Disclaimer: Este es un majestuoso aviso para informar a sus respetables usías que los presentes ilustres personajes en esta aclamada historia pertenecen a su excelencia Hidekaz Himaruya.


Sa majesté le grand Monsigneur

Francia se echa sobre la cama con el periódico en la mano, mira a Inglaterra de reojo.

—Cáncer y Tauro: amor verdadero —lee en voz alta.

—¡Te lo estas inventando!

—No me estoy inventando nada —gira el periódico y se lo muestra antes de seguir leyendo—. Conforman una maravillosa comunión de sentimientos, de ideas y cuerpos. Constituyen una pareja estimulante, estarán insuflados de ternura y vivirán un amor dulce lleno de comprensión. JAAAAA!

—¡Es mentira! —sonrojadísimo.

—¡Pues claro que es mentira lo del amor dulce lleno de comprensión! Que comprensión vas a tenerme por dios —protesta un poco, riendo—. ¡Pero mira esta parte!

—"La relación entre Tauro y Cáncer tiene su mayor compatibilidad para el matrimonio"

—Waaaaaah! ¡No es cierto! Seguro lo escribió una tía loca que se cree bruja y era cáncer y estaba enamorada de un tauro y todo se lo inventó.

—Es lo que dice el periódico, no es mi culpa —sonrisa —. "Cáncer y Tauro vivirán un amor romántico, lleno de calidez, de caricias... El emocional e inseguro Cánc... " Quoi?

—Jaa! —se le echa un poco encima para poder leer eso. "El emocional e inseguro Cáncer encontrará cobijo y protección bajo la administración y el amor posesivo de Tauro"

—¡Yo no soy ningún emocional e inseguro!

—¡Y yo no protejo ni soy posesivo de nadie!

—¡Mira, ve que estupidez! : "Esta pareja también representa la armoniosa unión de la realidad y el pragmatismo, con lo imaginativo y la magia. La realidad de Tauro, siempre con los pies sobre la tierra, ayudará a Cáncer a ubicarse en el mundo, a tener un cable que lo sujete para no elevarse del todo y perderse en las alturas."

—¡Ja! ¿Lo ves? Eso es por tus fantasías de reyes y reinas y príncipes cuando eres una RANA. ¡Hasta las señoras locas del periódico lo saben!

Francia hace los ojos en blanco.

—Lo dice el que cree tener un caballo con un cuerno amarrado en el jardín.

—No lo creo, ESTÁ AHÍ.

—Oui, Oui… Claro.

—Bah, en cualquier caso da lo mismo.

—Mira, como seducir a un Tauro.

—WHAT? —se sonroja más aún.

—La buena comida fascina a los Tauros, si sabes cocinar tienes un punto a favor —se ríe.

—Such lies! —trata de quitarle el periódico para que no siga leyendo.

—A la hora de la acción los besos en el cuello y los juegos por esa zona suelen excitar... Ehh! —quita el periódico para que no se lo arranque.

—SUCH LIES! SUCH LIES! —sonrojado de muerte. Francia se ríe más.

—Nada que no sepamos en realidad, veamos que dice aquí sobre mí... Quizás puedas aprender —sonríe empujándole un poco del pecho e intentando seguir leyendo.

—¡No quiero aprender nada! —chilla pero se separa.

—Como buenos emocionales, las personas del signo Cáncer aman el romance, el cortejo a la antigua con cenas, detalles, flores, les gusta sentirse atendidos por lo que si los mimas a la antigua conseguirás comenzar con buen pie la seducción. ¡Vaya, con suerte aprenderás algo!

Inglaterra se cruza de brazos y frunce el ceño, girando la cara, además todo sonrojado porque no es como que no haya leído esas cosas miles de veces.

—¡Vaya, algo de verdad! "Una gran forma de seducir a un Cáncer es planear una velada romántica, ya sea en casa o en un restaurante. No obvies ningún detalle, velas, buena cena, conversación agradable, halagos, todo lo necesario para que se sienta cortejado y atendido". ¿Si escuchas? —sonrisa de "pon atención".

—I don't care!

Francia se acomoda y sigue leyendo con tranquilidad, sonriendo.

—La intimidad es importante para las personas del signo Cáncer, a quienes no les gusta sentirse utilizados, por lo que es importante que hables acerca de tus sentimientos reales, poniendo las cartas sobre la mesa para mostrarles se... —carraspea extrañamente sonrojadito —, esto es ridículo, ¡aplica a todo el mundo!

—¡Yo no pienso hacer eso! —chilla igual. Francia le mira de reojo.

