Saludos cordiales a todos! Cómo han estado!

Bueno, espero que se encuentren muy bien!. Si están de vacaciones, espero que las estén disfrutando! Y si aún no lo están, bueno, no se desanimen, ya llegarán.

En fin, los dejo con el primer capítulo de este nuevo fic. A ver qué les parece!


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Érase una vez, una joven que se enamoró de un apuesto muchacho,

pero su historia de amor no tuvo un final feliz;

... fue traicionada ...

El tiempo ha pasado, y finalmente ha llegado el momento de su venganza...

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Capitulo 1: de vuelta en Nerima.

Faltaban ya pocos minutos para que las clases en la escuela Furinkan iniciaran. Akane caminaba presurosa hacia allá. Éste al igual que los otros días, iba tarde por culpa de su prometido. La joven estaba molesta por ello, y por algo que había ocurrido minutos antes.

Apenas habían salido de casa, Shampoo había hecho una de sus repentinas apariciones y saludado muy efusivamente a Ranma, para de inmediato invitarlo a tener una cita. Al ver eso, la joven Tendo los había dejado atrás. Lo habría golpeado, pero no había tiempo que perder, así que simplemente los ignoró y siguió su camino.

Ese idiota: decía Akane para si, mientras caminaba. De pronto, escuchó un gruñido, unas pisadas atropelladas y alguien que le sujetaba el hombro por detrás. Era Ranma, quien finalmente había podido librarse de su acosadora y alcanzarla.

— Demonios! Akane... por qué te fuiste sin ayudarme?

— Suéltame! — dijo bruscamente, volviéndose hacia el chico para luego increparle — Qué? No querías privacidad con tu querida Shampoo?

— Oye, ya basta! Es demasiado temprano para que vengas con tus celos! — le recriminó el joven Saotome.

Al escuchar estas palabras, Akane se molestó aún más y agitó horizontalmente la maleta que llevaba en su mano para tratar de asestarle un golpe a Ranma, quien saltó y lo esquivó fácilmente.

— No digas estupideces! Cómo si yo fuera a sentir celos por un tonto como tu! Es solo que me molesta el escándalo que hacen tu y tus noviecitas! — aclaró Akane retomando la marcha.

— hmph...escándalo...si claro... es a mi al que molestan todo el tiempo y se pegan como sanguijuelas! — se quejó Ranma haciendo un mohín.

— Pero bien que te gusta eso, no?

— Y qué si así fuera? No dices que no te importa? Por qué preguntas si me gusta?... ja jajaja... Yo creo que en verdad estás...

— Ya cállate! Por mi puedes hacer lo que quieras! Me da igual! — exclamó Akane apresurando el paso y separándose más de Ranma.

— Bien, eso haré! — le gritó el joven sin ánimos de seguirla. Se detuvo. Parecía dolido por las palabras de Akane.

Las cosas entre ellos seguían igual, pero Ranma no deseaba continuar así. Después de lo ocurrido en China, luego de la pelea con Saffron, por fin había descubierto que amaba a su prometida. Aunque más que descubrirlo, había aceptado que tenía esa clase de sentimiento por ella. Sin embargo, Akane le ponía las cosas muy difíciles. La actitud de la menor de las Tendo lo tenía confundido, pues parecía celosa cada vez que sus otras pretendientes se lanzaban a sus brazos, sin embargo, ella siempre lo negaba de forma contundente.

Eso hacía dudar a Ranma, y debido a ello, no estaba seguro de confesarle sus sentimientos. Le daba miedo ser rechazado. Si, el gran artista marcial, aquel que enfrentó y derrotó a alguien tan poderoso y temible como Saffron, tenía miedo de no ser correspondido. No sabía que sería de él, si Akane llegara a romper el compromiso. De tan solo pensarlo, el corazón se le estrujaba.

No te entiendo Akane, si no te interesa nada que tenga que ver conmigo, por qué no has roto el compromiso? : se preguntaba Ranma. Esa interrogante, era la que más veces pasaba por su cabeza, y también la que en momentos como éste, le daba un pequeño rayo de esperanza.

Absorbido por sus pensamientos, no se percató de que el tiempo seguía su curso independientemente de él o de cualquier cosa, hasta que de forma repentina, la imagen de la escuela Furinkan cruzó su mente.

