Epílogo

.

…Ocho, nueve, diez, once… ¡Once! Quedaban once chocolates exactamente. Ron no sabía por qué los habían conservado, pero eso ahora no importaba.

Todo había comenzado desde la semana pasada, justo después de que Harry regresara de verse con el Hurón. Eran pasadas las dos de mañana, pero Harry entró hecho un torbellino y comenzó a saltar sobre él para despertarlo. De inmediato sospechó que algo andaba mal, maldito Malfoy, se las pagaría…

-¿Harry?

-¡Ron! No vas a creer lo que pasó,- murmuró rápidamente, como si estuviera aguantando las ganas de reír. Pronto todos en la habitación comenzaron a despertar, pero no pareció importarle.

-¿Y ahora qué le picó?- se quejó Dean, cubriéndose el rostro con la almohada.

-No qué: quién,- corrigió Ron, sentándose en la cama con el ceño fruncido. -¿Qué te hizo?

-¿Quién?- preguntó Harry, fingiendo no entender pero sin borrar la sonrisa de su rostro, ¡estaba tan feliz!

-Tú sabes quién, Harry, ¡Malfoy!- dijo Ron, -¿Qué te dio, Harry?- preguntó sospechando la respuesta: Amortentia. Malfoy se habría dado cuenta de que Harry estaba fingiendo (nadie podía ser tan estúpido como para no darse cuenta), y lo había envenenado con esa ridícula poción. –Tenemos que llevarte con McGonagall.

-¿Qué?- dijo Harry, dejando escapar una carcajada. –No, no necesito ir con McGonagall, Ron.

-¡Oh, claro que sí!- comenzó Ron, levantándose por fin y tirando de su muñeca. –Soy tu mejor amigo, no puedo dejarte así,- esto último lo dijo con algo de resentimiento, recordando las múltiples resacas que le habían dejado los chocolates a lo largo del mes.

-No, Ron, no entiendes, ¡no me hizo nada!- exclamó librándose del agarre de Ron. Nunca Había visto a Harry sonriendo así. -¡Me dio un antídoto!- y rio de nuevo.

-Oh, Merlín… te engañó para que tomaras algo, ¿no es así?- murmuró Ron, preocupado. –Ese bastardo…

-¡Ron!- lo amonestó Harry, por fin recobrando la compostura. –No me hizo nada, de verdad. Incluso me pidió disculpas,- dijo en voz baja, con una sonrisa discreta. –Ron, ¿no te das cuenta?- dijo sujetándole los brazos, -¿no ves lo feliz que me hace?

-Precisamente por eso hay que llevarte con McGonagall, Harry- le explicó Ron como si estuviera hablando con un niño pequeño.

-Uhg, ya déjalo ser, Ron- se quejó Neville, desde su cama.

-Sí, déjanos dormir- gruñó Seamus.

-¿Es que no se dan cuenta? ¡Malofoy lo envenenó!

-Ron, hasta nosotros nos dimos cuenta de cómo tontearon juntos todo el mes…- murmuró Dean.

-Creí que ya estaban saliendo desde hace semanas,- asintió Neville.

Harry se sonrojó un poco, pero estaba agradecido de lo bien que parecían tomarlo los demás.

-Incluso tú suspirabas por Malfoy hace unos días, déjalo ser.

Todos en el cuarto rieron. Todos menos Ron, que comenzó a enrojecer hasta las orejas.

A la mañana siguiente hablaron los cuatro con más calma y Ron tuvo que admitir que las cosas parecían ir en serio entre esos dos. Por lo menos no podía discutir cuando Hermione lo estaba fulminando con la mirada mientras Harry y… Malfoy hablaban con los dos. Tenía que admitir, también, que el Hurón estaba haciendo un esfuerzo por comportarse, pero eso no cambiaba el hecho de que gracias a sus estúpidos engaños había tenido que pasar las peores resacas de su vida, sin mencionar las burlas de sus compañeros de casa. Por otro lado, era extraño ver cómo se comportaban juntos. Ahora que ninguno de los dos tenía que fingir por culpa de la amortentia, era imposible que su antigua rivalidad no resurgiera. No era igual que antes, claro, pero seguían molestándose de vez en cuando. Justo ahora, por ejemplo, cuando los cuatro se habían relajado un poco, Harry y Malfoy habían comenzado a discutir.

-¡…pero si no tiene nada de malo!- protestó Harry, rodando los ojos.

-Para un vendedor de pescado, tal vez- se burló Draco, -Hasta Granger me da la razón.

-Ey, yo sólo dije que no le vendría mal un cambio de loción, nunca dije que esta le sentara mal,- corrigió Hermione, ocultando su sonrisa.

-¿Lo ves?- dijo Draco.

-Sólo lo dices porque te molesta que Finnigan me pidiera mi loción prestada,- rio Harry.

