre mí.
–¿Es eso cierto –Twilight bajó la cabeza tratando de ocultar su pena.
–No hay nada que se esconda de mí de día, ni nada que se esconda de mi hermana Luna de Noche. Ella me comentó que una creatura en Ponyville tenía sueños con extrañas criaturas que caminaban en dos piernas, con extremidades con apéndices que funcionaban como garras pero que no parecían armas, y una enorme cantidad de cosas que parecían vivas, pero que no parecían necesitar alimento o agua. Supuse que se trataba de nuestro amigo del mundo humano, aquel que cuidó de Fluttershy durante quince años.
–Mi señora, no quise provocar problemas. Solo quería ver a mi hija una vez más –el pony nuevo comenzaba a llorar, recordando la despedida de Fluttershy algún tiempo atrás, y todas esas veces que la recordaba al verla en el álbum de fotos–. Es mi culpa, mi señora. Todo es mi culpa, por ese deseo egoísta de verla una vez más.
–Novel, no tienes por qué pedirme perdón –Al escuchar su nuevo nombre, Novel se detuvo y la volvió a mirar–. Crees que no sabía que estarías tentado a hacer esto. Un padre que ama a su hija, que renuncia a todo cuanto es y lo que estaba destinado a ser, para ver una vez más a su hija no tiene que dar explicaciones. Estuve agradecida entonces, y hoy me has dejado sorprendida. Es admirable lo que le propusiste a Twilight por dos años y medio al lado de tu hija. Poco tiempo, considerando los quince años que estuvo a tu lado.
–Mi señora…
–Deja de llamarme "señora". Tengo un nombre y un cargo aquí.
Novel, quien ahora se inclinaba aceptando a Celestia como su compasiva monarca, se dirigió a ella como ella misma le pidió.
–Princesa Celestia, le pido perdón por atentar en contra de su mundo.
La princesa ahora dirigía su mirada a Twilight, que podía sentir los ojos de Celestia como puñales.
–Veo que supiste hacer un uso poco ortodoxo del espejo. Incluso en aquella ocasión, era arriesgado enviar a más de un pony a través del espejo. Y aun así, te arriesgaste sin saber cómo resultarían las cosas.
–Bueno… la verdad es que Fluttershy había dejado de ser feliz después de separarla de su padre. No lo pudo olvidar, y lo recordaba con dolor. Tenía que hacer algo, ella es mi amiga, y después de todo soy la princesa de la amistad.
–Lo sé. No necesitas justificarte –Celestia dirigió su mirada a Novel, y se desconcertó un poco. Ahora que lo veía bien podía hacerse pasar fielmente por el padre de Fluttershy. Su crin era de varón, y aun así su cola era tan larga como la de Fluttershy. El color de su pelaje era diferente, pero los ojos eran similares: Color calipso, o un poco más obscuros. Pero lo que más sorprendía de su transmigración eran las alas. Novel era un pegaso con una Cutie Mark propia–. ¿Cómo hiciste para que se pareciera tanto a ella?
–No lo hice. Cuando cruzó la puerta obtuvo esa imagen. Así volvió a nacer.
–Y tienes una Cutie Mark. ¿Eras escritor o algo así?
–Sí, princesa. Escritor y pintor de tiempo libre.
–¿En serio? Es grandioso.
–¿Cómo dice?
–Verás, los escritores son escasos en Equestria. Es una pena que no hayas sido un Unicornio, pero aun siendo pegaso serás alguien que puede resaltar.
–Princesa Celestia, acaso está usted diciendo…
–¿Esperabas acaso algo de resistencia a tu intromisión aquí? ¿Por qué? Sé quién eres. –Esas palabras le dieron a Novel la pista perfecta para saber que estaría en Equestria un poco más de tiempo, pero lo siguiente fue un poco más interesante para él–. Sin embargo, creo que sabes que lo que han hecho es algo que no puedo permitir que salga impune.
–Sí, su majestad.
–Aunque no será un castigo ejemplar, puesto que no puedes servir de ejemplo para otros humanos que crucen el portal, si tengo que pedirte que permanezcas discreto sobre tu origen.
–Sí, su majestad.
–Casi estoy segura que al menos seis de mis súbditas conocen lo ocurrido, y mi hermana puede que tenga una idea. ¿Alguien más sabe de tu verdadera naturaleza?
–No, aún nadie, su majestad.
–Bien. Para que puedas pagar por tus acciones, enviaré a una de mis escribas para que te haga compañía. Seguro que desearás escribir, pero por tu naturaleza halada, te será difícil escribir como lo hacías antes.
Al haber renunciado a todo en el mundo que dejó atrás, también tomó en cuenta su carrera como escritor, pues había la posibilidad de que escribir fuera más complicado siendo pony terrestre o alado. Celestia ahora le daba la oportunidad de continuar su carrera.
–Su majestad… yo…
–A cambio, estarás al pendiente de mi llamado. Cada cierto tiempo te enviaré el nombre de una pony, y tu deber será convivir con ella y reportarme lo que has descubierto sobre ella a partir de tu convivencia. Como entenderás, puede que sea una pony cualquiera, ya sea de Ponyville, Canterlot o de cualquier lugar en Equestria al que decida mandarte. ¿De acuerdo?
