Hola a todos! este es mi primer Fanfic de Harry Potter y la verdad me da miedito este nuevo paso.

les explico un poco como es esto... Es un mundo paralelo en el que Draco y el trío de oro son amigos... y muy cercanos. El problema aquí es la familia de Draco que sigue siendo Mortífaga y Draco tiene claro que tendrá que seguir los pasos de su padre, aunque esto le lleve al dolor más horrible que un corazón pueda llegar a tener

Declaración: Todos los personajes reconocibles de la Saga Harry Potter son propiedad de JKR. Sin embargo, la trama es Total y absolutamente mía y no hay permiso para publicarlo en otro lugar (Texto con Copyright) Esta historia está disponible tanto en Fanfiction. Net como en Potterfics. com con la autoría de AliceMlfy (Firma Alice~). Di "No al plagio".

Capítulo dedicado a la Katty... sin ella y su obsesión por el Dramione, nunca me hubiera atrevido a hacer esto

Disfruten! :D


Capítulo 1: Un chico Feliz

"Amar es encontrar en la felicidad del otro tú propia felicidad" (Gottfrid Leibniz)

¿Qué pasaría, si el niño que vivió, le hubiera dado esa mano que tanto necesitaba? ¿Qué hubiera sido de él al ver cómo el elegido le brindaba su amistad? ¿Hubiera dejado los prejuicios de su familia?

Un pequeño de 11 años, mimado por su madre y exigido de respetar el linaje de la sangre por parte de su padre, ¿tiene derecho a elegir? ¿Y si elige ser feliz? ¿Y si descubre que le gusta la amistad?

La mañana estaba helada para ser un día de verano. Sabía que sus amigos estarían en sus hogares disfrutando con sus familias. Lo más probable era que Harry se encontrara junto con la comadreja en la madriguera y Hermione aún en casa de sus padres en el Londres muggle… ¿y qué estaba haciendo él?

¡Crucio!— gritó Bellatrix Lestrange apuntando con su varita al muchacho rubio de ojos grises que ahora los tenía cerrados, intentando aplacar el dolor1- no seas un cobarde sobrinito y confiesa lo que sabes- dijo enojada― ¡¿qué sabes sobre Harry Potter?― gritó histérica con los ojos desorbitados.

― ¡no tengo idea, ya te he dicho que no me relaciono con ellos!― gritó Draco con los ojos llenos de lágrimas tras 4 crucios seguidos, mintiendo para poder salvar a sus amigos.

Sabía que si su tía Bellatrix le daba el Veritaserum todo estaba perdido.

― Bella, por favor, el muchacho no sabe nada― intervino Narcissa, quien detenía la mano con la que Bellatrix apuntaba a su hijo.

Estaba en el piso, hincado de dolor, con marcas de cortes en el pecho y sin mucho que desear más que la muerte. La sangre le empapaba la camisa blanca, pero era lo menos comparado con el dolor que sentía; cómo si sus huesos se calcinaran.

Bellatrix desistió y acercándose a Draco, tomó la cara del muchacho con su desquiciada mano y la apretó para que la mirara, enterrando las uñas dolorosamente.

― Tienes razón Cissy… si Draco supiera algo, ya lo diría… porque su vida y la de toda su familia estaría en manos del señor tenebroso ahora mismo si mintiera… pero si sabes algo, ¿nos lo dirás Draquito?― preguntó muy cerca, sintiendo el olor a los dientes podridos de la bruja. Draco sonrió de lado con desdén-

― Claro tía… no podría negarme a tu dulzura― dijo arrastrando las palabras mientras la maldición Crucio iba bajando cada vez más la intensidad de dolor.

La mujer se levantó y salió de la estancia. Narcissa se mantuvo rígida mientras salía… al escuchar el Crack que sonaba cada vez que Bellatrix desaparecía, la señora Malfoy se acercó corriendo hasta su hijo.

― Por Merlín mijito― dijo la mujer tomando al muchacho por sorpresa ante ese apodo cariñoso que hacía mucho no escuchaba. Narcissa lo para ponerlo de pie― no puedes estar así… debes decir lo que sabes, lo que sea―

― No puedo madre― dijo Draco revisando sus cortes en el pecho con dificultad…eso dejarían feas cicatrices― porque no tengo idea― dijo respirando con cuidado.