-Si pensarlo así te hace sentir mejor,- dijo Draco, encogiéndose de hombros. Los cuatro rieron un poco y charlaron un rato más. Luego Draco se levantó de la mesa y fue a charlar con Zabini.

Aunque no lo admitiera, el asunto inquietó a Harry. Ron lo sabía porque, un par de días más tarde, Harry le había pedido un poco de su loción prestada. Para la mala suerte de Harry –y el disgusto de Ron-, Draco lo había olfateado frunciendo la nariz, diciendo:

-Ahora hueles peor que antes, Harry.

Esa pequeña riña había continuado toda la semana: Harry usaba algo distinto pero Draco seguía diciendo que cada vez olía peor. Era divertido verlos, a decir verdad y, ese día, mientras Ron cerraba la caja con los chocolates, Harry entró corriendo a la habitación con una expresión triunfante en el rostro.

-¡La tengo!- le dijo, emocionado.

-¿Qué cosa?- preguntó Ron, escondiendo la caja detrás de él.

-Conseguí que una de las chicas me vendiera el resto de su frasco de Amortentia (es sorprendente lo fácil que es conseguirla, Merlín). ¡Ahora Draco no podrá decir que huelo mal!- exclamó mientras abría la poción y se untaba un poco en las muñecas y en el cuello. -¿Qué te parece?- le preguntó a su amigo, ofreciéndole el cuello para que lo oliera. Ron olfateó, respirando un aroma dulce y fresco, similar al olor que despedía el cabello de Hermione y, sin poder evitarlo, soltó un suspiro.

-¡Perfecto!- murmuró Harry, saliendo de la habitación apresuradamente.

Ron sacudió la cabeza y volvió a tomar la caja frente a él. En ese momento, Dean entró a la habitación.

-Ey,- saludó caminando hacia su cama. ¿Qué rayos les sucedía a todos y por qué tenían que ir a la recamara con tanta urgencia?, se preguntó frunciendo el ceño. En fin, de todos modos esto iba de acuerdo a su plan.

-Qué hay, Dean,- saludó. –Escucha, mamá me envió unos chocolates, ¿quieres uno?

-Seguro.


Blaise y Draco estaban sentados en el comedor cuando todo comenzó.

-Así que, ¿Potter sigue con lo de las lociones?- preguntó Blaise, tratando de no reír.

-Ugh, sí. No entiendo de dónde saca una diferente, pero todas huelen terrible,- se quejó frunciendo la nariz.

-Deberías decirle que vuelva a usar la suya si tanto te molesta.

-Nah… deberías ver su cara cuando le digo que huele peor,- rio Draco.

-Ya, como si no te gustara el hecho de que lo hace sólo por complacerte.

-Eso es un extra,- admitió Draco.

-Supongo que las cosas están bien ahora, ¿eh?

-Sí…- suspiró,- por fin terminó esta locura de la amortentia.

-Te dije que sí le gustabas,- dijo Blaise guiñándole un ojo. –Tengo un don.

-Sí, claro, como cuando tu "don" le hizo creer a Nott que le gustaba a Pansy.

-¡Ey, las señales estaban ahí!

-Sí, claro…

-¡Hola, Draco!

Los dos voltearon a ver quién saludaba. Era un miembro de Gryffindor, ¿cómo se llamaba? ¿Finnigan? Ambos lo miraron con el ceño fruncido, pero el otro les seguía sonriendo.

-¿Cómo estás?- preguntó animado. Draco volteó a ver a Blaise, pero él sólo se encogió de hombros.

-Ehm… bien- contestó renuente.

-¡Genial! Nos vemos,- dijo el chico y después se marchó.

-¿Pero qué demonios fue eso?- preguntó Draco.

-¿Quizá Potter les dijo que se portaran bien contigo?

-Tal vez, pero…

-¡Ey, Draco!- saludó Longbottom alzando los brazos, acercándose a ellos. –Escuché que pronto iremos a Hogsmade, ¿quieres venir conmigo?

-Ah… no gracias, le dije a Harry que iría con él,- contestó parpadeando un par de veces, sin poder evitar ser completamente honesto. Después de la guerra nadie se atrevía a meterse con Neville, de todos modos.

-Oh, ya veo,- dijo súbitamente triste,- bueno, será la próxima.

-Seguro,- contestó rodando los ojos, pero Neville no pareció notar su sarcasmo.

-¡Magnífico! Nos vemos luego, entonces.

-Si esta es otra de tus bromas, Zabini,- comenzó Draco fulminándolo con la mirada mientras Neville se alejaba.

-Oye, no me mires así, no tengo nada que ver con…

-¡Qué bueno verte, Draco!

-¡AHH!- gritó por la súbita aparición de ¿Thomas? ¿Denis? Lo que sea.