— Maldición! Qué rayos hago aquí.. grandísimo idiota ! — se regañó en voz alta. Sin esperar más, empezó a correr, saltando por los techos de los casas para acortar camino, pero no importaba cuan rápido corriera, el castigo para él por llegar tarde estaba asegurado.

Mientras, a unos minutos de allí, una enorme y lujosa limusina se estacionaba a un costado de una de las principales calles de Nerima. De inmediato, el chofer se bajó presuroso y corrió al otro extremo del coche para abrir la puerta.

— Hemos llegado a Nerima — dijo el chofer, dirigiéndose con sumo respeto a quien se encontraba en el interior de la limusina.

— Bien — murmuró aquella persona, mientras se bajaba del auto. Una vez fuera, echó un vistazo a su alrededor, como si buscara algo familiar en aquel lugar.

— Finalmente he vuelto... — dijo. Aspiró lentamente el aire como si lo saboreara, para después exhalarlo en un largo suspiro — por fin... después de tanto tiempo, he vuelto para ajustar cuentas contigo...

La mirada de aquella persona se volvió siniestra. Hizo una breve pausa y luego agregó:

— Prepárate, porque mi venganza será terrible e implacable...

Entretanto, en casa de los Tendo, los patriarcas jugaban al shogi. Era el turno de Genma. Estaba muy concentrado, pensando cuidadosamente en su siguiente movimiento. Soun por su parte, sostenía en sus manos una tasa de té, que Kasumi amablemente les había servido. No perdía de vista a su oponente, pues conocía lo tramposo que era.

— Oh no! — exclamó Soun preocupado.

— Eh? Qué pasa Tendo? Me has desconcentrado sabes? — dijo Genma molesto.

— Eso no importa ahora! Mira! — señaló Soun preocupado. La tasa de té se había resquebrajado.

— Vaya, un mal presagio — aseveró Genma. Soun asintió.

— ja jajajaja entonces, eso quiere decir que vas a perder, Tendo— rio sorpresivamente Genma mientras tomaba su taza de té. Sin embargo, para su sorpresa, ésta también se resquebrajó, pero no solo llegó hasta ahí, sino que se partió en pedazos, derramando el líquido caliente sobre su mano.

— Rayos, me quemo! me quemoo!— gritó Genma levantándose de golpe y agitando y soplando su mano para tratar de aminorar la quemazón y el ardor que sentía.

— Esto no me gusta nada — comentó Soun. Su rostro adquirió una expresión seria.

— Espero que nada malo vaya a ocurrir — dijo Genma visiblemente preocupado.

En la escuela, en el salón de clases, los minutos pasaban lentamente. Akane tenía la mirada clavada en la pizarra, pero su mente no estaba concentrada en lo que allí estaba escrito, ni en las explicaciones del profesor. Sus pensamientos estaban enfocados en una sola persona: su prometido.

Idiota, en verdad, creo que el compromiso no significara nada para él, yo no significo nada para él: pensaba la joven, sin poder evitar sentirse molesta y un tanto decepcionaba por el comportamiento del tonto de su prometido.

Ranma por su parte, intentaba poner atención a la clase, y miraba fijamente al profesor pero era inútil. No era capaz de apartar de su mente eso que tanto lo agobiaba últimamente. Además, desde cuando me volví tan sentimental?: se preguntaba el muchacho, que de rato en rato miraba de reojo a su prometida, pues sus ojos se movían involuntariamente como atraídos por un fuerza misteriosa.

Pero qué equivocados estaban en su pensar! Al sentirse no correspondida, Akane se engañaba a sí misma, negando rotundamente sus sentimientos por Ranma. Por su parte, al joven Saotome estaba igual: sentía que sus sentimientos no eran correspondidos, aunque a diferencia de Akane, él ya se había sincerado consigo mismo al aceptar que estaba profundamente enamorado de su prometida.

Si fueran capaces de leer la mente del otro, hace mucho tiempo que las cosas entre ellos habrían cambiado. Ahora serían una pareja de enamorados, totalmente conscientes de lo que el uno siente por el otro, pero no, por desgracia ni Ranma ni Akane tenían esa habilidad. Y así, sus inseguridades, su orgullo, sus dudas seguían separándolos y cegándolos, impidiéndoles ver los verdaderos sentimientos del otro.