Se levantó del asiento y caminó pesadamente. Narcisa lo ayudó mientras intentaba ir hasta las escaleras

― ¡Pero hijo!― intentó decir Narcissa― ¡ellos son unos "sangre sucia" y traidores de la sangre!―

― ¡Madre!― dijo Draco reaccionando ante el insulto, pero manteniendo la compostura― no estoy de ánimo para esto… por favor―

― …has cambiado Draco, antes no eras así. Te criamos para que sigas nuestro linaje, no para que…―

― ¡Madre, por favor, basta!― dijo Draco lo más fuerte que pudo con los crucios aun vibrándole en la piel― y si tienes algún miedo, despreocúpate… no estoy con ellos― Narcissa cerró los ojos con alivio― Estoy con la familia― mintió-a demás…. La marca estará en mi brazo a finales de este año escolar, así que despreocúpate. Almorzaré en mi cuarto. No quiero ver a nadie―

Se soltó de su madre y caminó como pudo, solo, hacia su cuarto. No podía quedarse por mucho más tiempo ahí… había sido una mañana llena de crucios y cortes de parte de su tía y necesitaba curar sus heridas. Mientras se duchaba y limpiaba, intentó maquinar un plan para mantenerse a salvo y también a sus amigos. Sabía que si se iba a la madriguera con Potter y la comadreja, los mortífagos eventualmente irían a dicho lugar al sentir rastro de magia y no se lo pesarían dos veces para ir a buscarlo a aquel lugar. Sus esperanzas eran simples.

Sonrió ante el recuerdo de sus amigos, recordando aquél apodo cariñoso que le habían regalado una mañana en el tren a Hogwarts, aquella vez que por primera vez habló con ellos.

[Flashback]

Draco se sentó junto con Harry, luego de este haber aceptado su amistad, aún algo asustado por la cara que Lucius Malfoy había puesto cuando vio que su hijo le daba la mano al elegido.

Tu papá me da miedodijo Harry luego de un rato mientras el tren se movía

Él es así… siempre da miedodijo frio e inexpresivo.

Mientras esto ocurrió, un muchacho de cabellos de fuego se sentó en la cabina donde se encontraban. Draco lo quedó mirando con asco, pero al ver la expresión de Potter, se calmó; no podía darle una mala impresión a su- esperaba -nuevo mejor amigo.

Luego de las presentaciones correspondientes entre Ron y Harry, tocó el turno de Draco. Al no saber cómo actuar, solo hizo un intento de sonrisa y le extendió la mano

Draco Malfoydijo lo más sincero que pudo

Ron lo quedó observando, pero, ¿qué niño de 11 años tiene tan arraigado los prejuicios? Mandó todo al cesto de la basura y le dio la mano al muchacho de cabellos platinados, ofreciéndole una rana de chocolate, lo que gustoso aceptó.

Al cabo de un rato, una pequeña de cabellos desordenados entraba a la cabina. Se sentó junto a Draco, dejando caer su peso descuidadamente.

Draco la miró asustado… ¿cómo una niña podría tener tan desordenado su cabello? Luego miró a Harry, al parecer, este estaba habituado a esta gente tan extraña y era a simple vista más sociable. Esperaba sinceramente llegar a ser como él

Mi nombre es Hermione… Hermione Grangerdijo estirando la mano que fue recibida gustosa por Harry y Ron presentándose respectivamente…

Draco miraba a la muchacha… Muggle… Era muggle… y si estaba en ese tren… ¡era una sangre sucia! ¿Qué diría su padre? Nunca había conocido a un muggle en su vida y menos a una sangre sucia. Pero al ver los ojos sinceros de la castaña el solo sonrió, y comprendió que ella era una niña… una niña como él.

Draco Malfoydijo estirando su manoun gusto

El gusto es míodijo Hermione sonriendo.

Mientras el tren avanzaba, los chicos fueron compartiendo un poquito de sus vidas en el camino. Un lobo sonó a lo lejos.

Ahí te llaman, Malfoydijo Ron comiendo otro dulce descuidadamente.

¿por qué dices eso Ron?preguntó Hermione extrañada y con el ceño fruncido

Es que su pelo…dijo apuntando a Draco, el cual tocó su cabello perfectamente amoldadoes casi blanco…como los lobos de las nieves

Sí… es ciertodijo Harry sonriendo. Draco se sonrosó ante el comentario.

