Buenas noches, me presento con éste fic que había escrito hace tiempo.


Se encontraba en aquella habitación como siempre, desde que tenía memoria, había papeles por todo el lugar y desde el techo se escuchaban pasos, al parecer alguien correteaba desesperado, por un momento pensó en ella y de sus temblorosos labios salió el nombre de la japonesa.

Esperó, quizá esperando un milagro, pero de igual forma nada pasó, frunció el ceño y volvió a la posición original. De nuevo aquellos correteos ¿Que pasaba? no lo sabía, de todas formas no podía salir.

Se llevó el pulgar a la boca y se estremeció ante el grito de alguien eufórico, sí, definitivamente ese era Murdoc.

Tomó una de los papeles y rebuscó un lápiz tachando allí una equis al lado de una ''M'', así no lo olvidaría.

La escena cambió.

Un ruido en la lejanía le había sacado de sus sueños, y una gran ballena se acercaba desde la distancia, tomó las notas y la dibujó con rapidez, tachando una equis sobre ella. Quería que parara ¡TENÍA QUE PARAR!

Sus ojos negros como la noche observaban atentos la puerta de la misma habitación, ya no le quedaban pastillas, y los golpeteos de la vez anterior se incrementaban, había gente corriendo por el mismo pasillo en el que se encontraba, oyó una voz que retumbó en su memoria, era ella, no podía equivocarse, y por un momento en diez años volvía a ser feliz...

No, no era ella, sus esperanzas se derrumbaban, pero ¿quien era? la había visto antes, maldiciendo su similitud con ella. Trató de recordar, ese día había despertado, se oían disparos, alguien por perseguía y ella se encontraba ahí, los defendió por unos momentos ¿entonces era buena?

Con las manos heladas tomó otra nota y en ella dibujó un arma, con un signo de interrogación acompañándole. Quizá luego se lo preguntaría.

Un cambio de escena y él volvía a ver la luz del sol, cosa que a su atrofiada visión no le hizo bien, había salido, era libre, traía en las manos las notas, y la vio.

Ya no era una niña, mas al verlo, en su aspecto deplorable solo atinó a abrazarlo.

¿Para que era la máscara? ¿Era una fiesta en la que había sido invitado con años de anticipación? Porque también tenía una máscara, y si ella lo deseaba podría ir por ella y entonces se divertirían...

Cerró los ojos y despertó.

No había ninguna playa, no habían tiroteos, y de sus labios lo único que salió fue un susurro ''como antes..''

Y trató de afrontar la realidad.

buscó en la oscuridad las notas y las abrazó, mientras su cabeza se recostaba sobre la pared muhida del sanatorio, afrontando la dulce demencia que le embriagaba después de la perdida de, a quien siempre consideró como su niña.