—Evidentemente yo no lo necesito —asegura

—Mejor. I don't care!

—¡Pues a mí no me importa que no te importe!

—¡Pues mejor!

—¡Bien! —responde con el ceño fruncido, doblando el periódico.

—¡Bien! —le mira fijamente también con el ceño fruncido. Francia le sostiene la mirada, Inglaterra aparta la cara.

—Jum! —le sigue mirando unos instantes más el francés.

—Lo único que te diría si tuviera que confesarte mis verdaderos sentimientos es que te ODIO.

—Bien, no es que nos interesara saber eso.

—Pues ya está.

—Si yo necesitara para vivir que me dijeras cosas bonitas me habría muerto hace mucho tiempo.

—Ya podrías haberlo hecho, con lo idiota que eras.

—¿Cómo te gustaría, verdad? Que te diera gusto al menos con eso. Lo siento, cher... antes muerto que darte gusto —ok, esa frase salió bastante mal ahí.

—¿Antes muerto que darme el gusto de morirte? ¡pues hazlo y todos felices!

—No ves el ciclo... antes muerto que darte el gusto de morirme. Implica que no voy a morirme nunca.

—Bah, no sabes ni lo que te dices.

—Eso es porque me distraigo pensando en cosas realmente importante

—Uy, sí, la profunda vida interior de France —se burla.

—Veo que tú no tienes idea de lo que es pensar, ¿necesitas que te explique?

—¿Para acabar pensando en príncipes y princesas? No, thank you.

—No creo que haya cabida en tu cabeza para príncipes y princesas con lo llena que la tienes de tonterías como dragones y unicornios.

—¡Tú no sabes nada de eso!

—Oui, solo los idiotas saben de eso.

—En realidad solo los idiotas creen eso.

—Eso lo dices tú, que eres idiota.

—¡Eso lo digo yo que te conozco!

—Qué vas a conocerme, si me llamas rana y crees que solo pienso en princesas... además de pensar que insultarme es una buena idea. Hasta el estúpido horóscopo sabe hacerlo mejor.

—¡Quizás es que lo que espero conseguir no es lo que tú quieres!

—Ni creas que consigues molestarme con ello, así que no te esfuerces —gesto con la mano.

—Ya, claro, ya se nota.

—ME molestas más o menos lo mismo que me molesta un mosquito. Si esas son tus aspiraciones... felicidades.

—En realidad ni pretendía, así que me iré.

Francia se gira a mirarle fijamente un instante, Inglaterra se levanta.

—Estás haciéndolo bastante lento para mi gusto...

—Quizás porque esperaba que pillaras que tenías que irte tú.

—No voy a irme solo porque tú lo ordenes —se acurruca más en la cama, porque... están en la cama.

—Pues yo no voy a irme solo porque te dé la gana —se vuelve a meter y deja la bandeja del desayuno vacía en el suelo.

—Bien, entonces no creas que voy a abrazarte porque quiero, es solo para molestarte —asegura sonriendo y abrazándole.

—Pues ni te creas tan listo que eso me va a molestar —se acurruca.

—No supongas que solo voy a hacer eso que sé que no va a molestarte —asegura—, quizás incluso tenga que besarte.

—¡No te atreverías!

—¡Claro que me atrevería! ¡A eso y más! Yo me tomo muy en serio lo que hago —le acaricia un poco el abdomen y estira el cuello hacia él.

—¿Ves cómo eres un idiota? Ni te creas que me importan tus besos

Francia se acerca más y le da uno rápido

—¿Seguro?

Inglaterra se sonroja y Francia sonríe de ladito.

—Debería ir con tu yo pequeño, no te creas que no sé qué todos estáis yendo.

—¿Con mi... yo pequeño? —levanta la cabeza y le mira.

—Pues... sí, me lo han dicho.

—Te han dicho que yo... ¿hablas de ti de pequeño? —levanta las cejas y se sonroja.

—Yes.

Francia se humedece los labios y desvía la mirada, aun sonrojadito.

—Ehm... —vacila—, ¿y quieres ir conmigo de pequeño? ¿Vas a portarte apropiadamente?

—¿Qué insinúas? ¡Sé lo que tú hiciste!

—¿Si sabes lo que hice? —pregunta acariciándole un poco el pecho. Traga saliva y le mira a los ojos

—Yes!

Francia se le esconde en el cuello.

—¡Ni te escondas, pervertido!

—Nah, no fue pervertido —asegura con convicción, porque no es eso lo que le da vergüenza.

