Lo sé, lo sé. He estado demasiado desaparecida, y lo siento mucho ;_;, he estado demasiado ocupada con unos asuntos personales y con el instituto. Pero ahora intentaré ser un poco más activa, lo juro x'D.

Disclaimer: Ni Free! ni sus personajes me pertenecen


Esa noche Nitori Aiichirou se levantó de golpe. Como si le hubieran dado un susto. Había tenido una pesadilla terrorífica y la verdad es que le costó calmarse. Pensó una y otra vez que la pesadilla no tenía ningún sentido y que más que estar aterrorizado y traumatizado debería estar riéndose. Pero no lo conseguía.

Había soñado con Momotarou (razón de sobra para aterrorizarse). En su sueño con él llevando una camiseta de tirantes negra idéntica a la de Rin e iba enseñando… escote. Sin duda, estos últimos días para Nitori habían sido un infierno y estaba seguro de que cuando pudiera iría al psicólogo más cercano.

Lo que más escalofriante de aquella estúpida pesadilla era que la imagen del escote de Momotarou se le quedaba incrustada en el cerebro y no se la podía sacar de ninguna de las maneras. Y por si fuera poco, sentía como la figura de Momotarou se acercaba más a él, lo tumbaba, sonreía, se quitaba aquella estúpida camiseta de tirantes, se desabrochaba su pantalón, y…

Ahí es cuando se despertó, aterrorizado, traumatizado y confuso. Su cabeza estaba llena de preguntas, pero la que más frecuentaba era la de "¿Por qué?". Sin embargo, Nitori no perdió totalmente la cabeza hasta que miró hacia abajo y… pudo ver que tenía una erección.

Eso, obviamente, lo único que hizo fue traumatizarlo aún más. Por muy extraño que parezca, Nitori tenía muy asumido el tema del sexo y las hormonas adolescentes. Él mismo poseía una colección de revistas pornográficas, ya que él entendía que también era un adolescente y consideraba que eso era perfectamente normal.

En ningún momento había pensado que él podría ser homosexual. No es que tuviera nada en contra de la gente gay, simplemente era que nunca se le había pasado por la cabeza. Y en el caso de que lo fuera, no le hubiera costado demasiado en aceptarlo. Pero sentirse atraído sexualmente hacía él era lo último que podía aceptar.

"No, no, no. Piensa. Sólo ha sido causa del estrés. Mi mente solo ha querido jugarme una mala pasada", lo único que podía hacer era auto convencerse de que eso no significaba nada. Era lo único que le quedaba para tranquilizarse en aquella habitación a esas horas. Lo peor es que Momotarou aún no le había soltado el brazo.

En momentos como aquellos, lo único que quería el pobre Nitori era enterrarse en el hoyo más profundo que pudiera existir.

Momotarou soltó un sonoro bostezo, echando un vistazo a la habitación en la que se encontraba. Extrañado, miró a hacia todos los lados y pudo comprobar que estaba en una cama de la enfermería. Se limitó a cerrar sus ojos y a recordar por qué estaba allí. Pero cuando su cabeza recordó todos aquellos eventos tan horribles, enseguida temía desmayarse otra vez.

Simplemente salió de aquella cama, bostezó (otra vez) y salió de la enfermería medio mareado dirigiéndose a su habitación. Se sentía tan vago que apenas podía moverse, y se agarraba a las paredes como si fuera un anciano.

Pero aunque pareciera mentira, al final llegó. No tardó mucho en dejarse caer y quedarse tumbado en el suelo, preparado para unas cuantas horas más de sueño. Pero parecía que las cosas no iban a salir tan bien como él pensaba.

-¡AAAAAAAAHHHHHHHH!

Sonaba como el grito de una chica adolescente que suele salir en las películas de terror norteamericanas, Momotarou incluso podía afirmar que peor.

-¿Mmm?- el pelirrojo abrió los ojos con pereza, y se quedó congelado al ver la figura de su compañero de habitación.

Nitori no dijo nada, simplemente no podía articular ni una palabra, lo último que quería hacer ahora mismo era hablar, mirar, tocar o tener cualquier tipo de interacción con Momotarou. Estaba pasando unos días horrendos y quería que todo terminase de una vez por todas.

-¿Nitori-senpai?-se atrevió a decir Momotarou.

Nitori suspiró y se tapó la cara con las dos manos. Supuso que lo primero que debía de hacer era hablar con él, quisiera o no.

-¿Te encuentras mejor?- empezó Nitori.

-Eh, sí, creo que sí- contestó Momotarou intimidado por aquel extraño ambiente.

-Bien…

Y eso fue todo. Después de eso el ambiente se volvió aún más incómodo que antes, y ninguno de los dos se atrevió a mirar la cara del otro, por distintas razones, eso sí.

-Eh… um…- intentó Momotarou.

-¿Sabes?, ya estoy harto de todo este asunto, y estoy seguro de que tú también. Y, y, bueno, no quiero que me vuelvas a meter nunca en ninguno de tus estúpidos problemas- soltó Nitori con nerviosismo.

-Vale, está bien, lo siento Nitori-senpai…- el pelirrojo desde luego que estaba arrepentido de todo aquello. Nunca había sentido tanta vergüenza, y su cansancio no lo ayudaba demasiado.

-Vale, vale, perdonado. Pero por favor, te suplico que olvides esto para siempre- Nitori al fin se dignó a mirarle la cara al pelirrojo-… ¿por qué aún estás tumbado en el suelo?

-Ah, es que estoy muy cansado y no quería quedarme en la enfermería… he pasado una noche horrible, no he parado de tener pesadillas.

Si a Nitori le pincharan ahora mismo, no le encontrarían sangre. Lo peor de todo aquel lío sin duda fue aquella noche, estaba seguro de que fue de los peores momentos de su vida. Se preguntó qué clase de pesadilla había tenido Momotarou y si había sido tan aterradora como la suya.

-Ya, um… ¿quieres dormir en mi litera?- preguntó Nitori, sintiéndose obligado.

-¿De verdad?, ¿puedo, Nitori-senpai?- Momotarou no tardó en ponerse de pie, pero dado a que el pelirrojo no es demasiado ágil cuando está cansado, tropezó. Y Nitori tuvo, una vez más, mala suerte, con lo cual acabó cayendo él también.

La verdad es que Nitori quería saber si en otra vida había hecho algo tan horrible como para que le castigaran de esta manera tan gratuita. Pero tenía que asimilarlo, ahora mismo el pelirrojo gracias a su torpeza estaba encima de él, y estaba haciendo una cara bastante rara.

-… ¿Tienes fiebre o algo por el estilo?, estás muy rojo, deberías ponerte algo.- Nitori no se podía creer que estuviera preocupado por él después de todo lo que había pasado. La verdad es que era una persona poco rencorosa.

-E-eh, no, no, estoy bien- el pelirrojo no quería hacer muchos comentarios. Esa caída había sido demasiado repentina.

-…um, ¿no tienes que levantarte?- Nitori ya estaba perdiendo la poca paciencia que le quedaba.

-Eh, ¿a-ah sí?

Simplemente dijo eso. No se movió, ni dijo nada. El ambiente era cada vez más incómodo, pero Nitori cada vez estaba menos enfadado, ahora estaba… sorprendido. El pelirrojo no le quitaba la mirada de encima, y no parecía tener la más mínima intención de moverse. Eso en parte le agobiaba, y en parte despertaba intenciones muy oscuras que ni él mismo se imaginaba que tendría.


EDIT: Corrigiendo errores~