-Luces muy bien hoy,- dijo Dean, guiñándole un ojo. A su lado, Blaise se cubría la boca con las manos para no reír mientras la expresión de Draco se llenaba de horror.

-¿Qué diablos les pasa a todos uste-?

-¡Hola, Draco!

¿Otro Gryffindor? Merlín, esto debía ser una pesadilla. Y, que lo llamaran loco, pero casi podía jurar que otros dos se aproximaban. Antes de que pudiera averiguar si iban hacia él o no, Draco se levantó.

-Nos vemos luego,- dijo rápidamente a Blaise antes de salir corriendo del comedor seguido por tres jóvenes (estúpidos) Gryffindors.


Era increíble que no pudiera encontrar a Draco. Llevaba todo el día buscándolo, pero no había señales suyas en ninguna parte; incluso le había preguntado a Zabini, pero él sólo se había encogido de hombros, diciéndole:

-Debe de andar escondido por ahí.

Demonios. Por fin iba a ganar esta discusión y Draco no se dignaba a aparecer. Por tercera vez en el día fue al comedor, pero sólo Hermione estaba ahí. ¿En dónde se había metido todo el mundo?

Subió y bajó las escaleras de casi todo el castillo hasta que se decidió a ver el mapa del merodeador. Era una tontería no haberlo buscado ahí en un principio, pero no creyó que sería tan difícil hallarlo. Fue hasta entonces que encontró las huellas de Draco frente al lago; casi podía verlo ahí, sentado frente al lago, en el lugar de siempre: Draco se sorprendería de verlo y luego, al acercarse a él, percibiría el aroma de la amortentia y tendría que admitir lo bien que olía y lo felicitaría por un trabajo bien hecho antes de echarse a sus brazos. No podía fallar. Con esa idea en mente, comenzó a trotar por los pasillos, con una sonrisa triunfante dibujándosele en el rostro, pero cuando llegó al lago, se sorprendió al no encontrar señal de Draco. Vio el mapa una vez más, para asegurarse de que estaba en el lugar correcto, pero no había ni rastro de él.

Ah, justo cuando estaba por ganar todo esto, se lamentó mientras daba la media vuelta, pero justo cuando estaba considerando ir a buscar en el comedor de nuevo, algo a la distancia llamó su atención: allá, debajo de un roble, casi completamente oculto por los arbustos que lo rodeaban, el cabello de Draco –casi estaba seguro que era él-, destelló con el sol.

Caminó sin prisa, satisfecho por haberlo visto a tiempo. Todavía no podía creer lo bien que habían salido las cosas entre ellos, lo rápido que sus amigos habían aceptado –y resignado- a esta nueva… ¿relación? Supuso que podría llamarle así ahora. Ya podrían preocuparse por eso después, ahora tenía que acercarse lentamente para sorprender a Draco –estaba seguro de que era él luego de verlo más de cerca-. El que estuvieran saliendo no quería decir que las discusiones hubiesen terminado, por el contrario, Draco encontraba algo nuevo con qué molestarlo todos los días, pero siempre había un toque de afecto en sus palabras, un inocultable cariño que irradiaba a través de sus palabras. Simplemente habían cosas que no podían cambiar y, siendo sincero, le alegraba ver un poco del antiguo Draco: enérgico, con sed de batalla y de ganarla. Pero en esta ocasión era el turno de Harry para ganar. Por fin llegó hasta donde Draco permanecía sentado, aparentemente sin ser escuchado. Draco tenía la frente apoyada contra las rodillas, y por un instante se preguntó si todo estaba bien.

-¿Draco?- dijo suavemente, tocándole el hombro. Sin duda no esperaba que el rubio se asustara tanto cuando lo llamó, pero una vez que vio que se traba de él, parecieron regresarle los colores al rostro.

-Harry,- suspiró aliviado –eres tú. Por un momento creí…- pero se interrumpió, sacudiendo la mano. –No importa.

-Ey,- saludó -¿qué haces aquí?

-Ehm… me escondo.

-Claro,- asintió alzando una ceja. -¿Te importa si me escondo contigo?- preguntó.

-Me ofendería si no lo hicieras,- sonrió Draco, haciéndose a un lado. Harry se dejó caer en el suelo, a la izquierda de Draco. Ya habría tiempo para preguntarle por qué se escondía, por ahora tenía algo que hacer.

-Y bien,- comenzó Harry, acercándose a Draco un poco más.

-¿Qué cosa?- preguntó Draco, volviendo la mirada hacia él.

-¿No notas algo diferente?- dijo Harry intentando con todas sus fuerzas no sonreír, mientras alzaba la barbilla para ofrecerle el cuello. Draco sonrió a medias, autosuficiente, adivinando a lo que se refería. El rubio inhaló profundamente, sin acercarse demasiado.