—Claro que lo fue, era un NIÑO.

—MI niño, que ME quiere más que a nadie —susurra—. No hay nada de malo en hacerle feliz, el fin justifica los medios.

—NO TE QUIERE MÁS QUE A NADIE.

Francia sonríe de lado y suspira.

—Yo te quiero a ti más que a nadie... en todas tus versiones —asegura sinceramente.

—Eso no es verdad y es justo por eso que no quiero ir contigo de pequeño como todos —aprieta los ojos.

Francia se separa un poco para mirarle a la cara, humedeciéndose los labios. Ciertamente... el no confía tampoco en sí mismo de pequeño, especialmente en las cosas que era capaz de aparentar. Aun así, sabía perfectamente bien lo que el mismo había sentido por Inglaterra siempre, desde el primer día que le vio hasta hoy mismo. El de ojos verdes le mira con el ceño fruncido.

—Quizás deberías darme una oportunidad... no tienes nada que perder —le acaricia la cara—. A esta edad, después de todo lo que hemos pasado, estoy seguro de que sabes bien qué puedes lograr conmigo... si consigues encontrar el punto de inflexión.

—Lo que debería hacerte es romperte el corazón, pero a esa edad ni siquiera lo tenías.

—Exageras —asegura y sonríe un poco tristemente.

—No es cierto, te odiaría, más que ahora incluso, de hecho te odio en parte no tanto por ti si no porque sigo odiando esa faceta tuya que sé que existe.

El francés suspira porque sabe que es cierto... se conoce a sí mismo y no confía en sí mismo.

—Aun así, mon amour, puedo asegurarte que... esta faceta mía, esto de hoy, existía también en ese entontes. Solamente no estaba a vista de nadie.

—Ni siquiera a la mía...

—Menos aún a la tuya, tú... me dabas... —vacila un poco no tan convencido de querer decírselo tal cual. Inglaterra le mira y él suelta una risilla extraña—. Tú me dabas terror...

—Why? —levanta las cejas.

—Saquémosle a France sus más oscuros secretos —se pasa una mano por el pelo. Le mira de reojo, nerviosito... aunque a estas alturas piensa que todo esto es completamente evidente.

Inglaterra sonríe medio maligno porque le gustan los secretos

—Tú... me hacías sentir —resume.

—Ah?

—Oui, tenía que ser muy cuidadoso contigo y especialmente cruel, porque me hacías hacer lo que podía controlar perfectamente bien con los demás.

—Debería ir y romperte el corazón —repite y se sonroja un poquito.

—Mmm... no creo que eso funcione.

—Why not?

—Porque a eso si estaba acostumbrado

—No, no de esa forma de siempre insultándote y pegándote, rompértelo de veras.

Francia se lo piensa unos instantes.

—¿Harías eso? —pregunta mirándole a los ojos.

—Maybe

—Mmmm... —se revuelve un poco —, no sería fácil.

—Ah, no?

—Non —resuelve por motivos muy particulares.

—Why not?

—Tendrías que hacer cosas antes, cosas que te harían complicado romperme el corazón.

—¿Cuáles cosas?

—Pues para romperme el corazón antes tendrías que hacerme recordar que lo tengo, non?

—Well... yes. And?

—Puede que entonces no te fuera tan simple... ¿Estás seguro de que no quieres darme una oportunidad? —pregunta sonriendo.

—¿Una oportunidad de qué?

—De ir conmigo de pequeño.

—¿Y hacer qué? ¿Romperte el corazón?

Francia vacila un instante porque no cree que sea capaz de romperle el corazón, especialmente no con lo que va a tener que hacer antes para conseguir rompérselo.

—No lo sé...

—¿Qué querrías que hiciera si no eso?

—Lo que… quisieras, mon amour... no lo sé, tú fuiste el primero que dijo "debería ir con tu yo pequeño"

—¿Aguantar de nuevo todas tus idioteces y mandarte a la mierda?

El francés suspira.

—Vale, no es necesario entonces...

Inglaterra entrecierra los ojos.

—Es decir, si crees que es lo único que puedes hacer conmigo de adolescente... prefiero ahorrármelo.

—Es que es lo único que podría, ir y... ¡es que te odio de adolescente! ¡Solo podría ir y gritarte o ir y tratar de darte una lección!

—Ya sé que me odias de adolescente, pero... por lo que se no ha salido tan mal. A mí me gustó mucho verte de pequeño —asegura.

—Mmmmm —inseguro.

