Todos los personajes le pertenecen a Sthephenie Meyer.


Mi nombre es Isabella Swan, y tengo 17 años. Vivo con mi papá Charlie en un pequeño y lluvioso pueblo al noroeste de Forks. Vivíamos aquí desde que tengo memoria, y nunca había visto la luz del sol, excepto, tal vez, en la televisión.

A papá y a mi no nos importaba en absoluto la casi ausencia del sol (sólo salía unas pocas veces al año), pero para Renée, era un problema. Ella se fue de casa cuando yo tenía siete años, dejándome a cargo de papá. No la culpo por haberse ido, de hecho, es mi culpa el haberse quedado aquí. Supongo que ya no soportaba convivir con Charlie, después de todo, ellos se habían divorciado cuando sólo era un bebé; y mamá no podía llevarme consigo… era demasiado peligroso. Decidió quedarse en casa sólo para cuidarme, hasta que no pudo soportarlo más, y se fue de casa. Ella me visitaba unas pocas veces al año, ya que vivía en Phoenix con su nuevo novio Phil, y yo no podía ir a visitarle. Aún no lo conocía personalmente, sólo lo había visto en fotos y por lo que mamá me había contado, era un muchacho agradable, aunque algo demasiado joven para ella. Con cada visita ella parecía más… feliz. Más de lo que la había visto en toda mi vida, aquí en Forks.

Yo casi nunca salía de casa, por eso, Charlie me dirigió una mirada cargada de incredulidad al oír mi petición.

-¿Qué?- Charlie me miraba como si de repente me hubiera crecido otra cabeza. La cuchara que había dejado caer accidentalmente, aún seguía completamente sumergida en su plato de cereal.

-Quiero ir a la escuela. Como los demás.

Se hizo el silencio. Levanté la vista de mi propio desayuno para echar un vistazo a su rostro. Había bajado la mirada y tenía clavados los ojos clavados en la mesa con el entrecejo levemente fruncido. Suspiré y él levantó la mirada.

-No lo sé… Ya sabes que no puedes… -Se calló y se aclaró torpemente la garganta.

-Lo sé… pero, -bajé la mirada observando mi Pan tostado como si fuera la cosa más interesante del mundo. Me armé valor antes de hablar - Es el último año de escuela, además, yo sé cuidarme sola, Papá. Ya no soy un bebé. Oí a Charlie suspirar y me atreví a echarle un vistazo por entre mi largo flequillo. Tenía los labios fruncidos.

-Debes hablarlo con tu madre.

-Ya lo he hecho, y dijo que debía consultarte a ti.

-Ya. Le llamaré más tarde. Ahora debo ir al trabajo

Asentí y volví a levantar la cabeza, Charlie intentaba quitar la cuchara sumergida del cereal

empapado con una mueca de asco. Me compadecí por él, yo le había hecho distraer.

-Puedes comerte las tostadas, si quieres.- Extendí el pequeño plato de porcelana a través de la mesa, ofreciendo mi desayuno. Sólo tenía dos tostadas. Charlie me miró con una pequeña sonrisa y negó lentamente con la cabeza..

-No gracias, ya debo irme. -Se puso de pie, se acercó a besar mi cabeza como siempre lo hacía antes de ir a trabajar y tomó su chaqueta de policía del gancho junto a la puerta- ¿Prometes que estarás bien?

Puse los ojos en blanco. Me las había arreglado durante años, ¿por qué siempre me hacía prometerle eso? Le dí una pequeña sonrisa.

-Lo prometo. Ten cuidado, vale?

Charlie asintió con la cabeza y luego con un último saludo, se marchó.

Di un suspiro de alivio. Me gustaba tener a papá cerca, pero no quería obligarlo a estar todo el tiempo junto a mi. Unté una tostada con mermelada de frambuesa, mi favorita, mientras oía el portazo y luego el ronroneo del coche patrulla de Charlie. Le di un pequeño mordisco al pan tostado y miré a mi alrededor. Las ventanas estaban cubiertas por unas cortinas ridículamente oscuras, que impedían la entrada del sol. Suspiré. Realmente, me gustaría salir, sentir la cálida caricia del sol en

mi piel, acostarme en la suave hierba a oír el canto de los pájaros… pero jamás podría hacer eso.

Porque incluso, sólo un pequeño rayo de sol en piel, podría matarme.


Bueno, perdonen los errores que pueden llegar a tener este corto capítulo. No escribo desde los trece años, así que estoy un poco oxidada con eso de la escritura (sólo una vez publiqué una historia aquí, luego la borré)

Aquí son las 4 de la mañana, por lo tanto mi cerebro no está demasiado bien, debería estar durmiendo... Pero se me ha metido esta historia en la cabeza, y he decidido escribirla. Me ha llevado más o menos 15 o 20 minutos escribir esto, he tardado más poner la historia aquí, ya que no sabía cómo hacerlo xD

Sepan disculpar los errores, esta historia no está planeada, por lo tanto no sé el rumbo que va a tomar... yo sólo escribo lo que sale de mi cabeza. Como he dicho, esto se me acaba de ocurrir ahora, hace menos de una hora, y no pude resistirme a escribirla, y como soy MUY ansiosa, debía publicarla aquí. Los siguientes capítulos serán publicados en breve... o eso espero, intentaré todo lo posible.

Los comentarios me ayudan a mejorar, y me animan a seguir. Prometo que el siguiente capítulo será mucho mejor, y explicaré todo a medida que avance la historia.