Prompt: 094. Salvaje

Extensión: 847 palabras

Advertencias: está entre siblings love y romance insinuado, no me decido xD

Disclaimer: Bleach y sus personajes son propiedad de Tite Kubo.


Das a un hombre un pescado y lo alimentas por un día. Le enseñas cómo pescar y lo alimentas durante toda una vida.

Lao-Tsé


Algo por aprender

Era un bello y soleado día en el menesteroso rukongai, a unas cuantas decenas de distritos alejados del seireitei. Era un día como cualquiera, bah, en aquella peculiar comarca pincelada por el radiante sol y resaltada por la espeluznante pobreza. Rukia se anudó el frente de la yukata y se acercó a las aguas tibias del arroyo, varilla de hierro en mano, y se volvió a Byakuya con una sonrisa.

–Espérame, nii-sama.

Byakuya la observó adentrarse en el agua, su expresión ligeramente pasmada ante el paisaje, o mejor dicho: ante el viraje de la situación. Lo que menos se hubiera imaginado el noble es que en su primer paseo por el rukongai, él y su hermana tuvieran que recurrir a tan primitivo método de alimentación. De hecho, cuando su estómago había empezado a rugir, él se había figurado que encontrarían algún prolijo y discreto restaurante en el distrito, donde saludaran a ambos con la debida educación y los pertinentes honoríficos… Pero no, a Rukia se le había ocurrido pescar.

Aquello estaba a leguas de lo que Byakuya había esperado.

Rukia hundió sus piernas en el agua y aquello acentuó aún más la estupefacción del capitán. Atento, Byakuya observó cómo los muslos de la joven –muslos refinados y agradables a la vista, había que reconocer– se humedecían en la suave corriente, y cómo ella clavaba salvajemente la varilla en la profundidad del agua, absorta en su concentración. Era una imagen magnífica; bestial y magnífica para el aristócrata de Byakuya Kuchiki, que no podía dejar de mirar.

Entonces oyó a su hermana vitorear a lo lejos.

–¡Yoshi! –Al parecer había conseguido su primer objetivo. Siguió remachando en el arroyo por aquí y por allá, sin embargo, tras un rato, fue evidente que no estaba consiguiendo los resultados deseados. De repente, Rukia se volvió hacia él, esta vez su expresión era de decepción.

–¿Qué pasa, Rukia? –Byakuya le preguntó desde la orilla.

–No te preocupes, nii-sama –le contestó. Empezó a arrastrar pesadamente las piernas hasta salir del arroyo. Una vez fuera, Byakuya pudo comprobar que su pesca había sido infructuosa, dado que la varilla estaba casi vacía–. Cazaré algo en el bosque, por favor, espérame aquí.

Rukia dejó los únicos dos pescados que había logrado pescar en una cuba gastada. Byakuya la miró un tanto descolocado, luego la detuvo.

–Aguarda –le dijo. Contempló por un momento el arroyo, evaluándolo. Su mirada, originalmente dubitativa, se amainó–. Déjame hacerlo –soltó con seguridad. Extendió la mano para coger la varilla y su hermana, con gran asombro, se la entregó.

–S-Sí –Rukia se quedó mirándolo mientras él se acercaba al agua, ¿acaso el noble y arrogante Kuchiki Byakuya estaba por hacer algo tan rudimentario como... pescar? Oh…

De hecho, Byakuya nunca había pescado, aquella no era una actividad muy recurrente entre los nobles. El capitán estudió la baratija, no, la varilla por unos segundos, intentando familiarizarse con la novedad. Si no quedaba otra opción, pues a pescar se ha dicho.

–Así que con esto… seré capaz de pescar –meditó. Se giró para ver a Rukia, quien lo observaba expectante–. Aguarda aquí, Rukia.

Imitó el nudo en la yukata que ella se había hecho y se adentró en las aguas. Estaba bastante cálida y eso lo reconfortó. Ante un acalorado «¡nii-sama, dóblate las mangas!» que se escuchó desde la orilla del arroyo, Byakuya plegó los extremos de su yukata y se dispuso a capturar los benditos peces... O al menos eso era lo que esperaba.

Avistó uno y enseguida lo clavó. Una ráfaga de realización se arremolinó en su pecho. Se volvió para mirar a Rukia, quien tenía una sonrisa enorme en su rostro. Byakuya se sintió muy orgulloso de sí mismo.

–¡B-Bien hecho, nii-sama! –festejó Rukia. Byakuya se entretuvo un buen rato capturando algunos peces más, y cuando consideró que tenía la cantidad suficiente, salió del agua. Rukia lo miró con fascinación. –¡I-Increíble! –La mirada de la shinigami era extática–. ¡Como se esperaba de nii-sama…!

Al parecer, en algún momento, Rukia se las había ingeniado para montar una fogata, sólo faltaba encender el fuego y Byakuya contempló el artilugio con aprensión. Su hermana se había puesto a contar los pescados cuando a él, de repente, lo abrumó cierto descontento.

–Rukia –la abordó–. Enséñame… a asar.

–¿Uh? –Volteándose en cuclillas, Rukia se giró para ver a su hermano. ¿Había escuchado bien? ¿Kuchiki Byakuya quería… asar?

–Enséñame cómo encender el fuego –La determinación del noble era tan firme, pero esa actividad combinaba tan poco con él… Ni modo, su hermano mayor era magnífico en todo lo que hacía, oh, cielos, ¡él era increíble!

–¡S-Será un honor! –expresó la shinigami con emoción y reverencia.

Cuando la noche cayó en el rukongai, ambos comieron tranquilamente los pescados. Byakuya se sentía muy orgulloso de haber sido capaz de pescar y encender el fuego, y por su parte, Rukia se sentía completamente honrada de haber podido enseñarle algo nuevo.

Byakuya contempló silenciosamente las espinas que habían quedado en el piso. Aquello era definitivamente una novedad. Guardaría la varilla de pesca como recuerdo de su victoria.


Esta viñeta está basada en un roleo que tengo con una amiga; querida Masha, los créditos son tuyos ^^. Me pareció que la idea era bastante simpática como para dejarla en un simple roleplay, so, la trasladé a un fic :) Ojalá les haya gustado. ¡Un beso!