Una misión cada cierto tiempo. Novel comenzaba a pensar que esto tenía cierto objetivo, el que por cierto creyó comprender: en su mundo, él había pasado una vida sin amistades reales. Conviviendo con cada uno de los ponys en Equestria, quizás encontraría aquello que Twilight representaba.
–Sí, mi lady.
–Muy bien. Una última cosa. Cuando estuve en tu casa, mencionaste que ya me conocías, a mí y a mis pequeñas ponys. Si eso es verdad, ¿te importaría darme tu primer reporte?
–¿Mi primer reporte?
–La primer pony que reportarás es la princesa Celestia.
Reportar todo cuando conocía de la princesa Celestia, quizás era demasiado para él. No conocía a fondo a la princesa, y mucho menos podía dar santo y seña de su historia, así que solo se limitó a su perfil como pony.
–Twilight, ¿podrías ayudarme a redactar esta única vez?
–Seguro.
"Querida princesa Celestia:
Quizás la labor que me has dado es muy difícil para un simple escritor. No conozco su historia del todo, pero creo tener una intuición de quien representa usted hacia sus súbditos. Como princesa, es su deber ver por el bien de cada uno de los ponys en Equestria. Sin embargo, esa responsabilidad no evita que se muestre como una más entre sus súbditos. Sé odia que los demás ponys se tomen a pecho su papel como princesa, y que su deseo sería poder convivir con los demás como una igual, aunque su deber no se lo permita la mayoría del tiempo.
Posee un sentido del humor bastante apreciable, que acepta una broma sin molestarse del todo por ello, y le encanta ver las reacciones a sus propias bromas. También le divierte el cambio, pues su vida como princesa puede ser algo aburrida y monótona. También posee una curiosidad que rivaliza con la de su alumna, Twilight.
Aunque tiene sus momentos de ira, su comprensión es tan alta que incluso en el mayor de los crímenes puede tratar de comprender ambas caras de la moneda, y tratar de arreglarlo de una forma pacífica, dejando como último recurso el castigo y la violencia.
Por último deseo mencionar su papel y como los demás ponys la ven ante mis ojos. Si, posee tanto poder como solo el sol puede ejercer, pero aún sin ese poder, todo el mundo la respeta no por ser la princesa, sino por ser nuestra princesa. La confiable y benevolente que ha llegado a sacrificar su integridad con tal de preservar la felicidad en cada uno de los ponys que al verla bajamos la cabeza para mirarle como solo nosotros deseamos verla: desde los cascos hasta el infinito."
Celestia estaba al borde del llanto. Por primera vez en mucho tiempo alguien pudo ver en su interior, en vez de ser todo lo contrario. No eran palabras bonitas escogidas y rebuscadas para cantarle poesía, sino palabras simples que en conjunto describían su alma. Celestia tuvo que darle la espalda a Novel para evitar que la vieran conmovida.
–Princesa… –intervino Twilight tirando al suelo el pergamino–. ¿Se encuentra bien?
–Permíteme un momento, Twilight. Solo, dame un momento –Celestia tardó unos segundos, se limpió las pocas lágrimas y volvió a dirigirse a Novel–. Gracias. Te agradezco tanto por lo que has hecho hoy por mí. Nunca nadie me había podido leer como si de un libro abierto se tratara.
–No es nada, princesa –Novel ejerció esta mirada que describió al final de su escrito, comenzando desde los cascos y elevando la mirada hasta ver a los ojos a la princesa. Lo que hizo que ella se enterneciera un poco más.
.
Novel tomó rumbo propio, y tuvo la necesidad de conseguir un piso propio para dejar de molestar a su hija. De este modo obtuvo la oportunidad de vivir en un hotel con la ayuda de la princesa Celestia. Bien sabía que Novel no tenía casa propia, y construir una tardaría demasiado tiempo. Por ello ordenó que se le prepararan dos habitaciones, las que ella misma financiaría para el escritor y el escriba de Canterlot. El hotel en el que ambos estarían viviendo desde ese día sería el hotel "Hay and Stay", al lado del "SugarCube Corner".
Esa mañana, Novel estaba preparando el desayuno, cuando alguien tocó a la puerta. Dejando lo que estaba haciendo, fue a atender a quien tocaba, encontrándose con un pony diferente: un unicornio femenino de pelaje gris, de crin castaña y ojos avellana.
–¡Hola!
–¿Novel Feathershy?
–Sí, mucho gusto señorita…
–Sonata. Soy la escriba que Celestia ha designado para usted. Estaré viviendo enfrente, para lo que se le ofrezca.
–¡Grandioso! ¿Quieres pasar? Preparé un poco de pan de centeno y jugo de manzana Applefarm.
–¿Está bien que pase? ¿No le molesta si…?
–Descuida. A partir de ahora viviremos prácticamente juntos, nos acompañaremos el uno al otro y nos reiremos del otro cuando nos equivoquemos. Ven, pasa a mi mesa.
.
.
.
Si les agrada la premisa, comenten y sigan el trabajo. Nos leeremos pronto.