Pues….pues… ¡si es por eso, el tuyo se parece al de una comadreja!dijo Draco con el ceño fruncido y con una carcajada en la garganta, a lo que Ron contestó con la boca abierta y los ojos achinados, pero con la risa en estos.

Un sonido de risa casi se escapa por la boca de Hermione, a lo que Harry concluyó

Y tu pareces gatole dijo a la chica, la cual al mirar a sus compañeros y nuevos amigos, comenzó a reír, siendo seguida de cerca por Draco.

[Fin dele Flashback]

El muchacho se secó con rapidez y secó su cabello con algo de magia. Se dirigió a su cuarto nuevamente y sacó los baúles del colegio. Guardó lo que pudo en la maleta y en el baúl y lo conjuró para reducirlo, de modo que cupiera todo en su bolsillo. Se acercó a su armario y registró en el fondo de este. Ahí estaba… el regalo de cumpleaños que Hermione le había dado. Recordaba que el pantalón le quedaba algo largo; esperaba que hubiese crecido lo suficiente desde el principio del verano hasta ese momento para utilizarlo.

Sacó el Jeans negro y lo calzó con sus zapatos negros puestos y para su sorpresa, el pantalón le quedó perfecto. Tomó luego la camisa del mismo color con líneas delgadas blancas, casi imperceptibles y la abotonó rápidamente, luego se colocó la chaqueta de cuero con capucha de polar que tanto le gustaba y se miró al espejo… perfecto, parecía un muggle. Sonrió al verse así. La forma de muggle le favorecía, aunque debía hacer algo con su cabello. Mientras estuviera lejos de casa, debía cubrirlo con algo o lo descubrirían, abrió la chaqueta y guardó su Varita en aquel lugar que Hermione había cosido para aquel artefacto. Estaba listo. Solo necesitaba la segunda parte del plan.

Miró la hora y se dio cuenta que las secciones de Crucios se habían extendido hasta pasada el medio día. Eran las 4 de la tarde y tenía un hambre voraz. Fue hacia su cajón. Un pequeño pergamino estaba dispuesto. Draco garabateó un escueto "almuerzo en mi cuarto" y cerró el cajón, para luego correr hacia su escritorio y comenzar a escribir:

"Blaise, Si mi madre llega a preguntarte dónde estoy, dile que estoy contigo… Invéntale lo que sea, pero que no me busque. Dejaré una nota diciendo que estoy contigo y por favor no preguntes a dónde voy. Solo quédate con la idea de que estoy bien.

D.M"

Luego dobló el pergamino en cuatro, se colocó la capa para que no vieran sus vestimentas y corrió a la lechucería. Ahí rápidamente amarró la nota a la pata de la lechuza gris –Singar- e indicándole a quién dirigirse, el ave voló lejos. Draco rogaba, de regreso a su habitación que llegase a destino.

Cerró la puerta y su almuerzo estaba listo en su escritorio. Comió tranquilamente; no tenía pensado llegar a plena luz del día y esperaría hasta pasadas unas cuantas horas.

Cuando hubo terminado –y el tiempo prudente estaba a la vuelta de la manecilla- comenzó a escribir una nueva nota.

"Madre: Me iré a casa de Zabini en Italia. Descuida que allá estaré bien. Quiero conversar cosas sobre "el asunto" con él. A demás, ya no aguanto las lindas lecciones de tía Bella. Sabes cómo se pone mi padre cuando me hace esto y a pesar de que está en la cárcel, sé que bella se encargará de hacerle llegar la noticia de que su "hijo es un flan" y no quiero más preocupaciones para él ni para ti. Por favor, no te preocupes, estaré bien y nos veremos en el andén en 20 días a la misma hora de siempre.

Draco."

― Con esto bastará― se dijo dejando la nota en la cama― Mirack, ven por favor― dijo Draco con voz normal.

Un elfo doméstico apareció a su lado. Lucía una camisa blanca limpia y un corbatín de moño. Tenía encima un chaleco verde Slytherin, un pantalón de tela negra y zapatos a juego.