Horas después, en casa de los Tendo, la señora Nodoka se encontraba barriendo la entrada del dojo, pues Kasumi había salido a comprar algunas cosas que requería para preparar el almuerzo. Ya solo faltaban unos minutos para que las clases en la escuela Furinkan terminaran por el día de hoy. En eso, una limusina llegó y se estacionó justo en frente de la puerta. De ella, tres sujetos bajaron y se dirigieron al dojo. Nodoka los interceptó:

— Se les ofrece algo? —preguntó con voz seria la mamá de Ranma. Esos tipos le parecieron bastante sospechosos, debido a la peculiar vestimenta que llevaban. Vestían de forma idéntica: un pantalón y un saco negros como de licra, pegados al cuerpo. La cara totalmente cubierta por una tela doblada de tal manera que solo dejaba ver sus ojos. Además, cada uno portaba en su espalda dos katanas.

Los tres hombres ignoraron totalmente a la señora y pasaron de largo. Nodoka se enfadó y detuvo a uno de ellos del brazo, pero éste se liberó fácilmente y la empujó sin ninguna consideración.

— Qué les sucede? Qué han venido a hacer aquí? — les reclamó Nodoka desde el suelo.

Uno de ellos se detuvo, y sin regresar a verla contestó con voz inexpresiva:

— Hemos venido a destruir el dojo... y a eliminarlos a todos...

Al cabo de unos minutos, la jornada de clases del día de hoy finalmente terminaba, así que Akane y Ranma se dirigían a la salida. Ambos se despidieron de sus amigos y tomaron rumbo al dojo. Akane caminaba seguida por Ranma quien se encontraba a prudente distancia. Después de la discusión que tuvieron en la mañana, habían evitado cruzar palabra en la escuela y ahora parecía que tampoco tenían ánimos de charlar.

De repente, la joven se detuvo y se giró hacia Ranma para encararlo. Muy molesta le preguntó:

— Por qué rayos me sigues? Pareciera que me estuvieras acosando!

— Acosando? Yo no te estoy acosando. Acaso olvidas el hecho de que vivo en tu casa?

— Claro — refunfuñó Akane — pero hay otras rutas.

— Sigues molesta por lo de esta mañana, no? — inquirió Ranma con relativa calma en su voz, pero Akane no contestó, solo se volteó y prosiguió con su caminata.

El joven iba a decirle algo más, cuando vio que algo se aproximaba a Akane a increíble velocidad. La chica no se había percatado de eso, asi que sin perder tiempo, Ranma corrió hacia ella y mientras lo hacía, pudo ver que se trataba de una flecha. Alguien la había lanzado contra Akane.

Afortunadamente, el joven Saotome logró llegar a tiempo, aunque tuvo que extremarse y estirar al máximo su brazo izquierdo para tomar la flecha con su mano, milímetros antes de que le atravesara la cabeza a su prometida. Al sentir el movimiento que hizo su prometido, Akane se giró y vio con enorme sorpresa y desconcierto a Ranma sujetando una flecha muy cerca de ella. La joven se quedó paralizada.

Ranma había interceptado la flecha, pero por desgracia el peligro aún no pasaba. Horrorizado, el chico notó que atada a la flecha, había un pequeño cartucho, del cual salía una mecha, que justo en ese instante terminaba de consumirse.

En menos de un segundo, Ranma lanzó la flecha hacia arriba y al mismo tiempo se arrojó al suelo junto con Akane, quedando encima de ella para protegerla con su cuerpo. Inmediatamente aquel cartucho hizo explosión en el aire, a casi dos metros de altura.

A pesar de que Ranma había reaccionado rápido y arrojado la flecha esperando que ésta se elevara y explotara lo más lejos posible, debido a que la mecha ya se había consumido en su totalidad, tan solo se elevó unos cuantos centímetros y explotó prácticamente sobre ellos.

La explosión resultó bastante potente y causó un fuerte ruido. Una nube de humo cubrió a Akane y Ranma.


Bueno, hasta aquí el primer capítulo.

Muchas gracias por pasar a leer este fic. Sinceramente, espero que no les haya resultado muy aburrido, y que no haya sido una pérdida de tiempo para ustedes.

Nos vemos! Pronto subiré el capítulo 2.