Un nuevo cielo: Prologo

"Sawada Tsunayoshi es un bueno para nada" "Sawada moría solo" "Nunca triunfaras en la vida" "Eres un dame-Tsuna"

¿Cuántas veces había escuchado esas palabras?

Acostado en su pupitre el Décimo Vongola recordaba su dolorosa y oscura infancia. Las burlas y agresiones de sus compañeros de clases, los comentarios de sus vecinos y maestros acerca de su mediocre futuro, las bajas expectativas que su propia familia tenía sobre él. Habían generado en su pecho un hueco interminable del cual jamás creía salir.

Por más veces que sonriera intentando ignorar su propia realidad, jamás lograba superar su sufrimiento, cada vez que escuchaba su apodo, más se sentía identificado con este, más aceptaba su nuevo y mediocre estilo de vida; hasta que un día dejo de negarlo. Pronto cometía errores intencionalmente intentando reafirmar su existencia con la atención de los demás, era una prueba de que aún estaba vivo; aunque solo fuera una cascara de lo que había sido, una sonrisa falsa, y ojos opacos sin vida.

- ¿Seguirás siendo un Dame-Tsuna toda tu vida? – Escucho su peculiar voz.

Jamás lo esperaba, la intromisión del Arcobaleno le había devuelto la luz a sus días, a pesar de enfrentarse constantemente a situaciónes de vida o muerte y por momentos extrañara su antigua neutralidad. Le agradecía eternamente al pequeño mafioso, por brindarle el regalo más valioso y preciado para él.

Sus amigos, no, su familia.

Ya no era Dame-Tsuna, ahora contaba con su propio orgullo, su determinación, tenía las herramientas para forjar su propio camino; junto a su familia, sabía que podía lograr lo que fuera. Kokuyo Land, Varia, Milefiore, Daemond spade, Vindice; eran pruebas de su ardiente determinación, misma que lo impulso a tomar el liderazgo de su familia y cumplir la promesa que su ancestro le encomendó. Encarando su destino con sus manos prendidas en llamas entro en el basto, siniestro y corrupto mundo de la mafia para cumplir su misión.

Volver a Vongola su antigua gloria

Pero el Neo Vongola Primo voló demasiado alto, y se acercó demasiado al sol, que sus alas de cera se derritieron, en un intento por atar cabos sueltos, impulsado por su ciega determinación, se estrelló con la pared más dura de todas. La vida.

- Lo siento Tsuna-kun, ya estoy con alguien más –

- No seré el premio de consolación de nadie desu –

Su imagen completamente demacrada reflejada en un espejo lo hizo despertarse abruptamente y en un sobre salto, levanto su cabeza con el ritmo acelerado, mirando a su alrededor bajo el miedo que alguno de sus compañeros o amigos lo notase; para su suerte nadie lo había visto. Normalizando su respiración miro por la ventana del salón hacia el campo deportivo, distrayendo sus pensamientos intentando borrar aquella imagen de sus pupilas y divagando en su nebulosa, un recuerdo insistente se hizo presente; o más bien la ausencia de este.

- Mi fiesta – murmuro.

Y forzando sus recuerdos intento hacer memoria de la supuesta fiesta que sus guardianes habían planificado para él en celebración por su ascensión a jefe. Pero como todas las veces anteriores, solo conseguía un dolor de cabeza seguido de la imagen del bebe mafioso disparándole para finalizar en una oscuridad profunda. Quiso indagar más sobre aquel vacío en sus memorias, pero justo atentes de acrecentar el martilleo de su cabeza, la grave y profunda voz del director lo alarmo, obligándolo a llevar su atención a la pizarra.

- Hoy tenemos una nueva estudiante – hablo firme en frente de todo el salón.

Pasos delicados y suaves casi inaudibles captaron su atención casi de inmediato. De la puerta del salón una joven de tez blanca como la inocencia caminaba sutilmente hasta el pizarrón, el viento que oportunamente se colaba por las ventanas del salón de clase, movieron sus cabellos lacios y oscuros como la noche misma, y abriendo sus ojos, inundo la mente del castaño con la imagen del cielo atardecer. Los ojos naranjas de la joven hipnotizaban a más de uno que embelesados por su belleza independientemente del genero aguantaban su respiración congelando el tiempo en ese segundo.

Pero, para el Joven Decimo significo más dolor y confusión, sintiendo como algo se destapaba en su interior, imágenes y voces sin contexto alguno asaltaban su mente, distintos sentimientos corrían sobre su cuerpo sin control; dolor, enojo, felicidad, inquietud, ansiedad, pero el que más predominaba era la tranquilidad. Sentimiento que era producido por los ojos naranjas de la joven que eran clavados en el alma del joven castaño. Las voces se intensificaron tanto que las escuchaba claramente.

- es una bala especial –

- no estoy de acuerdo con la unión –

- yo soy el novio de Sasagawa Kyoko –

- te hundiré en la miseria Neo Vongola primo –

- Vongola es una ilusión –

- cuanto durara tu llama encendida –

- ella es tu prometida -

Sus ojos sin darse cuenta habían cambiado a color naranja, provocando que la joven de tez blanca frente a él sonriera y sin quitarle la mirada se presente en el salón de clases.

- Mucho gusto me llamo….-

- Elizabeth – completo el castaño en un susurro inconsciente.