― ¿Qué desea el amo Draco?― preguntó Mirack mirándolo con sus ojos grandes y celestes.

― Necesito que me hagas un favor y que luego de esto, no le digas nada a nadie… tú ya sabes―

― A Mirack le gusta servirle amo. El amo Draco es muy bueno con Mirack… Mirack jamás lo defraudaría, pero debo preguntas si me lo permite, ¿usted se encontrará bien?―

― Sí Mirack, estaré bien―

Draco le dio las indicaciones y ya con su equipaje en el bolsillo y de la mano de Mirack, desapareció.


El sol estaba casi tras de las montañas, y en una pequeña casa muggle en Londres, Hermione ordenaba su cuarto.

Todo lo necesario para un nuevo año en Hogwarts. Vería nuevamente a Ron, Harry, Ginny y, por supuesto, a Lobo. Cuánto extrañaba esos cabellos platinados y esos ojos mercurio que la miraban con atención. Cada materia que sus amigos no entendían la materia, acudían a ella y Lobo era quien se colaba en aquellas tardes-noches de estudio. Muchas veces Draco tuvo que poner orden en la sala que habían improvisado para ellos en el cuarto piso para poder estudiar.

[Flashback]

― ¡Comadreja, déjate de molestar! Minou está tratando de explicarnos y tú solo juegas― dijo Draco golpeando la meza para levantarse y mirar a Ron quién había lanzado una broma estúpida acerca de la forma de decir el hechizo. Había pasado hace solo un año atrás.

― No jodas, Lobo― dijo ron sentándose― eres un aguafiestas―

Draco los miró divertido. Harry solo miraba de manera aburrida la escena y Hermione miraba a Lobo.

― Ron, sabes que yo soy el primero cuando tú y Rayo tienen una idea divertida… pero ahora Minou está ayudándonos a estudiar.―

― Oye lobo― interrumpió Harry sonriendo de medio lado― deja de ser tan estricto… y te doy mi pastel de chocolate ¿qué dices?― preguntó malicioso

― Me parece genial…. Solo si esta comadreja deja de interrumpir a Minou―

[Fin del flashback]

Hermione sonrió. Rayo… Habían colocado ese apodo a Harry en segundo año. Esa maldita cicatriz que a veces le ardía tenía forma de rayo… "Hay que darle un uso útil a la estúpida cicatriz de Potter" dijo Draco aquella vez.

Eran apodos estúpidos que habían adoptado sus amigos, pero el que más le gustaba era el suyo…. "Minou"- Minino en Francés-, era el apodo más cariñoso que le habían regalado y había sido Draco quien se lo había dado.

Hermione suspiró un minuto para sus adentros y miró sus cosas; estaba casi todo listo, solo faltaba su uniforme que su madre estaba buscando en el cuarto de la ropa sin planchar.

La puerta se abrió y vio llegar a su madre con las prendas.

― Ay hija… penúltimo año en esa escuela… ¿estás contenta?—

― Si mamá― dijo Hermione escuetamente recibiendo su ropa y colocándola cuidadosamente en su baúl.

― ¿Y qué harás cuando salgas?- preguntó su madre con miedo, sentándose en la cama mientras Hermione ordenaba.

Nunca habían tenido esa conversación y Hermione sabía que cualquier decisión iba a afectar a su madre. Ya había pensado qué decirle así que se sentó en su cama imitando a su desconcertada y temerosa madre.

― Mamá… Tengo muchas ganas de entrar a Medicina a Oxford― dijo sonriendo, lo que su madre celebró con un abrazó― pero no te mentiré. Cuando me gradúe, seré Medimaga; estaré en el "mundo mágico" trabajando. Pero tengo ganas de vivir en el Londres Muggle. De todas formas, tranquilízate, que estaremos cerca siempre― dijo la muchacha mirando a su madre.

Jane Granger miraba a su hija con melancolía. Ya no era la niña pequeña de cabello indomable y solitaria. Ahora, Hermione era muy sociable. Salía en verano, tenía amigos "Muggle", como ella los llamaba y sonreía más. En especial cuando hablaba de Ron, Harry y por supuesto, de Draco.

