Adaptacion: todos los derechos reservados a Kresley Cole y Rumiko Takahashi.
Desde el comienzo Sesshomaru lord del oeste y heredero de Inutaisho se las habia visto negras, su madre lo abandono al poco tiempo de nacer a manos de su padre para recuperar asi su libertad fue criado en un ambiente austero ya que al ser el sucesor de la gran dinastia de los Inu no debian consentirle nada en la crianza que pudiera acarrearle debilidades en el futuro.
Como resultado el joven heredero habia aprendido desde pequeño a ocultar sus emociones, volviendose un peligro potencial hacia los demas ya que el joven lord no poseia debilidades conocidas de ningun tipo, haciendolo frio e implacable a la hora de poner limites a las acciones de sus enemigos. Tamaña era su brutalidad que al alcanzar los 22 años puso fin a la vida de su madre Lady Irasue, ya que consideraba su abandono como la peor de sus traiciones. Eso no era bien visto por los demas Lores por lo que el reino del Norte bajo el mando de Hoshi decidio que era momento de tomar acciones para asi asegurarse de que la dinastia de los demonios perro no fuera a seguir prosperando bajo la tutela del Inuyoukai menuda tarea les esperaba ya que el temido daiyoukai no dejaba cabos sueltos de ningun tipo dificultandoles aun mas dar con alguna medida para perjudicarlo. El reino del este al contrario veia con buenos ojos que uno de los lores sobresaliera por sus cualidades por lo tanto se veia en la imperiosa necesidad de forjar una alianza, y que mejor modo que ofrecerle al lord del Oeste una "compañera" digna de su linaje puro.
Tamaña desilucion tuvo Shirei cuando el gran Sesshomaru declino la oferta de unirse a la heredera del clan de los cuervos, la princesa Yoko. El sur era otra historia, la oveja negra de los reinos ya que era gobernada por una hanyou Lady Kaori hija de una humana y el antiguo lord del clan de los okami, Kamyu.
En el reino del Norte
Hoshi habia encargado a unos hechiceros que lograsen "garantizar la sumision " de sesshomaru a una hembra escogida por el de tal modo que la union de estos neutralizara al lord del oeste, mataria dos pajaros de un tiro al unir a su sobrina Kadame neutralizando a su enemigo y logrando sacarla de su camino, la hija de su hermano era adorada por la corte del reino del norte de modo que su despreciado tio ya anhelaba el poder librarse de ella y su posible amenaza a heredarlo.
Jamas imaginaria que una mala traduccion por parte de uno de los hechiceros le echaria sus planes por tierra, pero de eso no sabria nada hasta que fuera demasiado tarde.
El grave error radico en querer vincular al inudemonio sin saber del todo el idioma por lo que en vez de vincularlo a la sobrina del lord del norte lo que hicieron fue traspasar los confines del tiempo para liberar y atraer a su verdadera compañera o "alma gemela".
Como resultado el ritual fue un fracaso ya que la vinculacion entre Sesshomaru solo se llevaria a cabo con su verdadera mujer.
En las tierras del Oeste
El demonio perro revisaba las fronteras de su reino. Volvió a darse cuenta de que la caza de
demonios menores invadiendo sus tierras cada vez era más escasa. A pesar de que Sesshomaru poseía una velocidad sobrehumana, cada vez le resultaba más difícil entretenerse con lo que encontraba allí. Clac. Destazo el cuello del demonio pájaro con los dedos sus garras escurrían sangre y, a pesar de los aullidos del viento, pudo oír el sonido del cuello quebrandose. Bajó el brazo; había sentido un cosquilleo en las orejas. Tenía los sentidos tan a flor de piel que notó un despliegue de energía inusual, detectó la alteración al pie de su montaña. Dispuesto a investigar, levito hacia el lugar.
kagome aterrizó encima de una montaña de esqueletos con tanta fuerza que se quedó sin
respiración y varios huesos salieron pulverizados por los aires. quedó tumbada unos valiosísimos segundos y trató de controlar el miedo que la atenazaba al sentir que se ahogaba. Esperó...Cuando notó que los pulmones le volvían a funcionar con normalidad, respiró hondo y empezó a toser al instante. Por culpa del viento que se había levantado, el aire estaba acre. Justo cuando pensó que estaba a salvo, vio que algo se movía por entre los árboles. Una nueva amenaza.
Múltiples pares de ojos brillaron en las sombras.
Estaba rodeada. Kagome podía sentir sus emociones.
Y la que predominaba por encima de todas eran la lujuria y el hambre.
Estrecharon el círculo y la obligaron a detenerse, y fue entonces cuando vio que como mínimo eran una docena y que tenían distintas formas y tamaños. Recordaban a humanos, pero tenían cuernos y colmillos en ambos maxilares. Lo que significaba que eran demonios.
Kagome había crecido con las historias de su abuelo de tiempos inmemoriales donde los
demonios poblaban Japón y grandes dinastías
habían proclamado el vasto territorio como propio, realmente odiaba que esto le estuviera
sucediendo. Solo recordaba que durante el festival de la luna un halo de luz la había
cubierto mientras se hallaba en el templo rindiendo homenaje a sus familiares que habían fallecido a lo largo de las eras, y que habían resguardado el templo Higurashi.
Un demonio llamado Kisuke le observaba desde las sombras junto a sus compinches demonios de baja categoría se hallaban de caza.
Pero su alegría al notar a la humana duró poco y se tensó al olfatear algo.
—Se está acercando —dijo en un tono bajo que denotaba miedo y asombro al mismo tiempo—.
Pero si no nos hemos metido en su territorio.