—Quizás sea yo demasiado insoportable, me mandes a la mierda, y solo vengas conmigo aquí después y yo te consuele —sonríe.

—¡Puedo perfectamente lidiar con cualquier versión idiota de ti sin necesitar consuelo!

Francia se ríe

—Bueno, decide lo que quieras hacer, mon petit taureau...

—Pues... —es que en realidad le jode ser el único que no ha ido.

—No puedo ser TAN insoportable...

—¡JA que no!

—Claro que no —ojos en blanco—, yo era adorable.

—Y no sé cuándo será peor, cuando los piratas, en la guerra...

—¿Estás pensando en elegir la peor época? Yo diría que la época de Napoleón es una fantastique

—¿Napoleón? really? ¿Con Switzerland?

Francia se ríe echando la cabeza para atrás.

—No SOLO estaba con Suisse entonces, él era sólo el entretenimiento que tenía en casa.

—Ya lo sé, pero él no tiene la culpa.

—Vale, vale, es que lo digo porque creo que es la época en la que todos coinciden que yo era más insoportable aún.

—¿Y crees que no puedo contigo entonces?

—Yo creo que nunca has podido conmigo en realidad —asegura.

—Bah.

—Bien, ¿entonces te has decidido cuando te parecía yo más sensual?

—NEVER!

—No mientas, mon dieu.

—¡No lo hago!

Francia se ríe

—¿Ya te decidiste?

—¡La que tú quieras, puedo con cualquier cosa!

—¿LA que YO quiera? Non, mon petit... Tú elige en qué época me quieres —sonríe dándole un beso rápido y mirándole a los ojos—. Solo no te olvides de que pase lo que pase... haya pasado lo que haya pasado, je t'aime.

—Yo NO te quiero en ninguna. Vamos a Napoleón si es lo que quieres.

Francia sonríe un poco porque con Napoleón era cuando era más dueño de todo, del mundo y demás... pero también es una época compleja para que las cosas salgan bien. Entrecierra los ojos.

—Piensa bien la época que quieres —pide levantándose de la cama.

—No me das miedo después de Waterloo.

El francés pone los ojos en blanco

—Entonces te daba miedo antes... interesante.

—No, no me das miedo y punto.

—Bien, pues para no darte miedo sí que te lo estás pensando bastante.

—Porque me caes mal, pero ya te he dicho que puedo contigo en cualquier momento, ¿te crees que eres cínico? Bah, ni se te ocurre lo que puedo llegar a ser si me pongo decadente

—Técnicamente tú serás el adulto y tú sabrás cómo manejarme... no se supone que tengas que estar haciendo competencia a ver quién es peor —se estira en todo su esplendor caminando hacia la puerta del cuarto.

—Quizás haga eso, detenerme al llegar a algo.

—Bien, haz lo que quieras solo... —se gira en la puerta de la habitación y le mira intensamente. Inglaterra le mira también—. No te pases, ¿vale? —le cierra el ojo y le manda un beso.

—Creo que sería mejor si YO fuera a esa época.

—Bien, me dicen por aquí que te vistas, te arregles y en cuanto cruces por esta puerta, estarás donde quieras.

—Pero tengo que ir al ático por la ropa de esa época —se incorpora un poco. Francia hace los ojos en blanco otra vez.

—Arréglatelas.

—But!

—¿No dices que puedes conmigo siempre y no sé qué tantas cosas?

—BUT! Bloody hell, ok, OK!

Se escucha la risa malévola de Francia desde las escaleras. Inglaterra fulmina la puerta y luego se pone de pie para buscar algo de ropa, pensando que tiene que ponerse lo más elegante que tenga para que le tome en serio... un... kilt quizás? Se sonroja apretando los ojos, quizás podía mejor ir con el frac aunque fuera de más tarde.

Puede que se burle menos de ti... pero puede que te le antojes menos. ¡Pues es él igual! Se va a burlar lo mismo...

Inglaterra se pone el Kilt, se pone un sombrero de copa, unos guantes, un pañuelo al cuello con uno de esos prendedores con una perla robados en el siglo XIV, se esconde una pistola entre la ropa, por si acaso, toma un bastón negro de los que se les desatornilla una hoja de acero y suspira antes de salir por la puerta y aparecer en el palacio de Versalles, en la cocina, lo siento Inglaterra pero es que tienes mala suerte...


Tal como prometimos en ask y aunque quería guardarla para que fuera FrUK de los viernes, no he podido resistirme. Aquí tienes el primer capítulo de esta esperada historia... solo queremos saber ¿Aun te parece tan interesante o quizás más?