Ese muchacho había hecho milagros con ella. Recordaba cuando Draco le dijo aquella vez "Minou, debes tener amigos en casa. Es muy triste cuando estoy en mi casa y estoy solo, porque tú, la comadreja y Harry están lejos de mí. No hagas como yo y ten amigos aquí, con quienes divertirte. Serás más feliz"

Jane sonreía al recordar al muchacho, que le había dicho eso el día que fue a recoger a Hermione al andén 9 ¾ por primera vez y que desde aquella vez, había robado un pedacito del corazón de los Granger-Monckeberg

El timbre sonó abajo y se levantó para atender

― No mamá, yo voy. A demás, dijiste que debías meterme una cosa sorpresa en la maleta― dijo Hermione que no perdía la inocencia de su edad.

Jane sonrió y recordó lo que iba a entregarle.

Hermione bajó las escaleras cuando el timbre volvió a sonar

― Ya van, ya van, ¿para qué tanto escándalo?― se preguntó Hermione en voz alta

Cuando abrió la puerta, se encontró con un chico rubio y mirada de mercurio vestido con una chaqueta de cuero y una capa oscura en los hombros. Ella quedó con la boca abierta, sin siquiera decir palabra. Draco sonrió al verla, y sintió como el calor subía a sus mejillas. Hacía tanto que no sonreía, que pensó no poder hacerlo.

Lo único que pudieron hacer fue abrazarse. Hermione rodeó sus brazos al cuello del alto muchacho y este puso su zurda en la cintura para atraerlo y su diestra en el cabello amarrado con un pinche improvisado con un lápiz, sacándolo de inmediato y desordenándolo para sentir aquel aroma que desprendía de los cabellos de la castaña. Hundió su cara en la cabeza de la muchacha y la besó repetidas veces.

― Minou, Minou, Minou― canturreó mientras la abrazaba más fuerte

― ¿Qué haces aquí?- preguntó Hermione luego de salir de la impresión― pasa, date prisa―

Draco pasó a la casa y respiró. Se sentía tan bien estar ahí. El comenzó a pensar en lo que hubiera dicho su padre al verlo en esa casa muggle, luego mandó todo al carajo y sonrió al no ser así.

― Dime, ¿cómo llegaste?― preguntó Hermione enojada. Sabía que él no podía hacer magia hasta que cumpliera los 17, y eso sería en un año, ya que hacía dos meses que había cumplido los 16, mientras que ella podría quitarse el rastreador en unos días más.

― Si quieres, me voy― dijo el muchacho alzando los hombros

― Draco…―

Draco sonrió de medio lado y abrió su capa, dejando ver a Mirack

― Ama Hermione, a Mirack le da gusto verla― dijo el elfo feliz por mirar los ojos castaños.

― Mirack― dijo Hermione agachándolo y dándole las manos al elfo― ¡qué hermoso traje!, ¿te ha tratado bien este Lobo sin escrúpulos para tenerte de esclavo?-dijo Hermione a lo que Draco contestó con un bufido.

― Oh si, ama, Mirack es muy feliz al lado del amo Draco… a Mirack le gusta servirlo y el amo me trata muy bien. El amo ha entregado a Mirack este lindo traje― dijo el elfo con los ojos algo tristes.

Hermione miró a Draco y se levantó. No le gustaba que tuviese a elfos domésticos en casa y abrió la boca para protestar, pero Draco lo interrumpió

― Mirack ahora es un elfo libre y está a mi servicio porque lo he contratado. Él quiso quedarse conmigo, así que hicimos el arreglo y solo me atiende a mí. Estará conmigo hasta que él lo desee.― tranquilizó Draco mirando a otro lado, tratando de desviar el doloroso tema sobre la liberación de Mirack.

Había cambiado tanto. El pequeño arrogante que vio por primera vez en el tren, ahora era humano… aunque fuese solo con ella.

― Está bien.―

― Amo Draco, Ama Hermione, Mirack debe marcharse, Muggles se acercan.―

― Muy bien Mirack, nos estamos viendo, y ya sabes, nada de hablar con nadie―

― Cuídate Mirack― dijo Hermione al elfo, a lo que este sonrió y con un chasquido de dedos, desapareció.

El padre de Hermione entró a la estancia, viendo a Draco sacándose la capa y dejándola en el perchero cercano a la puerta

― ¿Draco?― preguntó Hugo Granger con los ojos muy abiertos.