¿De qué estaban hablando?
—¡Tenemos que irnos ahora mismo! —exclamó un
demonio verde, con expresión asustada.
Kisuke se acercó a Kagome.
—Yo no me voy a ninguna parte sin ella. —Babeó todavía más—.
—¿Estás dispuesto a correr el riesgo de enfrentarte a él? —preguntó el demonio-verde.
Eso parecía, porque el tal Kisuke la cogió por el brazo. Kagome le dio una patada en el empeine, pero él ni siquiera reaccionó. Y, pese a que forcejeó con todas sus fuerzas, el demonio la arrastró hasta el bosque.
—¡Deja de resistirte! —le ordenó—. Serás nuestra concubina o te daré de comer a la bestia. Ya se está acercando.
¿Qué diablos era aquella criatura que había conseguido asustar tanto a los demonios? Se adentraron en un bosquecillo de árboles jóvenes los que habían decidido huir iban delante, los más lentos se estaban quedando rezagados. Aquellos árboles habían crecido tan pegados unos a otros que era como si estuvieran atravesando un sembradío de maiz. Pero ellos se pusieron todavía más nerviosos, repararon sus armas y se agazaparon. Kisuke sacó un garrote de madera del cinturón. El demonio-verde volvió a olfatear el aire y suspiró al tiempo que levantaba la lanza. El otro demonio verde de garras negras desenvainó un puñal de caza y farfulló:
—Nos está acechando.
¿Un demonio que tenía miedo de que lo siguieran?
Kagome oyó un grito desgarrador a sus espaldas y abrió los ojos como platos. Dejó de oponer
resistencia y corrió con el resto de los demonios, e, igual que ellos, iba mirando hacia atrás de vez
en cuando. Entonces, justo en medio del camino, se encontraron con uno de los demonios que los
había adelantado en la huida... decapitado. Y tan recientemente que su cuerpo seguía de rodillas.
El cadáver se desplomó y cayó al suelo.
—La bestia está jugando con nosotros —bufó
Kisuke furioso.
Se oyó otro grito tras ellos. Apenas habían dado una docena de pasos cuando algo que sonó como
un bumerán pasó por encima de sus cabezas. De la cosa caían gotas de sangre.
La bestia había lanzado una pierna recién cortada, y la extremidad aterrizó delante de ellos.
Al lado de la misma había dos demonios muertos, uno encima de otro, también sin cabeza. ¡Se la
habían arrancado con las manos!
—Ha matado a dos de un solo golpe. —Kisuke
tragó saliva y apartó a Kagome de en medio para
buscar una salida.
¿Una criatura había dejado sin cabeza a dos
inmortales de un solo golpe? ¿Y luego le había
arrancado la pierna a otro?
—No, no puede ser uno solo —dijo ella. No
paraban de morir demonios por todos lados, los
gritos se elevaban como un coro.
—Lo es —afirmó Kisuke—. La bestia.
Los sonidos característicos de una carnicería se
oyeron entre los árboles: huesos al romperse, la
carne desgarrada. Kagome temblaba demasiado
como para correr y tropezó dos veces seguidas.
Finalmente, Kisuke la abandonó y, pensando sólo
en sí mismo, salió corriendo entre los árboles.
Los pocos demonios que quedaban lo imitaron, y
huyeron en distintas direcciones. Kagome fue tras
Kisuke, el más grande, mientras oía que los
demás seguían gritando.
Entonces se detuvo y sin dar crédito a lo que
veía, parpadeó a través de la nube de polvo.
Delante de ella, una especie de sombra cogió a
Kisuke con pasmosa velocidad. Fue como si al
demonio lo capturara una fuerza invisible. Y, fuera
lo que fuese, lo partió por la mitad en el aire,
lanzando ambas mitades a lado y lado y
salpicando el suelo de sangre.
El demonio ni siquiera tuvo tiempo de gritar.
La sombra desapareció y se hizo el silencio. Lo
único que se oía era el viento. ¿Habían muerto
todos? ¿O estaban escondidos?
¿Qué era aquella cosa?
Kagome aguzó la mirada. Percibió algo y, al
volverse, se tropezó con un torso decapitado y sin
piernas, y aterrizó en medio de un charco de
vísceras, el demonio-verde. Lo reconoció por la
lanza que todavía sujetaba entre las sobrevino
una arcada y gateó como pudo hasta un sendero.
Su primera reacción fue hacerse un ovillo y
esconderse allí. ¿De qué serviría huir? La muerte
acechaba por todos lados. Entonces se avergonzó
de sí misma. Aunque era joven, era descendiente
de mikos y monjes. Se enfrentaría a aquella bestia
sin miedo hasta el final.
—¡Muéstrate, cobarde! —Los árboles que tenía
delante empezaron a separarse como si
estuvieran dando paso a alguien. El monstruo
estaba en camino. Antes no había hecho ruido, en
cambio en esos momentos estaba arrasando con
todo para llegar allí. Kagome en un arrebato de
valentia tomo la lanza que yacía junto al demonio
verde. Justo cuando se ocultaba con el arma
detrás de un arbusto, su atacante apareció en
medio del claro.
Kagome alargó el cuello y... se quedó sin aliento.
Aquella criatura media más de dos metros y tenía
el cuerpo salpicado de sangre, cabello plateado
orbes carmin y los labios entreabiertos dejaban
al descubierto colmillos en ambos maxilares. Otro demonio.
-continuara!
Irasue no duro mucho hahaha soy mala (pero ella como madre es peor) y al lord del norte que le den x traicionero o-o dejen reviews!