-¿Y bien?- repitió Harry, impaciente por su falta de respuesta, pero Draco sólo lo miró extrañado, alzando una ceja. -¿No te gusta como huelo ahora?- insistió.

-Harry,- comenzó Draco, confundido -pero si hueles igual que antes.

Durante los siguientes segundos, Harry sólo lo miró, con los ojos completamente abiertos y las mejillas sonrosadas. Draco no comprendió por qué luego de reaccionar Harry se arrojó contra su pecho y lo abrazó con más fuerza de lo normal.

-¿Harry, estás bien?- preguntó Draco, palmeándole la espalda suavemente.

-¿Por qué siempre tienes que ganar en todo, eh?- murmuró contra su hombro, y Draco no estaba seguro si Harry estaba sollozando o riendo, pero de cualquier manera lo rodeó con los brazos y apoyó una mejilla contra su oscuro cabello.

-Estoy seguro de que esa es mi línea, Potter,- bromeó. No tenía idea por qué Harry se había puesto tan cariñoso de pronto, pero después de el caótico día que tuvo, no le importaba en lo absoluto estar sentado contra un árbol con Harry entre sus brazos.

-Te quiero tanto,- murmuró Harry, y continuó repitiéndolo una y otra vez en voz baja, como si su vida dependiera de esas dos palabras. Draco no lo interrumpió, simplemente se limitó a acariciarle los mechones de cabello que se le enredaban en la nuca y acercar sus labios a su cabeza. Por un instante, Draco percibió el olor de su cabello oscuro: una mezcla de jabón y quizás madera, de pasto recién cortado y tierra húmeda. Nunca había olido la amortentia en su vida, pero en ese preciso momento pensó que, si llegara a hacerlo, olería a eso: al cabello de Harry, a su cuello y a su ropa limpia.

Ninguno de los dos hizo un intento por moverse, y no lo habrían hecho de no ser por la algarabía que se armó a lo lejos.

-¡Ey, chicos, creo que encontré a Draco!- gritó alguien.

-¿Dónde?- preguntó alguien más.

-¡Oh, sí ya lo vi!

-¡Hola, Draco- exclamó una cuarta voz, haciéndolo alzar la mirada rápidamente, como un ciervo asustado, pero cuando se dio cuenta del grupo de Gryffindors, ya era demasiado tarde para salir corriendo. Harry se levantó con las mejillas rojas por haber estado apoyado contra el suéter de Draco, preguntando qué demonios hacían todos ahí, pero parecían ignorarlo por completo mientras preguntaban a Draco a la vez si quería ir con él –ellos- a jugar quidditch el próximo viernes.

-O a la bibloteca.

-O a Hogsmade.

-Mejor ven conmigo a la casa de los sustos…

Todos ellos preguntaron hasta que Harry se molestó y trató de ahuyentarlos, pero los siete miembros de su propia casa lo ignoraron por completo.

A lo lejos, Ron no paraba de reír por lo roja que se ponía la cara de Draco y lo fuerte que Harry les estaba gritando. Sin duda esto compensaba todo. A su lado, Hermione contemplaba la escena, apretándose el puente de la nariz.

-¿En verdad usaste todos los chocolates en esto?

-No todos, quedaron unos cuantos,- dijo sacando la caja de su túnica, ofreciéndosela a Hermione. -¿Quieres uno?- bromeó abriendo la caja.

-Ni loca,- bufó. –No puedo creer que los convencieras a comerlos, te matarán cuando se recuperen.

-Si bueno,- dijo mientras arrojaba un dulce a su boca y comenzaba a masticar. –Pero hasta entonces…

-¿Ron?

-Oh Dios…

-¿No habrás comido un chocolate por error, o si?

-Hermione,- dijo como un llamado de auxilio, intentando escupir el dulce, pero ya era demasiado tarde.

-Bueno, supongo que tendrás que aprender a la mala…- suspiró Hermione mientras la expresión horrorizada de Ron cambiaba por una sonrisa y corría a unirse al montón de Gryffindors que crecía alrededor de Draco.


..

Y... eso ha sido todo! Espero que les haya gustado uwu De nuevo, una disculpa por el retraso. Muchas gracias por seguir este fic hasta el final y por comentar y seguir esta pequeña historia. No saben lo mucho que me anima saber que hay personas a las que les gusta lo que hago -sin importar lo cursi, aburrida o dramática que puedo llegar a ser-. Muchas gracias por quedarse conmigo hasta el final.

Oh, momento de comerciales xD ¿recuerdan el fic que les comenté? ¿El lleno de angst y eso? Bueno, ya lo tengo a la mitad y espero subirlo en un par de semanas. Se llamará "A matter of time", por su algunx de ustedes se siente interesadx en leerlo uwu sería un honor leerlos por allá.

Muchas gracias de nuevo, espero que estén muy bien y que tengan un excelente fin de semana, abrazos. Chanee~