― Señor Granger― dijo Draco acercándose estirando su mano, a lo que el hombre lo miró extrañado. Luego sonrió y lo abrazó.

Draco se sentía tan contento entre los brazos de ese hombre que hacían años que lo acogía en su casa como uno más de la familia Granger. ¡Qué ganas tenía de que así fuera! ¡Que ganas tenía que Hermione se quedara con él y poder disfrutar de una familia tan linda! Pero no podía. No debía encariñarse más con aquel hombre que le brindaba su cariño. Se separó con dificultad y sonrió.

― ¿Cariño, quién era?― preguntó Jane bajando por la escalera. Draco la miró sonriendo― ¡Draco! ¡Qué alegría verte muchacho!― dijo Jane bajando rápidamente y abrazándolo.

Hermione se sentí feliz; Lobo estaba en su casa y justo a tiempo para la cena.

― ¿Pero qué haces aquí?― preguntó Hermione llegando a su lado tomando su mano

― Si quieres, me voy― reiteró riendo. Hermione lo miró seria y alzando una ceja― ¿No puedo, acaso, venir a ver a mi mejor amiga?― preguntó Draco sonriendo con inocencia. Hermione lo miró con desaprobación.―...tuve problemas en casa―confesó Draco mirando suplicante― por favor, ¿puedo quedarme? ― preguntó a Hermione y luego a sus padres

― Pues…― Hermione miró a sus padres con los ojos brillantes.

― ¡por supuesto que si muchacho!― dijo Hugo dándole un nuevo abrazo, lo que Draco recibió gustoso.

― Pero… yo me iré -bueno, nos iremos- a la madriguera en 5 días, Lobo― dijo Hermione sonriendo. Draco correspondió el gesto acercándose a ella y besando su frente.

Se sentaron en la mesa. Ahí conversaron trivialidades mientras Jane servía la cena. Draco pensó entonces que Mirack sería de ayuda para ellos, pero Hermione lo mataría se le pedía a su elfo ayudar en casa. Más que mal, a los elfos no les agradaban los Muggles y Mirack hacía una excepción con Hermione porque ella lo trataba muy bien.

― Entonces, Draco… ¿qué piensas hacer cuando termines la escuela?― preguntó Hugo comiendo su carne con puré de papas.

― Pues… he pensado en dedicarme a los negocios de la familia. Aunque tengo muchas ganas de dedicarme a la política en el ministerio de magia. Después de todo, el dinero que tiene mi familia sigue siendo muy grande y mi padre aún se puede hacer cargo, si es que sale de Azkaban― dijo despreocupado comiendo― Señora Granger esto está delicioso― agregó

― Pues, nuestra pequeña, entrará a Oxford a estudiar medicina― dijo Jane poniendo las manos en los hombros de Hermione, mientras esta sonreía.

― ¿no serás auror, Minou?― preguntó Draco con la sorpresa en sus ojos. Hermione negó con la cabeza.

― Quiero ser Medimaga… pensé también dedicarme a la política, pero no creo que me vaya muy bien― dijo con pesar.

Había querido tantas veces golpear a los de su casa –Slytherin- por llamar "Sangre sucia" a su Minou, que esa mirada se lo recordó. En el ministerio no dejarían llegar tan alto a una hija de muggle y lo comprendía a la perfección.

Eran ya las 9 de la noche y Hermione entraba a la habitación que estaba al lado de la suya. Prendió la luz y la contemplaron. Era una recámara pequeña, con un closet, una cama de una plaza y un velador.

― Sé que es pequeña y no como la inmensa habitación que debes tener en la mansión Malfoy, pero al menos…―

― ¡Es perfecta!― dijo Draco entrando feliz, y sacando de sus bolsillos los tres cubitos que eran tus pertenencias, las dejó en el suelo y recuperaron su tamaño original. Una mochila negra de cuero -Regalo de Harry en su cumpleaños- una maleta y su baúl con el símbolo de la serpiente y sus iniciales "D.L.M.B"

Hermione sonrió al ver a Draco tan feliz. Se sentó en la cama junto con él y tomó sus manos.

― ¿Me dirás qué pasó?― preguntó tranquila con el cabello nuevamente agarrado con un lápiz, en forma de tomate, dejando algunos mechones rebeldes caer por su rostro. Draco se acercó y sacó el lápiz para luego desordenar su cabello

― Así te vez más hermosa― dijo Draco luego de cumplir su labor.

― Dime…― pidió la castaña.

― Bellatrix… me quiso sacar información sobre Harry… yo me negué―

― ¿Qué te hizo?― preguntó con miedo pero controlando su respiración para no delatarse, Draco la conocía muy bien.

― 4 crucios casi seguidos― dijo Draco levantándose y desabotonando su camisa, dejando su pecho perfecto al descubierto con las 4 heridas que desfiguraban el torso― y esto con una daga― susurró.

Hermione se cubrió la boca ahogando un grito y tuvo tanto miedo que se levantó y lo abrazó por la cintura, tocando su piel. Esa maldita bruja le había hecho daño a SU Lobo…

― Aún te duele― aseguró desde el pecho del muchacho, el cual tiernamente se alejó para abotonarse nuevamente la camisa

― Sí… fue hoy en la mañana, casi a medio día. Comí en mi cuarto y me vine―

― Pero Draco…―

― Dejé una nota a mi madre diciendo que me iría a casa de Zabini. Este está enterado y me ayudará, no te preocupes. Aunque ahora, necesito hacer algo con mi cabello… ¿puedes pintarlo de algún color para que no se me note tanto mi hermosura adónica y así no me descubran?― preguntó cambiando –o intentando- cambiar el tema radicalmente

Hermione lanzó un bufido y le lanzó la almohada en la cara, para luego desarmar la cama y comenzar a arreglarla. Draco ayudó en la labor sonriendo. Seguía siendo un altanero, un irónico, a veces flojo y perezoso pero con ella era todo distinto. Con ella podría simplemente tener la mierda hasta el cuello y no le importaría más que el bienestar de su mejor amiga.

― ¿Qué haremos?― preguntó Hermione luego de ordenar con Draco y sentarse a su lado.

― Pues… pensaba en poner algo en mi pelo para que no se viera tan hermoso y luego…―

― No tocaré tu cabello, idiota. Es demasiado sedoso para arruinarlo― dijo Hermione agachando la mirada― me refería a tus heridas―

― déjalas, se sanarán solas― dijo acariciando el cabello de Hermione― ahora de verdad, de verdad, necesitamos hacer algo con esto. Y creo que usar la magia está descartada…― dijo apuntando su cabeza-

― ¿Qué tal un Jockey?―

― ¿Y qué diablos es eso?― preguntó Draco

Hermione rio y caminó hacia su habitación. Al volver tenía un gorro con visera de color negro y se lo entregó

― Esto es un Jockey…se coloca en la cabeza― dijo quitándoselo de las manos y colocándoselo al rubio. Unos flecos se dejaban ver por adelante y por atrás del platino cabello del joven―se te ve bien―

― Sí, pero, no sé. No me agrada―

― Es eso o dejar tu cabello platino al viento― dijo la muchacha cruzándose de brazos.

Draco sonrió. Le gustaba hablar con ella, pero tenía miedo. Miedo a que Bellatrix le hiciera daño. Miedo a que él le hiciera daño cuando tuviera que seguir los pasos de su padre… Miedo de que el señor oscuro la atrapara y con ella a todo lo que la rodeaba.

Hermione se acercó y le sacó el jockey. Le besó el cabello y diciendo buenas noches, cerró la puerta tras de sí, llevándose con ella todos los miedos e inseguridades que el platino tenía.

― Buenas noches… Minou― dijo Draco sentado aun, con las manos entrelazadas, haciendo girar su anillo de oro blanco, con la forma de una serpiente envuelta en una piedra verde.

Su padre se la había regalado como símbolo de la supremacía que tenían los Malfoy y él la había aceptado gustoso. Pero cuando conoció a Harry y a Ron, todo eso se fue al carajo y aquella joya, había quedado en su dedo más por costumbre que por representar algo. Comenzó a desvestirse y se colocó una polera gris que Harry le había regalado para su cumpleaños pasado y se metió a la cama. Solo al sentir el frío de las sábanas y las frazadas encima de él para sentirse en calma. Cerró los ojos y soñó con unos cabellos castaños meneándose al viento de una hermosa playa.


Edición: 30-03-2015 a las 21:55 hrs

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